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Antología y práctica
Juan Antonio Rosado
Cómo argumentar
Antología y práctica
4a. edición, 2018
dr © 2018, Senado de la República
lxiii Legislatura
www.senado.gob.mx
isbn 978-607-420-238-0
Reservados todos los derechos. Ninguna parte de este libro puede ser re-
producida, archivada o transmitida, en cualquier sistema —electrónico,
mecánico, de fotorreproducción, de almacenamiento en memoria o cual-
quier otro—, sin hacerse acreedor a las sanciones establecidas en las leyes,
salvo con el permiso escrito del titular del copyright. Las características
tipográficas, de composición, diseño, corrección, formato, son propiedad
del editor.
Lo mejor de la inteligencia nace
por obra y gracia de la argumentación.
A Bruno y Marcela, por los años
transcurridos y los que vendrán
Introducción
Argumentar
La argumentación sirve para convencer a otros de que nuestra
posición, punto de vista, opinión o ideas son correctos. Gracias
a ella comprobamos que algo es verdadero o está en lo cierto, y
tratamos de influir por medio de la razón o la persuasión sobre
una persona o un público. Por ello, la lectura y el análisis de dis-
cursos argumentativos —sin importar nuestra opinión respec-
to del tema o asunto de que tratan— nos ayudan a descubrir y
utilizar una serie de estrategias encaminadas a la producción de
textos originales mediante el uso del criterio.
A pesar de que teorías recientes en materia de argumenta-
ción insistan en que la capacidad de argumentar puede ir más
allá del empleo de la razón para así utilizar la voluntad o una
serie de estrategias encaminadas a convencer mediante lo emo-
tivo, lo emocional o lo instintivo (aspectos relacionados con la
argumentación persuasiva o persuasión, cuyo fin es más práctico
que el de la argumentación lógica o convincente), no cabe duda
de que la razón, el arma racional, basada en juicios que emanan de
premisas sólidas y aceptadas por el sentido común —léase por
una buena parte de la gente o por el sistema de valores en boga—
11
12 Juan Antonio Rosado
1
Jesús González Bedoya: «Perelman y la retórica filosófica», en Perelman y Olbrechts-
Tyteca: Tratado de la argumentación, p. 16. Las referencias bibliográficas completas se en-
cuentran al final.
2
Véase el «Breve esquema de la argumentación», en el apéndice iii, al final de este libro
Introducción 13
5
Véase Alfonso x, el Sabio, Antología, p. 152 (se ha modernizado el lenguaje.)
6
«Algunas consideraciones sobre una futura edición crítica de El Zarco», en M. Sol y A.
Higashi (eds.), op. cit., p. 237
Introducción 17
7
No confundir estas dos acciones, ya que se puede explicar algo sin necesariamente argu-
mentar, como ocurre en los instructivos, en los manuales o en los libros de texto, todos ellos
eminentemente expositivos.
Introducción 19
8
El túnel, p. 152
9
La filosofía en la literatura sánscrita, p. 41
Introducción 21
Géneros argumentativos
Al igual que en las otras modalidades del discurso —narración,
descripción y exposición—, la argumentación puede encontrar-
se en verso, en prosa o en algún diálogo; además, no se da en
estado puro ni de forma absoluta, debido a que puede mezclarse
—y se mezcla— con las otras modalidades10. ¿Cómo, por ejem-
plo, se podría argumentar a favor de determinada solución a un
problema si antes no se expone, se explica11 o describe dicho pro-
blema? Al igual que en las otras modalidades discursivas, la ar-
gumentación no es un género propiamente dicho; más bien hay
géneros argumentativos, como los hay narrativos, descriptivos y
expositivos. Los géneros argumentativos —literarios o no, artís-
ticos o de la vida cotidiana—, son aquellos en que el énfasis está
puesto sobre la argumentación. Quizá el género argumentativo
más breve sea el aforismo, pues se trata de una sentencia cuyo
contenido —a veces doctrinal, moral o político; a veces iróni-
10
En el apéndice i, al final de este manual, hay una breve explicación de las cuatro modalida-
des del discurso; el apéndice ii está dedicado a la modalidad expositiva o explicativa.
11
La explicación es un elemento propio de la exposición; por ejemplo, un libro de texto de
anatomía o de cualquier otra disciplina, un manual o un instructivo para manejar cualquier
aparato electrónico no sólo incluyen exposiciones, esquemas o diagramas, sino que también
explican las partes o los hechos. (Véase el apéndice ii.)
22 Juan Antonio Rosado
12
H. Pérez Martínez, «La identidad social en el refranero mexicano», en A. Roth Seneff y J.
Lameiras (eds.), El verbo popular, p. 147 y 152
13
John Skirius, «Este centauro de los géneros», texto introductorio de El ensayo hispanoame-
ricano de siglo xx, p. 9. Cabe mencionar que Alfonso Reyes llamaba al ensayo «centauro de
los géneros», pues se trata de una literatura mitad lírica y mitad científica.
Introducción 25
14
Herbert Frey: «El nihilismo como filosofía de nuestro tiempo» (trad. de Edda Webels), en
H. Frey (editor): La muerte de Dios y el fin de la metafísica, p. 73
15
cf. Sigmund Freud, «Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse», en Studienaugabe,
vol. 1, p. 283 y s.
26 Juan Antonio Rosado
La presente obra
Los textos argumentativos propuestos aquí no pertenecen, en
su mayoría, a un solo género, de modo que el lector encontrará
incluso un discurso argumentativo contenido en alguna novela
(género preponderantemente narrativo). Asimismo, los pasajes
fueron más o menos seleccionados de acuerdo con un orden
cronológico. Se pretendió que fueran textos polémicos, con el
fin de suscitar la reflexión o una toma de postura. Casi todos
fueron extraídos de la tradición literaria hispánica: escritos ori-
ginalmente en español, sin importar la nacionalidad. Sin embar-
go, tomando en cuenta que una cultura no se hace sola, sino a
partir del diálogo con las demás culturas, se han incluido algu-
nos polémicos pasajes de otras literaturas, aunque, por supues-
to, traducidos al español. Todos los textos van acompañados por
Introducción 27
29
30 Juan Antonio Rosado
33
34 Juan Antonio Rosado
Comprensión
Responde las siguientes preguntas:
a. Según Juan de Valdés, la lengua que se habla en Castilla (el
castellano), ¿procede sólo de una lengua anterior o de varias?
Si la respuesta es «de varias», di por qué; si es «de una lengua
anterior», ¿cuál era esa lengua?
16
Juan de Valdés, Diálogo de la lengua, p. 13-15 (se han modernizado la ortografía y los giros
lingüísticos.)
Textos y ejercicios 35
Redacción
Es un hecho comprobado que en la Península Ibérica se llegaron
a hablar muchas lenguas antes de la llegada de los romanos. Una
de ellas era el vasco o vascuence. Pero también hubo griegos,
tartesios, cartagineses, etcétera. Asimismo, hubo lenguas que ya
desaparecieron del todo. El español que hablamos desde hace
siglos, así como el toscano o italiano, el francés, el portugués y
el rumano, entre otras lenguas, proviene del latín vulgar; es de-
cir, no del latín culto (con el que escribían Virgilio o Cicerón),
sino del latín que hablaba el vulgo, la gente común y corriente.
Por ejemplo, el tiempo futuro del latín culto fue sustituido por
una perífrasis verbal: en lugar de decir amabo (amaré), el pueblo
decía amare habeo, y es justamente de amare habeo de donde
procede amar he, o sea, amaré. Pero no hay lenguas puras, y a
pesar de que las lenguas romances provengan estructuralmente
del latín oral, han tomado muchas palabras de otros idiomas. En
español, por ejemplo, tenemos una gran cantidad de palabras de
origen latino, pero también de origen griego, godo, árabe, ná-
huatl, francés, inglés, etcétera.
Partiendo de las premisas anteriores, argumentar si el texto
leído de Juan de Valdés:
a. Está en lo correcto
b. Está en lo incorrecto
c. Es acertado sólo parcialmente (decir en qué sentidos)
36 Juan Antonio Rosado
Posible desarrollo:
No obstante, es difícil establecer con certeza qué lengua o len-
guas se hablaban en un periodo tan antiguo. Las investigaciones
siempre tienen, en todos los campos del conocimiento, sus limi-
taciones. El factor anterior se complica con dos hechos irrefuta-
Textos y ejercicios 37
Comprensión
Responde las siguientes preguntas:
a. ¿Por qué don Quijote califica a la Edad de Oro de «dichosa»?
Textos y ejercicios 39
Redacción
En la edición original, Cervantes colocó las palabras Tuyo y
Mío con mayúscula inicial, lo que, para un editor moderno,
se traduce en letras cursivas (o itálicas). Si el autor del Quijote
puso dichas palabras de modo distinto, debió de tener algún mo-
tivo. Anota cuál o cuáles pudieron ser las razones por las que el
escritor complutense llamara la atención sobre esas dos palabras.
Para argumentar bien, se debe empezar definiendo el significa-
do que dichas palabras tienen en el texto. Don Quijote nos da
la clave al afirmar: «Eran en aquella santa edad todas las cosas
comunes».
Una interpretación
El cervantista de origen yugoslavo Ludovic Osterc reflexiona
sobre el citado pasaje de Cervantes. Lee tú sus conclusiones y
compáralas con lo escrito antes.
Comparando la variante cervantina de la Edad de Oro con las de
Virgilio y Ovidio, resaltan dos momentos: el primero consiste en
que la concepción de don Quijote, portavoz de Cervantes, es me-
nos idealizada y más precisa y concreta en la parte dedicada a la
descripción del estado de la naturaleza; en ella no hay ríos de leche
ni de miel, sino fuentes con sus aguas diáfanas y frescas tal como
existen en la realidad; la miel no destila de los árboles ofreciéndose
por sí misma, sino que la producen las diligentes abejas conforme
sucede en verdad, etcétera; y el segundo denota el énfasis que el au-
tor pone en el estado económico, social y político de aquella época
dichosa, ya que en ella era desconocida la propiedad privada, siendo
todos los bienes comunes. Cabe recalcar, asimismo, que las relacio-
40 Juan Antonio Rosado
17
Ludovic Osterc: El pensamiento social y político del Quijote, p. 263 (cursivas del autor)
Textos y ejercicios 41
Comprensión
Responde las siguientes preguntas:
a. ¿Por qué Andrenio afirma que la boca es la puerta principal
del alma?
b. ¿Qué privilegia Critilo, las palabras o las obras? ¿Por qué?
18
El criticón, p. 86-87 (se han modernizado algunos giros lingüísticos.)
42 Juan Antonio Rosado
Redacción
Redacta un párrafo en el que se reflexione sobre una de las si-
guientes actividades del ser humano: 1) hablar; 2) comer; 3) tra-
bajar. En cualquiera de los tres casos, debe hacerse referencia al
texto anterior de Gracián, con objeto de refutarlo o de apoyarse
en él. Dos ejemplos de comienzo podrían ser los siguientes:
a. Estoy de acuerdo con uno de los personajes de Baltasar
Gracián cuando afirma que «si el hablar ha de ser a una len-
gua, el obrar ha de ser a dos manos», porque...
b. No estoy de acuerdo con uno de los personajes de Baltasar
Gracián cuando afirma que el comer «es ocupación baja y que
se halla en los brutos», ya que...
Nota: Un posible argumento para sustentar la opinión b) es, sin
lugar a dudas, el arte gastronómico.
La crítica
Lee el siguiente pasaje de Los eruditos a la violeta (1772), de José
Cadalso (1741-1782):
La crítica es, digámoslo así, la policía de la república literaria. Es la que
inspecciona lo bueno y lo malo que se introduce en su dominio. Por
consiguiente, los que ejercen esta dignidad debieran ser unos sujetos
de conocido talento, erudición, madurez, imparcialidad y juicio; pero
sería corto el número de los candidatos para tan apreciable empleo,
y son muchos los que le codician por el atractivo de sus privilegios,
inmunidad y representación19.
19
op. cit., p. 121
Textos y ejercicios 43
Comprensión
Responde las siguientes preguntas:
a. ¿Qué diferencia establece Cadalso entre los pocos candidatos
a críticos y los muchos que codician esta actividad?
b. ¿Qué características tendrían esos pocos y cuáles los muchos?
Redacción
Redacta un comentario argumentando a favor o en contra de la
idea de la crítica como «policía de la república literaria». ¿Es
realmente el crítico un policía o no? ¿Por qué?
La materia de la novela
Lee los siguientes fragmentos del ensayo «La sociedad presente
como materia novelada», de Benito Pérez Galdós (1843-1920):
Imagen de la vida es la novela, y el arte de componerla estriba en
reproducir los caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo
grande y lo pequeño, las almas y las fisonomías, todo lo espiritual
y lo físico que nos constituye y nos rodea, y el lenguaje, que es la
marca de raza, y las viviendas, que son el signo de familia, y la ves-
tidura, que diseña los últimos trazos externos de la personalidad:
todo esto sin olvidar que debe existir perfecto fiel de balanza entre
la exactitud y la belleza de la reproducción. Se puede tratar de la
novela de dos maneras: o estudiando la imagen representada por el
artista, que es lo mismo que examinar cuantas novelas enriquecen
la literatura de uno y otro país, o estudiar la vida misma, de donde
el artista saca las ficciones que nos instruyen y embelesan. [...] En
vez de mirar a los libros y a sus autores inmediatos, miro al autor
supremo que los inspira, por no decir que los engendra, y que des-
pués de la transmutación que la materia creada sufre en nuestras
manos, vuelve a recogerla en las suyas para juzgarla; al autor inicial
44 Juan Antonio Rosado
Comprensión
Responde las siguientes preguntas:
20
En Agnes y Ricardo Gullón, Teoría de la novela, p. 21-22
Textos y ejercicios 45
Redacción
La novela realista del siglo xix se centraba en su época, en su
momento histórico para dar cuenta del entorno. Redacta un
breve comentario sobre la vigencia de estas novelas. ¿Son aún
vigentes o no?, es decir: ¿le siguen hablando a nuestra época o
no? ¿Por qué? Puede recurrirse a la ejemplificación.
Comprensión
Responde las siguientes preguntas:
21
op. cit., p. 16-17
46 Juan Antonio Rosado
Redacción
Relee el pasaje del ejercicio 1) (perteneciente al Diálogo de la
lengua, de Juan de Valdés), así como el ejemplo de texto argu-
mentativo que se propone allí. Compara ambos textos con la
apreciación de Menéndez Pidal. A continuación, redacta un
breve comentario sobre las lenguas que posiblemente se habla-
ban en la prehistoria de la Península Ibérica. El comentario debe
sustentarse en los textos leídos y, de ser posible, en otros más.
Puede citarse textualmente (entre comillas e indicando el autor
de la cita, la obra de la que fue tomada y la página, ya sea en el
mismo texto, entre paréntesis o a pie de página), siempre y cuan-
do no se abuse de las citas. Como hay opiniones contradictorias,
éstas deben confrontarse y elegir la que más nos convenza. El
texto, como ya lo sabemos, debe basarse en la argumentación,
así como tener un párrafo introductorio, un desarrollo y una
conclusión (sin subtítulos). Un probable título podría ser «Las
lenguas durante la prehistoria de España».
El problema religioso
Lee los siguientes párrafos del ensayo «Mi religión», de Miguel
de Unamuno (1864-1936):
Textos y ejercicios 47
22
Razonamientos falsos
23
Mi religión y otros ensayos breves, p. 11
48 Juan Antonio Rosado
Comprensión
Responde las siguientes preguntas:
Redacción
Elige uno de estos ejercicios:
Comprensión
Responde las siguientes preguntas:
Redacción
En el volumen 2 de su Historia de la filosofía, Jesús Mosterín
afirma:
El pensamiento filosófico surgió simultáneamente, en el siglo vi
a. de n.e., en tres zonas distintas de nuestro planeta: en India, en
China y en Grecia. En los dos siglos siguientes se produjo un de-
24
op. cit., p. 83
50 Juan Antonio Rosado
25
op. cit., p. 7
Textos y ejercicios 51
Comprensión
Responde las siguientes preguntas:
Redacción
A lo largo de la historia, se han propuesto muchas definicio-
nes del ser humano: «animal racional», «animal político»,
«homo ludens u hombre que juega», «animal que ríe», «hom-
bre religioso», «homo faber u hombre que fabrica» o «animal
capaz de razón», como dijo Swift, entre otras muchas. Redacta
una breve reflexión sobre el ser humano. Pueden tomarse como
base las palabras de Bataille o la experiencia propia, siempre y
cuando se privilegie la argumentación.
26
op. cit., p. 296-297
52 Juan Antonio Rosado
El estilo
Lee el siguiente pasaje del ensayo «Las “Nuevas noches árabes”,
de Stevenson», de Alfonso Reyes (1889-1959):
Es verdad: el estilo, profundamente considerado —«el estilo es el
hombre mismo»—, se obtiene por un reflejo natural del tempe-
ramento en el espejo de las palabras. Mas, digámoslo así, para que
la superficie de las palabras brille como espejo y refleje, pulida, al
hombre interior, un lento trabajo de depuración se necesita, un
estudio largo y amoroso de los giros y de los vocablos, un cons-
tante interrogarse. En este concepto, el estilo, aun a pesar nuestro,
cobra ademán y fisonomía especiales, correspondientes al ritmo de
nuestra vida. Y en este concepto, el estilo de Stevenson es tan dis-
cernible de otro cualquiera como él mismo lo es de otro hombre.
Mas hay otra idea del estilo: el estilo como procedimiento para
tratar los asuntos que el autor se propone. Así como en el primer
sentido el estilo se califica de amanerado o natural (por más que
ambos puedan ser igualmente naturales), de enfático o sencillo, de
fuerte o débil (cualidades todas del temperamento), en este segun-
do se lo califica de adecuado o inadecuado: y ésta es cualidad de
mera disciplina y cultura27.
Comprensión
Responde las siguientes preguntas:
27
Grata compañía. Obras completas, t. xii, p. 11-12
Textos y ejercicios 53
Redacción
De acuerdo con las dos nociones de estilo que plantea Alfonso
Reyes, trata de describir el estilo de cualquier pasaje literario
que se elija. Argumenta por qué se le atribuyen tales o cuales
características.
Raza y religión
Lee el siguiente argumento de José Vasconcelos (1882-1959),
tomado de su ensayo La raza cósmica (1925):
La decadencia de los pueblos asiáticos es atribuible a su aislamien-
to, pero también, y sin duda, en primer término, al hecho de que
no han sido cristianizados. Una religión como la cristiana hizo
avanzar a los indios americanos, en pocas centurias, desde el cani-
balismo hasta la relativa civilización28.
Comprensión y redacción
Para argumentar que el cristianismo es la única religión que pro-
duce y mantiene la civilización, Vasconcelos parte de la siguiente
premisa: «aquellos pueblos que no han tenido contacto con el
cristianismo, o que no han sido cristianizados, llegan a la deca-
dencia con más facilidad o son simplemente pueblos bárbaros».
El autor no expresa esta premisa directamente, sino que la ejem-
plifica de la siguiente manera:
28
op. cit., p. 12
54 Juan Antonio Rosado
Redacción
En la cita anterior:
29
ibid., p. 42-43
Textos y ejercicios 55
30
op. cit., p. 7
56 Juan Antonio Rosado
El afán europeizante
Lee la siguiente parte del ensayo «El descontento y la prome-
sa», de Pedro Henríquez Ureña (1884-1946):
Volvamos ahora la mirada hacia los europeizantes, hacia los que,
descontentos de todo americanismo con aspiraciones de sabor au-
tóctono, descontentos hasta de nuestra naturaleza, nos prometen
la salud espiritual si mantenemos recio y firme el lazo que nos ata
a la cultura europea. Creen que nuestra función no será crear, co-
menzando desde los principios, yendo a la raíz de las cosas, sino
continuar, proseguir, desarrollar, sin romper tradiciones ni enlaces.
Y conocemos los ejemplos que invocarían, los ejemplos mis-
mos que nos sirvieron para rastrear el origen de nuestra rebelión
nacionalista: Roma, la Edad Media, el Renacimiento, la hegemo-
nía francesa del siglo xviii... Detengámonos nuevamente ante
ellos. ¿No tendrán razón los arquetipos clásicos contra la libertad
romántica de que usamos y abusamos? ¿No estará el secreto único
de la perfección en atenernos a la línea ideal que sigue desde sus
remotos orígenes la cultura de Occidente? Al criollista que se de-
fienda —acaso la única vez en su vida— con el ejemplo de Grecia,
será fácil demostrarle que el milagro griego, si más solitario, más
original que las creaciones de sus sucesores, recogía vetustas he-
rencias: ni los milagros vienen de la nada; Grecia, madre de tantas
Textos y ejercicios 57
Comprensión
Responde las siguientes preguntas:
31
Seis ensayos en busca de nuestra expresión (1928), Obra crítica, p. 249-250
Textos y ejercicios 59
Redacción
Elige uno de los siguientes temas:
deció Hitler, y [que] quería por eso al pueblo alemán del modo
masoquista como hubiera castigado a una amante rabiosa?32
Comprensión
Responde las siguientes preguntas:
Redacción
Redacta una reflexión en torno a cualquier líder político o re-
ligioso. Si es pertinente, puede citarse a Picón-Salas para hacer
más sólido algún argumento.
El mexicano
Lee el siguiente pasaje de El laberinto de la soledad (1950), de
Octavio Paz (1914-1998):
Toda la angustiosa tensión que nos habita se expresa en una frase
que nos viene a la boca cuando la cólera, la alegría o el entusias-
mo nos llevan a exaltar nuestra condición de mexicanos: ¡Viva
México, hijos de la chingada! Verdadero grito de guerra, cargado
de una electricidad particular, esta frase es un reto y una afirma-
ción, un disparo dirigido contra un enemigo imaginario, y una ex-
32
John Skirius (comp.), El ensayo hispanoamericano, p. 259
Textos y ejercicios 61
plosión en el aire. [...] Con ese grito, que es de rigor gritar cada 15
de septiembre, aniversario de la Independencia, nos afirmamos y
afirmamos a nuestra patria, frente, contra y a pesar de los demás. ¿Y
quiénes son los demás? Los demás son los «hijos de la chingada»:
los extranjeros, los malos mexicanos, nuestros enemigos, nuestros
rivales. En todo caso, los «otros». Esto es, todos aquellos que no
son lo que nosotros somos33.
33
Obras completas, 8: El peregrino en su patria, p. 93-94
34
Obras completas, 19: Ensayos sobre México, p. 45
62 Juan Antonio Rosado
tonces, que sus hijos sean extranjeros? Por lo demás, Paz exagera
las particularidades del verbo chingar, que tiene similitudes enor-
mes con foutre, fuck y joder, tanto en sus connotaciones sexuales y
agresivas como en su uso en relación con la violación de la madre35.
Redacción
Redacta un breve ensayo sobre la identidad del mexicano. ¿Hay
identidad o identidades? ¿Por qué?
El aborto
En países como México, el aborto sigue siendo un tema muy
polémico: hay quienes argumentan en contra de dicha práctica
y quienes lo hacen a favor. También hay quienes tratan de con-
ciliar ambas posturas, argumentando que en algunos casos el
aborto debe realizarse, pero en otros no. No obstante, por ser
México un país con una mayoría católica, mucha gente se mani-
fiesta en contra. En esta sección presentaré algunos de los argu-
mentos más importantes tanto en contra como a favor.
Entre las premisas para elaborar argumentos en contra del
aborto, destaca lo que la iglesia católica llama el «respeto a la
vida humana». A continuación, se transcriben algunos frag-
mentos del ensayo «Reflexiones filosóficas sobre el derecho a
la vida, el aborto y el proceso inicial de la vida humana», del
filósofo católico tomista Mauricio Beuchot, quien, desde la on-
tología (rama de la filosofía dedicada al estudio del ser), mantie-
ne una posición esencialista. Se trata de un texto perteneciente
al libro Controversias sobre el aborto, compilado por Margarita
M. Valdés.
35
op. cit., p. 183
Textos y ejercicios 63
Comprensión
Di la opción correcta.
Los argumentos del autor presentados aquí son de orden:
1. social
2. político
3. filosófico
4. jurídico
5. histórico
¿Por qué?
37
op. cit., p. 246-247
66 Juan Antonio Rosado
Redacción
Contrapón o contrasta los argumentos de Mauricio Beuchot con
los de Hugo Hiriart en lo referente al «acto» y la «potencia».
El texto puede iniciarse de la siguiente manera: «Mientras que
para Beuchot el aborto es condenable, porque…, para Hiriart no
lo es, ya que…».
Nota: Para realizar este ejercicio, ve el apéndice ii, núm. 4: «La
estructura comparación/contraste».
Por último, leamos las siguientes palabras de Ivone Gebara
(tomadas de una entrevista que se le hizo en 1994):
La moral católica no alcanza a las mujeres ricas. Ellas abortan y tie-
nen los medios económicos que garantizan una intervención qui-
38
«Observaciones elementales sobre el aborto», ibid., p. 262-263
Textos y ejercicios 67
Comprensión
a. Anota por lo menos cuatro premisas de las que la autora par-
te para llegar a su conclusión («El aborto no es pecado»). A
continuación, anota dos argumentos que la autora considera
importantes para llegar a esa conclusión.
39
«El aborto no es pecado», La Jornada. México, 2 may., 1994
68 Juan Antonio Rosado
Redacción
Redacta un texto argumentativo a favor o en contra del aborto.
Puede ser un texto que concilie ambas posturas, de acuerdo con
la situación que se presente en la vida real. Si se trata de estar
a favor y en contra, dependiendo de la situación, tendrán que
ponerse ejemplos.
La crítica literaria
Lee el siguiente fragmento del ensayo «Notas sobre crítica lite-
raria», de Armando Pereira (1950):
Toda cultura necesita explicar de alguna forma los objetos que la cons-
tituyen. Y para ello dispone de toda una red de saberes —la an-
tropología, la historia, la lingüística, el psicoanálisis, la sociología,
etc.— que, al actuar sobre el objeto literario, intentarán dar cuenta
plenamente de él. Esos saberes no actúan directamente sobre el
objeto, precisamente porque la propia especificidad del objeto lo
sitúa en un territorio distinto al que es propio a cada uno de esos
saberes. La narración, el drama o la poesía, aunque son susceptibles
de una cierta arqueología, de una historia o de un psicoanálisis,
no son ni un objeto arqueológico, ni un acontecimiento histórico,
ni un discurso analítico. El saber, entonces, al actuar sobre ellos,
al tratar de determinar su estatuto propio y las condiciones de su
producción y su funcionamiento, tendrá que buscar algún me-
diador, algún instrumento que le permita analizar ese objeto sutil
que, por no ser precisamente el suyo, se le escapa. De ahí emana
esencialmente la necesidad de la crítica literaria. Es producto de
Textos y ejercicios 69
Comprensión
Responde las siguientes preguntas:
Redacción
Consigue el ensayo titulado «¿Qué es la crítica literaria?»,
contenido en el libro Ensayos sobre crítica literaria, de Antonio
Alatorre. Lee dicho texto y compáralo con el fragmento del en-
sayo de Armando Pereira transcrito anteriormente. A partir de
la lectura de ambos textos, llega a una serie de conclusiones so-
bre la actividad crítica y escribe un breve ensayo que se titulará:
«¿Necesita la literatura ser comentada y estudiada?». El texto
deberá responder (con una o varias respuestas) a la pregunta
anterior.
40
Graffiti, p. 42
70 Juan Antonio Rosado
José Lambert, «La traducción», Teoría literaria, Marc Angenot, Jean Bessière, Douwe
41
Fokkema y Eva Kushner (eds.), Siglo xxi Editores, México, 1993, p. 177. (La nota de refe-
rencia pertenece al texto original.)
Textos y ejercicios 71
42
Bella Brodski, «History, Cultural Memory and the Tasks of Translation in T. Obinkaram
Echewa’s/Saw the Sky Catch Fire», pmla, núm. 2, marzo, 1999, p. 207-220. (La nota de
referencia pertenece al texto original.)
43
La observación podría extenderse a los procedimientos de la industria editorial en general.
(Esta nota pertenece al texto original.)
72 Juan Antonio Rosado
Comprensión
Responde a las siguientes preguntas:
Redacción
«Traducir no sólo significa pasar una palabra o una frase de un
idioma a otro». A partir de la afirmación anterior, redacta un
breve ensayo o reflexión en torno a la traducción.
El sexo y lo sagrado
El siguiente texto es una reseña crítica porque allí no sólo se in-
forma sobre el libro que se reseña, sino que también se emiten
juicios sobre él, y éstos se sustentan con razonamientos. La di-
ferencia esencial entre el comentario personal y la reseña crítica
es que el autor —en el comentario— puede dar por entendido
que el lector ya conoce el texto y sólo elabora un comentario
sobre éste: plantea el tema para ubicar bien al lector, desarrolla
de siglo, p. 649-650
Textos y ejercicios 73
Comprensión
a. Menciona por lo menos dos errores o carencias que el autor
de la reseña encontró en el libro, así como el argumento que
empleó para calificarlos de «errores» o «carencias».
b. Escribe por lo menos dos aciertos que el autor de la reseña en-
contró en el libro, así como los argumentos que los sustentan.
Redacción
Tomando como modelo la reseña anterior y otras (publicadas en
revistas o suplementos culturales), reseña el último ensayo que
Esta reseña crítica del autor del presente libro fue publicada originalmente en Sábado, su-
45
leíste o algún texto (breve o extenso) que hayas leído. Todos los
juicios deben estar argumentados. Pueden incluirse citas textua-
les, sin abusar de ellas. Trata de parafrasear o resumir el conteni-
do lo menos posible (sólo cuando sea indispensable).
La minificción
A continuación, se presenta otra reseña crítica completa. La fi-
cha del libro reseñado es la siguiente:
Relatos vertiginosos. Antología de cuentos mínimos, sel. y pról. de
Lauro Zavala, Alfaguara, México, 2000
46
«Esta obra se bebe, más que se lee»
78 Juan Antonio Rosado
Comprensión
a. Menciona por lo menos dos carencias que el autor de la reseña
encontró en el libro, así como el o los argumentos que empleó
para calificarlas de carencias.
b. Escribe por lo menos dos aciertos que el autor de la reseña en-
contró en el libro, así como los argumentos que los sustentan.
Esta reseña del autor del presente manual fue publicada originalmente en Sábado, de
47
Redacción
Tomando como modelo la reseña anterior y otras (publicadas
en revistas o suplementos culturales), elabora una reseña del úl-
timo libro de cuentos leído. Trata de no contar el argumento
de los cuentos, ya que, en una reseña (sea informativa o crítica)
no se debe echar a perder la lectura de quien aún no ha leído el
libro, sino, en todo caso, advertirle de las fallas o incitarlo a la
lectura. Debemos recordar que, como decía Cervantes, no hay
libro malo que no tenga algo de bueno, o, como dice Antonio
Alatorre, «las críticas 100 por ciento negras, las críticas impla-
cablemente aniquiladoras, tienen siempre, en mi opinión, una
dosis más o menos fuerte de ignorancia (o de “mala leche”, que
no sé si es peor)».
48
Para Octavio Paz, la meta-ironía es una «ironía que destruye su propia negación y, así, se
vuelve afirmativa». En este punto, Paz se refiere sobre todo a los cuadros y dibujos en los
que Duchamp aún muestra y demuestra sus técnicas: el Desnudo sobre una escalera (1907-
08) y luego obras maestras como Desnudo descendiendo una escalera (1912) y Novia (1912).
Sobre las negaciones y exploraciones de Duchamp, Paz anota expresiones tan lúcidas como
sugerentes y exactas: «una obra sin obras», «rebelión contra la pintura visual y táctil, con-
tra el arte "retiniano"», «voluntad de contradicción», «pintor de ideas», cuya creación
pictórica es de «origen verbal». Todas las citas de Paz están tomadas de Apariencia des-
nuda. La obrade Marcel Duchamp, en Obras completas, 6. Los privilegios de la vista I. Arte
moderno universal.
86 Juan Antonio Rosado
sin tocar, a fin de que el público sea quien produzca los sonidos de
ansiedad o desesperación, cuando resulta evidente que el compo-
sitor organiza premeditadamente sonidos para producir música.
Es cierto que la música contiene silencios (no puede ser de otro
modo), pero el silencio por sí mismo no es música, como tampoco
los sonidos que produce un público engañado o incómodo. No
juzgo a los creadores de estas farsas (más bien filosóficas o pseu-
dofilosóficas, cuando no meramente exhibicionistas), quienes pu-
dieron elaborar otras obras que sí fueron arte49. Lo grave es que
los productores de las mencionadas obras quisieron convencer a
los espectadores —mediante la argumentación persuasiva y la pu-
blicidad— de que lo que hicieron era arte. Entonces, para ellos,
esas obras son «arte» tan sólo porque se sustentan en un discurso
justificatorio avalado por alguna institución. Pero he ahí el meollo
del asunto: si esas obras sólo se entienden y se justifican gracias a
un discurso escrito, gracias a la mirada interpretante de un «ex-
perto», estéticamente no se bastan a sí mismas. De igual modo,
podría ser arte la llave del agua caliente de un lavabo si la hacemos
pasar como tal mediante un discurso justificatorio o porque quien
la perciba desea denominarla arte.
Es verdad que una auténtica obra artística, que conjuga técni-
ca y mirada interpretante, puede poseer o adquirir diversas «lec-
turas» o interpretaciones válidas, o no tan válidas, a lo largo de
siglos, pero ninguna de esas obras ha estado subordinada a un dis-
curso que la explica de forma unívoca o que la justifica, y en caso de
que lo haya estado, la obra se ha llegado a bastar por su técnica, sus
procedimientos, sus recursos. Un lienzo de Picasso o Dalí; una pie-
za de Varèse, Stockhausen, Berio o Xenakis existen como tales, de
manera «honrada»: han desarrollado una o varias técnicas (capa-
cidades o habilidades transformantes, más allá del nivel interpre-
tativo o crítico por parte del receptor). Hay un impacto estético
independiente de cualquier discurso justificatorio extra-artístico,
nos agraden o no, nos digan algo o nada obras como Gesang der
49
Paz, refiriéndose a Duchamp, apunta: «No la filosofía de la pintura: la pintura como filo-
sofía [...] una filosofía de signos plásticos sin cesar destruida, como filosofía, por el humor».
Textos y ejercicios 87
Octavio Paz define los ready-mades de este modo: «son objetos anónimos que el gesto
50
gratuito del artista, por el solo hecho de escogerlos, convierte en obras de arte. Al mismo
tiempo, ese gesto disuelve la noción de "objeto de arte"». Para Paz no son ni arte ni anti-
Textos y ejercicios 89
arte, sino algo intermedio, «indiferente, en una zona vacía», y continúa: «su interés no es
plástico sino crítico o filosófico». El primer ready-made de Duchamp es de 1913. Sobre di-
cho fenómeno, afirma Octavio Paz: «Duchamp exalta el gesto, sin caer nunca, como tantos
artistas modernos, en la gesticulación. En algunos casos los ready-mades son puros, esto es,
pasan sin modificación del estado de objetos usuales al de "antiobras de arte"; otras veces su-
fren rectificaciones y enmiendas, generalmente de orden irónico y tendiente a impedir toda
confusión entre ellos y los objetos artísticos». El ready-made, el manuport, es para Paz «un
puntapié contra la obra de arte sentada en su pedestal de adjetivos» y también «una crítica
del gusto», «un ataque a la noción de obra de arte», «una crítica del arte "retiniano" y ma-
nual: después de haberse probado a sí mismo que "dominaba el oficio", Duchamp denuncia
la superstición del oficio». En otras palabras, estamos ya en el terreno de la crítica y la filoso-
fía, y no del arte. «La inyección de ironía niega a la técnica porque el objeto manufacturado
se convierte en ready-made: una cosa inservible». El gesto de Duchamp «no es tanto una
operación artística como un juego filosófico o, más bien, dialéctico: es una negación que,
por el humor, se vuelve una afirmación», siempre provisional. El poeta y ensayista mexica-
no también denuncia la trampa en la que ha caído la mayoría de los seguidores de Duchamp.
90 Juan Antonio Rosado
II
III
Comprensión
a. ¿Cuál es la tesis (o posición) que se defiende en este tex-
to? Menciona un argumento y una ejemplificación que la
sostengan.
b. ¿Qué posición ataca el autor? ¿Por qué?
Redacción
Elige un arte y anota por lo menos un ejemplo de obra sin (o
con escaso) valor estético. Compárala y contrástala con una gran
obra de ese arte cuyo tema sea similar a la obra anterior. Luego,
redacta un breve ensayo sobre el tratamiento del tema en ambas
obras.
Comprensión
a. ¿Contra qué escribe el autor y de qué premisas parte?
b. Anota un argumento con el que el autor arremete contra su
objeto.
51
Juan Antonio Rosado, Siempre!, núm. 2950, México, 27 dic., 2009, p. 62-63
100 Juan Antonio Rosado
Redacción
Lee cualquier ensayo de alguno de los autores citados en el texto
(García Lorca, Villaurutia, Baudelaire, Novo o Rubén Darío).
Expón el tema y la postura que mantiene el autor en el ensayo
elegido. Redacta una reflexión en torno a dicha postura.
final de la raza humana y del perro que, por ser el mejor amigo del
hombre, merece algún incentivo.
Entre las soluciones que proponen estos cibernéticos caballe-
ros andantes del siglo xxi y los que le siguen, para acabar con el
atraso moral de los mexicanos están (Excelsior, 28-iv-88): por la
penalización de «el homosexualismo, el adulterio, el amor libre,
la paternidad irresponsable, el aborto, el divorcio y otras desvia-
ciones que atentan contra la célula básica de la sociedad que es la
familia». Y aunque no queda claro qué castigo proponen para se-
mejantes depravaciones, yo creo que se podría echar mano a dos
recursos clásicos en sus versiones modernas: la lapidación, pero
con rocas lunares, y mediante técnicas de bioingeniería del petró-
leo. También se podría «implementar» una especie de «solución
final» y utilizar hornos de microondas para «holocaustear» a
todos aquellos perversos que incurren en alguna de las inmorali-
dades ya mencionadas.
Y para demostrar que la fe no está reñida con la ciencia, los
intelectuales de Pro Vida demandaron que «la Secretaría de Salud
retire del mercado los condones, toda vez que esa no es forma de
impedir el contagio y sí por el contrario acarrea desviaciones sexua-
les entre los jóvenes —como el homosexualismo— y deja abierta la
posibilidad de que se provoque una degeneración sexual». ¡Vade
retro, Sigmund Freud! Si uno sigue la lógica de los eminentes bió-
logos de Pro Vida, entonces valdría la pena corregir un viejo chis-
te con objeto de adecuarlo a sus teorías médicas: «Llega un niño
corriendo de la escuela a su casa todo lloroso y le dice a su mamá:
—Mami, mami, en la escuela me dijeron maricón...
—¿Y qué hiciste, mi hijito?
—Les pegué con mi condón».
Pero resulta que estos santos varones de la epidemiología no
sólo teorizan sino que aportan datos concretos acerca de la veloci-
dad de transmisión de un grave padecimiento, probablemente de
origen alimenticio por aquello de «tomar el arroz con popote», y
afirman que «el homosexualismo es un mal social que se propaga
con mucha rapidez...». Y, como seguramente lo han demostrado
Textos y ejercicios 103
Comprensión
a. Es evidente que el autor se burla de Pro Vida, a cuyos integran-
tes califica de payasos (en Francia, se le llamaba Charlot al có-
mico inglés Charles Chaplin). Extrae del texto por lo menos
dos argumentos desironizados que el autor implícitamente
utiliza para desacreditar a este grupo.
b. ¿Qué argumento, según el autor, utiliza el grupo Pro Vida
para afirmar que «la Secretaría de Salud aprueba las relacio-
nes homosexuales»? ¿Se trata de un argumento lógico (con-
vincente) o de un argumento persuasivo? ¿Por qué?
c. Si el lector comulga con los ideales de Pro Vida, argumente a
continuación a favor de este grupo.
Redacción
Escribe un breve ensayo, con introducción, desarrollo y con-
clusión sobre cualquier grupo, institución, partido o secta que
sostenga una serie de ideas (cualesquiera que éstas sean) y las
trate de imponer como dogmas o leyes para toda la sociedad. Se
puede hablar a favor o en contra de ese grupo, siempre y cuando
se argumente para convencer (más que para persuadir). Si se es-
cribe en contra, tratar de redactar un texto irónico. Si se escribe
a favor, puede ironizarse a quienes atacan a ese grupo. También
pueden, por supuesto, utilizarse ejemplos de los comportamien-
Textos y ejercicios 105
tos sociales de ese grupo, o de las frases que sus integrantes utili-
zan para persuadir o convencer.
Comprensión
Responde las siguientes preguntas:
a. ¿Qué argumento utiliza Laura Schlessinger para afirmar que la
homosexualidad es una abominación?
b. ¿Se trata de un argumento que pretende convencer o persua-
dir? ¿Por qué?
c. Si le damos al texto una lectura irónica, entonces es mentira
que su autor considere que «la palabra de Dios es eterna e
inmutable». De acuerdo con el contexto histórico y social en
el que actualmente vivimos, ¿por qué la «palabra de Dios»
en los textos del Antiguo testamento no es ya ni eterna ni in-
mutable? Escribe por lo menos dos argumentos basados en el
texto leído.
Redacción
Redactar un breve comentario sobre cualquiera de las cuatro si-
guientes afirmaciones. Se puede o no estar de acuerdo con ellas.
Lo importante es argumentar por qué nuestra posición es a fa-
vor o en contra.
La polémica
El término polémica, derivado de pólemos, que en griego signi-
fica «guerra», suele aplicarse cuando hay una controversia, dis-
cusión o disputa entre dos o más personas. María Moliner define
«polémica» como «diálogo, particularmente por escrito, por
ejemplo mediante artículos publicados en los periódicos, en que
cada uno de los participantes sostiene cierta afirmación y ataca
al contrario»52.
El siguiente diálogo es un capítulo de la novela El cerco, pu-
blicada en 2008 por Editorial Jus. La obra trata especialmente
sobre el doloroso paso de la niñez a la adolescencia en una ciu-
dad violenta, y sobre el tráfico de drogas en los colegios. En el
diálogo que se reproduce a continuación, uno de los personajes
está a favor de la legalización de las drogas; el otro, en contra.
Cada uno proporciona un argumento y el otro contrargumenta
con otras razones. A veces recurren a la ejemplificación e incluso
a la ironía.
El comal y la olla53
52
María Moliner, Diccionario de uso del español, Editorial Gredos, Madrid, 1981
53
Juan Antonio Rosado: «El comal y la olla», El cerco, p. 77-95. El título del texto está toma-
do de una canción de Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri, en la que dos artefactos de cocina
discuten sin llegar a nada. En La experiencia literaria («Marsyas o del tema popular»),
Alfonso Reyes expone: «El maestro Gonzalo Correas recoge en su Vocabulario (siglo xvii)
Textos y ejercicios 109
este proverbio castellano: “Dijo el cazo a la caldera: quítate allá, tiznera”. Por adaptación al
medio físico, el proverbio transportado a México se ha trocado así: “El comal le dijo a la
olla: qué tiznada estás”». En una nota, agrega: «Generalmente este proverbio se deja en
México sin concluir, después de la palabra “olla”. Ver Darío Rubio, Refranes, proverbios y
dichos y dicharachos mexicanos, México, 1937».
110 Juan Antonio Rosado
Comprensión
126 Juan Antonio Rosado
a. Detecta las partes del diálogo en las que hay ironía. Explica
por qué y a qué motivación responde.
b. Escribe dos argumentos a favor de la legalización de las drogas
y dos en contra. Contrástalos, enumerando los aspectos posi-
tivos y negativos de cada uno.
Redacción
Trata de resolver la polémica con juicios personales en pro o en
contra de la legalización, o matizando en qué caso y qué dro-
gas podrían legalizarse y cuáles no. Es necesario argumentar y
ejemplificar.
El poeta
Emilio Adolfo Westphalen (Perú, 1911) es un claro ejemplo del
poeta de creación breve que ha ocupado un lugar significativo en
la literatura. De temperamento solitario, él considera que su papel
en la poesía peruana «ha sido aleatorio y [...] ha dependido mayor-
mente de las circunstancias»55.
Autor de dos reveladores poemarios con marcada influencia
surrealista:56 Las ínsulas extrañas (1933) y Abolición de la muerte
(1935), Westphalen publicó luego unos textos de lo que se llama-
ba «poesía social» y que, según él, no era arte. Al ser apresado
por la policía política, se le decomisó un ejemplar de estos textos.
No compartió los intereses de las clases poderosas y se le acusó de
dos crímenes: «el primero, ser poeta; el segundo, ser comunis-
ta». Con el fin de los años treinta, se inicia también el silencio del
poeta. A partir de entonces, sólo traducirá o escribirá sobre otros
poetas. Editó también dos revistas: Las Moradas (1947-1949) y
Amaru (1967-1971).
Como crítico, nunca pretendió desentrañar el significado úl-
timo de la poesía, pues él mismo afirma: «Es siempre arriesgado
especular acerca de los orígenes de una vocación y los impulsos
54
Juan Antonio Rosado, «Las dimensiones simbólicas del poema “El mar en la ciudad”, de
Emilio Adolfo Westphalen», publicado originalmente en la revista Estudios, núm. 48,
Instituto Tecnológico Autónomo de México, México, primavera de 1997, p. 69-82
55
E.A. Westphalen, «Poetas en la Lima de los años treinta», conferencia leída el 5 de marzo
de 1974, en el Instituto Nacional de Cultura, de Lima, en Dos soledades, Instituto Nacional
de Cultura, Lima, 1974. Si no se indica lo contrario, todas las citas de Westphalen fueron
tomadas de este texto.
56
El Diccionario Oxford de literatura española e hispanoamericana lo califica de «poeta surrea-
lista», Crítica, Barcelona, 1984
128 Juan Antonio Rosado
El poema
El sonido y el concepto
Lo que quizá más impresiona al lector del título del poema es la
preposición en: «El mar en la ciudad». Las dos presencias, el mar
y la ciudad, no están coordinadas por una conjunción copulativa,
sino que una está contenida en la otra: el mar está dentro de la ciu-
dad. Este invasor flexible y dinámico se halla personificado: avis-
ta a su presa o diosa, es tímido, amoroso, tierno, invade jardines,
repite su canción, devora lo muerto...; mientras que la ciudad es
escenario estático, desierto, con estatuas rotas y caídas, con fuentes
acalladas y mudos campanarios. Sin duda, la ciudad es símbolo ne-
gativo y estático; el mar, positivo y dinámico.
El poema, dividido en seis cuartetos, posee un total de vein-
ticuatro versos que a su vez pueden separarse en tres partes cla-
ramente discernibles por su tono y su contenido. El ritmo y la
métrica son variables; hay versos de entre nueve y catorce sílabas.
Si bien hay preferencia por los versos largos, la mayoría posee una
57
Westphalen, «César Moro: las bodas alquímicas entre la realidad y el sueño», en Casa del
Tiempo, Universidad Autónoma Metropolitana, México, mayo de 1989, p. 2-6
58
Antología de la poesía hispanoamericana, sel., pról. y notas de Juan G. Cobo Borda, Fondo
de Cultura Económica, México, 1985, p. 79
Textos y ejercicios 129
son rodeadas por el agua salada y consciente del mar, que no levanta
sus olas como si levantara sus manos, sino que levanta manos —en-
tidades fragmentarias— como si fueran olas, acaso las manos de esas
estatuas rotas y caídas cuyos labios y pies son lamidos por el mar, con
mente tímida y amorosa. Una estatua representa, por lo general,
a un ser vivo o que estuvo vivo. Doblemente muerta es una estatua
mutilada, fragmentada. Las callejas y plazuchas por donde el mar
se pierde, los jardines invadidos por el agua son también presencias
muertas. Lo único vivo es el mar, elemento de la naturaleza que en-
fáticamente avista de lejos su presa o su diosa, su objeto de agresión
(la presa) o de reverencia (la diosa). La pugna es clara. Además, el
mar se pierde por callejas. Cada imagen establece un contraste a nivel
fonético y conceptual. Pero allí no se detiene el mar, sino que penetra
también en lugares ocultos, subterráneos, en sótanos y alcantarillas:
Los símbolos
El mar
Pourquoi le spectacle de la
mer est-il infiniment et si
éternellement agréable?
Parce que la mer offre à la
fois l'idée de l'immensité
et du mouvement61.
Charles Baudelaire
59
Jean Chevalier y Alain Gheerbrant, Diccionario de los símbolos, Ed. Herder, Barcelona, 1991
60
ibid
61
«¿Por qué el espectáculo del mar es infinita y eternamente agradable? Porque el mar ofrece,
a la vez, la idea de inmensidad y movimiento».
136 Juan Antonio Rosado
La ciudad
Es imposible divorciar el fenómeno literario de su contexto social
e histórico, por más que esté lleno de vivencias personales o intros-
pecciones. En efecto, por más psicológico o intimista que sea un
poeta, sus vivencias no se dan aisladas, sino en una realidad colec-
tiva que experimenta y aprehende. Por ello concuerdo con Elías
Canetti cuando afirma que el verdadero escritor «vive entregado a
62
Chevalier y Gheerbrant, op. cit.
63
Gertrude Jobes, Dictionary of Mythology, Folklore and Symbols, part 1, The Scarecrow Press
Inc. New York, 1962
64
Juan Eduardo Cirlot, Diccionario de símbolos, Labor, Barcelona, 1992
65
Chevalier y Gheerbrant, op. cit.
Textos y ejercicios 137
66
La conciencia de las palabras, fce. México, 1981, p. 18
138 Juan Antonio Rosado
Conclusiones
Estas palabras de Lao Tse68 nos revelan una vez más algo implícito
en el poema de Westphalen, que participa de una poética vitalista,
donde Eros vence a Tánatos: el agua flexible y débil vence a la ciu-
dad fuerte y dura. Hay un rescate de la dimensión mítica operado
67
Muchos hombres modernos miran la ciudad como un lugar donde uno se encuentra es-
cindido de la vida natural y espiritual, y los escritores frecuentemente describen la soledad
a través de los aspectos de la vida urbana. Kafka miraba la ciudad como un lugar donde el
individuo pierde su identidad.
68
Tao te king, Ed. Premiá, México, 1982
Textos y ejercicios 139
69
Creación y destino, vol. i, Ensayos de crítica literaria, fce, México, 1986, p. 143
140 Juan Antonio Rosado
Ejercicio de redacción
Relee el poema de Westphalen y redacta una crítica sobre éste.
Pueden citarse algunos pasajes del texto anterior (entre comi-
llas), ya sea para justificar un argumento o para refutar dichos
pasajes con otros argumentos.
10. Hay sectores sociales que ven mal a las parejas cuyos integran-
tes se llevan muchos años de edad. ¿Están en lo cierto? ¿Por
qué?
11. Se ha dicho que si se prohibiera la prostitución se incremen-
taría considerablemente el número de violaciones, pues se ce-
rraría una válvula de escape para la sociedad. ¿Es cierto? ¿Por
qué?
12. El poeta mexicano Xavier Villaurrutia sostiene que «Morir
no es otra cosa que convertirse en un ojo perfecto que mira sin
emocionarse». ¿Por qué? ¿Habla Villaurrutia de una muerte
real, en su sentido literal?
13. Hay quienes piensan que el dinero puede comprar todo: la
inteligencia, la sensibilidad, la cultura, la salud, la amistad, el
amor... ¿Están en lo cierto o sólo lo están parcialmente? ¿Por
qué?
14. Hay quien afirma que en nuestros tiempos la clase trabajadora
mexicana ya casi no tiene tiempo para el placer, debido, so-
bre todo, a que en México los salarios han disminuido y mu-
cha gente tiene que dedicar su tiempo libre a otros trabajos.
Comenta.
15. Ernst Jünger afirma que «con el progresivo deterioro de la
cultura podría llegarse a temer la gloria póstuma como pro-
ducto de una selección negativa». En este texto, Jünger parte
de una premisa explícita: «existe un progresivo deterioro de
la cultura». ¿Tiene razón? ¿Cuál es su argumento o razones
para afirmar que en el futuro podríamos tenerle miedo a la
gloria póstuma? Argumenta a favor, en contra o, dependien-
do de la situación, a favor y en contra.
16. En El atormentador de sí mismo, del comediógrafo romano
Terencio, Cremes afirma: «Hombre soy; nada humano me es
ajeno». Si se aplica dicha sentencia en la vida social cotidiana,
¿tiene o no límites? ¿Por qué? En caso de que haya límites,
ejemplifica, desde una óptica personal, cuáles son y por qué.
Apéndice i
Las cuatro modalidades del discurso
146
Las cuatro modalidades del discurso 147
262-263
150 Juan Antonio Rosado
153
154 Juan Antonio Rosado
Tercer párrafo:
El respeto... (completa un párrafo entero)
Cuarto párrafo:
En cuanto a la responsabilidad... (completa otro párrafo)
Quinto párrafo:
Por su parte, la honradez... (completa el párrafo)
Las estructuras básicas del texto expositivo 161
Sexto párrafo:
La honestidad, en cambio, se refiere a... (completa el párrafo)
Séptimo párrafo:
Un valor fundamental es la disciplina, que... (completa el
párrafo)
Octavo párrafo:
Por último, la puntualidad... (completa el párrafo)
Párrafo conclusivo:
En conclusión, ...
para los docentes», en Denise K. Muth (comp.), El texto expositivo. Estrategias para su com-
prensión, p. 15
Las estructuras básicas del texto expositivo 167
Ejercicio:
Redacta un texto con la siguiente estructura:
Argumentación
169
170 Juan Antonio Rosado
Base de la argumentación
Las premisas:
Son hechos, creencias, verdades, valores, ideas o puntos de vista
compartidos o considerados como ciertos, ya sea por todos o —por
lo menos— por las personas implicadas en la argumentación.
Objetivos:
1. Para defender una posición o postura
2. Para convencer
3. Para llegar a una conclusión
Ejemplo 2:
172 Juan Antonio Rosado
Ejemplo 2:
Pregunta: —¿Por qué haces eso?
Respuesta (o razón): —Porque quiero (o porque me
da la gana).
(Premisa implícita: mi voluntad es lo más importante).
Breve esquema de la argumentación 173
b. Restrictivos y concesivos:
1. Pero: Fulano afirma tal cosa, pero yo no estoy de acuerdo.
2. Sin embargo: Fulano afirma tal cosa; sin embargo, yo no es-
toy de acuerdo.
3. No obstante: Fulano afirma tal cosa; no obstante, yo no estoy
de acuerdo.
4. Mas (sin tilde es equivalente de pero): Fulano afirma tal
cosa, mas yo no estoy de acuerdo.
5. Aunque: Fulano afirma tal cosa, aunque yo no estoy de acuerdo.
6. A pesar de (que): Fulano afirma tal cosa, a pesar de que yo no
estoy de acuerdo.
7. Pese a (que): Fulano afirma tal cosa, pese a que yo no estoy
de acuerdo.
8. Si bien: Si bien Fulano afirma tal cosa, yo no estoy de acuerdo.
9. Aun cuando: Fulano afirma tal cosa, aun cuando yo no estoy
de acuerdo.
La demagogia de la imagen
tado contra Hitler, contra los nazis? ¿Es que con ellos hubiera
funcionado la no-violencia? «¿La no-violencia serviría contra
Hitler?», le preguntó la periodista Margaret Bourke-White.
Después de un sintomático y sepulcral silencio, Gandhi respon-
dió: «No sin derrotas y grandes sufrimientos». Pero nada se
sabía sobre la maquinaria hitleriana de masacres masivas, lo que
nos lleva a pensar que la no-violencia jamás hubiera funcionado
contra Hitler. Mi moraleja: hay ocasiones en que sólo funciona
la contraviolencia, es decir, la reacción violenta para contrarres-
tar a la violencia, de ahí que a lo largo de la historia hayan surgi-
do guerrillas, levantamientos campesinos y revoluciones. Pero lo
mejor es siempre dialogar con las antenas de la razón, creadora
de normas, códigos y éticas.
Así lo demostró también la filósofa Hipatia, directora de la
Biblioteca de Alejandría. Se afirma que esta mujer era tolerante
hacia las diferentes formas de pensar o creer. Entre sus discípu-
los, esta filósofa, matemática, astrónoma y escritora, admitió
a todo tipo de gente y a personas de todas las religiones de la
época. Sin embargo, la intolerancia cristiana acabó con ella. Lo
más probable —todo apunta a este hecho— es que el obispo
de Alejandría la haya mandado matar. Un grupo de cristianos
la desolló viva con conchas y destruyó su obra completa (tam-
bién destruyeron una de las obras más importantes del filósofo
Porfirio y la gran mayoría de los textos de Safo, entre otros miles
de manuscritos y bibliotecas, para no contar los códices prehis-
pánicos que Diego de Landa hizo quemar). El grupo de bandi-
dos que mató a Hipatia de Alejandría, por supuesto, creía en la
verdad. Así se inició la intolerancia que caracterizaría —hasta la
fecha— a la religión de Saulo de Tarso. Este fue el principio de la
ruina del mundo antiguo, con toda su pluralidad y moral, cuyos
máximos valores adoptaría la nueva religión, apropiándoselos
sin darles casi nunca crédito a quienes los forjaron.
Breve esquema de la argumentación 183
Para mí, en la vida social deben seguirse las leyes, que inten-
tan poner orden a la vida, a pesar de que haya muchas injustas
y debatibles; por algo pueden modificarse. En la vida privada,
siempre he considerado que entre adultos, en la intimidad y sin
forzar la voluntad de nadie, todo está permitido, y cuando digo
«adultos» apelo a un concepto jurídico y no biológico; tal con-
cepto ha variado de época en época y de región en región; por
ello debemos considerar nuestro contexto actual: nuestros códi-
gos y nuestro tiempo. Cuando digo «sin forzar la voluntad de
nadie» incluyo a cualquier ser animado.
Apéndice iv
Veinte reflexiones en torno a la lengua
184
Veinte reflexiones en torno a la lengua 185
72
Es pertinente aclarar que no están en el mismo nivel —ni utilizan los mismos recursos— la
expresión oral y la escrita. En la primera, nos apoyamos de tonos distintos, ademanes, varias
intensidades en el volumen de la voz, velocidad variada, pausas de diversos grados y todo
tipo de gestos, mientras que en la segunda sólo contamos con una página (o pantalla) en
blanco y una pluma o lápiz (o teclado); es decir, necesitamos reproducir por escrito —de
alguna manera y en la medida de lo posible— los múltiples sentidos que el habla puede
llegar a expresar, pero con recursos más limitados.
Veinte reflexiones en torno a la lengua 193
El lenguaje ciudadano:
purismo lingüístico y retos del siglo xxi
73
www.esletra.org/Luis_Fernando_Lara.pdf
Veinte reflexiones en torno a la lengua 199
I
Antaño nadie pensaba en sexo al decir «los maestros» o «los
niños». Eran simplemente los niños o los maestros. Sabíamos
que el genérico coincidía con el masculino plural por razones
históricas, y que era y sigue siendo incluyente. El latín, de donde
procede el español, tenía tres géneros. El neutro a veces coinci-
día con el masculino y llegó a usarse como genérico. Las lenguas
evolucionan en su forma oral, pero la escritura es más conserva-
dora, debido a la necesidad de entendernos por escrito, pues lo
escrito queda fijo, mientras que en la oralidad hay constantes in-
novaciones. Sin embargo, una cosa es la evolución natural y otra
es cuando el poder le inyecta a los medios de comunicación la
más barata ideología feminista para forzar el idioma, producto,
no del estudio ni de una necesidad, sino de un complejo sicoló-
gico y un afán de poder. El argumento es «equidad de género»;
los resultados, sexismo, exclusión y un atentado contra lo más
bello de una expresión: su economía lingüística.
Ahora hay quien se siente obligado a llenar textos con diago-
nales o paréntesis «para no excluir a la mujer»: «los/las sobrevi-
vientes», «los maestros y las maestras», «los niños y las niñas».
Estoy de acuerdo con poner en los títulos «licenciada», «inge-
niera», «abogada», «jueza», «arquitecta», ya que se trata de
sustantivos que denotan seres individuales, pero el genérico es
otra cuestión. Si decimos «los libros y las revistas compradas»,
206 Juan Antonio Rosado
II
Apología de la sintaxis
Mundo y lenguaje
Los apantallabobos
Discriminación lingüística
Límites de la escritura
La labor crítica
las emociones. Sin embargo, cada vez se multiplican más los ta-
lleristas que congregan a un grupo de optimistas deseosos de in-
corporarse al Club de los Elogios Mutuos. Cada integrante, con
un determinado número de traumas, amarguras, sinsabores, de-
cepciones o emociones fuertes, desea sacar de sí ese misterioso e
inexplicable universo para rozar las alas del arte y volar tan lejos
como sea posible, sin siquiera intentar dominar técnicas (acaso
para transgredirlas), esforzarse por revisar la tradición literaria y
revisar, corregir y volver a corregir en diversas postescrituras el
texto, en pro del trabajo artístico. Sacar los demonios puede ser
una buena motivación para escribir, un elemento de la «prees-
critura» o borrador, pero luego debe venir el trabajo artístico, y
para ello se requiere serenidad y razonamiento.
Ciertamente, todos podemos narrar, como todos podemos
dibujar o componer tarareando alguna melodía genial. Pero las
aptitudes anteriores no implican arte, es decir, dominio o inte-
riorización de las techné o técnicas, ni ninguna contemplación o
«teoría». Sentir mucho no es ser artista. Todos sentimos. El pe-
ligro de sólo «exorcizarse» o tomar el arte como mera catarsis,
sin ir más lejos en cuestiones formales, no es tanto los bodrios
o literatura enlatada que se produce, llena de lugares comunes,
sensiblería o repeticiones de esquemas. No. El peligro de verdad
es que el mismo sentido de lo que es arte y literatura se está tergi-
versando, y este fenómeno aumenta por la ausencia de una edu-
cación estética desde la primaria.
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Weston, Anthony, Las claves de la argumentación, Ariel, Barcelona,
2001
250 Juan Antonio Rosado
Introducción11
Argumentar11
Géneros argumentativos 21
La presente obra 26
Comprender la lectura 29
Textos y ejercicios 33
Sobre nuestra lengua 33
La «Edad de Oro» para Cervantes 38
Las palabras y las obras 40
La crítica 42
La materia de la novela 43
Sobre la lengua vasca 45
El problema religioso 46
El origen del pensamiento filosófico 48
La oposición entre el hombre y el animal 50
El estilo 52
Raza y religión 53
El afán europeizante 56
Los falsos mesías 59
El mexicano 60
El aborto 62
La crítica literaria 68
La traducción y las empresas editoriales 70
El sexo y lo sagrado 72
La minificción 77
Engaño descolorido: sobre pseudoarte y pseudoartistas 81
Sobre el arte por el arte 96
El manejo de la ironía (i)100
El manejo de la ironía (ii)104
La polémica 108
Ejemplo de análisis académico y argumentativo de un poema 126
Propuestas para redactar textos argumentativos 140
253
254 Juan Antonio Rosado