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Ademys

Asociación Docente

Solís 823 – Te.: 43815400

Tiza en mano N º 10
Educación Sexual
Violencia de Género:
el Caso Melina Romero
¿Por qué Educación Sexual?
En la escuela, y en la sociedad, existen pruritos y tabúes para trabajar la educación sexual. Los docentes aún tenemos
distintos miedos o temores que son comprensibles: ¿qué pasará con las familias?, ¿qué dirán?, ¿reaccionarán de
forma negativa?, ¿vendrán con dudas?
También existen muchas veces obstáculos en las instituciones que trabajamos. Por temor, desconocimiento o
desacuerdo, las conducciones suelen preferir que alguna empresa u ONG dé una charla sobre educación sexual y así
sacarse el “problema” de encima.
Por otro lado, a veces nuestros temores provienen de nuestra formación o de nuestra concepción como “educadores
sabelotodo”. ¿Podremos encontrar todas las respuestas a las preguntas de los chicos? Estamos acostumbrados a
tener certezas, a no titubear.
Estas dudas, estos temores, están presentes en nuestras escuelas y es normal que existan. Pero creemos que como
educadores es importante empezar a afrontarlos. Primero porque debemos hacerlo. Porque si no muchos de nuestros
alumnos tendrán como única educación sexual aquella que reciban a través de los medios masivos de comunicación,
de internet, de boca en boca. Recibirán sólo aquella información que refuerza falsos mitos o creencias que no hacen
otra cosa que reforzar estereotipos. En segundo lugar podemos y debemos brindar educación sexual. Existe una ley
que, aunque tenga ausencias y falencias, nos habilita da un marco legal desde dónde hacerlo.
Por eso desde Ademys, decidimos elaborar algunos materiales al respecto. Queremos compartir secuencias que
hicimos en las aulas con nuestros alumnos. Secuencias que se pueden mejorar, que son de carne y hueso, que
hicieron pie en el aula y que habilitaron la entrada de la discusión y el crecimiento.

Esta primera secuencia que presentamos a continuación tuvo el objetivo de abordar con nuestros estudiantes en las
aulas, cómo los medios masivos de comunicación abordaron el caso de Melina Romero. Éste pretende ser un
disparador para tomar en nuestras manos la lectura y el análisis de las problemáticas relativas a los géneros y a las
sexualidades. A partir de allí, creemos que se despliegan un amplio abanico de temáticas a trabajar: la construcción
de subjetividades, la violencia de género; los estereotipos difundidos por los medios masivos; las formas de opresión
y los mandatos; la estigmatización, por el simple y el solo hecho de ser eso: niñas y mujeres; o los prejuicios que se
encuentran instalados socialmente en torno a los adolescentes por el simple y el solo hecho de ser eso:
adolescentes. La presente secuencia contiene diversas notas periodísticas sobre Melina Romero. A través de ellas
podemos dar cuenta de las diferentes ópticas con los cuales los medios masivos de comunicación trataron el tema.
Creemos que es importante y necesario que nuestros chicos sean lectores críticos de la realidad que los atraviesa.
Nuestro desafío, no menor y nada sencillo, es poder abordar esta clase de temáticas con la responsabilidad social
que nos toca como docentes.
Una historia, un relato de un maestro
Antes de empezar le pregunto a mis alumnos que sabían del caso de Melina. “La asesinaron”. “Andaba en
cualquiera”, “era rebelde”, “la violaron”, “sus papás le dejaban hacer cualquier cosa”. Palabras que habían
escuchado en distintos medios, tenían eco en el aula. Así, empezamos la secuencia con la siguiente consigna.
Primera actividad
A continuación leerán una nota que salió en el diario Clarín acerca de Melina Romero, una chica de 17 años que
desapareció de su hogar cuando iba a bailar y que se presume que haya sido asesinada. Este tipo de notas se
denomina perfil: se trata de una descripción, en este caso de la víctima.
Clarín (15 de septiembre)
Una fanática de los boliches, que abandonó la secundaria
Melina es la mayor de cuatro hermanos. Su papá, ex policía, tiene poco contacto con ellos.
La vida de Melina Romero, de 17 años, no tiene rumbo. Hija de padres separados, dejó de estudiar hace dos años y
desde entonces nunca trabajó. Según sus amigos, suele pasarse la mayoría del tiempo en la calle con chicas de su
edad o yendo a bailar, tanto al turno matiné como a la noche, con amigos más grandes. En su casa nadie controló
jamás sus horarios y más de una vez se peleó con su mamá y desapareció unos días.
La chica es la mayor de cuatro hermanos: Gustavo, Facundo (mellizos, de 16 años) y Alejandro, de 14. Todos se
criaron solos con su mamá, Ana María, que es enferma de diabetes y también sufre de presión alta. La mujer es
podóloga, pero trabaja muy poco por sus problemas de salud.
El padre de los chicos, Rubén Romero, es un ex policía de la Bonarense que casi no tiene contacto con sus hijos.
“Desde que mi hermana desapareció, hace más de 20 días, con mi papá nos comunicamos dos veces por teléfono.
Hoy lo llamé al celular para hablar pero me dio apagado”, le explicó a Clarín Gustavo, uno de los hermanos de
Melina.
La familia vive en una casa muy humilde ubicada en medio de otras muy ostentosas, en el barrio Ciudad Jardín, en
El Palomar, partido de Tres de Febrero.
Melina estudió hasta segundo año en la Escuela Técnica N° 2 de Martín Coronado, que abandonó hace unos años.
Hasta su desaparición, se levantaba todos los días al mediodía y luego se juntaba con sus amigos en la plaza de
Martín Coronado, que está sobre avenida Perón, a metros de la estación de trenes. Ahí se quedaba hasta la
madrugada con chicos de su edad.
“Mi hermana dejó de estudiar para descansar y dedicarse a la vagancia”, le dijo ayer a Clarín su hermano Alejandro.
La chica mide 1,72 metro, usa el cabello corto y se hizo cuatro piercings: dos aritos en la nariz, uno en la lengua y
otro arriba del labio superior. En el omóplato derecho se tatuó un corazón con el nombre de sus padres. A “Meli”,
como la llaman sus amigas, le gustan muchos las redes sociales y tiene cinco perfiles de Facebook.
“Yo choco mucho con mi hermana porque no te cuenta nada. Le pregunto dónde va o con quién sale y se enoja. Pero
yo lo hago porque me preocupo. Nunca te dice en qué anda”, resaltó Gustavo.
El día en que desapareció, Melina estuvo en la plaza de Martín Coronado con sus amigos. “Me dijo que era su
cumpleaños y me invitó a ir a bailar a la noche con unos pibes que yo no conocía. Pero como el boliche es horrible,
yo dije que no quería ir. Entonces se fue sola”, recordó Agustina, una de las amigas de la adolescente.
La chica también contó que solía ir a bailar a la matiné con Melina pero que luego ella se iba a la casa y “Meli” iba a
otra disco a la noche (donde era tarjetera, para no pagar) y se quedaba hasta la madrugada. “Cuando se peleaba con
su mamá se iba de la casa.
El mes pasado se fue tres días y después volvió. Ella también se junta con otros chicos que son más grandes, pero
no del grupo de la plaza”, dijo Agustina.

Contesten en parejas
¿Por qué te parece que es importante conocer la información que está en el primer párrafo?
¿Por qué creés que quien escribió la nota subrayó que Melina tiene piercings y cinco perfiles de Facebook?
¿Cuál te parece que es el objetivo de la nota?
¿Qué opinión busca generar en los lectores acerca de la víctima?
¿Quiénes aparecen como culpables?

Al comienzo las respuestas a las preguntas reforzaban algunas concepciones que ya habían aparecido antes de leer:
“Melina se creía adulta, o sea mayor de edad, como que podía hacer lo que quería” (Jordan). “La desaparición de
Melina fue culpa de la mamá porque nunca le ponía límites” (Matheo). Escribieron esta nota para que todos los
jóvenes que también andan en casos similares recapaciten para no terminar como Melina (Iván).
Aparece entonces la necesidad de la repregunta, de la intervención docente, de establecer la duda: “¿Ustedes no
tienen más de un perfil en Facebook?” “Yo tengo dos” (Camila), “yo cinco” (Mati), “yo ocho (Brisa)”.
“Camila además tiene piercing ¿Va a terminar mal?” pregunto. “Nooooo” se ofende Camila. “Pero además iba a
bailar tarde y tenía amigos más grandes” insiste Matheo. “¿Vos no tenés amigos más grandes?” le pregunto a
Matheo. “Sí, bueno”. “¿Y ustedes no creen que van a querer salir hasta más tarde cuando tengan 17?” sigo. “Si, mi
hermana sale siempre hasta más tarde” reconoce Candela.
Una discusión. Nuevas dudas, las certezas ya no son las mismas de antes. “Parece que si vos tenés piercings y cinco
perfiles de Facebook, hacés lo que querés y vas a terminar mal”. Reflexiona Mati. La charla sigue.

Segunda actividad
La siguiente nota salió en Página 12 y es una nota de opinión que crítica al perfil sobre Melina Romero que salió en
Clarín.
Página 12 (17 de septiembre)
Adolescentes descartables
Por Mariana Carbajal
Desde algunos medios, en lugar de contribuir a desarmar ese imaginario de mujeres desechables, arraigado en una
cultura patriarcal, suman sus esfuerzos para instalar la idea de que las víctimas finalmente serían culpables de las
propias violencias que sufren; ese sentido común que pretendió imponer la última dictadura militar: “por algo será”.
Como hizo el diario Clarín, en su edición del último sábado, en una nota sobre Melina Romero. Desde el título, el
artículo ubicaba a la adolescente desaparecida el 23 de agosto en el lugar del descarte: “Una fanática de los boliches,
que abandonó la secundaria”. Y lo reafirmaba desde la primera línea del texto ¿periodístico? “La vida de Melina
Romero, de 17 años, no tiene rumbo.” Mientras los buzos de Prefectura seguían buscando su cuerpo, el diario
husmeaba en su intimidad –como si esa información aportara algún dato relevante al caso– y decía además que la
adolescente “dejó de estudiar hace dos años y desde entonces nunca trabajó”; que tiene amigos de su edad, pero
también “más grandes”; que en “su casa nadie controló jamás sus horarios”; que hasta su desaparición “se levantaba
al mediodía y luego se juntaba con sus amigos en la plaza de Martín Coronado”; que se hizo cuatro piercing; que “le
gustan mucho las redes sociales y tiene cinco perfiles de Facebook”.
La nota no sólo viola la intimidad de la chica –como en su momento hizo el diario Muy, de la misma editorial, en su
tapa al publicar fotos de cómo había sido encontrada Angeles Rawson en la Ceamse–, viola también distintas
normativas. En primer lugar, la Convención Internacional sobre Derechos del Niño, incorporada a la Constitución
Nacional, que establece “la prohibición de injerencias arbitrarias o ilegales en la vida privada de los niños y a la
protección de la ley contra dichas injerencias”. Además, el artículo incurre en violencia de género. En su artículo 6º,
la ley 26.485 de Ley de Protección Integral a las Mujeres, sancionada en 2009, define la violencia mediática contra las
mujeres –una de las modalidades de la violencia de género– como “aquella publicación o difusión de mensajes e
imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta
promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la
dignidad de las mujeres, así como también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes
pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la
desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres”.
En ningún momento, la nota pone el foco en el problema de la violencia machista, de la que ya ese día se presumía
había sido víctima Melina Romero, de acuerdo con los dichos de varios de los detenidos en la causa.
Las pautas de comportamiento que proyectan los medios de comunicación pueden contribuir a mantener y
perpetuar las relaciones de desigualdad entre los hombres y las mujeres. La discriminación histórica de las mujeres
en la sociedad es el caldo de cultivo que favorece la violencia de género y que habilita a que algunos hombres
consideren a las mujeres como parte de sus propiedades, al punto de apropiarse de sus cuerpos y de sus vidas. Pero
hay otros caminos. Los medios comprometidos con un enfoque de derechos pueden favorecer la construcción de
otros significados en beneficio de lograr la igualdad de oportunidades entre mujeres y varones y promover una
sociedad libre de violencia hacia las mujeres, donde las adolescentes no sean consideradas envases descartables,
porque les guste ir a bailar, tener amigos, las redes sociales, hacerse algunos piercing o hayan abandonado el
colegio.

Contesten en parejas
¿Cuál es la opinión de quién escribió esta nota acerca de la nota que salió en Clarín?
¿Qué argumentos utiliza para defender su postura?
¿Cuál te parece que es el objetivo de la nota?
¿Qué críticas se le hacen desde esta nota a los medios de comunicación?
Ahora aparecen algunas reflexiones interesantes. Algunas certezas. Críticas.
“La nota de Clarín era machista” enojada Sharon. “Esta nota critica a la anterior” asevera Brisa. “Sí, la nota de Clarín
le echaba la culpa a los papás y a Melina pero no decía nada de los que la mataron, ni de la policía que no hacía
nada” (Jordan).
“Igual ustedes antes dijeron lo mismo, que la culpa era de Melina y la Familia. Vos Jordan, dijiste que la otra nota
servía como para que los padres críen bien a sus hijos”, meto un poco el dedo en la llaga. Luego de un silencio,
pregunto: “¿Por qué antes pensaban otras cosas?”. “Es que a veces nos convencen”, tímida Araceli. “¿Quiénes?”
pregunto para que desarrolle. “Los diarios, es como que mienten” completa. “¿Decía mentiras la otra nota?” insisto.
“Mentiras no, pero dicen las cosas de una forma que te convencen” reconoce Óliver.

Tercera actividad
En medio de las estigmatizaciones y prejuicios que produjo la desaparición de la joven de 17 años, que había
abandonado la Escuela Técnica 2 de Ciudad Jardín, algunos de sus profesores de la secundaria escribieron una carta
donde muestran todo su dolor e indignación ante la impunidad del caso. Algunos medios eligieron reproducirla:

Desde el 23 de agosto, que Melina Romero se encuentra desaparecida. Ella estudiaba en la Escuela Técnica 2 de
Ciudad Jardín, donde trabajamos. Fuimos profes de ella de taller, de teoría y educación física, y otros no. Siempre se
destacó por tener un carácter decidido, ser muy sociable y extrovertida.
El motivo de esta nota, no es hacer una descripción de cómo era Melina, ya que eso no cambiaría el hecho de que
esté desaparecida ni la responsabilidad de un sistema social causante de su desaparición, como el de tantas otras
mujeres, que hacen las cifras del horror. Como tituló página/12 en mayo de este año: en el 2013, una mujer es
asesinada cada 30 horas, según lo relevado por el CINU (Naciones Unidas), cifra que aumentó el 16% en relación al
año anterior.
La relevancia del caso de Melina, tiene que ver con que es Mujer y encima de una familia humilde. Se la condena por
ello. La nota misógina, machista y miserable que sale en Clarín “Una fanática de los boliches que abandonó la
secundaria”, da cuenta de lo que decimos más arriba. De la misma manera la consideran los medios que se rasgan
las vestiduras de ser "objetivos y afectos a la ley" como el oficialista C5N. El silencio objetivista y para nada
condenatorio de parte la TV Pública, dejan que ese "sentido común" crezca, y se vea como normal que las mujeres
desaparezcan, o las maten. Y más normal, si es humilde. Es que todos intentan tapar la responsabilidad que tienen
los dirigentes políticos que sostienen este sistema donde, las mujeres tienen que ser "Educadas, limpias y afectas a
la familia y su casa. Que cuiden a los niños, cocinen, laven la ropa, y tengan la casa siempre lista para el
sacrificado hombre". Mujeres que, "se visten de forma provocativa, y que por eso les pasa lo que les pasa".
Mujeres que "no son como las de antes". Mujeres que "les gusta la joda, la noche, el caño, y aparecer en Tinelli -
como máximo- y si no, estar en la bailanta". Mujeres que no tendrían más derechos que los que esta sociedad les
"otorga" como doble opresión. Es decir, una visión nefastamente machista que cosifica a la mujer. Y en el caso de
Melina, además, la condenan por ser joven.
No sabemos cómo se finalizará este caso. Sabemos que Melina, como miles, están condenadas por esta sociedad
patriarcal, que cada vez menos tiene para ofrecer. Por esto creemos que no tenemos que dejar solos a los que están
exigiendo justicia y exigir su aparición con vida ya. La decisión es política, si se quiere, se puede controlar hasta
cuantos besos se dió Melina con otra persona. Insistimos, porque es mujer, es pobre y joven, no se hace.
FIRMAN: Facundo, Lucas, Laura, Valeria, Bibi C, Bibi B, Seba, Gabi, German P

Para discutir entre todos


Vuelvan a leer el párrafo en negrita
¿Qué opinan al respecto?
¿Cuál es el estereotipo de mujer para esta sociedad? ¿Y de hombre?
¿Qué pasa cuando una mujer no cumple con el estereotipo que se espera de ella?
¿Y con los hombres?
Contesten en parejas
¿Qué nueva mirada aporta la carta sobre el tratamiento de la información que hicieron los medios sobre el caso de
Melina?
¿Por qué te parece que algunos medios eligen reproducir esta carta?
Se dice que los medios tienen que buscar la neutralidad ¿Qué opinás al respecto luego de seguir este caso?

Cuarta actividad
Esta actividad consiste en la proyección de publicidades
https://www.youtube.com/watch?v=QXYV3wO59UA (Unas mujeres acosan a un hombre con piropos cada vez más
subidos de tono).
Para discutir entre todos: ¿Cuál es el objetivo de esta publicidad?
https://www.youtube.com/watch?v=JcJU1NeG55E (Quilmes, ejércitos de hombres y de mujeres que gritan a viva
voz cómo se van a revelar contra el otro sexo y finalmente por “amor” reconocen que van a seguir siendo como
antes).
Para discutir entre todos: ¿Cómo deben ser las mujeres? ¿Y los hombres?
https://www.youtube.com/watch?v=NZpmbEpMx6U (Típica publicidad machista de Axe. Un hombre en un yate con
muchas chicas).
Para discutir entre todos: ¿Qué visión del hombre aparece acá? ¿Y de la mujer?
https://www.youtube.com/watch?v=xH-9nWaqpws (Video sobre lo que significa hacer cosas como mujer)
Luego de la tercera y cuarta actividad aparecen algunas reflexiones acerca de los estereotipos que existen en nuestra
sociedad:
“Parece que si la mujer no es así está mal”; “El hombre tiene que trabajar, la mujer esperarlo con la comida en casa.
Llevar a los niños a la escuela”; “La mujer tiene que lavar, cocinar”; “La mujer rebelde y sin obligaciones no tiene
futuro”.”La mujer debe servirle al hombre”; “La mujer debe ser obediente”; “Si la mujer no cumple sería una mala
madre. Dirían malas palabras de ella”. “Si el hombre hace las tareas del hogar lo tratan de afinado, de gay, de
dominado”. “Los otros hombres se burlan, creen que es menos hombre”.
“¿Qué pasa si el hombre es muy machista y la mujer decide revelarse o empezar a querer cambiar las cosas?
Pregunto. “No puede” tímida Lara. ¿Ahí hay violencia, no? Iván. Hablamos un poco sobre el tema de la violencia de
género.
“Pasó con mi mamá profe, pero ella se animó igual, lo denunció a mi padrastro”, se anima Sharon.
¿Pero esto desde cuando es así profe? Se enoja Candela. Comento que desde hace mucho, que antes era peor aún,
que muchas mujeres pelearon mucho para cambiar las cosas, que antes ni podían votar, “Ni ser presidentas”
interrumpe Iván. “Ni ser presidentas” repito sus palabras.

Quinta actividad
Luego de ver estas publicidades lean el siguiente fragmento de una nota de opinión sobre Melina.
“A Melina, contó uno de los pibes detenidos, le propusieron tener sexo grupal. Ella no aceptó. Y dijo que no. Al decir
que no, tuvo que enfrentarse solita al peor rostro del varón criado y enseñado para imponerse sobre la mujer. A ese
que, cuando una mina le dice no, le tiemblan sus cimientos. Tiene miedo. No puede aceptar ese no. Menos cuando
cerca hay otros como él, mirando, estudiando, midiendo y hasta calificando. Sí, la hombría puesta en juego. El no
que arremete una vez. El no que sale nuevamente de las tripas de Melina, acorralada. El no valiente, a pesar de la
indefensión. El no en nombre de otras como ella. No, no y no. Y el terror ante la trolita, la putita, la buscona, que nos
dice no. Que se planta, ahí, entre machazos. Nada de fragilidad. ¿Cómo que no? No existe el no, ni para mí, ni para
nosotros. Para vos no hay no. Para vos no hay posibilidad de no. Para vos hay un golpe, un insulto, otro golpe, y otro
y otro y otro. ¿Entendés, puta? Vos decís no, y chau, morís. No podés estar, vivir, crecer, si nos decís que no. Se
acabó”.
La vida de Melina y el periodismo sin rumbo
18 de Septiembre de 2014
Maximiliano F. Montenegro.
Respondan en parejas
¿Cómo se relaciona este fragmento que leyeron con las publicidades que vieron y con los estereotipos de hombre
y de mujer que existen en nuestra sociedad?
Escriban alguna conclusión sobre el caso y sobre el tratamiento de los medios.

Las palabras crudas de la nota, la palabra “puta”, la palabra “trolita” dicha en clase, sí leída por el maestro, sí el
maestro tan correcto siempre dice “trolita” y ahora no genera risas por lo bajo, como hubiese pasado un mes atrás.
Los chicos levantan la mano, opinan, tejen lazos. Los chistes machistas, los estereotipos, la violencia de género,
ahora todo tiene conexión. “Pobre Melina” suspira Nico. “Sí, pobres todas las Melinas”. La discusión sigue…

Federico Milman, maestro de séptimo grado de la escuela 13 del DE 7º CABA

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