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Programación diaria
Sus habitaciones
Así que cuando clamamos Llévame en pos de ti El responde. Y el
resultado es la siguiente experiencia, como expresa el resto de
este versículo 4: El rey me ha llevado a sus habitaciones. La
habitación es el secreto de Su presencia. Su pabellón, como el
Lugar Santísimo que se encontraba en el santuario del Antiguo
Testamento. Es el lugar secreto alejado de la multitud. Es el lugar
situado en la hendidura, en la grieta de la roca, que El ha
preparado para nosotros, en el cual puede cubrirnos, protegernos
con Su mano, y estar en contacto con nosotros. Esta actitud se
ve en la invitación de Cristo registrada en Apocalipsis 3:20, que
dice lo siguiente. Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi
voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo.
¡Qué gran privilegio es disfrutar de una relación de comunión y
compañerismo con El!
Y sin embargo, nosotros nos apartamos y tenemos que clamar
con Isaías en 6:5: ¡Ay de mí que soy muerto!, porque siendo
hombre inmundo de labios y habitando en medio de pueblo que
tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Señor de los
Ejércitos". Pero, aquí en el Cantar de los Cantares dice "el Rey
me ha llevado a sus habitaciones". Él es quien ha provisto esa
redención. Y como relata el pasaje que acabamos de citar de
Isaías 6, Él es quien tomó uno de esos carbones encendidos que
estaban en el altar, y tocó con él mis labios. Es Él quien realizó el
sacrificio supremo. Y por medio de la muerte en la cruz,
habiéndole aceptado como nuestro Salvador y Señor, somos hijos
de Dios y tenemos acceso a Su presencia, a sus habitaciones, a
su morada eterna, que es también la nuestra.
Y entonces, como dice el texto del versículo 4, bien pudo el coro
entonar estas palabras: Nos gozaremos y alegraremos contigo.
Creemos que los cristianos necesitamos experimentar más
alegría en nuestra vida. El Señor Jesús dijo en el Evangelio de
Juan 10:10, 10yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia. Y el mismo apóstol Juan escribió en su
primera carta 1:4, Estas cosas os escribimos para que vuestra
alegría sea completa. El Señor quiere que vivamos y disfrutemos
de la vida en toda su plenitud.
Permítanos hacerle una pregunta, estimado oyente: ¿Cómo lo
está pasando? ¿Está usted viviendo, disfrutando de la vida como
hijo de Dios? ¿Está usted sintiendo la alegría que corresponde a
su posición ante Dios, unido a Cristo? ¿Está usted cerca de Él en
este momento de su vida? A veces nos preocupamos de nuestras
relaciones con otras personas, o sobre la aceptación que podemos
tener ante los demás. Dejemos todas estas cosas superfluas a un
lado y preocupémonos de nuestra relación con el Señor.
Recordemos nuevamente las palabras que hemos leído en el
versículo 4: nos gozaremos y alegraremos contigo, nos
acordaremos de tus amores más que del vino. ¡Con razón te
aman!
Amigo oyente, me imagino que hoy en cualquier lugar donde
usted se encuentre, probablemente habrá, literalmente hablando,
millones de personas que sentirán la necesidad de recurrir a la
bebida o a las drogas. El auge del alcoholismo es innegable. ¿Por
qué? Bueno, si yo estuviera en la condición que ellos se
encuentran, quizás sentiría lo mismo. Necesitan algo estimulante
para enfrentarse a la vida. Otros lo necesitan para hacer frente a
las presiones de su trabajo o su vida profesional. Y muchas
personas lo hacen para enfrentarse a la soledad o al aburrimiento.
La vida es demasiado para ellos. La vida les parece demasiado
complicada. Estimado oyente, si usted es un hijo de Dios, usted
siempre puede recordar que Cristo le ama. Porque el amor de
Dios es derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo
que nos ha sido dado. Y Él quiere que ese amor sea algo real y
verdadero en nosotros. Él quiere manifestar Su amor en usted, y
es mucho mejor que dejarse esclavizar por la bebida u otros
estimulantes. Recordemos el pasaje que ya hemos citado, en el
que Pablo les dijo a los Efesios, en 5:18, que no se embriagaran,
sino que fueran llenos del Espíritu Santo.
Y si continuamos leyendo en Efesios 5, veremos que el versículo
siguiente, el 19, dice: hablando entre vosotros con salmos, con
himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en
vuestros corazones. Nos agrada comprobar que el apóstol Pablo
dijo "hablando" y no "cantando", porque muchos no pueden
cantar, pero sí pueden expresar la letra de salmos, canciones y
demás alabanzas al Señor. Así que hemos leído en este versículo
4 del capítulo 1 del Cantar de los Cantares una verdadera
expresión de alegría: Nos gozaremos y alegraremos contigo, nos
acordaremos de tus amores más que del vino.
Y el citado versículo 4 finaliza diciendo: ¡Con razón te aman! ¿A
quienes se estaba refiriendo aquí el poeta? A aquellos que le
pertenecen. Son los que le han dicho: "llévame contigo". Él los
levantó, los puso en pie y ellos han de correr la carrera de la vida
con la mirada puesta en Jesús, el autor y consumador de su fe.
La vida cristiana es un asunto de amor, una aventura de amor.
Nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero. Nos amó
hasta el punto de entregarse por nosotros. Ahora Él dice: "Yo
quiero vuestro amor". Y esto sella la relación. Si usted no le ama,
no finja ante los demás lo que no existe. Sea sincero, porque la
vida carece de significado si usted no le ama.
Ahora escuchemos la respuesta de amor del creyente, tal como
la encontramos en el Salmo 63:1, que dice: ¡Dios, Dios mío eres
tú! ¡De madrugada de buscaré! Mi alma tiene sed de ti, mi carne
te anhela en tierra seca y árida donde no hay aguas. Estimado
oyente, ¿tiene usted sed de Dios? Recuerde que en Juan 7:37 el
Señor dijo: "Si alguno tiene sed, venga a mí y beba".
Ahora, el versículo 2 de este Salmo 63, dice: para ver tu poder y
tu gloria, así como te he mirado en el santuario. Este es el lugar
secreto donde la esposa disfruta de la comunión del esposo.
Y ya hemos entrado en esa habitación, de la cual se habla en
Cantar de los Cantares. Y el Salmo 63, en los versículos 3 al 5
dice entonces: Porque mejor es tu misericordia que la vida, mis
labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre
alzaré mis manos. Como de médula y de grosura será saciada mi
alma, y con labios de júbilo de alabará mi boca. Realmente, esta
es toda una invitación para que nuestra boca esté más ocupada
en alabar el nombre de Jesús.
Y después el Salmo 63:7 dice; porque has sido mi socorro y así
en la sombra de tus alas me regocijaré. Y estas alas nos
recuerdan las alas de los querubines que cubrían la tapa del arca
(o propiciatorio) en el tabernáculo o tienda de reunión en el
desierto. Recordemos también que el Señor Jesús, en Mateo
23:37, dijo que El quiso reunir al pueblo de Jerusalén bajo sus
alas, así como una gallina protege a sus polluelos. Esto nos
presenta una figura de Su amor y de Su gran deseo de proteger
a los indefensos de todo daño.
Y el Salmo 63:8-11 dice finalmente: Esta mi alma apegada a ti;
tu diestra me ha sostenido. Pero los que para destrucción
buscaron mi alma caerán en los sitios bajos de la tierra. Los
destruirán a filo de espada; serán presa de los chacales, Pero el
rey se alegrará en Dios; será alabado cualquiera que jura por él,
porque la boca de los que hablan mentira será cerrada. En todas
estas citas Bíblicas del Salmo 63 encontramos una hermosa figura
de la devoción del creyente hacia Cristo.
Bien, volvamos ahora a este hermoso pasaje que tenemos aquí
en el Cantar de los Cantares. Leamos los versículos 5 y 6, que
nos hablan de