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EL PACTO EN LA CREACIÓN

El Pacto (Intro)..............................................................................................2
Introducción al Pacto.......................................................................................2
Concepto de Pacto..........................................................................................3
El Pacto en la Creación...................................................................................5
El Pacto en la Creación (Intro)..........................................................................5
Elementos del Pacto en la Creación...................................................................5
A. Soberanía...............................................................................................5
B. Sustento.................................................................................................6
C. Relación.................................................................................................6
D. Responsabilidad......................................................................................6
E. Bendiciones y maldiciones.........................................................................7
Mandatos Del Pacto........................................................................................8
El mandato cultural.........................................................................................8
O mandato social............................................................................................9
El Mandato Espiritual.....................................................................................10
La trasgresión del Pacto y sus consecuencias....................................................12
La trasgresión en el Edén (La Caída)............................................................12
Consecuencias de la Caída..........................................................................14
EL Pacto y la Redención................................................................................16
Continuidad del Pacto....................................................................................16
Cristo como Mediador....................................................................................17
El Desafío de la Nueva Creación (Final)........................................................19
El Reino de Dios............................................................................................19
Agentes del Pacto (El Desafío!).......................................................................20
EL PACTO EN LA CREACIÓN - 2

EL PACTO (INTRO)

Introducción al Pacto
Un pacto es un acuerdo entre dos partes, un compromiso que implica ciertos deberes
y privilegios de uno para el otro.
Un pacto es la forma en que Dios tiene una relación con nosotros. Dios tomó la
soberana decisión de relacionarse con sus criaturas a través del establecimiento de un
Pacto.
Este Pacto fue establecido en la creación. Dios, como Rey Soberano de toda la
creación. Este tipo de pacto es ilustrado por los pactos del antiguo Oriente Próximo entre
conquistadores y conquistados, reyes y vasallos. En estos casos, los conquistados, cuando
entraban en pacto con los conquistadores, no tenían derecho de proponer nada en los
términos del pacto. Este tipo de pacto presupone la figura de una parte "soberana". Uno de
los lados tiene la ventaja del dominio y se propone a cumplir un determinado papel; el otro,
tiene también un papel para cumplir, y se somete a las exigencias pactuales. En el pacto
divino-humano encontramos la relación criador-criatura, Rey soberano-siervo. Pero la
diferencia fundamental entre los pactos humanos y el pacto divino-humano se encuentra en
la motivación del soberano Creador, que se propone crear y sustentar su creación,
estableciendo así un vínculo que, según la propia Escritura, solo puede ser un vínculo de
amor.
En Génesis 1.26-28 tenemos un tipo de pacto siendo establecido por Dios en la
misma creación.

26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y
señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo
animal que se arrastra sobre la tierra.
27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y
señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven
sobre la tierra.

Dios establece Su Pacto con la creación, comprometiéndose a cuidarla y sustentarla


con Su poder, soberanía y bondad.
Para cumplir de mejor manera este pacto Él coloca como gobernantes directos, en
medio de la creación, al hombre y a la mujer. Ellos son hechos de tal forma que representan
directamente al Señor Dios de la creación siendo imagen y semejanza de Él. Básicamente
podemos ver que el hombre y la mujer son imagen y semejanza del creador en por lo
menos, tres aspectos:

Caleb Fernández P.
EL PACTO EN LA CREACIÓN - 3

1. El hombre y la mujer fueron creados para tener dominio sobre la creación; Dios es Rey,
Él es quien domina toda la creación, sin embargo, Él coloca al hombre y a la mujer
juntos, como reyes para gobernarlo.
2. Así como Dios es una pluralidad de personas y un solo Dios (así se entiende la
declaración: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”), Él
crea al hombre a su imagen, es decir, macho y hembra. Una sola criatura, un solo ser y
dos géneros. No es simplemente macho y hembra como los otros animales, sino macho y
hembra a semejanza de Dios que siendo trino y uno, posee en si mismo una comunión
perfecta basada en el amor entre as tres personas de la trinidad.
3. El hombre es imagen y semejanza de Dios en su inteligencia, voluntad y emociones,
características de un ser personal, como vemos en el Génesis a Dios revelado.
Después de crear a los reyes que gobernaran la creación junto con Él, les da
mandatos al hombre y a la mujer, capacitándolos para cumplir y realizar plenamente tales
mandatos. Estos mandatos en tres áreas de relación: espiritual, social e cultural. El hombre
y la mujer deben gobernar la tierra en los parámetros del Rey.

Concepto de Pacto
El sustantivo pacto significa, "ajuste", "convención" o "contrato". Estos tres
sustantivos son también usados para definir el significado del sustantivo alianza. Diferentes
versiones de la Biblia utilizan los sustantivos pacto, alianza, acuerdo y arreglo para traducir
el sustantivo hebraico berith que aparece cerca de 290 veces en el Antiguo Testamento.
Para todos estos sinónimos la idea básica que encontramos es de unión entre dos partes, un
pacto o acuerdo bilateral. Pero, ¿que queremos decir cuando hablamos de acuerdo? ¿los
pactos bíblicos son "bilaterales", o sea, un acuerdo entre dos partes?.
No se puede negar que la idea de pacto traiga consigo, en su sentido mas natural, la
bilateralidad, o sea, que dos partes son participes en un pacto. Varios pactos se realizan
entre dos personas, naciones o grupos en la narración bíblica (ver Js 9.15; 1 Sm 20.16; 2
Sm 3.12-21; 5.1-3; 1 Rs 5.12); en ciertos casos un pacto es hecho para resolver una
disputa entre partes (Gn 21.22-32; 26.26-33; 31.43-54).
Cientos de veces el sustantivo aparece en el contexto de un pacto entre Dios y los
seres humanos. ¿Cómo, entonces, podemos entender la bilateralidad? ¿Un pacto implica
siempre igualdad entre las partes? Ciertamente que no.
Cuando hablamos de “dos en un pacto”, implica tan solamente en que dos partes
están participando, pero no necesariamente que exista la igualdad entre esas partes.
Por eso, a este tipo de pacto se le ha llamado de "unilateral" o sea, este pacto es iniciado
y garantizado por Dios en todos sus términos. Por lo tanto, estamos hablando de un

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EL PACTO EN LA CREACIÓN - 4

pacto que no envuelve un acuerdo de dos partes, y en la cual no existe negociación de


derechos y obligaciones. En este sentido el pacto divino-humana es unilateral. Es un
compromiso hecho por la iniciativa de Dios con relación a su creación. El ser humano es un
receptor del Pacto divino. Esto es evidente cuando leemos en el texto de Génesis 17.2,
traducido al español como — "Pondré mi pacto entre mi y ti" — donde el verbo traducido
como "pondré" tiene por raíz en el hebreo el verbo "dar" (nathan). La fuerza del argumento
está en el hecho de que el verbo traducido por "pondré" en español representa la idea de
que es dado: Un pacto. El texto NO refleja un acuerdo de dos partes iguales, con los mismos
derechos.
Este tipo de pacto no es algo sin precedentes en la historia. Este es ilustrado por los
pactos del antiguo Oriente Próximo entre conquistadores y conquistados, reyes y vasallos.
En estos casos, los conquistados, cuando entraban en pacto con los conquistadores, no
tenían derecho de proponer nada en los términos del pacto. Este tipo de pacto presupone la
figura de una parte "soberana". Uno de los lados tiene la ventaja del dominio y se propone a
cumplir un determinado papel; el otro, tiene también un papel para cumplir, y se somete a
las exigencias pactuales. En el pacto divino-humano encontramos la relación criador-
criatura, Rey soberano-siervo.
La diferencia fundamental entre los pactos humanos y el pacto divino-humano se
encuentra en la motivación del soberano Creador, que se propone crear y sustentar su
creación, estableciendo así un vínculo que, según la propia Escritura, solo puede ser un
vínculo de amor.
El concepto de pacto, por lo tanto, es un concepto que debe ser entendido dentro de
los diversos contextos donde aparece. Varios significados del pacto son dados en los verbos
que acompañan al sustantivo. Por lo tanto, cuando se trata del pacto divino-humano se
puede decir que es un pacto con un vínculo/relación de amor, iniciado y
administrado por el Dios trino con su creación, representada por nuestros padres.

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EL PACTO EN LA CREACIÓN - 5

EL PACTO EN LA CREACIÓN

El Pacto en la Creación (Intro)


Partiendo del concepto de Pacto como alianza, lazo, vínculo y relación de amor,
iniciado y administrado por Dios, verificamos que hay un conjunto de elementos presentes
en la narración de la creación.
Destacamos, que Dios al crear, mantuvo una relación con su creación, no solamente
tenia el gobierno absoluto sobre ella, sino también mantenía todo lo que había criado. Y al
crear al ser humano, Dios lo creó a su "imagen y semejanza", con habilidades para
comunicarse y relacionarse. Dios también dio responsabilidades al ser humano, en las que
se encuentran sus obligaciones de cuidar y desarrollar lo que Dios había colocado en sus
manos. E así también instituyó las bendiciones y las posibles maldiciones de este pacto.

Elementos del Pacto en la Creación

A. Soberanía
Soberano, es aquel que ejerce el dominio sobre todas las cosas. Desde la declaración
inicial de la creación, Dios es claramente aquel que tiene el dominio, creando, ordenando,
separando, determinando y estableciendo la forma como la creación debería ser y
comportarse delante de Él. La forma como el Génesis relata la creación muestra al lector de
la narración que Dios no depende de ninguna causa, consejo o autoridad externa para
realizar su trabajo soberano. El texto simplemente presupone esta realidad: “En el principio
creo Dios los cielos y la tierra.”
El Creador llama a existencia los elementos, determina sus papeles y entonces la
realidad de su creación es verificada en la expresión “Y vio Dios todo lo que había hecho y
aquí que era bueno en gran manera” (Gn 1.31). Todo lo que Él hizo se encuadró
perfectamente en el papel para el cual fue creado.
El relato da creación en Génesis 1 e 2 no nos habla directamente de la motivación de
Dios para crear. Pero podemos decir que Dios creó todo como una manifestación de su ser.
Él es amor (1 Jn 4.8), y porque es amor, expresando lo que es, determinó crear todo lo que
existe.

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EL PACTO EN LA CREACIÓN - 6

B. Sustento
De la misma forma como creó, en su soberanía y poder, Dios también sustenta lo que
creó. Este es un factor fundamental del Pacto en la Creación. El pacto no depende de
elementos externos para sustentarse, ni tampoco del ser humano con quien Dios se
relaciona. Dios establece el pacto y lo sustenta. En el texto de Hebreos 1.3 la segunda
persona de la Trinidad, que es el resplandor de la gloria y la expresión exacta del Ser de
Dios, es quien sustenta “todas las cosas por la palabra de su poder.”

C. Relación
Además de la soberanía y del sustento, otro elemento fundamental en el concepto
bíblico del Pacto en la creación es el de relación.
Cuando Dios creó todas las cosas en el principio, Él se propuso a mantener una
relación con su creación, estableciendo así un vínculo. Un elemento esencial de esta relación
está en el hecho de que Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza. En esta
imagen y semejanza están incluidas las habilidades de comunicarse y relacionarse y sus
implicaciones tales como pensar, obedecer, discernir e poder optar. Dios, de forma original,
creó, al hombre y a la mujer diferentes del resto de toda la creación. Aunque el haya
“hablado” durante todo el proceso de creación, solo al ser humano es a quien se dirigía de
forma directa, verbal, bendiciéndolo y dándole responsabilidades
En esto Dios crea un vínculo, una relación, un lazo, o pacto, conforme a lo que ya
hablamos: “un vínculo o relación de amor, iniciado e administrado por el Dios trino
con su creación, representado por nuestros padres.” Aunque Dios no necesite de
compañía humana, Él por amor a Su creación determinó relacionarse con su creación.

D. Responsabilidad
El cuarto elemento fundamental de la perspectiva pactual en la creación es la
responsabilidad. Al crear al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, Dios los hace
responsables delante de las estipulaciones del pacto. Adán y Eva, que son creados para la
gloria de Dios y para una plena felicidad al cumplir el papel establecido por Él, deberían
relacionarse con total responsabilidad delante de su Creador. Por eso, ellos deberían cuidar
de la creación que el colocaba delante de ellos y a su disposición. Esto los hacia
responsables delante del Creador en el ejercicio de dominio e sujeción, en la relación con
sus iguales y también en su relación con Dios.

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EL PACTO EN LA CREACIÓN - 7

E. Bendiciones y maldiciones
Delante de esta responsabilidad, aparece casi naturalmente las bendiciones y
también la maldición pactual.
Bendiciones
La narración histórica de Génesis 1 nos muestra que, al criar el hombre (macho y
hembra) a su imagen y semejanza, Dios lo bendijo. El versículo 28 del capítulo 1 narra el
hecho:

Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread
en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la
tierra.

La bendición de Dios es expresa de forma imperativa. Dios no solamente bendice al


hombre con la fertilidad, sino que le ordena que, con esta bendición, cumpla su papel de
multiplicarse, de sujetar y dominar el resto de la creación. Por esto se habla del papel “vice-
gerencial” del ser humano como administrador de la creación.
Maldición
En Génesis 2.17 leemos:

... mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres,
ciertamente morirás.

La relación obediente de la criatura con su Creador resultaría en una vida plena. La


desobediencia traería consigo, lo opuesto a la vida — la muerte. La construcción de la
sentencia es enfática, siendo traducida como “ciertamente morirás.” La maldición, era algo
absoluto para aquellos que lo escucharían. La idea era que no exista ninguna sombra de
duda en cuanto a la consecuencia de la desobediencia.

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EL PACTO EN LA CREACIÓN - 8

MANDATOS DEL PACTO


El pacto como medio administrativo se afirma principalmente en tres áreas o
mandatos: espiritual, social e cultural. Cada uno de ellos refleja una área de relación en la
esfera del pacto en la creación: a) la relación Creador-criatura, b) casamiento, familia,
hogar, comunidad e c) individuo-sociedad.
Los tres mandatos reflejan la forma que el Creador estableció para que su creación
desarrollara su papel pleno y encontrara la satisfacción completa al cumplir su papel.
 Obedeciendo al Creador el ser humano estaría desarrollando su relación con Él y
siendo fiel al pacto. En esto el ser humano seria plenamente feliz y satisfecho.
 Desarrollando su relación familiar de forma adecuada, el hombre, la mujer y su
descendencia estarían obedeciendo y agradando a Dios, promoviendo su felicidad
mutua y contribuyendo para el desarrollo cultural. En esto serían plenamente
felices y satisfechos.
 Relacionándose correctamente con el mundo y la sociedad el individuo y la familia
estarían obedeciendo a Dios, cuidando de todo lo que Él les había dado como
encargo en el papel de vice-gerentes y promoviendo la vida pactual en todos los
limites del Reino de la creación. También en esto serían plenamente felices y
satisfechos.
Como se puede observar, esos mandatos están íntimamente relacionados y son
intrínsecamente dependientes uno del otro, haciendo parte del plan completo y perfecto de
Dios para a su creación y para su relación con la misma. Al vivir estos mandatos de forma
plena, el hombre estaría cumpliendo su objetivo principal: Glorificar a Dios!.

El mandato cultural
El mandato cultural fue instituido para que el hombre y la mujer ejerciten la autoridad
que Dios les había dado como reyes para gobernar el cosmos. Todas las formas de vida en
la tierra fueron, de forma específica, colocadas bajo supervisión de los vice-gerentes
humanos. Con esta responsabilidad, también tenemos el privilegio de usar las plantas, sus
frutos y sus semillas para mantener la vida y la energía para realizar las tareas reales. Sin
embargo, este mandato cultural con sus privilegios no nos da permiso para descuidar el
medio ambiente natural, ni ignorarlo, o usarlo de forma irresponsable o abusar de ella. El
mandato cultural nos da una base fuerte para tener un interés profundo por los problemas
ecológicos y el esfuerzo de protección ambiental.
Nosotros somos capaces de responder obedientemente al mandato cultural por ser
imagen y semejanza de Dios. Él, a través de este mandato, colocó a la humanidad en una

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EL PACTO EN LA CREACIÓN - 9

relación singular con el cosmos. En realidad, es una relación de gobernador sobre su


dominio cósmico. Y este gobierno implica trabajo que es tanto un privilegio real como
también una responsabilidad.
El tercer mandato, cultural, pude ser visto en los siguientes textos:

... y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en
todo animal que se arrastra sobre la tierra. (Gn 1.26).
... enchei a terra e sujeitai-a; dominai sobre os peixes do mar, sobre as aves dos céus e sobre
todo animal que rasteja pela terra (Gn 1.28).
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo
guardase. (Gn 2.15).

Según estos tres textos, el hombre creado por Dios tiene en sus manos las funciones
de dominio, sujeción y cultivo. En el contexto de la creación, esto implicaría mucho trabajo,
en las mas diversas áreas. El debería tomar tiempo para cultivar el suelo, ejercer el dominio
y, por consiguiente, gozar y disfrutar del trabajo de sus manos, todo esto en un ambiente de
plena armonía. Haciéndolo así, también estaría obedeciendo al Creador que lo había creado
y capacitado para tales cosas. Por lo tanto, el mandato cultural envuelve las áreas del
trabajo, política, enseñanza, tecnología, diversión, etc. El ser humano creado a imagen y
semejanza de Dios debería, en un cierto sentido, administrar la creación perfecta,
representar al Creador y hacer cumplir su soberana voluntad. De esta manera, el papel de
vice-gerente seria cumplido bajo las estipulaciones de vida y amor del pacto en la creación.

O mandato social
Este mandato fue dado porque Dios creó a la humanidad a su imagen y semejanza y
como hombre y mujer. La relación tenia que ser visto en igualdad delante de Dios. Sin
embargo, para cumplir el mandato, la mujer tenia que cumplir su papel decretado como
compañera idónea y madre cuidadora. El hombre tenia que cumplir su papel reconociendo a
la mujer como carne de su carne e hueso de su hueso. El tenia que trabajar junto a ella
como agentes reales pero también tenia que servir como cabeza, dejando a sus padres,
tomando a su mujer y uniéndose a ella; y así ellos podrían ser fructíferos como compañeros
casados en igualdad. Este mandato nos da la base divinamente ordenada para el
casamiento, para el pololeo, para la familia, las naciones, y la comunidad de todo el mundo.
El mandato social está claramente establecido en la narración de la creación, en los
siguientes textos:

Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread
en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la
tierra. (Gn 1.28).

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EL PACTO EN LA CREACIÓN - 10

La fecundidad y capacidad de multiplicación, dos bendiciones descritas en este


versículo, eran también ordenes directas del Creador para aquellos que fueron hechos a su
imagen y semejanza.

(...creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.– Gn
1.27).

Todo el contexto del capítulo dos (2.4-25), es una explicación de lo ocurrido en el


sexto día del relato de la creación, y nos enseña que el hombre y la mujer fueron creados
por Dios para apoyarse mutuamente, habiendo sido la mujer creada a partir del hombre. La
narración dice que Adán reconoció la mujer como habiendo sido hecha de su esencia.

(“hueso de mis huesos y carne de mi carne” – Gn 2.23),

Y el autor de la narración comenta que, por esta razón, el hombre debe dejar padre y
madre y unirse a su mujer, volviéndose los dos una sola carne (v. 24).

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola
carne.

El mandato social debería ser una relación de alianza a ser cultivado entre el hombre
y la mujer, ambos en el contexto del casamiento. De esta manera, en una relación íntima
con el Creador, el hombre y la mujer desarrollarían el mandato social.

El Mandato Espiritual
El tercer mandato es la expresión en forma de respuesta del ser humano a la relación
que Dios estableció entre Él mismo y los portadores de su imagen.
Primero, Dios creó al hombre y a la mujer en un estado de bondad, integridad y
libertad. Dios vio que todo lo que había hecho era muy bueno. El hombre y la mujer fueron
hechos de acuerdo con el propósito de Dios. Ellos eran completos; ningún aspecto adicional
se les iba sumando; ellos eran capaces de ser e hacer lo que Dios les pedía, lo que Dios les
ordenaba. Eran libres para vivir y actuar de acuerdo con la naturaleza y características que
Dios les había dado. El hombre y la mujer eran todo lo que Dios pretendía que fueran. Ellos
tenían todos los derechos, privilegios y bendiciones de la familia real de Dios. Fueron hechos
para ser hijos e hijas del Rey Soberano; deberían cumplir sus tareas reales para los cuales
fueron capacitados. De esta manera, no existía nada que los haga merecedores de algún
premio por desempeñar su papel.

Caleb Fernández P.
EL PACTO EN LA CREACIÓN - 11

Segundo, Dios pretendía que el hombre y la mujer permanecieran en relación íntima


y personal con Él. Dios quería la comunión con sus vice-gerentes. Dios quería que estuvieran
dispuestos a responder positivamente cuando Él lo deseaba. Dios se hizo inmediatamente,
directamente, personalmente e íntimamente disponible. Dios estableció el séptimo día como
un día de descanso, en el cual Él y la humanidad lo separaban semanalmente para
relacionarse en comunión íntima mediante un vínculo de vida y amor.
Tercero, Dios colocó delante del hombre y de la mujer, el privilegio de comer
libremente de todos los árboles del jardín y el privilegio de honrarlo no comiendo solamente
de un árbol (el árbol del conocimiento del bien y del mal (Gn 2.9, 16-17). La consecuencia
de no honrar a Dios seria severa. El vínculo de vida/amor seria cortado. La comunión
amorosa seria quebrada. El vínculo de la vida no iba a funcionar mas. El hombre y las mujer
iban a morir.
Este tercer mandato puede ser llamado también de mandato de la comunión. Esta
comunión debería ser ejercitada caminando con Dios diariamente, conversar íntimamente
con Él, y expresarle amor, honra, devoción y alabanza cuando enfrentamos desafíos y
disfrutamos privilegios cada día.
El mandato espiritual puede ser formulado con base en la orden directa de Dios en
Génesis 2.16-17:

Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol
de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente
morirás..

Sin embargo, este es apenas el aspecto mas directo del mandato. La obediencia no
representa el todo de una relación, aunque sea una parte esencial del mismo. La propia
definición de pacto como una relación de vida y amor ya va mas allá de una simple
obediencia. La relación obediente de nuestros padres a Dios debería traer consecuencias
directas para sus vidas, como un todo. El lazo de amor establecido por el Creador debería
ser cada día mas visible y palpable a medida que la criatura ejerciera su papel en el Reino
de la creación. Todas las bendiciones mencionadas deberían estimular al ser humano aún
mas buscar vivir en esta intimidad propuesta por el Creador. El mandato espiritual es parte
de una relación de obediencia y vida que debería ser cultivado por la criatura, así como fue
establecido y cultivado por el Creador, en su fidelidad.
El pacto funciona como un medio administrativo por el cual las relaciones entre Dios y
el ser humano, entre los seres humanos, y entre el hombre y el restante de la creación
debería desarrollarse. Los mandatos son la expresión del pacto en esas tres áreas.

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EL PACTO EN LA CREACIÓN - 12

La trasgresión del Pacto y sus consecuencias


El termino "caída" es la forma tradicional de referirse a la tragedia que aconteció en el
Edén. Las Escrituras, cuando hacen referencia a lo que Adán y Eva hicieron utilizan términos
que significan quiebra del pacto, pecado, muerte, trasgresión (Rm 5.12, 15; 1 Co 15.21).

La trasgresión en el Edén (La Caída)


El jardín del Edén era el hogar del hombre; ya que él era de la realeza, portador de la
imagen de Dios y vice-gerente pactual, el jardín era su palacio e patio real. Era el lugar
donde el hombre debería cumplir su mandato cultural (Gn 2.15)

Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo
guardase.

Lo cual realizó ya que dio nombre a los animales de acuerdo con la naturaleza de
ellos. El Edén fue el dominio real del hombre, era su Reino. Este palacio y Reino debería ser
también el lugar de comunión con el Señor y con la compañera que Él le había dado. Era
para ser um local espiritual, cultural e social. Era o lugar ideal para una vida pactual
enriquecedora y completa.
El jardín del Edén era, también, el lugar del conocimiento y de la vida. Estos dos
aspectos fueron representados por los árboles.

Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también
el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. (Gn 2.9)

El primer árbol indicaba que el hombre y la mujer eran finitos. Ellos eran
dependientes de Dios que, habiéndolos creado, les dio vida (Gn 2.7) E Dios mismo seria
siempre su fuente constante de vida.

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y
fue el hombre un ser viviente. (Gn. 2.7)

El jardín también era el lugar del conocimiento (conocimiento racional, conciencia


general, conocimiento empírico, etc. El segundo árbol "del conocimiento del bien y del mal",
no quiere decir que el hombre no sabia lo que era bueno. El hombre era conciente de lo que
era bueno; pero él sabía que Dios en su soberanía, le impuso limitaciones. De esta manera,
Dios estableció un límite para las experiencias de vida de sus vice-gerentes. Ellos, no
deberían, con orgullo desear y buscar alcanzar mas de lo que se les había dado. Desear lo
prohibido seria un esfuerzo por ser como Dios (Gn 3.22).

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EL PACTO EN LA CREACIÓN - 13

Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora,
pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.

Y esto generaría separación, destrucción y muerte. Como ya hablamos en la sección


de Bendiciones y Maldición del Pacto. El Señor, como conocedor de todas las cosas, les
advirtió acerca de la muerte, en el caso de que ellos decidieran desobedecer.

El capítulo 3 de Génesis introduce en la narración un nuevo personaje individual – la


serpiente. El texto no explica su origen como siendo diferente de cualquier otro elemento de
la creación. La serpiente es una criatura. Sin embargo, sabemos que ella es, en este
contexto, representante de otra criatura. Mas tarde, la Escritura nos revelará de forma clara
quien estaba siendo allí representado — Satanás (Ap. 12.9).
Como leemos en el relato de Génesis 3, la mujer y después el hombre, tentados por
la serpiente, por sus propias decisiones y conociendo muy bien sus responsabilidades,
deliberadamente desobedecieron al Creador. Dios no necesitaba, frente al contexto pactual,
proclamar una maldición por la desobediencia, pues Él ya había hecho esto. El hombre, por
lo tanto, quebró el pacto de vida y amor establecido por el Señor. El pacto quebrado no es
anulado. El hombre no tenia condición de anular el pacto; solo podía someterse a la realidad
del mismo, a la bendición o maldición que el pacto de traería.
Cuando la desobediencia fue consumada, el hombre y la mujer se sintieron
avergonzados de su desnudez (v. 7):

Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces
cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

La desnudez aquí no representa solamente el aspecto sexual, del cual ellos también
se avergonzaron, sino también la perdida de la inocencia y transparencia que tenían uno
para con el otro, como pareja. Después que los ojos de ambos se abrieron, como la
serpiente había indicado anteriormente (3.5), pasaron a ver su desnudez como algo a ser
usado para el mal. No solamente la desnudez del cuerpo, sino también toda la intimidad y
conocimiento mutuo pasaron a ser elementos a ser usados para el mal, algo que
anteriormente no era así. Lo que pasó, aunque verdadero en las palabras de la serpiente no
les trajo el resultado prometido por la serpiente.

“serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” —

Conocer el bien o el mal no le trajo ventaja al ser humano. Cuando el mandato


espiritual fue quebrado, el mandato social fue inmediatamente perjudicado. El hombre y la
mujer estaban plenamente conscientes de que habían quebrado el mandato espiritual y,

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EL PACTO EN LA CREACIÓN - 14

cuando percibieron la presencia de Dios en el jardín, también por causa de su desnudez, se


escondieron de Él (v. 10):

... Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí..

Su relación con el Creador también había sido quebrado. El miedo del Creador se
instaló en el corazón del hombre. Frente a aquel con quien debería existir plenitud de
intimidad, con quien deberíamos desarrollar una relación de amor, el hombre se esconde. En
realidad, el proceso de muerte, como quiebra de esta relación, ya estaba actuando sobre el
hombre y la mujer, y por esto ellos quisieron esconderse del Creador.
Adán y Eva como vice-gerentes, en comunión pactual con el Señor, tenían la
oportunidad de obedecer a Dios de manera tal que pudieran ejercer la libertad que se les
había dado. Este hecho no fue un periodo de experiencia; el hombre y la mujer fueron
convocados y recibieron la oportunidad de ser lo que el Señor quería que ellos fueran.

Consecuencias de la Caída
Por su carácter inmutable, Dios, que había establecido el pacto, lo mantuvo firme. Por
lo tanto, el pacto seria llevado adelante y su maldición seria aplicada a los que lo quebraron.
En primer lugar, Dios se dirige a la serpiente. Sobre ella el Señor proclama
maldición. La serpiente entra en la historia y deliberadamente introduce la duda y la
tentación, oponiéndose con sus palabras de manera directa a lo que el Señor había dicho al
hombre en el capítulo 2. En Génesis 3.4 usa el mismo tipo de construcción de 2.17
(“ciertamente morirás” – “no moriréis”).
Su maldición consistió en la muerte, que le vendría a través del descendiente de la
mujer (3.15):

Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la
cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

En segundo lugar, esta realidad es confirmada cuando Dios se dirige a la mujer. Es


importante observar que ninguna maldición directa es proclamada. La maldición del pacto ya
había sido instalada: La muerte.

A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los
hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.

Lo que podemos notar es que la bendición de la fecundidad e da multiplicación son


confirmadas. Dios trae a la mujer la esperanza que se había perdido en el pecado. Ella

Caleb Fernández P.
EL PACTO EN LA CREACIÓN - 15

todavía tendría hijos. Si entendiéramos el texto exclusivamente como una maldición,


tendríamos que negar el principio de la bendición. Sin embargo, cuando vemos para la
maldición como supresión de la bendición, y vemos aquí al Señor confirmando que la mujer
podría todavía tener hijos, a pesar del pecado —, podemos ver a actuación de la gracia de
Dios.

Em terceiro lugar, Dios se dirige ao hombre:

Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé
diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos
los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de
tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo
eres, y al polvo volverás. (Gn. 3.17-19)

Al hablar con el hombre, Dios maldice la tierra que había colocado bajo su
responsabilidad. Esta produciría hierba mala y espinos, símbolos de la dificultad que el
hombre tendría para sacar de ella el sustento, un contraste con todo lo que fuera creado
bueno en el contexto de la creación. La maldición es pronunciada sobre la tierra como
consecuencia de la desobediencia (“maldita es la tierra por tu causa”). Una vez mas,
ninguna maldición directa es dirigida al hombre. La muerte es confirmada como
consecuencia de la desobediencia. Sin embargo, esta maldición sobre la tierra trae un
mensaje de esperanza. Ella confirma la bendición del pacto en la creación: la vida humana
tendría continuidad, el sustento todavía seria posible, el mandato cultural todavía podría ser
cumplido y, consecuentemente, el mandato social, por lo menos hasta que el hombre se
vuelva polvo de nuevo.
Frente a una realidad de muerte absoluta que ya había sido proclamada, Dios trae
una esperanza de vida. Podemos ver, por lo tanto, que el hombre y la mujer reciben del
Creador la esperanza de vida frente a la muerte que ya era parte de la consecuencia de la
maldición del pacto en la creación.

Caleb Fernández P.
EL PACTO EN LA CREACIÓN - 16

EL PACTO Y LA REDENCIÓN

Continuidad del Pacto


Es en este contexto que la narración introduce lo que la teología reformada denominó
de Pacto de la Redención.
La ley de Dios, reflejada en las bendiciones y en la maldición, seria llevado a cabo;
sin embargo, ahora, con la presencia de la gracia de Dios. La palabra gracia, así como la
palabra pacto, no aparece en ningún punto de la narración del capítulo 3 de Génesis. ¿Cómo
podemos entender, entonces, la gracia en el contexto de Génesis 3?
La gracia de Dios se manifiesta cuando este pregunta: “Donde estás?”

Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? (Gn. 3.9)

El Dios soberano, Creador, va en busca de la criatura pecadora. Dios no necesitaba ni


siquiera “volver” al jardín. El podría dejar que la historia humana se consumara por si sola,
como historia de muerte total. Para entender esta idea, debemos tener en mente que
bendición y maldición son elementos opuestos. Lo contrario de bendición es la maldición, y
la maldición implica la supresión de la bendición. La bendición de Dios, conforme descrito en
Génesis, era de fecundidad, multiplicación, dominio y sustento:

He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en
que hay fruto y que da semilla; os serán para comer... (1.29). De todo árbol del huerto podrás
comer (2.16).

El pacto de la redención es inmediatamente establecido cuando el hombre fracaso en


el pacto de la creación. Dios se había unido al hombre por medio de las bendiciones
especiales del Pacto en la creación. Pero el hombre rompió esta relación comiendo del fruto
prohibido.
Sin, embargo, esta relación no terminó con el pecado del hombre. La maravillosa
gracia de Dios Creador se manifestó inmediatamente. En realidad, las consecuencias de la
desobediencia seguían en pié, pero en medio de esta desesperanza apareció la esperanza de
la restauración. Dios se comprometió a redimir “un pueblo”, “su gente” para Si mismo. Y en
las mismas palabras que pronuncian la maldición también proclama el Pacto de la redención.
El hombre continua siendo responsable de los mandatos originales que le fueron
encomendadas en el tiempo de su creación. Pero todo esta dañado, distorsionado,
imperfecto. Y el hombre quedó encargado de consagrar toda la creación al Creador. El

Caleb Fernández P.
EL PACTO EN LA CREACIÓN - 17

mandato, cultural, social y espiritual continúan siendo las principales responsabilidades del
hombre mas allá de su carácter decaído.
En la medida que la historia continúa, se manifiestan las implicaciones mas completas
del pacto de redención, por medio de mediadores que Dios coloca al pueblo: Noé, Abraham,
Moisés, David. Finalmente, el propósito redentor alanza su consumación en el aparición de
Jesucristo “en el tiempo justo” (Gl. 4.4).

Cristo como Mediador


El Pacto estaba quebrado, no había mas una relación perfecta con el Creador. La
muerte estaba instalada. Y no se podía encontrar otra salida de la maldición de la muerte
sino mediante la substitución de la culpa, de la sangre corrompida por sangre justa, de lo
injusto por lo justo. Solamente en la medida que Dios tomara la iniciativa, el hombre podría
salvarse. Jesucristo, el Cordero de Dios, llevaría sobre si mismo la maldición final del pacto
de la creación y la restauración seria realizada.
Así pues Dios (Padre) en su propósito eterno, escogió y ordenó al Señor Jesús, su
único Hijo, para que fuera el Mediador entre Dios y el hombre; y desde la eternidad le dio
Dios un pueblo que fuera su simiente y para que, a su debido tiempo, lo redimiera, llamara,
justificara, santificara y glorificara.

Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual
se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo (1Ti.2.5,6)

El Hijo de Dios, Jesús, la segunda persona de la Trinidad, siendo verdadero y eterno


Dios, habiendo llegado el tiempo justo, se hizo hombre con todas sus propiedades esenciales
y con sus debilidades comunes, pero sin pecado.
El Señor Jesús, en su naturaleza divina-humana, fue ungido y santificado con el
Espíritu Santo, y siendo santo, inocente, sin mancha, justo, lleno de gracia y de verdad, fue
apto para desempeñar el oficio de un mediador y fiador. Cristo no tomo por si mismo este
oficio, sino que fue llamado para ello por su Padre, quien puso en sus manos todo juicio y
poder, y le mando que desempeñara tal oficio.
El Señor Jesús, conciente de lo que estaba haciendo sufrió voluntariamente los más
crueles tormentos directamente en su alma y los más dolorosos sufrimientos en su cuerpo;
fue crucificado y murió. Pero al tercer día se levantó de entre los muertos. Jesús Resucitó
para continuar siendo el Mediador entre Dios y nosotros. Él ascendió al cielo y allí está
sentado a la diestra del padre, intercediendo constantemente por nosotros.
A diferencia de Adán, Cristo obedeció y así representó al ser humano caído delante de
Dios, como mediador, y como sacrificio por nuestro pecado y nos llevó a la vida.

Caleb Fernández P.
EL PACTO EN LA CREACIÓN - 18

Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión
de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la
herencia eterna. (Heb. 9.15)

Por su perfecta obediencia y por el sacrificio de si mismo nos reconcilió, y este es la


mayor bendición que podemos tener en el pacto de la redención: La salvación.

...es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas (Heb. 8.6)

Jesucristo fue revelado y señalado como la simiente de la mujer que heriría a la


serpiente en la cabeza, y como el cordero inmolado desde el principio del mundo, siendo él,
el mismo ayer, hoy y siempre.

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EL PACTO EN LA CREACIÓN - 19

EL DESAFÍO DE LA NUEVA CREACIÓN (FINAL)

El Reino de Dios
El Reino de Dios, es el tema central del Nuevo Pacto realizado en Jesucristo. Es el
motivo central de la predicación de Jesús y por implicación, el centro de la predicación y
enseñanza de los apóstoles. La llegada del Reino de Dios con Jesucristo en el mundo marca
la consumación del Pacto iniciado en la creación. ¿Pero que tiene que ver exactamente el
Reino de Dios con el Pacto?
En primer lugar, la venida de Cristo representa la venida del Reino de Dios a la tierra.

El tiempo se ha cumplido, y el Reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el


evangelio. (Mr. 1.15)

En segundo lugar, con esta venida se instala el dominio o gobierno ejercido por Dios
en un territorio que Él rige. Por lo tanto el Reino de Dios es el reinado de Dios que se
muestra activo en la historia humana a través de Jesucristo, y cuyo propósito es redimir su
pueblo del pecado y el establecimiento final de la nueva creación.
El Reino de Dios significa que Dios es Rey y que actúa en la historia para llevarle a
una meta determinada por Él mismo. Este Reino es establecido por la gracia soberana de
Dios y sus bendiciones deben ser recibidas como dones de dicha gracia.
El deber del hombre, como cristiano, y agente del pacto no es traer el Reino al
mundo, sino entrar en el Reino a través de la fe. El Reino no es el ascenso humano hacia la
perfección, sino la irrupción de Dios en la historia humana para establecer su Reino y
realizar sus propósitos. Tenemos que ser conscientes que solo Dios nos puede poner en el
Reino. Dios nos llama a Su Reino.
... y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su Reino y gloria
(1Ts. 2.12).

Nos da el Reino.
No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino (Lc. 12.32)

Nos trae al Reino de su amado hijo.


el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo (Col.
1.13)

Nos asigna un Reino.


Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, (Lc. 22.29)

Caleb Fernández P.
EL PACTO EN LA CREACIÓN - 20

De esta manera, comprendemos que el pertenecer al Reino de Dios no es un logro


humano sino un privilegio que nos otorga Dios. Por eso, el que cree en Jesucristo, se
encuentra en el Reino de Dios, disfrutando de sus bendiciones y compartiendo sus
responsabilidades.

Agentes del Pacto (El Desafío!)


Ser parte de este Reino maravilloso demanda nada menos que un compromiso total.
Debemos, como dijo Jesús, buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, en la
confianza de que si lo hacemos, nos serán dadas todas las cosas que necesitamos (Mt.
6.33). Debemos estar dispuestos a todo.
El agente secreto de los países mas poderosos, no dudan al aceptar una misión,
sabiendo que eso puede representar sacrificios y responsabilidades importantes y hasta la
muerte. Todo agente del pacto, es un agente del reino, es un agente de Cristo, y debe estar
dispuesto a todo! (Mt. 13.44-45; Mt. 5.29,30; Lc.14.26). Debemos estar dispuestos a
renunciar a todo lo que tenemos para ser discípulos de Jesús (Lc. 14.33). En otras palabras,
nadie debe entrar al “equipo” de los agentes del Pacto, a menos que haya calculado el costo
(Lc. 14. 28-32).
Tenemos un misión encargada por el propio Dios, una misión que ha sido
determinada por el consejo mas sabio y poderoso que jamás ha existido: La trinidad. El Dios
trino ha determinado que Su Reino sea cuidado. El reino de Dios no se trata solamente de la
salvación de nuestras vidas. Sino de una redención completa.
Ser agente del Pacto significa que debemos ver la totalidad de la vida y de la realidad
a la luz de la meta de la redención completa del mundo. Esto quiere decir que no hay nada
en el mundo, ni en el universo respecto al cual Cristo no diga “Es mío”. Y nosotros como sus
agentes debemos administrarlo como tal: esta es nuestra misión. El arte, la ciencia, la
tecnología refleja la gloria de Dios y deben ser cultivados y desarrollados para alabanza
suya. Nuestra vocación proviene de Dios, y todo lo que hacemos en la vida diaria debe ser
hecho para la alabanza de Dios y en esto queremos decir, el comercio, la industria, el hogar.
Por otro lado, nuestra relación familiar, de amigos y hasta del pololeo, debe ser visto
como parte del Plan de Dios para tu vida y esto debe ser bien administrado por nosotros.

“Enséñame, mi Dios y Rey, en todas las cosas a verte a Ti, y a todo lo que hago a
hacerlo como para ti”. (George Herbert).

Caleb Fernández P.
EL PACTO EN LA CREACIÓN - 21

El presente trabajo fue parte de un proceso de recopilación de diversas fuentes. Fue


realizado y basado en traducciones, apuntes y resúmenes de los siguiente artículos y libros
que tratan el tema del Pacto:
MEISTER, M. Uma Breve Introdução ao Estudo do Pacto I y II. Fides Reformata
VAN GRONINGEN, G. De Criação a Consumação
VAN GRONINGEN, G. A Familia da Aliança
ROBERTSON, O. P. O Cristo dos Pactos
CONFESIÓN DE FÉ DE Westminster
HOEKEMA, A. A. La Biblia y el Futuro.

Agradezco a Jonatan Muñoz por ayudar con el diagrama del orden de los contenidos,
la introducción, sus ideas y sus aportes valiosos para desarrollar este tema.

Caleb Fernández P.

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