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La conciencia fenoménica.

Las neurociencias y las ciencias cognitivas han realizado numerosos estudios que
tratan de revelar el posible misterio de la conciencia, pero generalmente se topan
con problemas bastante difíciles que mostraremos en este texto de manera
precisa. Por otra parte, no se puede negar que estos resultados que promueven
estas ciencias son útiles para que emerjan nuevas complicaciones que cada vez
se van volviendo más arduas de resolver y al parecer seguirán siendo un gran
enigma. Entonces ¿Cuál es el misterio y la dificultad que la conciencia nos
plantea?

Lo principal que debemos precisar es que se debe tomar el fenómeno de la


conciencia seriamente y no tratar de excluirlo ni eliminarlo como lo hicieron
algunas veces las explicaciones reductivas y fisicalistas. David Chalmers
denuncia este olvido de la conciencia y considera que no se trata de una
estrecha estructura o de una función: "Las propiedades funcionales pueden ser
directamente implicadas por una historia física de bajo nivel. " (Chalmers D. J.,
1999, pág. 147). De este modo una explicación reductiva si sería apta, únicamente
para este tipo de nivel, pero cuando ingresamos en estados “fenoménicos” las
explicaciones reductivistas fracasan, dado que existen otros fenómenos como
nos dice Chalmers: “¿Por qué todo este procesamiento está acompañado por una
vida interna que experimentamos?” (Chalmers D. J., 1999, pág. 16).Lo que quiere
decir David Chalmers especialista en filosofía de la mente y ciencia cognitiva es
que: “ Hay algo que es ser como ese ser." (Chalmers D. J., 1999, pág. 26). Es
decir, hay algo que es como tener esa experiencia y nadie la comparte a menos
que sea la cualidad subjetiva de la persona que experimente dicha experiencia
fenoménica, sin embargo, hay que ser claros con esto porque no se está
defendiendo ninguna posición fantasmagórica o especulativa, sino que
intentamos especificar en qué consiste dicho misterio y creo que David Chalmers
es muy acertado cuando dice: "El sentido del sí mismo: a veces aceptamos que
hay algo en la experiencia consciente que transciende a todos los elementos
específicos: una especie de ruido de fondo." (Chalmers D. J., 1999, pág. 33). El
ruido de fondo del que se habla es de esas experiencias conscientes que
únicamente suceden en el ser que las experimenta, así como las emociones,
imaginerías mentales y distintos tipos de dolores. No obstante, la experiencia
consciente no es lo único que existe en la mente, visto que hay otro tipo de
estados que David llama estados "psicológicos" y estos según él son los que han
estudiado las ciencias cognitivas, pongamos por caso la conducta (causalidad), la
memoria, y el aprendizaje: “El concepto de la mente como base causal o
explicativa de la conducta. Un estado es mental en este sentido si desempeña el
papel causal apropiado en la explicación de la conducta." (Chalmers D. J., 1999,
pág. 35). Aquí no caben los estados fenoménicos que estamos discutiendo porque
ajustadamente interesa es lo que hace esa mente y no la experiencia particular
como si lo va a desarrollar David Chalmers al considerar un estudio de las
experiencias conscientes, por eso suelen llamar a su postura “dualismo de
propiedades”.

Los estudios "físicos" de la conciencia tales como las neurociencias y ciencias


cognitivas promueven no lograron solucionar dichos misterios que solicitan una
privacidad dentro de la propia experiencia de cada persona activa. Por esta razón
es necesario postular un dualismo de propiedades que nada tiene que ver con el
dualismo cartesiano. En efecto, este dualismo que llaman “mistérico” se especifica
de manera concisa de la siguiente forma:

“La experiencia consciente involucra propiedades de un individuo que no están


implicadas por las propiedades físicas de un individuo, aunque puede depender
nomológicamente de esas propiedades. La conciencia no es una “sustancia” aparte de
ese mundo, pero las propiedades fenoménicas son ontológicamente independientes de
las propiedades físicas.” (Chalmers D. J., 1999, pág. 5).

Con esta aseveración el dualismo de David Chalmers propone una nueva forma
de entender el fenómeno de la conciencia, yo diría que se trata de “ideas
renovadas” de la conciencia, ya que la posición del fisicalismo y el eliminativismo
no soluciona el problema fenoménico: “Cuando pienso en un león, por ejemplo,
parece haber un hálito de cualidad leonina en mi fenomenología: pensar en un
león es sutilmente diferente de pensar en la torre Eiffel.” (Chalmers D. J., 1999,
pág. 33). Es decir, cuando pensamos en un león no exclusivamente estamos
pensando en el león que está afuera de nosotros, sino que tenemos una
experiencia particular con ese león que nos da una fenomenología del león y que
afecta el mismo flujo de la conciencia.

El flujo de la percepción

En nuestro flujo de percepción, ¿por qué hay algo que se nos muestra en nuestro
interior como una película a la que únicamente nosotros podemos acceder? La
conciencia es interesante no sólo en investigaciones científicas, sino también en
nuestra vida cotidiana y es quizá el misterio más profundo que en este momento
puede estar floreciendo. ¿Por qué simplemente no somos autómatas sin
experimentar nada y solamente dando resultados o recibiendo órdenes sin tener
decisión alguna o sin tener experiencia interna? Si vamos a estudiar la conciencia
desde una posición funcional o reductiva lo único que nos deja son: “Historias
sobre el funcionamiento de un sistema, su estructura, su dinámica, el
comportamiento que produce” (Chalmers D, 2014). Concretamente estados
psicológicos como precisamos al principio o “problemas fáciles” como los llama
Chalmers, en cambio cuando se trata de la “experiencia subjetiva” nos atascamos
y nos limitamos. Para ilustrar cómo el fisicalismo pierde terreno en el debate,
Chalmers propone un ejemplo muy peculiar que se llama el zombi filosófico: "Un
zombi es físicamente idéntico a un ser humano normal, pero carece
completamente de experiencia consciente. Los zombis miran y se comportan
como los seres conscientes que conocemos y amamos, pero "todo está oscuro en
el interior". No hay nada que sea ser un zombi" (Chalmers D. ). Aquí Chalmers
intenta refutar el fisicalismo suponiendo que un zombi es idéntico a un ser
humano en su característica física y como sabemos un zombi no piensa y todo lo
que hace es modo "zombi" internamente está vacío, entonces si esto es así ¿Qué
hace que los seres humanos no sean zombis si compartimos toda la estructura
física que tienen los zombis? Es porque tenemos conciencia, tenemos
experiencias subjetivas, por ende lo físico no puede explicar lo mental ni tampoco
reducirlo.
.

Es posible que en el futuro surja una teoría de la conciencia, siempre y cuando,


sea sensata y cumpla con explicar esas experiencias fenoménicas que se
presentan en las personas en su diario vivir, por ello se hace necesario pensar en
otro tipo de leyes para poder estudiar favorablemente este tipo de fenómenos, ya
que, con las que hay precisamente estamos en un estado de confusión y no cabe
la idea de la existencia de la conciencia. En definitiva se mostró en este texto que
la conciencia pertenece a uno de los misterios más grandes que hay en la
filosofía de la mente y en las ciencias cognitivas, por este motivo se necesita una
nueva forma de percibir el fenómeno de la conciencia para incluirla en la ciencia
que en la mayoría de los casos la deja de lado y no le otorga la importancia que
ella misma pide. La conciencia sigue formulando misterios que al parecer no se
concluirán rápidamente, pero, si se piensa en la conciencia como un problema
fundamental posiblemente en el futuro encontremos teorías que nos ayuden a
comprender este misterio.

Bibliografía
Chalmers, D. (14 de julio de 2014). ¿Cómo explicamos la conciencia? Obtenido de TEDTalks:
https://www.youtube.com/watch?v=uhRhtFFhNzQ

Chalmers, D. J. (1999). La mente consciente. Barcelona: Gedisa.

Chalmers, D. (s.f.). Zombies on the web. Obtenido de http://consc.net/zombies.html

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