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Introducción

En este proyecto se podrá obtener y encontrar una serie de puntos con información muy
abundante sobre uno de los problemas sociales de mayor relevancia en la actualidad, la
violencia de género, y sobre cómo y de qué manera este problema ha pasado de ser una
cuestión privada a una cuestión pública o social.

La violencia de género es un fenómeno que se ha dado durante toda la historia y en todas las
sociedades y culturas, además este fenómeno se da en todos los grupos sociales y étnicos y
no está relacionado con la clase social, el nivel cultural o la raza.

La principal causa de que la violencia de género se haya dado durante siglos, es la cultura
misógina que a lo largo de la historia se ha ido creando alimentada por las falsas creencias
sobre el significado de masculinidad y feminidad y sobre la superioridad “natural” de los unos
sobre los otros.

Hasta hace tan solo unas décadas, la violencia de género se ha considerado una cuestión
privada, un derecho del marido y algo “normal”. Esto se puede comprobar incluso en la
legislación de algunos países, sin ir más lejos, en España hasta 1975 el Código Civil
autorizaba al marido a corregir a su esposa y obligaba a esta a obedecerle.

Como ya hemos visto pues, la violencia de género no es un fenómeno nuevo, lo que si se


considera relativamente nuevo es su reconocimiento como problema social.

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La violencia contra las mujeres es la manifestación extrema de la desigualdad y del
sometimiento en el que viven las mujeres en el mundo. Constituye un atentado contra el
derecho a la vida, a la seguridad, a la libertad, y la dignidad de las mujeres y, por lo tanto, un
obstáculo para el desarrollo de una sociedad democrática.

Se observa mayor machismo y consentimiento con los aspectos tradicionales de género en


los hombres.

Los promedios de violencia ejercida son equivalentes entre ambos sexos. Los hombres
reciben significativamente más violencia de sus parejas. En el hombre la violencia femenina,
sobre todo por aspectos de machismo masculino, genera reacción violenta, especialmente si
hay mayor consentimiento con aspectos tradicionales de género. En mujeres la violencia
masculina produce una reacción violenta con menor frecuencia, pero su respuesta a la misma
genera el círculo de violencia, en el cual los valores machistas de la mujer contribuyen a crear
situaciones de conflicto. Así la cultura machista genera violencia. Se sugiere persistir en el
cambio de valores para la prevención de la violencia en la pareja.

Las mujeres, como los hombres, tienen el derecho a vivir una vida decente, sin ser violadas
ni sufrir violencia que les impida participar plenamente en la vida política, económica y social
del país. Debemos luchar por ello y cambiar la realidad. De esta manera, aseguraremos la
libertad y la dignidad de todas las mujeres y hombres toda vez que se encuentro en peligro,
de esta manera construiremos una sociedad más sana.

Podemos definir problema como un fenómeno social que tiene un impacto negativo en las
vidas de un segmento considerable de población.

Es probable que la violencia de género, en la actualidad se halla entremezclada por


pensamientos tan disímiles como el nuevo realismo criminológico, el derecho penal
tecnocrático, el liberalismo penal convencional, el garantismo penal europeo con sus
diferencias de matices, el abolicionismo penal de los Países Bajos, el realismo jurídico penal
marginal latinoamericano, la nueva versión retributiva anglosajona y el funcionalismo
sistémico alemán, para nombrar las tendencias más destacadas. Pero vale, sí, una aclaración:
la violencia contra la mujer no es automática y debemos impedir que se propaguen con ella
otros males.

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El homicidio femenino, en realidad es un crimen grave, precedido de otros menores, según la
teoría del Iter críminis de Próspero Farinaccio, por lo cual debe ser inocente la mujer a la que
se le acusa de hechos de violencia, surtidos en la defensa
de su honor y en venganza de su honra. No obstante, existe la casuística de la delincuencia
femenina, en la que ellas son ponderadas como los “juguetes de los delincuentes”, o como las
delincuentes, propiamente dichas.

Formar a la red local de defensores y defensoras de los derechos de las mujeres ha


contribuido a llegar a un mayor número de mujeres de diferentes orígenes sociales. “La
mayoría de mujeres con las que trabajan a diario estos profesionales son analfabetas y no
tienen acceso ni a información ni a recursos para conocer sus derechos básicos”.

“Por ejemplo, he conocido a niñas de 16 años, que a diario sufrían abusos tanto físicos como
sexuales a manos de sus novios, que no sabían que aquello no era normal”

Por lo tanto, existe un problema social cuando un grupo significativo de la sociedad percibe y
define ciertas condiciones como problema y pone en marcha acciones para solucionarlas,
además este grupo debe tener suficiente poder como para transmitir esa percepción a otros
sectores, es decir, debe tener influencia social para concienciar a la población del problema y
de que este puede ser remediado mediante una acción colectiva.

En el caso de la violencia de género por consiguiente es fundamental mencionar como grupo


de influencia al movimiento feminista que ha desempeñado un papel fundamental a la hora de
concienciar a la población de que la violencia machista es un problema social ya que viola una
o más normas generales compartidas y aprobadas por una parte considerable del sistema y
su eliminación es esencial para conseguir la plena igualdad, el desarrollo y la paz.

Es durante el siglo XX cuando el movimiento de liberación de las mujeres comienza a


interesarse por los nuevos problemas de violencia sexual y violencia doméstica y cuando las
feministas europeas presionan a sus gobiernos para que reformen las leyes y creen casas de
acogida y mecanismos de atención a las víctimas.

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Es aquí donde comienza una fuerte campaña de sensibilización y lo que es más importante,
un proceso de visibilizarían y legitimización del problema.

Como opinión personal acerca de lo anteriormente expuesto, puedo decir que es cierto que la
sociedad en la que actualmente vivimos tiene una concepción mucho más avanzada del
problema que la que se tenía hace tan solo unas décadas. Es evidente y notablemente visible
que la sociedad ha tomado consciencia del problema que aquí nos ocupa y que tanto gobierno
como población están actuando a favor de su erradicación.

No pretendo con esto poner en duda el progreso y el avance que ha experimentado la


sociedad en relación a este problema debido a que, es indiscutible la idea de que la sociedad
y la cultura española han avanzado con pasos gigantescos en la concepción de la mujer y de
la violencia machista, pero si decir que aún queda mucho por hacer hasta conseguir una
verdadera igualdad laboral, social y cultural y acabar definitivamente con los malos tratos.

Para acabar con esta situación, ya que es importante que se lleve a cabo un trabajo conjunto
de toda la sociedad, aunque realizando una acción colectiva y atacando el problema
directamente de raíz. Algunas de las actuaciones que considero oportunas y adecuadas para
ello son en primer lugar; ofrecer una educación basada en la tolerancia, la igualdad y el respeto
desde los más pequeños y, en segundo lugar; modificar los roles que la sociedad a asignado
diferentemente a hombre y a mujeres.

En España como ya he dicho se ha progresado mucho en este aspecto, al igual que en otros
países desarrollados e industrializados, pero todavía, en algunos rincones del mundo, quedan
millones de personas cuyas vidas se ven amenazadas por el simple hecho de haber nacido
mujer, por ello es importante que se desarrolle una acción global y que se revise y se lleve a
cabo la carta de los derechos humanos

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Conclusión

Como conclusión, decir que la violencia contra las mujeres tiene su origen último en unas
relaciones sociales basadas en la desigualdad y en una cultura misógina que se ha ido
creando a lo largo del tiempo donde se han asignado diferentes roles a hombres y a mujeres.

La mujer ha asumido un rol pasivo, obediente, débil, sumiso... muestra de ello es, a modo de
ejemplo el papel que han asumido las mujeres en los cuentos durante siglos, “princesas y
niñas pasivas esperando que les pidan la mano y les roben la vida”

Mientras que el hombre ha asumido el papel de protector, fuerte, autoritario...

Es de vital importancia para combatir realmente la violencia contra la mujer, que se acabe con
esta concepción de ambos géneros y que la sociedad tome realmente consciencia de que no
existe desigualdad alguna entre ambos sexos, solo de esta manera se podrá lograr una
sociedad basada en el respeto la tolerancia y la igualdad, libre de amenazas y de machismos.

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Referencias

https://www.amnesty.org/es/latest/education/2016/01/professionals-are-taking-a-stand-to-stop-
violence-and-discrimination-against-women-in-morocco/

http://www.eumed.net/libros-gratis/2011a/925/VIOLENCIA%20DE%20GENERO%20INTRODUCCION.htm

https://www.juntadeandalucia.es/export/drupaljda/Violencia_Genero_Documentacion_Red_Ciudadana
_folleto.pdf

https://es.calameo.com/read/003180540a33f3fd43572

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