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C:APÍTULO 8

(~ONSIDERACIONES SOBRE LA ANGlJSrfIA


EN FREUD y EN LACAN

]osé Barrionuevo

M.ucho y de buen nivel se ha escrito sobre el duelo,


especialmente en lo relativo a nuestro interés, en cuanto
a su presencia en la adolescencia. Pero poco se habla de la
angustia.
;,H.ay angustia en la adolescencia en condiciones normales,
es decir, sin llegar a lo patológico?
¿Cuc:lr1do hay duelo y cuándo se dispara la angustia?
¿La angustia es del Otro? ¿Del Otro familiar?
¿_Qué ~s la angustia desde el psicoanálisis?
No son estas preguntas demasiado originales, Freud ya
se ocupó de las diferencias entre una y otra, y l . . acan adara la
relación entre angustia y deseo del Otro.
Veamos las consideraciones de Freud y de L.acan, respecto
del tema.
Freud propone en cuanto a las relaciones y las diferencias
existentes entre duelo y angustia:

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José Barrionuevo Capítulo 9. La angustia en Frcud y en Lacan

"El dolor es, por tantó, la genuina reacción frente a la Estudiando la etiología de las neurosis en general, Preud
pérdida del objeto, la angustia lo es frente al. peligro distingue entre la neurastenia y la neurosis de angustia, des-
que esa pérdida conlleva, y en ulterior desplazamien- cribiendo a la primera como resultante de una descarga sexual
to, al peligro de la pérdida misma del objeto". inadecuada por efecto de la masturbación, y a la neurosis de
angustia como el resultado de la acumulación de excitación
Consideremos entonces un primer interrogante; sexual que·no halla una adecuada descarga en lo físico o en lo
¿Qué es la angustia? corporal. Y propone la j)rimera teoría de la angustia al considerar
En la correspondencia con Fliess, y específicamente en el a la angustia de las psiconeurosis como el destino más inme-
Manuscrito E, Freud se pregunta acerca del origen de la angustia diato de la libido afectada por la represión, definiendo que el
y propone la existencia de condidones necesarias para contraer mecanismo ret)resivo fmJVocaría angustia.
una afección neurótica y vincula la angustia con la excitación Años más tarde, la angustia no es concebida ni como libido
sexual y la libido, produciéndose aquella por la acumulación trasmudada ni como consecuencia de la represión sino una de
de un estímulo endógeno que al no hallar un procesamiento sus principales fuerzas impulsoras y reacción frente a situaciones
psíquico se acumula como tensión física. de peligro. Ahora la angustia no sólo precede a la represión sino
En la Conferencia 25 de Introducción al Psicoanálisis de- que además, la f>rovoca. Dirá entonces en su última conferencia
dicada a la angustia, en 1916, Freud comenta que su inspiración que es la angustia la que crea la ref>resión.
acerca del tema tuvo origen en un pensamiento popular. Cuen- La angustia es un afecto que interesa especialmente al
ta que estando con un grupo de jóvenes médicos de hospital psicoanálisis, y en particular en lo relativo al terreno de la
un asistente relató una circunstancia que había sucedido en clínica en la cual se plantea el problema de su dosificación,
el último examen de parteras. Se le preguntó a una candidata con angustia desbordante no es posible el trabajo de asocia-
qué significaba el hecho de que en el parto apareciese meconio, ción libre, no es posible recibir desde el lugar del analizant:e
excremento, en el agua del nacimiento, y ella respóndió que eso las intervenciones del analista desde su escucha en atención
se daría porque el niño se habría angustiado. Los profesores se flotante, condiciones propuestas corno reglas fundamentales
rieron de ella y la reprobaron. Pero Freud se quedó pensando de la clínica psicoanalítica.
que esa pobre mujer había puesto certeramente en descubierto Ante ella, Freud, ante la angustia, ubica un estado de
un nexo importante, y enlaza a la angustia con el momento del desamparo psíquico y motor ante el cual el sujeto no posee
nacimiento en el que se produciría un incremento importante recursos para enfrentar aquello que lo afecta, se siente afectado,
de estímulos, que sobreviene al interrumpirse la renovación de Lacan remarcará que se trata de un afecto.
la sangre cuando el bebé es separado de la madre y con la anoxia Freud diferencia entre angustia automática, que se dcsenca--
producida por efecto del canal de parto con su característica dena ante una situación traumática, y la angustia como señal,
de estrecho atolladero. Es así que el momento del nacimiento, que se produce en el yo para alertar sobre la inminencia de una
pasa a ser considerado por Freud, como la primera vivencia situación peligrosa. Plantea que ésta designaría:
de angustia, y la define corno angustia tóxica, proponiendo que
el trauma del nacimiento sería fuente y modelo de la angustia.

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José Barrionuevo Capílulo 9. La angustia en Frcud y en Lacan

"[ ... ]cierto estado como de expectativa frente al miedo o temor que constituye uno de los motores más fuertes de
peligro y preparación para él, aunque se trate de un la represión y, por consecuencia, de la producción de neurosis.
peligro desconocido [... J". Sostiene Freud en la conferencia anterionnent:e citada:

Es en Inhibición, síntoma y angustia, donde propone cla- "[ ... ] toda época del desarrollo lleva adscrita corno
ramente su función corno señal, en una línea que a partir adecuada a ella una condición de angustia, o sea,
del dualismo pulsión de vicla-pulsión de muerte deriva en su cierta situación peligrosa".
conceptualización de la compulsión a la repetición.
La angustia sería pues para Freud, tomando en cuenta sus La situación peligrosa que desencadena angustia es dife-·
más importantes aportes al tema, el recurso último ante un des- rente según el momento del desarrollo en el que se encuentre
borde pulsional, ante un cúmulo o caudal de estímulos que no el sujeto, y se refiere:
puede ser soportado por un aparato psíquico débil o debilitado
en su organización. La compulsión a repetir accionaría así para 1. al peligro de la inermidad psíquica ante la inmadurez del yo
ligar la excitación por medio de la construcción de barreras 2. al ternor por la pérdida del amor o de la falta del objeto
protectoras. Desde la lectura que nos propone Lacan en su en los primeros aflos infantiles
obra podríamos decir al respecto que en tales circunstancias 3. a la reacción ante el peligro de la castración en la fase fálica
no habría adecuado anudamiento de los tres registros, RSI, 4. y el miedo al superyo durante la latencia
en tanto el desamarre supondría la inacción de lo simbólico.
Podríamos interrogarnos acerca de cuál sería en la ado,
Retomando el aporte freudiano, en otro espacio donde
lescencia la condición de angustia, o bien si se trataría de
aborda el tema de la angustia, esto es en la Conferencia 32, La
condiciones convergentes de angustia, siendo posible pensar
angustia y la vida instintiva, Freud nos propone la idea de que lo
como respuesta que se reactivarían los tres primeros peligros
que inspira el temor es la propia libido y que la angustia sería
en tramos iniciales de la adolescencia, cuando la transforma-·
la reproducciém de un antiguo suceso peligroso.
ción en la pubertad plantea sentimientos de ajenidad ante
"Es exacto que el niño sufre angustia ante una exi- las transformaciones que se producen en el propio cuerpo
gencia de su libido, en este caso ante el amor a su y con la pérdida de los padres protectores y omnipotentes
madre,, tratándose, por tanto, realmente, de un caso de la infancia que dejan al sujeto en situación de indefen,
de angustia neurótica. Pero este enamoramiento sólo sión o desprot:ccci6n inquietante. Por su parte, el miedo al
le parece constituir un peligro ulterior, al que tiene superyo se replantearía en la juventud, en tiempos finales
que sustraerse con la renuncia a tal objeto porque de la adolescencia, con el fortalecimiento de la posición
provoca una situación de peligro exterior". subjetiva intcrnalizados los imperativos categóricos que
ponen límite al goce.
El pel.igro que el niño teme suceda como consecuencia de Es posible encontrar muchos escritos y libros q11e
su enamoramiento no sería otro que el castigo de la castración, hablan sobre la tarea de duelo en la adolescencia, pues se

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José Barrionucvo Capítulo 9. La angustia en Freud y en Lacan

plantea el trabajo de elaboración de duelos, de varios, en libertino, mi vida transcurría solitaria, plena de un
la adolescencia; es así, innegable. Si bien se descuidan las ardiente ansia de amor, desesperanzada".
consecuencias de la revitalización de la conflictiva cdípica
que trae por resultado el reencuentro con lo incestuoso que Sostiene Lacan en La tercera:
en la adolescencia se presentan provocando incertidumbre y
expectativa angustiada. Entonces, no sólo es duelo o dolor, "La angustia es, precisamente, algo que se sitúa en
también es angustia. nuestro cuerpo en otra parte, es el sentimiento que
El dolor es clara reacción frente a la pérdida del objeto, surge de esa sospecha que nos embarga 'de que nos
decía Freud en la cita transcripta, la separación del objeto reducimos a nuestro cuerpo".
es dolorosa, pero a ello se agrega la irrupción de la angustia
frente a lo desconocido, respecto de qué peligros puede aca~ Es evidente entonces, que compromete al cuerpo, y,
rrear la pérdida misma del objeto amado. Freud relaciona a la remarcamos, nos asalta como sospecha inquietante referida
angustia con la transformación de algo familiar en extraño, a nuestro cuerpo, al conectarse el. sujeto con algo que no es
y, por lo tanto en traumático o amenazador. Siendo esto lo significante, que escapa a las posibilidades de significación, que
que sucede en la adolescencia cuando lo propio y familiar Lacan denomina lo real.
'
se convierte en desconocido, inquietante y perturbador al La angustia no es si.n objeto, sostiene Lacan,;y sugiere el
extremo de lo siniestro. ' lugar del objeto a como aquello ante lo cual irrumpe la angus~
El planteo de Freud de la angustia c01no señal es tet:omado tia, objeto a como resto con el cm1l el psicoanálisis invita a
luego por Lacan, remarcando que, en tanto remite a otro orden trabajar sin recurrir a la única supuesta salida desde fa medicina ·
de cosas, habría referencia a algo que despietta el desarrollo de de hacerlo desaparecer con medicamentos o bieh buscando
afecto, sólo que no habría objeto empírico en cuestión sino condicionarlo a través de reeducación emocional.
otro tipo de objeto. El miedo, en la fobia, en cambio, parece no provenir del
En condiciones "normales" durante la adolescenci.a se pre- interior del cuerpo sino de una fuente o un objeto exterior, y
senta angustia por momentos, y desánimo o depresión en otros. sería una maniobra destinada a regular la angustia, es decir,
Reproducimos fragmentos de Dcmian, de Hermann Hessc, está articulado y tiene respuesta adecuada en la huida o en la
al respecto: evitación. Se sitúa en el plano de lo imaginario, ubicando un
objeto fobígeno que provoca miedo y elude 18. angustia.
"[ ... ]Mi ánimo permanecía conturbado. Vivía en una En Lo inconsciente Freud plantc8. tres fases en la formación
continua orgía aniquilantc ... , y, mientras tanto, mi de una fobia:
alma revoloteaba temblorosa, penetrada de angus-·
t'iados temores. l. surge angustia sin que se discrimine ante qué inicialmente;
•• + . . . . . . . . . . . ~ ..... +................................ + • ~ •• 2. la cont:rainvestidura desde el sistema preconcicnte lleva
En tanto que rnis palabras eran las de un perfecto a la formación sustitutiva por desplazamiento, y se tiende
a aislarla manteniendo distancia;

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José Barrionuevo Capítulo 9. La angustia en Freud y en Lacan

3. se repite el trabajo anterior en escala más amplia. Se si6n de fatiga física, las cefaleas, la dispepsia, la constipación,
protege mediante contrainvestidura de su entorno como las parestesias espinales y el empobrecimiento de la actividad
antes se había asegurado contra la emergencia de la sexual. La incluye entonces en el grupo de las neurosis actuales
representación reprimida. que se caracterizan por la importancia de los conflictos actua-·
les, y no infantiles, distinguiéndolas de las psiconeurosis. Y
Podríamos inferir que el primer tiempo, cuando Juanito en cuanto a los síntomas éstos no constituirían una expresión
insiste a su niñera volver del paseo porque quiere que su madre simbólica sino que serían simplemente resultantes de falta o
le haga mimos, y también cuando en posterior salida, ya con inadecuación de la satisfacción sexual.
su madre, quiere regresar imperiosamente a casa, en esa fase Diferenciándola de la neurastenia desde el punto de vista
habría angustia, o pánico, sin representaci6n. nowgráfico, Freud plantea, en 1895, la existencia de una afee-·
Luego, en los pasos siguientes, se instala el miedo a un ción centrada en el síntoma de la angustia, sobre la base de un
objeto, en el caso Juanito a los caballos, a pesados carruajes estado de excitabilidad general expresándose como angustia
tirados por caballos, a caballos que caen haciendo jaleo con crónica o como expectación ansiosa, en sus formas de ataque
las patas, etc. de angustia pura con equivalentes somáticos, o bien derivando
Recordemos que, como categorías psicopatológicas, Freud en fobias, y luego de éstas a histeria o neurosis obsesiva.
propone un primer ordenamiento: En cuanto a su etiología Freud plantea como factores
predisponent:es:
1. neuropsicosis de defensa: histeria, obsesiones y fobias y
amen tia alucinatoria (luego paranoia); l. acumulación de tensión sexual
2. neurosis actuales: neurosis de angustia y neurastenia. 2. debilidad o ausencia de elaboración psíquica de la exci-
tación sormí.t:ica que no puede entonces transformarse
Luego, con la introducción de los conceptos de narcisismo y en libido psíquica impedida su conexión con rcprescn--
de transferencia, replantea la clasificación nosográfica y propone: taciones. Así pues, la excitación sexual sin control se
expresa en forma de angustia con expresiones somáticas
1. psiconeurosis de defensa: narcisíst:icas y de transferencia; diversas. Se la definiría como neurosis con predorninio
2. neurosis actuales: neurosis de angustia y neurastenia, de angustia masiva, sin objeto sobre el cual fijarse la
para más adelante agregar hipocondría. angustia como objeto sustitutivo como sí ocurriría en
la histeria de angustia o fobia.
En la nosografía freudiana, las neurosis de angustia corn-
parten la denominación de neurosis actuales con la neurastenia, Decía Frcud:
desde un prirner momento, y luego se suma la hipocondría a
la dupla inicial "[ ... ] la angustia no admite una derivación psíquica,
A grandes rasgos, sin profundizar porque no es el interés en vale decir, el apronte angustiado que constituye el
este espacio, la neurastenia es definida por Freud por l.a irnpre·· núcleo de la neurosis no es adquirible por un efecto de

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José Ilarrionucvo Capítulo 9. La angustia en Frcud y en Lacan

terror psíquicamente justificado, sea ünico o repetido. desreglado, sin legalidad y sin freno. Respecto de ataques de
Por terror se generaría una histeria o una neurosis 1Jánico, en otro espacio, me referí a ese así mal definido como
traumática, pero no una neurosis de angustia". uno de los trastornos de ansiedad por el DSM IV.
En cuanto al aporte de Lacan respecto de la angustia es
La angustia, agrega Freud, aclarando consideraciones ini- conocida su expresión acerca de la misma en cuanto a que es
ciales, correspondería a una tensión sexual somática desviada lo que no engaña, jugando con que esto, el engaño, sí se podría
de lo psíquico. producir o estar presente en los senti -- mientas, en los que se
En el Manuscrito E, respecto de la neurosis de angustia sos- puede mentir. Por lo contrario, la angustia brinda certeza, no
tiene que en ellas se puede comprobar un déficit de afecto sexual, pudiendo el sujeto convertir la angustia en elemento deslizable,
es decir, de libido j)síquíca. La tensión sexual no se encadenaría aprehcnsible en, y por, la cadena significante.
al universo representacional, quedándose en lo somático, sin En el Seminario 1O, Lacan se ocupa especialmente del
poder ligarse, sin que la elaboración psíquica permita el desa- te1na de la angustia· e inaugura su exposición con la afirmación
rrollo de afecto. En tanto falta mecanismo psíquico no habría de que ésta no estaría lejos del fantasma por la sencilla razón
posibilidad de tratarlas por vía del psicoanálisis, abandonando de que es totalmente el mismo, y que se hallaría en relación
su interés en investigar esta neurosis que incluye dentro de las fundamental con el deseo del Otro. Define a la angustia corno
neurosis actuales. bisagra o engarce entre los dos pisos del grafo que estructu-
Examinando los síntomas de las neurosis de angustia Freud ran la relación del. sujeto con el significante, en cuaflto a un
sostiene en el anteriormente citado manuscrito: interrogante nuclear respecto de qué quiere el Otro de uno,
de cada quien, la dimensión del deseo del Otro. E introduce
"[ ... ] también ella incluye el gran ataque de angustia, pues la función de la angustia en un lugar clave, en suspenso,
aunque fragmentado en sus elementos: disnea, pal- suspendida, entre los dos pisos, articulando términos hasta el
pitaciones simples, sensaciones simples de ansi.cdad momento desperdigados, como ser: fantasma, deseo, moi, pro-
y combinaciones de todas ellas". poniendo una primera enunciación que remarcaremos junto
con otras que se irán relacionando, pudiéndose expresar su
Es posible pensar que dichas crisis o ataques de pánico se
planteo en los siguientes términos:
presentarían habitualmente en neurosis con irnponante corn-
ponente ansioso o de angustia. En esta línea Freud denominó • La angustia es ante el deseo del Otro
neurosis actuales a las neurosis que tienen un fondo ansioso o
estado permanente de ansiedad o de inestabilidad ernocionaL ¿Cómo entender esto?
Llamativamente, en la actualidad, el. discurso capitalista pro~ La angustia es un afecto, decía Lacan, acordando con Frcud
duce los denominados nueq1os síntomas, entre ellos los ataques y, podríamos agregar, es algo que se siente, se sufre, se padece ...
de pánico, en una cultura que denuncia que el Otro, al decir y surge pues ante el deseo del Otro.
de Lacan, no existe o que impone superyoicament:e consumir Pero ...
sin límite y sin necesidad de otro, empujando al sujeto al goce ¡Por qué'?

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Capítulo 9. La angustia en Preud y en Lacan
José Barrionuevo

¿Cuál es la importancia o el lugar del deseo del Otro? • la angustia es ante la falta de la falta
Para intentar respuesta a este interrogante Lacan recurre
Veamos la lógica de su propuesta desde la clínica misma.
a una fábula: él enfrentado a una mantis religiosa gigantesca,
Con el colrnamiento total de la demanda, cuando se su-·
con una máscara de la cual no sabe de su apariencia. Lo que
pone haber llegado a tener todo, no me queda nada 1Jor lograr
caracteriza a este insecto es, por t.in lado, que la hembra devora
decía un sujeto en análisis, lo tengo todo ... , surge la angustia,
al macho luego de la cópula, y además, que t:iene sus ojos fa~
puesto que llegar a tener todo implica el desvanecirnient:o del
cetados, es decir que uno no se podría ver reflejado de manera
deseo. ";.Qué más puedo pedir?". Decía el paciente en cuestión.
completa, si.no en forma fragmentada si procurara mirarse en
Algo así como: ¿qué más queda, r_¡ué otra cosa queda, si ya J>lanté
ellos y saber cómo es visto por la gigantesca mantis. En este
recurso utilizado, el autor citado se vale de la imagen de la
un árbol, escribí un libro y tm1e un hijo? Aludiendo a una frase
rnantis para representar a un Otro radicalmente diferente a un muy común respecto de los logros posibles para un hombre.
ser humano, para marcar la otridad sin dejar lugar a dudas, de Allí, llegado el fin, deja de funcionar aquello que causa al
una manera contundente, un Otro que no es cualquier otro. sujeto en falta, cuando no falta más nada, cuando ya no hay
La angustia surgiría al no saber el sujeto lo que es, lo que nada por desear, el desgano habla de la muerte, de la nada, e
es uno, como objeto, para el deseo del Otro. ¿Qué soy para él? irrumpe la angustia.
y ¿qué quiere de mí?, surgen como interrogantes fundamentales. El neurótico vive demandando que se le demande, se
Ante el enigma, en el mejor de los casos, es el fantasma lo interesa en saber qué le falta y supone que lo que le falta se
que se esboza corno un intento de respuesta, si.endo en ciertas plantea como objeto del deseo, en el lugar del deseo del Otro.
circunstancias, como la representada en la fábula, que el fan- Remarcábamos que el deseo era sostenido por el fantasma,
tasma vacila y el yo no puede reconocerse, surgiendo entonces siendo una situación propicia para la irrupción de la angustia
la angustia ante la inermidad o la indefensión. la circunstancia en que la demanda del ()tro pone en juego mi
Pero hay otra definición, entre las formulaciones no ex- ser, lo pone en cuestión, interrogando por algo que desconozco,
cluyentes que se derivan del estudio del Seminario 10, con la desconocimiento del objeto a, o causa del deseo del Otro. No
cual Lacan advierte que la angustia no sería tan simplemente es factible encontrar en el Otro [a significación, que en otras
respuesta ante la castración, ante la falta. palabras es lo rnismo que decir que la división del sujeto, $,
Decíamos: el sujeto no puede contemplarse en la mirada no es exacta o perfecta, que hay un resto que Lacan denorninH
de aquél .que lo mira y por lo tanto, no puede saber cóm.o es con la letra a, o sea, lo irreductible del sujeto. No hay pues
visto, cómo es percibido. En tanto al decir sobre el deseo del significación acabada porque siempre hay un resto, un a, lo que
Otro es referirnos a su falta, cuando no es descubierto, cuando se perdería para la significantización. Así pues, si bien no hay
no hay pistas o rastros del deseo del Otro acerca de uno, lo objeto que puede considerarse desde el orden fáctico, L;1can
siniestro o lo ominoso denotarían la falta de la falta, presencia dice, en otra fórmulación no excluyente que se suma a las
opresora de lo que está allí en demasía nos dice Lacan en el anteriores, que la angustia:
Seminario 7, La ética del J>sicoanálisis. Estamos en presencia en
este punto de otra fórmula que remarcaremos: @) no es sin objeto

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José Barrionuevo Capítulo 9. La angustia en Frcud y en Lacan

Cuando hay algo que tendría que quedar oculto, de im- En el Manuscrito G, de comienzos de 189 5, Freud relacio-
proviso, de golpe se descubre o se devela aquello que vuelve na la melancolía con la anestesia sexual, en una elaboración
siempre al mismo lugar, irreductible, sin posibilidad de su que deriva del Manuscrito E (sin fecha), en el que define el
reconocimiento desde lo simbólico, y allí surge la angustia, surgimiento de la angustia por transformación de la tensión
ante lo siniestro, ante lo espeluznante u ominoso. Y con esto acumulada o estancada. Estas líneas son el fruto de los prime-
estamos refiriéndonos a otra afirrnación lacaniana que vale en ros movimientos de acercamiento a un intento de elaboración
su conexión con las anteriores en tanto se encuentra presente, de la teoría de la angustia que tendríamos que leerlas a la luz
implícita, en ellas puesto que la angustia: de las posteriores producciones freudianas y lacanianas para
evitar interpretaciones simplistas o reduccionist:as que se
• es ante lo irreductible de lo real quedan en un modelo mecánico de acumulación de libido, e
incluso en el planteo de procesos de putrefacción por efecto
La angustia, decía Freud y lo retoma Lacan, es señal, nos del estancamiento libidinal, que tiene su derivación en una
advierte o nos anoticia acerca del deseo, de sus fluctuaciones, y propuesta de catarsis o descarga, siendo así muy sencillo
del objeto que lo causa, y sin ella nos quedaríamos sin indicador responder por ejemplo cómo podría curarse una histérica, en
respecto de lo real. En este punto estamos ubicando una de las una línea de recursos que la antigua medicina de egipcios y
propuestas de Lacan a la que hicimos ya referencia respecto de griegos había elucubrado para resolver el problema del deseo
la angustia ante lo real. No sería entonces sin objeto, no es sin insatisfecho. Y sin aclarar nada, pues es obvio, respect:o del
objeto, enunciábamos, sino que la angustia es ante algo, ante lo por qué de la insatisfacción y del reclamo histéricos y de las
irreductible de lo real, ante la nada, ante la present:ificación del soluciones para intentar resolverlos que se encuentran como
objeto a que metaforiza este exceso. O bien, como lo propone tentativas de explicación y como propuestas de curación en
Lacan en otro espacio años más tarde: los orígenes de la medicina, y que perviven como lecturas en
el saber popular.
"[ ... ] es el sentimiento que surge de esa sospecha que
Lo interesante para nosotros de las ideas de Preud en los
nos embarga de que nos reducimos a nuestro cuerpo". manuscritos citados es el problema del pasaje y la transfor-
mación del grufJo sexual t>síquico, pues este último sería una
Tomando expresiones de Freud del Proyecto podríamos
construcción dentro del yo (en términos generales, o sea, tal
pensar al respecto en una magnitud de la suma de excitación
como estaba siendo estudiado por Preud en esos momentos)
(en términos de cantidad) que jJaralizaría la oj;eración del jJrin~
que permitiría establecer los enla~es del sujeto con el mundo
cifJio de jJlacer.
exterior en pos de lograr ubicar el objeto con el cual desarrollar
En la clínica es posible observar en las consultas cómo
una acción específica.
cuando hay angustia no hay deseo evidente, o bien éste aparece
Desde 1ni perspectiva, podríamos leer esta propuesta de
dismi_nuido. Y el sujeto suele comentar que vive un momento
Freud sobre la angustia entendiendo el grupo sexual psíquico
en que no puede plantearse objetivos, construir proyectos ...
como el conjunto de significantes que no pueden amarrarse,
sino que es objeto de dudas o de falta de ganas.

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José Harrionucvo Capftulo 9. La anguslia en Freud y en Lacan

con el consiguiente deseslabonamiento en la cadena signifi~ libertad, a la rnetonimia infinita y lúdica de la cadena
cante que produce ese efecto de invaginación en lo psíquico o . .fiLcante " .
s1g111
retraimiento pulsional, que podríamos enlazar al accionar de
la pulsión de muerte vfa compulsión a la repetición. En la clínica se observarán las diferencias en cuanto al
En la angustia de la melancolía el trabajo de lo simbólico posicionamiento del sujeto ante la pérdida en lo real, que le
ante la irrupción de lo real no puede realizarse, lo que sí es permitirá o no la elaboración del duelo. O sea, su procesamien·
posible en el duelo normal. Sobre esto, en Hamlet, un caso to psíquico cuando se pueda producir el desasimiento pieza
clínico, Lacan dice: por pieza o detalle por detalle, al decir de Freud, como trabajo
propio del duelo normal, o por lo contrario la consolidación
"El agujero de esta pérdida que provoca el duelo en o fijeza de un duelo patológico.
el sujeto, est<'.i en lo real''. Y respecto de la angustia, ésta se presentará en el proceso de
desprendimiento de los padres de l.a infancia, esto es considerando
Y plantea al duelo en una relación inversa, aunque esté la línea definida por el complejo de Edipo al despertarse el desam··
emparentado de alguna forma a la verwerfug, al mecanismo paro o la inermidad al perder la protección de aquellos que fueran
psicótico. referentes del sentimiento de sí. Mientras que en lo relativo a la
Si en la psicosis: línea del complejo fraterno, la angustia se presenta en relación con
aquellos Otros significativos con los cuáles se producen procesos
"[ ... ]lo rechazado de lo simbólico reaparece en lo real".
identificatorios de especial importancia, ligados al replanteo de los
términos irnplícit:os en la lógica de la fase del espejo que vuelve a
en el duelo:
actualizarse en el devenir de la conflictiva adolescente.
"[ ... ] el agujero de la pérdida en lo real, moviliza el
significante".
Bibliografía
Entonces, la falta en lo real convoca la acción de lo sim-
bólico, y en dichas circunstancias los ritos que se encuentran Barrionuevo, J. (2009): "Ataques de pánico", en Temas básicos
en las situaciones de duelo funcionan como instrumentos de de Psicoj)atología (de ataques de J>ánico a intentos de suicidio),
los cuales el sujeto se val~ para intentar elaborarlo. Buenos Aires, Gabas editorial.
Para concluir, en tanto estábamos considerando el lugar Preud, S. ( 1895 ): "Sobre la justificación de separar de la neun1.s··
de la angustia en la melancolía, podríamos agregar que en la tenia un determinado síndrome en calidad de neurosis de
manía lo que está en juego es la no-función de a, planteando angustia", en Obras ComjJletas, Buenos Aires, Amorronu
Lacan en el seminario sobre la angustia: editores.

"Es aquello por lo que el sujeto ya no es lastrado por --- (1915): "Lo it1conscient:e», en Obras ComjJlet:as, Buenos
ningún a, por lo que esa falta de lastre lo arroja, sin Aires, Editorial B. Nueva.

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