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SUBJETIVIDAD, OBJETIVIDAD Y ORGANIZACIÓN ESCOLAR

ENRIQUE ARCE CORDERO (*)

RESUMEN. El artículo parte del fenómeno de subjetivización que afectó en el pasa-


do a la sociedad para acercarse a las consecuencias que ha tenido en el mundo de
la educación, la presión de la demanda y la tendencia a la profesionalización, para
reconstruir su estatus ontológico-epistemológico. A partir de ahí se ahonda en la
vertiente comunicativa de la educación y la necesidad de organizarla traspasando
el modelo burocrático de organización dominante en nuestros centros escolares,
para construir una organización abierta cuyo fundamento no es otro que posibi-
litar la interacción de los sujetos.

ABSTRACT. This article is based on the phenomenon of subjectivisation and its


influences on society in the past. It aims to pinpoint the consequences which this
phenomenon has had in the realm of education, the pressures of demand and the
tendency to professionalization with a view to rebuilding its ontological-epistemo-
logical status. In order to build a flexible organisation whose founding principles
are simply to facilitate the interaction of its individuals, the communicative pers-
pective of education is deepened, as well as the need to go beyond the bureaucra-
tic model underpinning the organisation of our schools.

El siglo pasado fue testigo de la quiebra plasma en una serie de estereotipos más
de la imagen monolítica que sobre la rea- o menos «verdaderos» cuya importancia
lidad había elaborado la filosofía y la físi- no radica en su «veracidad» sino en su
ca clásica, resumida en la fórmula «con- indudable utilidad vital, una utilidad que
cepción newtoniana». Pero esto tuvo los hace «verosímiles». Este conjunto de
lugar en el ámbito de la ciencia, no en el estereotipos es conocido como concepto
de la vida cotidiana, y alcanza a un núme- vulgar de realidad. Lo más destacable de
ro pequeño de iniciados/as sin influencia éste es la presunción de la necesidad
real en la generalidad de la población objetiva que impregna los fenómenos
ajena a dicho cambio y aferrada a la citada naturales, lo que desemboca en una
«concepción newtoniana». Al margen de visión fatalista de la Naturaleza. Frente a
otras consideraciones, para los seres esto, el mundo socio-cultural aparece lar-
humanos esta visión de la realidad se vado de «opinabilidad» por doquier,

(*) Departamento de Educación del Gobierno Vasco.

Revista de Educación, núm. 336 (2005), pp. 203-217.


Fecha de entrada: 08-05-2003 Fecha de aceptación: 24-09-2003 203
inmerso por ello en las aguas inquietas social está plenamente asumida en las
del relativismo y, si apuramos, del azar y sociedades democráticas. Es más, nos
de la incertidumbre. Se establecen de este parece imprescindible (no inevitable)
modo dos mundos concomitantes, yuxta- para la existencia misma de la Demo-
puestos, pero absolutamente distintos, en cracia.
el que uno, el natural, hace la función de Señalar las consecuencias de este
receptáculo que soporta sin contaminarse fenómeno en las sociedades democráticas
el mundo «socio-existencial» humano. La actuales y delimitar con exactitud sus con-
visión vulgar de la realidad disocia lo tornos es una tarea casi imposible por su
objetivo y lo subjetivo como si fueran amplitud. En lo que respecta a la educa-
categorías sin conexión alguna y por ción, y aunque es igualmente difícil esta-
tanto independientes. blecer líneas direccionales, sí me gustaría
Siempre no ha sido así en la historia señalar dos de las consecuencias por su
de la Humanidad. El desarrollo de la plena actualidad. La primera es la priori-
interpretación matemática de la realidad dad de la demanda sobre la oferta y su
ha tenido su influencia en el distancia- expresión publicitaria (y en ocasiones
miento de los dos mundos y posterior- propagandística), la calidad.
mente el advenimiento de la sociedad Hace una década y media que la
burguesa y su pertrecho político, la demanda comenzó a convertirse, de
Democracia, han acentuado la tendencia facto, en uno de los personajes estrella de
a subjetivizar y por ende a relativizar el la educación. La reivindicación del/la
ámbito socio-cultural al secularizarlo y cliente como categoría fue en su momen-
ponerlo a disposición de la crítica social. to una revolución al introducir en un sis-
Se trata de un interesante proceso que tema anquilosado una instancia crítica de
viene desde el Renacimiento y que ha per- difícil asimilación. Aún recuerdo las caras
mitido un avance en el campo de la justi- del personal cuando en alguna reunión
cia social antes inimaginable. En el campo aparecía el término «cliente», «¡Vade
de la ciencia la tendencia ha sido la retro, Satanás!». El caso es que la tenden-
opuesta. La crítica devino necesidad y cia cada vez más potente de diseñar y
conocimiento seguro hasta que la física orientar el trabajo y la producción según
del siglo XX deshizo este mito, aunque los deseos de la demanda hizo su entrada
estemos a la espera de que tal desmitifica- triunfal en el mundo de la educación. El
ción llegue al común de los mortales. porqué de este cambio tiene que ver con
También la educación en cuanto parte la transformación de la sociedad indus-
fundamental del mundo social está toca- trial en sociedad del conocimiento (reco-
da por el relativismo como consecuencia nozco que me resulta confusa la cuestión
inevitable de la presencia de la subjetivi- de cuál es el término más correcto para
dad, algo, desde luego, indiscutible, y que definir nuestra sociedad: de la informa-
tiene junto al aspecto positivo, el hecho ción, tecnológica, en red, del hipertexto,
mismo de ser criticable, el negativo, que de la comunicación, globalizada, etc.; he
no es otro que el sometimiento a una crí- escogido «del conocimiento» por parecer-
tica nihilista que paraliza sus potenciali- me un concepto inclusivo –y acorde con
dades como «productora» de igualdad mi formación, lo confieso). En este tránsi-
social (recordemos, por ejemplo, algunas to una parte, y no pequeña, de la respon-
de las críticas lanzadas contra la LOGSE). sabilidad la tuvo el aguerrido combate
Sea como fuere, la relativización de lo desarrollado por el neoliberalismo y la

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sobrevaloración de lo privado frente a lo do esta lógica, la educación aporta esta
público. Lo individual aparece, a la luz de capacidad con una autonomía relativa res-
esta ideología, como el criterio determi- pecto al Estado (en nuestro país, pues en
nante de nuestra conducta, tomando por otros habría que decir «con independen-
fundamento una «doctrina» de la natura- cia del Estado», lo que no deja de ser un
leza humana que recoge en su regazo ideal que hay que alcanzar para
diferentes aportaciones históricas, desde muchos/as ciudadanos/as). Este Estado
Hobbes hasta Wilson y la sociobiología, renuncia a movilizar y traslada esta res-
pasando por Darwin, Nietzsche, los/as ponsabilidad a agentes sociales privados
eugenistas y el mismísimo Milton portadores de demanda para generar
Friedman. El caso es que la oferta abdicó ofertas que la satisfagan y al tiempo
en favor de la demanda. No insistiré en obtengan una rentabilidad económica,
este asunto claro como la luna llena y me bien mediante el recurso al mercado,
limitaré a resaltar su significado nuclear: bien mediante el recurso de conseguirlo a
simbólicamente el dominio de la oferta fondos públicos en forma de subvención.
implica la primacía del sujeto discrimina- Me resultaría difícil hacer un juicio de
dor que elige entre opciones acabadas y valor sobre si una de las dos situaciones
distintas, mientras que el dominio de la es potencialmente superior a la otra.
demanda implica la primacía de un sujeto Probablemente, ambas tienen sus pros y
que desea ver cumplidas sus preferencias sus contras. La cuestión es que cada una
y por ello posibilita opciones. Trataré de de ellas promueve un modelo diferente
detallar esta afirmación. de educación, instrucción frente a des-
La expresión «dominio de la oferta» arrollo de capacidades, y un equilibrio de
refiere un paradigma caracterizado por la poder diferente. Respecto a lo segundo,
industrialización, esto es, por la estanda- salta a la vista la pérdida de protagonismo
rización productiva y sus consecuentes del estamento docente y su trasvase a una
sociales, necesitado de un/a productor/a- nueva figura, el/la cliente, básicamente
consumidor/a con la suficiente instruc- representada por los/as padres y madres,
ción para serlo. Siguiendo esta lógica, la en cuyas manos se deposita una porción
educación aportaba esa instrucción bajo considerable del poder que antes era pro-
el paraguas del Estado benefactor, que piedad del primero. Paralelamente, ha
asumía la responsabilidad de movilizar resurgido con fuerza, y no por casualidad,
los recursos necesarios (también en edu- la figura del liderazgo o Director/a líder,
cación) para generar ofertas consideradas encargado/a de gestionar eficazmente la
socialmente relevantes a las que el sector demanda, esto es, las preferencias del/la
privado renunciaba por falta de rentabili- cliente.
dad económica. La expresión «dominio Naturalmente, y puesto que saber y
de la demanda» refiere un paradigma poder se encuentran siempre imbricados
caracterizado por el conocimiento, esto (M. Foucault, 1974), un nuevo saber se
es, por el control de saber e información desarrollaba parejo al avance imparable
y sus consecuentes sociales, necesitado de la nueva situación. Ese saber ha recibi-
de un/a consumidor/a-diseñador/a con la do el nombre genérico de «Gestión de la
suficiente capacidad para serlo. Siguien- calidad»1. La calidad se presenta a sí

(1) Antes de proseguir quiero aclarar que nada de lo que aquí se dice se debe interpretar
como una ataque a la nueva disciplina que tiene por objeto la calidad, sino como una referen-
cia al lugar que ocupa en la relación demanda-oferta.

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misma en educación (y en otros terrenos) sus raíces justamente en esta orientación
como la salvaguarda de la demanda y en filo-laboral espoleada por los padres y
este sentido representa poner patas arri- madres, que ven en ella la garantía de
ba la vieja creencia de que la oferta basta éxito de sus hijos e hijas. Cualquiera que
por sí misma para satisfacer y generar la haya tenido una mínima experiencia en el
demanda. Sin embargo, y aceptando que aula sabe que a medida que los/as alum-
significa un avance cualitativo sustancial, no/as pasan de un curso a otro el currícu-
refuerza la idea de la relatividad del siste- lum va adquiriendo una mayor importan-
ma educativo en la dirección de minorizar cia hasta erigirse en rey indiscutible en
la presencia de modelos sociales (espe- secundaria, tramo en que se produce un
cialmente sobre valores) y magnificar la alto grado de socialización. ¿Y las finalida-
privacidad reconvertida en criterio de jui- des, los objetivos de etapa y las líneas
cio. Los efectos de esta tendencia podrían transversales? En el limbo de las buenas
llegar a ser disolventes, hasta el punto de intenciones. Así de contundente y así de
convertir la educación en una especie de tremendo. Los modelos sociales de convi-
«bufet» en la que el/la cocinero/a se limita vencia, los valores democráticos, la heren-
a cocinar al pie de la letra las recetas de la cia cultural, etc., en una palabra, los
clientela. modelos sociales de valor, quedan relega-
Claro que nuestro sistema educativo dos en favor de una determinada visión
posee sus defensas, en este caso una serie de la educación (de la vida y del mundo)
de instrumentos que teóricamente garan- que exalta la dimensión técnico-instru-
tizan la presencia en las aulas de los cita- mental a través de la exaltación del currí-
dos modelos sociales, entre ellos las eté- culum y ello bajo la excusa de la prioridad
reas finalidades de etapa, los objetivos de absoluta de la demanda.
etapa, las líneas transversales y los famo- ¿Y qué ocurre con la oferta? ¿qué
sos Diseños Curriculares Base (DCB). Si papel le toca jugar? Desde mi punto de
consiguen realmente el propósito citado vista, la oferta ha de representar la mate-
es harina de otro costal. En otro lugar2 he rialización de una objetividad social (más
mantenido que la educación se ha trans- adelante trataré esta cuestión) portadora
formado básicamente en un medio orien- de valor que, a su vez, sustente la cohe-
tado a la consecución de formación técni- sión social. Ella debe garantizar la presen-
ca cuya finalidad es capacitar para la acti- cia de las otras tres metas de la educación
vidad laboral. Mi opinión no ha cambia- arriba citadas. Podríamos decir que esta
do. Sigo creyendo que de las cuatro metas objetividad de la oferta compensa el plus
del sistema educativo, la formación labo- de privacidad que impone la demanda. La
ral, la transmisión de la cultura, socializa- privacidad no garantiza de ningún modo
ción y fomento de los valores que confi- la reproducción y expansión de los valo-
guran la ciudadanía y promover la igual- res democráticamente considerados irre-
dad de oportunidades, es la primera la nunciables en cuanto referentes de la
que ha adquirido una relevancia incom- convivencia, por lo que es necesario com-
parable, entre otras cosas, por la fuerte pletar vía oferta su innegable aportación
presión de la demanda. Más aún, el exce- positiva, la libertad individual. Supongo
sivo protagonismo del currículum hunde que hacerlo es mucho más difícil que

(2) «Necesidades educativas especiales, exclusión y normalidad», en Ágora, 12, marzo 2003,
pp. 18-25.

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decirlo. Afortunadamente, no estamos en social. El correlato inmediato de tal dere-
una situación irreversible. El hecho de cho es la responsabilidad profesional pre-
que la demanda tenga un protagonismo ñada a su vez, cómo no, del derecho
creciente en el sistema educativo no signi- inalienable a participar en el reparto del
fica que estemos en la senda de la deca- beneficio, en ocasiones en forma de privi-
dencia. El sistema educativo tiene recur- legio pero generalmente en la de recom-
sos para reequilibrar la situación. Otra pensa económica. La hegemonía de la
cuestión es si el Estado está interesado en profesión en diferentes áreas socio labo-
cambiar de rumbo o si, por el contrario, rales es de sobra conocida, como la abo-
fomenta la instrumentalidad técnico-labo- gacía, notaría, todo tipo de agentes banca-
ral de la educación a través de presión rio-comerciales, arquitectura, ingeniería,
curricular con vistas a dotar al sistema medicina, etc., mientras que en otras se
productivo de una fuente de recursos encuentra aún en vías de eclosión, como
humanos barata e inagotable. en las profesiones cercanas a la medicina,
La subjetivización del mundo social sociología, informática, etc. La educación
de la que hablaba ha tenido una conse- no podía ser menos y la profesionalidad
cuencia probablemente lógica en la edu- plantea la batalla en diversos frentes, sin-
cación: si el triunfo de la individualidad dical, funcionarial, privado, aunque es
burguesa ha terminado por transfigurarse verdad que no ha logrado todavía la dis-
en ciudadanía en el ámbito político- tinción social necesaria para legitimar el
social, en autonomía en el ámbito moral proceso desde un punto de vista inma-
y en iniciativa empresarial en el econó- nente y necesita recurrir todavía a tópicos
mico, lo ha hecho en demanda en el edu- sobre la «trascendencia social» de su pro-
cativo. No se trata de un proceso inevita- pia «misión». Lógicamente, esta situación
ble, esto sería contradictorio, pero sí es inseparable del marco social en que se
direccional, pues es una derivación previ- desarrolla. La prioridad que las socieda-
sible de un fenómeno precedente. des del bienestar han otorgado a la
Paralelamente, y ésta es la segunda mediación instrumental (sea material o a
consecuencia que quería señalar, la edu- través del conocimiento, esto es tangible
cación está viviendo otro proceso en apa- o intangible) como mecanismo para la
riencia contradictorio con la primacía de apropiación de una parte del excedente
la demanda, en el que asistimos a la rei- social, ha provocado una marcada orien-
vindicación feroz de un objetivismo pro- tación tecnocrática de la totalidad social,
fesional simultáneo con el progresivo que a su vez, en un círculo infernal, retro-
ascenso de las profesiones en la jerarquía alimenta la prioridad mencionada3. El
social. La recurrencia a la profesionalidad resultado no puede ser más que del tipo
esconde la pretensión de poseer el dere- «tonto el último». Estamos en una carrera
cho, fundado en el conocimiento o com- por apuntarse al carro ganador y las pro-
petencia técnica supuestamente mensura- fesiones van en el pelotón de cabeza. En
ble, de decidir con independencia de los el supuesto de que esta tendencia se
intereses de las personas implicadas o, si asiente en la educación las consecuencias
se prefiere, con independencia del «suje- que tendría serían, a mi juicio, devastado-
to cliente», como si se quisiera prescindir ras: la educación se convertiría en el
de la subjetividad y relatividad del mundo terreno de manifestación y expansión de

(3) Las ideas expresadas por J. Habermas a este respecto son el referente.

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la «profesionalidad», es decir, la objetivi- ción del valor del mundo social amparada
dad propia del/la especialista, experto/a, en su subjetivización y en último término
sujeto privilegiado que equilibra median- una muestra más de la misma.
te la recurrencia a la competencia técnica
la carga excesiva de subjetividad (en oca- SUBJETIVIDAD, OBJETIVIDAD Y
siones se dice de política) de lo social. Es EDUCACIÓN
cierto que la figura «experto/a» ha ocupa-
do un lugar destacado en el pensamiento Naturalmente, el grado de penetración de
tecnocrático antes de surgir el fenómeno estas dos tendencias no es uniforme,
de la profesión, pero su papel era cualita- variando sustancialmente según las eta-
tivamente diferente, ya que ejercía de asa- pas educativas, titularidad de centro,
lariado/a que intercambia por una retribu- patrocinio, etc. En cualquier caso, y esto
ción sus capacidades técnicas al/la propie- es lo que me interesa, en este artificial y
tario/a de los medios de producción, falaz juego bipolar de oferta-demanda y
mientras que la profesión se define por subjetividad-objetividad, la educación
poseer el medio de producción, el cono- entendida como derecho del/la ciudada-
cimiento. Es este último cambio, el paso no/a se pierde, alejándose de su propio
del conocimiento de simple medio de tra- sentido: estar al servicio de la ciudadanía
bajo a medio de producción, el que ha para el pleno ejercicio de esa misma ciu-
hecho posible el fenómeno de la profe- dadanía4. Tanto la presión de los intereses
sión. Aprovecharé la ocasión para decir de la demanda y su crítica descarnada
que esta tendencia, al igual que la de (sea de izquierda o de derecha) como el
hacer de la educación el medio de capaci- encorsetamiento de la educación en
tación laboral, engarza con la expansión esquemas profesionales que tienden a
de la llamada «globalización», en cuanto autonomizarla alejándola de las necesida-
internacionalización de una nueva divi- des sociales, paralizan la educación, espe-
sión del trabajo que se configura como cialmente la enseñanza pública en cuanto
redistribución geográfica de la funcionali- expresión directa de los derechos y obli-
dad productiva y financiera y en la que se gaciones de la ciudadanía. Por esto, es
atribuyen los papeles económicos según imprescindible restaurar el estatus onto-
el criterio del mayor o menor dominio lógico-epistemológico de la educación.
sobre la mediación instrumental. Empleo el término «restaurar» en su sen-
A pesar de la objetividad que reivindi- tido pleno de volver a la situación origi-
ca y de la que se siente portador, el fenó- nal, puesto que estamos ante un proceso
meno de la profesión es una consecuen- de «desfiguramiento» bien a través de la
cia más del genérico proceso de subjetivi- demanda, bien a través de la profesionali-
zación del mundo social. Sólo puede zación. Siendo un fenómeno social, la
entenderse de esta manera la pretensión educación ha de entenderse como un
de colocarse al margen del mundo axioló- continuo bidimensional, «ontológicamen-
gico de lo social bajo la excusa de la pose- te subjetivo» y «epistemológicamente
sión de un determinado conocimiento o objetivo»5. Es subjetivo en cuanto que no
competencia. Es una forma más de nega- posee existencia per se, sino que requiere

(4) La expresión «pleno ejercicio de esa misma ciudadanía» incluye las cuatro metas citadas
de la educación y al tiempo remarca la que considero básica y soporte del resto.
(5) J. F. ÁLVAREZ: «Modelos humanos en incertidumbres globales: la importancia del análisis
conceptual», en Revista de Educación, número extraordinario 2001, pp. 31-39.

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de la práctica humana para existir, y es y de una forma plástica, podemos expre-
objetivo en cuanto produce efectos reales sar esta situación diciendo que somos
a través de esa misma práctica: sujetos individuales que componemos y
compartimos un campo experiencial múl-
Su realidad es externa a la subjetivi- tiple denominado centro escolar. Es pre-
dad humana individual, pero no a la cisamente por esto que el aprendizaje es
subjetividad de todos los humanos ese continuo bidimensional del que
considerados en conjunto; no es hemos hablado, materializado en la rela-
externa a la subjetividad humana ción entre un yo y un tú que se enfrentan
colectiva. Se trata de una idea, luego al mundo:
carece de objetividad ontológica y
sólo puede actuar mediante y desde Ahora, ya nadie educa a nadie, así
el ámbito epistemológico que es el como tampoco nadie se educa a sí
campo de la subjetividad humana, mismo, los hombres se educan en
individual o colectiva. (Álvarez, 2001, común, mediatizados por el mundo.
p. 34). (Freire, 1975, p. 90).

Por supuesto que las cosas nunca son Estas tres dimensiones, yo-tú-mundo,
tan sencillas como cabría esperar a prime- se traban intersubjetivamente (objetivi-
ra vista. Y menos en educación, donde lo dad epistemológica) mediante los nexos
subjetivo aparece siempre remarcado de «con» y «en», pues me educo «con»
una manera especial en consonancia con alguien «en» un mundo referencial simbó-
el protagonismo de los factores persona- lico. Volviendo a la metáfora del campo,
les. Las condiciones en que se desarrolla acabamos de añadir un matiz decisivo: la
el proceso enseñanza-aprendizaje, la individualidad no se encierra en los lími-
inevitable relación yo-tú, imponen un tes de su experiencia subjetiva sino que se
«sobredimensionamiento» de la faceta abre a la multiplicidad experiencial del
personal que remite directamente a los campo. Igual que un poliedro, el campo
sujetos a los límites de su propia expe- está compuesto de caras distintas, pero
riencia interpretativa. En efecto, la subje- abiertas a las demás para construir a par-
tividad ontológica es tomada con dema- tir de cada perspectiva fragmentaria una
siada frecuencia por la nota característica visión común.
de la educación e incluso es exacerbada No está de más señalar que esta capa-
hasta convertirla en cualidad definitoria cidad de apertura hunde sus raíces en la
de todo proceso educativo escolar, de tal evolución de la estructura biológica del
manera que queda reducido a un juego ser humano. La acción y la experiencia de
de confrontaciones entre las diferentes los seres vivos tienen la nada desdeñable
experiencias. Aún más. Desde un punto característica de delimitar la subjetividad:
de vista fenomenológico podríamos decir
que aprender es un individual e irreducti- ...experiencia y acción son dos mani-
ble «ser consciente de», y todo acto de festaciones indisolublemente ligadas
conciencia está inmerso en la «experien- del proceso incesante del campo físi-
cia» del sujeto. Sin embargo, no debemos co definidor de un organismo.
olvidar (como señaló E. Husserl) que la (Cordón, 1976, p. 12).
conciencia es siempre «conciencia de», un
«de» intencional que conlleva la apertura Lo que significa que el campo físico y
al/la otro/a y al mundo. Metafóricamente, el organismo se identifican, pues en el

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primero radica la «constante capacidad de decir, la relación directa yo-tú-mundo, al
acción» de todo ser vivo. Digamos, enton- servicio del cual debería ponerse el resto.
ces, siguiendo a Faustino Cordón, que la No es extraño, entonces, que la didáctica
subjetividad o «íntima individualidad» sea una de las disciplinas educativas que
surge en contraposición al entorno en el han experimentado mayor desarrollo
que se incluye el cuerpo o soma que se cuantitativo y cualitativo. Junto a ella la
convierte en su «entorno inmediato». gestión parece disputarse una de las buta-
Resumiendo, el organismo se autodelimi- cas de palco gracias a la importación de
ta por contraposición al mundo físico que las técnicas desarrolladas en la empresa
le rodea. Además, y en esto estriba la sin- que han demostrado su eficacia. En lo
gularidad humana, que respecta a la organización, encontra-
mos junto a un panorama monótono una
...el carácter distintivo de la acción y serie de propuestas históricas significati-
experiencia humana es el hecho de vas cuyas influencias son a veces difíciles
que se realiza en pensamiento. Por lo de rastrear. La realidad es que la organiza-
demás, el pensamiento es consustan- ción de nuestros centros escolares, en tér-
cial con el lenguaje... Dicho de otro
minos genéricos, es resultado directo de
modo, lo característico de la expe-
la aplicación de los principios de la racio-
riencia humana es el ser siempre
nalidad con respecto a fines que tan clara-
comunicable a otros hombres; por su
naturaleza, toda experiencia humana
mente definió Max Weber y que con tanta
es potencialmente social. (Cordón, naturalidad se aplican. Nuestros centros
1982, p. 13). escolares son un producto redundante
del modelo técnico-racionalista de organi-
La consecuencia se nos presenta en zación, unos clones apáticos y ramplones
una doble vertiente. Por una parte, la sub- del Estado. Poco más en el panorama, si
jetividad se «configura ante» el entorno exceptuamos casos aislados y anecdóti-
(comenzando por el cuerpo) para consti- cos, incluso exóticos.
tuir una «unidad» diferenciada. Por otra, Ahora bien, la puesta en práctica de la
el ser humano posee la capacidad de función esencial de la educación (lo que
«abrirse a» otro/a y al mundo justamente antes he llamado su sentido) sólo es facti-
por la materialización en lenguaje de esa ble si somos capaces de organizar el «edu-
acción y experiencia definitorias de la carse con», en última instancia la comuni-
subjetividad. En otras palabras, la supera- cación, si somos capaces de crear organi-
ción de la subjetividad desde la misma zaciones que garanticen en la medida de
subjetividad para recrear un mundo inter- lo posible la relación yo-tú-mundo. Pero
subjetivo es posible. «Educarse con» no es la cuestión de la comunicación en las
una contradicción sino una posibilidad organizaciones escolares es más que una
real. Estamos ante la objetividad humana. mera cuestión de «correlación» tridimen-
Si descendemos desde este gran prin- sional, es decir, algo más que yuxtaposi-
cipio hacia su concretización en un pro- ción de polos. La comunicación incluye la
yecto educativo acabaremos por encon- construcción de referencias simbólicas de
trar el centro escolar, y en su interior toda tal manera que se origina un fenómeno
una serie de ámbitos en distinto grado de de calificación-descalificación de aspectos
relevancia. Sin pretender entrar en discu- de la realidad que desemboca en un pro-
sión, creo que estaremos de acuerdo en ceso donde se «genera comprensión».
que la primacía la tiene el didáctico, es Entramos en uno de los aspectos determi-

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nantes del hecho escolar, que no aborda- impliquen la compatibilidad de las discre-
ré por tratarse de uno de los temas actua- pancias mediante el recurso a estrategias
les de la investigación organizativa esco- respetables, sean políticas (la democra-
lar, la micropolítica. Me conformo con dar cia), éticas (los derechos humanos) o cog-
por sentado que todo centro escolar es noscitivas (la ciencia). Representan estas
un campo poli-experiencial en el que des- estrategias el esfuerzo por buscar «axio-
tacan intereses personales, profesionales mas» a partir de los cuales edificar certe-
e ideológicos, articulados frecuentemente zas intersubjetivas (objetividad humana)
a través de la puesta en escena de grupos que nos permitan marcar el campo de
de presión a la búsqueda de influencia en juego de las desavenencias. En relación
la organización escolar6. El «educarse con el tema que nos ocupa, lo interesan-
con» es bastante más complicado de lo te es un hecho que no debería pasar inad-
que aparenta. vertido: en la coyuntura histórica actual la
responsabilidad de reproducción social
ORGANIZAR LA COMUNICACIÓN de esas estrategias ha recaído en la escue-
la. No es una cuestión insignificante. Por
Si ahora ascendemos hasta el plano social el contrario, ha provocado un cambio
en esta línea de intervención, nos encon- radical e irreversible en el fundamento
traremos con formas sociales de organizar mismo del sistema escolar, por más que
la comunicación. Por supuesto que hay una parte de la opinión pública, y tam-
muchos interrogantes en este pantanoso bién del profesorado, se empeñe en mirar
terreno. Según como se mire, afirmar que a otro lado como si nada hubiera sucedi-
la sociedad organiza la comunicación do. Podrá argumentarse que la escuela
parece una broma de mal gusto. Echar siempre ha sido un instrumento para la
una ojeada a la Historia puede convertir- reproducción de los mecanismos sociales
se en una desconsoladora experiencia, en de integración-segregación, lo cual era y
particular cuando percibimos la obceca- es una obviedad, pero la situación actual
ción de los seres humanos por «conven- presenta un sesgo que marca la diferencia
cer» a sus semejantes, obcecación que nos cualitativamente más allá de la mera
ha llevado a extremos ciertamente delez- reproducción. La ciudadanía considera a
nables (piénsese en las guerras de reli- la escuela, especialmente en lo que se
gión). En verdad, la historia de la Huma- refiere a las estrategias antes citadas,
nidad puede interpretarse como la histo- como la garantía última de su propia exis-
ria de la desavenencia, pero esto no inva- tencia, de tal manera que el/la ciudada-
lida la premisa citada, según la cual la no/a, el sujeto soberano, sólo puede exis-
sociedad establece formas de organizar la tir si antes ha sido sujeto educando.
comunicación. El poder, sea del signo Este hecho otorga a la organización
que sea, es precisamente eso, una forma escolar un grado de responsabilidad hasta
concreta de organizar la comunicación. ahora desconocido y la conecta de una
Frente a esto, y como si de la ley de la manera inextricable con la vida social e
compensación se tratara, la sociedad occi- individual de los/as ciudadanos/as. Y
dental ha tratado de hacer plausible for- cuando digo individual no me refiero sólo
mas de comunicación intersubjetiva que a la individualidad psicológica, sino tam-

(6) Véase S. J. BALL: La micropolítica de la escuela, Barcelona, Piados/MEC, 1994.

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bién a la individualidad existencial7, ya del pensamiento sobre esas acciones y
que: experiencias.
Antes de continuar haré una pequeña
Existir, humanamente, es pronunciar corrección. Ya que la dimensión en que
el mundo, es transformarlo. El mun- nos moveremos será la de la organiza-
do pronunciado, a su vez, retorna ción, sustituiré la palabra interactivo que
problematizado a los sujetos pronun- he utilizado para definir el centro por
ciantes, exigiendo de ellos un nuevo interseccional. Este término de origen
pronunciamiento. (Freire, 1975, p. geométrico tiene un significado aséptico,
104). cruce o encuentro de líneas que se cor-
tan, que me parece adecuado para hablar
Hacer factible que el sujeto educando de organización, y ello porque la organi-
acceda al mundo para «pronunciarlo» sig- zación no puede asegurar la interacción
nifica hacer posible el sujeto soberano entre los sujetos que la componen, su
que piensa el mundo y actúa autónoma- propósito es garantizar que se den las
mente en él mediante estrategias políti- condiciones para que se produzca, pero
cas, éticas y cognoscitivas. para que se produzca debe intervenir otro
Si antes hablaba de la necesidad de factor, la voluntad de las personas.
organizar el «educarse con», ahora añado Cuando entra en juego este último el
la exigencia de organizar el «educarse «encuentro» propio de la intersección se
con» como requisito para la ciudadanía8. transforma en acción recíproca, en inter-
Concretarlo nos lleva inevitablemente al acción. La expresión «campo interseccio-
centro escolar. El punto de referencia de nal» tiene así una connotación metafórica
cualquier planteamiento organizativo ha que sugiere la idea de una organización
de ser el centro mismo, o lo que es igual, que facilita la coincidencia de sujetos y
el «campo» donde interactúan diferentes también una conceptual que explicita una
sujetos con diferentes experiencias perso- realidad prefigurada, siempre dejando
nales y/o diferentes visiones propiedad de claro que «campo interseccional» no es, ni
diferentes grupos de presión, con el fin lo pretende, un concepto científico, sino
de «producir» educación. El centro es un lo que M. Foucault llama un «indicador
lugar donde los sujetos actúan y tienen epistemológico», «un clasificador y dife-
experiencias en interacción perpetua. En renciador» de los discursos, un instru-
otras palabras, el centro escolar es un mento que posibilita el acercamiento dis-
«campo interactivo» y por lo mismo uno tintivo al objeto y que por tanto delimita
de los referentes de comprensibilidad de el ámbito en que debemos desarrollar
los eventos que resulten en su seno. nuestro discurso, pero en sí mismo no
Desde luego que no el único, pero sí sig- define el objeto9. Así pues, nos servirá de
nificativo, pues permite el intercambio de orientador a la hora de diseñar las líneas
diferentes acciones y experiencias de los maestras de la organización de un centro
sujetos a través del lenguaje y el ejercicio escolar, pero no puede ofrecernos un

(7) Espero que se me perdone este devaneo metafísico. No me resisto a citar el para mí
bellísimo pensamiento, en su forma y en su contenido, de P. Freire.
(8) Nótese que tal requisito no se refiere a la legalidad, sino al hecho mismo de que cada
individuo tenga la opción de ejercer autónomamente sus derechos y obligaciones.
(9) M. FOUCAULT: De la naturaleza humana: justicia contra poder, en M. FOUCAULT,
Relaciones de poder, Barcelona, Piados Ibérica, 1999, p. 60.

212
modelo más o menos global de organiza- Confundirlo con un activismo desestabili-
ción. zador sería un error lamentable.
Esto que puede parecer un inconve- En cuanto a la organización escolar,
niente es en realidad una ventaja tenien- creo que estos principios serían de una
do en cuenta que nos permite explorar utilidad inestimable, especialmente consi-
cada situación concreta e introducir derando que las bases organizativas de la
variantes ad hoc a discreción. En efecto, actual institución escolar carecen en gran
la falta de «canon» o medida modelo faci- medida de fundamentación «racional» a
lita la intervención abierta en una doble pesar de que se presente como una forma
dirección, imaginativa y al tiempo prag- de organización técnico-racional. Desde
mática. A partir de aquí entramos en sin- el momento en que somos parte de esa
tonía con lo que Paul K. Feyerabend10 organización juegan en nosotros/as ele-
denomina «principio de proliferación de mentos ideológicos, intereses y servidum-
hipótesis», que enuncia de la siguiente bres cotidianas que nos dificultan visionar
manera: otras alternativas. Una herramienta útil
para colocarnos en perspectiva diferente
inventar y elaborar teorías que sean es el principio de contrainducción:
inconsistentes con el punto de vista
Los ingredientes ideológicos de nues-
comúnmente aceptado, aun en el su-
tro conocimiento y, más especialmen-
puesto de que éste venga altamente
te, de nuestras observaciones, se des-
confirmado y goce de general acep-
cubren con ayuda de teorías que
tación. (Feyerabend, 1989, p. 22).
están refutadas por ellos. Se les descu-
bre contrainductivamente. (Feyera-
Este principio está ligado a otro, ante- bend, 1989, p. 60).
rior desde una perspectiva epistemológi-
ca y origen del primero, que llama «con- Poner en pie una organización con-
trainducción» y que es específico al pro- creta que vaya por un camino distinto del
poner elaborar hipótesis inconsistentes. que tenemos actualmente me parece
Éste tiene un valor de «oposición», mien- tarea imprescindible, sin que ello supon-
tras que aquél pretende acumular conte- ga su sustitución por otro modelo com-
nido empírico vía multiplicación de hipó- pleto y cerrado. Un buen antídoto para
tesis. En cualquier caso, Feyerabend no ello serán los principios de «proliferación
limita su valor al mundo de lo físico y lo de hipótesis» y de «contrainducción».
extiende al social. El cometido de tales A partir de aquí intentaré caracterizar
principios no es provocar un acceso de el «campo interseccional» o describir los
locura antisistema, sino dejar abiertas las atributos que lo definen en cuanto inten-
puertas a la transformación de la realidad to de organizar el «educarse con» al servi-
y poner en acción un mecanismo de cio de la ciudadanía.
detección de nuestros supuestos ideoló- Acción-experiencia-lenguaje-pensa-
gicos. Feyerabend defendía la imposibili- miento son las figuras en que se expresa
dad de un conocimiento libre de la inter- la actividad humana, un círculo que se
vención del sujeto y por ello se esfuerza desenvuelve en interacción con el/la
en comprender y sistematizar este hecho. otro/a y el mundo, yo-tú-mundo. Y ese

(10) K. FEYERABEND: Contra el método, Barcelona, Ariel, 1989.

213
desenvolvimiento será cualitativamente na por el método de la apelación a objeti-
mayor cuanto mayor sea la interacción. vos claramente identificables y mensura-
Para ello hemos de facilitar las coinciden- bles. Por el contrario, asume la ambigüe-
cias o intersecciones entre sujetos ya que dad como un elemento que potencia la
«educarse con» debe entenderse en su autonomía del sujeto al potenciar la acti-
radical igualdad comunicativa (no de res- vidad humana (en sus cuatro figuras).
ponsabilidades), si es que pretendemos La segunda caracterización es tan evi-
que el educando elabore su propia inter- dente que no requiere comentarios. La
pretación del mundo, a la que tiene dere- citada igualdad comunicativa, concretada
cho como ciudadano/a. La igualdad la horizontalidad, disuelve el papel domi-
comunicativa implica también un abanico nante jugado por el/la profesor/a, o cual-
de mediaciones personales diferentes que quier otro agente, para dar paso a una
le faciliten «pronunciar» el mundo y ase- dialéctica cooperativa en la que la idea
gurar así su acceso a éste desde perspecti- de «hegemonía» es sustituida por la de
vas diferentes. Por tanto, cuantas más «protagonismo compartido». Éste se des-
intersecciones tanto mejor. arrolla en el campo poli-experiencial que
Este planteamiento nos sitúa más allá es el centro, donde lo que se juega y lo
de la organización técnico-racional actual que se pone en cuestión son los intereses.
y sobretodo más allá del símbolo por De aquí surge la tercera caracterización:
excelencia de ésta, la tríada profesor/a- la dialéctica cooperativa se asienta, para-
hora de clase-grupo clase, sometida, a su dojas de la vida, en la explicitación de
vez, a la exigencia del «logro» de objeti- intereses, sean coincidentes o enfrenta-
vos, manifestación consecuente de la lógi- dos, y no precisamente con la intención
ca instrumental presente en el concepto de conseguir consensos, sino para igualar
de programación. Frente a ello la intersec- o equiparar a los sujetos mediante el
cionalidad insiste en la posibilidad de reconocimiento de esos intereses11.
interactuar subjetividades y en la elabora- La cuarta caracterización tiene que ver
ción de una interpretación del mundo con la del tiempo. El «campo interseccio-
como consecuencia directa de ellas. nal» ha de considerar a los sujetos en su
Nótese que a medida que el educando va realidad concreta lo que nos conduce a la
produciendo su visión del mundo el temporalidad. La razón es la más sencilla
papel que juega en el «campo» es mayor que pueda imaginarse. La distinción entre
al aumentar su grado de autonomía y por «íntima individualidad» (subjetividad) y
tanto su probabilidades para interactuar soma, nos permite afirmar que
con otros sujetos. Es un proceso en espi-
ral en el que se incorpora progresivamen- lo que llamamos vida, sea una suce-
te al referente de comprensibilidad para sión temporal de actos simples
formar parte de él. (Cordón, 1976, p.13).
He aquí la primera caracterización del
«campo interseccional», la primacía de la Es llamativa la ausencia del tiempo en
relación yo-tú-mundo sobre la eficacia la consideración de la organización si no
lógico-instrumental y como consecuencia es para plasmarse en el horario, con toda
de ello su deliberada debilidad estructu- la rigidez propia de las organizaciones
ral, pues no pretende la coherencia inter- estructuradas en función de la racionali-

(11) Sin duda un tema digno de una discusión profunda que no cabe en este breve artículo.

214
dad con respecto a fines y su huésped Cuando programamos predecimos y
parásito, la creencia en que la ausencia de afirmamos que sólo es real lo posible, en
rigidez horaria implica desorden. Con nuestro caso lo previsto, de tal manera
todo, no es la faceta de la organización que su existencia depende de su previsi-
horaria a la que me referiré, sino a la dura- bilidad. Digamos que lo previsto, lo posi-
ción como dimensión del aprendizaje. ble, termina por transformarse en criterio
Tomemos una programación. En ella para juzgar la validez de lo que acontece.
aparecen secuenciados los contenidos, Lo imprevisible queda entonces apartado,
esto es, insertos en un orden lógico que desguarnecido de valor ontológico, redu-
implícitamente arrastra un orden supues- cido a una quimera. Y con lo imprevisible
tamente temporal. Es más, sin la recu- la creación, la originalidad. Porque única-
rrencia a ese orden temporal sería impen- mente eliminado la comprensión del
sable la plasmación de la secuenciación tiempo como yuxtaposición,
en aprendizaje. Prestémosle un poco más
de atención. La sucesión temporal es pen- la duración se revelará tal cual, crea-
sada como una suma de instantes que se ción continua, surgimiento ininte-
corresponden con unidades de aprendi- rrumpido de novedad. (Bergson,
zaje en las que se han dividido a su vez los 1972, p. 15).
contenidos, olvidando que el tiempo no
se compone de instantes sino de lapsos El aprendizaje, constreñido por la
de duración. El tiempo se asocia a una programación y sometido a la causalidad
línea de instantes que puede ser recorrida por ella impuesta, queda reducido a un
en ambos sentidos, de atrás a delante y a recorrido prefigurado cuya validez reside
la inversa. Tal consideración consiste en la en la repetición del orden encerrado en
espacialización del tiempo al recurrir a la él. El corolario de esta visión es la presun-
yuxtaposición propia de la geometría ción de la simultaneidad de instantes en
para sustituir a la duración propia del los que se produce la apropiación del
tiempo. contenido por parte del/la alumno/a. Se
admiten desviaciones de la simultanei-
Las consecuencias de esta ilusión son dad, alumnos/as que no consiguen esa
innumerables. Nuestra apreciación de apropiación, de ritmos diferentes se dice,
los hombres y los acontecimientos pero esto no afecta al centro de la argu-
está enteramente impregnada de la mentación, pues en principio la simulta-
creencia en el valor retrospectivo del neidad se toma como la posibilidad más
juicio verdadero, en un movimiento probable. La programación considera que
retrógrado que la verdad ejecutaría cada alumno/a es una cadena causal lógi-
automáticamente en el tiempo una
co-temporal que opera simultáneamente
vez planteada. Por el solo hecho de
con otras cadenas. En otras palabras, que
cumplirse, la realidad proyecta tras
existe a priori una contemporaneidad de
ella su sombra en el pasado indefini-
damente lejano; parece así haber pre-
sucesos que ocurren en una única línea
existido, bajo forma de posible, a su temporal. El examen es la representación
propia realización. De aquí fluye un idealizada de la simultaneidad. Y la eva-
error que vicia nuestra concepción luación la encargada de colocar a cada
del pasado; de aquí proviene nuestra cual en el instante que le corresponde.
pretensión de anticipar en toda oca- La ilusión de la simultaneidad se
sión el porvenir. (Bergson, 1972, p. extiende también a la nefasta idea de
20). «nivel de logro» o «consecución de objeti-

215
vos», al dar por sentado que la meta es como factor definitorio que despliega su
equivalente para todos los sujetos (ten- potencialidad en un «campo» de juego
dencia hiperacentuada en secundaria). Es único en el que estamos todos/as y yo.
algo así como el instante final de la línea Incorpora, así, el «universo-campo» en
temporal. Poco importa que para el suje- cuanto «referente inclusivo» indisociable
to cognoscente el aprendizaje sea un con- de los sujetos que interseccionan forman-
tinuo que se desenvuelve en lapsos tem- do una red12 que reedita a su vez el
porales que no están organizados ordinal- «campo». Naturalmente, se nos presenta
mente, sino que son fluctuantes, elásti- como subjetivo y espontáneo frente a la
cos, indistinguibles y con cierta «apertu- objetividad ordenada de otros plantea-
ra», en los que la apropiación de conteni- mientos. En nuestra sociedad tecnificada
dos no es lineal ni yuxtapuesta, sino inter-
parece ser que sólo aquello que se orde-
conexa y efectuada en el transcurso de la
na hacia un fin tiene garantía de desarro-
duración.
llo: es la imagen del enjambre. Frente a
Organizar en la perspectiva temporal
tiene dos implicaciones fundamentales. ella la imagen de la espontaneidad: una
Una, romper con la predeterminación de serie de eventos esporádicos imprevisi-
contenidos. Dos, concebir al individuo bles que provocan incertidumbre.
en su propia temporalidad referencial.
Respecto a la primera, no es éste el lugar
para abordarla en detalle, pero sí para BIBLIOGRAFÍA
recordar que el «orden curricular», la
selección, secuenciación y evaluación de FERNÁNDEZ ENGUITA, M.: «Las profesiones
contenidos, no debe necesariamente alo- como poder social: el caso de profe-
jar en su seno un dinamismo finalista o, si sorado», en Revista de Educación,
se prefiere, no tiene por qué ser atravesa- 324 (2001), pp. 143-154
do por la fatalidad. Respecto a la segunda, ÁLVAREZ, J. F.: «Modelos humanos en
reafirmar que el aprendizaje se produce incertidumbres globales: la importan-
siempre en tiempo actual, no en el porve- cia del análisis conceptual», en
nir, y que por eso parece lógico organizar Revista de Educación, número extra-
el presente en función del presente, dar ordinario (2001), pp. 31-39.
al yo y al tú en su acercamiento al mundo TEDESCO, J. C.: «Educación y hegemonía
para «pronunciarlo» la opción de la gra- en el nuevo capitalismo: algunas
tuidad temporal, sin que ello signifique
notas e hipótesis de trabajo», en
eliminar el sentido de futuro, es decir, la
Revista de Educación, número extra-
proyección del aprendizaje hacia el futuro
ordinario (2001), pp. 91-99.
aceptando que es el presente el que le da
sentido y no a la inversa. FREIRE, P.: Pedagogía del oprimido.
En general, las consecuencias de Madrid, Siglo XXI de España Editores,
adoptar este punto de vista me parecen 1975.
evidentes para cualquiera que conozca la CORDÓN, F.: Pensamiento general y pen-
organización dominante en nuestro siste- samiento científico. Barcelona,
ma educativo. El planteamiento intersec- Anthro-pos Editorial del Hombre y
cional parte de la concurrencia de sujetos Editorial Ayuso, 1976.
no como factor inevitable que ha de ser o — La función de la ciencia en la socie-
bien reducido a su elementalidad esencial dad. Barcelona, Anthropos Editorial
o bien insertado en el conjunto, sino del Hombre, 1982.

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BALL, S. J.: La micropolítica de la escuela. BERGSON, H.: El pensamiento y moviente.
Barcelona, MEC/Paidós Ibérica, 1994. Buenos Aires, Editorial La Pléyade,
FOUCAULT, M.: «La verdad y las formas jurí- 1972.
dicas», en FOUCAULT, M., Relaciones MICHEL, A.: «Una visión prospectiva de la
de poder, Barcelona, Paidós Ibérica, educación: retos, objetivos y modali-
1999, pp. 169-281 . dades», en Revista de Educación,
— «De la naturaleza humana: Justicia número extraordinario (2002), pp.
contra poder», en Foucault, M., 13-23.
Relaciones de poder, Barcelona, SANZ FERNÁNDEZ, F.: «El futuro de la edu-
Paidós Ibérica, 1999, pp. 57-103. cación social», en Revista de
FEYERABEND, P. K.: Contra el método. Educación, número extraordinario
Barcelona, Editorial Ariel, 1989. (2002), pp. 125-147.

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