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SECCIÓN 203D2
EL TERRITORIO
Generalidades
El Territorio es otra de las condiciones existenciales del Estado. Es la parte física que sirve de
asiento a la población y además se refiere al ámbito espacial donde el Estado ejerce su poder.
Toda sociedad política organizada ha de tener un Territorio para poder alcanzar la categoría de
Estado al punto de que podemos enfatizar categóricamente que no hay Estado sin Territorio.
El Utis Possidetis Iuris como principio invocado por Venezuela para delimitar su
territorio.
El Utis Possidetis Iuris es una expresión del derecho civil romano que alude a un mecanismo
(interdicto) con el cual se protegía al poseedor de buena fe, y por lo consiguiente a esta expresión se
ha recurrido para invocar que los derechos de posesión y además los de propiedad invocados por
España sobre esas posesiones en Sur América, pasan ahora a los nuevos y legítimos poseedores que
han sido los nacientes Estados que lograron la independencia de España.
La Corona Española en fecha 8 de Septiembre de 1.777 creó por Real Cédula la Capitanía
General de Venezuela integrada por varias provincias, lo cual ha servido de fundamentación para que
Venezuela invoque con justeza que su territorio ha de ser el mismo que correspondía a esa
demarcación administrativa, que tenía al frente por mandato real, un funcionario denominado Capitán
General de Venezuela, encargado de la administración de este territorio.
Venezuela siempre ha invocado como medio para dilucidar la cuestión limítrofe, la orientación
que brinda la división administrativa que la corona española hizo sobre esa extensión territorial y que
denominó Capitanía General de Venezuela y además ha invocado y acogido los resultados que
emergen de los tratados de límites que antes de 1.810 España hubiese celebrado con otros países.
Tal como se indica con anterioridad fue la Constitución de 1.830, la que marcó, el principio
fundamental de expresar cuál es el marco territorial dela República, no obstante merece reseñar que
conforme al artículo 6 de la Constitución de Cúcuta de 1.821 que materializó la estructuración de la
Gran Colombia “El territorio de Colombia es el mismo que comprendían el antiguo Virreinato de la
Nueva Granada y Capitanía General de Venezuela” lo cual ha servido para que después de disuelta la
Gran Colombia ambos países se apoyen en el principio del Utis Possidetis Iuris para definir sus
límites territoriales.
Dentro de esa concepción de que el territorio es el espacio donde el Estado ejerce su soberanía,
se concluye que el territorio del Estado está formado por: El suelo, el subsuelo marino o plataforma
continental; espacio aéreo y por aplicación del principio de la extraterritorialidad, el sitio donde
funcionan las embajadas en país extranjero, y las naves cuando se hallen en alta mar o se trate de
naves de guerra que se encuentren en jurisdicción de otros Estados.
El Suelo: es la superficie del territorio nacional que sirve de asiento a la masa poblacional.
Mar Territorial
Se refiere a aquella porción de mar que baña las costas o litorales de los Estados. En otras
palabras podemos decir que el mar territorial es la zona de mar adyacente a las costas del Estado y
sobre el cual el Estado ejerce su soberanía. Este espacio geográfico tiene una gran importancia y
significación, tanto desde el punto de vista estratégico como económico. En lo primero para la
defensa y seguridad de la Nación, y en lo segundo, en cuanto que le permite explorar y obtener por lo
consiguiente los recursos naturales renovables y no renovables del mar.
En el caso venezolano, el Mar Territorial tiene una anchura de 12 millas náuticas, que según
cálculos efectuados equivale a 22 km con 24 m y se mide ordinariamente a partir de la línea de más
baja marea.
Es un área de mar que sigue inmediatamente después en que finaliza el mar territorial, la cual se
utiliza para fines de vigilancia marítima y resguardo de los intereses de la República. En el caso
venezolano y conforme a la ley respectiva de la materia se dispone en su artículo 50 que ésta se
extiende hasta 24 millas náuticas (24 MN), contadas a partir de las líneas de más baja marea o las
líneas de base desde las cuales se mide el mar territorial. Se establece igualmente por vía de
legislación ordinaria que la República tomará en la zona contigua, medidas de fi scalización para
prevenir y sancionar infracciones de sus leyes y reglamentos en materia fiscal, de aduana,
inmigración y sanitaria.
Espacio Aéreo:
Está constituido por la atmósfera que cubre el territorio del Estado; su delimitación no se ha
establecido aun con exactitud. Los Estados se han reservado su dominio sobre todo por razones de
estrategia y seguridad, pero con los adelantos tecnológicos en el campo de las telecomunicaciones,
también lo hacen por razones de explotación económica.
En Venezuela al igual que ocurre en los demás países, se dispone en sus respectivos
ordenamientos jurídicos que la soberanía plena de la República se ejerce –entre otros–en el “espacio
aéreo continental” (Art. 11 de la CRBV). Asimismo el artículo 9 de la Ley sobre mar terr itorial,
plataforma continental, protección de la pesca y espacio aéreo, derogada parcialmente por el Decreto
con Fuerza de Ley orgánica de los Espacios Acuáticos e Insulares, se establece que Venezuela ejerce
su soberanía sobre el espacio aéreo que cubre el territorio de la República hasta el límite exterior del
mar territorial.
Es un área que se extiende más allá de donde finaliza la zona contigua, sobre la cual el Estado
se reserva derechos exclusivos de soberanía para su exploración, explotación, conservación y
administración delos recursos naturales de toda especie.
Plataforma Continental:
Es la prolongación sumergida del continente. Como se sabe, los continentes están rodeados de
un rellano submarino de pendiente escasa y constante, hasta un punto en que la inclinación se torna
bruscamente en talud hacia las profundidades. Dicha plataforma o zócalo continental, que interrumpe
la pendiente, es una anchura sumamente variable según las diversas regiones. Tiene un interés
especial, por los yacimientos petrolíferos y porque determina riqueza pesquera en las aguas que la
cubren, conocidas con el nombre de epicontinentales.
Lo dispuesto en este artículo no impide el ejercicio del Poder Nacional en otros lugares
de la República.
Una ley especial establecerá la unidad político territorial de la ciudad de Caracas que
integre un sistema de gobierno municipal a dos niveles, los Municipios del Distrito
Capital y los correspondientes del Estado Miranda. Dicha ley establecerá su
organización, gobierno, administración, competencia y recursos, para alcanzar el
desarrollo armónico e integral de la ciudad. En todo caso, la ley garantizará el carácter
democrático y participativo de su gobierno.
LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Además, la Carta Fundamental recoge por primera vez normas muy precisas sobre los
emolumentos de los funcionarios, por cuanto para la ocupación de cargos remunerados es necesario
que sus emolumentos estén previstos en el presupuesto; la escala de salarios se establecerá
reglamentariamente conforme a la ley, y que un dispositivo nacional podrá establecer los límites de
los emolumentos que devenguen los funcionarios y empleados públicos nacionales, estadales y
municipales.
En cuanto a las jubilaciones y pensiones, una ley nacional establecerá su régimen para los
funcionarios y empleados públicos nacionales, estadales y municipales y solo se podrá disfrutar más
de una jubilación o pensión en los casos expresamente determinados en la ley.
Finalmente, los funcionarios o empleados que fueren condenados por delitos contra el
patrimonio público quedarán inhabilitados por el tiempo que determine la ley, para el desempeño de
cualquier función pública.
El artículo 140 de la CRBV, prohíbe a toda persona desempeñar más de un cargo público
remunerado, a menos de que se trate de cargos académicos, accidentales, asistenciales o docentes que
determine la ley. Por tanto, la aceptación de un segundo destino envuelve la renuncia del primero,
salvo que se trate de suplentes, mientras no reemplacen definitivamente al principal. Asimismo los
diputados de la Asamblea Nacional no pueden aceptar cargos de ministros, secretario de la
Presidencia de la República, gobernadores, jefes de misión diplomática y presidente de Institutos
Autónomos, sin perder la investidura. En consecuencia, si por cualquier motivo dejan de ejercer estos
cargos, no pueden reincorporarse a la Asamblea Nacional de la que debieron separarse (Art. 191).
La primera de ellas obedece a los artículos 150 y 151 de la CRBV. El primero alude a los
contratos de interés público nacional, estadal o municipal que celebre el Estado venezolano con
Estados o entidades oficiales extranjeras o con sociedades no domiciliadas en Venezuela, que
requieren la aprobación de la Asamblea Nacional en los casos que determine la ley y que no podrán
traspasarse a ellos sin la aprobación de la Asamblea Nacional. La Ley podrá exigir en los contratos de
interés público, determinadas condiciones de nacionalidad, domicilio o de otro orden o requerir de
especiales garantías. Los contratos de interés nacional son aquellos que tienen por objeto la
satisfacción de servicios públicos que interesan directa o indirectamente a toda la colectividad
venezolana o a una gran parte de ella. Cuando esos servicios en vez de ser gestionados o cumplidos
por el Estado mismo se prestan por intermedio de personas o empresas mediante contratación,
estamos en presencia de los contratos de interés público a que alude la norma constitucional.
Finalmente, el artículo 129 de la CRBV consagró la inclusión en los contratos que celebre el
Estado de interés público nacional, de una obligación en materia ambiental en los términos siguientes:
En los contratos que la República celebre con personas naturales o jurídicas, nacionales o
extranjeras, o en los permisos que se otorguen, que involucren los recursos naturales, se considerará
incluida aun cuando no estuviera expresa, la obligación de conservar el equilibrio ecológico, de
permitir el acceso a la tecnología y la transferencia de la misma en condiciones mutuamente
convenidas y de restablecer el ambiente a su estado natural si éste resultara alterado, en los términos
que fije la ley.
Principios Reguladores
Como consecuencia de lo expuesto, es del mayor interés, para la mejor inteligencia de los
textos examinados, determinar cuándo se trata de un contrato y cuándo de un tratado, acuerdo o
convenio internacional, ya que las situaciones son distintas, están sometidas a normas diferentes y a
presupuestos igualmente diferenciados.
Si los tratados son así, acuerdos entre los Estados actuando como entidades soberanas, es claro
que ninguno de ellos consentirá en someter las diferencias que surgen con motivo de aquellos
convenios a la legislación y a la competencia de una sola de las partes. Por tanto, en la hipótesis de
tratados internacionales no opera ni puede funcionar el artículo 151 de la Constitución. Por ello, desde
la Carta Magna de 1864 se estableció que las disputas entre las altas partes con ocasión de los mismos
se resolverían por arbitramento, y en la Constitución vigente “por las vías pacíficas reconocidas en el
derecho internacional o previamente convenidas por ellas, si tal fuere el caso”. Evidentemente, el art.
155 establece que para el perfeccionamiento del tratado la inserción de la cláusula a que ella se
refiere. Mas parece igualmente claro que si los negociadores del tratado la omitieren, corresponde a la
Asamblea Nacional advertirlo para que se cumpla la norma constitucional y, en último término, al
Jefe del Estado, quien se abstendrá de ratificarlo, en conformidad con el artí culo 217 de la
Constitución. Ahora bien, si los negociadores, ni la Asamblea Nacional, ni el Jefe de Estado
advirtieren la omisión de la cláusula en cuestión, el tratado NO es nulo NI PUEDE ser declarada su
invalidez por el Tribunal Supremo de Justicia, en virtud de la facultad que tiene, de pronunciar la
nulidad de leyes y actos del poder legislativo cuando colidan con preceptos constitucionales.
SEGURIDAD DE LA NACIÓN
En el Título VII, Capítulo I de la Constitución de 1999 se definen los principios que rigen la
seguridad de la Nación, la cual es responsabilidad no solo del Estado, sino de todos los venezolanos,
así como de las personas naturales y jurídicas que se encuentren en el espacio geográfico nacional
(Art. 322).
Principios. En el Capítulo II del Título VII “De la Seguridad de la Nación”, se establecen los
principios de seguridad de la Nación, la cual se fundamentará en la corresponsabilidad entre el Estado
y la sociedad civil para dar cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad,
paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental y formación de los derechos
humanos, así como en la satisfacción progresiva de las necesidades individuales y colectivas de los
venezolanos sobre la base de un desarrollo sustentable y productivo de plena cobertura para la
comunidad nacional (Art. 326 de la CRBV).
Con el objeto de promover el desarrollo de las zonas fronterizas venezolanas, dichas áreas se
declaran de atención prioritaria. A tal fin, se establece una franja de seguridad de fronteras que será
regulada por la ley, que permitirá establecer su amplitud, regímenes especiales económicos y sociales,
para promover el desarrollo de sus actividades productivas y mejorar las condiciones de vida de sus
pobladores, protegiendo de manera expresa los parque nacionales, el hábitat de los pueblos indígenas
allí asentados y demás áreas bajo régimen de administración especia (Art. 327).
Se faculta al Ejecutivo Nacional para clasificar y divulgar aquellos asuntos que guarden
relación directa con la planificación y ejecución de operaciones concernientes a la seguridad de la
Nación, en los términos que la ley establezca, siempre que ella no signifique una violación del libre
ejercicio de los derechos y garantías reconocidos por la Constitución. Esta facultad, en todo caso,
debe estar sometida a la revisión judicial y no podrá ser un obstáculo de la función que ejercen los
tribunales de la República (Art. 325).
Para la mejor ejecución de los altos fines que le han sido encomendados por la Constitución, se
unifica a las Fuerzas Armadas Nacionales en un cuerpo militar uniforme denominado la Fuerza
Armada Nacional, pero manteniendo cada uno de los cuatro componentes integrantes de la
institución, sus características y especificidad como Fuerza.
La Fuerza Armada Nacional está integrada por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia
Nacional, que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia para el
cumplimiento de su misión, con un régimen de seguridad social integral propio, de acuerdo a lo que
establezca su ley orgánica (Art. 328).
Todos los militares activos gozan con la nueva Constitución de privilegio político consagrado
para todos los venezolanos: el derecho al sufragio. Así lo acordó, en la sesión del 9 de noviembre, la
Asamblea Nacional Constituyente al adoptar e artículo 330 de la nueva Carta Magna, que expresa:
“Los o las integrantes de la Fuerza Armada Nacional en situación de actividad tienen derecho al
sufragio de conformidad con la ley, sin que les esté permitido optar a cargo de elección popular, ni
participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político”.
Los ascensos militares se obtienen por mérito, escalafón y plaza vacante; son competencia
exclusiva de la Fuerza Armada Nacional y están regulados por la ley correspondiente (Art. 331 de la
CRBV). Se eliminó de esta manera, lo previsto en la Constitución anterior, norma histórica, conforme
a la cual los ascensos de altos oficiales debían tener un control parlamentario (Art. 159, Ord. 5° de la
C.N. de 1961).
Tal cuadro militarista de la Constitución de 1999 no significa una novedad, es más bien una
involución en el constitucionalismo venezolano que busca reflejar lo que ya aconteció en el siglo XIX
y parte del XX: la orientación militar de la administración pública.
Los órganos de seguridad ciudadana son de carácter civil y respetarán la dignidad de los
derechos humanos, sin discriminación alguna. La función de los órganos de seguridad ciudadana
constituye una competencia concurrente con los Estados y Municipios en los términos establecidos
por la Constitución y la ley. (Art. 332, num. 6 y 178, num. 7 de la CRBV).