Sunteți pe pagina 1din 20

UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

FACULTAD DE PSICOLOGIA

ESCUELA ACADEMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGIA

MALTRATO ESCOLAR ENTRE PARES EN LIMA METROPOLITANA

Valeria Tito Valverde

Vanessa Hernández Zúñiga

Tania Luna Julca

Nathaly Romero Alan

Pedro Ancajima Banderas

Lara Vela Rojas

Sofía Malaquías Obregón

Richard Huamán Coronel

Curso: Metodología del trabajo universitario

Profesora: Mg. Elisa Yanac Reynoso

Lima-Perú

2017
2

CONTENIDO

INTRODUCCION…………………………………………………………………………3

1. Bullying y sus características……………………………………………………….4


1.1. Distintas definiciones del bullying y su clasificación
1.2. Actores que intervienen en el bullying
1.3. Manifestaciones del bullying
2. Factores que generan bullying en la escuela…………………………………….......7
2.1. Factores Individuales
2.2. Factores Psicosociales
3. Consecuencias del bullying………………………………………………………….9
3.1. Consecuencias en los actores del bullying
3.2. Consecuencias en el ámbito escolar, familiar y social
4. Mecanismos de afronte ante el bullying……………………………………………11
4.1. Intervención familiar
4.2. Intervención de centros escolares
4.3. Intervención en la localidad

CONCLUSIÓN…………………………………………………………………….............15

REFERENCIAS……………………………………………………………………………16
3

INTRODUCCIÓN

Antes de explicar el bullying consideramos preciso conocer sus antecedentes. Los


primeros estudios al respecto inician en el siglo xix con la aparición del libro “Tom
Brown’s School Days” de Thomas Hughes, donde se describe las primeros vestigios de
violencia en la escuelas públicas de Inglaterra (Arias, 2014 citado en Salas, 2015).
Posteriormente, se inician las investigaciones del bullying en Escandinavia a inicios de los
años 70 extendiéndose su estudio a diversos países europeos y americanos (Salas, 2015).
Por ejemplo, en Estados Unidos “algunos estudios sobre las muertes que ocurren en la
escuela causadas por conductas violentas entre 1994 y 1999 mostraron que los
perpetradores de homicidios fueron individuos que habían sufrido violencia en el contexto
de violencia escolar” (Loredo, Perea & López, 2008).

La finalidad de este trabajo monográfico es analizar distintos aspectos del bullying para
establecer alternativas de afronte ante este fenómeno en la adolescencia. Es importante
conocer los diferentes aportes sobre el tema, pues estos nos permitirán sustentar una
alternativa de solución ante la problemática del maltrato entre pares, favoreciendo además
la promoción de una salud integral. Para ello se realizó una recopilación de múltiples
puntos de vista que permitirán al lector una vasta comprensión y sensibilización acerca del
tema.

El presente trabajo monográfico está estructurado en cuatro secciones. La primera sección


abarca a nivel general información respeto del bullying en cuanto a sus diversas
definiciones y tipos, actores y manifestaciones en el ámbito escolar. En la segunda sección,
se tratará los factores generadores del bullying a nivel individual como social. En la tercera
sección, se estudiaran las consecuencias del bullying en cada uno de los actores implicados
que nos permitirá concientizar acerca de la magnitud del problema. Finalmente, la cuarta
sección se presentará múltiples mecanismos de afronte del bullying enfatizando en el
importante rol que tiene la familia, los centros escolares y la comunidad.
4

MALTRATO ESCOLAR ENTRE PARES EN LIMA METROPOLITANA

1. EL BULLYING Y SUS CARACTERÍSTICAS


1.1. Distintas definiciones del bullying y su clasificación

La definición del bullying involucra conocimientos previos que nos ayude a


delimitar su esencia. Por ello, variables como violencia, agresividad y agresión, son
fundamentales para comprender su construcción (Salas, 2015). Si hablamos de
violencia, según la Organización Mundial de la Salud (2002) la violencia se define
como:
El uso intencional de la fuerza física o el poder, la amenaza o el hecho,
contra uno mismo, contra otra persona o contra un grupo una comunidad,
que puede producir o tiene una alta probabilidad de provocar una lesión,
muerte, daño psicológico, afectar el desarrollo o generar privaciones. Así
mismo, la agresividad se refiere a la activación y disposición biológica
dirigida hacia una adaptación social dando paso a la agresión que es el
acto en sí (p. 2).
Se ha identificado dos características claves que permiten complementar el concepto
inicial de bullying. En primer lugar, en cuanto a su mantenimiento, Ortega (1998,
citado en Salas, 2015) expone que esta situación se debe a dos leyes: La ley del
silencio y la ley del dominio-sumisión. Estas leyes posibilitan que se mantengan los
vínculos que subyugan a la víctima al poder del victimario y por ende, se dé
continuidad al círculo de violencia y maltrato. En segundo lugar, afirma que “en el
bullying, las situaciones de agresión se presentan de forma reiterada” (Cepeda
et al., 2008, p. 1).

En cuanto a la clasificación, Cepeda (2012) sostiene que existen dos tipos de


bullying: físico y psicológico. Considerando dentro del bullying psicológico la
exclusión y el aislamiento de diversas actividades, tanto académicas como
extracurriculares. Sin embargo, Voor y Solberg & Olweus (2000, 2003 citado en
Díaz, 2012) afirma que el bullying comprende una gama muy diversa de conductas
que se pueden clasificar en tres categorías: el acoso físico, el verbal y el relacional.
5

La primera categoría diríamos que es lo más representativo cuando uno escucha la


palabra acoso o violencia, son golpes, empujones, mientras que la segunda se
describe más como las amenazas verbales, los insultos, las burlas especialmente
crueles acerca de la ropa, aspecto físico, de la raza, origen étnico, de algún defecto o
anomalía visible o de alguna rareza del habla o de la conducta y que tienen como
objetivo ser hirientes y ofensivas y por última, la tercera categoría, el destierro de
quien no encaja en nuestras pautas, la exclusión y/o discriminación.

1.2. Actores que intervienen en el bullying


El agresor o bullie es la persona, en este caso estudiante que ejerce la violencia
sobre sus pares. Suelen ser fuertes, dominantes e impulsivos (Trautmann,
2008).Además, cuando agreden a sus compañeros se justifican diciendo que fueron
provocados, sin embargo si hay presencia de testigos, la intensidad con la que
agrede irá incrementando debido a que los presentes actúan como reforzadores
(Avilés, 2006).
Las víctimas son los estudiantes que sufren la agresión del bullying. Por lo general,
son vistas como personas inseguras y poco asertivas en lo que respecta a la parte
psicológica, en lo físico tienden a ser los más débiles (Trautmann, 2008). Además,
Avilés (2006) plantea la existencia de la víctima-agresor quien aduce que la
violencia que ejerce se debe a que antes él fue una víctima.
Los espectadores son la audiencia del agresor, representan entre el 60% y 70% de
los actores que intervienen en el bullying. Pueden clasificarse según sus
reacciones, ya sea aprobando o rechazando el acto. Según Avilés (2006) hay
espectadores directos e indirectos; los primeros están presentes en las agresiones,
mientras que los segundos se enteran a través de otras personas. Por otro lado,
existen los espectadores indiferentes y prosociales, mientras el primero justifica el
accionar del agresor; el segundo, busca la solución al problema (Quintana,
Montgomery, Malaver & Ruíz, 2010).

1.3. Manifestación del bullying


6

Existen diversas formas de manifestación del bullying. En primer lugar, se


encuentra la agresión física que se puede manifestar de manera directa o indirecta.
La agresión física directa es toda acción provocada por el agresor con el objetivo
de causar un daño físico a la víctima. Por el contrario, la agresión física indirecta
hace referencia al daño que el agresor causa, pero no a la víctima sino a sus
pertenencias. En segundo lugar, se encuentra la agresión verbal que se manifiesta
mediante los insultos, burlas o calumnias que realiza el agresor hacia la víctima.
Por último, la agresión social que se expresa mediante la exclusión social que
provoca el agresor a la víctima. (Garaigordobil & Oñederra, 2008 citado en Ávila
et al, 2010).

Podemos apreciar diferencias significativas entre los actores en cuanto a la forma


de manifestación del bullying según su género. En cuanto a los agresores, las
mujeres agresoras en su mayoría ejercen una exclusión social hacia las víctimas.
En cambio, el varón ejerce con mayor frecuencia una agresión física directa hacia
sus víctimas.. En los varones predomina el tipo de agresión física directa y en las
mujeres el tipo de agresión verbal. Con respecto a las víctimas, son en mayor
proporción mujeres. En lo que se refiere a los testigos, las mujeres que actúan
como tal presencian con mayor frecuencia la agresión verbal y la agresión física
directa. En cambio, el varón presencia las diferentes formas de maltrato como la
agresión verbal, agresión física y la agresión social. (Domínguez & Manzo, 2011).

De igual modo, la manifestación del bullying varía según el grado de instrucción.


En la secundaria, el bullying se puede presentar mediante diversas formas de
maltrato como la agresión verbal, la agresión física y la agresión social. Por el
contrario, en el nivel universitario se presenta con mayor frecuencia la agresión
verbal y psicológica dejando de lado la agresión física. Acerca del tema se
argumenta que a medida que el nivel de formación se incremente, la agresión va
tornándose social y psicológica. (Del Barrio, Martin, Montero, Gutiérrez & De
Dios, 2008 citado en Ávila et al, 2010).
7

2. FACTORES QUE GENERAL BULLYING EN LA ESCUELA


2.1. Factores que predisponen la victimización y la agresividad
Existen una serie de factores personales asociados al desarrollo de la conducta
agresiva o de victimización. Sobre la conducta agresiva hay diversas teorías
biológicas que intentan explicarla. Una de estas teorías señala que a mayores
niveles de serotonina aumenta la agresividad pues esta cumple un papel regulador
de los estados de ánimo; otra teoría neuroendocrina, explica que las hormonas
esteroides como la testosterona tienen influencia sobre la conducta agresiva, por lo
tanto un individuo con mayores niveles de serotonina o de testosterona sería más
agresivo (Arias, 2014). A nivel estructural, las lesiones o inmadurez en el proceso
de desarrollo del lóbulo pre frontal, específicamente en el córtex orbito frontal, se
asocian con la aparición de la conducta agresiva o la imposibilidad de controlarla
(Arias y Vilca, 2007, citado en Arias, 2014). Sobre las víctimas, aunque se afirme
que hay diversos tipos de víctimas, las típicas víctimas llamadas pasivas o sumisas
se caracterizan por ser más ansiosas (Castillo, 2011), Goleman (1997, citado en
Arias, 2014) señala que esta conducta es producida en la amígdala cerebral, de
manera que una alta excitabilidad de las neuronas en esta área puede ser una causa
de ansiedad.

Una de las características que predomina entre los agresores es su mayor fortaleza
física (Trautmann, 2008). Mientras que a las víctimas de acoso se les suele elegir
por diversas características físicas, tales como el poco atractivo físico y el
sobrepeso (Sweetinig y West, 2001, citado en K. Sullivan, Cleary y G. Sullivan,
2005) y desviaciones externas tales como el uso de gafas (Castillo, 2011). También
suelen ser victimizados estudiantes con necesidades especiales que destacan por
sus diferencias físicas o psicológicas (Whitney et al., 1994, citado en Sullivan et
al., 2005) y niños pertenecientes a grupos étnicos mayoritarios o minoritarios que
por sus características físicas “diferentes” son víctimas de intimidación racista
(Sullivan, 2000; Rodríguez y Ortega, 2008). Berthold y Hoover (1999, citado de
Sullivan et al., 2005) añaden que estudiantes con un bajo rendimiento académico
suelen ser objeto de acoso. Muy al contrario, Avilés (2011) señala que se
8

convierten en víctimas de los agresores los estudiantes con un alto rendimiento


académico.

Con respecto a las características psicológicas personales, en el caso de los


agresores suele resaltarse entre sus características individuales la impulsividad y su
necesidad de dominar a los demás (Olweus, 1998, citado en Castillo, 2011);
además de experimentar menos empatía con respecto a los sentimientos de otros
(Sullivan et al., 2005). En el caso de las victimas del acoso escolar, se les suele
describir como inseguras, tímidas, retraídas y ansiosas; la ansiedad dificulta las
relaciones con los pares (Arias, 2014) y al no disponer de un grupo de apoyo se
vuelven más vulnerables (Sullivan et al., 2005).

2.2. Factores psicosociales que generan el bullying escolar

En el aspecto social, hay ciertos factores del entorno que influyen en el aprendizaje
y mantenimiento de estas conductas, estos provienen de los distintos niveles de
socialización: la familia, los medios de comunicación y la escuela.

Dado que la familia es el primer y más importante agente socializador porque de


esta se adquieren los valores y actitudes hacia los demás no sorprende su
significativa relación con la aparición de la conducta agresiva y ansiosa en los
niños. Jadue (2000, citado en Arias, 2014) afirma que los conflictos maritales y
familias disfuncionales son generadoras de ansiedad. Asimismo, los estilo de
crianza negativos como el permisivo e indiferente, o por el contrario el
sobreprotector y autoritario; y la violencia intrafamiliar influyen psicológicamente
sobre el individuo que forma parte de ella (Gómez et al, 2007; Trautmann, 2008).
Partiendo de este análisis podemos comprender el trasfondo de muchas de las
conductas violentas, como el medio en que los agresores descargan su tensión
desplazándola sobre la víctima, o buscan obtener la atención que no reciben en su
hogar llevando a cabo estas conductas para adquirir prestigio social entre sus
iguales (Gómez et al, 2007).
9

Otro factor que también influye negativamente sobre la conducta de los


individuos, son los contenidos violentos en los medios de comunicación, en
particular la televisión (Wartella, 1998, citado en Estrada). García y Ramos (2000,
citado en Estrada, 2016) afirman que hay estudios sobre sus efectos en quienes la
observan y se ha encontrado que estos pueden insensibilizarse gradualmente ante
la violencia, además de aceptarla como un medio para resolver conflictos y por
tanto llegar a imitar la violencia que observan. Esto no significa que los medios de
comunicación por sí solos puedan explicar las conductas violentas en los niños
pero si puede agregarse a otros factores de riesgo que ayudan al mantenimiento de
las conductas agresivas.

Por último, Arias (2014) señala que el clima organizacional negativo en la escuela
y la falta de comunicación entre profesores y alumnos, son aspectos en la
convivencia que pueden estar influyendo indirectamente en el desarrollo de estas
conductas. Otro factor que contribuiría al mantenimiento del bullying en las
escuelas es la desinformación de los profesores sobre este tema, lo que
desencadenaría en falta de respuesta de apoyo hacia la víctima, entre otras
consecuencias.

3. CONSECUENCIAS EN EL BULLYING
3.1 Consecuencias en los actores del bullying

Victimas
Las víctimas crecen con una baja autoestima (Cahuas, 2012) ya que la
autoestima depende de la calidad de las relaciones interpersonales, del trato que
reciben de sus compañeros y del autoconcepto (Rigby, 2007). Esto se expresa en
sentimientos negativos, ansiedad, depresión, ausentismo escolar, una
disminución del rendimiento escolar y la reproducción de conductas agresivas.
(Cahuas, 2012). Trautmann (2008) resalta que la prolongación de este
problema, puede llevar a la ideación suicida, en la cual las víctimas se
consideran acreedoras de lo todo lo que le ocurre. En casos extremos, están
presentes los intentos suicidas. (Cahuas, 2012). Acorde a las autoras Wolf y
10

Esteffan (2008), las consecuencias tienen un mayor impacto en las victimas del
sexo femenino que del masculino.

La victimas al llegar a la adultez pueden aún mantener una baja autoestima


(Rigby, 2007), presentan un desajuste psicosocial (Trautmann, 2008), depresión
(Olweus, 1992 citado en Rigby, 2007) y la posibilidad de volver a padecer de
bullying o convertirse en agresores (Cahuas, 2012). Las limitaciones que estos
presentan para establecer vínculos satisfactorios los lleva a tener un menor éxito
en lograr relaciones íntimas con el sexo opuesto (Rigby, 2007). Farrington
indica que puede haber una continuidad entre las generaciones, es decir, puede
heredarse a los hijos, quienes son más probables de convertirse en víctimas.
(Farrington, 1993 citado en Rigby, 2007).

Agresor
Las consecuencias del actuar del agresor pueden generar un patrón para
relacionarse con sus pares y desajustes sociales como el vandalismo, mal
rendimiento académico, uso de alcohol, porte de armas y robos (Trautmann,
2008). De igual modo, presentan un mayor nivel de consumo de tabaquismo,
participación en juegos de azar, vinculación con compañeros transgresores y
participación en peleas con agresión física (Wolf y Esteffan, 2008). En la
adultez, los agresores adoptan comportamientos antisociales y agresivos en el
ámbito laboral y familiar. Hay una mayor probabilidad de ser partícipes de actos
delictivos (Cahuas, 2012). Diversos estudios señalan que quienes son agresores
en la infancia permanecerán como tal al llegar a la adultez (Wolf & Esteffan,
2008).

Espectador

En el caso de los testigos, las consecuencias son diversas. Por un lado, están los
sentimientos de inseguridad por el temor de ser las siguientes víctimas o de
quedarse sin amigos. Por otro, están los sentimientos de enojo, vergüenza o
culpabilidad por no actuar en el momento de la agresión (Rigby, 2007). El
espectador valora como positiva la agresión. También, llega a desensibilizarse
ante el sufrimiento ajeno y se intensifica el individualismo. (Trautmann, 2008).
11

3.2. Consecuencias en el el ámbito escolar, familiar y social

Los efectos negativos no son exclusivos del individuo y su familia.suelen


extenderse hasta otros ambientes y contextos aun sin ser parte del fenomeno. En
el ambito escolar, se genera un ambiente de inseguridad, desintegracion,
insalubridad,violencia y tendencia hacia la repeticion (Loredo, Perea y Lopez,
2008, p. 212). Asi mismo, la violencia escolar reduce la calidad de vida de los
estudiantes dificultando el logro de la mayoria de sus objetivos (Diaz, 2012
citado en Diaz, 2006).

La violencia escolar afecta la convivencia y desarrollo natural de nuestras


actividades laborales, academicas, sociales,etc. A nivel familiar, comunitario y
social, el bullying reproduce un modelo de dominio sumision contrario a los
valores eticos arraigados a nuestra sociedad (Cepeda, 2012, p. 5). Por otro lado,
afecta a nivel economico debido a los altos costos de los servicios de apoyo
escolar, asistencia social y salud mental (Wolf & Esteffan, 2008).

4. MECANISMOS DE AFRONTE ANTE EL BULLYING

4.1. Intervención familiar

La familia es factor más importante y el primer entorno en el que el niño se


socializa, adquiere normas de conducta, de convivencia y forma su
personalidad, de manera que es fundamental para su ajuste personal, escolar y
social, estando en el origen de muchos de los problemas de agresividad.

La prevención es la mejor estrategia en la lucha contra el acoso escolar. Desde


nuestro papel de padres, hay una serie de actitudes y acciones que podemos
llevar a cabo para evitar que nuestros hijos acaben siendo víctimas
del bullying o que se conviertan en agresores escolares. Las más importantes
son las siguientes: 1) Crear un canal de diálogo con los hijos, se aprende
y se conoce mejor a los hijos oyéndoles. 2) Determinar los límites y las normas.
12

Exigir el cumplimiento de las elementales. 3) Controlar y supervisar las


conductas de los hijos, observando qué hace, a dónde va, con quién juega,
cuáles son sus intereses, proyectos, etc. 4) Educar para controlar las emociones,
para comportarse con los demás, para convivir con otros. 5) Observar los
comportamientos, estados de ánimo y los cambios de los hábitos de los niños.
6) Estar pendiente de los posibles síntomas como nerviosismo, falta de
apetito, insomnio, bajo rendimiento escolar, fobia escolar, etc.

Es vital la educación proveniente del hogar, promoviendo una comunicación


asertiva con el fin de lograr un nivel de confiabilidad entre padres e hijos y así
lograr una independencia emocional y autonomía para que los hijos se
encuentren en la capacidad de resolver problemas eficazmente y salgan adelante
ante cualquier problema.

4.2 Intervención de centros escolares

En el ámbito escolar es importante impulsar una educación en valores,


afianzando actitudes de tolerancia, de no discriminación y de respeto, estos
aspectos generales son la base de una adecuada educación. Adicional a ello,
es necesaria una enseñanza en resolución de conflictos basada en el diálogo.
En este sentido, el diálogo juega un rol importante en el desarrollo de los
niños frente a los conflictos, pues actuar asertivamente para solucionarnos
propiciará una adecuada formación del estudiante.

En la escuela existe intervención percibida desde dos sentidos. En primera


instancia, la que realiza el profesorado con la mejora de la tutoría, esto es
fomentar tutorías individualizadas para un mejor conocimiento del alumnado
en cuanto a sus dificultades y problemas presentes en el ámbito escolar e
incluso, el familiar. Adicional a ello, se promueve una mayor supervisión de
los sitios donde ocurre la agresión desde aulas hasta baños y patios de juegos
en la escuela. Según Olweus (1998) la tasa de acoso en espacios
supervisados por adultos tiende a disminuir.
13

En segunda instancia, el papel que desempeña el alumnado deberá ser activo,


pues se le otorgará protagonismo para que éste forme parte de la solución. El
alumnado interviene participando en grupos antibullying, aportando en
primer lugar una visión desde su realidad y conocimientos y en segundo
lugar su visón práctica y real para resolver las situaciones de acoso que vive.
Respecto de la educación, en general, se propone insertar en el curriculum el
tratamiento del problema para abordar temas específicos como abuso de
poder, maltrato, convivencia y respeto. (Aviles, 2011).

4.3. Intervención en la localidad

Como los problemas acosador/víctima han sido incluidos en las agendas


oficiales escolares de muchos países, se ha propuesto un número de
sugerencias sobre su tratamiento y prevención. Algunas de estas sugerencias
y planteamientos parecen mal enfocados o incluso contraproducentes, tales
como centrarse en exceso en el hecho de cambiar el comportamiento de las
víctimas para hacerlas menos vulnerables al acoso escolar. Otras sugerencias
parecen más significativas y potencialmente más provechosas. Un problema
clave, no obstante, es que la mayoría no han podido ser documentadas con
resultados positivos o no han sido objeto de una evaluación sistemática. En
consecuencia, es difícil saber qué programas o qué medidas funcionan
realmente y cuáles no. Sin embargo, lo que cuenta son los resultados, y no
cómo se puedan sentir los adultos a la hora de emplear el programa
(“satisfacción del usuario”).

Aquí presentaremos algunos programas que se propuso para combatir el


bullying como 1) Ministerio de Educación (Minedu) y el Grupo de RPP
dieron inicio a la campaña de “Cero bullying, Somos patas”; que busca
sensibilizar a padres de familia, profesores y estudiantes para que la
convivencia escolar en colegios públicos y privados se de en un marco de
respeto y tolerancia. 2) La asociación Convivencia en la Escuela, tras el
convenio con el reconocido y multipremiado programa finlandés antiacoso
KIVA; trabajaban capacitando docentes y como no se solucionaba;
14

propusieron el programa “Jóvenes Voluntarios” que trabajan con jóvenes de


Ricardo Palma, Champagne, en Lima y San Marcos. 3) El Ministerio de
Educación (Minedu) proponen “Paz Escolar” que tiene como objetivo menos
violencia escolar, mejores logros de aprendizaje y mayor bienestar entre
jóvenes. 4) El Minedu también propone el programa de “Sise Ve” es una
plataforma virtual que lucha contra la violencia escolar aquí se hace
denuncias mediante teléfono y vía internet.

En una constante lucha también encontramos La ley 29719 (ley


antibullying): un aspecto relevante de esta ley es el que estipula la necesidad
de que las instituciones educativas cuenten con, por lo menos, un profesional
de la psicología para la realización del trabajo de prevención. El otro aspecto
valioso a resaltar es lo que está previsto en el Reglamento de la Ley (DS Nº
010-2012-ED) es que se propone la creación de una inédita instancia escolar
a la que se denomina Comité de Convivencia Democrática, como eje
sustancial para la educación y el ejercicio de un espacio de construcción para
la ciudadanía, los valores, la solidaridad, el respeto a los derechos humanos y
la cultura de la no violencia, integrada por docentes, estudiantes, padres de
familia y auxiliares, quienes en forma consensuada aprobarán las reglas de
convivencia.
15

CONCLUSIONES

Del trabajo planteado podemos deducir las siguientes conclusiones:

1) El bullying cada vez se presenta con más fuerza en el transcurso del tiempo,
causando daños permanentes en víctimas, agresores y espectadores, tanto a nivel
físico como psicológico. Siendo preocupante por el difícil acceso de los padres u
autoridades a los lugares de concurrencia para su contención. Por ello, el estado y
otras entidades proponen medidas de prevención que promuevan la solidaridad y
comunicación asertiva.
2) El bullying es un tipo de violencia que se ejerce entre pares, bajo una relación de
dominio-sumisión por un periodo prolongado.
3) El bullying es un fenómeno tan complejo que no puede atribuirse a una sola
causa, es en realidad resultado de la interacción de muchos factores que facilitarían
su aparición. Los factores individuales que predispondrían agresividad y
victimización son los contenidos previos de la persona, tanto biológicos como
psicológicos. Estos son moldeados por los factores sociales en la interacción con la
familia, el grupo de iguales y la sociedad en general.
4) Las consecuencias del bullying se presentan en los diferentes actores, cada una se
manifiesta de manera distinta. Según expertos en el tema, las consecuencias en los
actores del bullying van desde tener una baja autoestima, ansiedad, depresión,
etc.(victimas), vandalismo, uso de alcohol, posibles actividades delictivas en el
futuro, etc.(agresor), hasta adquirir sentimientos de inseguridad, culpabilidad,
desensibilización, etc.(espectador).
5) La intervención frente al bullying que la familia, el centro educativo y la localidad
juegan un papel sustancial, pues se logra la mejora de la convivencia y la
promoción de actitudes positivas de niños y adolescentes
16

REFERENCIAS

Arias, W. (2014). ¿Qué es el bullying?: actores, causas e intervención. Revista de


Psicología de Arequipa, 4(1), 11-32. Recuperado de
https://www.researchgate.net/publication/275346100_QUE_ES_EL_BUL
LYING_LOS_ACTORES_LAS_CAUSAS_Y_LOS_PRINCIPIOS_PAR
A_SU_INTERVENCION el 27 de junio del 2017.

Arroyave, P. (2012). Factores de vulnerabilidad y riesgo asociados al bullying.


Revista CES Psicologia, 5(1), 116-125. Recuperado de
http://revistas.ces.edu.co/index.php/psicologia/article/view/2171.

Avilés, J. (2006). Diferencias de atribución causal en el bullying entre sus


protagonistas. Revista Electrónica de Investigación Psicoeducativa, 4(9).
Obtenido de
http://www.observatorioperu.com/lecturas/diferencias_de_atribucion_en_
el_bullyng_jmaviles.pdf

Avilés, J., Caballo, V., Garcia- Lopez, L. & Irurtia, M. (2011). El maltrato entre
iguales: "Bullying". Psicología Conductual, 19(1). Obtenido de
http://s3.amazonaws.com/academia.edu.documents/45849139/Bullying__
El_maltrato_entre_iguales_bull20160522-12048-
15b7cjj.pdf?AWSAccessKeyId=AKIAIWOWYYGZ2Y53UL3A&Expire
s=1493770163&Signature=GtPsHV%2ByWjlmSRoYCjvNypYPmFg%3
D&response-content-disposition=inlin

Avilés, J., Irurtia, M., García, L., & Caballo, V. (2011). Maltrato entre iguales:
“bullying”. Psicología Conductual, 19(1), 57-90. Recuperado de
17

https://www.researchgate.net/publication/230704620 el 01 de julio de
2017.

Caurcel, M. (2009). Estudio evolutivo del maltrarto entre iguales desde la


percepción y el razonamiento sociomoral de los implicados. Tesis
doctoral, Universidad de Granada, Granada, España. Obtenido de
http://hdl.handle.net/10481/2162

Cárdenas F. & Hernández C. (2010). Gestión de la convivencia: el bullying como


fenómeno de la violencia en la escuela. Tesis doctoral de España.
Recuperado de http://www.javeriana.edu.co/educación.

Castillo, L. (2011). El acoso escolar. De las causas, origen y manifestaciones a la


pregunta por el sentido que le otorgan los actores. magis, Revista
Internacional de Investigación en Educación, 4 (8) Edición especial La
violencia en las escuelas, 415-428. Recuperado de
revistas.javeriana.edu.co/index.php/MAGIS/article/viewFile/3572/2687 el
27 de junio del 2017.

Cepeda , E., & Caisedo, G. (2012). Acoso escolar: caracterización, consecuencias


y prevención. Universidad de Colombia. Recuperado de
http:www.simetricos.cl/colegio/bullying.php.

Del Rey R. & Ortega R. (2007). Violencia escolar claves para afrontarlas. Revista
Escuela abierta. 10, 77-89.
18

Diaz, Y. (2012). Bullying, acoso escolar, elementos de identificación, perfil


psicológico y consecuencias, en alumnos de educación básica y media.
Revista Psicologia. com, 16(10), 1-5. Recuperado de
http://www.psiquiatria.com/revistas/index.php/psicologiacom/article/view
/1399.

Estrada, M. (2016). Acoso escolar: modelos agresivos originan acosadores. Sb


Editorial. Recuperado de
https://books.google.com.pe/books?id=RoReCwAAQBAJ&printsec=fron
tcover&source=gbs_atb#v=onepage&q&f=false el 01 de julio de 2017.

Gómez, A., et al. (2007). Bullying an other forms of adolescent


violence. Cuadernos de Medicina Forense, (48-49), 165-177. Recuperado
de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-
76062007000200005&lng=es&tlng=en el 27 de junio del 2017.

Loredo, A., Perea, M., & Lopez, N. (2008). Bullying: Acoso escolar. La violencia
entre iguales. Problematica real entre adolescentes. Acta Pediatrica
Mexico, 29(4), 210-214. Recuperado de
http://www.medigraphic.com/pdfs/actpedmex/apm-2008/apm084e.pdf

Oliveros, M., & Barrientos, A. (2007). Incidencia y factores de riesgo de la


intimidación (bullying) en un colegio particular de Lima-Perú, 2007.
Revista Peruana de Pediatría, 60(3). Obtenido de
http://repositorio.minedu.gob.pe/bitstream/handle/123456789/3646/Incide
ncia%20y%20factores%20de%20riesgo%20de%20la%20intimidaci%C3
%B3n%20%28bullying%29%20en%20un%20colegio%20particular%20d
e%20Lima-Per%C3%BA%2c%202007.pdf?sequence=1&isAllowed=y
19

Olweus, D. (1998) Conductas de acoso y amenaza entre escolares. Madrid:


Morata. En versión web:
https://books.google.com.pe/books?hl=es&lr=&id=S0wSk71uQz0C&oi=
fnd&pg=PA10&dq=Conductas+de+acoso+y+amenaza+entre+escolares&
ots=7zRYbyGBhf&sig=4vV6zoY1ElYTglI89qBknZI8djg#v=onepage&q
=Conductas%20de%20acoso%20y%20amenaza%20entre%20escolares&
f=false

Rodríguez, A., & Ortega, R. (2008). Victimización entre escolares por exclusión
social racista y xenófoba. INFAD Revista de Psicología, 2(1), 113-122.
Recuperado de
http://infad.eu/RevistaINFAD/2008/n1/volumen2/INFAD_010220_113-
122.pdf el 01 de julio de 2017.

Salas M. (2015). Revisión sobre la definición del bullying. Revista Poiésis. 30, 44-
50. Recuperado de
http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:RKOInd10tMQJ
:wwwfunlam.edu.co/revistas/index.php/poiesis/article/viewFile/1858/148
3+&cd=1&hl=es-419&ct=clnk&gl=pe.

Serrano M. (2013). Bullying: prevención en intervención educativa. Tesis doctoral


de España. Recuperado de
http://rodeic.uv.es/bitstream/handle/10550/27383/Tesis%20Doctoral_Prof
esorado%20de%20Educaci%C3%B3n%20Secundaria%20Obligatoria%2
0y%20Bullying_Prevenci%C3%B3n%20e%20Intervenci%C3%B3n%20
Educativa.pdf?sequence=1
20

Sullivan, K., Cleary, M., & Sullivan, G. (2005). Bullying en la enseñanza


secundaria: el acoso escolar: cómo se presenta y cómo afrontarlo.
Barcelona: Ceac. Recuperado de
https://books.google.com.pe/books?isbn=8432914339 el 27 de junio del
2017.

Trautmann, A. (2008). Maltrato entre pares o "bullying": Una visión


actual. Revista chilena de pediatría, 79(1), 13-
20. https://dx.doi.org/10.4067/S0370-41062008000100002.

Valadez, I. (2008). Violencia escolar: maltrato entre iguales en escuelas


secundarias de la sona metropolitana de Guadalajara. México.
Recuperado de
https://books.google.com.pe/books?id=S02ploCVymYC&pg=RA1-
PA30&dq=maltrato+entre+pares&hl=es-
419&sa=X&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false el 01 de julio de 2017.

Wolf, C., & Karimff, E. (2008). Bullying: una mirada desde la salud publica. Revista Chilena de Salud
Publica, 12(3), 184-185.

S-ar putea să vă placă și