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4.- La teoría cuántica.

- Es una teoría física basada en la utilización del concepto de


unidad cuántica para describir las propiedades dinámicas de las partículas
subatómicas y las interacciones entre la materia y la radiación. Bajo esta premisa se
ha construido el que es uno de los pilares fundamentales de la física.

Antes de la teoría cuántica, las leyes de cómo se comportaban los cuerpos en


movimiento se basaba en la mecánica newtoniana. Sin embargo, a finales del siglo
XIX se dieron importantes descubrimientos que explicaban mejor el mundo que nos
rodea. Y también, como consecuencia, arrojaron más preguntas sobre el porqué de las
cosas.

Origen de la teoría cuántica.- El físico alemán Max Planck fue el primero en hablar
sobre ella en 1900. Postuló que la materia solo puede emitir o absorber energía en
pequeñas cantidades llamadas cuantos. Por otro lado, el físico Werner Heisenberg,
desarrolló el principio de incertidumbre, que sería clave para entender mejor el mundo
subatómico.

Esta fue su gran aportación a la ciencia en el siglo XX. Ofreció una nueva visión más
amplia sobre la estructura de la materia y sirvió de base para la comprensión de la
estructura atómica.

Para la teoría cuántica no deja de ser una teoría que, a pesar de haber servido para
explicar muchos fenómenos, también tiene sus errores. Es lo que trató de explicar la
paradoja EPR, postulada por el mismísimo Eisntein junto a Boris Podolsky y Nathan
Rosen. Estos tres científicos explicaron a través del entrelazamiento cuántico cómo la
teoría cuántica era errónea. Este experimento, que no deja de ser otro planteamiento
teórico, afirma que puedes conocer el posicionamiento de la otra partícula.

5.- Descubrimiento de electrones, protones y neutrones.- Los griegos, hace


más de 2000 años, descubrieron que al frotar una varilla de ámbar con una tela,
aquella atraía polvo o plumas ligeras. Dos varillas de ámbares frotados se repelían
entre sí, pero eran atraídas por una varilla de vidrio frotada con seda.

Otto Von Guericke, en el siglo XVII, encontró que al frotar una piedra de azufre con la
mano, adquiría la propiedad de atraer trozos de papel y ocasionalmente despedía
chispas. A este fenómeno, Guericke le dio el nombre de electricidad.

En el año 1897, el físico inglés Joseph J. Thompson estudió el comportamiento y los


efectos de los rayos catódicos. En sus experimentaciones observó que cuando en un
tubo de vidrio que tiene dos electrodos metálicos conectados a una fuente de alto
voltaje (de 2000 a 10000 V) y donde se ha hecho el vacío (aproximadamente 0,001
mm Hg), al producirse una descarga se aprecia una luminosidad o fluorescencia
verdosa en la pared localizada frente al cátodo, que los investigadores supusieron que
era debida a la existencia de unos rayos procedentes del electrodo negativo, que
llamaron rayos catódicos.

Según las observaciones de Thomson, los rayos catódicos:

 Son invisibles y se propagan en línea recta.


 Se pueden observar por su efecto sobre pantallas fluorescentes.
 Son desviados por campos eléctricos hacia la zona positiva.
 Producen efectos mecánicos, térmicos, químicos y luminosos.

Experimento de Rutherford.- El experimento de Rutherford, también llamado


experimento de la lámina de oro, fue realizado por Hans Geiger y Ernest Marsden en
1909, y publicado en 1911 bajo la dirección de Ernest Rutherford en los Laboratorios
de Física de la Universidad de Manchester. Los resultados obtenidos y el posterior
análisis tuvieron como consecuencia la rectificación del modelo atómico de Thomson
(modelo atómico del pudin con pasas) y la propuesta de un modelo nuclear para el
átomo. El experimento consistió en bombardear con un haz de partículas alfa una fina
lámina de oro y observar cómo las láminas de diferentes metales afectaban a la
trayectoria de dichos rayos.

Las partículas alfa se obtenían de la desintegración de una sustancia radiactiva, el


polonio. Para obtener un fino haz se colocó el polonio en una caja de plomo, el plomo
detiene todas las partículas, menos las que salen por un pequeño orificio practicado en
la caja. Perpendicular a la trayectoria del haz se interponía la lámina de metal. Y, para
la detección de trayectoria de las partículas, se empleó una pantalla con sulfuro de
zinc que produce pequeños destellos cada vez que una partícula alfa choca con él.
Según el modelo de Thomson, las partículas alfa atravesarían la lámina metálica sin
desviarse demasiado de su trayectoria:

Pero se observó que un pequeño porcentaje de partículas se desviaban hacia la


fuente de polonio, aproximadamente una de cada 8.000 partícula al utilizar una
finísima lámina de oro con unos 200 átomos de espesor. En palabras de Rutherford
ese resultado era "tan sorprendente como si le disparases balas de cañón a una hoja
de papel y rebotasen hacia ti". Rutherford concluyó que el hecho de que la mayoría de
las partículas atravesaran la hoja metálica, indica que gran parte del átomo está vacío,
que la desviación de las partículas alfa indica que el deflector y las partículas poseen
carga positiva, pues la desviación siempre es dispersa. Y el rebote de las partículas
alfa indica un encuentro directo con una zona fuertemente positiva del átomo y a la vez
muy densa.

El modelo atómico de Rutherford mantenía el planteamiento de Thomson, de que los


átomos poseen electrones, pero su explicación sostenía que todo átomo estaba
formado por un núcleo y una corteza. El núcleo debía tener carga positiva, un radio
muy pequeño y en él se concentraba casi toda la masa del átomo. La corteza estaría
formada por una nube de electrones que orbitan alrededor del núcleo. Según
Rutherford, las órbitas de los electrones no estaban muy bien definidas y formaban
una estructura compleja alrededor del núcleo, dándole un tamaño y forma indefinida.
También calculó que el radio del átomo, según los resultados del experimento, era
diez mil veces mayor que el núcleo mismo, lo que implicaba un gran espacio vacío en
el átomo.

Rayos canales.- Hasta el descubrimiento del electrón, no tenía sentido buscar una
partícula subatómica positiva, pero de hecho el protón podía haberse descubierto
antes que el electrón, puesto que el físico alemán Eugen Goldstein (1850-1931), al
estudiar los rayos catódicos, observó en 1886, que empleando un tubo de rayos
catódicos modificado, con el cátodo perforado, pasaban unos rayos catódicos y podían
ser estudiados en su avance hacia una pantalla, situada detrás del cátodo, y en la cual
producían una fluorescencia característica. Los denominó rayos canales. En 1895 el
francés Jean Perrin (1870-1942) demostró que los rayos canales consistían en
partículas del gas dentro del tubo, cargadas positivamente, debido a que los rayos
catódicos las ionizaban al extraerles electrones. Estas partículas positivas sufrían
desviaciones hacia la placa negativa de un campo eléctrico externo al que podían ser
sometidos. A estos rayos J.J. Thomson les dio, en 1907, el nombre de rayos positivos.
Los rayos canales o positivos están pues constituidos por iones positivos y dependen
del gas encerrado en el tubo. Si el gas es hidrógeno, la relación carga/masa es la
mayor de todas las encontradas para los rayos positivos, lo cual sugirió que el ion
positivo del átomo de hidrógeno era otra partícula subatómica:el protón, denominado
asé por Ernest Rutherford en 1914. La masa del protón es 1836 veces mayor que la
del electrón, siendo su carga igual pero de signo contrario.

Descubrimiento del neutrón.- Persistía un problema relacionado con el núcleo


atómico: los núcleos eran muy pesados. Los núcleos de helio tenían el doble de carga
que un protón pero 4 veces su masa. Por un tiempo los científicos se preguntaron si
los núcleos de helio contenían 4 protones y 2 electrones. Entonces, en 1932,
Chadwick descubrió el neutrón lanzando partículas veloces contra núcleos estáticos
que permitieron detectar y aislar los neutrones y fue cuando se comprendió que los
núcleos de helio contenían 2 protones, 2 neutrones y ningún electrón. Una forma de
fuerza nuclear ("la fuerza nuclear débil") controlaba la relación entre neutrones y
protones.

La existencia de las partículas subatómicas denominadas neutrones ya había sido


predicha y aceptada con anterioridad, pero el hecho de que no tuvieran carga eléctrica
hacía bastante difícil su detección efectiva.

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