Sunteți pe pagina 1din 19

ANEXO

MÓDULO I:

MÉTODO 5A

“En cada pelea, en cada rabieta, en cada enfado,…


tenemos una oportunidad de oro para ayudarles
a entenderse mejor a sí mismos, a saber gestionarse,
a respetar más a la otra parte,…¡Vamos a aprovecharlo!”
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

Mi método 5A para una educación emocional práctica


y diaria
Cuando nos enfrentamos a la educación emocional de nuestros hijos (o
alumnos), lo más difícil suele ser lidiar con ciertas situaciones que conllevan
una carga emotiva muy elevada, y que generalmente surgen asociadas a las
emociones que antes hemos denominado como emociones desagradables:
miedo, tristeza, rabia,… Por ejemplo: rabietas, pataletas, llanto desconsolado,
miedos, ira,…

Aunque a veces también las emociones agradables pueden ponernos a prueba,


por ejemplo una alegría desmesurada puede desembocar en una situación de
mucha euforia y agitación en un momento y un lugar poco oportunos,
resultando en una situación con carga emocional elevada difícil de abordar.

Como padres, madres, maestros,… sentimos temor de estas situaciones,


principalmente porque no sabemos cómo abordarlas, no tenemos
herramientas para ello, no nos han enseñado cuál es la mejor manera de lidiar
con ellas y cómo podemos ayudar a los niños a transitar por estas emociones
de la manera más respetuosa posible, sin causarles mayor daño, sin perder la
paciencia y consiguiendo que puedan aprender de ellas para que cuando se
vuelvan a producir, sepan gestionarlas mejor y de forma más autónoma.

Después de muchos cursos, muchos libros leídos y de probar muchas cosas con
mis propios hijos, así como observar a otros en situaciones similares, he
desarrollado mi propio método práctico y eficaz (que no infalible, por
supuesto) para gestionar momentos emotivos de los niños y ayudarles, no
sólo a superarlos de la forma más respetuosa posible, sino también ayudarles a
que aprendan de ellos y progresen emotivamente hablando.

Este método está basado en principios de neurociencia, desarrollo del


cerebro del niño, educación emocional y Disciplina Positiva.

El método consta de cinco “sencillos” pasos y lo he nombrado MÉTODO 5A,


vamos a ver esos pasos:

www.clubpequeslectores.com -2-
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

PASO 1
del método 5A:
ACEPTAR

El primer paso no se centra tanto en el niño sino en nosotros mismos. Lo


primero que debemos hacer cuando nuestros hijos se ven sumergidos en una
situación con carga emotiva elevada (por ejemplo una pataleta descomunal
porque nuestro hijo no quiere irse del parque) es aceptarlo.

Debemos ACEPTAR que ellos se sienten así y que sus emociones son reales,
sinceras y (como es obvio) muy intensas. Tendimos a juzgar sus emociones y a
no entenderlas ni aceptarlas: siempre nos parecen desmesuradas (o a veces
todo lo contrario). Pero no es nuestra tarea decidir si son apropiadas o no,
simplemente son las que son y ellos las sienten así en ese momento.

www.clubpequeslectores.com -3-
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

De nada sirve:

- Querer restar importancia al motivo que causó la emoción, eso sólo les
hace sentirse peor porque, a la situación desagradable que están
experimentando, se suma el sentirse incomprendidos y pueden llegar a
pensar que no pueden confiar en sus propias emociones. Debemos
evitar frases del tipo “No hay para tanto, mañana volvemos al parque”.

- Negar, cortar o reprimir sus emociones: si no se expresan


adecuadamente quedan latentes en el niño y acaban explotando de otra
forma (a veces incluso peor), pero nunca desaparecen sin más.

Evitemos frases del tipo:

- “No hay para tanto, mañana volvemos al parque”


- “No tiene importancia”
- “Esto es un tontería” o “no pasa nada”
- “O paras ya o te quedas sin dibujos” (o cualquier otra amenaza o
privación de un privilegio)
- “Los niños buenos no lloran” o “no llores más”
- “Debes ser valiente” o “los fantasmas no existen”
- etc.

Para ACEPTAR debemos recurrir a la empatía (que no a la simpatía o contagio


emocional). Es decir, intentar ponernos en su piel y entender por qué se
sienten como se sienten. Es posible que en su mismo lugar nosotros no nos
sintiéramos igual, pero debemos aceptar que ellos puedan sentirse así,
comprenderlos para luego poder ayudarles.

Nota: podemos sentir empatía sin estar de acuerdo con la conducta del niño ni
justificarla, simplemente significa que comprendemos su percepción.

Y recuerda no juzgar, ni la emoción ni su intensidad. Tampoco negarla,


cortarla, restarle importancia, reprimirla,…

Porque no hay emociones buenas o malas, sólo resultados adecuados o


inadecuados según como estas emociones se hayan gestionado.

www.clubpequeslectores.com -4-
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

Cuando juzgamos la emoción hacemos que el niño sienta vergüenza y/o culpa
por sentir lo que siente, cuando en general las emociones nos llegan de forma
inconsciente e instintivamente. Eso hará que en un futuro el niño tienda a
tapar sus emociones, a esconderlas o a no expresarlas libremente. Pero eso no
hace que las emociones desaparezcan, sólo hace que perdamos información
muy valiosa acerca de su mundo interior y su bienestar personal.

Recuerda también que tú eres el adulto, por tanto tienes más capacidad de
autocontrol, de análisis, de comprensión, de empatía, etc. Mantente en tu
sitio, mantén la calma, empatiza con él pero a cierta distancia, no te pongas a
su nivel (por ejemplo, gritando o perdiendo los papeles) porque luego habrá
dos niños en lugar de uno, los dos dominados por sus emociones, y eso seguro
que no acaba bien.

RECUERDA:

Acepta y acoge su emoción, sin juzgar lo que siente ni tampoco su


intensidad o la idoneidad de esa emoción al hecho vivido, porque al
hacerlo lo llevamos a nuestra razón y nuestro sentir, cuando el sentir es
subjetivo de cada uno.

www.clubpequeslectores.com -5-
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

PASO 2 del método 5A:


ANALIZAR

Una vez hemos aceptado que el niño se siente de esa manera, vamos a
ANALIZAR por qué se siente así.

Recuerda que ya comentamos en el Módulo I del curso que todas las


emociones aparecen por algo, siempre hay un estímulo que las provoca
(interno o externo). A veces es fácil localizar el detonante de todo, otras veces
no lo es tanto o se nos escapan detalles. Debemos tener siempre presente que
muchas veces las emociones se tapan con emociones.

Fíjate que solemos atender a lo qué hacen y cómo lo hacen (está enfadado y
está pegando a otro niño), pero no por qué lo hacen. Si sólo nos quedamos
con la conducta, la emoción queda desatendida.

www.clubpequeslectores.com -6-
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

En cambio cuando primero atendemos a la emoción (y luego al


comportamiento), conseguimos que la regulación emocional se produzca antes
y de forma menos traumática.

Por ejemplo: vas a recoger a tu hijo a la salida de la guardería o colegio y te


monta una pataleta enorme porque el bocadillo que le has llevado es de jamón
y no de queso, o por cualquier otra cosa. Analiza bien la situación porque
muchas veces ésta es la forma de decirnos que nos han echado de menos y
que han sufrido nuestra ausencia y separación.

Otro ejemplo: un niño se muestra últimamente muy agresivo, se enfada a


menudo y pega a sus compañeros. Igual si analizamos bien su situación
personal descubrimos que acaba de tener un hermanito y que no lo está
gestionando adecuadamente. Podría ser que toda esa rabia que siente y
expresa incorrectamente en realidad es su manera de manifestar unos celos
tremendos por el nuevo hermano. De nada servirá gestionar sus enfados si no
atacamos a la raíz del problema: la llegada de un nuevo miembro a la familia y
todo lo que ello supone emocionalmente para el niño: miedo, tristeza, celos,…

A veces hay que actuar rápido (por ejemplo, un niño pegando a otro) y en ese
momento no podemos pararnos a analizar profundamente lo que le pasa. No
importa. Pero volvamos a este punto cuando la situación ya se haya resuelto.
Porque nos servirá para analizar futuros conflictos, entender mejor al niño y
poderlo ayudar más eficazmente.

¡Pero cuidado!: esto es una reflexión personal, interna nuestra. No es


conveniente abordar al niño con preguntas del tipo “¿por qué has hecho eso?”
o “¿en qué estabas pensando?”. Porque este tipo de preguntas culpabilizan.

El “mal comportamiento” o la conducta inadecuada del niño es fruto de su


falta de herramientas o de conocimiento para hacerlo de otra forma más
correcta. Es decir, no ha sabido hacerlo mejor. De nada servirá si encima lo
humillamos o lo culpabilizamos. Lo que debemos es enseñarle a cómo hacerlo
bien, dándole herramientas para la próxima vez.

Sería como culpabilizar a nuestro hijo por no saber doblar una camiseta o
atarse los cordones de los zapatos cuando nunca le hemos enseñado a hacerlo
y/o no ha tenido suficientes oportunidades para practicarlo u observar cómo
se hace. No tiene sentido, ¿verdad?

www.clubpequeslectores.com -7-
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

Es más constructivo y respetuoso para todas las partes cambiar estas


preguntas por otras que buscan soluciones y no culpables. Por ejemplo: “¿qué
podemos hacer para solucionar esto?”, “¿cómo puedes decirlo con palabras?”,
etc. Con este tipo de preguntas es más fácil conseguir la colaboración del niño.

RECUERDA:

No te quedes solamente con la conducta del niño porque ésta es sólo la


punta del iceberg de todo lo que le sucede a éste. El sentimiento que
subyace bajo la conducta es la clave para averiguar a qué se debe dicho
comportamiento y cómo abordarlo.

Pregúntate (a ti, no al niño) qué emociones (secundarias y primarias)


pueden estar provocando ese comportamiento y cómo podemos
solucionarlo de forma respetuosa para todos (aquí si puedes implicar al
niño para lograr su cooperación).

www.clubpequeslectores.com -8-
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

TRUCO: tal como nos cuenta la Disciplina Positiva todos los seres humanos
tenemos unas necesidades emocionales básicas que se pueden resumir en
dos:

• Aceptación: necesitamos sentirnos queridos siempre y de forma


incondicional, por cómo somos y no por cómo nos comportamos.

• Permanencia: necesitamos sentir que formamos parte de algo mayor


(familia, sociedad, mundo,…), porque eso da sentido a nuestra vida.

Así que piensa en estas dos necesidades vitales básicas de todo ser humano
cuando no logres entender qué le pasa a tu hijo o por qué actúa como actúa.
Porque normalmente la finalidad de todo lo que hacen es sentir aceptación y
permanencia, aunque a veces intenten lograrlo de formas totalmente
equivocadas o contraproducentes con esos objetivos. El motivo: lo hacen lo
mejor que pueden/saben.

Cuando se sienten que no les aceptamos o que no forman parte de nada,


entonces se forman ideas o creencias erróneas que les llevan a actuar de
forma desesperada para recuperar esa aceptación y esa permanencia. Lo
suelen hacer de una de estas formas:

• Tratando de llamar nuestra atención (normalmente con su mal


comportamiento)
• Tratando de tomar el control de la situación (suele acabar en una lucha
de poder si no lo paramos)
• Vengándose (se sienten heridos y creen que para sobrevivir también
deben herir a los demás)
• Dándose por vencidos (nadie me quiere, no valgo nada, me rindo porque
haga lo que haga no le importo a nadie)

PARA SABER MÁS….

“Cómo educar con firmeza y cariño”, Jane Nelsen,


Ed. Medici

www.clubpequeslectores.com -9-
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

PASO 3
del método 5A:
ABRAZAR

Y por ABRAZAR me refiero tanto a físicamente como a emocionalmente


hablando.

Una vez ya hemos aceptado sus emociones y sabemos más o menos a qué se
deben, ha llegado el momento de conectar emocionalmente con nuestro hijo
(o alumno).

En plena situación de carga emotiva elevada, de nada sirven los discursos


racionales, pues el niño está totalmente dominado por sus emociones y su
cerebro más racional está prácticamente anulado (recuerda el apartado de
neurociencia del Módulo I del curso). Así que lo que debemos hacer antes es
validar lo que siente, decirle que lo entendemos y lo apoyamos. En resumen,
conectar con él y con su parte del cerebro activa en ese momento (la parte
emocional).

www.clubpequeslectores.com - 10 -
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

PASOS A SEGUIR:

a. Bajar a su altura: nos agachamos para poder mirarlo directamente a los


ojos.

b. Nos preparamos para la escucha activa: olvidamos distracciones tipo


móvil, lo miramos de frente, lo escuchamos atentamente, le
transmitimos nuestro apoyo y comprensión con expresiones de empatía.
Recuerda aquí la importancia del lenguaje no verbal.

c. Le abrazamos: los niños necesitan contacto físico y cercanía afectiva y


emotiva. Eso les ayuda a calmarse, a la vez que se sienten queridos,
seguros y amparados. Recuerda la necesidad de aceptación y
permanencia de la Disciplina Positiva. Algunos niños rehúsan el contacto
físico, debemos perseverar respetando sus deseos y con mucha
paciencia, pero sin tirar la toalla, poco a poco irán aceptando más el
contacto físico.

d. Validamos y normalizamos sus emociones: “veo que estás muy


nervioso”, “te noto muy enfadado”, “creo que lo que ha pasado no te ha
gustado, pues pareces enojado”, etc. Se trata de mostrar empatía sin
excusar la conducta. Puede resultar muy útil compartir alguna
experiencia propia similar: “recuerdo que me pasó algo parecido cuando
tenía tu edad…”

Todo esto nos ayuda a conectar con nuestro hijo, son su parte del cerebro que
está más activa en ese momento (la parte emocional). Cuando conseguimos
conectar con su cerebro emocional es más sencillo llevarlo hacia su cerebro
racional y hacerle ver que puede salir de esa situación usando ciertos recursos,
pensamientos, razonamientos, etc. Es la razón (en el córtex prefrontal) la que
regula las emociones.

www.clubpequeslectores.com - 11 -
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

Esta foto se hizo viral hace un tiempo:

Se estaba celebrando un evento en una escuela y por ese motivo varios


policías se habían desplazado al lugar. Una policía de repente se percató que
había un niño que no lo estaba pasando demasiado bien. Mientras se
acercaba, el niño se tiró al suelo, su madre le comentó que últimamente esa
era su manera de expresar su malestar.

Entonces la policía hizo algo insólito y fuera de lo común: se tumbó en el suelo


al lado del niño. El niño rompió a llorar, la policía le secó las lágrimas y se limitó
a decirle que todo iba a ir bien.

Al poco el niño se levantó tan feliz.

La policía comentó que nunca llegó a saber qué le pasaba al niño pero que “al
igual que nos pasa a los adultos, a veces sólo necesitamos que alguien se
detenga, se ponga a nuestro nivel y, quizás, nos seque las lágrimas. Los niños
también tienen derecho a tener un mal día. Vamos a ponernos al nivel de
alguien hoy y a hacerle sonreír”.

www.clubpequeslectores.com - 12 -
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

“A veces no necesitas que alguien te levante, sino que se tumbe a tu lado


hasta que te puedas levantar por ti mismo. Si los niños sienten vuestro
acompañamiento, que legitimáis esa emoción y que no les queréis quitar
cuanto antes de ahí, es tremendamente importante para ellos, porque se
sienten respetados y ellos a su vez van a hacer lo mismo cuando tengan
hijos”, Begoña Ibarrola.

RECUERDA:

ABRAZAR = CONECTAR EMOCIONALMENTE CON EL NIÑO

Bajar a su altura Castigar


Escuchar activamente Negar sus emociones
Empatizar Empezar luchas de poder
Abrazar, contacto físico Culpabilizar
Validar, normalizar su emoción Intentar razonar

www.clubpequeslectores.com - 13 -
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

PASO 4 del método 5A:


ACOMPAÑAR

Ha llegado el momento de acompañar al niño en el proceso emotivo que va


desde la identificación de la emoción hasta la recuperación del equilibrio
emocional, pasando inevitablemente por encontrar los recursos para canalizar
adecuadamente esa emoción y poder regularla satisfactoriamente.

Aunque nos sintamos incómodos (por ejemplo ante una pataleta en la cola del
supermercado), debemos dar al niño el espacio y el tiempo necesario para
que la emoción se exprese, evitando rescatar o detener dicha emoción a toda
costa.

Algunas emociones, como la tristeza, requieren de más tiempo, pero otras


como la rabia deberían pasarse en 5-10 minutos. Si se alargan a veces es
porque los niños entran en un espiral del cual no saben salir, en este caso sí
debemos intentar ayudarlos a parar la emoción pasado un rato.

Recordemos que ya estábamos a la altura del niño, intentando empatizar con


sus emociones, dándole nuestro apoyo y, siempre que nos lo permita, nuestro
contacto físico. Es momento de seguir legitimando su emoción con frases del
tipo:

- “Entiendo que estés enfadado”


- “Yo también estaría triste en tu lugar”
- “Claro cariño, eso no debe ser nada agradable”
www.clubpequeslectores.com - 14 -
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

- “Te veo muy alterado, supongo que te ha molestado mucho tal cosa”
- “A mí también me pone triste que la abuela no pueda venir hoy”
- Etc.

A veces simplemente es repetir lo que él nos está contando.

Es también el momento de hacer alguna aclaración para limitar su conducta o


poner pautas claras. Deben ser mensajes cortos y concisos, nunca discursos. Y
con una vez hay suficiente.

- “Entiendo que estés enfadado, pero no se pega porque haces daño”


- “Yo también estaría triste en tu lugar, pero no podemos volver a casa a
por el juguete porque llegamos tarde”
- “Te veo muy alterado, supongo que te ha molestado mucho, pero ya
sabes que no hay chuches entre semana”
- “A mí también me pone triste que la abuela no pueda venir hoy pero
tenía que ir al médico”
- Etc.

Ahora también es el momento de ayudarle a encontrar alternativas para


gestionar dicha situación, podemos:

✓ Ayudarle a hacer unas respiraciones para que se tranquilice u otras


estrategias para recuperar la calma (ver el apartado de regulación
emocional del módulo II del curso donde te comparto un montón de
herramientas, cuentos y juegos para que aprendan a regularse o el
Módulo III con más consejos para cada emoción concreta).

✓ Preguntarle qué podríamos hacer para que se sintiera mejor (por


supuesto quebrantar la norma o el límite establecido no es una opción,
pero está bien que lo exprese si quiere)

✓ Negociar: debemos romper con la creencia que negociar con nuestros


hijos es sinónimo de ceder o de perder autoridad. No es así, es mostrar
respeto por sus opiniones y darles la oportunidad de practicar algo que
van a tener que usar mucho en su vida.

www.clubpequeslectores.com - 15 -
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

✓ Proponer alternativas y que ellos puedan escoger, esto es una estrategia


muy buena porque sienten que se respeta su opinión y que tienen cierto
control sobre la situación. Por ejemplo:

“Veo que estás muy triste porque hoy la abuela no ha podido venir, pero
es que debía ir al médico. Quizás podemos hacer otra cosa divertida,
¿prefieres ir al parque o quedarnos a jugar aquí?”

“Entiendo que estés enfadado porque te apetecía mucho pero entre


semana no compramos chuches. Si quieres puedes ayudarme a escoger
la cena. ¿Prefieres arroz o macarrones?”

✓ Algo que funciona muy bien en niños pequeños es la distracción.

www.clubpequeslectores.com - 16 -
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

PASO 5 del método 5A:


APRENDER

Y el último paso pero no por ello menos importante es APRENDER de la


situación que hemos vivido. Como ya he comentado, cada pataleta, cada
rabieta, cada llanto desconsolado, cada momento de euforia,… es una gran
oportunidad para aprender y progresar como personas.

Una vez superada la tempestad viene la calma y es el momento de analizar lo


que ha pasado y preguntarnos si lo hemos llevado bien, mal o mejorable.

También es momento de hablar con el niño de lo que ha pasado, de cómo se


sintió y por qué, de si su respuesta a la emoción fue la correcta o había una
mejor, etc.

Para ello podemos realizarle preguntas de curiosidad: “¿qué ha pasado?”, “qué


crees que lo ha provocado?”; “qué se te ocurre para resolver el problema?”,
“¿qué has aprendido que vaya a serte de ayuda la próxima vez?”.

www.clubpequeslectores.com - 17 -
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

¡Pero cuidado! Lo que hacemos no es nunca tan importante como el modo en


que lo hacemos. Podemos preguntar “¿qué has aprendido de esto?” con un
tono de voz que inflija culpa y vergüenza (creando un ambiente de distancia y
hostilidad) o preguntarlo con un tono que transmita empatía e interés
(ambiente de proximidad y confianza).

También podemos recordar aquí los límites y las normas. Así como pensar
juntos estrategias para que no se vuelva a repetir la situación (un buen
momento es la reunión de familia de la que hablaremos en el Módulo II del
curso), por ejemplo:

Nuestro hijo siempre monta en cólera cuando es la hora de irse del parque,
negociemos con él como lo hacemos para que no se repita. Consensuemos una
estrategia, a veces puede ser tan simple como avisarle un rato antes de irnos,
por ejemplo 10 minutos antes. Y luego repetir el aviso a los 5 minutos. O
acordar que antes de irse podrá tirarse dos veces más del tobogán o que lo
vamos a columpiar 5 minutos y luego nos vamos, etc. Si lo involucramos en la
decisión luego será más fácil que acceda a llevarla a cabo.

A continuación te dejo una infografía de recordatorio del Método 5A, te


recomiendo que la imprimas y la cuelgues en un lugar bien visible, como la
nevera de casa.

Y recuerda, debemos cambiar la mirada:

Ante una situación complicada y de carga emotiva


elevada, nuestro objetivo no debe ser sobrevivir, sino
ayudarles a progresar emocionalmente.

www.clubpequeslectores.com - 18 -
ANEXO MÓDULO I: MÉTODO 5A

Todos los derechos reservados


Copyright © 2017
Club Peques Lectores


Prohibido duplicar, compartir, subir o cargar todo o parte de este documento y/o la
información que éste contiene por cualquier vía, modificar, copiar, reproducir,
distribuir, volver a publicar, cargar, reinterpretar en cualquier forma, publicar,
transmitir, traducir, vender o distribuir en cualquier forma, formato o medio
(incluido el correo electrónico y otros medios electrónicos y mecánicos) ningún
contenido ni material que se te facilite con este curso.

www.clubpequeslectores.com - 19 -

S-ar putea să vă placă și