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Las neurociencias y las ciencias cognitivas han realizado numerosos estudios que
tratan de revelar el posible misterio de la conciencia, pero generalmente se topan
con problemas bastante difíciles que mostraremos en este texto de manera
precisa. Por otra parte, no se puede negar que estos resultados que promueven
estas ciencias son útiles para que emerjan nuevas complicaciones que cada vez
se van volviendo más arduas de resolver y al parecer seguirán siendo un gran
enigma. Entonces ¿Cuál es el misterio y la dificultad que la conciencia nos
plantea?
Con esta aseveración el dualismo de David Chalmers propone una nueva forma
de entender el fenómeno de la conciencia, yo diría que se trata de “ideas
renovadas” de la conciencia, ya que la posición del fisicalismo y el eliminativismo
no soluciona el problema fenoménico: “Cuando pienso en un león, por ejemplo,
parece haber un hálito de cualidad leonina en mi fenomenología: pensar en un
león es sutilmente diferente de pensar en la torre Eiffel.” (Chalmers D. J., 1999,
pág. 33). Es decir, cuando pensamos en un león no exclusivamente estamos
pensando en el león que está afuera de nosotros, sino que tenemos una
experiencia particular con ese león que nos da una fenomenología del león y que
afecta el mismo flujo de la conciencia.
El flujo de la percepción
En nuestro flujo de percepción, ¿por qué hay algo que se nos muestra en nuestro
interior como una película a la que únicamente nosotros podemos acceder? La
conciencia es interesante no sólo en investigaciones científicas, sino también en
nuestra vida cotidiana y es quizá el misterio más profundo que en este momento
puede estar floreciendo. ¿Por qué simplemente no somos autómatas sin
experimentar nada y solamente dando resultados o recibiendo órdenes sin tener
decisión alguna o sin tener experiencia interna? Si vamos a estudiar la conciencia
desde una posición funcional o reductiva lo único que nos deja son: “Historias
sobre el funcionamiento de un sistema, su estructura, su dinámica, el
comportamiento que produce” (Chalmers D, 2014). Concretamente estados
psicológicos como precisamos al principio o “problemas fáciles” como los llama
Chalmers, en cambio cuando se trata de la “experiencia subjetiva” nos atascamos
y nos limitamos. Para ilustrar cómo el fisicalismo pierde terreno en el debate,
Chalmers propone un ejemplo muy peculiar que se llama el zombi filosófico: "Un
zombi es físicamente idéntico a un ser humano normal, pero carece
completamente de experiencia consciente. Los zombis miran y se comportan
como los seres conscientes que conocemos y amamos, pero "todo está oscuro en
el interior". No hay nada que sea ser un zombi" (Chalmers D. ). Aquí Chalmers
intenta refutar el fisicalismo suponiendo que un zombi es idéntico a un ser
humano en su característica física y como sabemos un zombi no piensa y todo lo
que hace es modo "zombi" internamente está vacío, entonces si esto es así ¿Qué
hace que los seres humanos no sean zombis si compartimos toda la estructura
física que tienen los zombis? Es porque tenemos conciencia, tenemos
experiencias subjetivas, por ende lo físico no puede explicar lo mental ni tampoco
reducirlo.
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Bibliografía
Chalmers, D. (14 de julio de 2014). ¿Cómo explicamos la conciencia? Obtenido de TEDTalks:
https://www.youtube.com/watch?v=uhRhtFFhNzQ