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El pensamiento de Thomas S.

Kuhn[1]

Introducción

El filósofo estadounidense propone el análisis de la ciencia desde un enfoque historicista, dentro de un


proceso sucesivo y en constante evolución.

Para ello, establece cinco fases de desarrollo, en las que la existencia de un paradigma y su estudio normal
entran en una etapa de crisis, desatando una revolución que tiene por producto un nuevo paradigma. Este
proceso se repite nuevamente en cada época histórica, razón del nombre del enfoque de Kuhn.

Desarrollo

Thomas Samuel Kuhn, Físico, Historiador de la Ciencia y Filósofo estadounidense, expuso en su obra “La
estructura de las revoluciones científicas” el enfoque historicista con el que propone analizar la ciencia.

El enfoque de Kuhn se contrapone al enfoque “formalista”, entendiéndose ésta última como una actividad
completamente racional y controlada, mientras que el enfoque “historicista” considera a la ciencia como una
actividad concreta que se ha venido dando a través de los tiempos, presentando en cada época histórica
peculiaridades y características propias.

Según Kuhn, la ciencia se desarrolla siguiendo cinco fases dinámicas:

1. Establecimiento de un paradigma

2. Ciencia normal

3. Crisis

4. Revolución científica

5. Establecimiento de un nuevo paradigma


Por paradigma, define las realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo,
proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica, aquellos que practican una
especialidad científica.

La ciencia normal implica investigación, basada en una o más realizaciones científicas pasadas, reconocidas
por alguna comunidad científica, durante un cierto tiempo y utilizadas como fundamento de prácticas
posteriores. En el desarrollo de la ciencia madura, las transiciones de paradigmas son revoluciones
científicas, siendo su patrón usual de desarrollo, la transición sucesiva. Ahora bien, no todas las teorías
pertenecen a paradigmas, solo cuando el experimento y la teoría de tanteo coinciden, nos encontramos ante
el descubrimiento y se convierte esa teoría en paradigma.

La crisis es la condición previa y necesaria para el nacimiento de nuevas teorías y todas las crisis inician con
la confusión de un paradigma. Kuhn considera que no existe la investigación sin ejemplos en contrario, por lo
que la transición de un paradigma a otro nuevo – el rechazo de un paradigma implica reemplazarlo con otro –
está lejos de ser un proceso de acumulación, sino una reconstrucción de campo o una partida de nuevos
fundamentos, lo cual constituye un enfrentamiento al enfoque formalista. Cuando la transición es completa, se
habrá modificado la visión del campo, métodos y metas.

Se considera revolución científica a todos aquellos episodios de desarrollo no acumulativo: cuando un


paradigma existente deja de funcionar de manera adecuada, en la exploración de un aspecto de la
naturaleza. Kuhn considera que solo en el caso de las anomalías que no son asimiladas en los paradigmas
existentes, se pueden producir nuevas teorías. En tal sentido, afirma que las teorías científicas posteriores
son mejores que las anteriores para resolver enigmas: “una teoría científica nueva es mejor que sus
predecesoras.”

Tras la revolución, el ciclo empieza de nuevo y el paradigma instaurado da pie al proceso de ciencia
formal: “La tradición científica normal que surge de una revolución científica es no sólo incompatible sino
también a menudo incomparable con la que existía con anterioridad.”

Con base en lo expuesto, consideramos que el enfoque historicista de Thomas S. Kuhn responde a un
proceso dialéctico, mismo que visualizamos claramente en las etapas de crisis y revolución científica.

Conclusiones

Kuhn considera a la ciencia como un proceso sucesivo y en constante evolución. Si bien los paradigmas
constituyen el status quo, no constituyen cláusulas pétreas, verdades inamovibles. Por el contrario, en el
momento en que no responden a una realidad o necesidad, llega el momento de confrontarlos y
cuestionarlos, resultando de este proceso una revolución del conocimiento y el establecimiento de nuevo
paradigma, inclusive totalmente opuesto al primero.

Es por ello que considero que el enfoque historicista resulta dialéctico, al enfrentar a los contrarios en la
búsqueda de un resultado.

El pensamiento complejo
Edgar Morin ve el mundo como un todo indisociable, donde el espíritu individual de las
personas posee conocimientos ambiguos, desordenados, que necesita acciones
retroalimentadoras y propone un abordaje de manera multidisciplinaria y multirreferenciada
para lograr la construcción del pensamiento que se desarrolla con un análisis profundo de
elementos de certeza. Estos elementos se basan en la complejidad que se caracteriza por
tener muchas partes que forman un conjunto intrincado y difícil de conocer.
En los últimos tiempos se está extendiendo el uso del término Ciencias de la Complejidad para
referirse a todas las disciplinas que hacen uso del enfoque de sistemas. El ordenador es la
herramienta fundamental de las ciencias de la complejidad debido a su capacidad para
modelar y simular sistemas complejos. Con posterioridad y en un análisis más profundo, la
complejidad también se presenta con trazos inquietantes de confusión, desorientación,
desorden, ambigüedad, incertidumbre, y de ahí la necesidad para poder hacer un mejor
manejo del conocimiento.
Morin manifiesta que la innovación presupone una cierta desorganización y relajamiento de
tensiones estrechamente vinculados con la acción de un principio reorganizado.
Se opone al aislamiento de los objetos del conocimiento, los restituye a su contexto, los
reinserta en la globalidad a la que pertenecen.
http://www.euskonews.eus/0185zbk/gaia18504es.html

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