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American Economic Review 100 (June 2010): 673–690

http://www.aeaweb.org/articles.php?doi=10.1257/aer.100.3.673

Economía de Costos de Transacción: La progresión natural ƚ


Por Oliver E. Williamson*

Traducción Hugo Wiener Fresco

El programa de investigación sobre el que hemos estado trabajando yo y otros, ha sido descrito de
diversas maneras como la "economía de la gobernanza", la "economía de la organización", y
"economía de los costos de transacción". Como se discute en la Sección I, la gobernanza es el
concepto general y economía del costo de transacción es el medio por el que se alcanza contenido
operativo en la gobernanza y organización. El tema específico que me atrajo a este proyecto de
investigación fue el enigma planteado por Ronald Coase en 1937: ¿Qué factores de eficiencia
determinan cuándo una empresa produce un bien o servicio para atender sus propias necesidades
en lugar de externalizar su producción? Como se describe en la Sección II, mi artículo de 1971 "La
Integración Vertical de la Producción" avanzó con este tema y me animó a seguir en la investigación
que llegó a ser conocida como economía de los costos de transacción. Los rudimentos de la
economía de los costos de transacción se establecen en la Sección III. Los rompecabezas y desafíos
que surgieron y que requerirán "empujar la lógica de la gobernanza eficiente para la terminación"
son examinados brevemente en la Sección IV. Se concluye con observaciones finales.

I. Una visión general

Para los economistas, como de manera más general, la gobernanza y la organización son
importantes si y como son, se hacen susceptibles de análisis. Como se describe aquí, proporcionar
contenido operativo al concepto de gobernanza conlleva examinar la organización económica a
través del lente del contrato (en lugar del lente neoclásico de la elección), reconociendo que se trata
de un proyecto interdisciplinario en el que economía y teoría de la organización (y, más tarde, los
aspectos legales) se unieron, introduciendo de manera descuidada hasta ahora, los costos de
transacción en el análisis. El objetivo era alcanzar una teoría predictiva de la organización
económica. El acertijo de la integración vertical fue un aspecto adecuado para empezar.
ƚ Este artículo
es una versión revisada de la conferencia de Oliver E. Williamson en Estocolmo, Suecia, el 8 de
diciembre 2009, cuando recibió el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred
Nobel. Los derechos de autor © de este artículo corresponden a La Fundación Nobel 2009 y se publica aquí
con su permiso.
*Williamson: Universidad de California, Berkeley, Haas School of Business, S545 Servicios Estudiantiles Bldg,
Berkeley. CA 94720-1900 (e-mail: owilliam@haas.berkeley.edu). Este trabajo se ha beneficiado con la
presentación temprana de un borrador a mis colegas y estudiantes de la Universidad de California, Berkeley y
de las discusiones posteriores con Steven Tadelis. Se agradece el apoyo continuo de la Haas School of Business
de la Universidad de California. Berkely. Tengo serias dudas de que hubiera emprendido el proyecto descrito
en este documento, pero (i) mi interdisciplinaria formación en la Universidad Carnegie Mellon (donde se
unieron la economía y la teoría de la organización), (ii) mi experiencia como Asistente Económico Especial del
Jefe de la División Antimonopolio del Departamento de Justicia de Estados Unidos (que puso de manifiesto la
necesidad en las agencias de defensa de la competencia de combinar la economía y la teoría de la
organización), y (iii) la oportunidad de trabajar estos temas con mis alumnos de la Universidad de

1
Pennsylvania, cuando retomé la enseñanza (la enseñanza es aprendizaje, sobre todo si los estudiantes se
compran el proyecto).

A. Gobernanza

Mientras que los libros de texto de la teoría microeconómica guardaron silencio sobre el concepto
de buen gobierno, John R. Commons, que era un economista institucional líder durante la primera
mitad del siglo XX, formuló el problema de la organización económica de la siguiente manera: "La
unidad última de actividad ... debe contener en sí mismo los tres principios, conflicto, reciprocidad
y orden. Esta unidad es una transacción" (Commons 1932, 4). Commons posteriormente recomendó
que "las teorías económicas se centren en transacciones y reglas de trabajo, en los problemas de
organización y en las ... [formas] en que la organización de las actividades se…estabiliza" (Commons
1950, 21).

Esta concepción de la economía debe contrastarse con el paradigma neoclásico de la asignación de


recursos en dos aspectos importantes: primero, mientras Commons veía la importancia de la
organización y la continuidad de las relaciones contractuales, el paradigma de la asignación de
recursos hizo irrelevante la provisión para cualquiera, centrándose en cambio en los precios y la
producción, la oferta y la demanda; segundo, mientras que la teoría de precios se convertiría en el
"paradigma dominante" durante el siglo XX (Melvin W. Reder 1999, 43), la economía institucional
fue relegada a la historia del pensamiento, ya que no pudo avanzar una agenda de investigación
positiva que estuviera repleta de predicciones y pruebas empíricas (Stigler como se informa en
Edmund W. Kitch 1983, 170). A pesar de los incondicionales, la economía institucional "corrió sola
en la arena".

Esto no implica, sin embargo, que la economía institucional careciera de buenas ideas. Ciertamente,
la triple de Commons, conflicto, cooperación y orden, prefiguran el concepto de gobernanza como
aquí es empleado -en que la gobernanza es el medio para infundir orden, que permita mitigar el
conflicto y lograr el beneficio mutuo. Además, la transacción se define como la unidad básica de
análisis.

James M. Buchanan (1975, 225), posteriormente distinguió entre los enfoques de elección y de
contrato en la organización económica y argumentó que la economía como disciplina estuvo
"equivocada" en su preocupación por la ciencia de la elección y el aparato de optimización asociado
con eso. Si "las ventajas de la reciprocidad del intercambio voluntario es ... el más fundamental de
todos los entendimientos de la economía "(Buchanan 2001, 29), entonces el enfoque de contrato
es una perspectiva infrautilizada.

Los últimos 35 años han sido testigos de un creciente interés en el uso del enfoque de contrato,
para incluir tanto las teorías que hacen hincapié en la alineación de incentivos ex ante (teoría de la
agencia/diseño de mecanismos, teoría de equipo, teoría de los derechos de propiedad) con aquellos
de la gobernanza ex post de las relaciones contractuales que es donde debe centrase el análisis
principal. La economía de costos de transacción es una construcción ex post de la gobernabilidad,
con énfasis en aquellas operaciones por las que Commons llama la atención -especialmente aquellas
cuya continuidad (o quiebre) del intercambio es de especial importancia. ¿Cómo los atributos de
estas transacciones difieren de las transacciones ideales, tanto en el derecho como en la economía,

2
del simple intercambio de mercado (donde no hay relaciones de continuidad)? ¿Cuáles fueron las
consecuencias en la gobernanza?

Las respuestas a estas preguntas implicarían reformular el problema de la organización económica


en términos contractuales comparativos (i) nombrando los atributos claves con respecto a los cuales
las transacciones difieren, (ii) describiendo los grupos de atributos que definen modos alternativos
de gobierno (de los cuales los mercados y las jerarquías son dos), (iii) uniendo estas partes con la
hipótesis de la alineación eficiente, de las que (iv) deriven predicciones a las que se apliquen pruebas
empíricas, y (v) ramificaciones en políticas públicas que deberán trabajarse. Como antecedente de
lo anterior, los atributos relevantes de los contratos de los actores humanos serían descritos y
explicados.

B. Organización

Mientras que la teoría neoclásica de la firma trataba a la empresa como una caja negra para
transformar insumos en productos de acuerdo con las leyes de la tecnología, esto no fue, como
Harold Demsetz (1983, 377) observó, una construcción de uso múltiple. Se trata de un "error
confundir la firma de la teoría económica [neoclásica] con su símil en el mundo real. La misión
principal de la economía neoclásica es entender cómo el sistema de precios coordina el uso de los
recursos, no el funcionamiento interno de empresas reales".

Aunque Demsetz no abordó el caso de que la economía y la teoría de la organización pudieran estar
unidas en un esfuerzo conjunto para comprender a la firma y la organización del mercado en el
mundo real, que es no obstante, una necesidad de investigación y una oportunidad como me di
cuenta - en no poca medida debido a mi formación en el programa de doctorado en la Escuela de
Graduados de Administración Industrial de la Universidad Carnegie Mellon (1960-1963). Este
notable programa interdisciplinario en ciencias sociales abordó el caso de la teoría de la
organización de modo que debía informar y ser informado por la economía1. Especialmente Herbert
Simon, James March, y Richard Cyert jugaron importantes roles 2 en poner esto en evidencia. Las
consideraciones de racionalidad limitada, la especificación de objetivos 3, regularidades
intertemporales (en las que la organización adquiere "una vida propia"), la importancia crítica de la
adaptación, la dependencia en la operación de las partes en rutinas, y, más generalmente, la
"arquitectura de la complejidad", fueron todos conceptos básicos que demostraron ser pertinentes
para la comprensión de la contratación incompleta y la organización compleja. Había llegado la

1
Jacques Dreze habla por mí, y, estoy seguro, por muchos otros en su declaración que "nunca, desde [mi visita
a Carnegie Mellon] experimenté tal entusiasmo intelectual "(1995, 123). Premios Nobel en economía del
pequeño grupo de profesores y estudiantes en CMU incluyen a Herbert Simon, Franco Modigliani, Merton
Miller, Robert Lucas, Edward Prescott y Finn Kydland.
2
Libros clásicos de profesores de Carnegie Mellon que cuentan con economía y teoría de la organización
incluyen Modelos de Hombre (Simon 1957b), Organizaciones (March y Simon 1958) y la Teoría de la Conducta
de la Firma (Cyert y marzo 1963).
3
Una forma de introducir consideraciones organizacionales es cambiar la función objetivo de la empresa
reemplazando el supuesto neoclásico de la maximización del beneficio con diversas formas de
"discrecionalidad directiva" -tales como la maximización de las ventas (Baumol, 1959), la maximización del
crecimiento (Marris 1964), o preferencia de gasto (Williamson 1964). Estos esfuerzos por introducir "realismo
en la motivación" permitió algunas predicciones y dio lugar a algunas pocas pruebas empíricas.

3
gobernanza de las relaciones de contrato a ser objeto de estudio en el Carnegie Mellon, por lo que
no hay duda de que esto fue examinado de manera interdisciplinaria.

C. Costos de Transacción

Ronald Coase, en su artículo clásico 1937 sobre "La naturaleza de la empresa", fue el primero en
introducir el concepto de costos de transacción en el estudio de la firma y la organización del
mercado. El juvenil Coase (entonces 27 años de edad) descubrió un grave error en la teoría de los
libros de texto aceptados sobre la firma y la organización del mercado. Al ver la firma y el mercado
como "métodos alternativos de coordinación de la producción" (1937, 388), Coase observa que la
decisión de utilizar un modo en lugar del otro no debía ser tomada como dada (como era la práctica
prevaleciente) sino que debía ser derivada. En consecuencia, Coase (1937, 389) aconsejó a los
economistas que necesitaban:

.. para salvar lo que parece ser un vacío en la teoría [estándar] económica entre el supuesto
(hecho para algunos propósitos) que los recursos se asignan por medio del mecanismo de precios
y la asunción (hecho para otros fines) que la asignación depende del empresario-coordinador.
Tenemos que explicar la base sobre la cual, en la práctica, esta elección entre alternativas se
efectúa.

El concepto que faltaba era "costos de transacción".

El fallo al que hacía referencia Coase tuvo pocos efectos inmediatos (Coase 1988, 23) y no pudo
afianzarse en los siguientes 20 años, período en el cual el supuesto implícito de costo de transacción
cero continuó sin cambio. Dos artículos importantes en la década de 1960 alterarían este estado de
cosas. Al empujar la lógica de los costos de transacción cero hasta sus últimos extremos, las
consecuencias no previstas de este supuesto estándar estuvieron a la vista de todos.

La primera demostración fue en 1960 con el artículo de Coase sobre "El problema del costo social".
Al reformular el problema de la externalidad en términos contractuales y empujando la lógica del
costo de transacción cero hasta sus últimas consecuencias, se dio cuenta de un resultado
sorprendente: "La conclusión de Pigou (y de la mayoría de los economistas de la época) de que algún
tipo de acción del gobierno (por lo general la imposición de impuestos) era requerida para refrenar
aquellas acciones con efectos nocivos sobre los demás (a menudo denominado externalidades
negativas)" era incorrecta (Coase 1992, 717) 4. Eso es porque si los costos de transacción son cero,
entonces las partes en las transacciones de responsabilidad civil tendrán una ganga sin costo para
alcanzar un resultado eficiente cualquiera fueran los derechos de propiedad que se hubieran
asignado desde el principio. En ese caso, el emperador realmente no tendría ropa: externalidades y
fricciones de otros tipos se desvanecerían. Siendo eso absurdo, el mensaje real era este: "estudien
el mundo de los costos de transacción positivos" (Coase 1992, 717) 5. El examen de Kenneth J. Arrow

4
Incluso la Escuela de Chicago, que tenía graves reservas con la extralimitación en el uso del argumento de
las externalidades, era resistente a las afirmaciones de Coase de que las externalidades desaparecieran bajo
condiciones de costos de transacción cero. Para una discusión de Coase frente a Chicago, véase Edmund Kitch
(1983, 220 a 221).
5
No todo el mundo está de acuerdo. Algunos economistas consideran que el "teorema de Coase" (las primeras
15 páginas de Coase 1960) implican que la renegociación sin costo describe con precisión la contratación en
la práctica. Sin embargo, las 29 páginas siguientes de Coase (1960) revelan que el costo supuesto de

4
de 1969 sobre "La Organización de la Actividad Económica: Cuestiones Pertinentes entre la Elección
de Mercado frente a la Asignación de no Mercado" asimismo reveló la necesidad de hacer un lugar
para los costos de transacción positivos, tanto con respecto a las fallas del mercado como con la
contratación en el mercado de productos: "la existencia de integración vertical puede sugerir que
los costos de operar en mercados competitivos no son cero, como se supone por lo general en
nuestro análisis teórico" (Arrow 1969, 48).

Pero mientras se empujaba la lógica de los costos de transacción cero hasta el final se fue revelando
la necesidad de prever costos de transacción positivos, aunque se debía considerar tres problemas.
En primer lugar, después de abrir la "caja negra" de la empresa y la organización del mercado y mirar
dentro, la caja negra resultó siendo la caja de Pandora: los costos de transacción positivos
aparecieron en todas partes. Eso podría llegar a ser una maldición, de modo que algún tipo de costo
de transacción podría ser invocado para explicar cualquier situación después del hecho, como
resultado de lo cual los costos de transacción adquirieron una "bien merecida mala fama" (Stanley
Fischer 1977, 322). En segundo lugar, no eran suficientes para demostrar que algunos tipos de
costos de transacción eran significativamente grandes. A menos que estos costos variaran según
modos (por ejemplo, entre los mercados y las jerarquías), tal demostración carecía de importancia
contractual comparativa. En tercer lugar, los costos de transacción que pasaban la prueba de
importancia contractual comparativa necesitaban ser introducidos en un marco conceptual a partir
del cual se pudiera derivar predicciones empíricamente evaluables. La necesidad insatisfecha era
centrar la atención en las características claves y proporcionar contenido operativo para el
intrigante concepto de los costos de transacción positivos.

II. Integración Vertical de la Producción

Lo que he denominado el "Carnegie Triple" (Williamson 1996, 25) es lo siguiente: ser disciplinado;
ser interdisciplinario; tener una mente activa. Ser disciplinado significa tomar seriamente el corazón
de tu disciplina y trabajar en ella en sus propios términos. Ser interdisciplinario significa apelar a las
ciencias sociales próximas -si y cuando los fenómenos en estudio cruzan las líneas disciplinarias.
Tener una mente activa implica hacerse la pregunta: "¿Qué está pasando aquí?" en lugar de
pronunciar "Esta es la ley aquí" 6. El Carnegie Triple me serviría bien cuando establecí que mi campo
fuera la organización industrial, a pesar de que nunca había tomado un curso de organización
industrial en el Carnegie Mellon (o en otro lugar), ni cuando fui al mercado de trabajo.

Coase (1972, 62) describe los principales libros de texto de organización industrial existentes en la
década de 1960 como "aplicaciones de la teoría de precios", con lo que estoy de acuerdo, pero con
una salvedad: el paradigma estructura-conducta-desempeño también jugó un papel importante en
el enfoque de la "Escuela de Harvard" en este campo. La organización de los mercados
(especialmente con respecto a la distribución por número y tamaño de las empresas y las
condiciones de ingreso) ocupaban un lugar destacado, pero la organización de las empresas era
ignorada. Debido a que las firmas eran funciones de producción para la transformación de insumos

transacción cero no sólo está mal, sino socava nuestra comprensión de los complejos fenómenos económicos.
La atención por los costos de transacción positivos tendría a partir de entonces que hacerse si las
externalidades y otros fenómenos contractuales del mundo real debían entenderse con precisión. Coase
reafirmó que este era su propósito en su conferencia del Premio Nobel (Coase 1992, 712).
6
Para una discusión de estas distinciones, véase Roy D'Andrade (1986).

5
en productos de acuerdo a las leyes de la tecnología, la lección de Organización Industrial de política
pública fue: salvo que las prácticas de contratación y estructuras de organización tuvieran una base
física o técnica, las formas de contrato y organización no estándar y desconocidas eran consideradas
como profundamente problemáticas y presuntamente anticompetitivas 7.

En contraste con esta Interpretación unilateral de las desviaciones de la norma en virtud de la


prevalente orientación de Organización Industrial, la perspectiva de Carnegie Mellon en la variable
contractual y organizacional podría también servir a los propósitos de eficiencia. Esta diferencia en
las perspectivas fue muy poderosa cuando en 1966-67 me desempeñé como Asistente Económico
Especial del Jefe de la División Antimonopolio del Departamento de Justicia de Estados Unidos,
sobre todo cuando se me pidió hacer tempranos comentarios del borrador del resumen Schwinn. El
tema fueron las restricciones verticales del mercado, y el resumen avanzaba el argumento de que
las restricciones de franquicias impuestas por el fabricante de la bicicleta Schwinn eran
anticompetitivas. Mi punto de vista fue más cauto. No solo era poco claro para mí de que las
restricciones tuvieran efectos anticompetitivos, sino que el caso podría hacer que las restricciones
en cuestión sirvieran al propósito de preservar la integridad del sistema de franquicias –
adicionalmente o en lugar de (Williamson 1985, 183-189). Por desgracia, los principales arquitectos
del resumen Schwinn vieron el caso como una oportunidad para aplicar el "pensamiento
prevaleciente en ese momento en la profesión del economista de restringir la distribución" (Richard
A. Posner 1977, 1). Esta interpretación anticompetitiva tuvo éxito en los argumentos antes que la
Suprema Corte de EE.UU 8.

En razón de que percibí un razonamiento truncado y defectuoso en Schwinn y otros casos 9, decidí
revisar la integración vertical y las restricciones verticales en los mercados cuando reanudé la
enseñanza en la Universidad de Pennsylvania. Con los estudiantes de posgrado trabajamos nuestro
camino a través de la literatura y, se obtuvieron algunos muy buenos artículos (William Fellner 1947;
Lionel W. McKenzie 1951; George J. Stigler 1951), que pese a satisfacernos no permitió que la
economía de la organización jugara algún papel significativo. Por tanto, decidí volver a la integración
vertical con una perspectiva teórica que combinara economía con organización.

Mi artículo sobre "La integración vertical de la producción: Consideraciones sobre fallos del
mercado" difiere de la ortodoxia en los siguientes aspectos: (i) examiné la organización económica
con el lente del contrato (en lugar del lente ortodoxo de la elección), (ii) describí la cognición en
términos de racionalidad limitada, en los que todos los contratos complejos son incompletos, (iii)
hice provisión para el comportamiento estratégico (deserción del espíritu de cooperación) cuando
un bien o servicio subcontratado experimenta grandes perturbaciones, (iv) trate la adaptación como
el principal propósito de eficiencia de la organización económica, y (v) distinguí entre las inversiones

7
Coase (1972, 67) describe la predilección por el monopolio imperante de la siguiente manera:
Un resultado importante de esta preocupación por el problema del monopolio es que si un economista
encuentra algo- una práctica comercial de un tipo u otro, que él no entiende, busca una explicación basada
en el monopolio. Y como en este campo somos muy ignorantes, el número de prácticas inexplicables
tiende a ser bastante grande, y la dependencia de una explicación de monopolio, frecuente.
8
Curiosamente, la Corte Suprema revocó efectivamente a Schwinn una década más tarde cuando los límites
del "pensamiento dominante" se hicieron cada vez más claros.
9
No significa, sin embargo, sugerir que mis desacuerdos eran comunes. La dirección y el personal de la División
de Defensa de la Competencia a finales de 1960 eran superlativos.

6
en activos genéricos y activos específicos, en una relación de dependencia bilateral entre proveedor
y comprador que se atribuye a este último. En conjunto, el argumento se reduce a esto: un eficiente
mercado de intercambio de productos es generalmente bien servido por una simple contratación
de mercado si los activos son genéricos; pero la ventaja corresponde a la jerarquía de dependencia
bilateral (y el riesgo resultante de costosas malas adaptaciones) en razón de la especificidad de
activos y otras alteraciones.

A pesar de que inicialmente consideraba este trabajo como un esfuerzo independiente para resolver
el rompecabezas de los límites de la empresa y ampliar nuestra comprensión de la integración
vertical, resultó que la integración vertical se convertiría en un paradigma para el estudio de un
contrato complejo y la organización económica. La combinación de contratos incompletos, la
dependencia bilateral (dependencia de activos específicos), y la deserción de la norma de
adaptación coordinada con alteraciones significativas en experiencias de contrato (para las
inversiones grandes) tenían aplicación a una amplia gama de fenómenos que fueron interpretados
como variaciones sobre un tema.

El truco inicial fue pensar contractualmente, que para muchos fenómenos fue sencillo, pero para
los demás requería que el fenómeno fuera reformulado en términos de contratación. Esto, sin
embargo, era simplemente el primer paso. Los conceptos claves debían ser operacionalizados; una
teoría predictiva necesitaba ser trabajada; y, como surgieron las lagunas y omisiones, la lógica de
los costos de transacción positivos necesitaba ser empujada hasta su extremo. Los dos primeros se
tratan en la Sección III y el último en la Sección IV.

III. Los Rudimentos

Al constatar que este enfoque en el estudio de la organización económica tenía una amplia
aplicación, necesitaba trabajar los mecanismos básicos y la lógica subyacente de manera más
sistemática. Los rudimentos se describen en tres grupos: movimientos conceptuales claves;
movimientos operativos claves; y aplicaciones. Común a los tres grupos es la necesidad de examinar
la organización económica en un nivel de microanálisis, lo que es consistente con la observación de
Simon:

En las ciencias físicas, cuando se encuentran errores de medición y otros ruidos en el orden de
magnitud de los fenómenos en estudio, la respuesta no es tratar de sacar más información de
los datos por medios estadísticos; se trata de encontrar técnicas para la observación de los
fenómenos con un mayor nivel de resolución. La estrategia correspondiente para la economía es
obvia: fijar nuevos tipos de datos a nivel micro (Simon, 1984, 40).

Lo que sigue es un compendio bastante compacto:

A. Movimientos conceptuales

Los movimientos básicos son para elaborar sobre (i) los atributos de los actores humanos y (ii) la
adaptación, e introducir (iii) las leyes del contrato (plural).

Actores Humanos.- Si "nada es más fundamental en el establecimiento de nuestra agenda de


investigación y en la información de nuestros métodos de investigación que nuestra visión de la
naturaleza de los seres humanos cuyo comportamiento estamos estudiando "(Simon 1985, 303), a

7
continuación, los científicos sociales tienen el reto de nombrar lo cognitivo, el interés propio, y otros
atributos de los actores humanos en los que su análisis se sostiene.

El supuesto cognitivo que Simon (1991, 1957) ha caracterizado como su "estrella polar" es la
racionalidad limitada, que él describe como una conducta que es "intencionalmente racional, pero
sólo limitadamente así”. Los actores humanos, por lo que se ha descrito, no son ni hiperracionales
ni irracionales, pero están intentando eficazmente de hacer frente a contratos complejos que son
incompletos.

Sin perjuicio de lo incompleto, la economía de los costos de transacción también considera una
"previsión factible" como se refleja en las declaraciones de George P. Shultz acerca de cómo su
"formación en economía ha tenido una gran influencia en mi forma de pensar acerca de las tareas
de orden público, incluso cuando no tengan una relación particular con la economía. Nuestra
disciplina hace a uno pensar en el futuro, preguntar acerca de consecuencias indirectas, toman en
cuenta variables no directamente bajo consideración" (Shultz 1995, 1). Este es un tema recurrente
en el debate en la Sección IV de empujar la lógica hasta el final. Simplemente observo aquí que
muchos economistas y otros dentro de la comunidad de las ciencias sociales (Michels 1962; March
y Simon 1958) practican la previsión factible, aunque esto sea una perspectiva poco usada.

Mi interpretación de la descripción de Simon del interés propio como la búsqueda de "la fragilidad
de los motivos" (Simon 1985, 303) es que la mayoría de la gente va a hacer lo que dicen (y algunos
lo harán más) la mayor parte del tiempo sin preguntarse tímidamente si el esfuerzo se justifica por
las ganancias netas descontadas esperadas. Si resbalan, es una fricción normal y a menudo una
cuestión de desconcierto. La proposición de que las rutinas describen el comportamiento de la
mayoría de los individuos la mayor parte del tiempo, considera (no estratégico) un comportamiento
benigno.

Pero mientras las descripciones precisas de lo que está pasando "la mayoría del tiempo" son
claramente esenciales, mucho de lo que es interesante sobre el comportamiento humano en
general y de las organizaciones en particular, hace referencia no a las rutinas sino a las excepciones.
De hecho, una vez que se han desarrollado buenas rutinas, el principal rol de la gestión es tratar con
las excepciones. En el contexto del outsourcing, tales excepciones provienen de contratos
incompletos en combinación con trastornos que presionan a las partes a un acuerdo entre empresas
fuera de la curva de contrato. Consideraciones estratégicas -que surgen como consecuencia de las
asimetrías de información, dependencias bilaterales, debilidades de los derechos de propiedad, y lo
costoso de la ejecución judicial de los contratos- entran en juego si, en lugar de la mera fragilidad
de motivo, el oportunismo es la condición operativa.

Adaptaciones.- Tanto el teórico de la organización Chester Barnard como el economista Friedrich


Hayek consideraron la adaptación como el principal propósito de la organización económica, pero
con diferencias. Encontrando poco en las ciencias sociales que informen del estudio de la
organización interna (jerarquía) como que la había experimentado, Barnard se comprometió a
elaborar él mismo los conceptos relevantes en su pionero libro, Las Funciones del Ejecutivo (Barnard
1938), en el cual se centró en la adaptación coordinada como una manera "consciente, deliberada,
útil" de uso de la administración. Hayek, por el contrario, celebra la "maravilla del mercado" (Hayek
1945, 527), en el cual las adaptaciones autónomas se implementan de forma espontánea en
respuesta a los cambios en los precios relativos.

8
El desafío para la economía de la gobernabilidad fue reconocer que las adaptaciones de ambos tipos
son importantes, así como considerar una selectiva provisión para cada uno. Más bien, por lo tanto,
antes de ser atrapado en la vieja división ideológica entre mercados o jerarquías, la economía de los
costos de transacción trata a los dos como modos alternativos de gobierno, mercados y jerarquías,
los cuales tienen funciones distintivas que jugar en una economía que funciona bien. El hasta ahora
denostado modo de jerarquía es reconocido al nivel de la maravilla del mercado, siendo el objetivo
implementar cada uno de manera apropiada.

Las leyes de contratos (en plural).- En contra de la práctica habitual de existencia de un solo uso
múltiple de la ley del contrato, Karl N. Llewellyn, quien era un líder en el Movimiento del Realismo
Legal en los Estados Unidos, se trasladó más allá del concepto de contrato como reglas legales (con
la aplicación de la corte), introduciendo la idea de "contrato marco", ejecutado predominantemente
por un orden privado. En concreto, la "gran importancia del contrato legal es proporcionar…un
marco que casi nunca indica con precisión las relaciones reales de trabajo, pero que ofrece una
indicación aproximada alrededor de la cual esas relaciones varían, una ocasional guía en los casos
de duda, y una norma final para apelar cuando las relaciones de trabajo cesan de hecho" (Llewellyn
1931, 736-737). Esta última condición es importante, de modo que el recurso a los tribunales a los
efectos de la apelación final, sirve para delimitar posiciones amenazadas. El concepto más elástico
del contrato como marco, sin embargo, es compatible con una relación de (cooperación)
intercambio en una gama amplia de alteraciones contractuales como no lo haría una construcción
estricta de reglas legales. Como se discute más adelante buscando empujar la lógica a sus extremos,
el régimen de derecho contractual de la "tolerancia" tiene en sus orígenes intenciones similares.

Baste observar aquí que las adaptaciones (de tipos autónomos y coordinados) se toman como el
propósito central de la organización; y los modos viables de gobierno difieren en aspectos del
derecho contractual.

B. Movimientos operacionales claves

Los tres movimientos operacionales claves son: (i) nombrar los atributos de la unidad de análisis, (ii)
hacer lo mismo para los modos de gobierno, y (iii) avanzar en la hipótesis de alineación eficiente.

Unidad de Análisis.- Varias unidades de análisis han sido propuestas para el estudio de las
organizaciones, sin embargo, son poco frecuentes los esfuerzos para nombrar los atributos
definitorios de estas unidades. La unidad de análisis en la economía de los costos de transacción es
la transacción -según lo recomendado por Commons (1932) y como es implícita en Coase (1937,
1960). Para los propósitos de la economía de los costos de transacción, las dimensiones críticas de
las transacciones son la complejidad, la condición de especificidad de activos, y las perturbaciones
a las que una transacción está sujeta. Entre estas tres, los atributos de especificidad y
perturbaciones atípicas en las transacciones han sido los más importantes para la comprensión de
la gobernanza en las relaciones contractuales y para las cuales las adaptaciones no programadas son
necesarias 10.

10
Tenga en cuenta, sin embargo, que la complejidad juega un papel crucial en el siguiente sentido: todos los
contratos complejos son incompletos en razón de la racionalidad limitada. No todo lo incompleto, sin
embargo, es relevante.

9
Aunque Jacob Marschak había hecho referencia perceptiva a la especialización humana y las
condiciones de localización y observó que "el problema de los bienes únicos o imperfectamente
estandarizados ... ha sido descuidado en los libros de texto "(Marschak 1968, 14), el amplio alcance
de los activos específicos- para incluir lo físico, lo humano, un sitio específico, dedicación, capital en
marca, y episódicos (o temporales) formas- serían evidentes sólo con el estudio concertado que
llevó adelante la economía de los costos de transacción. Relevante en este sentido es que los
diferentes tipos de riesgos se vinculan con diferentes formas de especificidad de los activos, cuyas
variaciones tienen ramificaciones organizativas significativas. Cualesquiera que sean las
particularidades, la regularidad básica asociada con las transacciones que son sostenidas con las
inversiones en activos específicos es que estos no pueden ser redistribuidos a los usos y usuarios
alternativos sin pérdida de valor productivo (Williamson 1971, 1975, 1976, 1985; Benjamin Klein,
Robert G. Crawford, y Armen A. Alchian 1978).

Las consideraciones intertemporales son relevantes a este respecto. Así, aunque algunas
condiciones de especificidad de los activos son evidentes desde el principio, otras evolucionan con
la ejecución del contrato (la especificidad de los activos humanos que se desarrollan en el aprender
haciendo es un ejemplo de esto último). Cualquiera que sea la fuente de la condición de
especificidad de los activos, la condición de no reutilización a que me refiero más arriba, tiene el
efecto de transformar lo que pudo haber sido un gran número de ofertas competitivas desde el
principio en una pequeña relación de intercambio durante el período del contrato y en el intervalo
de su renovación. Tales transformaciones comprometen la eficacia del cambio simple de mercado,
que es suplantado por contratos a largo plazo (apoyados en compromisos creíbles) o, en el límite,
por la propiedad unificada de etapas sucesivas, con el recurso a la jerarquía 11.

Modos de Gobernanza.-Mercados y jerarquías son los dos modos alternativos a los que Coase se
refirió en su artículo de 1937 y son las alternativas de gobierno en las que me centro en mi artículo
sobre la integración vertical de la producción. Esto está enteramente en el espíritu del primer
precepto de la metodología pragmática: mantenerlo simple (Robert M. Solow 2001; Brian Snowdon
y Howard Vane 1997). Es de destacar, sin embargo, que la economía de los costos de transacción ha
introducido posteriormente el modo híbrido (Williamson 1991; Claude Menard 1996) y además se
ha movido más allá de la intermediación contractual del mercado de productos para interpretar una

Asocio la consecuencia de lo incompleto principalmente a trastornos atípicos cuando lo que está en juego es
grande (porque las partes son bilateralmente dependientes), en los que la cuenta de activos específicos y la
incertidumbre son los rasgos definitorios. Incompletitud intrascendente es una gama de perturbaciones sobre
las cuales el "contrato marco" de Llewellyn puede presumirse que trabaja bien, a menudo con el apoyo de
mecanismos de contratación creíbles.
Es también, sin embargo, útil reconocer que la incompletitud se vuelve más grave con el número de
características de una transacción (precisión, vínculos, compatibilidad) para los que se necesita aumentar las
adaptaciones, cuando aumenta el número de significativas perturbaciones que inciden en estas
características, o cuando las alteraciones aumentan con la extensión del contrato.
11
Tenga en cuenta que debido a que la especificidad de activos es una variable de diseño, el bien o servicio
que se entregará podría ser rediseñado de manera que se reduzcan las características específicas de los
activos, aunque con un sacrificio en el rendimiento del bien o servicio en cuestión (Michael H. Riordan y
Williamson 1985). Tenga en cuenta también que si bien el énfasis en las transacciones individuales
(bilaterales) sirve al propósito de simplicidad analítica, grupos de transacciones relacionadas a veces plantean
problemas de secuenciación. Esto introduce consideraciones de sistemas para los que la complejidad de
coordinación en tiempo real debe tenerse en cuenta. (Ver nota 18, más adelante.)

10
amplia gama de fenómenos comerciales (y algunos no comerciales) como variaciones sobre un
tema.

Las dimensiones críticas para describir los modos alternativos de gobierno, de los cuales mercados
y jerarquías son dos, son intensivas en incentivos (que son fuertes en etapas autónomas en las que
se capturan los flujos de ingresos netos, y débiles en esquemas con recompensas fijas),
administración de comandos y control (que son fuertes si las sucesivas etapas conforman una
propiedad unificada y están sujetas a coordinación y resolución de disputas por un "jefe" común), y
el régimen de derecho contractual, que es fuerte con reglas legales (por orden judicial), un régimen
de derecho contractual, pero es débil si las disputas entre las sucesivas etapas se liquidan por orden
privada (en la cual la firma es su propia última instancia de apelación definitiva).

Suponiendo que cada una de estas tres dimensiones de la gobernabilidad pueden tomar cualquiera
de estos dos valores, débil (0) o fuerte (+), y que nos centremos en los modos extremos (de mercado
y la jerarquía), son 23 = 8 combinaciones posibles. ¿Cuáles son las combinaciones internamente
consistentes que describen al mercado y la jerarquía? Como se discutió en otra parte (Williamson
1991), el síndrome que describe al mercado es la fuerte intensidad en incentivos, débil comando y
control en la interface, y fuerza (normas legales) en la contratación. El síndrome que describe la
jerarquía, por el contrario, es un incentivo de débil intensidad, gran dominio de la gestión y control
en la interface, y debilidad en el régimen de derecho contractual (ley de tolerancia). Así descrito, el
mercado y la jerarquía son polos opuestos.

Alineación eficiente.- La economía de los costos de transacción apela a la hipótesis de la alineación


eficiente para predecir qué transacciones van -a saber, transacciones, que difieren en sus atributos,
que están alineados con las estructuras de gobierno, que difieren en su costo y competencias, de
modo que (principalmente) el resultado economice costo de transacción. La predicción básica para
transacciones genéricas sin especificidad de activos y las necesidades de adaptación puede
determinarse y aplicarse de modo autónomo, es que éstas se adquirirán en el mercado. Estas
transacciones corresponden a las transacciones ideales, tanto en derecho como economía. Las
transacciones, por el contrario, que requieren importantes inversiones en activos específicos y están
sujetas a contratos incompletos (por la razón de los límites de la racionalidad) experimentarán mala
coordinación cuando son acosadas por perturbaciones significativas para los que la defección en la
cooperación puede ser proyectada como un riesgo creciente. Tales transacciones se beneficiarán de
una propiedad unificada y adaptaciones coordinadas implementadas por una jerarquía.

C. Aplicaciones

Las teorías económicas tienen una importancia adicional si y cuando (i) las predicciones se
confirman por los datos, (ii) las variaciones sobre un tema son abordadas, y (iii) las ramificaciones
en políticas públicas se acumulan y son mostradas.

Empíricas. La economía de los costos de transacción -hace predicciones y las somete a la prueba
empírica. No sólo las pruebas empíricas sobre costos de transacción superaron las 800 en 2006, sino
que han sido ampliamente corroborativas (Jeffrey T. Macher y Barak D. Richman 2008). De hecho,
"a pesar de que hace casi 30 años parecía haber obstáculos insuperables para obtener datos
relevantes [que a menudo son los datos principales de un tipo microanalítico], hoy la economía de
los costos de transacción se sostiene sobre una muy amplia base empírica" (Inge Geyskens, Jan-

11
Benedict Steenkamp y Nirmalya Kumar 2006, 531). Es innegable que la economía de los costos de
transacción ha sido mucho más influyente debido al trabajo empírico que ha generado (Michael D.
Whinston 2001).

Variaciones sobre un Tema.- La economía de los costos de transacción tiene muchas aplicaciones,
no sólo en el campo de la organización industrial, sino también en los campos más aplicados de la
economía –que incluyen el laboral, las finanzas públicas, sistemas económicos comparados, y el
desarrollo y la reforma económica. Aplicaciones a los negocios –en las áreas de estrategia,
comportamiento organizacional, mercadeo, finanzas, gestión de operaciones y contabilidad- son
también numerosas. Muchas aplicaciones alcanzan a las ciencias sociales vecinas (especialmente la
sociología, la ciencia política, la psicología social y aspectos de la ley). Es tan amplio el alcance porque
cualquier problema que surge o puede ser reformulado como un problema de contratación puede
ser examinado con ventaja en términos de la economía de los costos de transacción.

Políticas Públicas 12- Aunque la economía de los costos de transacción ha tenido numerosas
aplicaciones en políticas públicas orientadas a los negocios (antimonopolio, regulación, gobierno
corporativo), y en cierta medida en el estudio de la agricultura, la salud pública, las oficinas públicas,
y el desarrollo y la reforma económica, que es, a mi juicio, una perspectiva de política pública
infrautilizada -sobre todo en el diseño de oficinas públicas, de las cuales el Departamento de
Seguridad Nacional de los Estados Unidos es un reciente ejemplo (Dara K. Cohen, Mariano-
Florentino Cuéllar, y Barry R. Weingast 2006). Una eficiente evaluación de las alternativas viables es
a menudo escatimada por un proceso político en el que las oficinas públicas son diseñadas con
referencia a propósitos políticos inmediatos.

IV. Empujar la Lógica de hasta el final

Empujar la lógica hasta el final se logra mediante la combinación del segundo y tercer precepto de
la metodología pragmática, es decir, "hacer las cosas bien" y "que sea creíble" (Solow 2001, 111).
Hacer las cosas bien "incluye la traducción de conceptos económicos en matemáticas precisas (o
diagramas o palabras) y asegurarse de que las operaciones más lógicas se realizan y verifican
correctamente" (Solow 2.001, 112); y se espera que los plausibles modelos simples para fenómenos
complejos "tengan sentido con valores ‘razonables’ o ‘plausibles’ con los parámetros importantes"
(Solow 2001, 112). También, debido a que "no todo lo que es lógicamente consistente es creíble"
(David M. Kreps 1999, 125), construcciones imaginarias que pierden el contacto con los fenómenos
son sospechosas -sobre todo si los modelos alternativos y más verídicos producen consecuencias
refutables que son congruentes con los datos. Combinando los preceptos 2 y 3, el argumento se
reduce a esto: empujar la lógica hasta el final, como templado por consideraciones de viabilidad.

Empujar la lógica del costo de transacción cero hasta el final con respecto a las externalidades
(Coase) y la integración vertical (Arrow) revelaron que el recurso habitual a simplificar los supuestos
conducen a predicciones contrafactuales, como resultado de que los economistas y otros científicos
sociales estaban animados a empujar la lógica del costo de transacción positivo hasta el final -tanto
en general como lo que es revelado por las brechas u omisiones que se convertirían en evidentes
en la configuración evolucionada de la economía de los costos de transacción. Cuatro de esas

12
Aplicaciones de la economía de los costos de transacción para las políticas públicas se reportan en
Williamson (1985, 2003, 2008, 2009).

12
condiciones se examinan aquí: la imposibilidad de intervenciones selectivas, que se imponen por los
límites de tamaño de las empresas; el concepto de remediabilidad, que tiene masivas ramificaciones
de política pública al insistir en soluciones viables y realizables; contratación creíble, que es un
concepto sólido para expandir el rango dentro del cual las ganancias mutuas del comercio pueden
ser proyectadas; y la prueba de ampliación para verificar si la sucesiva aplicación del modelo sencillo
(juguete) en el que el análisis se basa, produce una versión a escala que se aproxima al fenómeno
en cuestión. Asimismo, se discute brevemente la progresión natural.

A. Intervención Selectiva

La incógnita sobre los límites del tamaño de la empresa, tal como la plantea Frank Knight (1933) y
Coase (1937), es la siguiente: ¿Por qué una gran empresa no puede hacer todo lo que una colección
de empresas más pequeñas puede hacer y más? Tracy Lewis responde a una variante de esta
incógnita de la siguiente manera: porque una firma establecida siempre puede "usar los insumos
exactamente como el nuevo participante las habría utilizado... [y además puede] mejorar esto
mediante la coordinación de la producción en su nueva y existente colocación" la gran empresa
siempre podrá alcanzar mayor valor (Tracy R. Lewis 1983, 1092). La economía de los costos de
transacción examina este argumento postulando dos mecanismos de -replica e intervención
selectiva- que, si pudieran ser implementados, apoyaría la superioridad para todo propósito de las
empresas más grandes.

Por lo tanto, supongamos que dos etapas sucesivas de la producción se combinan con el
entendimiento de que (i) la etapa adquirida operará de la misma manera autónoma en el estado
post adquisición como pre adquisición (mediante replicación) excepto que (ii) la etapa de
adquisición intervenga de forma selectiva, siempre pero sólo cuando las esperadas ganancias netas
se pueden atribuir a las adaptaciones coordinadas. En ese caso, la combinación de empresas nunca
puede hacerlo peor (por replicación) y en ocasiones hacerlo mejor (por intervención selectiva). De
acuerdo con ello, una mayor integración es siempre mejor que menos -lo cual es decir que, después
de la aplicación repetida de esta lógica, todo va a ser organizado en una gran empresa. ¿Dónde se
descompone la aplicación de esta lógica?

Suponiendo que la etapa compradora adquiere de la etapa proveedora, las cuatro condiciones para
replicar la aplicación y la intervención selectiva son las siguientes: (i) la etapa compradora como
adquirente (propietario) promete al proveedor que continuará la etapa adquirida para apropiarse
de sus ingresos netos (reducidos por gastos generales, mantenimiento, cargos por depreciación de
usuarios y capital) en todo los estados alcanzados –y de este modo preservar los incentivos de alta
potencia; (ii) el proveedor promete utilizar los activos de la etapa de suministro, cuya propiedad se
ha transferido al comprador, con el "debido cuidado"; (iii) el comprador promete siempre y sólo
para ejercer su autoridad cuando su expectativa por beneficios netos pueden atribuirse a la
intervención selectiva; y (iv) el comprador promete franqueza para revelar y dividir los beneficios
que se derivan de la intervención selectiva conforme a lo estipulado en el acuerdo de adquisición.
El problema es que ninguna de estas promesas es auto-impuesta. Por el contrario, en ausencia de
un conocimiento común en tres vías (para incluir un árbitro sin costo) 13, cada condición se verá

13
La necesidad de conocimiento común de tres vías, para incluir al árbitro, es otro ejemplo de empujar la
lógica hasta el final (Williamson 1975, 21 hasta 34). La suposición de que de conocimiento común de dos vías
es suficiente es sin embargo, muy extendida.

13
comprometida. Los factores que contribuyen incluyen que (i) el propietario (comprador) controla el
sistema de contabilidad y, dentro de límites, puede declarar la depreciación, los precios de
transferencia, y los beneficios con el fin de cambiar los ingresos netos en su favor, (ii) los fallos en el
debido cuidado dados a conocer únicamente con retraso, son difíciles de probar, (iii) el comprador
también puede declarar falsamente los estados alcanzados para favorecer su propio flujo de
ingresos netos, y (iv) en consideración a lo anterior, la división de los beneficios bajo la intervención
selectiva puede ser comprometida. También, (v) el juego político ahora se ejecuta en una gran
empresa que es más susceptible a estratagemas burocráticas y posicionamiento político que en las
empresas más pequeñas.

Los detalles de este breve esbozo se encuentran en otro lugar (Williamson, 1985, cap. 6). Baste
observar que las averías mencionadas a menudo son intuidas por muchos empresarios inteligentes
y sus abogados, que reconocen las alternativas y el factor en la decisión de integrar (o no). La lección
para los científicos sociales es que los mercados y las jerarquías difieren en discretas formas
estructurales, y tenemos que llegar a un acuerdo con las fortalezas y debilidades de cada una.

B. Remediabilidad

El criterio de remediabilidad sirve como una revisión de la realidad en la práctica entre los analistas
de la política pública sobre el supuesto de que los costos de transacción en el sector público son
cero. No sólo es un disparate, sino que la norma en la política pública procedió de una manera
asimétrica: la contratación en el sector privado experimentó fallas de mercado, en razón de que los
costos de transacción eran positivos, pero no hubo un concepto correspondiente para los fallos del
sector público 14. Poco sorprende, entonces, que las enrevesadas recetas de política pública
estuvieran a menudo (sin saberlo), ancladas en la aplicación asimétrica del razonamiento costo de
transacción cero, de las cuales la regulación es un ejemplo (Coase 1964).

El criterio de remediabilidad es un esfuerzo por tratar de forma simétrica con las instituciones del
mundo real, tanto públicas como privadas, con todos sus defectos. El criterio es el siguiente: un
modo existente de organización para el que no hay una forma factible superior de organización que
puede ser descrita y aplicada con expectativa de ganancias netas se presume que es eficiente
(Williamson 1996).

Debido a que todos los modos posibles de organización están viciados, la estipulación de viabilidad
se opone a todas las apelaciones a la ficción de los costos de transacción cero (en cualquier sector -
públicas, privadas, sin fines de lucro, etc.) desde el primer momento. La estipulación para su
aplicación requiere que los costos de implementación de una propuesta alternativa viable (que se
juzga superior a un modo existente comparada una a una) se incluirá en el cálculo de la ganancia
neta. La presunción de que un modo existente es eficiente si la ganancia neta esperada es negativa,
puede sin embargo ser rebatida mostrando que los obstáculos para la implementación de una
alternativa viable superior son "injustos".

14
Aunque una caricatura "análisis normativo de políticas públicas comenzó suponiendo que...la política fue
hecha por un omnipotente, omnisciente y benevolente dictador" (Avinash K. Dixit 1996, 8) -que, en términos
de costos de transacción, asume la ausencia de obstáculos a la aplicación, racionalidad limitada y el
oportunismo, respectivamente.

14
La equidad en los aspectos políticos y económicos es revisada. Así, mientras los obstáculos políticos
que se consideran justos en circunstancias en que la política adecuada triunfa sobre la economía
(Stigler 1992) sobreviven, no ocurre lo mismo con los que tienen orígenes políticos inaceptables (por
ejemplo, son injustamente discriminatorios). Del mismo modo, cuando algunos obstáculos
económicos, tales como los costos hundidos en que ha incurrido el titular, pueden justificar el
retraso en la introducción de una alternativa viable superior, los que se consideran improcedentes
(por ejemplo, el comportamiento depredador) serán desafiados 15.

El resultado es que el criterio de remediabilidad es un esfuerzo para no permitir la eficiencia


asimétrica en el razonamiento del tipo transacción de costo cero y obligar a relevar los problemas
de eficiencia en la formulación de la política pública –a saber, factibilidad, implementación, y
refutación- en la cima.

C. Compromisos Creíbles

El concepto de amenaza creíble ocupa un lugar destacado en el estudio de la rivalidad (entre estados
nacionales, en la política y en los negocios), en los que el objetivo principal de una amenaza creíble
es disuadir el uso de algunos instrumentos (por ejemplo, armas nucleares), con lo que se desvía la
competencia a otros lugares (Thomas C. Schelling, 1960) o para impedir la aparición de la
competencia en términos absolutos. El uso de compromisos creíbles costo efectivos para apoyar el
intercambio se relaciona pero es diferente.

La propuesta básica es la siguiente: en ausencia de uso de compromisos creíbles para apoyar el


intercambio, los riesgos contractuales asociados con muchas transacciones se perciben como
excesivos. Las inversiones genéricas reemplazarían las inversiones en transacciones específicas si
estas tienen demasiado riesgo. Algunas transacciones se efectuarían dentro de las empresas.
Algunas nunca se materializarían.

Los compromisos creíbles a veces vienen en forma espontánea, como la historia de una buena
experiencia con un comerciante que conlleva como efecto reputación positiva. A menudo, sin
embargo, los compromisos creíbles toman forma con los actores económicos que conscientemente
acuerden mecanismos que proporcionan una mayor seguridad 16. Estos pueden tomar la forma de
mecanismos de divulgación de información y auditoría, el desarrollo de mecanismos especializados
de solución de controversias, de modo que las partes confíen más en el ordenamiento privado que
en el judicial (Llewellyn 1931; Stewart Macaulay 1963; Clyde W. Summers 69; Ian R. Macneil 1974;
Marc Galanter, 1981), y a veces, implican la creación de garantías para apoyar el intercambio
(Williamson 1983) 17.

15
Sin duda, los obstáculos injustos a la aplicación pueden persistir incluso después de que se demuestre que
éstos se interponen en el camino del progreso. Los obstáculos a la eficiencia, sin embargo, invitan a la
disidencia. Algunos pueden ser revocados por la fuerza acumulada de los movimientos, de los cuales el
movimiento de derechos civiles es un ejemplo, y otros por el perfeccionamiento de las definiciones de
competencia desleal.
16
El acuerdo de suministro de carbón de 32 años entre la Empresa de Energía de Nevada y la empresa
comercial del noroeste es ilustrativo (Williamson 1991).
17
Los esfuerzos para mejorar la credibilidad en ocasiones adoptan formas extrañas, presumiblemente porque
las partes no pueden hacerlo mejor. Considerando las tablas recientemente descubiertas en Mesopotamia

15
El apoyo de la credibilidad también varía con el entorno institucional entre las jurisdicciones políticas
(Brian Levy y Pablo T. Spiller 1994), a la que la literatura sobre la teoría política positiva es pertinente.
También relevante para la economía de la gobernabilidad es el concepto de contratos leyes (en
plural), un ejemplo de lo cual es el concepto de "ley tolerancia" para describir el régimen de derecho
contractual dentro de la jerarquía 18 (Williamson 1991, 274; el subrayado es mío):

La ley contrato implícita en la organización interna es el de la tolerancia. Así, mientras los


tribunales rutinariamente conceden a las empresas en disputas sobre los precios, los daños
atribuibles a demoras, fallas de calidad, y similares, los tribunales se niegan a conocer de los
litigios entre una división interna y otra sobre cuestiones técnicas idénticas. El acceso a los
tribunales está negado, las partes deben resolver sus diferencias internamente. En consecuencia,
la jerarquía es su propio tribunal de apelación final.

El concepto de régimen de ley de tolerancia fue introducido para llenar una brecha lógica en la teoría
de gobernanza. Como otras formas de contrato ley, la eficacia de la ley de tolerancia varía con la
integridad del entorno institucional (estado nacional) de la cual es esta parte.

D. Ampliación a escala

El objeto de un modelo simple es capturar la esencia, por lo tanto, para explicar desconcertantes
prácticas y hacer predicciones que se sometan a pruebas empíricas. A menudo, sin embargo, simples
modelos también pueden ser "probados" con respecto a su ampliación. ¿La aplicación repetida del
mecanismo básico con el cual el modelo simple opera, dió como resultado una descripción
reconocible del fenómeno en cuestión?

La prueba de la ampliación es generalmente ignorada, posiblemente sin tener conciencia de que la


ampliación no puede hacerse. A veces se escatima, posiblemente en la creencia errónea de que la
ampliación se puede lograr fácilmente. Mi posición es que las reclamaciones de relevancia en el
mundo real, incluyendo relevancia en la política pública, de cualquier teoría propuesta sobre la
empresa que no se pueda mostrar ampliada a escala desde su condición de modelo de juguete para
aproximar el fenómeno de interés (por ejemplo, la corporación moderna) debe considerarse con
cautela 19.

(fechadas alrededor de 1750 aC), que revelan que maldiciones autoimpuestas fueron utilizadas para disuadir
el incumplimiento de los tratados. Uno de ellos dice lo siguiente:
Cuando usted nos pide para las tropas, no vamos a negar nuestras mejores fuerzas, no vamos a contestar con
evasivas, deberán blandir nuestras mazas y derribar a su enemigo...
Como semillas desperdiciadas no brotan, que mi semilla nunca se levantará, puede alguien casarse con mi
esposa bajo mis ojos, y puede alguien gobernar mi país (China Daily, 22 de marzo de 1988. p. 1).
18
Tenga en cuenta que la ley de tolerancia se opone a la jurisdicción del tribunal sobre la mayor toma de
decisiones internas a las que se acumulan consecuencias internas, pero la jurisdicción de la corte se aplica a
las externalidades.
19
Michael C. Jensen y William H. Meckling (1976) plantean la cuestión de si su sencillo modelo de
emprendedor propietario puede ampliarse para hacer frente a la corporación moderna de propiedad diversa.
Ellos conjeturan que lo aplicaron, pero aplazaron una demostración de esto para un artículo posterior. Por
desgracia, ese artículo nunca apareció. Jensen y Meckling sin embargo, nunca percibieron la necesidad de la
ampliación.

16
Con respecto a la teoría de los costos de transacción de la empresa como estructura de gobierno, la
pregunta es: ¿La aplicación sucesiva de la decisión de hacer o comprar, como es aplicada a las
transacciones individuales en la configuración de la economía de los costos de transacción, amplía
la escala para describir algo que se aproxima a una firma mutietapas? Tenga en cuenta que la
economía de costos de transacción asume que las transacciones de principal interés son las que
tienen lugar en la interfase entre (no dentro) etapas tecnológicamente separables. Luego de tomar
el "núcleo" tecnológico como dado, se centra la atención en una serie decisiones de hacer o comprar
-hacia atrás, hacia delante y lateralmente- para determinar qué debe ser subcontratado y qué debe
ser incorporado dentro de los límites de propiedad de la empresa. Así describe la empresa como el
conjunto integrador de transacciones para las que la decisión es hacer más que comprar, -que
aplique la ampliación de escala, o por lo menos sea una aproximación a esta (Williamson 1985) 20

E. La Progresión Natural

La economía de los costos de transacción a veces se criticada porque no ha sido completamente


formalizada, a lo que tengo tres respuestas: la economía de los costos de transacción, como muchas
otras teorías, ha sido objeto de una progresión natural; la completa formalización es un trabajo en
progreso; y la formalización prematura corre el riesgo de una desconexión con los fenómenos.

Las teorías comúnmente progresan desde etapas informal, preformal, semiformal hasta totalmente
formales de desarrollo- en términos generales, en el espíritu de Thomas S. Kuhn (1970). La etapa
informal de la economía de los costos fue la literatura de los años 30’ (especialmente Commons y
Coase) en la cual se describen los errores u omisiones en la forma en que fue descrita la
configuración neoclásica. Trabajo preformal se puso en marcha en la década de los 70’, con nuevos
conceptos para la reinterpretación de la integración vertical, las restricciones en el mercado vertical,
la organización del mercado del trabajo, la licitación de franquicias para monopolios naturales,
similares y las condiciones para la alineación eficiente. Trabajo semiformal, en la década de los 80’
y desde entonces, para hacer frente a la contratación creíble, modos híbridos, la dimensionalización
de las transacciones y las estructuras de gobernanza, una multiplicidad de aplicaciones dentro de
los negocios y la economía y las contiguas ciencias sociales (para incluir las políticas públicas), y
numerosas pruebas empíricas. La formalización completa se puso en marcha en la década de los 80’
y todavía está en progreso. El papel pionero por Sanford J. Grossman y Oliver D. Hart (1986) y el

20
Hay, sin embargo, una advertencia: la ampliación, por lo que se describe, no tiene margen para sistemas
complicados del tipo que surgieron con la producción de Boeing Aircraft del 787 Dreamliner, en el cual la
confusión de subcontratación era rampante (Sanders, Peter 2009. "Bumpy Ride Boeing CEO de." Wall Street
Journal, noviembre 5. http://online.wsj.com.). Con el beneficio de la mirada retrospectiva, la mala
coordinación entre las operaciones subcontratadas llevó a retrasos costosos que pudieron ser evitados si los
componentes relacionados para los que la coordinación en tiempo real resultaba fundamental se hubiera
producido internamente. El aparato necesario para hacer frente a las complicaciones de sistemas que pueden
surgir entre grupos de transacciones relacionadas aún no se ha trabajado en el seno de economía de los costos
de transacción.
Aplicaciones de la economía de los costos de transacción, sin embargo, han evitado el error más grave de
subcontratación hecho por Boeing: la decisión de externalizar el fuselaje altamente especializado para Vought
Aircraft Industries. Esta transacción requiere importantes inversiones en activos específicos y plantearía una
serie de problemas de adaptación durante el contrato aplicación (Tadelis 2010a). Posteriormente Boeing
rectificó esta condición mediante la adquisición de Vought (Sanders, 2009. "Boeing toma el control de la
planta." Wall Street Journal. 23 de diciembre de p. B2).

17
documento de seguimiento por Hart y John Moore (1990) y otros en esta tradición -que se ocupan
de algunos tipos de costos de transacción (pero es más a menudo conocida como la literatura sobre
derechos de propiedad) -han sido muy influyentes. Con posterioridad significativa trabajos de
Steven Tadelis y sus coautores (Patrick Bajari y Tadelis 2001; Tadelis 2002; Levin y Tadelis próximos;
Tadelis 2010a) se encuentran también en curso.

V. Observaciones Finales

Lo que yo describo como el proyecto de la economía de los costos de transacción tuvo sus orígenes
en la interrogante que planteó por Coase en 1937: ¿Qué explica los límites de la empresa? Me dirigí
a esto considerando la decisión de integración vertical como el foco de la transacción y, previa
reformulación de esta como un problema de contratación, me hice la siguiente pregunta: ¿Cuándo
y por qué debería una empresa adquirir un componente separable tecnológicamente mediante la
subcontratación en lugar de producir para sus propias necesidades -donde la subcontratación
conlleva la contratación externa y la propia producción- la contratación dentro? Esta cuestión fue
tratada como una de eficiencia mediante la combinación selectiva de economía con teoría de la
organización. Aunque la intención era un proyecto de investigación independiente, la configuración
de la integración vertical abriría ventanas para un amplio conjunto de actividades económicas que
surgieron como o podrían reformularse en términos contractuales comparativos.

Con el beneficio de la visión retrospectiva, la economía de los costos de transacción ha


experimentado una progresión natural. La etapa informal se inició en la década de 30’ con el desafío
de Coase a la profesión en el sentido que la firma y la organización del mercado se derivan en lugar
de (como era entonces la práctica) ser tomados como dados, incluyendo la sugerencia de que el
concepto que faltaba era el de costo de transacción. Este último fue reforzado por demostraciones
(por Arrow y Coase) en la década de los 60’ que gran parte de la economía estándar redujo a la
irrelevancia al empujar la lógica de los costos de transacción cero hasta su finalización.

La etapa preformal comenzó en la década de los 70’ con la aplicación del lente del contrato/gobierno
a la integración vertical. Contratos entre empresas que estaban incompletos (por razón de los
límites de la racionalidad) experimentarían peligros por mala adaptación si las partes eran
bilateralmente dependientes (por la razón de transacciones en inversiones específicas) de cara a los
trastornos para los que la inversión es grande (defección estratégica). Esta economía de enfoque de
gobernanza tendría posteriormente, amplia aplicación y otros fenómenos contractuales se
interpretan como variaciones del mismo tema.

La etapa semiformal dio importancia adicional a los atributos que definen a modos alternativos de
la gobernanza (mercado, híbrido, y la jerarquía), ya que se refieren a las distintas necesidades de
adaptación, de tipos autónomos y coordinados, entre diferentes transacciones. Una serie de
interrogantes surgieron con el progreso de este esfuerzo de operacionalización- para el cual la
eficacia de la intervención selectiva era una y su ampliación a escala otro, para los cuales se
revelaron las respuestas al empujar la lógica de la organización económica hasta su finalización. A
partir de la década de los 80’ y en crecimiento exponencial a partir de entonces, se puso en marcha
un ambicioso esfuerzo para probar empíricamente. Aplicaciones a la política pública han sido
igualmente numerosas y cada vez mayores. La investigación totalmente formal de algún tipo de
economía de costos de transacción ha tenido lugar, y más se encuentra en curso.

18
Mi conclusión es que la combinación selectiva de derecho, economía y organización para estudiar
la gobernanza de las relaciones contractuales desde una perspectiva de economizar costos de
transacción ha sido instructiva; y adelanto que investigaciones de este tipo seguirán desarrollándose
en aspectos conceptuales, teóricos, empíricos, y de política pública. La investigación en la economía
de los costos de transacción se enfrenta a un interesante futuro desafiante.

Referencias

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