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cere Seat Cee eee ees Pen Sean Sen ite 2 biisqueda casi infructuosa puede advertine siquiera simblicamente la complejidad de su composi. een tar ae ae roar Ne CS ee eee ee ans podria conveninle es el de América Mestiza, que al me~ SR en ce eee ee tas, no por la predominancia de alguno de sus elementos, Y habria clementos étnicos y culturaes ibéricos e indigenas, sino eee nee |i mialtiple convergencia de elementos africanos, de las Ne ee a eee eet er de tradciones del resto del mundo, Nuestra América es menos una homogeneidad geogrifica que una conjun= cién histérica y cultural, pero el destino comin de sus habitantes terminé convirtiéndola en un mundo al que es preciso pensar y abarcar en conjunto, como al pensar en Scere te eee termina influyendo sobre lage Il Ib historia compartida catia Se ec nr te eee 2 WILLIAM OSPINA | América mestiza América Mestiza WILLIAM OSPINA = {pice 1 Paci Asn [La vtDa MtENARIA EX AME i ‘ K Lo que ttxc6 pe Exot ne Ht Maio, 8 Las As Q sos La Cotonta % ki Ew 105 Rin Esetnrr Xu ; P EL SUER De LA LanERrAL y recede emer reppin asa Isoreesorict madame gr» peau pl L Jaca e Tienen raz6n quienes dicen que los verdaderos descubrido- s de América no fi 1 los marinos de Colin, qu no supieron cusndo los hielos sidticos se habfan convertido en hiclos de otto mundo, y se adentraron para siempre en las flrestas despobladas de continent ventre los bosques sordos, que hullan el alcey € renor,como dice el poeta Cz Milosz sin presenti que sus remotos descendientes harian tiendas cénicas en las praderas | otofiales, alzarian pirémides rojas en los bosques del quetz ¥ del indigo, ablandarian el oro con hierbas maceradas en ls talezas de piedras enormes en las montafias de la llama y ka niebla,trazarian figuras de brarian cabezas megalitcasy jaguaressagrados,y navegarfan en déciles leis labrados yen barcas de piel de bisonte por los lagos mis altos y por los rios mis grandes del mundo Los continentes tenfan sin embargo tn origen comin parte de lo que hoy es Suramérica se habia separado algun. todavia la contemplacién de los mapas, pues a linea oceident de Aftica, desde lis playas de Costa de Marfil hasta el extremo sudafricano coincide plenamente con las costs orientales de |i América del Sur. Cualquier nio puede jugar a armar un rompecabezas en el cual la desembocadura del Amazonas ‘en Macapé coincide con la exin fronteriza entre Costa de Marfl y Ghana la ciudad de Fortaleza cortesponde ala regién inferior del goto de Guinea, Recife coincide con la Bahia de Biaffa, Salvador de Bahia con las costs de Gabén, Espirito Santo con el Zaire, Rio de Janeiro con ls costa de Angola. y Namibia, 1b zona de Curitiba con la frontera entre Angola Alo largo de la dorsal mesocesinica los continentes se se- ‘pararon, dos macizosdistintos de la primitiva América del Sur, el braslero y cl venezolano,alejados por un brazo oceanico, se unieron, y la placa tectonica que avanzaba hacia el oeste chocé con la placa del Pacifico, haciendo emerger I conillera de los Andes y el istmo central que unié a Suramériea con el dlisuante continente norteamericano, Todo aquello sin duda en tiempos demasiado tempranos para el hombre, en una edad de cataclismos, cuando el mundo estaba cumpliendo apenas con las tateas previs ala historia humana, pero en una edad no tan dstante para que bayan desaparecido sus huellas en la nds. morfologia de los m [amada hispinica por los espafiole,ibérica por portu ueses, latina por los franceses, equinoccial,istmica, insular y meridional por el barén de Humboldt y por los erollos, nuestra América lleva siglos tratando de definirsea si misma, y en est bisqueda cast infructuos puede advertnsesiquiera simbdlicamente la complejidad de su composicion y la mag- hitud de sus dificultades. Nila lengua espafiola,ni su extension alas lengussibéricas,ni su ampliacion alas lenguas de origen latino, logran plenamente abarcarla. ¥ es que esta América lleva sobre su frente el estigma de tender a definitse siempre poralgo exterior,o por una parte tan sélo de st composicién y de su legado histérico. Tal vez es por ello por lo que no acaba de reconocerse plenamente, pues siempre ls denomi- naciones que encuentra suelen excluir algiin elemento de sa complejidad. Es como una criatora que no encontrara nunca su nombre, un ser que para designarse tuviera que renunciar 2 la conciencia de sus ojos, de sus suefios 0 de sus alas. Esta apasionante caracteristica va formando parte sustantiva de cll, y ha marcado muchos graves momentos de su historia, Sin embargo, se dia que de todos los nombres que ha bbuscado para sie! que mis podria convene es el de Améri- ca Mestiza, que al menos procura definirla por su diversidad ¥y por sus mixturas, 10 por la predominancia de alguno de sus elementos. habria que entender por mestiza no sélo la mezcla de elementos tnicos y eulturaes ibéricos eindigenas, sino la mihiple convergencia de elementos afticanos, de las ‘otras naciones de Europa y la reciente incorporacién de tradiciones del resto del mundo, Nuestra América es menos una homogeneidad geogrifica que wna conjuncién histories ¥ cultural, pero el destino comin de sus habitantes eerminé convirtiéndola en un mundo al que es preciso pensar y abarcar «en conjunto,comoal pensar en el continente europea a mente incluye autométicamente a Escandinaviay a Islandia, porque Ja historia compartida termina influyendo sobre la geografia Hasta hace un siglo y medio también formaban parte del proyecto de esta América las sierras de California, hs Hanuras y los desiertos de Nuewo Mé co y de Arizona, etierras de Ja meseta monumental y de los delicados colores, como las haa deserito Jorge Luis Borges, las tierras de Colorado y de Wyoming y hasta ls montaias de Nevada. Todas fueron tie- ras ocupadas 0 visitadas por Espafia y después por encuentro entre los pueblos del norte y del sur. ;Cémo no desear que algin dia, cuando la vecindad, la colaboracién y el respeto hayan cumplide su misién, todo el continente americano sea una vasa alianza de dignidad y de cviizacién propiciada por las lenguas y por ls eadiciones LO ORIGINARIO DE AMERICA dinaria diversdad, Hijos de un pasado histérico compartido los pueblos habitan regiones tan radicalmente distintas, qu mirarlos por qué, a pesar de su comunidad ultual, han terminado teniendo una tal riqueza de estlos Nada relacionaria a Chile, sa linea de crestas montaiious y playas fragosas con la extensa y tropical Venezuela, con ss cpuyes vertginotos y sus formaciones de roca antiquisima, Nada relacionaria al Brasil dela selva y del ri, costado verd del Atlintico, con el seco altiplano de México, que se borra de » Puerto Rico, cumbres de montafias rodeadas de agua, con norte. Nada relacionaria a Cut Bolivia, una mole de agua rodeada de montai Europa es un continente mucho mis homogéneo, no sl por estar todo extendido en el mapa en linea horizontal a atid que comparce norte del Trdpico de Cincer, por mismo régimen de climas sino porque no hay en su territori os grandes contrastes geogrificos que abundan en el nuestro No concebimios en Europa tina selva verdadera, una coniller And si podemos decir que el mar Mediterrineo configura como ef mar Caribe un micromund Fue el poeta Auden quien dijo que una de ls principales diferencias que existen entre Europa y América, es que en Europa, por perdido que alguien se encuentre,estia menos de tuna hora de alin liga poblad, mientras que todo americano ha visto con sus ojos comarcas pricticamente intocadas por i historia. Ese contraste de magnitudes lo vivieron con especial perplejdad algunos hombres del siglo xvi, y sobre todo los cronisas de Indias, que advirtieron temprano cuin enorme cera el mundo recién encontrado frente al continente del que procedian. Hay quien se anima a pensar que en rigor Europa ni siquiera s,en términos geogrifics, un continente, y Paul /aéry la a llamado, con delicada ironia,esa peninsula que el continente asitico avanza hacia el Atkintic. ‘América ha vivido varios descubrimientos y esos descu~ brimientosa veces han sido posterioresa las conquistas Prec formar parte de st destino esa rutina de descubrimientos y conquistas, pero es tal la enormidad del territory la comple jidad de sus culturas que a veces sentimos que nunca acabarin de descubrirse. Hace cinco siglos empezé a hablarse del Nuevo “Mundo, pero todavia hoy sentimos que nuestra América esti 2 punto de ser descubiert, cada dfa nos sorprende con alguna revelacin, y ya veremos que curiosamente no s6lo terminan siendo desconocidos su naturaleza y su futuro, sino que sa propio pasado deja de ser pereeptble, para seguir actuando poderosamente Hiasta hace cinco siglos no sélo la hina tenia una cara ‘oculta, también la ticrra se ewcondia asf misma, y dos mitades suyas habjan discurride por milenios sin el menor contac Ello habia permitido el desarrollo de civlizaciones totalmente a auténomas, duefas de su propia légica y de su propio ritmo, ¥ por eso pudo haber sido tan enriquecedor para el mundo el encuentro de las culturas, Pero ese encuentro se convirtié en un chogue, porque desafortunadamente la Europa que encon: tn6 a América venta de una edad de barbarie. Los soldados de CarlosV eran una prolongacién de los eruzados que durante siglos habian as iado a los drabes en el Asia Menor, estaban pees ea gmitica conviccién de que su cultura la Ginica legitima, y esto hizo que los primeros tiempos de la dominacién europea en América fueran espelurnantes, como bien lo testimonian las alarmas de Bartolomé de Las Cassy as octavas reales de Juan de Castellanos, el gran poeta de la Conquista y el mis abarcador de los cronistas de Indias del siglo xv. Debido a la logica que caracteriza los colonialismos, los americanos nos hemos acostumbrado a ver aparecer nuestro continente en el horizonte de l historia desde la proa de las sarabelas espaol. Ello cre6 por siglos una distorsin en el conocimiento de este mundo, Los muchos miles de aos que precedieron al descubrimiento europeo tienden asercubiertos por una niebla impenetrable, descalificados como prehistoria 60 exchuidos como tiempos ajenos a nuestra cultura, Por elo ro aprendimosa habitar plenamente en el errtorio,aarraigar cen sus tradiciones,a ser la continuacién serena de ese pasado :temporal. Durante mucho tiempo vivimos como huéspedes aque han legado a poblar una casa antigua, y que ni siquiera se preocupan por explorar las interminables habitaciones, ka sucesién de sus babitantes. Una sorda discordia entre la cen cenatia América accidental y la milenaria América planetaria ms de una vez nos hace vivir como si acabiramos de aparece nel mundo, y hace del nuestra tn destino de extrafieray de vértigo,Valdra la pena mirarla historia, incluso la historia del descubrimiento, no desde el pice de elas naves inventors de regionesy, como las Ilm6 el poeta América, desde la pluralidad de sus culturas nativas y desde sino desde las playas de lh exuberancia de su maturaleza, desde las cronologias de esa otra historia que es también la nuestra y que Hegel no podria entender Ello requiere un largo proceso, e incluso se dir que no- sotros, mestizos americanos por la cultura o por la sangre, no podemos pensar el mundo por fuera de los parimetos de a civilizcién europea, Hasta Borges ha escrito que «para los ceuropeos y americans hay un orden un solo orden posible cl que antes lev el nombre de Roma y que abora esa cultura de Occidentes, Pro es mis ficilafirmar eso desde la cultura argentina o la norteamericana, prolongaciones casi plenas de las cultura europeas, que desde el resto de las naciones mes as y mulatas de América, que se deben a a plualidad, que evan en su composici6n, en su fisonomfa, en su memoria y en sus suefios un mis complejo laberinto de simbolos, una criptogratia mis densa. Borges mismo no lo ignoraba, y en 4 poema a México describié con lucidee y con gran belleza las cosas que le parecian idénticas entre México y su pais, las que le parecian eternas, es decir, compartidas,y las que le parecian distineas Codnas cosas disinas una mite De sangre que entretejen los hondos dioses muertos, Los nopaes que dan honor ks deviertos ¥ el amor de wna sombra que es anterior al dia Para comprender a nuestra América es preciso despojarse de dogmas, y asuinir, como lo dice con sabidusia un poema de Robert Frost, que quienes habitan una tierra tienen ue saber centregarse a ella plenamente: Esta tera fe muestra, antes de ser nostrs de esta te, Fue nest mis de un sls, antes de convertase su gent Fue nueses en Massachusens, on Virginia, ero énamos colonos de Inglaterra, iposeyendo imas cosas que ain no nos posefan, ello que ya no poselamos taba nut fuerza, poses de a Algo que nos negébamos a dar Inasta entender que ee alg fuimes nosotos mismos que no nos entegibamos al suelo on que viviamos 1 desde aquel instant ue nuestns sala el entegars. No ignoramos que ser americanos equivale hoy a ser herede- 1s de codas las traiciones del planeta y la América Mestza es inconeebible inicialmente sin el wiple legado del mundo lel eurnpeo y del afticano,y después sin el legado del reto de las naciones que ha hecho que, por ejemplo, Sio Paulo sea hoy una de ls ciudades japonesas mis grandes del mundo, Pero a ls hora de definir nuestro ordenamicnto poli tico, nuestros panoramas culturales y nuestros valores éticos y cexcéticos el peso de la Conquista sigue siendo muy grande,e incluso en los paises mayoritariamente indigenas como Mé- xico, Guatemala o Bolivia, y en los paises mulatos como Haiti © Repiiblica Dominicana, hay dificultades para sobreponerse al predominio excluyente de la cultura de los conquistadores La América Mestiza esti hoy separada en numerosos paises aque deben su conformacién por igual alas peculiaridades del territorio y de las naciones, y a los azares de la historia, Ess divisiones, consgradas por la voluntad de sus pobladores y ratificadas por tratados de limites y por consttuciones politi- as, no siempre fueron provechosas para ls pueblos y muchas las distntassociedades 0 al resultado de conflicts puntuales, En los tiempos prehispinicos hubo grandes imperios y contactos nummerosos entre los pueblos dels distintas tegiones, La Conquista presencié todavia las hazafias de nos cuantos hombres que sometian provincias enormes y que eran capaces de recorrer el territorio continental con los precarios medios de aquel tiempo y en condiciones de gran adversidad. Los tiempos colonialesfraccionaron esas unidades originales, la aventura romintica de la Independencia, pesar de los sfios de unidad de hombres como Simén Bolivar, no logeé salva esa fragmentacién, que persiste hasta hoy. Sin ‘embargo es posible advertr que hay sistemas geogrificos que constituyen regiones naturales alas que es mis dificil entender ‘cuando se las fracciona en paises,porque son sistemas interde- pendientes, Tal es el caso de las tres grandes regiones el mar Caribe y sus orillis, los sistemas montaitosos que bordean el ‘océano Pacifico, el mayor de los cules e la cordillera de los Andes, y l gigantesca cuenca del Amazonas, Los extremos del norte y del sur forman sistemas geogrificosrelativamente independientes de estas grandes regiones continentales. Ahora bien, ese Caribe al que legaron por azar los nave gantes del Renacimiento era el escenario histérico de uno de los mis ricos y complejos conglomerados humanos de todos los tiempos. No podian imaginar los marinos de Colin, en sus pequeiiasy feigies barcazas, que se estaban acercando & un orbe cultural ran rico y tan distinto de todo lo que ellos cconocian, y la verdad triste es que una vee halladas ls isa ya no se permitieron descubritlo, porque ante cada cultura que encontraron procedieron indiscriminadamente al saquco y al salto, Peo si algiin viajero hubiera intentado tener int ligencia plena de aquel vasto mundo, el cuadro panorimico {que habria podido formarse del Caribe de finals del siglo xv habsfa sido admirable EL MAR CARIBE Lo primero que reclama nuestra atencién es el propio espacio fisico del Caribe, en el que es necesario incluir al golfo de México, Bs una suerte de dilatado mar interior bordeado por bi Florida, por el delta del Mississippi, por el arco de México, donde se vierte el rio Grande, por la peninsula del Yueatin, porlascostas de Belice donde esti el segundo arrecifecoralino smais grande del mundo, por el largo cortedor de la América Central, por la linea de selvas panamefias, por las costs bla «cas de Colombia y de Venezuela, que tributan el caudal de sa Maggdalena y de su Orinoco, y por las Antillas que, encadenadas, parecen evidenclar una corillera submarina cuyas cumbres vsibles sucesivas son Trinidad y To bago, Granada, San Vicente, Barbacos, Santa Lucfa, Martinica, Dominica, Guadalupe, Montserrat,Antigua y Barbuda, St.Kitts, St Maarten, Anguilla las Iss Virgenes, Puerto Rico, la gran isla de Repiblia Dominicana y de Haiti,Cuba y ls Bahamas, ra su circulo de nuevo en la vecindad de la Florida Muchas de ess islas som formaciones voleinicas,y alrededor sbraz0 intermitente de yaue ci de esta cuenca prodigiosa vivian en ls tiempos prehispinicos algunas de as mis alas sociedades del continente El Caribe era el centro de gravedad de tun mundo. Los pueblos Natchee, Mobile y Chitimacha babitaban en el delta del Mississippi. Veince millones de personas poblaban ls alta, tierras del México central,y en el Anahiuac se alzaba y se ex tendia la urbe sagrada que habia sucedide como capital a la legendaria Tula, ciudad que después del afio mil de nuestra xa invents Jos refinamientos y se coovirti6 Imperio tokteca y l gran centro ceremonial de Quetzalebatl, Desde un siglo y medio antes de Ios europeos, la capital era Tenochtitlin, que habia sometido a resto del terrtorio yejer- cleorarén del cia sa recién conquistada autoridad suprema sobre los demis pueblos de imperio, Cuando Hernin Cortés y Bernal Dizz del Castillo se asomaron por primera vez al valle incretble, vieron parecer no una ciudad sino tod una cultura armoniosa en nidad de cientos de miles de habitantes, mis grande que ls mayores ci dades de Europa y mucho mis hom sat disefio, en sus colores, en sus decorados; una com ygénca que cualquiera de ella, Dispriestos sobre una extensa laguna se sucedian los ba- ios, los mercados, los centros administrativos, ls pirimides, Aquella cultura habia desarrollado una arquitectura mo- ‘numenta, un arte original, una poesia refinada y una com- pleja mitologia, y también un sistema de representacion de su historia mediante elementos pictéricos. Por eso uno de Jos momentos mis tristes de todo el proceso ocutrié cuando, yt viendo derrotado a su pueblo y en peligro los tesoros de su cultura, un grupo de sibios aztecas tom la decision, a ver deamitica y heroica, de ir donde sus vencedores y poner fen sus manos los eédices donde conservaban su memoria, Era como si, vencido su pueblo por los persas 6 los romanos, Platn y Aristteles hubieran acudido a encregar sus obras a los jefesvictoriosos, para poner bajo su amparo Ia sabiduria el libro La visi de ks snes entregaban los aatecaseltesoro de un mundo, Pero como lo cue vencides los hombres a qu cultural de su pueblo eran aventureros brutales eiletrados que encontraron absurda aquella ceremonia y soltaron perros de pres contra los sacerdotes. Yates sabios de Ehéatl (Quet los comer los peros. No mis ellos vinieron a entregare Nadie ls taj. No mde venian tnyendo sus papel com pinta. Eran nat, uno ys slo tes ron aleanados, alli en Coyoacin, el), de ovigen tet2ecana, ‘También se hallaban en México los vestigios de a gran cul~ tura de los Olmecas, que dej6 enormes cabezas de piedra en [a peninsula del Yucatin, piezas que hoy pueden verse en ef museo de LasVentas de Villahermosa, en Tabasco. Mis al sur, hasta las selvas tropicales de Guatemala y los valles de Belice, aunque ya despobladas por entoness perssian las ciudadessagradas de los Mayas. La de los Mayas habia sido tal ver la mis exquisiea de ls culeuas del mundo americano. A su originalidad arquitectonica,a su refinamiento artistico como escultores y pintores,asu poesia, hemos de sumarla mis avanzada astronomia de su tiempo y una escritura logoge’- fica recientemente descffada que nos permite apreciar a un pueblo cuya telacién con el entorno cotidiano obedecia a la percepcisn del universo como un todo, Llama la atencién que en las inscripciones desciffadas de los sefiores de Palengue, los Tingiisas y los arqueSlogos se hayan sentido desconcertados al ‘comienzo,sin saber sisetrataba de ltados de los distintos reyes {que arcendieron al poder en la ciudad, 0 de una descrip de las sucesivas figuras del firmamento, Puede conchuirse que para los Mayas no habia en lo fundamental una diferencia entre Ja mencién del advenimiento de los reyes y a descripcin de los dibujos del cel, En un hermoso ensayo llamado +La casa del sol agoni- ranter, 10 de los ina de las personas claves en el desiftamie slfos mayas, Linda Schele,nos a revelado que el Templo de las Inscripciones de Palenque esticonstruido de modo tl que el sol del solsticio de invierio se oculta al ataecer en a tumba del rey Pacal relievada en la piedra, como esti representado simbélicamente en la tapa del sacfago de este sefior M: ¥y que en el Templo de la Cruz la arquitectura esti caleulada cde manera que el solsticio de invierno es el ‘nico dia del aio en que la luz del sol baa el frente del templo; después se filraen su interior ikuminande la figura del Dios del mundo subterrineo; a luz misma del sol poniente termina entrando cen una danza llena de significado con las figuras ceremoniales del templo, y mutiendo a los pies del Dios. No concebian ‘xtos pueblos la posbilidad de una vida cotiiana, de una rli~ sgi6n, de una politica y de una arquitectura que no estuvieran consideradas en funcién del planeta y de las estrellas, de los ciclos del sol y de la luna. En ello revelaban una percepcién ‘mucho mis sutl que otras civilizaciones de esa necesidad de armonia con el universo natural que deberia estar en la base de todo orden social ‘Asombroso era ese Caribe cefiido por ls culturas de Tol- tecas, Olmecas, Aztecas y Mayas, por la cultura de los Zenies el litoral norte de lo que hoy es Colombia, un pueblo de orfebres fnisimos que tenian templos lenos de offends en las sabanas interiors y que tenian la costumbre de enterrar as muertos en medio de abundantes piezas simblica de oro, bajo inboles que alcanzaban tamalios colosales. Mis l exe estaban los pueblos de la Sierra Nevada,losTayronas,que construyeron su ciudad de piedra en ls alturas de Ia montaia, con inter- los recodes. rminables escals y legendarias efigies erigidas ‘Todavia hoy thas, Arwacos y Kogis perssten en esas alturas frente al mar lamando a la reconiliacién con la naturaleza, La Sierra Nevada de Santa Marta se ala a cinco mil me- ‘10s sobre el nivel del mar en las orillas mismas del Atkintico, y tiene a su lado una sima ocetiniea de cinco mil metros de profundidad. Todavia se preguntan los geélogos silos arrecifes de Tayrona no habrin sido obra humana, y's el mismo pueblo {que construyé sus ciudades de Iajs de piedra en la vertiginosa ‘montafa habri sido capaz también de orienta arecifs en las profundidades. Los pueblos de la vecina costa de la Guajira y 1 Cabo de laVela, como los de Cumané y Mangarita mis alla del golfo,extraian perlas de los abundantes ostiales mains, eran buzos resstentes, Colén pudo verlos un di scontables hombres y mujeres en alargadas embarcaciones, con todo el cuerpo adornado de sartas de perlas.y ain misall esaban los pueblos de Trinidad, en el golfo de Pata, y los pueblos que habitaban el archipiélago, cerrando su abrazo alrededor del ‘mar, por ls islas opulentas, hasta Puerto Rico y Santo Do- :mingo,y el inmenso pueblo de los tainos de Cuba,junto a la peninsula de la Florida. Pueblos pacificos y pueblos guerreros, por igual araigados profundamente en s universo natural pacientes artesanos, igiles y vigorosos, grandes nadadores, dliestros navegantes en pequefias embarcaciones que orilla- ban las costas, no habian desirrollido navios monumentales porque parecian satsfacerse con lo cere los antiguos egipcios, el temor del mar Ahora podemos intentar ver ese mar Caribe de finales del siglo xv, con su rumor de lenguasinspiradas, como el abut, fen que habia cantado Netzahualedyoth: ‘Silo vines @ donmitay, slo vinimos soar, [No es verdad, mo es verdad, que vino a vivir en late Em hie de primaver vinimas a convertiones “Legan a reverdecer,Hegan abrir sus botones nuestros Iionazones; 1a flor nuestro cuerpo; algunas flores da y se sea (© aquel en que se habia repetido el mito de la creaciin de Tos Mayas, los versos del Popol Vah sobre el origen: [No habia nada que formase cuerpo, [Nada que aise a otra cosa, iad que se mis, Que hides el mas lever, Que hiciese el menor ido on el ceo. Y aquél en que los Kagis hicieron su propio y memorable hhimno de la Creacion: Primero estaba el mar-Tad estaba obscura. No habia sl, ni luna, wi gente, ni animales, wi plantas. Sto ef ma estaba en todas partes Ast, primero sl estaba la Maile. Se lamaba Gaulhoving La Madre no ena gent, ni nada, wi csa alguna. Ella era Aluna, Ella ena espirit de lo que ibaa ven y ella ena pensaminto memoria. Asta Made exist slo en Aluna, cel mondo ds bajo, on la tia profndidad sol, ‘Alona es el nombre que el himno le da a ese pensamiento solitario que, abajo, en la profundidad, prefigura los mundos. Comienza la formacién sucesiva de nueve mundos, antes del amanecer, an apareciendo los seresiniciales: «Pero ellos no eran gente,ni nada,ni cosa algunas Yuna ver missabemos que aquellas potestades originales que ocupan «el primer mundo, cl primer puesto y el primer instanteson Aluna también, son pensamiento, El carter inmaterial de estas intenss ereaciones ogra producir a sensacién de que en su universo, como en Plan, lo inmaterial eso primero, y que las forms vsibles son apenss proyceciones o emisiones de ese persamiento inital Sungen seres, fragmentos, formas, orientaciones,fanciones, y sin embargo ain no hay nada, todo es presersimiento y Alun. Surge el cuerpo y es una inminencia, surge el octavo mun: do y lo que iba a viv nego, y ain no esti completo, spero ya Cass, afiade el poema, Finalmente, ante nosotros lega el ‘momento esperado: el noveno, el tiltimo mundo, esti cerca, y el poema concluye: Entonces forms el noveno mundo, Pero no habia tir atin, Ati no habia amanecde, Fue a exe mar de reinos y de mitos a donde legaron la tres pequeta bareas de los espafioles,y es signifeativo que, aunque los vikingos habian tocado antes las costas de Terranova, fi el hallaggo del mundo caribedo lo que vendaderamente paso en contacto a Europa con América y eché a andar la compleja fasibn de los mundos. EL PAC{FICO Y LOS ANDES Por la costa occidental mexicana, desde la peninsula de Baja California y su golf, donde desemboca el rio Colorado, en- ‘ramos en un mundo distinto, el que mira al océano Pacifico Es claro que en las profindidades de la tierra se agita un mar de fuego, y la larga orilla occidental del continente es vecina cdesan anivesso adiente, el arco mesoamericano del Citculo de Fuego del Pacifico, a diadema de volcanes activos que man- tienen la tierra en agitacién continua. AIK estin,en la Cuenca dle Guayrnas, las gricta hidrotérmicas en cuyas slfataras viven, cm el agua en ebullicin y a veinte mil pies de profindidad, buacterias terméfilis como las que posiblemente dicron origen| ala vida hace millones de afios,Al suroeste de la Sierra Madre ‘occidental, pot los estos de Sonora y Sinaloa, de Nayarit y Jilisco, hasta a Sierra Made del Sur, por Michoacin y por ‘Guerrero, nacen los voleanes,arojan esas misteriosas esferas perfectas de pied, las geodas, que uno puede encontrar como sdornos en los comercios de Morelia, Michoacin, la ciudad de cantera rosada.Y se suceden hay por es costa intemporal las ciudades de Mazathin, de Puerto Vallarta y de Acapulco, hacia la regién plateada de Oaxaca, el golfo de Tehuantepec, y la selva Lacandona del Estado de Chiapas, donde habitan los descendientes de los Mayas. Ali comienza la regién centroamericana, ese istmo 4 emergié de las profundidades y que une come cintura de avispa las dos mitades del continente, Por la costumbre de ‘miratla como punto de unin, como mediador y como con- ‘acto, no siempre se advierte la importancia de esta regién, ue se configura como fiontera central de los mundos. Esta cen la linea de mayor proximidad entre los océanos le perm te, mundo bifronte, formar parte ala vez de ls dos caras dl planeta y le exige entendetlas ambas. No es s6lo el eruce de ‘caminos por donde pasaron hace milenios os descendientes de Jos mongoles del norte, que iban a poblar la conillera la selva yl pampa, sino una poderosa rein en si misma. Ali estin Jos bosques topicales de Guatemala, su costa sobre el Pacifico, Inimedda y fer la Sierra Madre guatemalteea con su punto ‘mis alto, el voles Tajumalco, Region de terremotos frecuentes y de ciudades arrasadas, de dis cilidos y de nochesfrescas, de explotacién maderera y excepcional riqueza biol6gica, Viene después campifia salvdoreia als sombra de los volcates la costa sur de Honduras arquesndose en las formas quebadas del golfo de Fonseca, para continuar hacia las montafias centrales de origen voleinico y el sistema de vallescosteros del norte con sus tres provincias de nombre mitico, Aintida, Colén, y lasticrras extremas del golf de Honduras donde est la laguna de Caratasca,confin cuyo nombre fue puesto sin duda por _marineros conmovidos: Gracias a Dios. De Nicaragua hacia el sur se alarga tna regi influenciada por igual porlos grandes pueblos del norte y por los Chibchas del sur, de cuyas lenguas alli se encontraron vesigios. Los Pipil y los Nicarao, de San Salvadora Nicaragua, los Sigua de a costa del golf,proceden de los Utoaztecas © Nahuas, pero ain se discute a proceden- cia de los fieaque, Payas y Lenea dela regién de Honduras. FL ‘nombre que las regiones siguientes recibieron de ls espaiioes describe muy bien la abundancia que alli se hallsba: Costa [ica y Casta de Oro. En Costa Rica se encuentran todavia laborious estaruillas de jade, y gigantescas y perfects esferas de piedea enterradasa trechos en las selvas, que siguen siendo tun enigma para Ios investigadores, peo que bien podrian set representaciones de una divinidad subterrinea inspiadas en las geods que arrojan los voleanes. Esl stm del jaguar agrado y de ha coca ritual, de los Misquito, que veneraban la constelacion de las Pléyades, de los Lenca que adoraban el sol, de los geme- los divinos que crearon con rayos solares a Jos seres humanos y de innumerables espiritus que puchlan el mundo, Son muy abundantes los vestigis de as distinas culturas del istmo y de las selvas panamefias, que se diltan con el pueblo de los Cuna hasta la region de selva uviows del Chocé colombiano, ese rmanantil de ls aguas de occidente presidido en el origen por el extendide mito de un antiguo diluvio. Estos Cuna son Jos creadores de una hermosa «Cancién para cura hi locur: Las os del mar se estin moviendo con espa el auandero td minando el nga; sel caandere Las as del mar csi lo alcanzan el crandero et mirando cl agar € sel cuando, Las olas del mar esti resplandecendo con blanca; como a de la gorza, las ola del mar se esti blangueando;é es auandero Los eeoteros del mar se esti doblando en el vent; e ander esd minando el lugar Las ma ono; el curander et8 minando ef Iugar nas de fs cocos del mar estin brillando en el Es una extensa cancién que nos hace sentir que la naturaleza, la mencién reterada de sus elementos,estuna frente de sosego y de equilibrio para ls seres humanos. (Ora gran region geogrificay humana de nuestra América se dilaca ahora ance el viajero: a cordillea de los Andes, que viniendo de la extrema Patagonia, cubre de nieves perpetuas las cumbres de América del Sur, se prolonga hasta la tif cada coniillera colombiana, ysélo se modera y dectina en la vecindad del Caribe, Pertenece a la zona de influencia de esa gran cresta de smontais, la costa del Pacifico: orillas que se asoman al gran Océano planetario, desde la linea accidentada de las costas chilenas, ls que cantaba con tanto amor Pablo Nerul 10k, Mar de Chile of, agua ‘Alla y ceida como qguda hoguers, resin y suoto y was de 2a, Oh, teremoto de sal y leowes! Verionte,orgen, costa Del planeta us ppados Abren el meioda de la tiers ‘Atacando el azul de las esas Alli al sur estaba la tierra de los Araucanos, que resstieron valerosamente ala invasién de los conquistadores.¥ sobre esa cordillea, mis al nore, estaba construido el ot gran imperio prehispénico de América el Inca. Cerca de catorce millones de personas lo poblaban, desde las montaftas de Salta en la Argentina, hasta las primera hierbas del Cauca en lo que hoy lombia,y todavia es conlillera forma secretamente una tunidad, a pesar de labor disgregadora de los siglos. Los Incas habian unifcado una parte considerable de Sur- américa Siguiendo los puntos cardinales a parti del Cuzco, el gran imperio estaba cuartelado: el Chinchasuyo,al norte, por Cajamarca, Quito y Gi yaquil, hasta el sur de Colombia; el Kollasuyo,al sur, por la regién de los sefiores Lupaga del lago Titicaca, hasta la provincia de Saltael Antsuyo,l ete, que se dilataba hasta el piedemonte amazénico;y el Cuntisuyo hacia cl oeste, hasta I costa, por donde entré la perdicién, ‘Complejo imperio de agricultores que sabian fertilizar la 2 con guano traido de las costas; pais de solemnes cons trucciones que a la muerte de los seiores eran dedicadas a su culto, de modo que se hacia necesario construir nuevas sedes para los nuevos gobernantes; alts y abrumadoras ciudades {de muros de piedra;piedra monumental sobre piedra manu ‘mental en ls cumibres indéciles de los Andes pas de Tamas domesticadss, de hilanderas y de preciosos tejidos de lana de vicutiay de lama, Un imperio cuya red de caminos, que les ppermitia alos portadores de noticias, mediante relevo, awanzar hasta 250 kilomettos por jornada (de manera que las érdenes del Inca legaban casi en seguida del Cuzco a Guayaquil), estaba mejor conservada que la red de caminos de Europa, incluia puentes de vigas, puentes colgantes, puentes de cue’ da con cestas, posts indicadores y conductos de agua. Todos los Incas trabajaban, pues esa era una obligacién socal, todos tenian acceso a los bienes dela tierra, y armados con lanza, rmacanas recubiertas de piedra, honds y hachas, los ejéritos {ban protegidos por jubones acolchados, escudos y eascos. El Inca, el descendiente del gran Manco Capac, fandador del Imperio, se sabia representacién del Sol en la tierra, y bajo la erenza de lana enrollada en torno a su cabeza y bajo las borlas ros envueltas en oro que cafa velo cuba su rostro para proteger a los sibditos del peligro de ver por azar o por distrccién la increible cara del Dios. Entre todas sus mujeres habia una, la Coya, que era la enc: nacin de la Luna, y no habia delito mayor en esa cultura que la transgresin de las rdenes del Inca. sobre la frente, un ero mucho antes de los Incas otras culturas habian do: ‘minado aquellos terrtorios,los Chavin por el siglo v antes de nuestra era, los Tiawanaku del lago Titicaca y los Wari de la regidn de Ayacucho; todavia después los Mochica,el pueblo de grandes alfireros de la costa norte los Paracas, teedores cde maneas exquistas para los muertos, en las tirras del sur. Todo esto en costas de Peri, donde mucho después Alejandro de Humboldt, tras medir a temperatura de a orilla y meditla de nuevo unos centenares de metros mar adentro, descubriria Teva su nombre; y en as costas del 1a corriente aceinica 4 euador, con sus isas de tortugas gigantes, donde hoy parece nporal la figura de Darwin en la proa del Beagle; Y ante los manglares de Colombia y ls selvas Iviosss del Choed, donde std una de ls fibricas naturales de agua mis poderosas del mundo.Y las selvas del Darign, desde la cuales Balboa vio aparecer la muchedumbre de wn océano nuevo. Los imperios indigenas habjan reconocide y unificado tuna parte del terrtorio. No erin imperios homogéneos, y iis bien aprendian a gobernar sobre diferencias, nacidas de pluralidad de ls regiones y de ls citcunstancias, Ls lenguss caribes eran menos poderosis que el nihuatl y el quechisa, grandes lenguas imperiles, y no estaban en condiciones de imponerse y de avasallar, pero ello no obstaba para que se difundieran, no por imposicién sino por la simple vecindad y el contagio, y eran grandes los parentescos entre las len- jguas del Caribe y la lengua que se hablaba en la cuenca del Amazonas. Donde el poder estaba centralizado, mucho ha bian avanzado en el proceso de conformacién de naciones pero en todo el vasto territorio que no estaba unificado en imperios, los estudios posteriores muestran una asombrosa cantidad de pueblos y su censo seri por siempre incompleto 0 En cl solo territorio de Colombia habia mis de 120 pueblos indigenas con sus lenguas, sus mitologis, sus propios sistemas normativs y su organizacién social. El reconocimmiento de ls culturas vivas era ya dificil para los europeos de aquel tiempo, Y para los violentos ejecutores de la Conquista era una tatea casi imposible Pocos habrin ereido que es0s pueblos faeran dignos de atencién y de estudio: para ellos Jos nativos viv en la barbarie y era preciso civilizarlos ripidamente, aunque Jo que llamaban eivilizar casi nunca pasaba de imponerles un penosa servidumbre y exigitles la profesin artificial de una fe que no podian entender. En muchas partes de nuestra Améri alli de las culturas vivientes, duraba la huella de civilizaciones inme- rmoriales. Frente a la linea del Pacifico, una linea sin grandes aceidentes costeros algunas las remotas patecen un enlace

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