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COMENTARIO OFICIAL QUE EL EPISCOPADO NACIONAL HACE A LA CARTA DIRIGIDA POR MONSENOR TARDINI ‘AL _EMMO. CARDENAL CARO Divis'6n de los-catélicos en el terreno politico. — El problems social. — Un Mamado a todos los cztélicos para que ‘se unan por encima de las ivisiones temporales que los separan”. Los Ordinarios Belesiésticos de Chile, reunidos en sus Conferencias Hpiscopales bienales, han ereido conveniente y necesar:o el eomentar a 10s fieles Jas ensefianzas contenidas en la carta que, con fecha 10.de Febrero del presente aio, el Exemo. Mons, Domingo Tardini ha ditigido ai Emmo. Cardenal Arzobispo de Santiago y, por su intermedi, ei Episcopado Nacional, El Emmo. Cardenal Arzob'spo de Santiago, eomenté oportuiamente ‘esas direstivas a las euiales nos ‘adherimos. Siendo esta la primera vez que el Episeapado se reune después de 1a reeepsién de dicho documento, ha juzgado que no puede dejar pasar en silencio las sabias ensefianzas ahi contenidas que dicen relacién eon graves y trascendentales problemas de la Iglesa en Chile. ‘Ante todo, queremos expresar piblieamente nuestra profunda y filial gratitud hacia Nuestro Santo Padre el'Papa Pfo XII, que en este documento nos demuestra una vez mas “‘cuén a pechos tenga Ja Santa Sede Ia pros peridad religiosa de Chile”: (1) 5 ‘Los puntos principales fratados en el lamado oficial de ia Santa Sede a los catélicos chilenos, jodemos concretarlos a los siguientes: I) Divisién de los catélicos en el terreno politico * El documento de 1a Santa Sede que comentamos, comienza por reite- rar les directivas-dadas al Exemo. Nuneio Apostdlico en Chile, el afio 1994, por el entonces Emmo. Cardenal Secretario de Estado, hoy Sumo Pontifice, gloriosamente reinante. “Bisas directivas generales, dice el Exemo. Mons. Tardini, no han per- @ido mada de sw actual.dad...-y se -vuelven e recordar e inealear con. fir meza”. (2) Dichas directivas, que fueron oportunamente explicadas por ei Epis- copado Nacional, en Pastoral Colectiva el afio 1935, pueden resuminse en los siguientes puftos que e] documento que comentamos explicitamente recuerda 1) “La Iglesia no puede ligarse a In actividad de un partido poli- ’co sin comprometer su carécter sobrenatural y la universalidad de su misién.” (3) 2) Los catélicos no estin obligados a inseribirse en un partido po- Iitico. determinado, “por tanto pueden inseribirse y militar en aquellos par- tidos y, deben dar el voto a aquellos candidatos que ofrezcen garantias para el respeto de la Religién, de la Iglesia Catdlica, de sus doctrinas, de sus derechos” (4). Como conseenencia, no pueden 10s catélicos inseribirse en cuong() CH#%2 or Bxemo, Mons, Tarulal a! Biimo, ‘CardenatArobisp0 de santiago. (2) Carta det Exemo, Mons. Tardini a! Emmo. Cardenal Arsobispo ce Santiago (3) Carta get Emmo. Cardenal Pecell! a} Exemo. Nunclo en. Chile (4), Carta del Emmo, Cargenal Pacelli al Bxemo. Nuneio en Chile. 2636 — partidos cuyas doctrinas y actuaciones sean contrarias a las direct:vas do Ja Iglesia, 3) Aunque libres para militar en diversos partidos, en las condi -ciones sefialadas, los eatélicos deben “conservar para con todos y especial mente con los hermanos en Ie fe, aquella Caridad que es’ como distintivo de Jos eristianos”, (5) 4) “Deben anteponer ‘a los del propio partido.” (6) 5) “Deben estar siempre prontos. a la obediencia a sus pastores, cuando en circunstaneias especiales, los Hamaren a unirse para la defensa de los prncipios superiores.” (7) En consecuencia, la unién 4 que la Santa Sede lama a los catélicos chilenos en los documentos que comentamos, no es la unién en un sélo. par- tido politico, ya que libres son de pertenecer a diversés en las condiciones faladas, sino la unién en caridad fraterna y-en la defensa‘de los princi- pios de la Iglesia. Qué significa en la préctica esta unién? jempre los intereses supremos de la, Religién 1) Que, en los asuntos politicos en que estin de por medio proble- mas que dicen relacién con la defensa de principios superiores o- con ¢l bien espiritual de Jas almas, todos los partidos a que pertenezcan, han de unirse en la defensa de tales printipios. 2) Que, “en las euestiones en las cuales, sin detrimento de ia fe y. de la disciplina, se puede discutir el pro y el contra, porque la Santa Sede nada aun ha décidido, a nadie le es prohibido el emitir y defender su opi- ni6n; pero sf, en esas discusiones hay que abstenerse de todo exceso de len- guaye que pudicra ofender gravemente le caridad. Que cada uno sostenga su opinién libremente, pero que lo haga con moderacién ‘y no crea poder achacer a los que sostienen una opinién contraria, nada més que por ese motivo, el reproche de una fe sospechosa” (8). Los catélicos han ae abs- tenerse de caer en Ja confus dn entre los principios de Ia fe revelads y las solueiones sobre las cuales se puede legitimamente diserepar. ‘Los soldados de un ejéreito poderoso no emplean las misimas ‘armas ni la misma tactica, decia 8. S. Pio X a los jévenes franceses; sin embargo, deben estar unidos en la misma empresa, mantener un espiritu de cordialidad fraterna y obe- decer prontamente & la autoridad que-los diri 8) Que, unidos en las cosas necesarias y libres en las discutibles, los catélleos tienen obligacién grave de guardar en sus palabras, sentimientos y actitudes, el precepto distintivo del erist’ano, que es la Caridad fratern Repetimos aqui las palabras de Bossuet : “Quien renuneia a la Caridad fr terna, renuncia a la fe, abjura de] Cristianismo, se aparta de la escuela de Tosueristo, es decir, de su Iglesia”, (Meditacién sobre el Evangelio) Con profunda amargura los Obispos de Chile, vemos cémo las dife- reneias de orden politico hacen que los eatélicos falten al “mandamiento méximo” del Cristianismo; ¢6mo, esas divis'ones penetran al seno de las familias y de las instituciones eatélieas y eémo “de las persistentes divs siones y polém‘cas en el terreno politico, y de las estériles disputas, se debi lita la estrecha unién de los eatélicos y se aprovechan los enemigos de 1a iglesia”. (9) (5) Carta del Emm. Cardenal Pacelli al Exemo. Nunclo en Chile, (6) Carta del Emmo. Cardenal Pacelli al Excmo. Nunclo sr Chile. (1) Carta del Emmo, Cardenal Pacelli al Excmo. Nuncio en Chile, 5. 8, Benedicto XV “Ad-Beatisslmi” (8) Carta del Excmo. Mons. Tardini ai Emmo. Cardenal Arzobispo de Santiago. = 2637 *giosos de los deberes. sociales. “Result TH) El problema social El documento Pontificio que comentamos, trata, en segundo lugar y con igual claridad y energia, de “la necesaria’ y obligatoria, actividad de los eatélicos en el terreno social”. (10) Estas ensefianzas pueden resumirse en los siguientes puntos: 3) _M problema social de Chile, lejos de solueionarse, “se va hacien- do cada dia més agudo”. (11) Ante este “grave y urgente” problema, “la Iglesia ha proclamado su Tnminosa doctrina, la cual, fundada .en la ley natural que exige la justicia social, recibe perfeccionamiento y como un alma nueva de la luz dei Evan- getio y de le lama de Caridad de Nuestro Savador”. (12) ‘2) -Ningiin catélico puede quedar, tebriea o précticamente; al mar- gen del cumplimiento de esas doctrinas sociales. “Después de las grandes Wnefclicas de Le6n XIII y Pio XIL, ya no deberian los h'jos de-la Iglesia, w cuaiquiera clase social y a eualguier partido politico a que pertenezean, hgnorar el eamino que han de seguir 0 rehusar seguir ese camino”. (13) 3) No es posible pretender separar la prictiea de los deberes reli- mucho més doloroso comprobar, awaae el documento que comentamos, eudn freeuentemente aun quién hace ampi a eonfesién de fe y devocién a la Tglesia, se muestre insensible a las propias responsabilidades y a los propios deberes sociales”. (14) 4) La préetica de estos deberes sociales adquiere en Chile una sine gular gravedad, ya que a la justa solucién del problema social est vineu- ado estreehamente el desarrollo futuro de Ja Iglesia en muestra patria, Bs la palabra misma de le Santa Sede le que nos pone frente a este gravisimo deber: “Para nac’ones como Chile, donde el problema social se va ‘aciendo cada dia més agudo, se puede decir que el porvenir de la Iglesia dependo de le sensibilidad de los cat6licos acerea de estos deberes”. (15) 5) La solucién del problema social, a la luz de la sociologia catdliea, ex tarea obligatoria de todo atélico, Buta accién so fundamenta: “on In obediencia exigida por la disciplina de la Iglesia, cuando se trata de la necesaria y obligatoria actividad de los catélicos en el terreno social”. (16) ‘Ningin catdlido: puede rehusar su adhesin y eooperacién a, esta doc- trina, Su Santidad Pio XII decia en 1945 a la Accién Catéliea “Italiana “La doctrina soc‘al de 1a Iglesia es clara zm todos sus aspectos. Es obli- gatoria, Ninguno se pucde apartar de ella sin peligro para la fe y para el orden moral”. 6) Por Jo mismo que esta doetrina sovial de la Iglesia es obligatoria para todo catélico, ningin grupo determinado puede decirse su intérprete ofie'al ni detentador ‘nico de sus ensefianzas. ‘Recordamos la declaracién que a este respecto hiciere en el mes de Mayo pasado la Comisién Episcopal: “La doctrina social eat6lica es patri- (40) Carta del, Exemo Mons. Tardini al Emmo, Cadena! Arzobiépo de Efi) Carta dei Exemo. Mons. Tardini g! ‘Emmo, Cardenal Arzobispo de i) carta doi Bxomo, Mons. Tardlot al Emmo, Cardenal Arzobispo de carta det Exemo. Mons. Tardlal ai Emmo, Cardenal Arvobispo de Gin Costa d0i Exomo, Mons. Tardiol al Emmo, Cardenat Arzobispo de (1s) Carta dei Bxcmo. Mons. Tardlat al, Emmo, Carden) Arsobispo de Carta del Exemo, Mons, Tardin{ al Emmo, Cerdenai Arzobispo de Santiago 2638 — monio de a Iglesia, y en consecuencia, 1a aceién social que de ella deriva es deber-de todos y' monopolio de ninguno”. Y¥ la que en Pastoral Colectiva de 1" de Enero de 1947, hizo el Epis- copado Nacional: “Ninguna institucién, movimiento p agrupacién politica, puede mostrarse o decirse representante oficial de dichas doctrinas’. Re‘teramos una vez més la satisfaccién y alabanza a todos los eaté- Jicos que desde cualquier. campo trabajen en favor de la practica realiza- ign de los principios de la Iglesia en cuanto al orden social y econbmico. 7) La Comisién’ Episcopal, el 12 de Mayo del presente aio, seialé el plan inmediato sobre la realizae’6n: de la Doetrina Social de la Iglesia. Ese plan expresa en forma conereta y precisa el’ cumplimiento que los eatélicos de Chile han de der a la vor dei Papa y de sus Obispos. Urgimos a todos los Catélicos de Chile, cualquiera que sean las’ di- ferencias politieas o sociales que los separen, @'unirse a este programa pric- tico de accién que es la expresin de nuestro deber social. apremiantemente recordado por Su Santidad, 8) Las diseusiones estériles, las mutuas reeriminaciones y lo que es peor, el tener poco menos que por separados de la Iglesia a los que no con- cuerdan plenamente con sus puntos de vista puramente politicos 0 econ6- micos, mater‘as en las cuales cabe amplia diversidad de pareceres, sirven iieamente para romper la coneordia fraterna, “dafiax” la unjdad de la fe” (17) y abrir la puerta a multitud de males para la Iglesia, “Hs vivo deseo del Santo Padre, conclaye el documento comentado, que los sacerdotes y los Peles, bajo la sabia guia de sus pastores, eon alto sentido de disciplina y plena'concieneia de responsabilidad, formen como una s6lida roca contra los asaltos de los enemigos y preparen, con su ejem- plo, ¥ con su accién, dfas de prosperidad religiosa y eivil, de piz y de jus- ticia para su amada Patria”. (18) Como Pastores de almas y siguiendo las normes de Su Santidad e Papa, conscientes de los graves problemas de la Iglesia en esta hora, exhor- tamo’ vivamente a todos los catélicos de Ohile, a que, dentro. de los princi- pios y normas aqui sefialados, se unan por encima de las divisiones tempo- rales que os dividen, en el plano de los intereses superiores de la Iglesia, en Ja defensa de sus ensefianzas y en In realizaciGn de todas sus doctrinas y piensen en la gravisima responsabilidad que contraen ante Dios si, cega- dos por pasiones pequefias y personales, no saben antepdner a elas los tras- eendentales intereses de la Tglesia"y de le Patria. Santiago, 30 de Septiembre de 1950. JOSE MARIA, CARD. CARO RODRIGUEZ, Arobispo de Santiago; AL- PREDO SILVA SANTIAGO, Arzobispo we .Concepeién; ALPREDO CIFUENTES GOMEZ, Arzobispo de La Serena; RAFAEL LIRA INFANTE, Oblapo de Valparal- so; RAMON MUNITA EYZAGUIRRE, Obispo de Puerto Monti; JORGE LARRAIN COTAPOS, Obispo He Chillin; ROBERTO BERNARDINO. BERRIOS, Obispo de San Felipe; MANUEL LARRAIN E., Obispo de alea; EDUARDO LARRAIN CORDO- ‘VEZ, Obispo de Rancagua; HERNAN FRIAS HURTADO, Obispo de Antofagasta: ARTURO MERY B., Obispo de Valdivia; ROBERTO MOREIRA M, Obispo se LE nates, ALEJANDRO MENCHACA LIRA, Obispo de ‘Temuco; PEDRO AGUILERA, NARHONA, Obispo de Iquique; WLADIMIRO BORIC, Obispo de Punta Arenas: ‘TEODORO’ EUGENIN, Viewrio ‘General Castrense; AUGUSTO SALINAS, Obispo Bleeto de Ancd; FERNANDO RODRIGUEZ, Administealor Apostélice de Coplaps; ANTONIO SICHELATO, Prefecto Apostdico ae Aysén; P- GUILLERMO LAUR. DEN, Vieario General de ln Araucanta, 1 (17) Carta del Exemo, Mons. Tardini“a! Emmo, Cardenal Arzobispo de Santiago. (18) Carta del Exemo. Mons. Tardini al Emmo, Cardenal Arzobispo de Santiago. — 2639

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