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Código: 16030106
Curso: Literatura peruana A
La modernidad en dos poemas de Magda Portal
A pesar de haber podido escribir dos libros de poemas anteriores (Ánima absorta
y Vidrios de amor, los cuales no salieron a la luz sino hasta años después), Una
esperanza i el mar (1927) resultó ser el primer compendio de poemas de Magda
Portal en ser publicado como tal. Portal integró a su obra de tintes modernistas
varias corrientes del vanguardismo surgido en Europa y, a su vez, un discurso
social el cual tiene elementos como las fábricas, la clase media trabajadora y la
descripción de su modo de vida. La aparición de nuestra autora en el escenario
literario peruano en la década comprendida entre 1920 y 1930, en tiempos donde
la modernidad estaba consolidándose y dando sus primeros frutos en la sociedad
peruana (culturales, sociales, económicos, etc.), significaría la llegada de la
“primera poetisa del Perú”, según José Carlos Mariátegui. Pero, ¿es suficiente la
integración de temáticas propias de la modernidad y del uso de una novedosa
estructura formal para poder denominar su obra como un producto de la
vanguardia literaria peruana?
Durante los primeros años del siglo XX, la tecnología y la ciencia producto
de las revoluciones industriales en Europa procedieron a llegar al Perú. Este
suceso generó el inicio de la industrialización del país y el conocido fenómeno
de la clase social proletaria estaba por originarse. López (1999) afirma:
Si hasta los primeros años del siglo, el campo intelectual peruano estaba
dominado por una clase política aristocrática (el civilismo), también es cierto que
durante el primer tercio del siglo XX se inicia la movilización de las capas medias
en rápido crecimiento. Cabe resaltar que los sectores medios provincianos serán
el motor principal de los fenómenos ideológicos y culturales que ocurren en Lima
o en las ciudades más importantes del país (p. 28)
Así, el que una mujer sea la única persona en tener los créditos de una
creación artística o intelectual era dificultoso, por no decir muy poco concebible,
a inicios de la década de 1920. Es por ello que tenemos a Portal como un ejemplo
del compromiso intelectual del ingreso de más personas de diversas raíces y
condiciones para demostrar que, para la cúpula del conocimiento de ese
entonces, debía haber igualdad de condiciones y una meritocracia de pertenecer
a aquella condición.
Por eso desenvolvemos y preconizamos una gran idea nueva que nace de la
vida contemporánea, la idea de la belleza mecánica (sic), y exaltamos el amor á
(sic) la Máquina, amor que hemos visto impreso en las mejillas de los mecánicos
retostados y sucios de carbón (pp. 74-75).
Sin embargo, para los obreros estos ambientes solo son de transición,
pues su ambiente predominante es la fábrica. Así pues, tenemos a la fábrica
como un ambiente totalmente hecho por el hombre, sin más intervención natural
que la del mismo ser humano. Interesa ver cómo la voz poética describe la labor
de los obreros en las maquinarias, unidos en “una sola maquinaria”, en un
“titánico organismo”, donde el ingenio creador de la máquina y la fuerza que
origina su funcionamiento se unen “en acción”; estas expresiones tienen un tono
futurista: en el momento en que el obrero trabaja en la fábrica, el cerebro y la
fuerza humanas junto con las máquinas se convierten en un solo organismo, que
es uno de los mayores ideales de la poética futurista.
Bibliografía