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Bullying

A lo largo de los años ha prevalecido un fenómeno social que ha tenido una gran trascendencia, el
cual ha traspasado fronteras y ha llegado a cada rincón del mundo, el Bullying. Este es un tema
recurrente, aunque nada nuevo dado que, lamentablemente, siempre ha existido en las instituciones
educativas en prácticamente todo el mundo. El Bullying es real, y merece ser atendido a nivel global.
El Bullying no distingue raza, religión, posición social, estructura física, ni edad. Este problema está
atacando cada vez a más temprana edad y ningún sector de la sociedad está libre de él. Las cifras
son alarmantes, México ocupa el primer sitio a escala internacional en el número de casos de acoso
escolar (Bullying) en nivel secundaria y en México 7 de cada 10 niños y jóvenes han sufrido Bullying
en alguna etapa de su vida escolar.

Para entender mejor este fenómeno es necesario hacer una aproximación conceptual al término
Bullying. Según Olweus, entendemos por Bullying un fenómeno social en la que uno o varios
escolares toman como objeto de su actuación injustamente agresiva a otro compañero y lo someten.
El concepto de Bullying fue aproximado por primera vez por Ortega en 1992, cuando el problema
carecía de una denominación en español que lo identificara. Pensamos que dicha expresión se
podría haber traducido así al español, porque las palabras españolas no recogen el completo
contenido de intencionalidad, persistencia y desequilibrio social que hay que atribuirle al acoso
escolar. Los roles principales del Bullying son los de la víctima, aquel que es sometido y sufre de
violencia, siempre es uno; el agresor, el que domina y somete a la fuerza a su víctima, pueden ser
varios; y el espectador, el que observa las agresiones. El Bullying no se delimita en el espacio donde
se producen las agresiones y no es necesario el contacto víctima agresor. Por eso es que
consideramos que el Bullying trasciende fronteras.

Pero todo esto no significa que el Bullying sea un absoluto y se pueda resumir en un solo caso.
Existen distintas formas de Bullying, está el Bullying físico directo, que es contra el cuerpo, ya sea
pegando o empujando a la víctima; también está el Bullying físico indirecto, donde los abusos son
contra la propiedad de la víctima, que pueden ser acciones como robar o romper pertenencias de la
víctima; además está el Bullying verbal, este es el más frecuente y va desde insultos, burlas y
calumnias; después está el Bullying Psicológico, donde los agresores minan la autoestima y
fomentan la inseguridad y el temor; por último está el Bullying social, donde los agresores aíslan al
individuo del grupo. Sin embargo, a principios del siglo XXI, han aparecido nuevas formas de
Bullying, como el Ciberbullying y el Dating violence. El Ciberbullying utiliza las nuevas tecnologías de
la información y la comunicación, como el internet y el teléfono móvil. Es una forma de acoso
indirecto y anónimo. Dating violence es un acoso entre parejas de adolescentes, donde prevalece el
chantaje emocional, este tipo de Bullying es considerado como la antesala de la violencia de género.

Para el análisis correcto del Bullying, hemos decidido remitir a la definición de Ludwig von Mises,
acerca de la acción humana. Según Mises, la acción humana es todo comportamiento o conducta
deliberada. Se caracteriza por tener un fin, valor, medio e utilidad. El fin es aquello que el actor se
propone lograr con su acción, el valor es la apreciación subjetiva que el actor da a su fin, el medio es
todo aquello que el actor cree que le permitirá alcanzar su fin y la utilidad es la apreciación subjetiva
que el actor da al medio en función del valor del fin que el actor considera que éste le pemitirá
conseguir. Toda acción, según Mises, requiere de un plan de acción, que marca el rumbo de esta.

El Bullying por definición es una conducta deliberada, por tanto, consideramos que tiene un fin, valor,
medio e utilidad. Consideramos que el fin de todo acoso (sea escolar o no), es la exaltación del Yo
por parte de los acosadores, es decir, incrementar la percepción de si mismos. El valor de este fin
radica en el hecho de que, al someter a la víctima, el agresor aumenta su percepción de sí mismo,
siendo este, en la mayoría de los casos, inseguro y por tanto llegando a una satisfacción
momentánea y errónea de si. El medio para llevar a cabo este acoso es el de minimizar a la víctima
con la agresión, esta puede llegar a ser desde física, verbal y hasta emocional. Estos medios son
útiles para el agresor, porque disminuyen la capacidad de la víctima de actuar y por tanto reducen a
la víctima y la someten.

Pensamos que la mayoría de las veces, este tipo de actos se dan porque los adolescentes que
intervienen en ellos no tienen fines concretos, es decir, no tienen un sentido de vida acompañado de
un complejo de inferioridad. Es por esto que los agresores buscan a las víctimas, cuando la mayoría
de las veces quien se encuentra en una situación peor es el agresor. Además, como nos
encontramos en un campo subjetivo, donde interviene la acción humana, la resolución de estos
conflictos se dificultan, porque el análisis de los comportamientos se aleja de un punto de vista
objetivo y las emociones son determinantes en la toma de decisiones.

El 89.4% de los encuestados por la Fundación en Movimiento, A.C. dicen que valorarte a ti mismo es
una herramienta que te protege del Bullying. El 33.3% de los encuestados dicen que si sufrieran
Bullying pensarían en morirse. El 57% de los mismos encuestados dicen que les hace más daño lo
que los demás dicen de ellos. A primera vista uno pensaría que el aumentar la autoestima personal
erradicaría o ayudaría a terminar con el Bullying, sin embargo, esto no es así, puesto que la
autoestima de la mayoría de las personas depende de factores externos y al aumentar la autoestima
en base a factores externos solo sería una salida momentánea. Nuestro punto de vista no es el de
aumentar la autoestima de las personas por medio de un método en específico, puesto que no hay
manera de realizar lo dicho, sino de identificar la autoestima como parte de un proceso único e
introspectivo, el cual deberá de ser realizado por el actor y no por sus externos, es decir que la
autoestima deje de fundamentarse en opiniones ajenas y empieza a estructurarse en el desarrollo
propio.

También consideramos que los espectadores son una pieza importante dentro del Bullying y forman
parte del proceso de solución a corto plazo. Los espectadores se encuentran en una posición
privilegiada, porque no son atacados y tampoco agreden, la mayoría piensa que se encuentran
deslindados del problema y puede analizar las cosas con mayor objetividad. Por tanto, se encuentran
en una posición en donde deben de ayudar no solo a la víctima y al agresor, sino a la sociedad,
detectando cualquier tipo de Bullying y avisando a personas que les puedan ayudar a detener esta
situación.

En la encuesta nombrada anteriormente, el 86.2% de los encuestados dicen que las caricaturas
violentas te influyen a volverte violento. Es tal la cantidad de escenas violentas que un niño o
adolescente puede contemplar en las pantallas cada día, que puede llegar a la conclusión de que es
normal el uso de la violencia, insensibilizándose ante el dolor ajeno y llegando a creer que “quien
utiliza la fuerza tiene razón”. Esto es un problema, los medios masivos se encargan día y noche de
bombardearnos de información y representar a intereses individuales. Por ello reconocemos que hay
que ser críticos con toda la información que proceda de ellos, para evitar caer en sus mensajes.
Recomendamos ampliamente dejar a un lado las pantallas, ya sean familiares como la televisión, o
personales como computadoras o teléfonos celulares, e utilizarlos solo en casos necesarios.

Teniendo en cuenta que el 50% de los suicidios entre jóvenes mexicanos están relacionados con el
Bullying, está claro que hace falta un rumbo entre tanta información. Es por esto que proponemos
una manera distinta de ver el Bullying, donde toda persona involucrada tenga como objetivo
visualizarse a futuro, imaginarse y proyectarse en una hipotética realidad realizando aquello que mas
guste, en donde sea feliz y plena. Para que esto se cumpla, cada parte deberá realizar un plan de
acción, y en la realización de este se verá en la necesidad de formar una empatía con los demás, es
decir, ponerse en el lugar de los demás involucrados. Formará empatía con los demás porque se
hará consciente de que, para alcanzar su objetivo, deberá enfocarse en si y no en los demás. Esta
empatía llevara a cada rol, a desenvolverse en beneficio propio, pero sin darse cuenta, también
ayudara a la realización de un bien común, la consolidación de una sociedad basada en respeto y
tolerancia con su entorno.

Para lograr que las personas realicen el proceso anterior, es necesario de una educación sólida y
formal. A nuestro criterio, esta deberá de realizarse en casa, donde la participación en familia
solidificará y fundamentará las acciones de cada individuo. Somos concientes que el proceso anterior
es una utopía, pero idealizando un gran objetivo es la única manera de llegar a hacer grandes
movimientos.

Por último, nos gustaría dar algunas recomendaciones a aquellos que se encuentren en una
situación de Bullying. El Bullying no es una broma. Si a quien le haces una broma no se está riendo,
no es broma…es Bullying. ¡Para!. El Bullying ocasiona miedo, por ello muchos prefieren ser testigos
antes que ser víctimas, pero hay que reconocer que todos tenemos la capacidad de ayudar a quienes
lo necesitan. Ponerte en el lugar del otro ayuda a comprender lo que sucede por la cabeza de la otra
persona y ayuda a entender su sentir. Pide ayuda a quien creas conveniente y sobre todo considera
que “un hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”.

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