ORIGINAL

Diferencias entre personas mayores sanas y con deterioro

cognitivo leve en variables cínicas
Alicia Sales, Rita Redondo, Teresa Mayordomo, Encar Satorres-Pons, Juan C. Meléndez

Introducción. Durante el envejecimiento, existe una estrecha relación entre las quejas de memoria y los primeros signos Facultad de Psicología. Universitat
de València. Valencia, España.
de deterioro cognitivo con alteraciones emocionales.
Objetivo. Comparar mayores sanos y con deterioro cognitivo leve (DCL) en variables clínicas tales como quejas subjetivas Correspondencia:
Prof. Alicia Sales Galán.
de memoria, percepción de la salud, percepción de pérdida de la capacidad funcional, actividades de ocio y sintomatolo- Departamento de Psicología
gía depresiva, con el fin de ofrecer información relevante en relación al posible deterioro cognitivo. Evolutiva y de la Educación. Facultad
de Psicología. Universitat de València.
Sujetos y métodos. Un total de 151 sujetos con una media de 72,62 ± 6,36 años fueron evaluados y asignados a dos gru- Avda. Blasco Ibáñez, 21. E-46010
pos: uno con DCL (n = 52) y un grupo control (n = 99). Se recogieron datos sociodemográficos, clínicos y neuropsicológicos. Valencia.

Resultados. Se observó que, a mayor edad, mayor nivel de deterioro, mayor sintomatología depresiva y menor número Fax:
+34 963 983 556.
de actividades de ocio desarrolladas; además, se hallaron diferencias a favor del grupo con DCL en mayor tasa de quejas
subjetivas de memoria, peor percepción de la salud, mayor percepción de pérdida de la capacidad funcional, menor can- E-mail:
alicia.sales@uv.es.
tidad de actividades llevadas a cabo y mayor sintomatología depresiva.
Conclusión. Con la edad existe una superior predisposición a desarrollar mayor nivel de deterioro, mayor sintomatología © 2016 Psicogeriatría

depresiva y una menor actividad. Además, y dadas las diferencias halladas entre el grupo con DCL y los sujetos sanos, es-
tas variables pueden ofrecer información relevante en relación al posible deterioro cognitivo en los adultos mayores, es-
clarecer el perfil clínico y ofrecer un diagnóstico precoz del DCL.
Palabras clave. Actividades. Capacidad funcional. Depresión. Deterioro cognitivo. Personas mayores. Salud.

Introducción jetos de 70 o más años se concluyó que los estados

Durante el proceso de envejecimiento, uno de los
aspectos que más preocupan son las patologías cog­
nitivas asociadas; de entre éstas, el deterioro cogni­
tivo leve (DCL) es un trastorno común y uno de los
síndromes que mayores inquietudes están creando
en la neurociencia debido a la evidencia sobre su
posible evolución a demencia y las tasas que está
alcanzando en la sociedad.
Las personas mayores que padecen deterioro
cognitivo tienden a sufrir alteraciones emocionales
y muestran sintomatología depresiva [1], dado que
estas enfermedades implican un riesgo vital, un alto
grado de incapacidad y son progresivas. Así, existe
una estrecha relación entre las quejas de memoria y
la sintomatología depresiva en la tercera edad; se
sabe que estas quejas de memoria son muy frecuen­
tes en este período del ciclo vital y se han estudiado
mayoritariamente en el contexto del deterioro de
memoria asociado a la edad [2].
Sin embargo, las quejas de memoria pueden apa­
recer aun cuando no existe deterioro cognitivo. En
un estudio longitudinal [3] con una muestra de su­
de ánimo negativos, como ansiedad y depresión, es­
tán fuertemente asociados con las quejas de memo­
ria. Estudios similares [4] corroboran la relación
entre las quejas de memoria y problemas psicoafec­
tivos o de salud en personas mayores que no pre­
sentan deterioro cognitivo. Además, en la práctica
clínica se ha observado que numerosos pacientes
acuden con quejas de memoria, pero no muestran
síntomas neurológicos en las pruebas realizadas.
Con bastante frecuencia, el deterioro subjetivo
despierta temor y ansiedad [5]. Una revisión [6] lle­
gó a la conclusión de que, más allá de ser un fenó­
meno relacionado con la edad o un síntoma de de­
presión, las quejas de memoria podrían considerar­
se un posible signo prodrómico de demencia. En
este sentido, la depresión, el DCL y la demencia po­
drían representar un posible continuo clínico [7],
ya que suponiendo que el DCL puede ser la antesa­
la de la demencia, los síntomas depresivos pueden
ser una manifestación precoz en lugar de un factor
de riesgo para la demencia, y a su vez, la neuropato­
logía subyacente que causa el DCL y la demencia
también genera síntomas depresivos.

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A. Sales, et al
Sin embargo, algunos estudios ponen en eviden­
cia que muchos trastornos emocionales asociados
al deterioro cognitivo son síntomas fundamentales
de la enfermedad en sí, y no sólo una respuesta
emocional a una situación desesperada. De hecho,
estudios recientes indican que el diagnóstico con­
junto de la depresión geriátrica con el de DCL de
tipo amnésico se asocia con un alto riesgo de desa­
rrollar demencia tipo Alzheimer [8]. Por tanto, de­
ben identificarse estos síntomas de la enfermedad
porque muchos trastornos afectivos que se mani­
fiestan por primera vez en edades avanzadas se con­
sideran secundarios a enfermedades somáticas [9].
En este sentido, la sintomatología depresiva no
es la única variable que se relaciona con las quejas
subjetivas de memoria. Investigaciones previas ba­
sadas en estudios longitudinales [10] mostraron
que la autopercepción de la salud fue el predictor
más potente de la demencia en los participantes sin
síntomas cognitivos. La autopercepción del estado
de salud es un sencillo y buen indicador de la satis­
facción vital, más incluso que el número de enfer­
medades diagnosticadas [11]. Los individuos con
salud deficiente suelen estar menos satisfechos
con su vida que los que tienen percepciones más
positivas. Además, cuando las personas perciben
cierta restricción en actividades de su vida diaria,
debido a algún dolor o síntoma, esto tiene repercu­
siones en la percepción del estado de salud [11]. De
este modo, es importante valorar el impacto que es­
tos déficits cognitivos pueden generar sobre aspec­
tos funcionales de la vida diaria porque su mayor o
menor grado de dependencia podría afectar a su
vida ocupacional y socialmente activa [12].
Objetivo
En este sentido, y dado que algunas de estas varia­
bles pueden ofrecer información relevante en rela­
ción al posible deterioro cognitivo en los adultos
mayores, este trabajo tiene como primer objetivo
analizar la relación existente entre la edad y deter­
minadas variables clínicas (quejas subjetivas de me­
moria, percepción de la salud y de la capacidad fun­
cional, actividades de ocio y sintomatología depre­
siva) en una muestra de personas mayores, plan­
teándose como hipótesis que, a mayor edad, habrá
un mayor nivel de deterioro, se percibirá mayor sin­
tomatología depresiva, más quejas subjetivas, peor
percepción de salud, mayor percepción de cambio
funcional y menor número de actividades de ocio
desarrolladas. Como segundo objetivo, se pretende
analizar las diferencias existentes en estas variables
62
clínicas entre sujetos con DCL y personas sanas,
con el fin de esclarecer la relación entre la sintoma­
tología depresiva y las quejas de memoria, teniendo
en cuenta el funcionamiento cognitivo de los parti­
cipantes. Como hipótesis, en el grupo con DCL se
espera obtener mayor número de quejas subjetivas,
mayor sintomatología depresiva, el nivel de reali­
zación de actividades cognitivamente estimulantes
será menor que en el grupo de personas sanas y
mostrarán una peor percepción de la salud y de su
capacidad funcional.
Sujetos y métodos
La muestra se compone de 151 sujetos de 60-88 años,
con una media de 72,62 ± 6,36 años. Los sujetos fue­
ron asignados a dos grupos: uno de pacientes con
DCL (n = 52) y un grupo control de personas ma­
yores sanas (n = 99). Los sujetos fueron selecciona­
dos de la Unidad de Neurología del Consorcio Hos­
pital General Universitario de Valencia y del Centro
de Atención Especializada a Personas Mayores
(CEAM) de Torrente (Valencia). Desde la Unidad de
Neurología se remitió a posibles participantes con
quejas subjetivas de memoria y posible diagnóstico
de DCL para su evaluación, y aquellos que cumplie­
ron los criterios fueron seleccionados para el estu­
dio. Para contactar con los usuarios del CEAM se
publicitó el estudio a través de carteles en dicho
centro. Los voluntarios que se apuntaron fueron ci­
tados en el mismo centro para la evaluación y en­
traron en el estudio los que cumplieron los criterios.
En cuanto a los criterios de inclusión para este
estudio, era requisito que los participantes de am­
bos grupos fueran mayores de 60 años. En relación
al grupo con DCL, se tuvieron en cuenta los crite­
rios diagnósticos establecidos [13,14]. Debía existir
trastorno objetivo de memoria corroborado me­
diante pruebas estandarizadas de evaluación cogni­
tiva y neuropsicológica; concretamente, en el pre­
sente estudio se comprobó la existencia de al menos
1,5 desviaciones estándares por debajo de la media
en función de su grupo de edad y nivel educativo.
Finalmente, en ambos grupos (control y DCL) se
requería conservación del funcionamiento intelec­
tual general y de las actividades de la vida diaria,
que se evaluaban a partir de la información obteni­
da del paciente y del acompañante durante la entre­
vista. En relación a los criterios de exclusión para
ambos grupos, fueron desestimados aquellos suje­
tos que presentaran historial de enfermedad neuro­
lógica grave, trastorno psiquiátrico o enfermedad sis­
témica grave, historia de abuso de sustancias de acuer­
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 Diferencias entre personas mayores sanas y con DCL en variables cínicas

do con el DSM-5 [13], diagnóstico de demencia se­

gún los criterios del DSM-5 [13], uso crónico de me­ Tabla. Medias, desviaciones estándares y contrastes significativos entre el grupo con deterioro cognitivo
leve y el grupo de sujetos sanos en las pruebas neuropsicológicas.
dicación psicoactiva o hipnótica, y analfabetismo.
Al finalizar el estudio se había evaluado a un to­
Sanos DCL
tal de 181 sujetos, pero una vez aplicados los crite­ t p
rios de inclusión y exclusión, se eliminó a siete par­ Media DE Media DE
ticipantes por cumplir criterios de demencia tipo
Alzheimer y a 23 sujetos por cumplir criterios de Miniexamen cognitivo 28,07 1,97 24,85 2,92 –8,10 0,001
trastorno depresivo. Además, seis participantes vo­
luntarios del CEAM fueron diagnosticados con Textos (unidades) (WMS) 9,73 3,35 7,20 3,52 –4,31 0,001

DCL y 12 pacientes remitidos de la Unidad de Neu­ Textos (temas) (WMS) 10,45 3,23 7,43 2,93 –5,58 0,001
rología con posible pérdida de memoria fueron
asignados al grupo de personas mayores sanas dada Figura de Rey-recuerdo diferido 17,40 27,01 2,30 11,46 –3,78 0,001
la ausencia de deterioro.
TAVEC total 39,95 11,14 24,79 10,07 –8,20 0,001

Metodología TAVEC diferido 9,12 3,68 5,12 3,84 –6,18 0,001

Todos los sujetos fueron evaluados en tres aspectos Evocación categorial (animales) (TBR) 15,73 5,28 11,93 4,40 –4,14 0,001
fundamentales: datos sociodemográficos, clínicos y
neuropsicológicos. En primer lugar, se recopilaron Fluencia verbal (letra ‘p’) (TBR) 22,12 9,00 16,98 9,38 –3,08 0,002
los datos sociodemográficos, concretamente edad,
sexo, educación (nivel educativo alcanzado y nú­ Dígitos directos (WMS) 8,05 8,21 6,02 1,56 –1,72 0,086
mero total de años de escolarización), estado civil y
Dígitos inversos (WMS) 3,83 1,58 3,04 1,35 –3,01 0,003
tipo de profesión. En cuanto a los datos clínicos,
mediante una entrevista semiestructurada, y en su Dígitos total típica (WMS) 9,67 2,45 8,34 2,94 –2,95 0,004
caso junto a su acompañante, se recogieron algunos
aspectos de interés. Respecto a la parte clínica, y Figura de Rey-reproducción 49,48 38,23 20,12 30,41 –4,72 0,001
dada la importancia que la depresión tiene en el
Praxis simbólicas (TBR) 9,02 1,51 9,31 1,49 0,874 0,385
DCL y las demencias, se valoró el estado de ánimo
de los participantes mediante la escala psiquiátrica Praxis imitación de posturas (TBR) 6,95 1,41 6,64 1,48 –0,981 0,330
de depresión de Yesavage [15]. Finalmente, se reali­
zó una extensa evaluación neuropsicológica con el Imágenes superpuestas (TBR) 19,12 1,33 18,26 2,46 –1,98 0,500
fin de obtener una valoración acerca del rendimien­
to de memoria y otros dominios cognitivos. WAIS directa (WMS) 22,49 10,50 16,25 10,16 –3,758 0,001
Todos los participantes respondieron el miniexa­
DCL: deterioro cognitivo leve; DE: desviación estándar; TBR: test Barcelona revisado; TAVEC: test de aprendizaje
men cognitivo (MEC, en su versión de 30 ítems) [16] verbal España-Complutense; WAIS: escala de inteligencia de Wechsler para adultos; WMS: escala de memoria
y, una vez completada la prueba, fueron evaluados de Wechsler.
con un extenso protocolo de pruebas neuropsicoló­
gicas para conocer su rendimiento y su nivel cog­
nitivo. El protocolo estaba formado por diferentes
pruebas y una selección de subpruebas de distintas Análisis
baterías neuropsicológicas para la valoración de as­
pectos cognitivos: escala de memoria de Wechsler Los análisis se han realizado con el programa esta­
[17], test Barcelona revisado [18], escala de inteligen­ dístico SPSS v. 19. Para el análisis de la homogenei­
cia de Wechsler para adultos-III [19], test de apren­ dad de los grupos y de las diferencias entre grupos
dizaje verbal España-Complutense [20] y test de la se utilizaron pruebas t para muestras independien­
figura de Rey [21]. Los resultados obtenidos en las tes y chi al cuadrado, dependiendo del tipo de varia­
pruebas neuropsicológicas se muestran en la tabla. ble. Además, se realizaron correlaciones de Pearson.
De este modo, y en relación a las variables neu­
ropsicológicas, se ha podido observar la existencia
de puntuaciones significativamente menores en el Resultados
grupo con DCL en las diferentes medidas, tanto
aquellas que abarcan aspectos de memoria como En relación al primer objetivo, se observó que a ma­
las que valoran las funciones ejecutivas. yor edad, mayor nivel de deterioro (r = 0,304; p <

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Figura. Deterioro cognitivo (puntuación MEC) y sintomatología depresiva en los grupos de deterioro cog-
nitivo leve (DCL) y de sujetos sanos.
0,001), mayor sintomatología depresiva (r = –0,187;
p = 0,022) y menor número de actividades de ocio
desarrolladas (r = –0,232; p = 0,004).
Por lo que respecta al segundo objetivo, un pri­
mer dato destacable es la variabilidad observada en
cuanto al tiempo que hacía que aparecieron las que­
jas subjetivas de memoria, con un rango de 0-108
meses (nueve años). Al aplicar la prueba t para el
análisis de las diferencias entre el grupo control y
el grupo con DCL, se han observado diferencias es­
tadísticamente significativas (t(149) = 2,07; p < 0,040),
siendo superior la media del grupo con DCL (25 ±
24,49 meses) frente a la media del grupo control
(17,75 ± 21,73 meses).
Respecto a la sintomatología depresiva, se ob­
servaron diferencias estadísticamente significativas
(t(149) = 4,45; p < 0,001), siendo el grupo con DCL el
que obtiene puntuaciones más elevadas frente al
grupo control. En la figura se muestran los resulta­
dos de la sintomatología depresiva y del deterioro
cognitivo en función de su puntuación en el MEC.
En relación a las actividades de ocio realizadas,
se obtuvieron diferencias estadísticamente signifi­
cativas (t(149) = –7,483; p < 0.001), a partir de las
cuales se pudo observar que el grupo con DCL pre­
senta una menor cantidad de éstas (2,36 ± 1,83)
frente al grupo control (5,20 ± 2,38).
Finalmente, por lo que respecta a la percepción
de la salud en comparación con sujetos de su mis­
ma edad en una escala visual analógica de 1-10, se
han observado diferencias estadísticamente signifi­
cativas entre los grupos (t(148) = –2,20; p < 0,029),
siendo la percepción de la salud del grupo con DCL
inferior (6,64 ± 1,99) a la obtenida por el grupo con­
trol (7,42 ± 2,11). También en la percepción de exis­
tencia o no de cambios en la capacidad funcional
–en una escala dicotómica sí/no– se observaron di­
64
ferencias significativas (χ2(1) = 27,28; p < 0,001): en
el grupo con DCL, un 42,3% manifestó la existencia
de cambios en la puesta en marcha de actividades
funcionales, frente a un 7,07% en el grupo de suje­
tos sanos. Con posterioridad, y de forma cualitati­
va, se preguntaba cuáles eran las actividades afecta­
das. En su mayoría fueron labores domésticas y co­
tidianas (limpiar, planchar, cocinar, coser...), tareas
instrumentales.
Discusión
Aunque el envejecimiento se asocie a un deterioro
en el funcionamiento cognitivo, este declive no es
homogéneo [22] y presenta una alta variabilidad in­
terindividual. Por ello se ha pretendido comparar
sujetos mayores sanos y con DCL en variables clíni­
cas, habiéndose observado diferencias en las quejas
subjetivas de memoria, percepción de la salud, per­
cepción de pérdida de la capacidad funcional, can­
tidad de actividades de ocio llevadas a cabo y aspec­
tos relacionados con la sintomatología depresiva.
Con respecto al primer objetivo, referente a la
edad en relación a diferentes variables clínicas, se
cumple la hipótesis al demostrarse que a mayor edad,
mayor nivel de deterioro, mayor sintomatología de­
presiva y menor número de actividades de ocio de­
sarrolladas. En general, con el envejecimiento existe
una serie de cambios psicológicos, mostrándose de­
clive y enlentecimiento en las capacidades cogniti­
vas [23]. A pesar de existir una enorme variabilidad
dependiente de numerosos factores (nivel educati­
vo, dedicación laboral, actividad física, etc.), cada
vez son más los estudios que evidencian que la edad
afecta al funcionamiento y al rendimiento cognitivo
de las diferentes capacidades cognitivas [24,25].
En cuanto a la depresión y su relación con la edad,
otros estudios [26] señalan la alta frecuencia de sin­
tomatología depresiva hallada entre las personas
mayores. Esto puede deberse a que, durante el en­
vejecimiento, se debe hacer frente a situaciones re­
lacionadas con riesgos en la salud, pérdida de seres
queridos o pérdida de la dependencia, situaciones
que se evaluarán como daño o pérdida [27], lo que
les hace más vulnerables a la depresión. Reciente­
mente, un estudio [28] advierte que la sintomatolo­
gía depresiva puede amplificar la morbilidad de la
discapacidad, el dolor, los efectos secundarios de
los medicamentos, la desnutrición, etc. De hecho,
algunos estudios comunican datos de mayor mor­
talidad entre sujetos mayores con depresión [29].
Finalmente, y en cuanto a la edad, se observó que a
más edad, menor número de actividades realizadas,
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lo cual parece lógico porque la frecuencia de las ac­
tividades sociales disminuye con la edad avanzada
[30]. Este dato resulta relevante porque la partici­
pación en actividades sociales es un factor protec­
tor relacionado con envejecer exitosamente [31].
Por lo que respecta al segundo objetivo, y a la di­
ferencia en cuanto a quejas subjetivas de memoria,
tal y como se planteaba, se constata la existencia de
un nivel superior de quejas de memoria en el grupo
con DCL. Los estudios muestran que las quejas
subjetivas de memoria son cada vez más comunes
entre aquellos sujetos que obtienen puntuaciones
inferiores en aspectos cognitivos [32]. Por este mo­
tivo, las quejas subjetivas de memoria en los adul­
tos mayores son actualmente una cuestión de cre­
ciente interés, principalmente debido a su posible
validez como indicador de deterioro cognitivo o in­
cluso demencia [33]. Sin embargo, debe tenerse en
cuenta que aunque los resultados revelen diferen­
cias entre los grupos, ambos marcan la existencia
de quejas subjetivas de memoria. Las quejas mnési­
cas que los sujetos relacionan con su estrés, con su
edad o con ambos factores se explican cada vez más
desde el temor a sufrir la enfermedad de Alzheimer,
especialmente cuando dichos sujetos van cum­
pliendo años [34]. De hecho, existe un acuerdo de
que las quejas de memoria se incrementan con la
edad [35], e incluso se llegan a relacionar con los
primeros síntomas de demencia.
También es importante la relación entre depre­
sión y quejas subjetivas de memoria, independien­
temente de que exista deterioro cognitivo [32]. Es­
tas relaciones parecen lógicas si consideramos que,
cuando comienzan las quejas de memoria, el sujeto
comete errores y encuentra obstáculos en su vida
diaria, lo que puede llevar a una emocionalidad ne­
gativa y un malestar que correlacionaría con sinto­
matología depresiva. De este modo, una mejoría en
el estado emocional podría aliviar el deterioro sub­
jetivo de la memoria.
Respecto a la sintomatología depresiva, el grupo
con DCL ha mostrado puntuaciones más elevadas
que el grupo de sujetos sanos. Investigaciones pre­
vias muestran que la depresión es más frecuente en
poblaciones con demencia que sin demencia [36].
Sin embargo, la aparición de sintomatología depre­
siva hay que analizarla con cautela, ya que numero­
sa bibliografía analiza el papel que desempeña la
depresión como factor de riesgo o predictor de una
futura demencia [37] y pone en evidencia la alta co­
morbilidad entre estos trastornos y su capacidad
para predecir el declive funcional. De hecho, se
sabe que los síntomas depresivos se producen en
un 3-63% de los individuos con DCL [38]. Sin em­
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Diferencias entre personas mayores sanas y con DCL en variables cínicas
bargo, los mecanismos que subyacen a la asociación
entre la depresión y el DCL no se han concretado:
la depresión podría ser un factor de riesgo para la
demencia, un síntoma de demencia precoz, una re­
acción a la discapacidad cognitiva y funcional, o
bien un síntoma de un factor de riesgo relacionado,
como la enfermedad cerebrovascular. De esta ma­
nera, es importante diferenciar si las dificultades
cognitivas observadas en un paciente son secunda­
rias a un trastorno afectivo –lo que podría suponer
que fuera un estado reversible– o si constituyen un
indicador de un proceso degenerativo incipiente y,
por tanto, los síntomas depresivos se deben a la
toma de consciencia por parte de la persona mayor
de sus fallos cognitivos. Además, otros factores en­
tran en riesgo cuando aparece deterioro y sintoma­
tología depresiva, como por ejemplo, dejar de hacer
actividades estimulantes y de ocio y, más adelante,
las actividades que suponen una responsabilidad, lo
que lleva a una mayor dependencia funcional.
En esta línea, en relación con la realización de
actividades cognitivamente estimulantes, el grupo
con DCL obtendría un nivel inferior al alcanzado
por el grupo de sujetos sanos. Este dato es impor­
tante porque este tipo de actividades son signo de
un estilo de vida cognitivamente activo, y puede ser
relevante a la hora de demorar la aparición de una
posible demencia. Durante la vejez, e incluso en un
proceso de DCL, el cerebro mantiene la capacidad
de plasticidad [39], es decir, el cerebro continúa
creando y consolidando nuevas conexiones neuro­
nales, lo cual contribuye a un envejecimiento posi­
tivo y saludable, siendo por tanto un protector de
posible desarrollo a demencia. De hecho, y junto
con la educación, la participación en actividades
sociales y de ocio se relaciona estrechamente con el
devenir cognitivo en la vejez, es decir, las investiga­
ciones destacan una relación positiva entre la parti­
cipación en actividades intelectuales y sociales y la
ejecución en una amplia variedad de tareas cogniti­
vas en las personas mayores. Todo ello se relaciona
con la reserva cognitiva, entendida como la capaci­
dad de las personas para tolerar o demorar el dete­
rioro cognitivo [40].
En relación a la percepción subjetiva de la salud
se esperaba, y así evidenciaron los resultados, que
los sujetos del grupo con DCL mostraran una peor
percepción en comparación con los sujetos sanos
de su misma edad. Es esencial la valoración del im­
pacto que los déficits cognitivos generan en los as­
pectos funcionales de la vida diaria y la capacidad
que tiene el individuo de cuidar de sí mismo y llevar
a cabo una vida ocupacional y socialmente activa
[12]. Tras analizar los datos obtenidos, podemos ob­
65
A. Sales, et al
servar que los sujetos con DCL informan de cam­
bios destacables en sus actividades instrumentales.
Cuando las personas mayores se ven limitadas o
ven reducidas las actividades diarias que realizan,
por ejemplo, en su tiempo libre (diversiones, pa­
seos, visitas, etc.), por razón de algún dolor o sínto­
ma, ocasiona percepciones del estado de salud muy
negativas [11]. Esto parece lógico si tenemos en
cuenta que los trastornos funcionales que impiden
la realización de actividades diarias perjudican la
autoestima y la sensación de bienestar, lo que con­
lleva una percepción negativa de la salud.
Todo ello podría llevar al sujeto a un círculo vi­
cioso donde, a medida que pasa más tiempo con
quejas de memoria, encontraría mayor número de
complejidades y dificultades en el ambiente que le
generarían un cierto malestar; de esta manera, apa­
recería la sintomatología depresiva, la cual conlleva
una evidente peor percepción de la salud y de la ca­
pacidad funcional [36] y, con ello, la reducción o
evitación de la realización de actividades.
Dada la importancia de las diferentes pérdidas
que acaecen durante la etapa del envejecimiento,
principalmente aquellas relacionadas con el funcio­
namiento cognitivo, los resultados de este trabajo
son de gran interés para la literatura científica, dado
que se han tenido en cuenta variables clínicas para
ofrecer respuestas a necesidades adaptativas que
pretenden frenar el posible deterioro. Como princi­
pal limitación, cabe destacar el tamaño muestral
para mejorar la potencia de los resultados obteni­
dos. Además, y de cara a las variables clínicas, es
importante destacar que no se administró una
prueba específica para cada una de las variables clí­
nicas, sino que se establecieron a través de una en­
trevista estructurada con el fin de reducir el tiempo
de la evaluación clínica y neuropsicológica de los
pacientes. Como posible futuro trabajo de investi­
gación, y de cara a la sociedad científica, se podría
plantear establecer una entrevista o cuestionario
estandarizado que midiese y pudiera dar informa­
ción sobre determinadas variables clínicas como las
que se han estudiado en este trabajo, dado que han
demostrado tener relevancia por su influencia so­
bre el deterioro cognitivo.
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Differences between healthy elderly and mild cognitive impairment in clinical variables

Introduction. During aging, there is a close relationship between memory complaints and the first signs of cognitive
impairment with emotional disturbances.
Aim. To compare older healthy and mild cognitive impairment (MCI) in clinical variables, such as subjective memory
complaints, health perception, perceived loss of functional capacity, leisure and depressive symptoms, in order to provide
information relevant in relation to possible cognitive impairment.
Subjects and methods. A total of 151 subjects with a mean age of 72.62 ± 6.36 years-old were evaluated and assigned to
two groups, the MCI group (n = 52) and control group (n = 99). Sociodemographic, clinical and neuropsychological data
were collected.
Results. It was obtained that the older, higher level of deterioration, greater depressive symptoms, and fewer leisure
activities developed is observed; also differences between groups were found, as the MCI obtained higher rate of subjective
memory complaints, worse health perception, greater perceived loss of functional capacity, fewer activities carried out
and more depressive symptoms.
Conclusion. With age there is a greater predisposition to develop higher level of deterioration, greater depressive symptoms,
and less activity. Moreover, given the differences found between the MCI group and healthy in these variables, we can
conclude that they can provide relevant information with respect to possible cognitive impairment in older adults, may
clarify the clinical profile and provide early diagnosis of MCI.
Key words. Activities. Depression. Elderly. Functional capacity. Healthy. Mild cognitive impairment.

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