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ÁMBITO FARMACÉUTICO

ETNOFARMACIA

El consumo de insectos,
entre la necesidad y el placer
gastronómico
MANUEL PIJOAN
Naturalista y químico.

Orugas y larvas de gorgojo de


las palmeras recién llegadas del barco
de línea del río Congo en el mercado
central de Kinshasha (República
Democrática del Congo).

La entomofagia o alimentación a base de insectos no es un fenómeno


nuevo. Además de las pruebas arqueológicas que indican que esta práctica
se remonta a los tiempos más antiguos, existen otras más antropológicas
que evidencian la importancia que tuvieron los insectos en las dietas
de nuestros antepasados homínidos. La entomofagia tampoco es una práctica
rara, aberrante o meramente marginal: todavía hoy los insectos son
una importante fuente de proteínas para los aborígenes australianos,
para muchas culturas tribales de Sudamérica, de África, de Asia
y de Oceanía, así como para otras poblaciones urbanas como los chinos
de Pekín, los japoneses de Tokio o los mexicanos del Distrito Federal.

P or muy inteligentes que nos


consideremos, los hombres no
somos más que primates y, como
insectos. Para algunos primates
actuales, como el aye-aye, los
gálagos o los micos de noche, los
res enanos, loris, titís, capuchi-
nos, monos ardilla, macacos, cer-
copitecos y babuinos, los insectos
bien saben los zoólogos, la gran insectos constituyen con diferen- y a menudo las arañas son tam-
mayoría de estos animales consu- cia la parte más importante de la bién parte importante de su régi-
men activa o incidentalmente dieta. Para otros, como los lému- men alimenticio o, como míni-
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mo, un complemento indispensa- muy probable que este rasgo


ble. Incluso los monos más vege- impulsor de la inteligencia fuera
tarianos, como los colobos, los desarrollado o readoptado por
langures y el gorila consumen nuestros antepasados homínidos.
insectos de forma involuntaria, Varios autores, en todo caso, afir-
envueltos en hojas o enterrados man que cuando nuestros primi-
en la pulpa de las frutas, o de un tivos ancestros abandonaron las
modo más activo cuando se des- selvas para ocupar las llanuras
piojan mutuamente. abiertas, los insectos formaban
Los monos invierten muchas una parte esencial de su dieta. Y
horas en el despiojado mutuo, es muy probable que continuaran
hasta el punto de que puede siéndolo en los homínidos que les
decirse que ésta es una de sus sucedieron, hasta llegar al hom-
actividades sociales más impor- bre moderno, en cuya dieta los
tantes. Pero el despiojado no es insectos tienen una importancia
tan sólo una actividad altruista: mucho menos marginal que lo
cuando un mono le saca los pio- que suele suponerse.
jos a un congénere también suele
tragárselos, no sólo porque así se
asegura que no volverán a infestar Yanomani de Venezuela comiendo un
Entomófagos urbanos
a su huésped, sino porque además pirulí con un grillo entero en su interior.
obtiene una fuente de proteínas La alimentación es uno de los
suplementaria. Al igual que los aspectos del comportamiento
otros primates, los seres humanos esperan a que éstas trepen en humano que más claramente se
sufrieron durante siglos el acoso masa por la vara y, con un rápido ve afectado por el aspecto cultu-
de los piojos —y continúan gesto, se meten el palo en la boca ral. Dentro de los límites lógicos
sufriéndolo en las apartadas antes de que éstas tengan tiempo de la toxicidad o digestibilidad,
regiones a las que no han llegado de morderles. Para capturar ter- puede decirse que, con mayor o
el jabón y los insecticidas—, mes, deshojan tallos de hierba y menor capacidad nutritiva, casi
viéndose obligados a practicar el los insertan en los agujeros del todo es comestible. Lo que para
despiojado mutuo con pautas termitero; cuando el tallo está unos es incomestible para otros es
similares a los simios: cuando lleno de soldados que muerden comida habitual; si encontramos
una muchacha despiojaba el sus costados, el chimpancé sim- una cultura que tache algo de
cabello de su hermana o cuando plemente lo retira y se los traga repugnante, no nos llevará mucho
una madre quitaba los piojos de trabajo encontrar otra que lo con-
la ropa de su hijo, no era raro sidere un manjar. Lo prohibido
que, tras reventar entre sus dien- por una religión (p. ej., el cerdo
tes el cuerpo de los pequeños tor- en el Islam) es permitido por
turadores, se los tragara de un Si encontramos otras y a veces muy apreciado:
bocado para asegurarse de que no sólo hace falta pensar en el jamón
volverían a infestar a su familiar. una cultura que tache ibérico. Nosotros mismos nos
Los chimpancés, que son nues- algo de repugnante, sorprendemos del plato picante
tros parientes más cercanos, con- que se toma un niño mexicano o
sumen insectos con tanta avidez no nos llevará mucho indio para desayunar, ya que ni
como colobos rojos, jabatos u trabajo encontrar como adultos podríamos sopor-
otros jóvenes ungulados. Las ter- otra que lo considere tarlo. Si esto nos crea extrañeza,
mitas, y en algunas zonas las hor- verdadera repulsión es lo que nos
migas safari o dorilinas, son los un manjar produce contemplar a alguien
insectos más importantes de su comiendo una ensalada de gusa-
dieta, pero las orugas, que no nos vivos o un bocadillo de car-
están tan concentradas a menos nosas orugas que se retuercen.
que lleguen a transformarse en Imaginemos por un momento
plaga, son consideradas como una que nos vemos obligados a comer
gran exquisitez. Para capturar las de un bocado. A veces, cuando estos infectos manjares, como le
temibles hormigas safari, los tienen una colmena a mano, sucede al misionero en la película
chimpancés escogen una rama y, untan las varas o los tallos con Los dientes del diablo.
tras arrancarle sus hojas y rami- miel para que los insectos no se Aunque muchos se tranquiliza-
tas, la transforman en una vara escapen al retirarlos. rán diciendo que tan sólo los pue-
fuerte y flexible de unos 60-70 cm Si la entomofagia fue uno de los blos primitivos consumen insec-
de longitud; acto seguido, la motivos fundamentales para que tos —el protagonista de Los dientes
introducen en un hormiguero o varias poblaciones de chimpancés del diablo es un inuit o esquimal—,
en una columna de hormigas, desarrollaran herramientas, es la realidad es completamente dis-
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minan yarsa-kumbu. Y, al igual


que en Japón y en muchas zonas
del Sudeste asiático, se continúan
consumiendo chinches acuáticas
gigantes (Lethocerus grandis y
otros belostomátidos), hemípte-
ros cuyo sabor fue asimilado por
un viajero occidental (WS Bristo-
we, citado en Harris, 1985) al del
queso gorgonzola concentrado.
Además de chinches acuáticas,
los yaos, akhas y otros pueblos
del Sudeste asiático devoran con
fruición huevos de cucaracha, ter-
mitas, cigarras, grillos, escaraba-
jos y sus larvas, así como arañas
gigantes del género Nephila y
otros arácnidos de gran tamaño.
Bristowe, el viajero antes citado,
asimiló el sabor de termitas y
Las langostas del desierto (Schistocerca gregaria), cuyos enjambres contienen miles cigarras al de la lechuga y el de
de millones de individuos, invaden 65 países, desde Mauritania y la República las arañas gigantes al de la patata
Democrática del Congo hasta Pakistán. Cuando sus inmensas nubes se adueñan cruda. También dijo que un esca-
de los cultivos, los campesinos de estos países las recogen a centenares para compensar rabajo o una araña tostados tienen
la destrucción de sus cosechas. un exterior delicadamente cru-
jiente y un interior tierno, con
una consistencia de soufflé que no
tinta. Los chinos actuales comen padecía de una gran escasez de es en modo alguno desagradable.
con delectación, en los restauran- proteínas animales. Tanto allí Sin salirse del Sudeste asiático,
tes y en los puestos callejeros de como en otras partes, los campe- los balineses se deleitan con libé-
Pekín y otras ciudades, los mis- sinos, y a veces los señores feuda- lulas asadas a la brasa o hervidas
mos saltamontes, cigarras, oru- les, hacían amplio acopio de lar- con jengibre, ajo, chile y leche de
gas, larvas de abeja y crisálidas de vas de grandes escarabajos longi- coco. Para capturar estos ágiles
la mariposa de la seda que salva- cornes (Cerambycidae), de escara- insectos suelen valerse de palos
ron del hambre a sus abuelos. Y bajos acuáticos (Dytiscidae), de untados con una pega vegetal,
también se deleitan con los escor- ciervos volantes (Lucanidae) y de
piones fritos que antes se reserva- escarabajos sanjuaneros y afines
ban a la Corte Imperial y de los (Scarabeidae).
que, tanto hoy como antaño, se Los japoneses también comen
cree que reducen los niveles de crisálidas de la mariposa de la
toxinas corporales. seda que, al igual que en China,
En Japón, donde la entomofa- son un subproducto de la indus-
gia se remonta a los tiempos más tria sedera. Consideradas hoy
antiguos, los insectos se utilizan como una simple delicia exótica,
todavía en muchas recetas. Inclu- estas mariposas en proyecto eran
so en Tokio es posible encontrar consumidas en grandes cantida-
restaurantes que ofrecen platos des por los campesinos japoneses
tan exóticos como el hachi-no-ko y chinos. Tras desenrollar los
(larvas de avispa hervidas), el capullos para hilar la seda, los
zaza-mushi (larvas de insectos jóvenes que trabajaban en la
acuáticos), el inago (saltamontes industria sedera echaban las crisá-
fritos con arroz azucarado), el semi lidas en agua caliente, asegurán-
(cigarras fritas) o las hormigas culo- dose así comida cocinada para
nas importadas a precio de oro todo el día.
desde la ciudad colombiana de En China también se consume
Santander. La afición japonesa por un curioso producto que se vende
los insectos se desarrolló sobre en los mercados en forma de tiras En África oriental, las termes son tan
todo en los Alpes japoneses, retorcidas: son las orugas parasi- importantes para la alimentación que sus
región que albergaba antaño una tadas por el hongo Cordyceps sinen- nidos son a menudo propiedad de personas
densa población humana y que, a sis, un alimento medicinal que concretas. Estos termiteros se heredan
excepción de los insectos acuáti- proviene de las alturas himalaya- de padres a hijos al igual que las vacas,
cos que pululaban en sus aguas, nas y al que los tibetanos deno- las cabras u otras cabezas de ganado.
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pero a veces lo hacen simplemen-


te a mano, haciendo gala de una
gran destreza. Los campesinos
filipinos, por su parte, inundan
sus campos para capturar los gri-
llos topo que luego venderán a
los restaurantes de Manila y de
otras ciudades.
Al otro lado del Pacífico, en los
estados mexicanos de Oaxaca,
Guerrero, Morelos, Veracruz y
México, se continúa preparando,
como antaño, una salsa hecha de
jumiles y de otras «chinches
hediondas» (hemípteros pentató-
midos) que, al decir de muchos
gourmets, tiene sabor de menta y
de canela. Otros insectos, como la En el sur de México, las hormigas cortadoras de hojas (Atta sp.) constituyen un recurso
avispa comestible, las hormigas y nutritivo de sabor muy agradable y con un elevado contenido en proteínas.
los chapulines de Oaxaca, suelen
consumirse fritos (las hormigas
también se comen recubiertas de insectos, como los escamoles y En total, y como puede apre-
chocolate); otros se consumen algunos saltamontes, se comen ciarse en la tabla 1, son casi 400
marinados en jugo de limón, vivos del mismo modo que noso- las especies de insectos que se
como el excelente saltamontes tros nos comemos las ostras y consumen habitualmente en
Melanoplus femurrubrum, o en salsa almejas. Entre estos últimos pue- México. Algunas de estas especies
verde y combinados con «torti- den incluirse las hormigas miele- —y probablemente otras cuyo
llas», como el gusano de maguey, ras, que no se consumen enteras consumo ha caído en desuso— ya
cuyo sabor recuerda y supera al ya que los mexicanos se limitan a eran muy apreciadas por los azte-
del chicharrón de cerdo. Otros saborear su azucarado abdomen. cas, quienes realizaban con ellas

Tabla 1. Insectos comestibles de México

Orden Nombre Nombre Número Estadio Especies más citadas


común local de especies consumido o típicas
Ephemeroptera Efemeras Moscas de mayo 2 Larvas
Odonata Libélulas Libélulas 6 Ninfas
Orthoptera Saltamontes y grillos Chapulines 66 Ninfas y adultos Chapulines de Oaxaca,
grillo prieto de Veracruz
Isóptera Termes Termitas 1 Adultos
Phtiraptera Piojos Piojos 1 Adultos
Hemiptera Chinches Chinches 67 Ninfas Euschistus crenator
(jumiles); otras especies
de la familia Pentatomidae
Homoptera Pulgones Pulgones 6 Ninfas y adultos
Neuroptera Hormigas león, 1 Larvas Gusano grande de agua
crisopas y afines
Coleoptera Escarabajos Escarabajos 88 Larvas
Diptera Moscas Moscas 13 Larvas Ahuahutle o huevos
de mosco
Trichoptera Frigáneas Frigáneas 4 Larvas
Lepidoptera Mariposas Mariposas 36 Larvas (orugas) Gusanos de maguey,
de nopal y elotero
o del maíz
Hymenoptera Hormigas, abejas, Hormigas, abejas, 97 Huevos, larvas, Escamoles (larvas de
avispas avispas pupas y adultos hormigas negras);
hormigas mieleras
(Myrmecocistus sp.);
hormigas cortadoras

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para comérselas asadas y evitar en


lo posible la destrucción de sus
campos.
Más al oeste, en África ecuato-
rial, los insectos más codiciados
son las termes o termitas, los salta-
montes, las orugas y las larvas de
gorgojo de las palmeras (Rhyncho-
phorus phoenicis). Las termes, en
concreto, son el segundo grupo de
insectos que más se consume en el
mundo, después del de saltamon-
tes, grillos y langostas. Las más
apreciadas son las reinas y los
machos alados que en Costa de
Marfil y en otros países africanos se
recogen por millares a principios
Los habitantes del África ecuatorial buscan con ahínco las larvas de este escarabajo de la estación de lluvias, cuando
goliat (Goliathus goliathus) entre las raíces de los plataneros. Pueden alcanzar los campos agostados apenas ofre-
unos 14 cm y, según dicen los nativos, tienen un sabor excelente. cen alimentos a una población
malnutrida que debe prepararse
para la inminente y dura cosecha.
varios platos de exquisito sabor. del África y del Próximo Oriente: En el otro lado del espectro de
Asados o fritos, mezclados con Alfred Grandidier, el naturalista estos grandes entomófagos se sitú-
chiles, preparados con tamales o y explorador francés que desde an los habitantes de Canadá, Esta-
simplemente molidos para ser 1865 dedicó su vida al estudio de dos Unidos y Europa, incluidos los
empleados como ingredientes de Madagascar, presenció en este del suroeste de este continente,
la calabaza, de la patata y del fri- país cómo una pelea tribal era que consumen invertebrados tan
jol, los insectos formaban una interrumpida al llegar una nube repugnantes para otros europeos
parte importante de la dieta de de langostas. Ambos bandos pac- como los calamares, caracoles,
este pueblo guerrero y urbano taron el alto el fuego y se dispu- holoturias, erizos y percebes (un
cuyos jefes se reservaban el maíz sieron a recolectarlas con ímpetu; crustáceo que incluso los franceses
devorado por las orugas. en menos de un cuarto de hora, rehúsan), pero que nunca se «reba-
20.000 personas (niños, mujeres jarían» a comer insectos. Y es que
y ancianos se sumaron a los solda- la cultura euronorteamericana
Entomofagia y entomofobia dos de ambos bandos) recogieron siente auténtica repulsión, no ya
tantas langostas como pudieron de comer, sino simplemente de
Más cerca de nosotros, en el norte entrar en contacto con ningún
de África, las langostas del desier- insecto, entendido éste en sentido
to (Schistocerca gregaria) eran toda- amplio, es decir, incluidos arañas,
vía objeto de un constante comer- escorpiones y miriápodos. No hay
cio durante la década de los cin- más que ver la cara de un occiden-
cuenta. Ampliamente citadas en el tal cuando ve por la televisión un
Corán como fuente de alimento, documental sobre las tribus de
éstas y otras langostas migradoras Nueva Guinea mientras se alimen-
ya habían sido decretadas aptas tan de Nephila maculata. Ésta es
para el consumo por Moisés —así una araña de unos 15 cm diámetro
consta en el Levítico— y mucho que teje enormes telarañas de hasta
antes, hace unos 5.000 años, hicie- un metro. Las hembras son captu-
ron las delicias de los reyes asirios. radas por los indígenas e introdu-
Todavía hoy, cuando las inmensas cidas en cañas de bambú verde,
nubes de langostas se adueñan de que tapan por los extremos y colo-
los campos, los campesinos africa- can sobre las brasas hasta que se
nos y del Oriente Medio recogen a ennegrecen. Las arañas asadas tie-
centenares los insectos caídos del nen la piel abierta y están en su
cielo y, tras arrojarlos en agua sala- punto para succionar el sabroso
da hirviendo o sobre una capa de abdomen, cuyo sabor recuerda al
brasas, compensan la destrucción camarón o a la mantequilla de
de sus cosechas con este especial Las larvas y pupas de estos escarabajos cacahuete, según las versiones.
recurso alimenticio. metálicos (familia Buprestidae) son Pero la afición por las arañas,
El aprovechamiento de este consumidas ávidamente por varias etnias todavía más espeluznante a ojos
destructor recurso no es exclusivo del Sudeste asiático. occidentales que la tendencia a
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comer insectos, no es exclusiva de Tabla 2. Relación entre la presencia de insectos y de grandes vertebrados
los pueblos de Nueva Guinea. en diferentes regiones del mundo
Además de los ya citados laosia-
nos, la profesan los habitantes de Presencia Ausencia
lugares tan distantes como Nueva de grandes de grandes
Caledonia, la península de Kamt- vertebrados vertebrados
chatka, el desierto de Kalahari, la Presencia de insectos que forman enjambre A B
isla de Madagascar y gran parte Ausencia de insectos que forman enjambre C D
de la cuenca Amazónica. Y en
cuanto a los insectos propiamente
dichos, podemos decir que, por lo
menos hasta hace unas pocas rial, Plinio el Viejo loaba las estadounidense Marvin Harris
décadas, hasta que los expertos en excelencias del cossus o larvas del (1985) dice en su obra Bueno para
alimentación empezaran a trans- escarabajo longicornio (Ergates comer que los alimentos preferidos
mitir su entomofagia de corte faber), un manjar que al famoso por un grupo cultural humano son
occidental a los países en desarro- entomólogo francés J.H. Fabre le precisamente los que presentan
llo, la inmensa mayoría de las recordaba la almendra tostada y una favorable relación coste/bene-
sociedades humanas consideraba la vainilla; en tanto que Lúculo, ficio, mientras que los rechazados
al menos algunos insectos aptos el notorio gourmet romano, se son los que tienen desfavorable
para el consumo. Incluso en hacía servir tostadas larvas de esta relación. Lógicamente, el
Europa, donde la entomofobia ciervo volante que habían sido resultado depende de las caracte-
parece tener raíces muy profun- previamente engordadas con una rísticas de cada ambiente y del
das, los insectos no empezaron a dieta a base de vino y de salvado tipo de relaciones que se han esta-
ser aborrecidos hasta muy entrada durante meses. blecido entre el hombre y la natu-
la Edad Media. En la antigua La afición de los romanos raleza. Así, el autor afirma que «la
Grecia, por ejemplo, los salta- pudientes por las larvas de Ergates arbitrariedad de los hábitos ali-
montes y las cigarras eran apre- fue tal que el término se transmi- mentarios puede explicarse
ciadas indistintamente por ricos y tió a la lengua francesa, idioma mediante elecciones relacionadas
pobres. Aristóteles, que explicó en el que el adjetivo cossu designa con la nutrición, con la ecología o
con todo detalle en qué estadios actualmente una casa o un inte- con dólares y centavos».
precisos debían consumirse las rior señorial, y también una per- Harris atribuye el hecho de que
cigarras, definió a los saltamontes sona acaudalada. Pese a ello, ni algunas sociedades consuman
como «volatería con cuatro alas». siquiera los franceses más inclina- insectos y otras no a la teoría de
Siglos después, en la Roma impe- dos a probar todo tipo de viandas la caza-recolección. Esta teoría
se atreverían hoy a comer insec-
tos. Todos los intentos habidos a
finales del siglo XIX y principios
del XX por algunos prohombres
del país vecino, desde senadores
en el Parlamento hasta chefs de
restaurantes de lujo, para genera-
lizar la entomofagia entre sus
compatriotas, haciéndoles probar
delicias tales como larvas de esca-
rabajo sanjuanero, termes grati-
nadas y abdómenes de cigarras a
la vinagreta, cayeron en saco roto.
A excepción de cuatro entusiastas
y otos tantos excéntricos, ningún
francés, español u otro occidental
se atreve hoy a comer insectos.
Por lo menos activamente, ya que
sin saberlo cada uno de estos
occidentales consume más de 500
g de estos artrópodos al año bajo Estas hormigas mieleras o «repletas»
forma de fruta, salsa de tomate y acumulan en su abdomen el exudado dulce
harina de trigo. que las hormigas obreras extraen de las
Para explicar esta radical dife- cochinillas y de otros homópteros. Eran
Todavía hoy, los aborígenes australianos rencia de gustos entre los nume- muy apreciadas por los aborígenes
comen el abdomen de las hormigas tejedoras rosos pueblos entomófagos y las australianos quienes, al igual que
(Oecophylla sp.) para obtener un sabor pocas culturas tan entomófobas los mexicanos actuales, las consumían
agridulce y colmar su sed. como la nuestra, el antropólogo como dulces golosinas.
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Tabla 3. Valor nutritivo de algunos insectos comestibles basado en una ración de 100 g. A título comparativo,
se añaden los datos correspondientes para la carne de vacuno y el pescado (bacalao a la plancha)

Especie animal Energía Proteína Materias Hierro Tiamina Riboflavina Niacina


aportada (g) grasas (mg) (vitamina B1) (vitamina B2)
(kcal) (mg) (mg)
Terme gigante (Macrotermes 613 14,2 (46 sobre 0,75 0,13 1,15 0,95
subhyalinus) peso seco)
Termes africanas, 610 38 46
sin definir especies
Oruga de mariposa 370 28,2 35,5 3,67 1,91 5,2
(gusano de maguey)
Oruga de mariposa nocturna, 375 46 10
sin definir especie
Gorgojo de las palmeras africano 562 6,7 (sobre peso 13,1 3,02 2,24 7,8
(Rhynchophorus phoenicis) húmedo)
Gorgojo de las palmeras 7,25 (24,4 sobre 14,10
sudamericano (Rhynchophorus peso seco) (47,4 sobre
palmarum) peso seco)
Saltamontes, sin definir especie 121 12,9 5,5 (más 5,1 g 9,5 0,36 1,09 3,1
de glúcidos)
Langostas (saltamontes plaga), 42-76 (sobre 6-5
sin definir especie peso seco)
Chapulines o saltamontes 62-75
de Oaxaca (México)
Ninfas de mosca común 63 15
(Musca domestica)
Ninfas de abeja (Apis mellifera) > 90 8
Carne magra de buey 219 27,4 3,5 0,09 0,23 6,0
Hamburguesa cocinada con 245 21 17
un contenido medio
de materia grasa
Bacalao a la plancha* 170 28,5 1,0 0,08 0,11 3,0

postula que los cazadores-recolec- te, si un hábitat presenta pocos


tores perseguirán o cosecharán insectos de gran tamaño, pocos
únicamente las especies que que formen enjambre y, a la vez,
maximicen la tasa de rendimien- es rico en grandes vertebrados (sal-
to calórico que proporciona el ali- vajes o domésticos), las dietas
mento con respecto al tiempo que mostrarán una clara tendencia a
se tarda en conseguirlo. En otras excluir los insectos. Ésta es la
palabras, predice que estos pue- situación C de la tabla 2, cuyos
blos seguirán añadiendo especies ejemplos más típicos son Europa,
a su dieta en tanto éstas aumen- Canadá y Estados Unidos, las
ten (o al menos no disminuyan) regiones y países donde impera la
la eficacia global de sus activida- llamada cultura occidental.
des de caza y recolección. Así Las situaciones A y D no indican
pues, no es la abundancia o esca- una tendencia marcada a la ento-
sez de un determinado recurso mofagia, aunque sí a menudo a
alimentario lo que permite pre- considerar algunos insectos como
decir su inclusión o exclusión en una gran exquisitez. Ejemplos de
una dieta. Los recursos poco efi- tales situaciones intermedias son
caces son despreciados, aunque a China, el Sudeste asiático y Méxi-
nuestro parecer tengan «buen co, y también lo es la Palestina
sabor» (algo que, como hemos bíblica, donde los insectos eran el
visto, es muy relativo) y sean muy recurso más manido para los mora-
abundantes, mientras que los dores y ascetas del desierto, desde
recursos escasos pero eficaces En algunas regiones de México, el maná del Antiguo Testamento
pasan a formar parte de la combi- los cicindélidos como éste, debidamente (una excreción cristalizada y dura
nación óptima, es decir, tienden a fermentados en agua o en alcohol, sirven de un homóptero que habita en el
considerarse un manjar. Finalmen- para preparar una bebida estimulante. Sinaí) hasta las langostas de Moisés
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y de san Juan Bautista. Ejemplos


de la situación B son la cuenca del
Congo y otras regiones de bosque
tropical africano, así como la Ama-
zonía, donde la entomofagia es
poco menos que una constante a
menos que impere un tabú contra
los insectos, como sucede entre los
sirionos de Bolivia.
Pese a lo convincentes que pare-
cen sus argumentos, la teoría eco-
nómico-ecológica de Harris se ha
visto refutada por la mayoría de los
antropólogos actuales, quienes pre-
fieren atribuir la mayor o menor
entomofilia de una sociedad dada a
sus criterios culturales. Así se
explicaría en todo caso que la
inmensa mayoría de los pueblos
del planeta tengan algún que otro
artrópodo terrestre en sus recetas.

Valor nutritivo
Desde el punto de vista nutritivo, Consideradas hoy como una original exquisitez, las crisálidas de la mariposa de la seda
los insectos no tienen nada que (Bombyx mori) eran consumidas en grandes cantidades por los campesinos japoneses y
envidiar a los alimentos animales chinos. En la ilustración, una oruga de esta mariposa a punto de transformarse en crisálida.
homologados por la cultura occi-
dental. Las larvas del escarabajo
Tenebrio molitor, por ejemplo, pue- los insectos tienen bastante más insectos es comparable o, en
den contener hasta 58 g de prote- grasa y aportan más calorías a la algunos casos, superior al de las
ína por cada 100 g de peso seco y dieta. Aunque este mayor aporte carnes y el pescado. Además de
de 3 a 4 g de materias grasas con calórico pueda verse como un estos datos, los insectos suelen
un alto contenido en ácidos gra- inconveniente desde nuestra óptica tener niveles apreciables de sodio,
sos insaturados. Estas larvas cre- occidental obsesionada por la línea potasio, calcio, cinc y magnesio,
cen en harinas y granos de trigo y el cuerpo, resulta una clara ven- además de vitaminas A, C y D
mal almacenados y, dada su eleva- taja para muchos pueblos que se (las larvas de abeja, por ejemplo,
da concentración en proteínas con enfrentan a una escasez crónica de son 10 veces más ricas en vitami-
una buena combinación de ácidos alimentos. Esta ventaja no es apli- na D que el aceite de hígado de
esenciales, deben considerarse cable a los langostinos, langostas, bacalao). Aunque algunas espe-
como unos eficacísimos converti- gambas y cangrejos, artrópodos cies presentan un contenido pro-
dores de la biomasa vegetal. que, al contrario que los insectos, teínico relativamente bajo, esta
Otros insectos comestibles, como no sólo consideramos comestibles deficiencia suele quedar compen-
las formas aladas de terme gigan- sino incluso platos de alta cocina. sada por el hecho de que muchos
te o las larvas de gorgojo de las Estos crustáceos, en efecto, presen- de estos artrópodos convierten
palmeras tienen un contenido tan un contenido proteínico mayor sus alimentos de un modo más
proteínico inferior al de la carne que la mayoría de especies de eficiente que los peces o los ani-
roja, las aves o el pescado, y tanto insectos, pero unos niveles mucho males de granja. Así, por ejem-
éstos como muchos otros no tie- más bajos de materias grasas. Ello plo, las termes gigantes del géne-
nen unas proteínas tan bien equi- significa, obviamente, que para ro Macrotermes, que tienen un
libradas como las de estos ali- satisfacer las necesidades calóricas contenido proteínico más bien
mentos clásicos. Aun así, al igual diarias hace falta consumir muchas bajo —del orden del 15%—,
que las de muchos productos cár- más gambas o cangrejos que oru- presentan en cambio una eficien-
nicos, las proteínas de los insectos gas o termes aladas. Así, si para cia de transformación alimentaria
son ricas en lisina, el aminoácido satisfacer dichas necesidades hace de un 68%, muy superior a la
esencial que más suele escasear en falta atracarse con 3,3 kg de gam- que muestran los animales que
cereales, verduras y tubérculos. bas, basta en cambio con 500 g de criamos en nuestras granjas.
En comparación con otros inver- termes aladas o con 850 g de oru- Dicha eficiencia, medida en gra-
tebrados que sí consumimos con gas para suplirlas con creces. mos de biomasa producida por
fruición, como los mejillones, La tabla 3 muestra a las claras gramos de alimento ingerido, es,
almejas, ostras y otros moluscos, que el valor nutritivo de varios en efecto, del 20% para el ganado
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ETNOFARMACIA

porcino y para muchos peces cul- Bibliografía general


tivados, de un 10% para las reses
y de apenas un 5% para el gana- Bahuchet S, Hladik CM, Garine I et al.
Food and nutrition in the African rain
do ovino. Tan sólo los pollos pre- forest. París: Unesco/MAB, 1990.
sentan una eficiencia alimenticia Durand C. L’estomac d’un reporter. Terre
comparable a la mayoría de insec- Sauvage 1999; 144.
tos comestibles, con valores que Harris M. Bueno para comer. Madrid:
oscilan entre el 38 y el 40%, Alianza Editorial, 1985.
frente al 30% de los gusanos de Lyon WF. Insects as human food. Ohio
seda (orugas de la mariposa State University Extension Fact Sheet,
Bombyx mori) o el 40% de las lar- 1996.
vas de muchos escarabajos. Y Masó A, Pijoan M. Observar mariposas.
aunque en honor a la verdad hay Barcelona: Planeta, 1997.
que decir que esta eficiencia McRae T. Insects in the human diet.
puede descender hasta el 12%, Entomology Department. University
como sucede con algunos salta- of Queensland, 1995.
montes, no hay que olvidar que Ramos-Elorduy J. El valor nutritivo de los
los insectos tienen una elevada insectos. La Ciencia 2000.
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l’homme. Collection Découvertes.
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ellos se nutren de alimentos que Los indígenas de Nueva Guinea comen Romer E. Le petit ver à la bouche. Terre
nunca ingeriríamos. Con su capa- las hembras de la araña Nephila maculata. Sauvage 1999; 144.
cidad de engendrar millones de Romeu E. Insectos comestibles: ¿una dieta
crías a partir de una sola pareja, y para el futuro? Biodiversitas 2001.
de alcanzar hasta 25 generaciones proceso de cría destinado a com- Sánchez PA, Jaffé K, Hevia P. Consumo
al año como media en condicio- batir la desnutrición y la falta de de insectos: alternativa alimentaria del
nes controladas, estos animales proteínas en muchas de las regio- neotrópico. Boletín Entomológico
son excelentes candidatos para un nes desfavorecidas del planeta. ■ Venezolano 1997; 12 (1): 125-127.

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