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El tabaco daña las defensas respiratorias. Es muy importante dejar de fumar para prevenir la neumonía.
¿Es contagiosa?
Según Eva de Santiago, neumóloga del Hospital Universitario del Henares, en
Madrid, la mayoría de los casos de neumonía bacteriana no es contagiosa.
“Ninguna de estas bacterias generalmente se transmite de una persona a otra; son las bacterias
ya presentes en nuestro cuerpo las que infectan el pulmón como las presentes en la flora de
la faringe. Sin embargo hay algunos tipos de neumonía que pueden transmitirse a otras
personas, como la neumonía de origen vírico (virus de la gripe)”, especifica.
Causas
Las neumonías se desarrollan cuando un germen infeccioso invade el tejido pulmonar. Estos
gérmenes pueden llegar al pulmón por tres vías distintas: por aspiración desde la nariz o la
faringe, por inhalación o por vía sanguínea.
Las bacterias constituyen la causa más común de neumonía y, especialmente, la
bacteria Streptococcus pneumoniae, conocida como neumococo. Los virus también son una
causa común de neumonía; por ejemplo, el virus de la gripe, la varicela, el sarampión o
la tosferina.
Síntomas
Los síntomas de las neumonías son variables. Además, esta variabilidad no siempre tiene relación con el tipo de germen que causa
la neumonía.
Algunos casos debutan como una neumonía típica, que consiste en la aparición en varias
horas o entre 2 y 3 días de tos con expectoración purulenta o herrumbrosa, en ocasiones con
sangre, con dolor torácico y fiebre con escalofríos.
Otras neumonías, llamadas atípicas, tienen síntomas más graduales que consisten
en décimas de fiebre, malestar general, dolores musculares y articulares, cansancio y dolor
de cabeza. La tos es seca, sin expectoración, y el dolor torácico es menos intenso.
La mayoría de las neumonías tienen características de ambos grupos. Si la neumonía es
extensa o hay enfermedad pulmonar o cardiaca previa, puede que el paciente tenga también
dificultad respiratoria. Además, si los gérmenes pasan a la circulación sanguínea, producen
una bacteriemia que puede conducir a un shock séptico, con riesgo para la vida.
En personas con edad avanzada los síntomas pueden ser más inespecíficos y aparecer
como cuadros con menos manifestaciones. En estos casos puede cursar como confusión,
malestar general y disminución del nivel de conciencia.
Prevención
Para diagnosticar la neumonía el médico tiene que realizar una radiografía de tórax.
No consumir alcohol.
Mantener una buena higiene de los dientes y la boca para evitar que se forme placa en la boca
y se dé la colonización de la boca por microorganismos.
Comer adecuadamente.
Tipos
Distinguimos dos tipos de neumonía:
Neumonía adquirida en la comunidad: es la neumonía corriente, la que puede tener
cualquier persona simplemente por el hecho de vivir fuera de un hospital.
Las neumonías adquiridas en la comunidad, en general, son las menos graves. “Podemos
encontrar formas leves que suelen ser causadas por virus y bacterias como la Chlamydia
pneumoniae y Mycoplasma pneumoniae y que se tratan de forma ambulante. Y otras que
requieren hospitalización en las que el neumococo es el germen más frecuente y relevante”,
explica De Santiago.
Diagnóstico
La prueba que se realiza para diagnosticar una neumonía cuando hay una sospecha
clínica es la radiografía de tórax.
“Esta prueba es obligada no sólo para establecer el diagnóstico sino también para ver la
localización, la extensión, posibles complicaciones como el derrame pleural y para descartar
otros procesos diferentes que cursan con síntomas similares”, describe De Santiago.
Posteriormente los especialistas pueden realizar estudios complementarios que se llevarán a
cabo según la gravedad del caso.
Otras pruebas que se pueden llevar a cabo son: analítica sanguínea, muestra de esputo,
hemocultivos, antigenurias en orina, broncosocopia y drenaje de líquido pleural.
Tratamientos
La neumonía se cura en la mayoría de los pacientes.
“Una vez que diagnosticamos la neumonía se indica inmediatamente un tratamiento
antibiótico. Cuando hay sospecha de que está presente el virus de la gripe se añade también
un tratamiento antivírico (más habitual en invierno), el resto del año se trata con antibióticos”,
explica la directora del Año Separ 2019.
Para las neumonías que se pueden tratar de forma ambulante De Santiago indica que los
antibióticos vía oral más habituales son los macrólidos (azitromicina) y las quinolonas
(levofloxacino o moxifloxacino). Para pacientes que requieren ingreso hay varias opciones
intravenosas, cefalosporinas de tercera generación, amoxicilina-clavulánico más macrólido
o una fluorquinolona.
Menéndez especifica que la duración del antibiótico varía en función de cada caso, aunque el
promedio está en una semana. Una vez que ya ha pasado la neumonía lo habitual es que la
recuperación sea completa.
Otros datos