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ÁMBITO FARMACÉUTICO
ETNOFARMACIA
El consumo de insectos,
entre la necesidad y el placer
gastronómico
MANUEL PIJOAN
Naturalista y químico.
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comer insectos, no es exclusiva de Tabla 2. Relación entre la presencia de insectos y de grandes vertebrados
los pueblos de Nueva Guinea. en diferentes regiones del mundo
Además de los ya citados laosia-
nos, la profesan los habitantes de Presencia Ausencia
lugares tan distantes como Nueva de grandes de grandes
Caledonia, la península de Kamt- vertebrados vertebrados
chatka, el desierto de Kalahari, la Presencia de insectos que forman enjambre A B
isla de Madagascar y gran parte Ausencia de insectos que forman enjambre C D
de la cuenca Amazónica. Y en
cuanto a los insectos propiamente
dichos, podemos decir que, por lo
menos hasta hace unas pocas rial, Plinio el Viejo loaba las estadounidense Marvin Harris
décadas, hasta que los expertos en excelencias del cossus o larvas del (1985) dice en su obra Bueno para
alimentación empezaran a trans- escarabajo longicornio (Ergates comer que los alimentos preferidos
mitir su entomofagia de corte faber), un manjar que al famoso por un grupo cultural humano son
occidental a los países en desarro- entomólogo francés J.H. Fabre le precisamente los que presentan
llo, la inmensa mayoría de las recordaba la almendra tostada y una favorable relación coste/bene-
sociedades humanas consideraba la vainilla; en tanto que Lúculo, ficio, mientras que los rechazados
al menos algunos insectos aptos el notorio gourmet romano, se son los que tienen desfavorable
para el consumo. Incluso en hacía servir tostadas larvas de esta relación. Lógicamente, el
Europa, donde la entomofobia ciervo volante que habían sido resultado depende de las caracte-
parece tener raíces muy profun- previamente engordadas con una rísticas de cada ambiente y del
das, los insectos no empezaron a dieta a base de vino y de salvado tipo de relaciones que se han esta-
ser aborrecidos hasta muy entrada durante meses. blecido entre el hombre y la natu-
la Edad Media. En la antigua La afición de los romanos raleza. Así, el autor afirma que «la
Grecia, por ejemplo, los salta- pudientes por las larvas de Ergates arbitrariedad de los hábitos ali-
montes y las cigarras eran apre- fue tal que el término se transmi- mentarios puede explicarse
ciadas indistintamente por ricos y tió a la lengua francesa, idioma mediante elecciones relacionadas
pobres. Aristóteles, que explicó en el que el adjetivo cossu designa con la nutrición, con la ecología o
con todo detalle en qué estadios actualmente una casa o un inte- con dólares y centavos».
precisos debían consumirse las rior señorial, y también una per- Harris atribuye el hecho de que
cigarras, definió a los saltamontes sona acaudalada. Pese a ello, ni algunas sociedades consuman
como «volatería con cuatro alas». siquiera los franceses más inclina- insectos y otras no a la teoría de
Siglos después, en la Roma impe- dos a probar todo tipo de viandas la caza-recolección. Esta teoría
se atreverían hoy a comer insec-
tos. Todos los intentos habidos a
finales del siglo XIX y principios
del XX por algunos prohombres
del país vecino, desde senadores
en el Parlamento hasta chefs de
restaurantes de lujo, para genera-
lizar la entomofagia entre sus
compatriotas, haciéndoles probar
delicias tales como larvas de esca-
rabajo sanjuanero, termes grati-
nadas y abdómenes de cigarras a
la vinagreta, cayeron en saco roto.
A excepción de cuatro entusiastas
y otos tantos excéntricos, ningún
francés, español u otro occidental
se atreve hoy a comer insectos.
Por lo menos activamente, ya que
sin saberlo cada uno de estos
occidentales consume más de 500
g de estos artrópodos al año bajo Estas hormigas mieleras o «repletas»
forma de fruta, salsa de tomate y acumulan en su abdomen el exudado dulce
harina de trigo. que las hormigas obreras extraen de las
Para explicar esta radical dife- cochinillas y de otros homópteros. Eran
Todavía hoy, los aborígenes australianos rencia de gustos entre los nume- muy apreciadas por los aborígenes
comen el abdomen de las hormigas tejedoras rosos pueblos entomófagos y las australianos quienes, al igual que
(Oecophylla sp.) para obtener un sabor pocas culturas tan entomófobas los mexicanos actuales, las consumían
agridulce y colmar su sed. como la nuestra, el antropólogo como dulces golosinas.
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Tabla 3. Valor nutritivo de algunos insectos comestibles basado en una ración de 100 g. A título comparativo,
se añaden los datos correspondientes para la carne de vacuno y el pescado (bacalao a la plancha)
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Valor nutritivo
Desde el punto de vista nutritivo, Consideradas hoy como una original exquisitez, las crisálidas de la mariposa de la seda
los insectos no tienen nada que (Bombyx mori) eran consumidas en grandes cantidades por los campesinos japoneses y
envidiar a los alimentos animales chinos. En la ilustración, una oruga de esta mariposa a punto de transformarse en crisálida.
homologados por la cultura occi-
dental. Las larvas del escarabajo
Tenebrio molitor, por ejemplo, pue- los insectos tienen bastante más insectos es comparable o, en
den contener hasta 58 g de prote- grasa y aportan más calorías a la algunos casos, superior al de las
ína por cada 100 g de peso seco y dieta. Aunque este mayor aporte carnes y el pescado. Además de
de 3 a 4 g de materias grasas con calórico pueda verse como un estos datos, los insectos suelen
un alto contenido en ácidos gra- inconveniente desde nuestra óptica tener niveles apreciables de sodio,
sos insaturados. Estas larvas cre- occidental obsesionada por la línea potasio, calcio, cinc y magnesio,
cen en harinas y granos de trigo y el cuerpo, resulta una clara ven- además de vitaminas A, C y D
mal almacenados y, dada su eleva- taja para muchos pueblos que se (las larvas de abeja, por ejemplo,
da concentración en proteínas con enfrentan a una escasez crónica de son 10 veces más ricas en vitami-
una buena combinación de ácidos alimentos. Esta ventaja no es apli- na D que el aceite de hígado de
esenciales, deben considerarse cable a los langostinos, langostas, bacalao). Aunque algunas espe-
como unos eficacísimos converti- gambas y cangrejos, artrópodos cies presentan un contenido pro-
dores de la biomasa vegetal. que, al contrario que los insectos, teínico relativamente bajo, esta
Otros insectos comestibles, como no sólo consideramos comestibles deficiencia suele quedar compen-
las formas aladas de terme gigan- sino incluso platos de alta cocina. sada por el hecho de que muchos
te o las larvas de gorgojo de las Estos crustáceos, en efecto, presen- de estos artrópodos convierten
palmeras tienen un contenido tan un contenido proteínico mayor sus alimentos de un modo más
proteínico inferior al de la carne que la mayoría de especies de eficiente que los peces o los ani-
roja, las aves o el pescado, y tanto insectos, pero unos niveles mucho males de granja. Así, por ejem-
éstos como muchos otros no tie- más bajos de materias grasas. Ello plo, las termes gigantes del géne-
nen unas proteínas tan bien equi- significa, obviamente, que para ro Macrotermes, que tienen un
libradas como las de estos ali- satisfacer las necesidades calóricas contenido proteínico más bien
mentos clásicos. Aun así, al igual diarias hace falta consumir muchas bajo —del orden del 15%—,
que las de muchos productos cár- más gambas o cangrejos que oru- presentan en cambio una eficien-
nicos, las proteínas de los insectos gas o termes aladas. Así, si para cia de transformación alimentaria
son ricas en lisina, el aminoácido satisfacer dichas necesidades hace de un 68%, muy superior a la
esencial que más suele escasear en falta atracarse con 3,3 kg de gam- que muestran los animales que
cereales, verduras y tubérculos. bas, basta en cambio con 500 g de criamos en nuestras granjas.
En comparación con otros inver- termes aladas o con 850 g de oru- Dicha eficiencia, medida en gra-
tebrados que sí consumimos con gas para suplirlas con creces. mos de biomasa producida por
fruición, como los mejillones, La tabla 3 muestra a las claras gramos de alimento ingerido, es,
almejas, ostras y otros moluscos, que el valor nutritivo de varios en efecto, del 20% para el ganado
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