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CRÍTICA E INTERPRETACIÓN

LA PRIVATIZACIÓN DE LOS ESPACIOS Y LA CRISIS DE LA EXPERIENCIA

Lectura 1

"A veces pienso que he sentido todo lo que voy a sentir"


14 de Enero de 2014

Her no es una película. Es algo mucho más imporante que eso. Es un experimento social
que aborda al ser humano y al mundo tecnológico en el que vive.

Spike Jonze se saca de la chistera una idea brillante para convertirla en uno de los
mejores guiones del cine reciente. De una manera muy original e inteligente nos habla del
amor y el desamor. Sin embargo, estos temas son solo la superficie de lo que va a
explorar. El quiere adentrarse mucho más lejos. Su objetivo es medir la capacidad
sensorial del ser humano (y lo que no es humano) y enseñar como este va evolucionando
en su entorno y en los cambios que en él se producen.

Nos situamos en un entorno en teoría futurista. Digo en teoría, porque el mundo actual en
el que vivimos, ese que esta casi monopolizado por la tecnología, nos hace creer que se
trata de un futuro bastante próximo. Conocemos a Theodore, un hombre que trabaja
escribiendo cartas de amor para otras personas y que se ha separado recientemente de
su mujer. Theodore decide comprarse un ordenador con un moderno SO que se adapta a
los gustos y a la personalidad del usuario. Ante esto, nos planteamos si la tecnología

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fomenta la soledad o ayudad a superarla. Es curiosa la primera pregunta que le hace el
SO: “¿Eres social o anti-social?”

Poco a poco va estableciendo una relación con Samantha (la voz femenina del citado
SO), hasta que finalmente ambos se enamoran.

¿Puede un humano enamorarse de un SO? ¿Y viceversa?

Puede parecer una pregunta de locos, pero tras ver la película creo que casi todos
tendríamos la misma opinión. Spike Jonze me convence contundentemente. La idea de
“querer” está en la mente, en los recuerdos, en los sentimientos y sensaciones que van
brotando en nosotros. Lo que nos hace experimentar alguien, ya sea inteligencia humana
o artificial. Todo se resume en como nos sentimos por la forma de ver las cosas de ese
ser, por sus actos, por su comportamiento con nosotros y los demás. No hace falta un
cuerpo para transmitir y recibir sensaciones. Vamos a explicarlo:

¿Se deja de querer a una persona cuando esta muere?

Por supuesto que no, y no hay cuerpo. ¿Por qué seguimos queriendo? Por lo que ya he
citado, todo está en la mente, en los recuerdos, en las sensaciones ya vividas.

¿Puede Theodore amar a Samantha sin ser esta real?

¿Qué es real y qué no es real? ¿No es acaso real la felicidad y las ganas de vivir que
tiene Theodore tras conocerla? ¿No es real el sexo (maravillosa escena con el fondo
negro) que tienen ambos? El sexo también trasciende más allá de lo físico, de lo palpable.
Va más allá, en cómo evadirte de todo y estar mentalmente dónde quieres estar con quién
quieres estar.

Podría resumirse: “Si te hace sentir, es real”

Y después tenemos el tema de la evolución de un ser en el mundo y en el entorno en el


que vive. Samantha gracias a Theodore conoce el mundo humano, crece como ser, no
está programado para ello pero experimenta y vive nuevas cosas. Ama a Theodore pero
es precisamente ese desarrollo en el mundo el que le hace ver que quizás necesite otra
cosas. Necesita seguir avanzando, dar nuevos pasos para encontrar nuevas sensaciones.
Y lo mejor es que al igual que Theodore, “ya sabe cómo”.

El desenlace puede parecer confuso pero hay un claro mensaje en la película:

“A veces pienso que he sentido todo lo que voy a sentir”

“Es como si estuviera leyendo un libro, un libro que amo profundamente. Pero ahora lo leo

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muy lentamente. Las palabras están muy separadas y el espacio entre ellas es casi
infinito. Aún puedo sentirte a ti y a las palabras de nuestra historia. Pero en este espacio
infinito entre las palabras es dónde me estoy encontrando a mí misma. Es un lugar que no
existe en el plano físico. Es dónde está todo lo demás”

Por reflexiones como estas, el guión de Her merece todos los elogios posibles. De la
música mejor ni hablamos, la secuencia de Joaquin Phoenix con “The moon song” de
fondo (impagable el momento ukelele), es la infinita esencia de la vida, el máximo
momento de la efervescente y efímera felicidad.

Joaquin Phoenix consigue uno de los mejores papeles de su carrera. Cambia la cara
malvada de "Gladiator" y el registro atormentado de "En la cuerda floja" para robarnos el
corazón con su personalidad. El bigote, unas dulces palabras y una tímida mirada bajo a
unas gafas, logran que nos acerquemos mucho a él. Hay intimidad y melancolía con su
personaje y se nota con creces. En una palabra, “entrañable”

Fabulosa interpretación de Scarlett Johansson. No sale ni un minuto en pantalla y hacer


su mejor papel desde "Lost in Traslation". Por cierto, hay ciertos planos de la ciudad de
Los ángeles desde la ventana que evocan un poco la atmósfera de aquella cinta. Scarlett
es otra metáfora de lo que es real y no real. ¿Es necesario que un actor salga en pantalla
para hacer un buen papel? Pues queda claro que no, su preciosa, sugerente y sexy voz
hacen que nos la imaginemos a cada momento. Fantástica la conexión de la actriz con su
personaje.

Amy Adams a pesar de que tiene un pequeño papel, he de decir que me ha gustado más
que en "La Gran Estafa Americana". Esta chica siempre raya a un nivel muy alto. La
verdadera amistad que tiene con Theodore y el apoyo que le brinda se palpa en sus
conversaciones. Una adorable interpretación que se cierra en un precioso plano final. Dos
seres melancólicos, solitarios y heridos, se acurrucan en lo alto de un rascacielos mirando
al horizonte. Ya se han encontrado a sí mismos, ya han perdonado a su pasado y por fin
pueden mirar al futuro.

En un año marcado por Hobbits, astronautas, latigazos, estafadores setenteros y


ejecutivos avariciosos de Wall Street, se cuela por la puerta de atrás una bocanada de
aire fresco, un canto a la soledad (y a cómo superarla) llamado Her.

Solo Ádele y La Gran Belleza pueden toser a esta maravillosa cinta

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Lectura 2

Crítica de 'Her' de Spike Jonze


UNA PAJA CON JOAQUIN PHOENIX
01 Marzo 2014 9:48 · Daniel Gavilán
Crítica de 'Her', el último onanismo de Spike Jonze:

Dice la creencia popular que no hay nada más hermoso que estar enamorado. Pero
también, que no hay nada que provoque más bochorno y empalago que soportar a
una pareja cuando se encuentran en esa fase del “Cuanto te quiero”.

En ambos puntos radica el encanto y el exceso de 'Her', nueva película con la que
el dios eros de los videoclips Spike Jonze explora las relaciones humanas del siglo
XXI, y como la tecnología ha cambiado la forma de expresar nuestros sentimientos.
Llegando con una semana de retraso a San Valantín, 'Her' nos traslada a un futuro
cercano, para presentarnos a un solitario Joaquin Phoenix que se gana la vida
poniendo sentimiento a cartas ajenas (a pesar de que en su casa no le espera más
compañía que la de su tupido bigote y un videojuego respondón).

La vida de su personaje cambia cuando se adquiere un nuevo modelo de sistema


operativo inteligente programado para adaptarse al usuario, lanzándose a la
piscina de la búsqueda de sentimientos artificiales para mitigar la soledad del hombre
contemporáneo.

En su defensa hay que decir que la maquinita tiene la voz de una Scarlett
Johansson a la que nunca llegamos a ver, y que la situación que plantea no esta muy
lejos de la que vivimos en la actualidad (cada vez más ajenos a las personas con las
que compartimos espacio, y más pendientes de nuestros móviles y pantallas
táctiles).

'Her' lo tiene todo para ser una inteligente instantánea de la exaltación de el 'yo' de
estos días en los que los que el miedo y la insatisfacción en nuestras relaciones nos
empuja a la comodidad del calor virtual.

Sin embargo la película cuenta con el lastre de quererse demasiado a si misma,


difuminando las posibilidades de su punto de partida a costa de un festival Joaquin
Phoenix bailando, tocándose o poniendo la misma cara acelga que en el póster,
mientras suelta chistes de pena y la Johansson hace como que se ríe.

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Porque seamos francos, a todos nos gustaría conocer a la persona de nuestros
sueños, ya fuera alta, baja o un ordenador de sobremesa. Pero de ahí a forzar a
alguien a querer ser testigo delespectáculo de arrumacos y algodón de azúcar que
tengamos con nuestra pareja, hay un trecho en el que salimos del amor y nos
adentramos en el territorio sadismo.

Aunque mejor planteémoslo de otra manera: Casi todos pasamos más tiempo de la
cuenta con nuestro ordenador. ¿Obligaríais a alguien a contemplaros mientras
disfrutáis de vosotros mismos al frente de la pantalla de plasma?

Una combinación entre ambas es lo que nos ofrece 'Her' con sus dos horas de
Phoenix haciendo el monguer como lo podríamos hacer cualquiera en una semana
tonta delante del ordenador. Lo suyo tiene más glamour, porque en lugar de hablar
con la gente a través de Facebook u otras redes sociales, lo hace con un emulador
virtual con la voz de la tía más atractiva de Hollywood.

Sin embargo, da la sensación de que la nueva película de Spike Jonze se muestra


excesivamente complaciente con la premisa que propone, y que a 'Her' le faltan
muchas, muchas dosis de crítica e ironía (o una buena hostia, que dirían en mi
pueblo) entre las torrenciales cantidades de almíbar que hay entre el hipster del bigote
y Samantha.

Y es que aunque todos nos hemos sentido solos en alguna etapa de nuestras vidas y
a la película no le falta inteligencia a la hora de explorar las nuevas formas con las
que expresamos nuestros sentimientos en la nueva sociedad tecnología, se mueve en
una frontera peligrosa entre el retrato y un festejo onanista rematadamente repelente
y hipster.

Quizás haya empatizado más de la cuenta con la postura del personaje de Rooney
Mara, pero que ente películas sobre la caída de la economía occidental, hijos
desaparecidos y las víctimas de la industria farmacéutica se otorgue tanta gravedad
a la historia de amor de un tipo con su ordenador sería preocupante si no tuviese
tantos momentos involuntariamente cómicos.

Desde la ninfomanía de cierto personaje hasta un final en el que se hecha en falta un


Leonidas que arroje de un puntapié a Phoenix y la pelijosa de Amy Adams de la
azotea para que dejen de poner caras mustias, a 'Her' le falta mordiente o le sobra
metraje, fallando en su intento de convertirse en la ciencia ficción romántica del siglo
XXI para quedarse a un paso de ser unareivindicación del autismo social y una

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forma de amor unidireccional y egoísta. Aunque en su defensa ¿qué relación
sentimental no lo es?

Pero entremos en terrero de SPOILERS y proclamemos a los cuatro vientos ¿de que
va 'Her'? Se nos ocurren tres posibilidades:
1. Joaquin Phoenix es el Enjuto Mojamuto definitivo pero sin gracia. Una
validación de nuestra lúbrica relación con ese objeto de deseo en comparte
todos nuestros historiales de conversación, nuestros secretos más íntimos y
nuestro pr0n. Le dan de alta, le absorbe la vida con tal subidón que hasta se
toca y se hunde en la depresión más miserable cuando le cortan la línea
2. 'Her' es una nueva forma de sexo virtual entre el espectador y Joaquin Phoenix
(siendo la voz de Scarlett Johansson un mero intermediario). El tipo esta triste
hasta que comienza la película y emprende una relación virtual. Se dedica a
jugar a videojuegos, tocarse o hacer el “amor es una forma socialmente
aceptada de locura” mientras somos nosotros los que miramos a través del “ojo
de la webcam” y -al final- se pone triste cuando termina la película y nos
vamos.
3. 'Her' es la historia de un tío tan triste tan triste, que se enrolla con su ordenador
y este lo deja. No es mi programación, es que eres un plasta, tío.

Lectura 3

David Morley: Privatizar lo público: el coche, el walkman y el teléfono móvil

Zygmunt Bauman: Amor líquido

Ejercicio:

Elabora tu propia versión de Her

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