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ECONOMIA SOSTENIBLE

Por definición “se entiende por economía sostenible un patrón de crecimiento que concilie
el desarrollo económico, social y ambiental en una economía productiva y competitiva, que
favorezca el empleo de calidad, la igualdad de oportunidades y la cohesión social, y que garantice
el respeto ambiental y el uso racional de los recursos naturales, de forma que permita satisfacer
las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones
futuras para atender sus propias necesidades”

De los 7.200 millones de personas que tenía la Tierra en 2013, se pasará a 9.600 millones en 2050.
De estos últimos, 6.300 vivirán en ciudades.

b) Los ecosistemas actuales ofrecen seguridad para más de 2.000 millones de personas.

c) El daño medioambiental global tuvo un coste de unos 600 millones de dólares en el año 2008,
más del 11% del PIB mundial.

De lo urgente a lo importante
Para Sergio Uñac, presidente de la UIM y gobernador de la provincia de San Juan (Argentina),
el municipalismo es más que trabajar en lo urgente, para dedicarse a lo importante. "Se trata
de entender que la gestión pública hay que planificarla, es la responsabilidad que tenemos
como funcionarios públicos. Las sociedades necesitan mayores esfuerzos de nuestros
dirigentes, encaminados a entender que la democracia es el centro y desarrollo de un país. En
el último tiempo los alcaldes han asumido muchas más obligaciones, pero debe existir un
trabajo coordinado con el gobierno central. No es solo una cuestión de dinero, sino de
convicción y de mayor capacitación".

Efecto multiplicador
Sergio Arredondo, secretario de la Federación Nacional de Municipios de México
"Estos eventos generan un efecto multiplicador, porque se comparte entre todos las buenas
nuevas que se desarrollan en los diferentes países de Iberoamérica. Hay muchas cosas que
se están haciendo y que se pueden rescatar, por ejemplo, hoy en México, con el siniestro,
hemos crecido a partir de esas experiencias dolorosas. La Unión de Municipalistas con su
visión nos permite estar unidos, aprender y regresar a nuestros países para generar esos
efectos positivos en las ciudades, y ayudar a mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad".

Mejor sostenibilidad
Alfredo Martínez Arteaga, director nacional del programa Asociación de País de Certificación de
Cuba.
"En nuestro país las familias agricultoras no tenían certificación, lo que hacía imposible la
distribución agrícola, las personas estaban migrando a la ciudad y dejando de cultivar la tierra.
Ahora venimos en un proceso de certificación que permite que las familias regresen al campo
y se realice una producción sostenible para Cuba. Lo primero es producir nuestra propia
comida para reducir las importaciones. Ahora debemos fortalecer los procesos de certificación
para competir con los mercados internacionales y dinamizar la economía con la venta de
tabaco, caña y otras frutas".

Capacidades técnicas
Laura Mota Díaz, investigadora en sostenibilidad de la Universidad Autónoma de México
"Necesitamos fortalecer las capacidades técnicas, administrativas y de organización de los
gobernantes, así avanzamos en los procesos de planificación. Después de tener unas
fortalezas claras se necesita tener políticas públicas, pero que se generen desde el diálogo
entre comunidades. Hay políticas públicas que se imponen desde los gobiernos nacionales o
desde entidades centralizadas que no conocen las necesidades de cada región, cuando esas
políticas del gobierno llegan a los territorios no se aprovecha la capacidad de cada municipio.
Cuando se crean políticas públicas que fortalecen los territorios se puede dinamizar la
economía de lo local a lo global".

Modelo de cooperación
Federico Buyolo García, director general de Cooperación y Solidaridad de la Generalitat
Valenciana (España)
"Es fundamental trabajar en un modelo de cooperación que esté ligado a potenciar el desarrollo
económico local y cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se deben tener alianzas para
fortalecer el trabajo digno y mejorar la educación. Si somos capaces de fortalecer estos
instrumentos se generarán recursos necesarios para avanzar y romper la desigualdad, además
de desarrollar los proyectos de vida".

Los objetivos
El 25 de septiembre de 2015, los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos
globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos
como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible.

Estos objetivos tienen metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años. Son:

-Fin de la pobreza

-Hambre cero

-Salud y bienestar

-Educación con calidad

-Igualdad de género

-Agua limpia y saneamiento

-Energía asequible y no contaminante

-Trabajo decente y crecimiento económico


-Industria, innovación e infraestructura

-Reducir la desigualdad en y entre los países

-Ciudades y comunidades sostenibles

-Producción y consumo y responsables

-Acción por el clima

- Proteger la vida submarina

- Salvaguardar la vida de ecosistemas terrestres

-Paz, justicia e instituciones sólidas

-Alianzas para lograr los objetivos

Nos esforzaremos para que Colombia recupere su vocación agrícola, mediante la utilización
racional de la tierra productiva, respetando la propiedad privada, pero brindando al campesino
facilidad de acceso a la tierra, al crédito, a los insumos y a las herramientas de producción. De
tal manera que la cadena productiva se inicie en el campo y que ello permita incrementar,
sostenidamente, los índices de generación de empleo. Todo esto, acompañado de buenas
vías terciarias que le permitan al agricultor llevar sus productos a los mercados y de un fuerte
compromiso estatal para que el crecimiento del campo colombiano se constituya en generador
de riqueza y bienestar para todo el país.

Queremos apoyar el plan de Unidades Agrícolas Familiares, para que se cumpla el propósito
de que cada UAF produzca, al menos, dos ingresos mínimos, uno para sustento y subsistencia
de la unidad familiar y el otro para reinvertirlo en el desarrollo del predio utilizado.

En Colombia el concepto de UAF aparece con la Ley 135 de 1961, también conocida como
Ley de Reforma Agraria, que la define como:

La explotación agraria de un fundo que dependa directa y principalmente de la vinculación de


la fuerza de trabajo de una misma familia compuesta por el jefe del hogar y su cónyuge,
compañero o compañera, según el caso, o por parientes hasta el segundo grado de
consanguinidad y primero civil, sin perjuicio del empleo ocasional de la mano de obra extraña
al núcleo familiar y que además reúna las siguientes condiciones: a) Que la extensión del
predio, que dependerá de la naturaleza de la zona, clase de suelos, aguas, posibilidades de
irrigación, ubicación, relieve y potencialidad del tipo de explotación agropecuaria para el cual
sea apto, pueda suministrar a la familia que lo explota, en condiciones de eficiencia productiva
promedio, ingresos no inferiores a tres salarios mínimos. b) Que no más de la tercera parte de
los ingresos provenientes de la explotación puedan ser destinados al pago de deudas
originadas en la compra o adquisición de la tierra. c) Que el adjudicatario y su familia puedan
disponer de un excedente capitalizable que les permita el mejoramiento gradual de su nivel de
vida.

La intención de esta ley apuntó a establecer un concepto de UAF a partir del cual se
determinaron extensiones de tierra en las cuales las familias campesinas pudieran alcanzar
unas condiciones de vida dignas ejerciendo su vocación como productores agropecuarios y
que al mismo tiempo les permitiera hacerse acreedores a un terreno que constituyera su
patrimonio familiar. Es así como a escala nacional la UAF surge como un instrumento de
focalización de los programas de reforma agraria que iniciaban en el país.

A partir de este concepto, la UAF ha venido siendo empleada para fines diferentes a los que
la originaron, entre ellos, la asistencia técnica agropecuaria, los programas de vivienda rural,
la adecuación de tierras, la estratificación socioeconómica rural (DNP, 2000, p. 7), la titulación
de baldíos y la definición de criterios para parcelaciones en zona rural. A pesar de todas estas
aplicaciones y de que no existe una metodología única para su aplicación, la esencia de la
UAF es la de ser un instrumento de planificación que permita medir la productividad predial o
regional.

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