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Significado de Cristianismo

Qué es el Cristianismo:
El cristianismo es una de las tres religiones monoteístas que existen en el mundo
hoy en día. Tiene como base y fundamento las enseñanzas de Jesús de Nazaret,
llamado también Jesucristo, a quien se le considera el mesías anunciado en el
Antiguo Testamento, es decir, en la tradición religiosa judía.

El cristianismo es actualmente una de las religiones más difundidas en el mundo.


En el año 2015 contabilizaba más de dos billones de seguidores.

Las mayores iglesias y tendencias cristianas se dividen en:

 la Iglesia católica romana o catolicismo;


 la Iglesia ortodoxa o Iglesia de Oriente;
 la Iglesia anglicana o anglicanismo;
 los Protestantes o protestantismo:
o Luteranos,
o Presbiterianos,
o Calvinistas,
o Evangélicos libres y otros.
Ver también Características del cristianismo.
Historia y origen del cristianismo
El cristianismo como doctrina se basa en la vida y enseñanzas de Jesús de Nazaret,
a quien se considera el mesías, salvador e Hijo de Dios Padre.

El cristianismo tiene como libro sagrado la Biblia, compuesta por el Antiguo


Testamento, que reune los libros de la tradición religiosa judía, y el Nuevo
Testamento, que contiene la vida y enseñanzas de Jesús, los hechos de los
apóstoles y las cartas pastorales de los primeros cristianos. Las enseñanzas del
Nuevo Testamento son casi exclusivas de la religión cristiana.
Se puede decir que, como religión, el cristianismo comienza a estructurarse a partir
de la muerte y resurrección de Jesús, cuando los apóstoles toman conciencia de
las enseñanzas recibidas y deciden proclamar el evangelio de manera organizada.

Vea también:

 Antiguo Testamento.
 Nuevo Testamento.
Oficialización de la religión cristiana
Al igual que el judaísmo, el carácter monoteísta del cristianismo era intolerante al
paganismo romano, pero a diferencia de la religión judía, el cristianismo era
proselitista, lo que lo convirtió en blanco de una cruenta persecución por parte del
imperio. Este período se conoce como paleocristianismo o cristianismo
primitivo.
Sin embargo, la adhesión a la nueva religión fue en aumento hasta ser
incontenible. En el año 313 d.de C., el emperador Constantino I, promulgó
el edicto de Milán, en la cual se establecía la libertad de culto, lo que acabó con
las persecuciones contra los cristianos y el ingreso del cristianismo en la corte
bizantina.
El ingreso del cristianismo a la corte implicó la necesidad de unificar la doctrina,
tarea que se emprendido por medio de una serie de concilios. Así, la resurrección
de Jesús y su divinidad será uno de los puntos discutidos por las autoridades.

Será con el edicto de Tesalónica promulgado por Teodosio en el año 380 d.C.
que el cristianismo se establece formalmente como religión oficial del imperio
romano.
Concilios de la Iglesia Cristiana
El nacimiento del cristianismo condujo a varias corrientes para la interpretación del
nacimiento, vida y muerte de Jesús. Estas dieron lugar a numerosos concilios,
incluso anteriores a la oficialización del cristianismo como religión del Imperio
romano.
Tras la entrada del cristianismo en la corte bizantina, tuvo lugar el Concilio de
Nicea, el primero celebrado por Constantino. Se realizó en el año 325 a. de C. y
de él surgió el llamado Credo niceno.
Junto al Concilio de Constantinopla en el año 381 a.de C., se estableció como
dogma la doble naturaleza divina y humana de Jesús y la existencia de la Trinidad
que declaraba la comunión de Dios Padre, Dios Hijo y el Espíritu Santo.
Con esta resolución, se aprueba el credo de Atanasio y se condena
el arrianismo por herejía, ya que Arrio (256-336) y sus seguidores, a pesar de
creer en Jesús como mesías, afirmaban que Jesús y Dios no eran equiparables,
recusando el concepto de Trinidad.

Muchos otros concilios se dieron después de estos. Pero en ese proceso de casi mil
años, el cristianismo fue dividiéndose como consecuencia de las divergencias
dogmáticas.

Primer cisma de la Iglesia cristiana


La primera separación oficial de la Iglesia cristiana ocurre en el año 1054, cuando
León IX y Miguel Cerulio, representante de la Iglesia Oriental, entran en conflicto
por la definición de poderes que ya estaba en la mesa.

La sede en Constantinopla provoca el cisma de 1054 en el cual todas las iglesias


bajo la jurisdicción de Roma se separan de ella dividiéndose en la Iglesia Católica
Apostólica Romana y la Iglesia Ortodoxa.

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