Sunteți pe pagina 1din 4

El Hombre de Deseo

Por Serval, S::: I::: I:::, G:::M::: de la Orden Martinista

“En la región de la Vida, el acto del espíritu es perpetuo. En el


tiempo no nos queda sino buscar afanosamente la sabiduría y la
verdad"
El Hombre de Deseo, L-C. de Saint-Martin

H. I.: ¿Quién llama así a la p. del T.?

H. E.: Un hombre (mujer) de Deseo que pide se le reciba como


Martinista-Asociado, a quién llaman (nombre profano) y que es miembro
Adherente de nuestra Venerada Orden desde el ......

H. I.: ¿Ha contestado satisfactoriamente las preguntas necesarias para ser


atendido(a)?

H. E.: Ha contestado correctamente, H. I.

H. I.: Que ingrese al T.

El “Hombre del Torrente” es el ser humano que vive instintivamente buscando la


satisfacción de sus necesidades básicas: comer, aparearse, dormir y trabajar para conseguir
esas necesidades. La mayoría pasa su vida en esos menesteres debido a que, por ser un
espíritu aprisionado en un cuerpo físico, piensa y siente que la vida es material.

No es extraño pues que el ser humano viva en el dolor, la enfermedad, la ignorancia y la


mentira. Fácilmente cae en la ilusión de formas religiosas y doctrinas que lo alejan de su
verdadera espiritualidad al manipularlo con satisfacciones propias de la personalidad
temporal: honores, vanidades, bienes materiales. O bien le infunden el temor a Dios o a lo
desconocido para atraparlo y forzarlo a seguir un supuesto camino de liberación o
protección. Mientras el hombre no busque, se dejará llevar sin pensar ni reflexionar.

1
El Creador se le presenta como un ser distante, caprichoso, al cual hay que temer. Cuando
los grupos religiosos o espirituales basan su crecimiento en captar la mayor cantidad de
fieles, necesitan crear el temor a quienes buscan la verdad y la sabiduría. Dios aparece
como un ser que castiga a quien razona.

Algunos humanos consiguen salir de estos condicionamientos y comienzan a descubrir la


maravilla de la creación dentro de sí mismos y en todo lo que los rodea. La presencia de un
creador inteligente se hace evidente en cada criatura y en cada proceso. El mismo es un
reflejo de Dios y lo comienza a encontrar al observarse.

“Las maravillas del Señor parecen lanzadas en el campo de la inmensidad, sin orden
y sin concierto.

Ellas brillan esparcidas como innumerables flores, cuya primavera esmalta nuestras
praderas.

No busquemos un plan más regular para describirlas. Principio de los seres, todas te
pertenecen.

Es el vínculo secreto contigo, lo que los valoriza, cualquiera que sea el lugar o el
rango que ocupen.

Yo me atrevería a elevar mis miradas hasta el trono de tu gloria. Mis pensamientos


se vivificarán considerando tu amor por los hombres y la sabiduría que reina en tus
obras.

Tu palabra se subdividió desde el principio como un torrente que de lo alto de las


montañas se precipita sobre rocas agudas.

Yo lo veo saltar de nuevo en nubes de vapores; cada gota de agua que él manda por
los aires, refleja en mis ojos la luz del astro del día.

Así todos los rayos de tu palabra hacen brillar a los ojos del sabio, tu luz viva y
sagrada. Él ve tu acción producir y animar todo el universo.

Objeto sublime de mis cánticos, yo seré frecuentemente obligado a desviar mi vista


de ti. “

El Hombre de Deseo, L-C. de Saint-Martin

El propósito desde este momento será, para este “Hombre del Torrente” que se convierte en
“Hombre de Deseo”, la búsqueda incansable de la Verdad y de la Sabiduría. Luchará por
tener la libertad de buscarla y luchará para que los demás tengan la libertad de encontrarla.

2
“¡No digáis, OH mortales! Que vuestra sed de verdad no os ha sido dada como un
suplicio.

La verdad no castiga, ella mejora y perfecciona.

La sabiduría no castiga, ella instruye.

El amor no castiga, él prepara suavemente los caminos. ¿Cómo podría el amor


castigar?

He ahí, sin embargo, mortales, lo que constituye la esencia de vuestro Dios.

La sabiduría no dejaría entrar en vosotros los deseos si ella no hubiera también dado
los medios para satisfacerlos. Ella es la mesura, misma, y no actúa contigo sino
dentro de esta mesura.

Pero vosotros, ¡OH jueces imprudentes e insensatos! Vosotros perturbáis esta


mesura dentro de los débiles mortales.

Si comenzáis a haceros maestros demasiado temprano, vosotros no les ofrecéis sino


frutos precoces o robados, que terminan por haceros caer en la confusión.

Si exaltáis demasiado sus ideas, les creáis deseos anticipados y peligrosos.

Si limitáis sus espíritus acerca de cosas compuestas, les hacéis nacer dificultades
que los pierden.

Sabiduría, sabiduría, solo tú sabes dirigir al hombre sin fatiga y sin peligro, por las
apacibles gradaciones de la luz de la verdad. “

El Hombre de Deseo. L.-C. de Saint-Martin

El “Hombre de Deseo” es el ser humano que despierta a la vida, que comienza a darse
cuenta que es realmente un ser espiritual y no un animal pensante. Se da cuenta que es un
“Hijo de Dios”, que es un ser Holístico, un microcosmos, expresando y conteniendo en su
parte esencial a la creación toda.

“El hombre se cree mortal porque ha encontrado algo de mortal en sí mismo.”

3
Al ser consciente de la realidad espiritual, comenzamos a sentir la eternidad en nosotros. Al
despojarnos de los condicionamientos y esquemas mentales, podemos leer fácilmente en la
historia de los pueblos sus distintos caminos para acercarse al Creador y a la verdad. Son
distintas formas, las que no nos deben atrapar. Lo que importa es la realidad inmanente, la
realidad plegada, la realidad espiritual de la que todo emana. Nace en el hombre de deseo el
sentimiento de la Unidad.

“¿No se le han manifestado a las naciones pruebas irresistibles acerca de las


verdades primarias?

Si les quedan algunas dudas, vayan a purificarse en estas fuentes. Después vendrán
ustedes a unir sus voces a las mías.

Y celebraremos juntos el júbilo del Hombre de Deseo que habrá tenido la felicidad
de llorar por la verdad. “

El Hombre de Deseo. L.-C. de Saint-Martin.

Ante el T ::: de las LL :::, a 28 de marzo de 2006.

S-ar putea să vă placă și