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Modelos teóricos y neurociencia cognitiva de la percepción

Chapter · January 2011

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5 authors, including:

Enric Munar Jaume Rossello Mir


University of the Balearic Islands University of the Balearic Islands
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Alejandro Maiche David Travieso


Universidad de la República de Uruguay Universidad Autónoma de Madrid
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Person-Centered Approximation To Psychoses: Effectiveness And Outcomes View project

Perceptual and perceptual-motor learning analysis from the ecological perspective. Aplications on Ergonomics, Sports, and Sensory Substitution. View project

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Modelos teóricos
y neurociencia
cognitiva de
la percepción

E. Munar
J. Rosselló
A. Maiche
D. Travieso
M. Nadal
Modelos teóricos
y neurociencia cognitiva
de la percepción

E. Munar
J. Rosselló
A. Maiche
D. Travieso
M. Nadal

Introducción terialista en tanto y cuanto no podemos suponer la existencia


de procesos que no tengan un asidero material.
El estudio de la percepción se asienta sobre unas bases, unas La percepción se entiende habitualmente como el proceso
premisas y unos prejuicios, algunos de los cuales comentare- cognitivo inicial por el que se construye conocimiento –creen-
mos e intentaremos justificar con el sesgo de nuestra perspec- cias perceptivas– incitado y fundamentado en nuestro entor-
tiva, como no podría ser de otra manera. Una primera premisa no más contiguo. Desde la neurociencia tradicional, se man-
se fija en considerar la percepción como un proceso mental, un tiene una tesis ‘realista’, en el sentido de que necesitamos
proceso cognitivo. Esa consideración tiene varias consecuencias. contar con un mundo externo a la mente, con una realidad
Una de ellas se dirige hacia la noción de lo que entendemos por física, objetivo de la percepción. Según una definición dog-
mente, es decir, manejamos la noción de que la percepción se mática del realismo, los objetos externos y sus propiedades
desarrolla en esa entidad inmaterial a la que llamamos mente. existen con independencia del perceptor, incluso cuando no
No obstante, rápidamente aparece la discusión de si es posible son percibidos por nadie. En general, también asumimos, en
entender la mente sin extrapolarla a una estructura material. la mayoría de casos, la ‘validez’ de las consecuencias percep-
En nuestra opinión, una perspectiva neuropsicológica, neuro- tivas, esto es, se adopta la idea de que no existen errores
científica, asume que eso no es posible, y que esa estructura generalizados de ajuste entre las percepciones y sus causas
material que da sentido al concepto de mente es el cerebro, físicas o, en otras palabras, la ‘realidad física’. Queremos lla-
aunque el acuerdo entre los investigadores no es total. No nos mar la atención sobre la ambigüedad que supone utilizar en
entretendremos en esta discusión, puesto que es genérica a este contexto la palabra realidad, puesto que entendemos,
cualquier proceso cognitivo, tratado en otros capítulos, además en la línea de Descartes, que la realidad más inmediata es la
de formidablemente extensa. El objetivo de su mención es el de que obra en nuestras percepciones, en nuestros pensamien-
incitar a la reflexión sobre el vínculo entre los conceptos per- tos, una ‘realidad psíquica’ sin duda distinta a la mencionada
cepción, mente y cerebro, y, a la vez, dejar clara la perspectiva ‘realidad física’, posterior o previa una a la otra, según la pers-
desde la que está redactado este capítulo: una perspectiva ma- pectiva que adoptemos.

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El realismo tiene dos versiones. El ‘realismo directo’ defiende La noción de ‘percepción para la acción’ es una visión rela-
que el perceptor capta directa e inmediatamente los objetos y tivamente novedosa en el campo de estudio de la percepción
sus propiedades. El ‘realismo indirecto’ defiende procesos me- y que, de momento, todavía no se halla claramente plasmada
diadores y afirma que uno de los motivos por los cuales per- en la psicología aplicada, aunque existen visos de que así sea.
cibimos los objetos y sus propiedades es el concurso de estos En la vertiente más teoricobásica, ha ayudado a desencallar una
mediadores. Este posicionamiento del ‘realismo indirecto’, en situación conceptual en la que se había estancado el cognitivis-
la mayoría de los casos, también asume una idea representa- mo representacionalista, aportando un soplo de aire fresco en
cionalista de la mente. Entonces se plantea una cuestión nada las reflexiones conceptuales sobre percepción. Esta noción no
trivial: ¿qué entendemos por representación? significa necesariamente dejar de lado el representacionalismo.
La respuesta más lineal a esa pregunta viene desde su eti- ¿Esos patrones motores podrían seguir llamándose represen-
mología: ‘re-presentar’, volver a presentar. Cuando es ésa la taciones? Responder afirmativamente a esta pregunta puede
respuesta, nos imaginamos una cierta reproducción o copia del resultar bastante comprometido, dado que también debería-
objeto o de la configuración estimular. Esa idea de la reproduc- mos responder afirmativamente a preguntas como ¿existe re-
ción o de la copia lleva a otras preguntas, ¿Cómo es esa ‘copia’? presentación en el arco reflejo humano?; el robot, al mover
¿Guarda información de todas las características del objeto? el brazo, ¿representa?; ¿representa la ameba al fagocitar una
Bien sabemos que no, pero ¿qué se consigue con esa copia? nanomanjar? En nuestra opinión, parece conveniente conser-
Sobre cómo es esa reproducción, la respuesta desde un var el concepto de representación para explicar fenómenos per-
discurso fisicista es complicadísima y no estamos en condicio- ceptivos y cognitivos.
nes de darla, quizás simplemente porque derive de un plan- Un inconveniente que se plantea en el paradigma ‘percep-
teamiento inadecuado sobre el estudio de la percepción. Sin ción para la acción’ es el que deriva de la pregunta ¿qué pasa
embargo, no es fácil entrever dónde está la inadecuación del con un tetrapléjico de nacimiento, o con un niño que nace sin
planteamiento. Desde una perspectiva más conceptual, se dan manos, o con otro que lo hace con tetania congénita debido a
respuestas más laxas o circulares, como la que indica que se una enfermedad neuromuscular? Francamente no lo sabemos,
trata de entidades simbólicas que representan objetos o algu- aunque puede que su percepción no sea como la nuestra, como
nas de sus propiedades. No obstante, ¿cómo sabemos que los sugieren bastantes trabajos, tanto procedentes de la neuropsico-
atributos que aparecen en la representación se ajustan a los de logía experimental como de la aplicación de las técnicas de neu-
los objetos percibidos? roimagen. De todos modos, cabe tener presente que esos casos
El planteamiento de la pregunta anterior parte de una pre- suelen conservar intacta una acción esencial para la percepción
misa bastante interesante, esto es, existen unos atributos per- humana, y que bien ha merecido un papel predominante en el
ceptivos que mantienen alguna relación con algunos atributos estudio de la atención: nos referimos a los movimientos ocula-
‘reales’ del objeto. Algunas respuestas apuntan a que no pode- res. ¿Y si, en esos pacientes, los movimientos oculares supliesen
mos conocer el grado de ajuste entre unos y otros, puesto que de alguna forma el papel que juega normalmente nuestro am-
la única forma inmediata –frente al significado de mediada– de plio repertorio motor? ¿Sucede algo parecido, pero a la inversa,
conocer esos atributos es la percepción. Una vía más mediada con un ciego de nacimiento, que sigue ‘actuando’ (aunque de
es la cognición más compleja. Otras respuestas apuntan a que forma cuantitativa y cualitativamente distinta a los videntes o ex
las ‘mediciones’ que podemos hacer sobre el objeto (mediadas videntes), pese a que lo hace ‘sustituyendo’ el código visual por
cognitivamente) nos permiten contrastar ese ajuste entre atri- el procedente de otros sentidos?
butos perceptivos y atributos físicos. Una de las posibles vías de Las constancias perceptivas son otro fenómeno que puede
‘medir’ esa información es a través de nuestra interacción con resolver bastante adecuadamente la perspectiva de la ‘percep-
el entorno, fruto de nuestras capacidades motrices y de los pro- ción para la acción’. Un folio blanco se sigue percibiendo como
cedimientos de manipulación que ejercemos sobre los objetos. blanco a pesar de que el valor de luminancia descienda de for-
Este hilo argumental nos puede llevar a la hipótesis de que el ma acentuada y de que el sistema visual detecte ese descen-
objeto se transforma (percibe) en parámetros motrices en aras a so del número de candelas. A pesar de que la representación
intentar maximizar la eficacia de nuestra acción. De esta forma, perceptiva del objeto haya cambiado ligeramente, es bastante
se puede pasar del énfasis en la ‘percepción para la represen- probable que nuestra acción respecto al mismo se mantenga.
tación’ al énfasis en la ‘percepción para la acción’, sin que ello Ello proporciona una alta estabilidad de lo que, en otros cam-
suponga abogar por la inexistencia de representaciones. pos, se ha llamado la permanencia del objeto.

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MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

Por otra parte, un inconveniente a la perspectiva de ‘percep- cerebral al codificar y elaborar un determinado intervalo de di-
ción para la acción’ es que esa noción surge en el estudio de la cha energía (al que llamamos luz visible), precisamente el rango
visión y, de momento, debe extrapolarse con cautela al resto de que se caracteriza por ser capaz de inducir la transformación
modalidades sensorioperceptivas, aunque a lo largo del capítu- de los pigmentos químicos de los fotorreceptores retinianos
lo veremos algún ejemplo de esa extrapolación. de forma que las nuevas moléculas generadas provoquen la
En conclusión, el investigador actual, en general, sigue man- hiperpolarización celular que culmine en un primer cambio en
teniendo una idea realista y relativamente representacionalista la transmisión sináptica. Tras una integración inicial de esa in-
de la percepción, a pesar de que algunos autores sustituyen formación neuroquímica, los potenciales postsinápticos gene-
el énfasis de la representación por el de la ‘percepción para rados pueden dar lugar, a la postre, a una serie de potenciales
la acción’. Sin embargo, hay que tener en cuenta que repre- de acción que constituyen el impulso nervioso que, a través
sentacionalismo y los modelos percepción para la acción no del nervio óptico, emprende viaje hacia los centros visuales de
son necesariamente incompatibles. De hecho, la mayoría de nuestro cerebro.
los modelos propuestos desde ese nuevo paradigma son repre- No obstante, cabe matizar esa idea de un viaje ‘hacia’ el
sentacionalistas, empezando por el más canónico e influyen- cerebro, en la medida en que la propia retina puede ya consi-
te [1]. Sólo algunas alternativas pueden considerarse, no sin derarse tejido cerebral. De hecho, es en ella donde se produce
precauciones, no representacionalistas, si dejamos de lado las el primer procesamiento de la información visual, por lo que,
hipótesis surgidas en el marco de los sistemas no lineales, más antes de seguir la pista al impulso nervioso que viaja por el ner-
bien pocas y todavía en ciernes. vio óptico merece la pena detenerse un momento en estudiar
De todas formas, y antes de adentrarnos en una exposición el funcionamiento de las tres capas de células retinianas que
de los conocimientos más relevantes en una neurociencia de constituyen la puerta de entrada que ‘comunica’ el universo
la percepción para una neuropsicología aplicada, queremos físico con nuestra mente visual.
dejar claro que esa exposición no tomará partido en la discu- Es precisamente allí, en la retina, donde los objetos del mun-
sión ‘percepción para la representación’ frente a ‘percepción do exterior proyectan su pauta particular de cargas eléctricas
para la acción’, puesto que tanto desde una orientación como oscilantes, formando lo que relativamente podemos llamar un
desde la otra se han ido obteniendo avances útiles para una estímulo proximal, una imagen sobre la que cabe pensar que
neuropsicología aplicada. En consecuencia, se intentará ofrecer posee características ciertamente distintas a las del estímulo
básicamente aquellos conocimientos, bien procedan de una distal –el que forma el objeto en sí–, en el cual se origina, pese
conceptualización o de otra, que, en nuestra opinión, puedan a que presuntamente la correlación entre ambos debe ser nota-
ser útiles a un neuropsicólogo clínico, aunque sea como una ble. Téngase en cuenta que el estímulo distal en sí mismo pue-
premisa más a añadir en las reflexiones que tiene que realizar de resultar incognoscible para el sujeto, ya que sólo podemos
sobre el cuadro psicopatológico que afecta al paciente. conocer sus efectos. En otras palabras, las características que
conocemos del estímulo distal son las que provienen de la in-
teracción (fundamentalmente motora) que hemos mantenido
con el mundo físico.
El sistema visual Un claro ejemplo que ilustra la diferencia entre la imagen
retiniana y el objeto que la origina se deduce del putativo ca-
En sentido estricto, podríamos decir que la luz no existe; al me- rácter tridimensional de los objetos del mundo físico, una tri-
nos, lo que cada uno de nosotros entiende por luz a partir de dimensionalidad que no puede plasmarse en una imagen pro-
su vivencia perceptiva. En realidad, el correlato físico de ese fe- yectada sobre un plano bidimensional como el retiniano. Así
nómeno psíquico es un patrón energético de naturaleza harto pues, nuestra visión se enfrenta a ciertas restricciones que se
enigmática, ya que, según defiende la física cuántica, cuando imponen desde la propia anatomía del ojo humano. De hecho,
no lo observamos se comporta como una serie de ondas elec- todo sistema biológico impone unas limitaciones en el proce-
tromagnéticas periódicas, mientras que, al interactuar con él, samiento de la información que lleva a cabo, que no son sino
parece mudar su naturaleza y manifestar los efectos propios de producto de las características de su propia estructura y fun-
un flujo de partículas o ‘cuantos’ (fotones). cionalidad.
Así pues, lo que experimentamos como luz es sólo un pro- Otra de las características que aparentemente poseen los
ducto psíquico, un fenómeno que emerge de nuestra actividad estímulos del mundo físico que resulta imposible transferir di-

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rectamente a la imagen retiniana es la continuidad temporal de remos vendrá regido por dos grandes principios inherentes al
sus variaciones. Las células del sistema nervioso están sujetas a sistema visual: su organización jerárquica y su especialización
períodos de adaptación que les impiden responder de forma funcional [3], aunque debemos matizar que, a menudo, nues-
ininterrumpida, lo que, prima facie, nos podría llevar a pensar tro viaje seguirá el criterio jerárquico ‘dentro’ de cada una de
que, si las señales que fluyen desde la retina hasta la corteza las vías que hacen posible dicha especialización funcional, una
son discontinuas, la percepción también lo será. variación en la hoja de ruta no tan leve como puede parecer,
Sin embargo, los seres humanos no percibimos un mun- siguiendo así derroteros paralelos que, a nuestro modo de ver,
do en dos dimensiones ni experimentamos los cambios que reflejan de forma más fidedigna la organización de nuestro
ocurren a nuestro alrededor de manera discontinua, aunque sistema visual. Finalmente, las principales paradas previstas en
a veces sean increíblemente veloces. Esta disparidad entre el este viaje pretenden ajustarse a la importancia funcional del
estímulo proximal y nuestra percepción ilustra la capacidad de procesamiento que llevan a cabo las estructuras o sistemas de
nuestro cerebro para elaborar la información de forma que pro- cada vía y a su relación, cuando sufren algún daño, con los
picie una conducta adaptada al medio en el que nos desenvol- principales trastornos neuropsicológicos que afectan a la visión
vemos. Así pues, afortunadamentre, no percibimos lo que hay humana.
en nuestras retinas, sino lo que, de alguna manera, el cerebro
establece en cada caso que debemos percibir, lo que sin duda
supone una ventaja sustancial en cuanto a las probabilidades Estación inicial: la retina
de sobrevivir en el entorno que nos rodea.
En el caso de la visión, son las áreas corticales dedicadas Aunque es cierto que los déficit en el procesamiento retiniano
al análisis de la información visual, que en su gran mayoría se no se relacionan directamente con lo que entendemos por tras-
encuentran en el lóbulo occipital, las encargadas en gran par- tornos neuropsicológicos, es preciso conocer la organización
te de conformar el percepto. El sistema visual está preparado de esta primera estación de análisis de la información visual
para transformar el estímulo proximal –análogo a la imagen re- para entender luego las características de algunos trastornos,
tiniana– hasta lograr un percepto que respete las características como, por ejemplo, las hemianopsias.
del estímulo distal, que resultan importantes para maximizar la En la retina nos encontramos con varios tipos de células dis-
eficacia de nuestras acciones, es decir, los atributos del objeto puestas en tres capas (Fig. 1). Del exterior al interior, podemos
físico que debe preservar el percepto son aquéllos que, de al- distinguir las células fotorreceptoras, las bipolares y las gan-
guna manera, deben guiar las pautas de comportamiento que glionares. Cabe precisar que, en la capa intermedia, se hallan
resultan cruciales para la supervivencia. también las células horizontales y las amacrinas, que conectan
En este proceso de transformación del estímulo proximal los fotorreceptores con las bipolares y las bipolares con las gan-
que lleva a cabo nuestro sistema visual intervienen varias áreas glionares, respectivamente, y son responsables de interaccio-
o módulos de procesamiento que codifican los distintos rasgos nes de suma importancia funcional, como el fenómeno de la
del estímulo –aquéllos que, si devienen conscientes, experi- inhibición lateral, tan importante para entender, por ejemplo,
mentaremos como ‘qualia’ (por ejemplo, su forma, su color, la percepción del contraste. En cuanto a los fotorreceptores,
etc.) [2]– con diversas finalidades. que no son sino neuronas modificadas, cabe distinguir, por un
A pesar de la habitual eficacia de nuestro cerebro visual, lado, los ‘conos’, células con campos receptores más bien pe-
determinadas lesiones en el sustrato neural, que hace posible queños, que se hallan concentrados fundamentalmente en la
la elaboración de la información, pueden ocasionar problemas zona central de la retina (fóvea y parafóvea) y son responsables
que determinen, por ejemplo, que el resultado final carezca de de la visión de alta resolución espacial, de la visión diurna y de
significado para el observador. De ahí que resulte necesario co- la del color; y, por otro lado, los ‘bastones’, células con campos
nocer el recorrido que hace el estímulo proximal hasta conver- receptores mayores, ausentes en la fóvea, pero más abundan-
tirse en percepto para poder comprender mejor los trastornos tes que los conos en la periferia retiniana, y que, insensibles al
neuropsicológicos de la visión. Con ese objeto, viajaremos a color, se encargan de la visión periférica y crespuscular de baja
través del sistema visual, y comenzaremos por el procesamien- resolución. Ambos fotorreceptores inducen neuroquímicamen-
to que realiza la retina hasta llegar a las áreas corticales, relacio- te determinados cambios en el estado de excitación de las célu-
nadas tanto con la percepción visual como con la elaboración las bipolares. Simplificando, podemos decir que dichos cambios
de dicha información con fines motores. El itinerario que segui- se codifican de forma convergente y estimulan finalmente las

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MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

Figura 1
Disposición de los distintos tipos de células nerviosas en la retina. Figura adaptada de Sekuler y Blake (1994)???.

células ganglionares, que generan los potenciales de acción (el fotorreceptores. Cabe precisar que ni los bastones, ni los conos,
impulso nervioso), y transmiten así, ahora de manera divergen- ni las células horizontales, ni las bipolares, producen o condu-
te, la información resultante del análisis retiniano hacia los cen- cen potenciales de acción, sino tan sólo potenciales gradua-
tros visuales superiores. Esta transmisión de información hacia les locales que inducen una liberación gradual (analógica) de
el cerebro se realiza mediante el nervio óptico, constituido por neurotransmisores. Esta codificiación analógica confluye en las
el conjunto de los axones de las células ganglionares, que sale células ganglionares, donde se concentra una gran cantidad de
de la retina por el llamado punto ciego, una zona carente de información (piense el lector que la información recogida por

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más de cien millones de bastones y cuatro millones de conos sin problemas. Precisamente lo contrario sucede ante una le-
se condensa en alrededor de tan sólo un millón de gangliona- sión específica de la vía M.
res). Cada una de estas neuronas ganglionares tiene su propio Otra característica interesante del procesamiento que se reali-
campo receptivo, que abarca una porción del mundo sobre la za en la retina es que mantiene las relaciones espaciales que lue-
que codifica información visual. Un buen número de neuronas go se respetarán, en distinto grado, a lo largo de las vías visuales.
ganglionares analiza la información de la fóvea (en la que se De esta manera, objetos adyacentes en el espacio físico estimu-
proyectan aproximadamente los 1 o 2 grados centrales del área lan células ganglionares cercanas en la retina, que, a su vez, co-
en la que se fija la mirada). Por cada fotorreceptor que hay nectarán con neuronas que mantendrán una disposición espacial
en la fóvea, hay una ganglionar, mientras que en la periferia parecida en las áreas corticales. Esta relación analógica es lo que
muchos fotorreceptores (más de 100 de promedio) conectan se conoce como topografía retiniana o ‘retinotopía’: cuando la
con la misma neurona ganglionar. La mayor concentración de estructura funcional de un área cerebral cumpla dicha relación,
conos en la fóvea y este proceso de convergencia a escala gan- hablaremos de ‘mapas retinotópicos’. A menudo, la retinotopía
glionar son dos de las razones que explican por qué la mayor que presentan las distintas áreas viene modulada por otras ca-
resolución espacial de nuestra visión se da cuando una imagen racterísticas especiales de la organización del sistema visual. Un
se proyecta en la fóvea, y es necesario ‘fovealizar’ un objeto ejemplo de ello es la llamada ‘magnificación cortical’: la porción
para poder percibir sus mínimos detalles (Fig. 1). de corteza cerebral que recibe y analiza información proveniente
Intente el lector, a modo de prueba rápida, ver las letras del de la fóvea es proporcionalmente mucho mayor (hasta 35 veces
final de esta línea de texto sin mover los ojos de esta palabra. mayor) que la dedicada a analizar la información que proviene
Como podrá apreciar una vez haya continuado leyendo, no de la periferia retiniana. Por otro lado, experimentos psicofísicos
somos capaces de identificar las letras que están a escasos demuestran que ciertos atributos del estímulo son más rápida-
centímetros de donde estamos mirando. Esto ocurre porque, mente percibidos cuando se muestran en un cuadrante que en
fuera de la fóvea, cada célula ganglionar recibe la estimula- otro [4], lo que sugiere la existencia de asimetrías interhemisféri-
ción de cientos de fotorreceptores y, por tanto, disponemos cas en el procesamiento de la información visual y la de determi-
de una pobre capacidad de discriminación espacial en la pe- nados sesgos en la retinotopía de las áreas implicadas.
riferia. Tan sólo cuando queremos detectar los pequeños de- Investigaciones recientes a partir de estímulos especialmen-
talles de algún objeto utilizamos la visión macular (la mácula te elegidos para activar áreas visuales medias y superiores han
incluye la fóvea y la parafóvea, es decir, aproximadamente los puesto de manifiesto mapas retinotópicos en zonas de la cor-
quintos centrales), una zona especializada en el análisis de las teza que hasta hace poco se creían carentes de retinotopía,
frecuencias altas. incluso en áreas presuntamente relacionadas con la percepción
Por otro lado, es importante tener presente que, como en de caras o lugares, si bien en esos mapas visuales de alto nivel
todo viaje, hay diferentes tipos de transporte. En este sentido, la precisión topográfica disminuye ostensiblemente [5,6]. Es-
existen varios tipos de células ganglionares, aunque aquí sólo tos hallazgos hacen pensar que la clásica división de la corteza
nos centraremos en los dos principales: las células P y las cé- visual en áreas retinotópicas y no retinotópicas resulta una so-
lulas M, cuyos axones conformarán la vía parvocelular y mag- bresimplificación, y que dicha dicotomía debe ser reconceptua-
nocelular, respectivamente. Tanto la vía magnocelular (vía M) lizada más bien como un continuo.
como la parvocelular (vía P) llevan información hasta la próxima
estación (núcleo geniculado lateral) y, desde ahí, a la estación
central (V1), pero el tipo de información que transportan es Cruce de vías: el quiasma óptico
diferente. Por la vía P viaja la información relativa al color y
la forma de los objetos, mientras que por la vía M viaja la in- Los axones de las células ganglionares de la hemirretina nasal
formación sobre luminancia y movimiento. El grado de detalle derecha cruzan a través del quiasma óptico y proyectan sus
de la información que cada vía puede transportar también es fibras en el hemisferio izquierdo. De igual modo, los axones
diferente. Las frecuencias espaciales altas llegan a la corteza a procedentes de la hemirretina nasal izquierda decusan y se pro-
través de la vía P, mientras que las bajas y medias lo hacen por yectan sobre la corteza visual del hemisferio derecho. Esta do-
la vía M. Lesiones experimentales en la vía P del macaco pro- ble decusación de fibras, que se localiza en la parte inferior de
ducen alteraciones en la discriminación de pequeños detalles, los núcleos hipotalámicos, determina que la información que
mientras que los contornos más groseros se siguen detectando llega al hemisferio izquierdo proceda de la hemirretina nasal

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MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

Figura 2
Recorrido visual desde la retina hasta el área visual primaria. Lesiones potenciales y sus consecuencias en el campo visual: a) Amaurosis unilateral derecha o pérdida
completa de visión en el ojo derecho; b) Visión en tunel o hemianopsia bitemporal; c) Hemianopsia homónima izquierda; d) Cuadrantopsia homónima izquierda superior;
e) Hemianopsia homónima con visión macular sana.

derecha y de la temporal izquierda, mientras que la que llega una lesión en la vía visual a partir del tipo de hemianopsia que
al derecho lo haga de la hemirretina nasal izquierda y de la muestra el paciente (Fig. 2). En el caso de una lesión en el mis-
temporal derecha. mo quiasma óptico (caso B en la figura 2), se ven afectadas las
En la medida en que cada hemicampo visual se proyecta en fibras que decusan –es decir, las procedentes de ambas retinas
la hemirretina nasal ipsilateral y en la temporal contralateral – nasales–, lo que se manifiesta en el déficit que se conoce como
por ejemplo, el hemicampo visual derecho se proyecta en la he- ‘visión en túnel’ o ‘hemianopsia bitemporal’, en la que la visión
mirretina nasal derecha y en la temporal izquierda–, resulta que del sujeto se limita a la parte central del campo visual.
en cada hemisferio se procesa el hemicampo visual contralate- Tras pasar por el quiasma óptico, al conjunto de axones de
ral. Así, la imagen de un objeto que se halle en el campo visual las células ganglionares se le pasa a llamar tracto óptico. La in-
derecho del observador se procesará fundamentalmente en su formación visual que viaja por dicha ruta puede seguir su itine-
hemisferio izquierdo. Este hecho resulta de especial interés para rario por dos grandes vías del sistema visual: la vía tectopulvinar
entender algunos trastornos neuropsicológicos, especialmente y la geniculoestriada, y esta última es el trayecto elegido por
las ‘hemianopsias’. De hecho, podemos saber la localización de cerca del 90% de las fibras procedentes de la retina.

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E. MUNAR ET AL

El camino tectopulvinar, de origen evolutivo más remoto y y la alteración de la fisiología retiniana, hasta el insomnio, el
constituido fundamentalmente por fibras que conducen infor- distrés y los trastornos afectivos.
mación de las células ganglionares M, establece sinapsis con La vía geniculoestriada, que es filogenéticamente más re-
alrededor de una decena de núcleos subcorticales, y se proyec- ciente y, con mucho, la preferida por la mayoría de los axones
ta también hasta las zonas del cerebelo que intervienen en el ganglionares, resulta mucho más relevante para nuestra fun-
mapeo del espacio visual. ción visual. Sus fibras continúan por el tracto óptico hasta lle-
La variante más directamente relacionada con la visión co- gar al núcleo geniculado lateral (NGL), que podría considerarse
necta primero con el colículo superior del mesencéfalo, as- la zona ‘visual’ del tálamo. Dada la importancia funcional de
ciende luego hasta el núcleo o complejo pulvinar talámico y se este hito en el camino hacia la corteza visual, vamos a detener-
proyecta finalmente hacia diversas áreas de la corteza visual nos para estudiarlo con mayor detalle.
(V2, V5). Este tramo de la vía tectopulvinar parece jugar un
papel esencial en la orientación y localización espacial de los
objetos, tanto por lo que respecta al desplazamiento de la ¿Estación de paso?: el núcleo geniculado lateral
atención visual, como al control de los movimientos ocula-
res. Volveremos sobre ella más adelante para referirnos a un Se trata de una estructura talámica posterior en la que los axo-
síndrome muy particular: la visión ciega. Sin embargo, cabe nes ganglionares que han seguido este itinerario establecen su
antes comentar que investigaciones recientes [7] sugieren que primer relevo antes de llegar a las áreas visuales de la corteza.
el complejo pulvinar establece conexiones topográficamente El NGL de cada lado del tálamo recibe información sobre el he-
organizadas con la corteza cerebral, ‘replicando’ los mapas micampo visual contralateral. Más concretamente, cada NGL,
visuales de la corteza occipital. Parece que este ‘principio de organizado en seis capas primarias, integra en sus capas 1, 4
replicación’ podría tener una función relacionada con la regu- y 6 la entrada de la hemirretina nasal contralateral, mientras
lación del procesamiento cortical de la información visual, fa- que las capas 2, 3 y 5 reciben la de la hemirretina temporal
cilitando, por ejemplo, la sincronización de asambleas neuro- ipsilateral. Por otro lado, se sabe que las capas 1 y 2 (las más
nales de distintas áreas. Por otro lado, la función del complejo ventrales) codifican la información –de baja frecuencia espacial
pulvinar se relaciona también con los movimientos sacádicos y alta frecuencia temporal– que les llega, a través de la vía mag-
de los ojos y con la guía de la búsqueda visual en una escena. nocelular, de las ganglionares M, preservando las propiedades
Las lesiones en esta zona del tálamo disminuyen el número funcionales de dichas células. Las cuatro capas más dorsales (3,
de sacádicos espontáneos hacia el hemicampo visual contra- 4, 5 y 6) poseen campos receptivos menores e integran la in-
lateral y pueden producir una extinción de los estímulos vi- formación –de altas frecuencias espaciales y bajas temporales–
suales presentados en dicha región del campo visual, cuando, que les llega a través de la vía parvocelular de las ganglionares
simultáneamente, aparecen targets en la periferia de ambos P (células sensibles a la longitud de onda electromagnética, que
hemicampos. constituyen cerca del 80% del total de ganglionares de los pri-
Pero existen, en la tectopulvinar, otras sendas que condu- mates y cuyas propiedades se reproducen en las neuronas del
cen, por ejemplo, a ciertos núcleos hipotalámicos (por ejemplo, NGL). Cabe añadir que en el NGL hay un cierto número de pe-
el núcleo supraquiasmático) que actúan como relojes neurales queñas células (llamadas células K), intercaladas entre las capas
y controlan nuestros ritmos cronopsicobiológicos, muy espe- primarias, que reciben información de un tercer tipo de células
cialmente los circadianos (con un período aproximado de 24 ganglionares (las biestratificadas) a través de la llamada vía co-
horas). De ahí que la luz resulte esencial en la sincronización de niocelular, cuya función parece relacionada con la modulación
dichos ritmos y que su carencia o disponibilidad irregular (por de la señal del ‘color’ en la dirección azul-amarillo. Resulta de
ejemplo, en el caso de los trabajadores nocturnos o, peor aún, notable importancia funcional el hecho de que, en los prima-
en los de turno variable) pueda dar lugar a algunas alteraciones tes, los campos receptivos de las neuronas del NGL sean con-
de los ciclos neuroendocrinos, desde el del ritmo sueño-vigilia a céntricos, al igual que el de las células retinianas, mientras que
los que controlan la secreción de numerosas hormonas o neu- en otras especies, como los gatos, dado su hábitat originario y
romoduladores. Los efectos de estos trastornos de la ritmicidad sus pautas de comportamiento, se prima la visión horizontal a
pueden resultar altamente perniciosos para la salud, y favore- partir de unos campos receptivos de forma más alargada.
cen la aparición de un buen número de patologías, que van Tradicionalmente, se había considerado al NGL como una
desde los déficit inmunitarios, los trastornos cardiovasculares simple estación de paso necesaria para que la información sen-

78
MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

sorial llegara a V1. Sin embargo, recientemente se ha descu-


bierto que juega un papel importante en diferentes aspectos
de la percepción, como, por ejemplo, en la ‘rivalidad binocular’.
Cuando presentamos una imagen diferente en cada ojo, éstas
suelen ‘competir’ por unos instantes hasta que una de las dos
90º
prevalece y determina la percepción del sujeto en ese instante.
Este proceso puede oscilar entre ambas imágenes si las dos
mantienen un nivel de contraste similar y una saliencia percep- 45º

tiva equivalente. La ‘rivalidad binocular’ nos muestra que, más 5º 30º


10º
allá de que ambas retinas tienen fisiológicamente la capacidad
de ingresar información sensorial de manera independiente,
podemos percibir tan sólo una imagen en cada instante y, por
tanto, mientras percibimos la que se proyecta en una retina, la
que lo hace en la otra es suprimida. Esta característica de la per-
Figura 3
cepción también se puede comprobar a partir de la observación Representación de la distribución polar del mapa retinotópico que se manifiesta
de imágenes biestables, como el cubo de Necker: si bien somos en V1. Obsérseve el mayor volumen que ocupan las excentricidades pequeñas,
capaces, después de cierto tiempo, de percibir ambos cubos, cercanas a la fóvea, y el efecto de magnificación cortical de la misma.
en un momento determinado sólo es posible la percepción de
uno de ellos.
Recientemente [8], se han hallado correlatos neurales de ri-
validad binocular en las células del NGL. Utilizando resonancia interacción bidireccional entre la corteza visual y el NGL, y que
magnética y a partir de experimentos en los cuales el observa- dicho feedback parece crucial para ajustar la tasa de disparo de
dor modulaba el contraste de las imágenes, se pudo averiguar las neuronas del NGL ante un estímulo determinado.
que la actividad de las neuronas del NGL correlaciona con el in- Finalmente, según diversos estudios electrofisiológicos [12],
forme de un único percepto por parte del observador, es decir, las neuronas del NGL muestran dos modos de respuesta: un
las neuronas del NGL parecen reflejar la dominancia perceptiva modo fásico, que facilitaría la detección del estímulo, y uno
durante la rivalidad binocular [9]. Este tipo de datos resulta tónico, que incrementaría la precisión de la información visual
interesante cuando estamos buscando la localización de una transmitida.
lesión en el sistema visual. Las dificultades de un paciente a En conclusión, parece claro que no podemos seguir consi-
la hora de experimentar un único percepto en una prueba de derando el NGL como una mera ‘estación de paso’, sino como
rivalidad binocular pueden indicarnos una lesión que afecte un centro donde la información se elabora de forma dinámica
al NGL. antes de pasar a la corteza visual. Según un estudio recien-
Por otra parte, sabemos que se produce una modulación te con resonancia magnética funcional parece evidente que el
atencional de la actividad de las neuronas del NGL que se ma- NGL juega un rol importante en varios aspectos de la cognición
nifiesta en un aumento de la tasa de respuesta de aquéllas que humana y, particularmente, en la percepción. Incluso algunos
procesan los objetos atendidos y en la disminución de las que autores [8,10] consideran que el NGL funciona más bien como
codifican objetos ignorados. Estos efectos atencionales recien- una puerta temprana para la atención visual y la conciencia que
temente descubiertos en el NGL son incluso mayores que los como una simple estación de relevo.
que se conocen a nivel de la corteza estriada [10], lo que sugie- Desde el punto de vista neuropsicológico, las lesiones que
re que la modulación atencional del NGL no proviene (al menos afectan al NGL, al tracto óptico o a la parte anterior de las
exclusivamente) de retroproyecciones de la corteza estriada. llamadas ‘radiaciones ópticas’ –formadas por la mayoría de los
Según algunos autores, es posible que la diferencia de efectos axones de la células postsinápticas del NGL, que viajan hasta la
atencionales encontrados a distintos niveles de organización corteza visual– producen déficit visuales en el hemicampo con-
del sistema visual refleje el grado de convergencia de los inputs tralateral que son típicamente inconsistentes y en su mayoría
sensoriales en determinada área más que un mecanismo de incompletos (hemianopsias homónimas, cuadrantopsias homó-
retroproyección que revierta la jerarquía en el procesamiento. nimas –superiores o inferiores–, hemiambliopías, escotomas,
Sin embargo, otros trabajos [11] sugieren que hay una estrecha etc.). Si la lesión afecta a la zona posterior de las radiaciones

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E. MUNAR ET AL

ópticas, la congruencia de los síntomas aumenta. En casos de sentido que pensamos que V1 puede concebirse como una es-
lesiones graves en estas estructuras, disminuye ostensiblemen- tación central, desde donde se puede conectar con práctica-
te la visión de luz, mientras que la visión de la forma y del color mente todas las demás estaciones de la red. Sin embargo, no
sólo se conserva en la región central del campo visual. siempre es absolutamente necesario pasar por V1, dado que
Lo comentado hasta ahora deja entrever la enorme com- existen caminos alternativos que permiten pasar a otras áreas
plejidad que encierra nuestro sistema visual. Nuestro cerebro de procesamiento, incluso a las más especializadas, eludiendo
visual parece funcionar descomponiendo la imagen, a menu- dicha estación central. Valgan de ejemplo los resultados obte-
do de forma jerárquica [2] (pero no siempre), por múltiples ru- nidos por el equipo del profesor Zeki [18], según los cuáles el
tas funcionalmente dispares, aunque en interacción recíproca área V5 puede ser activada por rápidos movimientos del estí-
(tectopulvinares, geniculoestriadas, parvocelulares, magnoce- mulo visual sin que se detecte paralelamente activación en V1.
lulares, coniocelulares, proyecciones, retroproyecciones, etc.), Este tipo de organización del sistema visual en vías funcionales
rutas que combinan el procesamiento en paralelo y en serie paralelas permite explicar fenómenos tan curiosos como la vi-
para adecuar la programación visuomotora a los requerimien- sión ciega y otros síntomas neuropsicológicos, como veremos
tos del medio. Este proceso es el que, al fin y al cabo, nos más adelante.
permite desarrollar acciones eficaces ante las diferentes situa- Pese a su papel como estación central, V1 también lleva a
ciones que acontecen en nuestra relación con el mundo físico, cabo un tipo de procesamiento específico de la información
maximizando, a la postre, la posibilidad de sobrevivir y trans- visual. Pero vayamos por partes (Fig. 3).
mitir a nuestra descendencia los genes responsables de dicha El input que se proyecta en V1, constituido por todo el hemi-
eficacia comportamental. campo visual contralateral, es altamente retinotópico, aunque
la relación entre el mapa retiniano y el estriado es más bien el
de una transformación log-polar en la cual los ejes estándar de
Estación central: la corteza visual primaria (V1) la retina devienen ejes polares. De este modo, las coordenadas
de un punto determinado en el mapa de V1 vendrían dadas
Si seguimos nuestro trayecto por la vía geniculoestriada, deja- por su excentricidad (distancia desde la fóvea) y su ángulo polar
mos atrás el NGL, cuyas neuronas proyectan sus axones –agru- (Fig. 3). Como ya comentábamos al hablar de la magnificación
pados ahora en las llamadas radiaciones ópticas– hasta la cor- cortical, la representación de la fóvea es mucho mayor que la
teza visual primaria, también llamada estriada por las estrías de de la periferia retiniana. En los seres humanos, dicha represen-
sustancia blanca que presenta su cuarta capa, lugar donde ter- tación converge en el polo occipital, en la llamada fóvea cor-
minan su viaje subcortical la mayoría de las radiaciones ópticas. tical. Por otro lado, los campos receptivos de V1 que reciben
El área V1, que se corresponde con el área 17 de Brodmann información de la fóvea retiniana son notablemente pequeños,
y se extiende a lo largo de la cisura calcarina, es la primera área aumentando su tamaño con la excentricidad de forma inversa-
cortical que recibe información directamente del NGL, pero no mente proporcional a la magnificación cortical. De todos mo-
es, en modo alguno, la única involucrada en la visión [13]. De dos, y en contra de lo que se creía, parece que determinadas
hecho, es importante tener presente que el funcionamiento vi- características de su estimulación óptima (por ejemplo, el con-
sual no se restringe ni tan sólo al lóbulo occipital [14], puesto traste) pueden modular el tamaño de dichos campos, lo que
que la información visual también se transmite directa e indirec- demuestra la naturaleza dinámica de las neuronas de V1, muy
tamente a otras áreas de los lóbulos temporales y parietales. Por probablemente como respuesta a retroproyecciones de niveles
ejemplo, el lóbulo parietal superior recibe señales relacionadas ulteriores del análisis cortical [19,20].
con el movimiento y con el reconocimiento de objetos [15,16] Tal como inicialmente constataron Hubel y Wiesel [21], V1
y, a través de las radiaciones ópticas, también le llega informa- es el primer lugar donde se observa una fuerte selectividad de
ción de la periferia y del sector inferior del campo visual [17]. las neuronas a ciertos rasgos de la imagen, tales como la posi-
Existen, por tanto, sistemas paralelos (algunos independientes ción en el campo visual, la orientación y los movimientos lentos
y otros semidependientes) de envío y recepción de información del estímulo proximal. Hoy sabemos que en V1 la mayoría de
entre los núcleos subcorticales, el lóbulo occipital y las áreas las células son selectivas a la orientación y prácticamente todas
corticales circundantes que, a su vez, se hallan especializadas (95%) lo son también al movimiento en una dirección, sin con-
en el procesamiento de diferentes atributos del estímulo (color, siderar los movimientos que ocurren a su alrededor, lo que hace
movimiento, reconocimiento de objetos, etc.) [14]. Es en este que la dirección que computan dichas células no siempre sea

80
MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

la correcta. De hecho, las células de V1 responden solamente campo de visión del paciente, es decir, una pérdida perceptiva
al movimiento que ocurre dentro de su campo receptivo [22] en una zona del campo visual cuya ubicación dependerá de la
y codifican el movimiento local más que el movimiento global localización de la lesión. Supongamos que un paciente sufre
de los objetos –que será procesado por las neuronas de V5, una lesión que afecta exclusivamente a su hemisferio derecho,
entre otras–. En otras palabras, una célula de V1 ‘observa’ el por debajo de la cisura calcarina. En ese caso, el escotoma de-
mundo a través de su pequeña ‘ventana’, lo que hace que su bería aparecer en el cuadrante superior del campo visual iz-
información sobre movimiento local resulte ambigua [23]. Esta quierdo del sujeto.
característica del procesamiento del movimiento en las prime- Cabe precisar que, pese a su raíz etimológica, un escotoma
ras fases de análisis visual se conoce como ‘el problema de la no implica una percepción de oscurecimiento de la zona en
apertura’, del que dio noticia por vez primera Pleikart Stumpf cuestión, sino una genuina ausencia de percepción no siempre
en 1911 [24], aunque fue Hans Wallach, en 1935, quien lo fácil de detectar (semejante a la del punto ciego en personas
describió adecuadamente [25]. Uno de los cometidos de las sanas: no es que veamos una zona oscura, sino que sencilla-
áreas especializadas en el análisis del movimiento (V5 o MT) mente no vemos en esa zona). Las dificultades clínicas para la
será precisamente el de solventar este problema, computando detección y el adecuado diagnóstico se deben, en gran parte,
así la dirección correcta del movimiento. a que los pacientes pueden no ser completamente conscientes
En cuanto a otras funciones específicas, parece que es en de su trastorno. Además, en los escotomas, la falta de visión
V1 donde emergen una serie de rasgos del estímulo proximal suele ser compensada por movimientos oculares que se llegan
que permanecen latentes en estadios anteriores, incluyendo el a automatizar y que permiten al paciente conformar un per-
tamaño, la profundidad y el color. Merece especial atención el cepto global de la escena, a menudo sin que se percate de que
hecho de que en V1 existen ya grupos de neuronas que se ac- hay sectores de su campo visual que carecen de información.
tivan preferentemente ante patrones estimulares procedentes Se entiende mejor esta falta de conciencia si volvemos al ejem-
de ambas retinas. Hay que tener en cuenta que la codificación plo del punto ciego de la retina: aunque todos poseemos esa
neural de la visión binocular que empieza en esas neuronas de zona sin fotorreceptores, raramente notamos el escotoma co-
V1 resultará esencial para la percepción de la distancia y de la rrespondiente. Salvo, claro está, que nos sometamos a alguna
profundidad. prueba específica que lo ponga de relieve.
En definitiva, podemos afirmar que V1 es funcionalmente Resulta fundamental tener en cuenta que las lesiones cor-
heterogénea y que en ella se da un primer procesamiento de ticales, incluso las que afectan a uno solo de los hemisferios,
los rasgos elementales (por ejemplo, frecuencias espaciales) provocan una pérdida de visión en ambos ojos, debido a la
que culminará, más adelante, en la percepción de la forma, organización de las vías ópticas que comentamos en el apar-
del color y del movimiento [26]. Atendiendo a lo dicho, resulta tado ‘Cruce de vías: el quiasma óptico’. En consecuencia, si
fácil entender lo dramática que puede resultar una lesión im- observamos síntomas de pérdida visual en un solo ojo podemos
portante en V1. Según la extensión y la gravedad de la lesión, suponer no sólo que la lesión no tiene un origen cerebral, sino
se pueden manifestar ceguera cortical, heminaopsias homó- que, además, se localiza antes de la decusación del quiasma
nimas, cuadrantopsias o escotomas paracentrales, entre otras óptico (en la retina o el nervio óptico, muy probablemente).
[27]. Veámoslo detalladamente en el próximo subapartado. Cuando el daño afecta a la totalidad del área que se en-
cuentra por debajo de la cisura calcarina de un solo lóbulo, se
Problemas en la estación central produce una ‘cuadrantopsia’ o ‘hemianopsia homónima cua-
Recordemos, antes que nada, que en V1 se mantiene la re- drántica’, en la que cursa una pérdida de visión en todo un
tinotopía, aunque con las particularidades mencionadas. Las cuadrante superior del campo visual. Si, en cambio, la lesión
neuronas que se encuentran por encima de la cisura calcarina abarca toda el área V1 de un solo hemisferio, se produce una
responden fundamentalmente a estímulos que se presentan en ‘hemianopsia homónima’, que implica la pérdida de visión en
la mitad inferior del campo visual, mientras que la zona por el hemicampo visual contralateral a la lesión.
debajo de la cisura corresponde a la mitad superior del cam- Además de los escotomas, las hemianopsias homónimas y
po visual. Teniendo esto presente, el clínico puede conocer la las cuadrantopsias, se han detectado otros trastornos debidos
localización y la extensión de la lesión según la sintomatología a lesiones en V1 que conllevan distorsión en la percepción de la
detectada [28]. De este modo, una lesión restringida a un pe- forma. Pacientes con lesiones específicas en dicha área mues-
queño sector de V1 provoca habitualmente un ‘escotoma’ en el tran incapacidad para reconocer figuras tan simples como un

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E. MUNAR ET AL

hexágono, aunque pueden perfectamente reconocer objetos la visión y provoque una ceguera casi completa. Sin embar-
más co mplejos, basándose, por ejemplo, en información rela- go, gracias a que existen caminos alternativos (por ejemplo,
tiva al color o al tamaño. Parece que, de alguna manera, este esas vías subcorticales que no pasan por la estación central),
tipo de pacientes presenta dificultades para reconocer la glo- podemos encontrar pacientes que, aun teniendo una lesión
balidad de una escena, aunque puede distinguir partes aisladas importante en V1, perciban ciertos atributos del estímulo. Ade-
de la misma, incluyendo objetos complejos como caras, letras más, tanto las vías tectopulvinares que viajan directamente a
o palabras (siempre que su imagen no se proyecte en la zona V5, como las que, desde el NGL, se dirigen a V2, por ejemplo,
dañada) [29]. propician que algunas personas, aun declarándose ciegas, tam-
Sin embargo, por lo que respecta a las lesiones en V1, el bién conserven determinadas habilidades relacionadas con su
caso más extremo es su destrucción bilateral, produciéndose facultad de actuar sobre los objetos que, supuestamente, no
entonces una ‘ceguera cortical’ que afecta a todo el campo ven (tocarlos, cogerlos, manipularlos, etc.). Una investigación
visual, aunque, si el daño se ciñe a dicha área, suelen darse sín- llevada a cabo por el equipo de Goodale et al [32] muestra
blindsight
blindsight).
tomas de lo que se ha dado en llamar ‘visión ciega’ (blindsight). cómo una paciente que sufrió una lesión prácticamente total
Dada su peculiaridad clínica y el interés investigador que ha de V2 y V3 –por intoxicación con monóxido de carbono– fue
despertado, vamos a detener un momento nuestro recorrido capaz de introducir una serie de discos en unas ranuras con
para abundar en su descripción y en las implicaciones que su- distinta orientación, pese a que, según informaba la paciente,
giere un análisis más detallado de los principales hallazgos. no podía verlas. Este tipo de fenómenos son los que, desde la
neuropsicología, apoyan la idea de la existencia de dos grandes
La visión ciega y el problema de la conciencia visual. Los pa- rutas visuales en la corteza cerebral, una idea que se origina en
cientes que sufren este singular déficit son capaces de localizar una serie de trabajos pioneros que, a partir del registro de la
objetos y/o de detectar estímulos en movimiento que se pro- actividad eléctrica de neuronas individuales, se llevaron a cabo
yectan en la región ciega y, a menudo, notan la presencia de en macacos.
un objeto, aunque no puedan identificarlo. Esta visión residual Independientemente de que posean o no las habilidades vi-
parece deberse a las proyecciones que desde el NGL llegan di- suomotoras de la paciente descrita, las personas con lesiones
rectamente a otras áreas visuales extraestriadas (V2, V3a, V5) importantes en V1 no parecen ser conscientes de lo que ven.
y a las procedentes del primitivo sistema visual tectopulvinar, Así pues, la mayoría de estos pacientes está fenoménicamente
que, tanto desde el colículo superior como desde el complejo (casi) ciega, pese a que en tareas de elección forzosa puedan
pulvinar talámico, alcanzan diversas áreas visuales anteriores discriminar –sin conciencia de ello– la presencia, ubicación, co-
a V1 (V2, V3, V5, el àrea intraparietal lateral –LIP–, la corteza lor y dirección de movimiento de un estímulo con una proba-
temporal inferior, etc.) [11,28,30,31]. bilidad significativamente mayor a la que podría esperarse de
Aunque, como hemos anticipado, el principio de jerarquía haberlo hecho al azar [33-35]. Aun así, hay excepciones, como
no siempre se cumple y, en todo caso, cabe concebirlo para el caso estudiado por Weiskrantz, Cowey y Hodinott-Hill [36],
cada una de las rutas funcionales que puedan existir, algunas un paciente que podía experimentar las postimágenes provo-
de las investigaciones en torno a la base neural de la ‘visión cadas por un estímulo que, sin embargo, no percibía conscien-
ciega’ parecen avalar, prima facie, la idea de que al menos una temente. Así pues, parece que en la ‘visión ciega’ la percepción
parte del procesamiento visual es secuencial y jerárquico. Por fenoménica se encuentra seriamente afectada, pero no siem-
ejemplo, parece que las neuronas de V2 dejan de responder si pre completamente ausente.
se lesionan por completo las de V1, mientras que no se da el Pese a excepciones como la descrita, fue precisamente la
efecto inverso, lo que sugiere que la información que procesa habitual disociación entre función visuomotora y percepción
V2 parte fundamentalmente de V1. visual consciente la que propició que algunos autores sostu-
Un aspecto a destacar, relacionado con la organización de vieran que V1 era el área responsable de la conciencia visual.
las áreas de la corteza visual, es que, aunque viajen hasta ellas Sin embargo, la investigación reciente sugiere que, en sentido
inputs directos subcorticales, todas ellas reciben la mayor parte estricto, esa conclusión es incorrecta. La relación entre la activi-
de su información a través de V1 (aunque a través de circuitos dad de las distintas áreas visuales y la visión fenoménica parece
dinámicos y con un alto grado de recurrencia, como veremos más compleja de lo que se creía. De hecho, diversos trabajos
en el apartado 5???). Esta parece ser la causa de que una lesión sugieren que se basa en un patrón no lineal y que, en el caso de
amplia y grave en V1 afecte a prácticamente la totalidad de lesión de la corteza primaria, aparecen involucrados mecanis-

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MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

mos de plasticidad neural que pueden modificar la relación de ese rol esencial en los circuitos recurrentes establecidos con la
áreas implicadas [37-42]. En virtud de evidencias como éstas, corteza extraestriada. Desde otros enfoques más recientes, la
difíciles de sistematizar, la cuestión sobre el correlato neural contribución de V1 es flexible y depende de la tesitura, de forma
de la experiencia visual se ha convertido en uno de los deba- que sólo resulta necesaria para ciertos tipos de experiencia visual
tes más controvertidos en la investigación de la visión humana, (segregación figura-fondo, percepción de rasgos de bajo nivel,
y ha generado numerosos estudios en los que la psicofísica, etc.), mientras que otras formas de percepción visual consciente
la neuropsicología, la neurocomputación y el uso de técnicas (por ejemplo, de información visual más compleja) se basan fun-
de neuroimagen funcional convergen para intentar dar con un damentalmente en la actividad de áreas de alto nivel.
modelo que pueda explicar la diversidad de resultados obte- No podemos concluir sin mencionar las teorías que consi-
nidos. De momento, a falta de una opción más parsimónica, deran la percepción consciente como un producto dinámico
coexisten diversas hipótesis en el intento de explicación del co- de un espacio neuronal global en cuyo marco cualquier área
rrelato neural de la visión fenoménica [43-45]. cortical (V1, por ejemplo) participa en la experiencia fenoméni-
Por un lado, los ‘modelos jerárquicos’ defienden que sólo la ca si, y sólo si, la información que procesa se propaga amplia-
actividad de las áreas corticales superiores –fundamentalmente mente a través de la corteza cerebral. Entre estas propuestas
frontoparietales– se relaciona directamente con la conciencia destacan los ‘modelos de oscilación’, que defienden que son
visual. Desde este punto de vista, la función de V1 poco tie- los patrones complejos y dinámicos de la actividad neural de
ne que ver con la experiencia visual. Más bien, su importancia alta frecuencia los que, cuando se sincronizan, dan lugar a la
radica en ser la fuente principal del input visual –tal como, a percepción visual consciente.
un nivel inferior, puede serlo la retina–, una información que, Más allá de esta controversia, es evidente que las áreas vi-
en un proceso exclusivamente feedforward, se va elaborando suales de asociación juegan un papel fundamental en la con-
según viajamos hacia las áreas anteriores, hasta culminar en la ciencia visual, ya sea aportando la información específica que
representación visual consciente. transmiten a V1, ya sea permitiendo por sí mismas la percep-
Por otra parte, los llamados ‘modelos interactivos’ proponen ción consciente de ciertos atributos.
que V1 y las áreas visuales extraestriadas establecen una red de Por otro lado, los casos más graves de ‘cegueras cortica-
circuitos recurrentes y dinámicos, cuya actividad en continuo les’, en los que se ve afectada buena parte del campo visual,
feedback da lugar a una coactivación sostenida V1/corteza ex- pueden cursar con una simultánea ‘anosognosia’ (ignorancia
traestriada de la que emerge la conciencia visual. Según esta del déficit). Dado que este tipo de lesiones suele originarse en
perspectiva, V1 resulta esencial, en la medida en que determina procesos tumorales o accidentes vasculares (ictus) [46], que a
qué información pasará a dicho circuito y, eventualmente, for- menudo afectan también a las áreas adyacentes (V2 y/o V3),
mará parte de la experiencia. Algunas versiones de esta hipó- aplazaremos la descripción de sus síntomas hasta conocer algo
tesis destacan el papel de las vías recurrentes procedentes de más de dichas áreas.
áreas superiores en el proceso de integración perceptiva (bin-
ding), un itinerario retroactivo que modula la actividad de V1
en función del conocimiento previo del sujeto, la organización Estaciones asociadas: áreas visuales secundarias
gestáltica, la selección atencional y otras variables top-down, lo (V2, V3, V3a, V4, V5)
que facilita la integración de los diversos atributos en el mapa
maestro de V1, que posee una elevada resolución espacial. Como V1, las áreas visuales secundarias ‘también llamadas ex-
Aunque algunos de estos modelos difieren notablemente en traestriadas’ son retinotópicas y contienen, por tanto, un mapa
cuanto al grado de relevancia que otorgan a la actividad de V1 definido por las coordenadas de excentricidad y ángulo polar,
en el proceso del que emerge la conciencia visual, todos ellos ocupando, grosso modo, las áreas 18 y 19 de Brodmann. Al
consideran que su contribución inicial es necesaria, aunque en igual que la corteza visual primaria, V2 y V3 se pueden dividir
ningún caso suficiente. en una parte dorsal, por encima de la cisura calcarina, que co-
Finalmente, coexisten una serie de modelos alternativos que difica el campo visual inferior, y por una ventral, por debajo de
ilustran un amplio abanico de posibles relaciones entre la acti- dicha cisura, que procesa la información procedente del campo
vidad de V1 y la experiencia visual. Para los modelos distribui- visual superior. Si bien en primera instancia puede entenderse
dos en paralelo, por ejemplo, V1 juega un papel muy similar al que la labor que llevan a cabo estas ‘estaciones asociadas’ se
formulado desde la perspectiva interactiva, aunque sin asumir basa en un procesamiento preliminar de la información antes

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E. MUNAR ET AL

de que ésta continúe su viaje hacia rutas más especializadas, suales subcorticales –destacan las que, desde V1, conectan con
algunas de ellas desempeñan ya funciones notablemente espe- el núcleo pulvinar, el NGL y el colículo superior– y, por otra, con
cíficas. De hecho, parece que, siguiendo el principio jerárquico, fibras que llevan información, en trayecto de ida y vuelta, has-
la especialización funcional de la corteza extraestriada aumenta ta áreas más anteriores de la corteza cerebral, incluyendo los
conforme lo hace su distancia respecto a la fóvea cortical del campos oculares frontales y diversas áreas del lóbulo prefrontal
polo occipital. Además, a medida que ascendemos en la jerar- (dorsolateral, orbitofrontal, etc.) [28].
quía, nos encontramos con neuronas con campos receptivos Una vez entendida la complejidad interactiva de sus inter-
mayores que responden preferentemente a estímulos cada vez conexiones, nos detendremos un momento a analizar some-
más complejos. ramente las funciones de las principales áreas secundarias.
Las conexiones entre las áreas visuales secundarias son múl- Siguiendo el itinerario canónico de nuestro particular viaje,
tiples y recíprocas, lo que, a menudo, resulta incongruente con nos encontramos en primera instancia con V2, que no presen-
la hipótesis jerárquica. Al parecer, desde V1 y V2, la informa- ta grandes diferencias respecto a V1, es decir, también V2 es
ción de cada atributo visual viaja de forma distinta. De hecho, funcionalmente heterogénea y proyecta hacia numerosas áreas
podemos distinguir tres grandes estaciones de análisis de in- de la corteza visual (V3, V3a, V5, V4, MST, VIP, etc.), y realiza
formación específica. Por un lado, parece haber un camino un primer procesamiento de atributos de color, forma y movi-
que conecta información de V1 y V2 con el área V3, donde se miento. Sobresimplificando, podríamos decir que V2 ofrece un
procesa la información relativa a las formas en movimiento o segundo nivel de análisis de la información visual que facilita
derivadas del movimiento [47]. Por otro lado, hay información el análisis especializado ulterior. Pero no podemos obviar que
que viaja directamente desde V1 a V4: la relativa al color de los dicho análisis presenta algunas diferencias dignas de mención
objetos. Y, por último, cierta información que, a través de la vía respecto al llevado a cabo en V1. Entre ellas, cabe mencionar
magnocelular, hace estación en V1, se conecta primero con V2 su computación de la disparidad binocular (tanto absoluta
y luego con V5 (y también con V3) para un análisis específico como relativa) y, por tanto, su contribución a la percepción de
de la información relativa al movimiento de los objetos. la profundidad, que lleva a cabo gracias a que la mayoría de
Sabemos hoy que la relación V1/V2/V3/V5 no es en abso- sus neuronas alcanza su máxima activación ante la informa-
luto de tipo unidireccional y estrictamente jerárquica, sino que ción binocular. También resulta relevante su robusta respuesta
dichas áreas se intercomunican e influyen recíprocamente, y a los contornos ilusorios, que se da en mucho mayor grado
que, además, dicha influencia difiere según el atributo procesa- que en V1. Finalmente, destaca su selectividad para las formas
do. Por ejemplo, la investigación ha puesto de manifiesto que complejas, lo que sugiere que se da cierta integración de los
el producto del procesamiento del movimiento de V5 –la más atributos procesados en V1, lo que contribuye a la función de
especializada de las cuatro– emprende viaje de retorno hasta reconocimiento de objetos.
las células que, en V1, son sensibles a la orientación y a la di- Desde del punto de vista clínico, una lesión circunscrita a
rección, las cuales conectan a su vez con V3 y V5 (y con V2, V2 se caracteriza por una disminución de la sensibilidad al con-
por supuesto). Las vías de retorno de V5 a V1 son, sin duda, traste en la discriminación de orientaciones y, sobre todo, por
funcionalmente relevantes, ya que pueden propiciar la localiza- un manifiesto déficit en la discriminación de formas comple-
ción precisa del movimiento en el espacio: una vez elaborada jas, permaneciendo intacta la discriminación de la dirección del
la información de movimiento en V5, es necesario ubicar dicho movimiento.
movimiento en el espacio, cosa que V5 por sí sola no puede
hacer, dado que su mapa topográfico es muy pobre. Dado que Problemas en las estaciones asociadas
en V1 (y en V2) la retinotopía es más precisa, el movimiento Procesamiento en torno al reconocimiento: las agnosias visua-
procesado por V5 puede ‘situarse’ en el espacio visual median- les. El concepto de agnosia visual se utiliza para designar déficit
te las retroconexiones aludidas, para, una vez que V1 y V2 han de reconocimiento visual, que no pueden explicarse a partir de
llevado a cabo la computación espacial del input procedente de desórdenes sensoriales elementales, oculomotores, atenciona-
V5, concluir el periplo trasladando la información resultante de les, de disrupción del lenguaje o de deterioros mentales seve-
nuevo a V5 [29,48]. ros [49]. No obstante, estas restricciones no implican que esas
También cuestionando la hipótesis jerárquica, se ha demos- funciones deban estar completamente indemnes, sino que el
trado que la mayoría de las áreas secundarias cuentan, por una grado de su trastorno no es proporcional a las consecuencias
parte, con vías bidireccionales que viajan hasta los centros vi- en el reconocimiento. La mayoría de agnosias visuales parece

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MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

estar provocada por accidentes cerebrovasculares, con conse- piar un dibujo que ellos mismos no reconocerían. En cambio,
cuencias en las áreas V2, V3, y posiblemente en otras áreas de estas personas se confundirían al segmentar los elementos de
la corteza visual [50]. una ilustración compleja y también al unirlos de nuevo. Iden-
El reconocimiento de un objeto es la habilidad para hacer tificarían detalles simples, los cuales les darían confianza para
corresponder un patrón visual con una categoría de significa- interpretar la figura, pero serían incapaces de integrar la infor-
do. Los errores en la identificación de los estímulos se relacio- mación recogida en una forma general. Su ejecución aumen-
nan en algunas ocasiones con las características de la forma taría con siluetas con pocos detalles internos; por el contrario,
de los estímulos, y en otras con la categoría de los objetos. empeoraría con figuras solapadas o con exposiciones breves.
Existe un amplio abanico de características que presentan los Este tipo de agnosia parece relacionarse con el llamado binding
pacientes agnósicos y éstas varían relativamente entre personas problem descrito por Treisman [54], si bien esta autora indica
diagnosticadas con agnosia [51]. De todas maneras, práctica- que este proceso está relacionado con áreas parietales.
mente todos los pacientes agnósicos presentan dificultad en la Las agnosias asociativas se caracterizan por una incapacidad
identificación de estímulos con algunas características comu- para reconocer significativamente los objetos, sin que las defi-
nes: por ejemplo, tienen mayor dificultad para identificar los ciencias a nivel perceptivo puedan explicar suficientemente esta
objetos representados que los reales y los estáticos suelen resul- incapacidad. Las personas que padecen este tipo de agnosias
tar más difíciles que los objetos que se presentan no estáticos son perfectamente capaces de copiar un dibujo e incluso de
[52]. Desde finales del siglo XIX, se han establecido dos tipos ejecutar una tarea de correspondencia estructural (no semán-
de agnosias visuales: la agnosia perceptiva (algunos autores la tica) entre figuras, pero fallan a la hora de identificar el objeto
indican como perceptiva, debido a una traducción firme del en cuestión. Este tipo de pacientes suele ser capaz de describir
inglés) y la agnosia asociativa [49]. los detalles de los objetos, e incluso puede identificar el objeto
Las agnosias visuales perceptivas son aquellas en que el défi- mediante otros canales sensoriales diferentes al visual [55,56].
cit es fundamentalmente perceptivo, aunque la agudeza visual Fallan en el nombramiento del objeto que ven, en imitar el uso
es normal, así como las posibilidades de percibir color, detectar de un objeto, en la categorización semántica de objetos y en
diferencias de luminancia y captar movimiento. En general, los el conocimiento de los atributos semánticos. Desde este punto
pacientes que presentan este tipo de agnosia son incapaces de de vista, se considera que la agnosia asociativa está relacionada
reconocer, de copiar y de hacer corresponder formas simples, y con capacidades cognitivas de más alto nivel, puesto que lo
su incapacidad para percibir objetos familiares suele estar vin- que parece estar afectado tiene que ver con la categorización
culada a daño en los procesos perceptivos. Las lesiones que semántica y los patrones almacenados en memoria. De todas
dan origen a este tipo de agnosia suelen tener una represen- formas, actualmente sigue el debate sobre el papel que juegan
tación clara en ambos lados de los lóbulos occipitales, produ- los déficit perceptivos en la agnosia asociativa; así, por ejemplo,
cidas mayoritariamente por intoxicación por monóxido de car- un paciente, descrito por Delvenne et al [57], mantenía intacta
bono, seguidas por traumas, infartos bilaterales e intoxicación la habilidad de dibujar y ejecutaba adecuadamente tareas de
de mercurio, por este orden. De todas maneras, este tipo de emparejamiento de objetos, lo que sugería que era un caso
agnosia se diagnostica para un grupo bastante heterogéneo de agnosia asociativa. En cambio, su ejecución empeoraba,
de síntomas y verdaderamente no parece existir un acuerdo tanto en la precisión como en el tiempo, cuando se utilizaban
evidente entre los investigadores de los cuadros que deberían pruebas perceptivas de alto nivel visual, como, por ejemplo, el
englobarse bajo este nombre. Dentro de las agnosias percep- reconocimiento del mismo objeto desde diferentes puntos de
tivas, Riddoch y Humphreys distinguen entre los trastornos en vista. Los autores concluyen que quizás podría ser un caso de
el reconocimiento de la forma y los de la integración percepti- ‘agnosia integrativa’ en el sentido de Riddoch y Humphreys.
va [53]. La ‘agnosia de la forma’ consistiría fundamentalmente No obstante, otros trabajos insisten en deficit distintos y di-
en la incapacidad de organizar la información sensorial en una sasociados entre agnosias perceptivas y asociativas, que serían
forma percibida coherente mediante la discriminación del con- resultado de daño en etapas diferentes en el proceso de reco-
torno del estímulo frente al fondo y a otras formas contiguas o nocimiento de objetos [58].
solapadas, funciones que parecen relacionarse claramente con Un alto número de pacientes con agnosia asociativa tiene
las del área V2, como hemos visto anteriormente. Las personas una lesión en las áreas occipitotemporales medias del hemisfe-
con ‘agnosia integrativa’ serían capaces de trazar el contorno rio izquierdo, con la etiología frecuente de un infarto en la zona
de la figura, emparejar objetos según su apariencia física y co- de la arteria posterior izquierda [49]. Este tipo de lesión podría

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E. MUNAR ET AL

causar una desconexión entre el sistema visual y la memoria que reaccionan de forma diferencial, como, por ejemplo, me-
límbica, e impediría no sólo la recuperación de conocimiento diante un cambio en la resistencia psicogalvánica de la piel.
sobre los objetos ya adquirido, sino también las posibilidades Estas reacciones diferenciales también pueden registrarse me-
de adquirir nuevos conocimientos [26]. Esta condición debe di- diante procedimientos psicológicos, como, por ejemplo, pedir
ferenciarse de la amnesia semántica, en la que el conocimiento a las personas prosopagnósicas que aprendan la relación entre
de los objetos y sus etiquetas verbales son inaccesibles, inde- un nombre y una cara; entonces aprenden más rápidamente
pendientemente del formato de la entrada sensorial. aquellas relaciones verdaderas que las falsas. Ello ha dado lugar
Otra distinción actualmente todavía discutible es la que pue- a la discusión de si los mecanismos de reconocimiento encu-
da existir entre agnosia asociativa y afasia óptica. En la afa- bierto de caras y el reconocimiento abierto pueden ser distintos
sia óptica se reconoce el objeto, pero no se puede elicitar su y pueden seguir ‘rutas visuales’ distintas [28,62].
nombramiento. El paciente maneja adecuadamente el objeto, En relación con las lesiones cerebrales relacionadas con la
pero no puede nombrarlo. Tanto la agnosia asociativa como la prosopagnosia, en los casos de prosopagnosia evolutiva no se
afasia óptica suelen asociarse al mismo lugar de la lesión, las han identificado daños cerebrales específicos vinculados a la
áreas occipitotemporales medias del hemisferio izquierdo, lo alteración [61]. En el caso de las prosopagnosias adquiridas,
que dificulta la asunción de que se traten de mecanismos dife- éstas suelen ser mayoritariamente consecuencia de un acciden-
renciados. Una propuesta apunta a que la diferencia sea más te cerebrovascular o de un tumor, aunque también aparecen
cuantitativa que cualitativa, y que ambas sean puntos de un algunos casos como consecuencia de traumatismo craneoen-
mismo continuo, desde personas con déficit semánticos muy cefálico y de enfermedades infecciosas. En general, las lesiones
graves, progresivamente, a pacientes que únicamente tienen que dan como resultado una prosopagnosia adquirida suelen
un problema de designación [49,59]. ser bilaterales y centradas por debajo de la cisura calcarina en la
conjunción con el temporal, esto es, en zonas occcipitotempo-
Un tipo particular de agnosia visual: la prosopagnosia. La ‘pro- rales [63]. Sin embargo, podemos hallar algunas prosopagno-
sopagnosia’ (prosopon significa cara en griego) es la dificultad sias unilaterales, fundamentalmente en el hemisferio derecho
de un paciente para reconocer caras, incluyendo la suya propia. –aunque también alguna esporádica en el izquierdo–, lo que
Es un déficit específico en el reconocimiento que, sin embargo, ha llevado a proponer que puedan existir diferentes grados de
permite prácticamente en todos los casos el reconocimiento dominancia hemisférica para el procesamiento de caras [64].
de personas a través de información característica de su cara, Asimismo, se ha hipotetizado que las lesiones bilaterales en
como, por ejemplo, el bigote o una marca de nacimiento. Asi- las regiones anteriores temporales están relacionadas con una
mismo, los prosopagnósicos son capaces de diferenciar entre prosopagnosia asociativa, mientras que las lesiones en la cir-
caras humanas y no humanas, incluso manteniendo intacta la cunvolución lingual y fusiforme del hemisferio derecho están
posibilidad de decodificar información a partir de la cara. Por vinculadas a prosopagnosias perceptivas [61].
ejemplo, son capaces de identificar el sexo de la persona, de es-
timar la edad de acuerdo con la apariencia del rostro, e incluso Procesamiento de atributos específicos: acromatopsia y aci-
pueden extraer información emocional mediante la identifica- netopsia. Las lesiones localizadas específicamente en las áreas
ción de una expresión facial [56], lo que los diferencia la pro- de procesamiento secundario dedicadas a funciones particulares
sopagnosia de la denominada agnosia prosopoafectiva [60]. Lo como el complejo V4 (color) y el área V5 (movimiento) produ-
que no puede hacer un prosopagnósico es reconocer una cara cen trastornos también muy específicos que suelen sorprender,
como ‘esa’ cara. Al igual que en el caso de la agnosia, aparece por sus consecuencias, al paciente que los padece.
la distinción entre prosopagnosia perceptiva y prosopagnosia La acromatopsia es la incapacidad de una persona para per-
asociativa [49,61]. Asimismo, debemos distinguir entre proso- cibir colores, sin que es trastorno sea debido a problemas en
pagnosias desarrolladas o evolutivas, y prosopagnosias adquiri- los receptores sensoriales. El paciente ve el mundo en tonos de
das [61]. De todas formas, todavía permanece el debate sobre grises, aunque por lo general tiene un buen grado de agudeza
si la prosopagnosia implica una alteración específica diferente visual y mantiene intacta la percepción del brillo, lo que le per-
a las agnosias [60,61]. mite diferenciar entre más de 100 matices de colores. Las le-
Un efecto interesante en los prosopagnósicos es el ‘reco- siones que pueden ocasionar esta pérdida del sentido del color
nocimiento encubierto’ o inconsciente que se produce cuando se suelen ubicar en las circunvalaciones lingual y fusiforme de
niegan reconocer rostros famosos o familiares, pero ante los ambos hemisferios. No obstante, algunas investigaciones rela-

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MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

Figura 4
Corte transversal del canal coclear, en el que se puede apreciar el órgano o complejo de Corti en la escala media, la disposición de las células ciliares y el inicio del nervio
coclear.

tivamente recientes indican que las áreas ventrales visuales que para este capítulo, remitimos al trabajo de Julio Lillo para una
codifican el color se hallan fraccionadas, y que existen diversas breve exposición de esas alteraciones [68].
áreas relacionadas con la percepción del color [65,66]. Si la le- El otro caso de pérdida específica de un atributo visual es
sión se halla en un solo hemisferio, entonces se produce una aún más sorprendente. Se trata de la pérdida de la capaci-
hemiacromatopsia, que impide la identificación de los colores dad de percibir movimiento o, mejor dicho, de percibir objetos
en la mitad del campo visual. La acromatopsia suele presentar- en movimiento. El paciente con acinetopsia sólo es capaz de
se como un síndrome que no va acompañado de otros déficit percibir objetos cuando éstos están quietos, hecho que de-
visuales, salvo por una breve pérdida de la capacidad para iden- termina, por ejemplo, que los objetos aparezcan de repente
tificar formas que ocurre inmediatamente después de la lesión en su campo visual (cuando se quedan quietos) en diferentes
[67]. Este tipo de pacientes suele poder escribir, reconocer pa- posiciones, dado que mientras se mueven dejan de ser perci-
trones visuales y detectar movimiento correctamente, pero se bidos. De hecho, la visión de un paciente con acinetopsia es
queja de ver el mundo en tonalidades de gris. Asimismo, estos como la de una película muy vieja donde hay saltos enormes
pacientes pierden la capacidad de soñar en colores e incluso de entre fotograma y fotograma. Al igual que sucede con la acro-
imaginar colores, lo que, con el tiempo, lleva a una pérdida de matopsia, en este tipo de síndromes sólo se afecta la visión
la memoria referida al color. Esta característica es interesante, del movimiento. Por tanto, el paciente continúa percibiendo
ya que no ocurre en los pacientes que quedan ciegos producto el color y, por ejemplo, puede leer sin problemas. Esto es lo
de lesiones oculares o a nivel del nervio óptico, y sí ocurre en que hace que habitualmente este tipo de pacientes pueda no
las cegueras específicas corticales. presentarse a consulta, puesto que no asocia sus síntomas a
Además de la acromatopsia, existe un amplio abanico de un trastorno neuropsicológico, sino más bien a trastornos psí-
alteraciones de la percepción del color, en la mayoría de casos quicos. Imagine el lector que de repente comienza a percibir
relacionadas con disfunciones a un nivel de procesamiento más que las cosas aparecen sin más (cuando quedan quietas) o que
temprano. Debido a que una exposición de los conocimien- no sabe cuándo dejar de servir café o té, dado que no puede
tos de estas alteraciones supondría un uso excesivo de espacio ver a que altura de la taza ha llegado el líquido. Este tipo de

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E. MUNAR ET AL

síntomas era el que describía la paciente L.M. [69, 0] a quien bajas las de la zona apical. Este tipo de codificación da lugar al
se diagnosticó una lesión bilateral en el área V5. El caso de la llamado ‘mapa tonotópico’.
paciente L.M. nos muestra claramente cómo el cerebro es ca- Un oído normal emite una pequeña cantidad de sonidos
paz de analizar de manera independiente diferentes atributos como respuesta al sonido entrante. Son sonidos generados por
del mundo visual. la propia cóclea, concretamente por las células ciliadas exter-
nas, al expandirse y contraerse. Estos sonidos se denominan
‘emisiones otoacústicas’ (EOA). Hay dos tipos de EOA: las es-
pontáneas, que son inconstantes, y las que son auténticamente
Sistema auditivo provocadas por un sonido. La detección de estas últimas se
utiliza como prueba de audición, sobre todo en neonatos. Es
Oído interno un examen que sirve para comprobar el funcionamiento de la
cóclea. Cuando existe una hipoacusia mayor a 30 dB no se
Desde una perspectiva anatomofisiológica, el sistema auditivo registran EOA. Dado que la mayoría de las hipoacusias tiene
está compuesto por estructuras que transforman las fugaces el origen en una alteración de la cóclea, y que las células ci-
variaciones de presión aérea en señales neuronales, las cua- liadas externas son las primeras en dañarse, cuando las EOA
les, posteriormente, se analizan y se interpretan en zonas ce- están presentes se descarta una hipoacusia relevante (debida
rebrales. En el oído interno se hallan una serie de estructuras a la cóclea). Esta prueba es simple y rápida, y no se necesita la
ubicadas en una cavidad del hueso temporal. La cóclea es el colaboración del paciente; así, una de sus mayores utilidades
elemento más valioso del oído interno para la percepción audi- está en el cribado auditivo neonatal.
tiva, donde las vibraciones mecánicas provocadas por el sonido La degeneración con la edad de las células ciliadas, tanto
se convierten en señales neuronales. El mecanismo coclear es las internas como las externas, además de la degeneración de
bastante complejo. Para resumirlo, indicaremos que las ‘células las células ganglionares espirales –el primer relevo a las célu-
ciliadas’ o receptores sensoriales se hallan en el órgano de Cor- las ciliadas–, dan lugar a la ‘presbiacusia’. La presbiacusia es
ti, que, a su vez, se halla sobre la membrana basilar, que recorre la pérdida progresiva de la capacidad auditiva, especialmente
todo el canal de la cóclea (Fig. 4). de las frecuencias altas y normalmente ocurre en los dos oí-
Las células ciliadas deben su nombre a los pequeños cilios dos a la par. Debido a que la pérdida auditiva es muy gradual,
que brotan desde la superficie apical de la célula. La deflexión las personas con presbiacusia pueden no ser conscientes de
de los cilios es el primer paso en la transducción mecanico- esa pérdida. Varía desde un grado moderado a una severidad
neuronal. El movimiento de la endolinfa –fluido que llena la sustancial. La presbiacusia afecta a un tercio de la población
escala media, donde se halla el órgano de Corti– provoca una entre 65 y 75 años, y a más de la mitad por encima de los 75
oscilación en la membrana tectorial, rozando los cilios de los años. Si no se trata puede afectar la comunicación y contribuir
receptores y provocando la mencionada deflexión (Fig. 4). a un aislamiento, una depresión e incluso a una potencial de-
La cóclea humana posee dos tipos de células ciliadas: las mencia. Estos efectos psíquicos son, en gran parte, reversibles
internas y las externas. Tanto unas como otras se distribuyen en con rehabilitación. La disponibilidad para la rehabilitación es
filas a lo largo de la cóclea: una fila de internas y tres, cuatro o amplia, pero poco utilizada, debido, en parte, a las actitudes
cinco filas de externas, dependiendo del lugar de la cóclea. Las sociales que infravaloran la audición, además del coste y el es-
internas son receptores sensoriales primarios y sinaptan con las tigma social de los audífonos. En los casos en que los audífonos
fibras del nervio auditivo o nervio coclear. En cambio, las exter- no producen mejoras, el implante coclear es un tratamiento
nas participan de un sistema motor de retroalimentación que con excelentes resultados, incluso en octogenarios [71].
modifica rápidamente los mecanismos de la membrana basilar.
A modo general, la cóclea se comporta como un mecanismo
analizador de frecuencias. Diferentes frecuencias activan dife- El nervio vestibulococlear
rentes poblaciones de células ciliadas. El diseño de la cóclea
asegura que cada tono activa selectivamente sólo un grupo Desde las células ciliadas sale la información auditiva a través
de células ciliadas. Las frecuencias más altas excitan las células de las células espirales, formando el ‘nervio vestibulococlear’
ciliadas que se hallan en la zona basal de la cóclea –la más (VIII) junto a los axones del sistema vestibular. Cuando el nervio
cercana a los huesecillos del oído medio– y las frecuencias más VIII atraviesa el hueso temporal en el meato auditivo interno,

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MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

Figura 5
Representación esquemática de las vías auditivas desde la cóclea hasta la corteza auditiva primaria, incluyendo las decusaciones y la retroinformación del haz
olivococlear.

puede aparecer un tumor benigno denominado ‘neuroma La vía auditiva del tronco encefálico
acústico’ o ‘schwannoma vestibular’. Este tumor deriva de una
producción excesiva de células de Schwann, las cuales tienen En el tronco encefálico hallamos dos centros de relevo en la
el objetivo de rodear y aislar las fibras nerviosas. El neuroma ruta auditiva procedente de la cóclea: el núcleo coclear y la
acústico provoca una pérdida unilateral de audición y también oliva superior (Fig. 5). El nervio coclear llega al núcleo coclear.
tinnitus (véase el apartado ‘Núcleo geniculado medio’). Esta Sin embargo, no todas las conexiones en este núcleo son afe-
pérdida de audición normalmente supone una discriminación rentes. Hay un 10% de axones eferentes que vuelve hasta la
auditiva pobre. Si no se trata adecuadamente, puede invadir cóclea. Estas fibras eferentes proceden de neuronas de la oliva
el meato auditivo interno y desarrollarse hacia el tronco en- superior, las cuales forman el ‘haz olivococlear’. Este haz parece
cefálico, donde, más tarde, los efectos del tumor serán mayo- tener una función determinante en la discriminación auditiva
res. El neuroma acústico se diagnostica gracias sobre todo a en un ambiente ruidoso, es decir, mediante el haz olivococlear
pruebas de resonancia magnética. Aunque el tratamiento más se mantiene una retroalimentación, que reduce la sensibilidad
habitual es el de la extirpación quirúrgica, actualmente existen coclear. Probablemente, este bucle también ayuda a proteger el
otros procedimientos disponibles: el tratamiento conservador, oído frente a sonidos muy intensos (Fig. 5) [73].
radiocirugía estereotáctica y radioterapia fraccionada [72]. Los Las respuestas neuronales en el núcleo coclear son más
procedimientos de cirugía normalmente causan una pérdida de complejas que las de las fibras del nervio coclear. Además de
audición unilateral total y permanente en el oído intervenido. diferentes patrones de entradas aferentes según distintos tipos

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E. MUNAR ET AL

de neuronas, las respuestas neuronales se ven influidas por en- las células ciliares internas, las conexiones entre las células cilia-
tradas inhibitorias procedentes de otras neuronas del mismo res y la vía coclear del nervio VIII, el propio nervio VIII y las vías
núcleo o procedentes de rutas más centrales. De esta forma, se auditivas del tronco encefálico. Pueden estar envueltas tanto
dan diferentes patrones de activación como respuesta al mismo las vías aferentes como las eferentes. Patrones similares de dis-
estímulo tonal, debido a esa interacción entre excitaciones e funciones del nervio auditivo se hallan en un 20% de pacientes
inhibiciones. Se sugiere que el núcleo coclear dorsal es determi- adultos con esclerosis múltiple, aunque es extraño que estos
nante en la apreciación del sonido percibido [73]. pacientes presenten quejas de dificultades auditivas [73].
Como se puede ver en la figura 5, después del núcleo co- La neuropatía auditiva explica aproximadamente el 7% de
clear la ruta auditiva se bifurca. Una vía, desde la parte dorsal, las pérdidas permanentes de audición en niños y una propor-
se dirige al colículo inferior, en el mesencéfalo, y la otra, des- ción significativa de trastornos auditivos en adultos, aunque
de la zona ventral, llega a la oliva superior, aún en el tronco indeterminada [75]. El grado de pérdida auditiva no es pre-
encefálico. De esta segunda ruta, una parte de las fibras son decible, puede variar bastante, desde una pérdida leve a una
ipsilaterales y las otras contralaterales. En consecuencia, la oliva pérdida profunda. Los porcentajes de discriminación del len-
superior puede llevar a cabo comparaciones biaurales con el guaje en la logoaudiometría son más bajos que los esperados
objetivo de situar los sonidos en el espacio. por el grado de pérdida auditiva. El paciente tiene dificultad en
Los núcleos olivares utilizan diferentes métodos para com- entender el lenguaje, especialmente cuando hay ruido. Da la
parar las entradas procedentes de un oído con las entradas impresión de que la audición fluctúa entre días e incluso entre
procedentes del oído opuesto. En los núcleos medios de la oli- diferentes horas.
va superior las neuronas codifican las diferencias interaurales
de tiempo. Una fuente sonora más cercana al oído derecho
provocará activaciones más tempranas en la vía auditiva de- El colículo inferior
recha que en la vía auditiva izquierda. Las neuronas de estos
núcleos ‘miden’ la diferencia entre la llegada de las señales del Después de la oliva superior, la ruta auditiva sigue a través del
oído derecho y las del oído izquierdo, y permiten realizar una lemnisco lateral hasta los colículos inferiores, dos prominencias
aproximación espacial a la fuente sonora. Asimismo, la misma localizadas en la zona dorsal del mesencéfalo. Encima de ellos
fuente sonora provocará una mayor intensidad en el oído dere- se hallan los colículos superiores, estructuras relacionadas con
cho que en el oído izquierdo, debido al mayor recorrido aéreo el procesamiento visual. Algunas respuestas motoras que co-
que ha tenido que hacer el sonido hasta alcanzar el izquierdo y, ordinan visión y audición subyacen en las conexiones entre los
por tanto, habrá sufrido una mayor pérdida de intensidad. Las dos pares de colículos.
neuronas de los núcleos laterales de la oliva superior detectan En el colículo inferior, la vía de localización auditiva proce-
las diferencias interaurales de intensidad [74], también con el dente de la oliva superior se reúne con la vía procedente del nú-
objetivo de situar la fuente sonora en el espacio. cleo coclear. El núcleo central del colículo inferior tiene grupos
Un pequeño número de neonatos tiene una disfunción audi- de neuronas que forman capas de isofrecuencia, esto es, capas
tiva particular en la que las EOA son normales, lo que presume en las que todas las neuronas están ‘sintonizadas’ a la misma
una función coclear sana. Sin embargo, los resultados indican frecuencia. Las frecuencias altas las hallamos en las capas inte-
una disfunción significativa cuando se prueba la vía neural re- riores, y las frecuencias bajas en las capas exteriores, formando
trococlear, utilizando respuestas auditivas del tronco encefáli- otra vez un mapa tonotópico. Superpuesto a este mapa halla-
co. Parece ser que las fibras del nervio auditivo son incapaces mos otro relacionado con la intensidad. Las neuronas en el cen-
de responder a los sonidos de una manera sincrónica [75]. A tro de cada capa son las más sensibles a la intensidad (menor
esta alteración se le llama ‘neuropatía auditiva’ o ‘desincronía umbral absoluto), esto es, detectan intensidades bajas. Las neu-
auditiva’. Las características de la neuropatía auditiva reflejan ronas que forman anillos concéntricos en la misma capa tienen
más que una simple etiología, por lo que es más preciso hablar la misma sensibilidad, y las más exteriores son las que necesitan
de neuropatías auditivas. A pesar de esa variedad de etiologías, valores más altos de intensidad para excitarse. Ello significa que
los pacientes muestran un grupo coherente de síntomas audi- la intensidad puede estar relacionada con la propagación de
tivos. El patrón de funcionamiento normal de las células ciliares la excitación. Asimismo, diferentes neuronas del colículo infe-
externas, combinado con las anormales respuestas neurales del rior responden mejor a diferentes amplitudes de modulación, y
tronco encefálico, sitúa las neuropatías en el área que incluye constituyen otro tipo de mapa de codificación [73].

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MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

Las respuestas de otras neuronas de los colículos inferiores


están relacionadas con la posición del sonido en el espacio. Las
salidas de estas neuronas se dirigen a los colículos superiores,
donde parece ser que el mapa visual del espacio organiza el
mapa auditivo del espacio.
Los colículos inferiores están directamente involucrados en
algunas conductas relacionadas con el sonido. En concreto, es-
tán relacionados con las respuestas que alteran la tensión de
los músculos del oído medio para proteger el oído interno de
sonidos muy intensos. También salen fibras hacia el puente de
Varolio y el cerebelo, que contribuyen al giro de la cabeza y de
los ojos como respuesta de orientación a un sonido. Asimismo,
algunas proyecciones son descendentes, esto es, hacia la oliva
superior y el núcleo coclear, y crean un bucle retroalimentado
entre estas estructuras.

Figura 6
El núcleo geniculado medio
Corteza auditiva primaria y secundaria, así como la ruta ventral (en gris claro) y
la dorsal (en oscuro).
Desde los colículos inferiores, la ruta auditiva sigue hacia el nú-
cleo geniculado medio, en el tálamo. Podemos dividir el núcleo
geniculado medio en tres zonas: ventral, dorsal y medial. La zona
ventral se halla organizada tonotópicamente con capas similares A1 mantiene algún tipo de organización tonotópica. Algunos
a las descritas en el colículo inferior. Esta zona proyecta sus axo- estudios indican otras zonas secundarias que también mantie-
nes a la corteza auditiva primaria. En la zona dorsal las neuronas nen una organización tonotópica de la información auditiva,
responden mayormente sólo a sonidos complejos. Las proyeccio- como son el plano polar y el plano temporal, ambos también
nes dorsales se dirigen a áreas auditivas no primarias que rodean en el giro temporal superior [76]. De todas formas, han apa-
el área primaria. La zona medial recibe entradas desde fuentes recido algunos trabajos que ponen en duda una organización
somatosensoriales, vestibulares y visuales, y sus neuronas res- tonotópica clara de A1 y proponen que la organización de di-
ponden a una o más de esas modalidades. Esta zona proyecta cha zona responde de forma más fidedigna a un análisis de
de forma difusa a áreas corticales auditivas y zonas adyacentes. patrones temporales [77,78]. Esta discusión la hemos expuesto
en un trabajo reciente [28].
Con relación a la codificación de la intensidad sonora, exis-
La corteza auditiva primaria te también un cierto desacuerdo. Algunas investigaciones han
propuesto un mapa amplitópico en A1, esto es, un cambio
La corteza auditiva primaria (A1) está situada en la parte supe- paulatino entre grupos neuronales vecinos en la selectividad
rior del giro temporal superior, en el área 41 de Brodmann o a la intensidad sonora [79]. Otras investigaciones revelan un
plano supratemporal (Fig. 6). En concreto, A1 ocupa la porción incremento en la magnitud de la activación auditiva y en su
medial del giro de Heschl. Se trata de una de las zonas con extensión cortical cuando se incrementa la intensidad sonora
más pliegues del cerebro humano, y aquí el patrón de plie- [80]. Sin embargo, se ha demostrado una naturaleza no lineal
gues es altamente variable entre personas. Por este motivo, entre intensidad sonora y extensión de la activación [81]. Otros
la división de A1 basada en la histología es más apropiada estudios han expuesto conclusiones según las cuales las áreas
que la fundamentada en patrones de giros. En consecuencia, auditivas responsables de la codificación de la intensidad en-
en esta zona existe una alta variabilidad anatomicofuncional vuelven tanto áreas primarias como no primarias.
interindividual (Fig. 6). Un estudio con magnetoencefalografía examinó el efecto
A1 está rodeada de áreas de asociación auditiva, localizadas en la corteza auditiva humana de la extracción de frecuencias
en el surco circular y en el giro temporal superior. Parece ser que concretas del entorno acústico [82]. Los participantes escucha-

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E. MUNAR ET AL

ban durante tres horas en tres días consecutivos música ‘hora- • Detección defectuosa de los sonidos breves.
dada’ por la supresión de una banda estrecha de frecuencias • Discriminación defectuosa de sonidos presentados de for-
centrada en 1.000 Hz. Inmediatamente después de escuchar la ma simultánea.
música ‘horadada’, se halló que la representación neuronal de • Juicio defectuoso del orden temporal de los sonidos.
un sonido centrado en 1.000 Hz era significativamente menor • Discriminación defectuosa de los sonidos del habla.
que la representación neuronal de un sonido centrado en 500 • Discriminación defectuosa del tiempo, sonoridad, timbre y
Hz. En sesiones posteriores (sin música ‘horadada’), la repre- memoria tonal en la música.
sentación neuronal reducida para 1.000 Hz volvía a su línea
base original. Estos resultados sugieren que se producen cam- Tinnitus y trastorno de procesamiento auditivo central
bios rápidos en la sintonización de las neuronas en A1 si se Por su incidencia y prevalencia, incluimos en un subapartado
manipula el entorno acústico. El fenómeno subyacente a estos la exposición de dos alteraciones vinculadas directamente con
resultados puede ser una expresión dinámica de la plasticidad las áreas centrales del sistema auditivo: el trastorno de procesa-
neuronal y un caso en el que se acredita la extrapolación del miento auditivo central y el tinnitus.
modelo percepción-acción a la modalidad auditiva. De alguna El término trastorno de procesamiento auditivo central
manera, este tipo de investigaciones demostraría que la orga- (TPAC) es una traducción bastante literal del inglés central au-
nización cortical auditiva no es fija, sino que responde a las ditory processing disorder, originario de EE. UU. y que se ha
capacidades cerebrales para adaptarse a los requerimientos del impuesto al término obscure auditory dysfunction, utilizado en
ambiente. En nuestra opinión, la aplicación del modelo percep- el Reino Unido. Este trastorno lo padecen algunos niños que
ción-acción en este tipo de efectos apunta una prometedora tienen dificultades significativas y cuantificables en ambientes
línea también en audición. ruidosos, tales como entornos de clase. Sin embargo, presentan
Respecto a la localización espacial de la fuente sonora, exis- una agudeza auditiva normal, tanto con tonos puros como con
te un metanálisis de estudios con tomografía por emisión de EOA. Actualmente, los mecanismos específicos involucrados en
positrones y resonancia magnética funcional, para contrastar la alteración todavía no han sido identificados, y es probable
la potencial aplicación del modelo dual de la visión al proce- que nos hallemos frente a una variedad de patofisiologías in-
samiento auditivo [83]. Según estos autores, existe evidencia volucradas. Los síntomas más evidentes en la actividad normal
en primates no humanos que sugiere un modelo de vía dual son los siguientes [85]:
del procesamiento auditivo, en el cual las informaciones sobre • Problemas auditivos en la segregación figura-fondo. No se
la identificación del sonido y sobre su localización se hallarían puede atender en fondos ruidosos.
segregadas a lo largo de una ruta ventral y una ruta dorsal, • Problemas de memoria auditiva.
respectivamente. Entre otros resultados, todos los estudios • Problemas de discriminación auditiva. Dificultad en distin-
analizados sobre audición espacial indicaban la activación del guir entre sonidos o palabras similares.
parietal inferior. Por tanto, parece existir una vía auditiva dorsal • Problemas auditivos de atención.
que cruzaría desde A1 hasta la corteza parietal posterior, aná- • Problemas de cohesión auditiva. Algunos ejemplos de co-
loga a la vía visual dorsal y que corresponde a movimientos de hesión auditiva son las inferencias a partir de conversacio-
dirección de la información auditiva [26]. Esta vía llegaría hasta nes, la comprensión de adivinanzas y la comprensión de
el surco frontal parietal. La otra vía, la ventral, se distribuiría a problemas verbales de matemáticas.
lo largo de la zona ventral del temporal para adentrarse en el
frontal inferior. Sin embargo, algunas de las conductas mencionadas ante-
El área primaria auditiva parece estar implicada en algunos riormente también pueden aparecer en otros trastornos, tales
trastornos auditivos, aunque el conocimiento neurofisiológico como el trastorno de hiperactividad y déficit atencional. En al-
sobre éstos es bastante difuso. Es difícil hallar lesiones bilate- gunas ocasiones pueden confundirse los dos trastornos y en
rales de los lóbulos temporales. La sensibilidad a los cambios otras pueden presentarse ambos trastornos a la vez.
de frecuencia o intensidad no se ve claramente alterada por le- No existe un consenso claro en el diagnóstico del TPAC. Se
siones temporales. Los análisis de sonidos auditivos complejos define el TPAC como una disfunción perceptiva de ‘modalidad
son los que nos permiten describir un eventual déficit. En un específica’, la cual no es debida a una pérdida auditiva perifé-
trabajo anterior [84] comentamos cinco deficiencias audioper- rica y se distingue de otros problemas cognitivos, atencionales
ceptivas; a continuación, simplemente las mencionamos: supramodales o basados en el lenguaje [86]. Se defiende la

92
MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

modalidad específica como marco para conceptualizar y diag- de la actividad del sistema simpático, controlando las excitacio-
nosticar el TPAC. El principio de modalidad específica contrasta nes, y del sistema límbico, controlando las emociones. A pesar
con el marco inclusivo unimodal, que mantiene que las pruebas de que el modelo de Jastreboff ha sido criticado desde posi-
auditivas solas son suficientes para diagnosticar TPAC. Según ciones de la ciencia básica, se aconseja intervención mediante
los autores que defienden la modalidad específica, la evalua- técnicas de relajación y terapia de sonido (enmascaramiento
ción del TPAC debe tomar en consideración la influencia de auditivo) para mitigar las consecuencias. Algunos estudios han
pérdidas pansensoriales y de nivel superior en la ejecución de sugerido que la estimulación magnética transcraneal puede ser
pruebas sobre la función auditiva central. En cambio, otros au- efectiva en el tratamiento del tinnitus, y han publicado pruebas
tores aseguran que los datos sobre sensibilidad y especificidad, en este sentido [90].
procedentes de lesiones individuales y claramente circunscritas
en el sistema nervioso central auditivo, proporcionan una guía
relevante para establecer la validez de pruebas diagnósticas au- Áreas secundarias y de asociación
ditivas centrales [87].
Por otra parte, el tinnitus se define como la experiencia En el apartado del área primaria hemos mencionado una ‘vía
consciente de un sonido que se origina de manera involuntaria auditiva dorsal’, que enlazaría con el área parietal posterior con
en la propia cabeza del oyente. Se trata de un síntoma proce- una función eminentemente espacial [26]. Esta vía viene a ser
dente de muchas patologías. Está asociado a pérdida auditiva. una analogía a la ruta visual dorsal.
Aproximadamente un tercio de la población adulta ha experi- Por otra parte, la ruta auditiva ‘semántica’ discurrirá, en
mentado algún tipo de tinnitus espontáneo de corta duración buena parte, hacia zonas ventrales y anteriores. La mayoría
(menos de cinco minutos). El 10% de los que padecen tinnitus de sonidos se procesa en mecanismos que tienen por obje-
lo hace de forma persistente. En un 1% de la población, el tin- tivo el análisis de propiedades acústicas simples (frecuencia,
nitus tiene un efecto grave en la calidad de vida [88]. intensidad, inicio), propiedades acústicas complejas (patrones
En 1990, Jastreboff indicaba que mientras que el origen del en función del tiempo) y propiedades semánticas (asociaciones
tinnitus puede ser en la periferia auditiva, los mecanismos de de patrones sonoros y significados). Las estructuras neurona-
persistencia y reacción son centrales e involucran los sistemas les comentadas en los apartados anteriores dan cuenta clara-
simpático y límbico, especialmente la amígdala [89]. Asimismo, mente del primer tipo de análisis, el de propiedades acústicas
se hipotetiza que los circuitos de reconocimiento y clasificación simples. No obstante, algunas de esas estructuras ya realizan
del sonido están involucrados en el tinnitus. Mientras el tinnitus un análisis de patrones complejos, como en el caso del área
puede emerger como consecuencia de cambios en la función auditiva primaria y también en algunas estructuras previas.
coclear, se ha sugerido que tales cambios resultan en una reor- Tanto en estudios de lesiones cerebrales como de neuroima-
ganización de la corteza auditiva primaria, especialmente en las gen funcional, se comprueba una organización relativamente
áreas relacionadas con la percepción de frecuencias concretas, jerárquica del sustrato neuronal para el procesamiento de se-
cercanas a un área de pérdida auditiva. Algunos estudios con cuencias sonoras [91].
neuroimagen demuestran que el tinnitus provoca un incremen- Para la determinación de sonidos ‘significativos’, el análisis
to de flujo sanguíneo en las áreas auditivas primaria y secun- de las propiedades temporales es particularmente importante,
daria, en concreto, en el hemisferio izquierdo [90]. El fenóme- sin menospreciar ni el rol del análisis espectral ni el del espacial.
no del tinnitus ha sido comparado con el desarrollo del dolor El análisis temporal puede ser considerado a diferentes niveles,
fantasma en miembros amputados y con la hipótesis de que el a los que Griffiths llama ‘estructura temporal fina’ –milisegun-
tinnitus representa audición fantasma en algunos casos. dos o decenas de milisegundos– y ‘estructura temporal de alto
De momento, no hay tratamientos efectivos para estos ca- nivel’ –centenas de milisegundos– [91]. Numerosos trabajos
sos. La terapia farmacológica no ha sido efectiva, aunque la sobre procesamiento temporal se han centrado en A1 y en al-
medicación antidepresiva puede ayudar a aliviar efectos de- gunas redes corticales que la envuelven. La vía ascendente, que
presivos asociados. No es recomendable la intervención qui- incluye A1, puede proporcionar un mecanismo suficiente para
rúrgica; no obstante, en algunos casos es conveniente, como, el procesamiento de propiedades espectrotemporales de soni-
por ejemplo, en los casos de neuroma acústico y de trastorno dos individuales. A causa de las profusas interconexiones en la
de Menière. Algunas estrategias psicoterapéuticas pueden ser vía auditiva, para provocar un déficit temporal es necesaria una
efectivas en la mitigación de los efectos del tinnitus: reducción lesión bilateral en A1. Estas lesiones son difícilmente compati-

93
E. MUNAR ET AL

bles con una vida mínimamente normal; sin embargo, ocurren, tudios sugieren que estos focos bilaterales del GTM se solapan
por ejemplo, en la esclerosis múltiple [92]. parcialmente con áreas implicadas en el procesamiento visual
El procesamiento subsiguiente de patrones temporales de del movimiento biológico y en el reconocimiento de utensilios
alto nivel depende de la actividad de redes temporofrontales y otros artefactos. Los autores proponen que el foco del GTM
bilaterales [91]. Una de estas redes está formada por las pro- procesa información multimodal sobre objetos y movimientos
yecciones auditivas que emanan desde A1 y corren paralelas a asociados al objeto, y que ello puede representar ‘conocimien-
la ruta ventral visual hasta alcanzar el polo temporal, y de ahí to de la acción’, que puede ser reclutado para propósitos, entre
a áreas frontales [26]. Estas redes proporcionan una primera otros, de reconocimiento de fuentes sonoras del entorno fami-
etapa en el procesamiento neuronal de la música y del habla. liar. Estos datos proporcionan una explicación funcional de los
Según Isabelle Peretz, las evidencias neuropsicológicas su- síntomas de ‘agnosia auditiva pura’ para sonidos ambientales
gieren la existencia de, al menos, tres sistemas distintos para el obtenidos en estudios con lesiones. Como el lector habrá apre-
reconocimiento auditivo [93]: sonidos ambientales, musicales y ciado, esta zona del GTM se hallaría a medio camino entre la
del habla. Sin embargo, las investigaciones neuropsicológicas ruta auditiva dorsal (espacial) y la ruta auditiva ventral (semán-
sobre lenguaje y sonidos ambientales, en algunas ocasiones, se tica).
entremezclan. Así, parece bastante evidente la incapacidad de Estos mismos autores aportaron evidencias según las cuales
algunos afásicos para emparejar sonidos y ruidos característicos las personas diestras activan una red motora en el hemisferio
con su significado, sobre todo en afásicos de Wernicke [94,95]. izquierdo cuando oyen sonidos de utensilios manejables (con
Actualmente, las evidencias se encaminan en la línea de que las manos) [97], es decir, la actividad hemisférica durante la au-
el procesamiento de los sonidos del habla y el procesamiento dición de sonidos ambientales dependería de la lateralización
de los sonidos musicales comparten algunas zonas concretas, motora. En un tercer estudio, compararon la actividad cortical
dependiendo del atributo perceptivo al cual se atienda. En este en diestros y zurdos, categorizando sonidos de animales [98].
apartado no consideraremos los trastornos auditivos relaciona- Los resultados mostraban que los sonidos evocaban actividad
dos con el lenguaje, debido a que el capítulo 9 (COMPROBAR) predominantemente en el hemisferio opuesto a la mano do-
se dedica íntegramente al lenguaje. Por tanto, terminaremos el minante, en zonas corticales multisensoriales y motoras. Esta
examen de la audición con una revisión de las vías y los trastor- organización presumiblemente refleja la idea de que aprende-
nos relacionados con estímulos auditivos no verbales, esto es, mos el ‘significado’ de los sonidos en el contexto de su uso con
sonidos ambientales y sonidos musicales. nuestra mano dominante, de forma que las redes subyacentes
a la imaginería motora o a los esquemas de acción pueden ser
Agnosia auditiva pura aprovechadas para facilitar el reconocimiento perceptivo.
El concepto de agnosias auditivas comprende los trastornos au-
ditivos centrales en cuyo origen se descarta la hipoacusia, pero Amusia y agnosia musical
que provocan problemas en el reconocimiento auditivo de las Amusia es una condición que lleva aparejada algún tipo de pér-
fuentes sonoras. Por agnosia auditiva pura se entiende aquella dida de capacidad musical, esto es, la comprensión musical, la
agnosia que dificulta el reconocimiento auditivo de fuentes so- producción musical o la capacidad de leer o escribir notaciones
noras del entorno familiar, excluyendo el lenguaje y la música. musicales [99]. Para una breve sinopsis del trastorno, véase el
En la literatura científica, existen muy pocos casos descritos de trabajo de Pearce de 2005 [100].
agnosia auditiva pura. Con el concepto de ‘agnosia musical’ nos referimos al tras-
Con el objetivo de identificar zonas involucradas en el re- torno en el reconocimiento de sonidos musicales. Buena parte
conocimiento de sonidos ambientales, se utilizó neuroimagen de los estudios neuropsicológicos sobre percepción musical se
funcional en participantes que atendían a un amplio rango de centra en la diferenciación funcional de los dos hemisferios. En
sonidos (herramientas, animales, líquidos...) [96]. La actividad este sentido, sabemos que existe una superioridad clara de las
cerebral que provocaban estos sonidos reconocibles se compa- fibras auditivas cruzadas sobre las ipsilaterales. Así, si utilizamos
ró con la de otros irreconocibles. La red resultante constaba de una presentación dicótica de sonidos (estímulos diferentes a
zonas asociadas al procesamiento semántico, localizadas pre- sendos oídos), la superioridad de la vía contralateral bloquea
dominantemente en el hemisferio izquierdo, aunque también la vía ipsilateral, mientras que la primera sigue procesando. Los
incluía una fuerte actividad bilateral en porciones posteriores estudios de los años sesenta y setenta mostraron la relevancia
del giro temporal medio (GTM). Comparaciones con otros es- del hemisferio derecho para la música, si bien esa relevancia

94
MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

unos la limitaban a melodías y otros a acordes [101]. Así, muy melodías, conservando adecuadamente la percepción del rit-
pronto fue aceptada la idea de que el hemisferio izquierdo mo. En cambio, las lesiones en el hemisferio izquierdo tendían
domina en el lenguaje y el hemisferio derecho en la música, a mantener la percepción de la melodía y a fallar en el ritmo, de
aunque posteriormente esta idea fue rectificada por simplista. forma selectiva o en asociación con la identificación semántica
En 1974, se llevó a cabo un interesante experimento con dos de los sonidos ambientales.
grupos de participantes: un grupo de músicos y un grupo de La idea de la dominancia cerebral en la música ha sido
inexpertos musicales [101]. La tarea consistía en identificar una remplazada por la noción de redes interconectadas en ambos
secuencia de dos notas presentes en la melodía. Los inexpertos hemisferios, afectados ambos por factores congénitos y ad-
en música mostraron una cierta ventaja en el oído izquierdo y quiridos. La hipótesis modular de Peretz [93,104] apunta dos
los músicos mostraban superioridad en el oído derecho. Los subsistemas separados:
investigadores consideraron el resultado una consecuencia de • Para el procesamiento de la estructura melódica, esto es,
la estrategia adoptada: los inexpertos lo hacían de una forma variaciones en las secuencias tonales.
global (hemisferio derecho) y los músicos de un modo analítico • Para la información relacionada con la estructura temporal
(hemisferio izquierdo). En conclusión, parece bien establecida (ritmo), esto es, variaciones en longitud.
una dominancia del hemisferio derecho en el reconocimiento
de acordes en personas no expertas en música. Sin embargo, Finalmente, nos parece interesante indicar las últimas apor-
los resultados en músicos han sido heterogéneos, si bien la taciones en la discusión sobre el sustrato común o indepen-
conclusión es que en los músicos domina el hemisferio dere- diente de la percepción musical y de la percepción del habla. En
cho para tareas fáciles y el izquierdo cuando se trata de tareas conjunto, los resultados favorecen la especificidad de la per-
musicales más difíciles [99]. Esta información es coherente con cepción del habla cuando ciertos aspectos del procesamiento
las conclusiones que indican diferencias en la selectividad de las semántico se comparan con ciertos aspectos del procesamiento
neuronas de A1 del hemisferio derecho y las de la misma zona de la melodía de la música. Sin embargo, los resultados apoyan
del hemisferio izquierdo. Mientras las del derecho se hallan sin- la noción de que algunos principios cognitivos generales están
tonizadas a frecuencias de una forma precisa, las del izquierdo involucrados cuando comparamos procesamiento sintáctico
son sensitivas a los rasgos temporales de la información audi- del habla con procesamiento armónico de la música. Además,
tiva [102]. el análisis de la estructura temporal lleva a efectos similares en
Las investigaciones basadas en lesiones cerebrales comple- percepción musical y percepción del habla [105,106].
tan la información neuropsicológica sobre percepción musical.
No obstante, en la literatura científica quedan patentes dos ti-
pos de amusias según su procedencia, una congénita y otra ad-
quirida [100]. En la amusia congénita, las personas fundamen- El sistema somatosensorial o los sentidos
talmente no discriminan diferentes tonos y el entrenamiento en corporales
la discriminación no consigue ningún beneficio.
Basso, en 1999, resume las investigaciones con pacientes La división aristotélica de los sentidos contemplaba el tacto
con lesiones en el lóbulo temporal de la siguiente manera: el ló- como un único sentido corporal. Pese a que todos entendemos
bulo temporal derecho tiene un cierto grado de especialización de manera intuitiva qué es el tacto, el estudio científico de este
en la elaboración de algunos atributos de los estímulos musi- sentido ha mostrado la necesidad de contemplar la percepción
cales, aunque para una elaboración más compleja es necesaria del propio cuerpo, o propiocepción, dentro de esta modalidad.
la interacción de los dos lóbulos temporales [99]. Un estudio De forma que utilizamos el término somatosensorial como un
reciente sobre la disociación entre el reconocimiento de la mú- sistema que engloba a un tiempo nuestra sensibilidad por con-
sica –agnosia musical– y el reconocimiento de sonidos ambien- tacto con el exterior de nuestra superficie corporal, el tacto, y la
tales –agnosia auditiva pura– en pacientes con daño cerebral sensibilidad de nuestro propio cuerpo, la propiocepción [107].
unilateral consistía en la administración de pruebas estándar Antes de avanzar en una descripción del sistema somatosen-
de música y reconocimiento de sonidos ambientales [103]. Los sorial es importante señalar que algunos autores [26] añaden a
pacientes con lesiones en el hemisferio derecho tendían a fallar estas dos submodalidades una tercera, en la que se incluyen la
o en la percepción de los sonidos ambientales, conservando percepción del dolor, o nocicepción, y la temperatura. Dada la
intacta la percepción musical, o en los sonidos ambientales y en especificidad de estas propiedades, por ejemplo, la especifici-

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E. MUNAR ET AL

dad en las vías y centros neuronales implicadas en la nocicep- la rehabilitación perceptiva de operaciones sobre síndromes,
ción, no faltan razones para dicha diferenciación, pero dado como, por ejemplo, el túnel carpiano. En este caso se ha de-
que la misma no es unánime entre la comunidad científica, no mostrado cómo la reinervación de receptores de la mano, tras
vamos a realizarla ni desarrollarla en este apartado. la operación quirúrgica de reparación, se produce desde fibras
Sabemos que los subsistemas táctil y propioceptivo funcio- nerviosas que no eran las conectadas originalmente, pese a lo
nan de forma coordinada, por lo que otro modo de referirnos cual los entrenamientos sistemáticos de la función perceptiva
a su funcionamiento tiene que ver con los contenidos percepti- háptica permiten recuperar las capacidades perceptivas táctiles
vos con los que trabajan. Cuando percibimos elementos exter- (Fig. 7) [112].
nos a nuestro cuerpo hablamos de exterocepción, mientras que ¿Cómo evaluamos las capacidades sensitivas del sistema
cuando hablamos de la percepción del propio cuerpo habla- sensorial a nivel periférico, en la superficie corporal? Obvia-
mos de propiocepción. La primera división, anatomofuncional, mente, estas capacidades son evaluables por medio de diversas
y la segunda, de contenido perceptivo, no se corresponden. técnicas fisiológicas, parte de cuyos resultados son la fuente de
Sin embargo, podemos utilizar la propiocepción (por ejemplo, las referencias anteriores de los diferentes tipos de receptores.
cuando evaluamos el esfuerzo muscular que hacemos al levan- Sin embargo, a nivel conductual podemos realizar diferentes
tar un objeto) para acceder a una propiedad externa (el peso pruebas psicofísicas que permiten conocer la capacidad sen-
de dicho objeto). sorial en distintas partes de la piel. Entre estas medidas de la
Dadas estas aclaraciones introductorias sobre el funciona- sensibilidad están las medidas de agudeza espacial, como la
miento y nuestra forma de comprender el sistema somatosen- prueba de umbral de dos puntos [113], pruebas de sensibili-
sorial, a continuación describimos la organización neurobioló- dad a la presión, a la temperatura y a la vibración, entre otras.
gica de este sistema. De forma similar al resto de los sistemas Aunque no vamos a pormenorizar aquí este punto, el lector
perceptivos, dividiremos el sistema somatosensorial en los re- interesado puede seguir la siguiente referencia [114] para los
ceptores sensoriales, las vías neurales y las áreas del sistema sistemas estandarizados de evaluación de la sensibilidad táctil.
nervioso central implicadas.

Vías neurales somatosensoriales


Receptores somatosensoriales
La actividad nerviosa de los receptores somatosensoriales se tras-
En el caso del sistema somatosensorial, encontramos un con- lada hacia el sistema nervioso central por medio de las vías neu-
junto de receptores –mecanorreceptores, termorreceptores y rales somatosensoriales. Aquí encontramos una diferenciación
nociceptores– distribuidos por la superficie de la piel, los múscu- entre las vías de tacto y propiocepción, por un lado, y las vías de
los, las articulaciones y los tendones. La figura 7 muestra los re- dolor y temperatura, por otro, con dos rutas principales (Fig. 8).
ceptores presentes en la piel (Fig. 7a) y los presentes en el sis- La primera de ellas es la llamada vía de las columnas dorsa-
tema motor (Fig. 7b). En el caso de los receptores de la piel, les. Las fibras de los receptores de tacto y propiocepción, que
su actividad varía en función del tipo de estimulación y el tienen su soma en ganglios localizados junto a la zona dorsal
campo receptivo. Asimismo, la actividad de mecanorrecepto- de la columna vertebral, proyectan su axón a la médula espinal
res de la piel [108], nociceptores y termorreceptores [109,110] para realizar sinapsis en los núcleos de las columnas dorsales de
y propioceptores [111] varía según sus formas de adaptación la médula, en la base del tronco cerebral. A su vez, las neuronas
a la estimulación. Por un lado, los receptores de la piel son de los núcleos dorsales proyectan sus axones, tras una decusa-
los encargados de informar de propiedades de contacto con ción a la otra mitad lateral de la columna, para formar el lem-
el exterior, como la posición y el tipo de contacto (constante nisco medio y sinaptar en el núcleo ventrobasal del tálamo. Las
o vibrante, etc.). Por otro lado, los propioceptores indican el características citológicas de esta vía son fibras gruesas y muy
nivel de contracción o estiramiento de un músculo y el nivel de mielinizadas, lo que permite que su transmisión sea rápida.
tensión de un tendón, entre otros. Sin embargo, pese a que La segunda vía, la llamada vía ventral, recoge la actividad
las curvas de sintonización de los receptores muestran esta es- relacionada con el dolor y la temperatura. Pese a que la fibra
pecialización que acabamos de señalar, debemos contemplar sensorial sigue el mismo camino que en el caso anterior, una
el funcionamiento somatosensorial como una integración de vez alcanzan la médula espinal, estas fibras ascienden a través
diferentes tipos de respuesta. Esto lo vemos claramente en de una región más central de la médula, la sustancia gelatino-

96
MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

Corpúsculo
de Meissner
T
Terminación
Complejo de nerviosa libre
Merkel

Receptor
folicular

T
Terminación
de Ruffini

Corpúsculo de Pacini

Figura 7
Receptores táctiles y propioceptivos del sistema somatosensorial: A) En la piel; B) En los músculos.

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E. MUNAR ET AL

Figura 8
Vías nerviosas somatosensoriales: a) Vía lemniscal o de las columnas dorsales; b) Vía espinotalámica.

sa. Las fibras, entonces, decusan a la otra mitad lateral de la que se ha descrito para el resto del sistema somatosensorial.
médula y forman el haz espinotalámico. Finalmente, se juntan Es fácil entender, pues, cómo el modo en que se recoge
con la vía anterior en el lemnisco medio y terminan también en la actividad de los receptores cutáneos y propioceptivos hace
el núcleo ventrobasal del tálamo, aunque también sinaptan en que daños diversos en estas vías provoquen pérdidas de sensi-
el tálamo posterior. En este caso, las características citológicas bilidad corporal, que de forma general suelen afectar tanto al
son fibras de diámetro menor y menos mielinizadas, por lo que sistema somatosensorial como al sistema motor. Es, por ejem-
la velocidad de conducción es más lenta. plo, el caso de las neuropatías periféricas [115-117], que, con
Cabe señalar que las fibras de los receptores somatosen- distintas etiologías, provocan alteraciones en la sensibilidad de
soriales de la cara no alcanzan la médula espinal y siguen la la piel y/o en la percepción de la posición de las extremidades.
vía del nervio trigémino, que alcanza el tálamo directamente y Es importante destacar que, pese a la separación anatómica
penetra en el cerebro a la altura de la protuberancia. Esta vía de los receptores y vías de distinto tipo, alteraciones periféri-
mantiene la distinción entre fibras de conducción rápida y lenta cas como las neuropatías nos muestran clínicamente cómo las

98
MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

De forma más específica, podemos dividir el área SI en cua-


tro zonas que reciben impulsos de las diferentes fibras somato-
sensoriales: a) de fibras táctiles rápidas en el área 1; b) táctiles
lentas en el área 3b; c) propioceptivas en el área 3; y d) de
tendones, articulaciones y receptores de vibración profunda en
el área 2. Las proyecciones de las diferentes partes del apa-
rato corporal aparecen reflejadas en zonas discretas de estas
áreas, de forma que es posible establecer varios mapas soma-
totópicos, esto es, de correspondencia entre partes del apara-
to corporal y zonas discretas de SI [120]. Esta organización se
demostró por medio de la elicitación de respuestas subjetivas
con la estimulación eléctrica de esas áreas en las investigacio-
nes de Wilder Peinfield, y posteriormente con diversas técnicas
de neuroimagen. Esta distribución parece estar en la base de
fenómenos como el miembro fantasma, en el que los afectados
informan de percepciones en las extremidades amputadas. La
descripción de este fenómeno tiene una larga tradición en la li-
teratura científica, si bien en la actualidad tratamos de explicar-
lo a partir de los cambios que, tras la amputación, se producen
en estos mapas somatotópicos en la corteza somatosensorial
primaria [121,122].
Figura 9
Si reprodujéramos la superficie corporal en función del área
Corteza somatosensorial primaria y secundaria.
que ocupan sus proyecciones somatosensoriales en el área SI,
nos encontraríamos con una imagen humana distorsionada
como la presentada en la figura 10, a la cual denominamos
homúnculo somatosensorial. Además, está demostrado que las
alteraciones son claras en un segmento corporal determinado. áreas magnificadas en la corteza SI son aquéllas que muestran
Aunque la diferenciación de los distintos tipos de tacto, o in- una mayor sensibilidad en las pruebas psicofísicas, así como
cluso entre percepción cutánea y propiocepción, no sea tan una mayor concentración de receptores cutáneos en la piel.
clara, se afectan las mismas zonas de una forma compleja e La organización cortical del sistema somatosensorial está
interdependiente [118,119]. cruzada lateralmente respecto al aparato corporal. Ya vimos
anteriormente que las fibras aferentes de este sistema rea-
lizan una decusación en la médula espinal, pasando al lado
Corteza somatosensorial contralateral a su entrada. Así, las áreas SI de los dos hemis-
ferios cerebrales contienen la actividad originada en el lado
El área que recibe la actividad de las vías periféricas somato- contrario del cuerpo, de forma que los daños en la misma,
sensoriales es conocida como corteza somatosensorial, y está y de forma complementaria los cambios que se producen en
compuesta por lo que denominamos áreas primarias y secun- ellas ante la ausencia de actividad por un miembro amputa-
darias. Las áreas primarias, que denominamos SI, son aquéllas do, pertenecen o tienen su efecto en el lado contrario del
sobre las que sinaptan los haces venidos del núcleo ventrobasal cuerpo. Éste es el caso de trastornos como la hemiplejía y
del tálamo y corresponden con las áreas 1 a 3 del mapa de de trastornos somestésicos relacionados con el síndrome de
Brodmann. Las áreas secundarias, llamadas SII, reciben axones heminegligencia, en el cual las alteraciones de tipo háptico
de neuronas situadas en las áreas primarias, y son las áreas 5 aparecen lateralizadas en segmentos corporales de la parte
y 7 de Brodmann, de asociación somestésica. Ambas pueden contralateral a la lesión.
verse en la figura 9. Es importante señalar que el área SI tiene Dada la especialización de ciertas áreas cerebrales en deter-
también proyecciones a áreas motoras adyacentes, concreta- minadas funciones cognitivas, debemos, pues, tener en cuenta
mente al área 4 del mapa de Brodmann (Fig. 9). que la actividad recogida en la corteza somatosensorial prima-

99
E. MUNAR ET AL

ria debe posteriormente transmitirse a otras zonas de la corte-


za. En ocasiones en que la función está lateralizada, como, por
ejemplo, en el nombramiento del reconocimiento de objetos,
esta actividad debe trasladarse al otro hemisferio.
Este hecho llama la atención en pacientes en los que el cuer-
po calloso está seccionado y, por tanto, no hay acceso visual,
de forma que los funcionamientos somatosensoriales de las
dos mitades laterales del cuerpo se independizan. Si pedimos a
un paciente en estas condiciones que reconozca o perciba un
objeto con la mano izquierda de entre un conjunto de objetos,
éste podrá hacerlo con la mano izquierda, pero no con la de-
recha, y además no podrá dar el nombre del objeto. Mientras
que si lo percibe con la mano derecha, puede dar el nombre del
objeto, pero no puede cogerlo con la mano izquierda.
Por otro lado, el procesamiento somatosensorial, al igual
que el resto de los sistemas perceptivos, no acaba con las pro-
yecciones en la corteza primaria, sino que el análisis de propie-
dades complejas, tanto del propio cuerpo como de los objetos
en contacto con él, necesita de la integración de la actividad
de múltiples receptores de diferente tipo y en diferentes loca-
lizaciones, en la forma de una dinámica de integración espa- Figura 10
Mapa somatotópico en SI. Homúnculo somatosensorial.
ciotemporal. Estos procesos complejos los encontramos ya en
el área SII, y en otras áreas como la corteza parietal posterior
(CPP) o la ínsula.
La complejidad de estos procesos de integración va en au-
mento, desde la localización espaciotemporal de la estimulación procesos más complejos de la visión [123,124]. Creemos que
y la detección de movimiento y velocidad –función de las zonas hay dos grandes razones para mantener esta tesis.
primarias– a las funciones complejas de control perceptivo del Sin embargo, las bases de la propuesta de estas dos vías en
movimiento intencional, y a la localización y reconocimiento de el sistema somatosensorial están ya fundamentadas [125]. En
objetos en el espacio tridimensional. Estas funciones superiores primer lugar, a nivel neurológico se ha demostrado la existen-
no pueden ser asignadas a la actividad concreta de una zona cia de una vía de actividad neuronal que trabaja con informa-
localizada de la corteza somatosensorial, por lo que tendemos ción somatosensorial desde la SI hasta la CPP, pasando por la
a agrupar estos procesos y asignarlos a vías que operarían in- SII. Esta primera vía estaría relacionada con la percepción y el
tegrando de forma dinámica la actividad de un conjunto de control de la acción motora, de forma que los daños en esta
áreas cerebrales. En la actualidad, y probablemente de forma vía tienen como efecto una alteración de la praxis motora y
temporal, el modo en que entendemos estas grandes vías es de aquellos aspectos del reconocimiento táctil en el que las
dividiendo cada uno de los sistemas perceptivos en dos grandes coordenadas espaciotemporales son imprescindibles. Por ello,
rutas: una de tipo cognoscitivo y otra encargada de regular la la mayor parte de las formas de agnosia táctil, alteraciones en
actividad motora del organismo. el reconocimiento de objetos, y de anosognosia, alteraciones
en el reconocimiento del propio cuerpo, aparecen vinculadas
al daño en la CPP.
¿Tacto para el reconocimiento o tacto para la acción? Asimismo, tenemos datos de una segunda vía que va a la ín-
sula desde la SII. Esta vía estaría principalmente implicada en el
Aunque cada vez es mayor nuestro conocimiento sobre la base reconocimiento de objetos a través del tacto y en la percepción
neuronal de los procesos cognitivos del tacto, en la actualidad consciente del nuestro cuerpo, en la llamada imagen corporal.
no es clara la posibilidad de que podamos hacer una división en En este caso, las evidencias provienen de pacientes con agno-
dos grandes rutas, como la que está en boga para entender los sia táctil fruto de lesiones en la ínsula [126], pero cuyo déficit

100
MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

no está relacionado con las coordenadas espaciotemporales de Receptores y vías gustativas


los objetos. Otras evidencias provienen de los pacientes con
el síndrome de sensación entumecida (numbsense) estudiados El gusto puede considerarse un filtro, aunque no el único, para
por Paillard [127], que muestran un déficit específico en la re- la alimentación, que determinará, en buena parte, las sustan-
presentación perceptiva del propio cuerpo, pero mantienen la cias que pasan al tracto alimentario y las que se rechazan. Las
coordinación sensoriomotora. sustancias químicas de los alimentos se disuelven en la saliva,
Un problema habitual en la neuropsicología es que los da- y esta disolución les permite alcanzar los receptores. Por este
ños aislados de áreas corticales reducidas son poco probables. motivo, si la lengua está seca, los receptores reciben menos
Otro problema, aún mayor que el anterior, es que hay que te- señales químicas y es más difícil percibir el gusto de los ali-
ner en cuenta que la conducta humana compleja incorpora de mentos. El gusto puede intensificarse por movimientos de la
forma dinámica componentes sensoriales y motores, y además lengua, que incrementan la distribución de la sustancia sobre
en distintas escalas temporales [128]. De modo que, como in- un mayor número de receptores. Los receptores gustativos se
dicamos al comienzo del apartado y para que sirva de ejemplo, hallan sobre todo en la lengua y en el paladar blando. Estas
algo tan sencillo como estimar el peso de un objeto supone la células receptoras del gusto tienen una vida media de 7 a 10
necesidad de producir un movimiento intencional que opere días, y se van sustituyendo. Forman conjuntos, de unos 50-75
contra la gravedad (para poder estimar su masa), sujetar el ob- receptores, en los llamados ‘botones gustativos’. Éstos se ha-
jeto con la mano y, por tanto, una sensibilidad cutánea ajusta- llan contenidos en unas estructuras llamadas ‘papilas’, que dan
da que permita regular la pinza de agarre para que no resbale, forma a los bultos y canales de la lengua y del paladar blando.
y finalmente que, por medio de la propiocepción, se pueda La lengua no es una superficie uniforme. La parte superior está
estimar el esfuerzo muscular realizado, que será el parámetro cubierta de papilas filiformes, que tienen una función táctil,
relacionado con la masa del objeto (a más masa, más esfuerzo pero no contienen botones gustativos. En la parte frontal y en
muscular para poder sopesar el objeto). En fin, una tarea tan los lados de la lengua, entre las papilas filiformes hallamos las
sencilla como ésta necesita del trabajo integrado de todo el papilas fungiformes, que contienen algunos botones gustati-
sistema somatosensorial. vos. Sin embargo, la organización de los receptores gustativos
Por ello, si bien la mayor parte de agnosias táctiles aparecen en la boca es mucho más compleja. Para una exposición míni-
asociadas a lesiones de la CPP, y generalmente lateralizadas en mamente detallada, véase el capítulo de Lawless [128].
el hemisferio derecho, no todas ellas implican un déficit espa- La información gustativa de la boca sale a través de cuatro
cial y de movimiento de exploración, y es trabajo del neurop- pares de nervios. Las papilas fungiformes están inervadas por
sicólogo detectar los componentes sensoriales y motores de la una ramificación de la cuerda timpánica de los nervios faciales
tarea, tanto en el análisis del comportamiento normal como en (nervio craneal VII), los cuales, mediante otra ramificación, iner-
la detección de los componentes alterados en la disfunción. van el paladar gustativo. Los nervios glosofaríngeos (IX) tienen
ramificaciones en otras papilas, y les corresponde la inervación
de sensaciones de gusto, temperatura y tacto de una parte de
la lengua. El nervio vago (X) codifica la actividad de los botones
Gusto y olfato gustativos en las áreas posteriores de la raíz de la lengua y al
esófago superior. Finalmente, el nervio trigémino (V) codifica
El grado de alteración comportamental como consecuencia de sensaciones térmicas, táctiles y dolorosas de zonas anteriores
los trastornos gustativos y olfativos no es tan extraordinario de la boca.
como el provocado por otras modalidades sensorioperceptivas. Las fibras gustativas de los nervios desembocan en el núcleo
Además, los sistemas del gusto y del olfato no tienen las di- del tracto solitario en la médula espinal. El núcleo del tracto so-
mensiones de representación cortical que tienen la visión, la litario tiene una organización mixta de informaciones químicas
audición y el tacto. Probablemente éstos son algunos de los y somatosensoriales, que persistirá en proyecciones de nivel su-
motivos por los cuales el gusto y el olfato incitan un menor perior. El segundo núcleo de relevo es el núcleo parabranquial
atractivo para los investigadores en neuropsicología. Como del puente, y el tercero es el complejo ventrobasal del tálamo.
consecuencia de ello, el conocimiento neuropsicológico de los Esta estructura proyecta a las áreas corticales [129,130]. Otra
mismos es menor y, por tanto, el espacio que le vamos a dedi- vía ascendente desde el núcleo parabranquial proyecta en el la-
car también es menor. teral del hipotálamo y en la amígdala. Los reflejos elicitados por

101
E. MUNAR ET AL

el gusto se basan en aspectos hedónicos (aceptable o rechaza- Los trastornos del gusto suelen indicarse con el sufijo ‘-geu-
ble) y, fundamentalmente, están determinados por estructuras sia’: ageusia (incapacidad para el gusto), hipogeusia (decre-
del tronco encefálico sin intervención de neuronas corticales. mento de la capacidad gustativa) y disgeusia (distorsión de la
El cruce de fibras gustativas entre hemisferios ha sido ob- capacidad gustativa). Parece ser que la disgeusia suele originar-
jeto de debate en los últimos años. Parece haber acuerdo en se por lesiones en las vías gustativas periféricas; en cambio, las
considerar que la vía gustativa discurre ipsilateralmente has- ageusias y las hipogeusias tanto pueden ser de origen periféri-
ta el mesencéfalo [131,132]. Sin embargo, algunos creen que co como central [131]. La parálisis de Bell parece ser la la pato-
hay evidencia para suponer una decusación en el mesencéfalo logía más común que provoca alteraciones gustativas en la vía
[131], y otros no [132]. En cualquier caso, a niveles superiores periférica [132]. La parálisis de Bell causa una lesión transitoria
es obvio que se ha producido esa decusación. en el nervio facial (craneal VII).
Se indican dos áreas vecinas como centros corticales prima- Sánchez-Juan y Combarros han realizado en castellano
rios del gusto: el opérculo parietal y la ínsula posterior. En la un excelente trabajo de revisión sobre las lesiones de las vías
corteza orbitofrontal posterior se halla un área gustativa secun- nerviosas del gusto; para un mayor detalle remitimos a dicho
daria. Las respuestas de las células de esta área son respuestas trabajo [132]. Según estos autores, el relevo gustativo en el
multimodales muy complejas. Se sugiere que esta zona puede tálamo se halla adyacente al área somatosensorial de la cavidad
cumplir funciones de reconocimiento perceptivo con influen- oral y de los dedos. Por lo tanto, la ageusia asociada al síndro-
cias en la ingestión y en la selección de alimentos [128]. me quiroral puede ocurrir con una lesión talámica. El síndrome
La codificación gustativa suele relacionarse con las cualida- quiroral causa parestesia (sensación de quemarse o pincharse)
des gustativas primarias: dulce, salado, ácido, amargo y, quizás en la parte inferior de la cara y manos, entre otras alteraciones.
umami. Con el fin de no extendernos en exceso en esta cues- Para estos mismos autores, el aura gustativa en las epilepsias
tión, remitimos a sendos trabajos, uno en castellano y otro en demuestra que la ínsula y el área anteriomedial del lóbulo tem-
catalán, en los cuales se expone con mayor detalle la relación poral son las áreas primaria y secundaria, respectivamente, del
codificación-cualidades primarias gustativas [129,133]. Algunas gusto. Asimismo, indican que los pacientes con el cuerpo callo-
investigaciones proponen dos vías separadas, que corren para- so seccionado o con tumores que envuelven la ínsula apoyan la
lelas a lo largo de las vías ascendentes, en el sistema gustati- hipótesis de que existe una representación gustativa de ambas
vo: una ruta sensorial y una ruta hedónica (refuerzo-aversión) hemilenguas en el hemisferio cerebral izquierdo, mientras que
[134]. únicamente la hemilengua derecha se representa en el hemis-
ferio derecho. Otros estudios indican cómo la mayoría de casos
de ageusia se produce ipsi o contralateralmente, según el lugar
Disfunciones del gusto de la lesión.
Un buen número de trabajos señala la incidencia de disfun-
Las alteraciones del gusto y del olfato pueden causar ansiedad, ciones gustativas como consecuencia de determinadas inter-
depresión y también deficiencia nutricional, debido a un de- venciones quirúrgicas y de traumas cerebrales. Los informes de
cremento en el placer de la comida. Sin embargo, a menudo, estas incidencias describen principalmente cambios cualitativos
en los exámenes generales estas alteraciones son obviadas u en el gusto (disgeusia, sabor metálico). Los cambios cuantita-
olvidadas. tivos (ageusia, hipogeusia) a menudo no son notificados por
Resulta muy difícil que un traumatismo pueda anular com- los pacientes [135]. En un trabajo reciente, se investigó la re-
pletamente la percepción gustativa. A diferencia del olfato, el cuperación del gusto después de seccionar la cuerda timpánica
gusto permanece funcional hasta edades muy avanzadas. Una durante una intervención en el oído medio [136]. El 60% se
explicación de la robustez del gusto podemos hallarla en el he- quejaba de problemas en el gusto, y el 35% de insensibilidad
cho de que son cuatro los nervios que transmiten información en la lengua. La mayoría de estos síntomas desaparecía duran-
gustativa. Algunos mal llamados trastornos del gusto son real- te los dos años siguientes, aunque los umbrales gustativos no
mente trastornos del olfato. Los trastornos del olfato alteran el se recuperaban completamente. Sin embargo, 16 de 17 pa-
sabor. Los componentes que forman el sabor son el olfato, el cientes que cocinaban habitualmente no tenían dificultades en
gusto, la textura y la temperatura. Cada uno de estos compo- los sabores de los platos. Este mismo equipo, en otro estudio,
nentes es estimulado de forma más o menos independiente, y analizaba las consecuencias gustativas de intervenciones qui-
el conjunto produce el sabor de los alimentos que ingerimos. rúrgicas en el oído medio [137]. La conclusión más relevante es

102
MODELOS TEÓRICOS Y NEUROCIENCIA COGNITIVA DE LA PERCEPCIÓN

que la edad es un factor determinante en la recuperación de pierde efectivos, con consecuencias importantes para la super-
la función gustativa después de una intervención quirúrgica en vivencia, por ejemplo, al no detectar olfativamente humo o un
el oído medio. escape de butano. Sin embargo, es probable que el deleite de
lo que comemos o bebemos sea lo más apreciado que se pier-
de en las disfunciones olfativas. Los estudios epidemiológicos
Receptores y vías olfativas indican que la incidencia entre la población de las disfunciones
olfativas es de un 5% como mínimo [139], y aumenta de forma
El ‘epitelio olfativo’ se halla en la parte superior de la cavidad notable según de los grupos de edad examinados.
nasal. En él hallamos unos seis millones de neuronas olfativas, En las disfunciones olfativas su utiliza el posfijo ‘-osmia’.
que tienen algunas particularidades: se hallan relativamente ex- Así, la incapacidad para detectar olores se llama ‘anosmia’, el
puestas al exterior, hecho que las hace especialmente vulnerables decremento en la capacidad para detectar olores se llama ‘hi-
a toxinas, bacterias y virus, poseen una remarcable capacidad de posmia’ o ‘hipo-anosmia’, y la distorsión en la identificación
regeneración y coexisten células receptoras jóvenes, células recep- de los olores se denomina ‘disosmia’. En esta última podemos
toras maduras y células muertas. Entre 10 y 100 axones forman distinguir:
una fibra olfativa primaria que atraviesa, mediante pequeñas per- • Parosmia: responde a la percepción alterada del olfato en
foraciones, la placa cribriforme y llegan al ‘bulbo olfativo’. Aquí presencia de un olor habitualmente desagradable.
se produce la primera sinapsis de la vía olfativa, que tiene como • Fantosmia: olfación sin olores presentes.
objeto las ‘células mitrales’. La combinación de las células mitra- • Agnosia olfativa: incapacidad de clasificar o contrastar olo-
les en el bulbo olfativo es compleja, con muchas interconexiones res, aunque con la capacidad preservada de detectarlos.
e interneuronas. La función de la mayoría de estas conexiones no
está clara, aunque hay una gran cantidad de inhibiciones latera- Las disfunciones del olfato pueden ser transitorias o permanen-
les. Además, existen fibras eferentes desde el cerebro al bulbo tes. Cuando las anosmias son intermitentes, normalmente ocu-
olfativo, que parecen tener la misión de ‘limpieza y aclarado’, rre algún tipo de interferencia entre las substancias olfativas y el
preparando el sistema para una nueva olfacción [138]. epitelio olfativo. En cambio, una lesión en la zona de los recep-
Los axones de las células mitrales se unen para formar los trac- tores (pérdida sensorial) o en las vías centrales olfativas (pérdida
tos olfativos, uno para cada bulbo. Cada tracto olfativo se di- neural) causa una disfunción permanente. Algunas infecciones
vide en una zona lateral y una medial. Aquí, la neuroanatomía de las vías respiratorias superiores, algunos traumatismos cra-
del sistema olfativo es singular: las zonas laterales de los tractos neoencefálicos [140] y algunas afecciones nasales provocan
olfativos proyectan directamente a regiones primitivas del cere- pérdidas olfativas, aunque muchas veces la causa directa de
bro, probablemente provocando efectos antes de que nosotros estas pérdidas es desconocida. El déficit de la función olfativa
seamos conscientes del estímulo odorífero. Esta corteza olfati- también se ha asociado a la exposición a sustancias químicas
va primaria incluye el uncus, la amígdala, el hipocampo y áreas tóxicas, al humo del tabaco [141], a alteraciones endocrinas
prepiriformes y piriformes. Estas conexiones pueden ser uno de (hipotiroidismo, síndrome de Kallman, defectos renales y afec-
los motivos de la poderosa influencia del olfato en la emoción, ciones hepáticas) y a trastornos neuropsiquiátricos.
en la memoria y en la conducta. Algunas fibras de la zona me- Se ha dado un incremento gradual del interés en la disfun-
dial del tracto olfativo decusan al área septal contralateral, y ción olfativa desde que se sugirió que la anosmia era un rasgo
otras se conectan ipsilateralmente también al área septal. común en la enfermedad de Alzheimer y en la de Parkinson.
Los efectos más conscientes de la olfación se hallan mediados El descubrimiento de que la disfunción olfativa sea un signo
por una ruta que discurre desde la corteza olfativa primaria a la premonitorio de una alteración cognitiva o de una motora fue
corteza orbitofrontal, a través del tálamo. sorprendente. La disfunción olfativa es casi universal, temprana
y a menudo grave en enfermos de Parkinson y de Alzheimer,
incluso antes de que desarrollen cualquier alteración motora o
Disfunciones del olfato cognitiva, respectivamente [142]. Algunos estudios han demos-
trado que el déficit temprano de identificación olfativa involu-
Cuando se pierde o se deteriora la capacidad olfativa, además cra estructuras del lóbulo temporal medio, que están afectadas
de los problemas para distinguir entre el olor de una hambur- en la enfermedad de Alzheimer, mientras que la capacidad
guesa y el de un cocido, el sistema de alerta frente a los peligros para detectar olores se ve afectada posteriormente [143]. Los

103
E. MUNAR ET AL

pacientes con la combinación de hiposmia y un determinado relay. Trends Neurosci 2001; 24: 122-6.
alelo (ApoE4) tienen un riesgo cinco veces superior de Alzhei- 13. Kosslyn SM. Image and brain: the resolution of the imagery debate.
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olfativa en pacientes con epilepsia antes y después de la inter- 17. Cronly-Dillon JR. Vision and visual dysfunction. Houndmills, Basings-
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