Pr.

Luis Valdera Cáceres

Dos pecadores Dos actitudes Dos resultados

DOS PECADORES DOS ACTITUDES DOS RESULTADOS

LUCAS 7:36-50

INTRODUCCION

Esta porción del evangelio de Lucas, contiene la narración de algo interesante que sucedió
mientras Jesús almorzaba en la casa de un Fariseo llamado Simón que lo había invitado
almorzar.

En el pasaje vemos la manera como el señor Jesucristo, establece un gran contraste entre la
actitud de un pecador arrepentido, y un pecador que practicaba la auto justificación.

Es necesario que estudiemos cuidadosamente este pasaje, porque a nuestro alrededor

podríamos encontrar muchas personas que están cometiendo el grave error de la auto
justificación.

Así que estudiemos el pasaje desarrollando tres grandes enseñanzas que contiene, las cuales
indicamos a continuación:

I. DOS PECADORES
II. DOS ACTITUDES
III. DOS RESULTADOS

I. DOS PECADORES

A. SIMON EL FARISEO, Lc. 7:36, “36Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con
él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa”

1. Simón era un religioso de la secta de los Fariseos, y de la clase alta de Palestina, que
invitó a Jesús a compartir un almuerzo en su casa.

2. Jesús aceptaba compartir con todo tipo de personas que desearan reunirse con él, sin
importar la clase social, o la religión a la que pertenecieran, nadie era excluido de su
atención y su amor.

3. La mayoría de las casas de los ricos se construían alrededor de un patio abierto, tipo
patio tipo español, cuando el invitado era un rabino permitían la presencia del público
en el patio, para que escucharan las disertaciones.

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B. UNA PROSTITUTA, Lc. 7:37, “37Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora,
al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo…”

1. El texto dice que esta mujer era una pecadora, para indicar que era una mujer ramera
o que practicaba la prostitución.

2. Las mujeres reconocidas como prostitutas eran rechazadas por la sociedad judía, y
en especial por los círculos religiosos.

3. Habían actividades sociales en que la presencia de mujeres prostitutas reconocidas

no eran permitidas.

II. DOS ACTITUDES

A. ELLA SINTIO LA NECESIDAD DE PERDON, “…trajo un frasco de alabastro con

perfume; 38y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con
lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía
con el perfume

1. Esta mujer reconocía que era pecadora. Se sentía impura, perdida, condenada. La
culpa de su pecado era más de lo que podía soportar. Ella tenía una desesperada
necesidad. Anhelaba ser perdonada y limpiada.

2. Había una sola cosa que podía hacer a esta mujer prostituta entrar a la casa de un
fariseo, era su desesperación por el pecado. Ella fue presa de un profundo sentido de
perdición y desesperanza.

3. Pero ella había escuchado que Jesús hablaba del amor y la misericordia de Dios,
Marcos 1:14-15.

a. El llamado de Jesús a hombres y mujeres al arrepentimiento y prepararse para el

reino de Dios, le había inquietado.

b. Así que al saber que Jesús estaba en ese lugar, sintió que había esperanza para
ella, y su esperanza se convirtió en fe.

4. Ella sabía que podía ser rechazada por la gente, y sacada por el Fariseo del patio de
su casa, sabía que el público se mofaría de ella, pero a pesar de todo se acercó al
Señor.

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5. Y antes de que alguien pudiera detenerla se apresuró a llegar donde estaba Jesús, se
detuvo detrás suyo a sus pies, y en completa humildad ella se rindió al Señor.

6. Parada allí y compungida cayó a los pies de Jesús, con tanto quebrantamiento de
corazón que sus ojos vertían abundantes lágrimas.

Entonces desató su cabello, secó y besó los pies de Jesús, y derramo el ungüento
sobre los pies de Jesús. Pocas veces durante su ministerio alguien demostró tanto
amor y devoción a Jesús.

7. Soltarse los cabellos para secar los pies de un hombre era algo que una mujer no
hacía en público. Ella estaba tan desesperada que ignoró totalmente a las personas
presentes.

8. El asunto es, que ella estaba rindiendo su corazón y su vida al Señor, rogándole su
perdón. Ella estaba tan quebrantada que no podía hablar, pero Jesús conocía su
corazón, las palabras no eran necesarias.

B. EL SE AUTOJUSTIFICABA, Lc. 7:39, “39Cuando vio esto el fariseo que le había

convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer
es la que le toca, que es pecadora”

1. Aquí vemos la actitud del que se auto justifica, este hombre se consideraba mejor que
las demás personas, y en especial mejor que la mujer pecadora, por lo tanto nunca
permitiría ser tocado por ella. La mantendría a distancia, la ignoraría, trataría de no
tener nada que ver con ella

2. Consideraba que su propio juicio, opiniones y comportamiento eran mejores que los
de otros. Esperaba que Jesús juzgara y actuara como Él. Pensaba que Jesús debía
rechazar esa mujer.

3. Como él consideraba bueno, no sentía necesidad de arrepentimiento y perdón. En dos

áreas se creía suficientemente bueno.

a. Se creía suficientemente bueno en la religión, era un fariseo, un hombre que se

había dedicado a practicar la religión.

b. Se creía suficientemente bueno en su conducta, entendía que era un hombre de

buen comportamiento, respetado, decente y moral, por eso creía que no había
hecho nada que necesitara perdón.

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C. TODOS SOMOS PECADORES

1. La Biblia enseña que todos los hombres, no importa la raza, la nacionalidad, el color
de la piel, o la clase social, todos tenemos una cosa en común, somos pecadores.
Ro. 5:12.

2. Todos tenemos una naturaleza caída y pecaminosa, y todos tenemos la materia prima
o el potencial para hacer lo que otros hacen, que consideramos lo peor, Romanos
1:28-32.

3. Todos estamos sometidos a la presión de los deseos pecaminosos de la carne Gálatas

5:19-22.

La condenación de todos los hombres por la presencia del pecado en nosotros, fue
la razón por la que Cristo tuvo que venir al mundo, 1 Ti. 1:15.

III. DOS RESULTADOS

A. UNA PREGUNTA DE REFLEXION, Lc. 7:40, “40Entonces respondiendo Jesús, le dijo:

Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. 41Un acreedor tenía dos
deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; 42y no teniendo
ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más?
43Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo:

Rectamente has juzgado”

1. Jesús relató una parábola sobre dos deudores que ilustra las dos actitudes, y le hizo
al fariseo una pregunta punzante:

2. Jesús dijo al Fariseo que tenía algo que decirle que requería su atención. Toda
persona autosuficiente necesitan escuchar atentamente a Jesús

3. Jesús aquí quiere hace saber al Fariseo que más que profeta Jesús era el Hijo de
Dios, y que conocía sus pensamientos, Simón en ningún momento dijo algo,
solamente había pensado “para si”, lo de la mujer.

Jesús quería mostrarle al Fariseo, que conoce la verdad de cada pensamiento en el

interior del hombre.

B. ELLA FUE PERDONADA Y EL PERMANECIO EN SUS PECADOS, Lc. 7:44-48, “44Y

vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste
agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado
con sus cabellos. 45No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de
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besar mis pies. 46No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume
mis pies. 47Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque
amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. 48Y a ella le dijo: Tus
pecados te son perdonados”

1. Ella fue perdonada porque reconoció que tenia muchos pecados, ella arrepentida
entendió que necesitaba mucho perdón, por eso ella amó mucho a Jesús, ella rindió
su vida a Jesús en adoración con humildad, ella ungió los pies de Jesús en un acto
de suprema devoción, amor y entrega. Ella con respeto y reverencia entrego la más
preciosa de sus posesiones, ilustrando que entregaba su vida al señor.

2. Ella demostró lo que un pecador tiene que hacer al venir a Jesús, venir con una actitud
de arrepentimiento, sintiendo la necesidad del perdón de Dios, Salmo 51:1-4.

3. Él no fue perdonado porque actuó con un espíritu de auto justificación, entendía que
no tenía pecados, no sentía ninguna necesidad de arrepentimiento y perdón, por lo
tanto amo poco a Jesús

La persona que viene a Cristo, tiene que venir con un corazón contrito y humillado,
Sal. 34:18.

C. LA NECESIDAD DE QUIEN SE AUTOJUSTIFICA

1. Mire lo que Jesús le preguntó a Simón” Simón: ¿Ves a esta mujer?”. La pregunta
implica que la mujer arrepentida tenía mucho que enseñarle. Quien se auto justifica
tiene la necesidad de ver a Jesús como lo ve el arrepentido.

2. Ella vio a Jesús como el único que podía ayudarla en su culpabilidad y angustia por el
pecado. Pero Simón vio a Jesús como un simple maestro.

3. Ella vio a Jesús como el redentor espiritual prometido, el hijo de Dios, el que merece
toda adoración, todo respeto y reverencia. Pero Simón vio a Jesús como un simple
invitado, que no merecía ninguna honra y distinción:

a) No le ofreció agua para que lavara sus polvorientos pies calzados con sandalias.
b) No le beso, que era el saludo afectuoso entre amigos
c) No le ofreció el aceite que se daba a los huéspedes distinguidos, para refrescarse
después de viajar al calor del sol

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4. Ella se acercó a Jesús con un sentido de indignidad y compungida de corazón por

causa de su pecado. Pero Simón se acercó a Jesús con un espíritu altivo de
autosuficiencia y de justicia propia

5. Ella vio a Jesús como el único que podía suplir las necesidades del corazón humano;
quien debía ser adorado con el corazón humilde y quebrantado. el único con poder de
perdonar pecados y aceptar a los hombres. Esto era algo que debía aprender el
autosuficiente

6. La mujer arrepentida rindió su vida a Jesús, y le ofrendo lo más preciado que tenía
para ungir sus pies. Esto era algo que tenía que aprender el autosuficiente.

D. A LOS QUE NO LE CONOCIAN, JESUS LES MOSTRO QUE ERA DIOS, Lc. 7:49, “49Y
los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí:
¿Quién es éste, que también perdona pecados?”

1. Jesús demostró a los presentes que tiene poder para perdonar pecados, como se
establece en Hch. 5:30-31.

2. Jesús demostró que no importa la cantidad de pecados que una persona haya
cometido, ni cuan graves sean, Dios es lo suficientemente rico en gracia y misericordia
para perdonar, la persona solo tiene que sentir arrepentimiento, pedirle perdón a Dios,
y estar dispuesto abandonar el pecado, Isaías 55:7.
E. ELLA RECIBIO LA PAZ DEL PERDON DE DIOS EN SU CORAZON, Lc. 7:50, “50Pero
él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz”

1. La mujer vino a Jesús con un insoportable peso de culpabilidad en su corazón,

angustiada, con sentido de impureza, de condenación, y con una desesperada
necesidad de perdón. Anhelaba ser perdonada, limpiada y liberada de la culpa del
pecado. Pero ahora ella sentía la paz del perdón de Dios, Salmo 32:1-5.

2. Antes se sentía en enemistad y en distanciamiento espiritual con Dios por causa de

su pecado. Pero después del perdón se sentía reconciliada con Dios, Romanos 5:1.

3. Ella tenía seguridad del perdón porque vino a la persona correcta, al señor Jesucristo,
1 Juan 1:7.

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CONCLUSION Y APLICACIÓN PERSONAL

Hermanos y amigos concluyamos este mensaje aplicando a nuestras vidas los principios y
enseñanzas que Dios nos ha mostrado en el pasaje:

1. La autosuficiencia minimiza su pecado, piensa que solo necesita un pequeño perdón; por
eso el auto suficiente amo poco a Jesucristo.

2. El autosuficiente solo tiene una relación informal, fría y distante con Jesucristo, la mesa de
la comida es el único lugar donde muchas personas se acuerdan de Jesucristo.

3. El autosuficiente es ciego a la condición pecaminosa del hombre. Tiene escaso sentido de

la necesidad de la gracia y la misericordia de Dios. Es ciego a la soberana majestad y
persona de Jesucristo. Honra escasamente a Jesucristo. No está dispuesto a sacrificar algo
por Jesucristo.

4. Dejemos de ver a Jesucristo como un gran maestro, él también es la única vía por la cual
podemos llegar a ser perdonados, él fue quien murió en la cruz para pagar con su muerte
la culpa de nuestros pecados

5. Jesús no pasó por alto los pecados de esta mujer ni la gravedad de los mismos, después
de todos los pecados de ella, y los de cada uno de nosotros fueron el motivo por el cual él
vino a morir en la cruz, Jesús sencillamente perdonó los pecados de la mujer, así como
desea perdonar tus pecados.

6. Jesucristo vino a buscar a los perdidos, pero el busca personas que reconocen su pecado,
y que con un corazón arrepentido desean ser perdonados, desean sentir la paz del perdón
de Dios, y desean ser transformados por Cristo.

7. Amigo entréguele ahora su vida a Jesucristo para que él haga en usted su obra de
salvación.

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