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Universidad Nacional
de La Plata
Especialización en Pedagogía
de la Formación
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Por último, se esbozarán algunas conclusiones que surjan del interjego de los
ejes y la bibliografía analizada, como así también desde mi experiencia recabada como
Profesora de Prácticas en diversos Institutos de Formación Docente de gestión estatal de
la Provincia de Buenos Aires.
1Esta corriente de pensamiento, promueve un proyecto de sociedad mundial e integral de alcance planetario. En
líneas generales, este período se caracterizó por el condicionamiento de políticas impulsadas por los organismos
internacionales de financiamiento. Se promovieron, entre otras medidas, el libre mercado, el aumento de la tasa de
ganancia del sector privado, la reducción de los costos salariales y del gasto público social. La situación descripta
originó, en Argentina, pobreza y exclusión. Este fenómeno ha sido estudiado por diversos autores, entre ellos, Juan
Carlos Tedesco, quien afirma que (2000: 11), “(…) la crisis (…) es una crisis estructural, cuya principal característica
radica en que las dificultades de funcionamiento se producen simultáneamente en las instituciones responsables de la
cohesión social – Estado -, en las relaciones entre economía y sociedad –crisis del trabajo- y en los modos a través de
los cuales se forman las identidades individuales y colectivas (…)”.
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político - educativa, impulsada por grupos con diversos intereses sociales, algunos
hegemónicos y otros contrahegemónicos, que negocian en una arena de luchas por
imponer su propuesta (Ibíd.: 59, 60 y 66).
Del análisis de la propuesta curricular, surge que, por un lado, se hacía hincapié
en el aprendizaje autónomo y en la consolidación del pensamiento lógico formal para la
lectura crítica de la realidad, pero sin mencionar las características reales del contexto
social. Por otro lado, si bien declarativamente, se enunciaban cuestiones referidas al
compromiso social, la necesidad por parte del futuro docente de conocer la realidad y
de promover actitudes de respeto y dignidad en pos de los valores de la cultura, se
explicitaban reiteradamente conceptos tales como el de autonomía y diferenciación
institucional, dejando claro que, en la articulación entre escuelas, existe un intercambio
exclusivamente pedagógico y didáctico, excluyendo otro tipo de relaciones en red que
pudieran generarse entre las instituciones educativas y otras que potencialmente
estuvieran en condiciones de articular su trabajo, desconociendo parcialmente el aporte
que en contextos socioculturales diversos pudieran generarse.
2Con este término se hace referencia a las costumbres formativas que impactaron e impactan en las prácticas de la
enseñanza del nivel mencionado.
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Los Espacios Formativos3 estaban planteados de modo muy específico, con
contenidos puntuales. Éstos se dividían en: Fundamentación Pedagógica, en el cual se
centraban los marcos teóricos necesarios que iluminaban la práctica y aportaban a una
mirada abarcativa de la realidad socio - educativa; Especialización por Niveles, el cual
apuntaba al abordaje de las características psicológicas y culturales de los alumnos; el
de la Orientación, el cual tenía a su cargo los contenidos específicos a enseñar a los
potenciales alumnos, y por último, el Espacio de la Práctica , que era considerado el eje
vertebrador de la carrera.
3 Aquí se hace referencia a una noción finita y definida que se articula al interior de espacios más grandes y/o de
mayor duración en el tiempo en una serie infinita de prolongaciones posibles.
4 En este sentido, Caparrosi plantea que el acto de enseñar, tiene implicancias colectivas, ya que constituye una
práctica humana que excede las decisiones individuales. El mismo, está atravesado por múltiples dimensiones:
históricas, corporales, pasionales, emocionales, reflexivas y subjetivas. Se da en el marco de negociaciones de
significados y construcciones polisémicas de conocimiento
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el modelo neoliberal, a partir de la Ley Nacional5 y de la Ley Provincial de Educación,
se implementó una transformación curricular, que extendió la formación inicial a cuatro
años.
Este proceso, estaría enmarcado dentro de lo que Kamens y Cha (1999: 83), y
Benavot (2002: 59) plantean con respecto al índice de de compromiso de los estado –
nación con su modernización, que se refleja en la celebración e implementación de
acuerdos internacionales, que tienen por objetivo, hallar vínculos culturales comunes, en
este caso específicamente, con respecto a la formación inicial para la Educación Inicial6.
5 A partir de la sanción de esta Ley, por artículo 76, se crea el Instituto Nacional de Formación Docente. Entre sus
objetivos principales se propone, la planificación y ejecución de políticas de articulación del sistema de formación
docente inicial y continua, fortaleciendo los lazos entre los distintos niveles del sistema educativo.
6 Aquí cabe señalar que, el Nivel Inicial también está permeabilizado por una serie de tendencias pedagógicas y
didácticas a escala internacional: definición de la identidad, organización del nivel, obligatoriedad, sistematización de
la formación docente, expansión cuantitativa, participación de las familias y la comunidad. Así lo asevera un
documento elaborado por Gabriela Diker (2002: 8), para la Organización de los Estados Iberoamericanos.
7 La pedagogía crítica, en su vertiente emancipadora, focaliza la atención en el desarrollo moral y democrático de la
sociedad, en pos del desafío a prácticas dominantes. Los principales exponentes son: Freire, Giroux, Mc. Laren,
Apple, entre otros.
8 Se alude a un trabajador de la educación, del campo intelectual.
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Tanto el curriculum como la cultura, son zonas de productividad, las cuales, no
pueden quedar desvinculadas del carácter social de los procesos y de las prácticas de
significación (Ibíd.: 69).
A su vez, está subdividida, en los tres primeros años, en tres espacios: práctica en
terreno13, herramientas de la práctica14 y el Taller Integrador Interdisciplinario, éste
9 Bourdieu los define como estructuras objetivas sociales que distribuyen interactivamente propiedades pertenecientes
a los mismos (2001). Sus elementos poseen relaciones objetivas y propiedades específicas. Existe entre los campos
curriculares una práctica articulatoria que establece una relación dialéctica entre los mismos, en la que, la identidad
de cada uno de éstos, resulta modificada en virtud de la articulación (Op. Cit., Diseño Curricular para la Formación
Docente de Nivel Inicial y Primario, 2007: 54).
10 Solo presente en el primer año de la formación.
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Solo presente en el último año de la formación.
12 Se la entiende como una experiencia social internalizada, que involucra procesos de aprehensión, internalización y
comprensión del mundo social desde los marcos teóricos propuestos.
13 Es la que se desarrolla en condiciones reales en el campo educativo.
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último consta de una carga horaria de cuatro horas al mes, en donde, prescriptivamente,
debieran reunirse los docentes formadores, docentes en formación, directivos de las
escuelas - destino15 y profesores coformadores16. Tiene diferentes ejes en los cuatro
años de formación: en el primero, Ciudad Educadora, en el segundo Espacio Escolar y
Realidad Educativa, en el tercero Relación Educativa, y en el cuarto Posicionamiento
Docente.
Zabalza afirma que, la innovación no solo es algo diferente, sino que es algo
mejor que lo anterior (Op. Cit., 2012: 19). En este sentido, Angulo Rasco, sostiene que
la innovación supone la creación de algo previamente desconocido, la percepción de lo
creado como algo nuevo y la asimilación de ese algo novedoso (1994: 358).
14 Son aquellos instrumentos metodológicos que es necesario que el docente en formación aprehenda para poder
analizar su trabajo en la práctica en terreno. Este espacio no está presente en el cuarto año de la formación.
15 Se denomina de este modo a las escuelas que reciben a los docentes en formación, entendiendo que, todos los
instituciones educativas, y realiza el seguimiento individualizado de la formación “en terreno” de los futuros docentes
(Foresi, 2009: 223 -224).
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instituciones educativas, ya que implican cambios profundos en los modos de hacer y
de pensar.
Además, también está presente la dimensión axiológica del cambio, que siempre
supone un proceso constante en búsqueda de mejores condiciones materiales y
simbólicas.
La innovación educativa a analizar, si bien se gestó en el contexto de la
administración pública –Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de
Buenos Aires- y corresponde al modelo centro periferia ya que, es la instancia en la
que se getsa la desición (Ibíd: 37), toma lugar concretamente en la urdimbre simbólica17
de la cultura escolar.
En este sentido, el presente trabajo se propondrá analizar la innovación
producida en el cuarto año del Profesorado en Nivel Inicial y su interrrelación
directa con el Campo de la Práctica tomando como ejes las siguientes líneas
directrices:
En la formación inicial de los ´90, en el tercer y último año, está planteado del
siguiente modo: en el Espacio de la Fundamentación, con dos Perspectivas: Filosófico
– Pedagógico – Didáctica y Político - Institucional; en el Espacio de la Orientación, con
17 Con este concepto se hace referencia a la red de significaciones que se tejen en las diferentes instituciones
educativas, teniendo en cuenta las características del contexto, determinadas por las coordenadas espaciales y
socioculturales, que le otrorgan diferentes significados a la realidad.
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cinco asignaturas: Espacio de Definición Institucional18, Lengua y Literatura y su
enseñanza III, Matemática y su enseñanza III, Ciencias Sociales y su enseñanza III,
Ciencias Naturales y su enseñanza III. Por último, los Ejes de la Formación Ética,
Campo Tecnológico y Mundo Contemporáneo, como así también el Espacio de la
práctica –con mayor nivel de importancia- atraviesan el resto de los espacios
formativos. Es en este contexto en el que, los alumnos practicantes19, cumplimentan su
residencia pedagógica.
Aquí es pertinente plantear la discusión de Goodson (2000: 141) acerca de las
tradiciones con respecto a las asignaturas, entendidas éstas como los contenidos
específicos que las disciplinas señalan como objeto de enseñanza (Diccionario de las
Ciencias de la Educación, 1996: 141), compuestas por grupos de elementos individuales
con identidades, valores e intereses variables (Op. Cit., Goodson, 2000: 142), en este
caso, para la formación inicial.
El autor plantea tres tradiciones, que si bien hacen referencia a la educación
secundaria, pueden compararse con el análisis en la formación docente. Las mismas,
manifiestan visiones diferentes acerca de los contenidos y su orientación pedagógica
(Ibíd.: 141).
Las tradiciones, se dividen en: académica, utilitaria y pedagógica. La primera
hace referencia a aquellos conocimientos que preparan para la vida profesional; la
segunda se vincula con los conocimientos prácticos necesarios para el desarrollo de
oficios; y la tercera pone énfasis en la comprensión de los procesos de enseñanza y
aprendizaje de los sujetos involucrados.
Desde el análisis realizado, podría asociarse el planteo de las asignaturas
explicitado, desde la segunda tradición, entendiendo que se le brinda a los futuros
docentes, aquellos conocimientos –de las disciplinas específicas y otros generales- que
les permitirán el desarrollo de su tarea docente.
Este modo, manifiesta algunas limitaciones, ya que no da lugar al análisis y
reflexión de lo que acontece en el aula, y a su relación directa con las características del
contexto.
18 En estos, cada institución define contenidos a tratar según sus necesidades. En el Diseño Curricular vigente, su
equivalente son los Trayectos Formativos Opcionales.
19 Así denominado en el Diseño Curricular mencionado. Esta definición, hace referencia al modo en que se concibe la
praxis del futuro docente: un alumno que practica – ejercita – pone en acción su práctica exclusivamente didáctica en
la sala de jardín de infantes. Tal como ya se planteó al inicio del presente trabajo, se produce el proceso de reflexión –
acción – transformación y transferencia de los marcos teóricos a la práctica. Esta concepción se plantea como como
ascéptica y desvinculada de cuestiones escolares inherentes a la urdimbre de carácter simbólica y política.
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En el cuarto año de la formación, en el diseño curricular vigente, las áreas
nodales están organizadas, en el marco del Campo de los saberes a enseñar, en
Ateneos: de las Prácticas del Lenguaje y la Literatura, de Matemática, de Naturaleza y
Sociedad, de Nuevas Expresiones Estéticas. Cada uno de éstos cuenta con dos horas
semanales más una hora de Taller Integrador Interdisciplinario.
El Campo de la Subjetividad y las Culturas, cuenta con la materia Educación en
y para la salud, el Campo de la Fundamentación, con Reflexión Filosófica de la
Educación y Dimensión ético – política de la praxis docente. Los Trayectos Formativos
Opcionales serían los equivalentes al Espacio de Definición Institucional
correspondiente al Diseño Curricular anterior, y por último, el gran protagonista: el
Campo de la Práctica que atraviesa el resto de los campos formativos.
Los ateneos, son dispositivos20 para la formación que se diferencian de las
asignaturas. Consisten en espacios grupales educativos donde interjuegan procesos de
comprensión, intervención y reflexión en la acción docente, en la mediación entre: la
construcción de las prácticas de enseñanza de diferentes saberes, la complejidad
sociocultural de la experiencia intersubjetiva en el espacio del aula y el posicionamiento
ético-político del docente en su praxis educativa.
Constituyen instancias en las cuales se presentan problemáticas y situaciones
concretas del ejercicio de la profesión docente y se vinculan con marcos teóricos, se
contrastan los aportes y se registra documentando lo actuado, teniendo que enriquecer el
saber implicado en la práctica. Para participar en este tipo de encuentros, es necesario
requerir de categorías teóricas a disposición, además de la disponibididad experiencial.
Es por este motivo, por el que están planteados en el cuarto año de la formación inicial
(Op. Cit., España, 2009: 154 y 155).
En los Ateneos, por tanto, es necesario trabajar con una metodología dialéctica
orientada a la construcción colectiva de la praxis docente como enseñante, como
pedagogo y como trabajador cultural, y con un estilo dialógico donde el conocimiento
se construye colectivamente en y con la práctica.
20Son mecanismos pensados y utilizados para recrear y analizar situaciones contextualizadamente, que favorecen la
comprensión y el planteo de alternativas de acción (España, 2009: 152).
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b. Innovaciones producidas al interior del Campo de la Práctica, desde una
perspectiva cuantitativa y cualitativa.
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En el último año los docentes en formación transitan por la residencia
pedagógica, que si bien es una situación pedagógica ficticia, consiste en una
aproximación al conjunto de prácticas requeridas en el futuro quehacer docente, tiene un
gran impacto en el trayecto de la formación inicial, y es condición indispensable para
acreditar la misma. Durante este período, aquéllos deben demostrar sus aptitudes como
enseñantes. Tal como afirma Davini “(…) las prácticas docentes en contextos reales
tienen una fuerza modelizadora de la acción, la primera necesidad consiste en avanzar
en la construcción de soportes teóricos y conceptuales para abordar el aprendizaje
situado en contextos de desempeño profesional y laboral (…)” (Op. Cit., 2002: 16 - 17).
Los docentes en formación deben realizar tareas colectivamente definidas –entre
el instituto formador y la escuela destino-: observar-registrar, planificar, poner en
práctica sus propuestas didácticas, ser evaluados y autoevaluarse. En algunas
oportunidades, trabajan en parejas pedagógicas. Esta modalidad potencia el intercambio
y la colaboración, permitiendo la co-observación y la co-evaluación (Foresi, Op. Cit.,
2009: 225).
El objetivo es que, durante el período que dure la residencia pedagógica, los
docentes en formación logren involucrarse en todos los aspectos de la vida áulica e
institucional. Para esto, deben sumergirse en el quehacer docente: conocer a los grupos
de niños con quienes les toque trabajar, conformar un equipo pedagógico con la
profesora coformadora, planificar y poner en marcha propuestas didácticas de acuerdo
con los requerimientos contextuales, institucionales y evolutivos de los niños; en pos de
la propia construcción del rol docente.
Otro aspecto relevante ha sido que se ha incorporado prescriptivamente el
trabajo intercalado con diferentes entornos contextuales: urbanos, suburbanos y rurales.
Esto se traduce en que, los docentes en formación deben tener diferentes experiencias en
ambos cuatrimestres anuales.
En este punto, se puede resaltar claramente la magnitud de la innovación, que
supone la introducción de elementos nuevos (NOVA) en lo que se venía haciendo (IN) a
través de acciones (CIÓN) que llevaría un tiempo completar y que exigen cierta
continuidad y esfuerzo (Op. Cit., Zabalza, 2012: 27). Se seleccionan, se organizan y se
utilizan creativamente los recursos humanos y materiales de una forma nueva y original
que conduzca a una mejor consecusión de los fines y objetivos definidos21.
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c. Proceso de acompañamiento de los diversos actores en la residencia pedagógica.
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La observación y registro del modo en que abordan los momentos didácticos
las profesoras coformadoras, son la oportunidad que tienen los docentes en formación
de cotejar o confrontar los saberes teóricos que han adquirido en la formación inicial
con la práctica educativa.
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Lo mencionado, constituye un aspecto relevante, ya que ha superado la
situación anterior a partir de la innovación del Diseño Curricular.
25 Bixio lo define como aquel que está atravesado intersubjetivamente tanto por la Zona de Desarrollo Próximo del
alumno como del docente, en el que, permanentemente interjuegan las significaciones y sentidos (2005: 48).
26 Citado por Davini.
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A partir del desarrollo de estrategias metacognitivas27 colectivas –en donde todos
los actores del proceso estarán involucrados-, se promoverá la toma de conciencia de
aquellos saberes prácticos que son indispensables para la instancia formativa de la
residencia pedagógica, y se buscará, ponerlos en tensión con los marcos teóricos
vigentes, para de este modo, revisarlos y reconstruirlos dialécticamente, destacando su
utilidad desde poscionamientos fundamentados que le den jerarquía y promuevan a
considerar necesaria su inclusión en los Diseños Curriculares para la formación inicial,
y su relevamiento como un asunto político.
Tal como afirma Lahire los saberes prácticos, se hacen más visibles y
declarables, en la medida en que son claramente sostenidos por instituciones. Cuanto
más ligados están la práctica y el saber a tiempos y lugares específicos, relativamente
autónomos, son más visibles y designables como tales (Lahire, 2006: 138 y 139).
El Diseño Curricular de los ´90 no contempla esta cuestión. En el Diseño
vigente, si bien no está contemplado específicamente, están generados los espacios para
que estos procesos tomen lugar –en los Talleres Integradores Interdisciplinarios-.
27Bixio hace referencia con este concepto al proceso relacionado con el conocimiento que el sujeto puede alcanzar de
sus propios procesos mentales o de la información que sobre éstos ejerce (2005: 83).
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En el nivel de concreción institucional, cada Instituto Formador, se ha apropiado
de la innovación de modo diferente, ya que, como afirma Yentel “(…) las instituciones
son también significados que conforman el nivel simbólico de la vida social. En este
nivel actúan la interioridad de los sujetos, ordenando la percepción y la adjudicación de
sentido y significado respecto de la realidad (…) Como normas, como significados y
como organizaciones específicas, las instituciones son formas culturales diversas,
creadas y recreadas por los hombres en su devenir histórico, y representan las respuestas
más adecuadas que éstos han encontrado frente a las necesidades de convivencia, de
desarrollo y de supervivencia biológica y social. Las instituciones concretan el poder de
lo social por sobre lo individual (…) se presentan (…) como sistemas culturales,
simbólicos e imaginarios (…) ”(2006: 22 y 23 cursiva en original).
En este sentido, Zabalza (Op. Cit., 2012: 31, 32 y 33) plantea que las innovaciones
cuentan con cuatro recursos básicos, para que puedan concretarse en el marco de las
instituciones educativas:
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difícil aún, por ejemplo, que los formadores se apropien de las modalidades
de tarbajo de los Talleres y Ateneos didácticos.
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