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Liliana BARG
Consideramos que la intervención familiar está apoyada en un proceso de investigación que remite
necesariamente a las consideraciones teóricas y conceptuales a las que el profesional adhiere y las que el sujeto
de la intervención posee.
Para esto se requiere conocer las leyes que rigen el desarrollo social con un espíritu investigativo que es de
trascendental importancia porque proporciona no solo un conocimiento empírico de la realidad social para resolver
problemas y necesidades inmediatas, sino que permite la comprensión y explicación científica de los procesos
sociales en su devenir histórico para poder influir en su transformación.
“En relación a la intervención del Trabajador Social con familias pude observar distintas modalidades:
- Como puro control social
- una fuerte corriente de Terapia Familia
- una intervención de promoción, fortalecimiento del entramado de redes de sostén. Esta última es posible
cuando se trabaja con la concepción de familia inserta en su propia comunidad. (Lic. S.G) 1
Para obtener información sobre un mismo problema pueden emplearse métodos y técnicas distintas, sin embargo
lo relevante en la investigación científica radica en seleccionar los adecuados, dependiendo de la naturaleza del
fenómeno que se pretende abordar, de la dirección de la intervención y la perspectiva teórica para el análisis.
Los métodos y las técnicas son las herramientas metodológicas que permiten implementar y dirigir los procesos
mentales y las actividades prácticas para la consecución de los objetivos consensuados en la dirección de la
intervención familiar. Los métodos están referenciados en la teoría social a la que adscribe el profesional.
La producción teórica se insertará en el contexto de una teoría social y trascenderá a la profesión como tal. Las
estrategias para la intervención profesional no plasmarán cualquier directriz metodológica pues ésta pertenece
indiscutiblemente a la teoría, excepto si se considera que hay “método de investigación” y “método de
intervención”. (Cf. Netto, 1997)
Compartimos con este autor que la renovación del Trabajo Social supone cortar con su estructura original,
tradicional, conservadora y de control social y con la pretensión teórico-metodológica propia y autónoma, ya que
mantenida ésta -y con ella las incidencias de la tradición positivista y neopositivista- se reitera el eclecticismo, es
decir la conciliación de posturas de origen diverso.
Las intervenciones de corte conservador se sostienen en un conjunto de acciones diversas donde no está claro el
sobre qué lo que trae como consecuencia la imposibilidad de cambio o transformación y se perpetúa y reproduce
el “modelo ideal” de familia que es el ajustado al funcionamiento social.
1
Corresponde a una de los trabajadores sociales entrevistados por la autora.
Pese a la función legitimadora de las relaciones sociales ejercidas por la ideología y sus portadores, las
contradicciones inherentes a esas mismas relaciones no desaparecen.
La dirección de la intervención familiar entonces es más que interpretar de diversos modos los problemas de la
familia. Se puede incidir en forma directa en la transformación del cotidiano a través de las propias prácticas y de
la adquisición o aplicación de saberes nuevos o antiguos y exitosos en experiencias propias o ajenas, de sus
propias familias de origen o de otras cercanas. Es necesario comprender también que nuestra experiencia
sensible como Trabajadores Sociales capta solo los aspectos externos de los objetos y de los procesos. Los
elementos y las relaciones internas de los problemas familiares, o sea la esencia que es su relación con las leyes
y teorías que explican la realidad social, solo es posible conocerla recurriendo e interperlando nuestra praxis con
un espíritu investigativo, con el sustento de un sólido pensamiento teórico al que debemos recurrir para renovar los
nutrientes.
Todos los fenómenos de la realidad social se encuentran en relación y dependencia mutua, la realidad es un todo
interrelacionado y no un conjunto de cosas y procesos aislados, separados unos de otros.
Las causas repercuten en los efectos de diversa manera y con distinta intensidad y los efectos a su vez se
convierten en causas de otros problemas familiares y sociales.
“Un Trabajador Social que trabaja con familias no debe tomar a la familia aisladamente ya que los problemas
individuales y familiares son expresión de lo social. No hay recetas, tampoco improvisación.
Hay un proceso metodológico en constante ida y vuelta, en un proceso que incluye los saberes de los actores.
Cada situación es única e irrepetible. No se puede considerar intervención con familias alguna acción aislada,
“espasmódica”.
La intervención con familias hoy desde el Trabajo Social es motivo de preocupación, entiendo que si nos con
vertimos en terapeutas familiares se pierde la riqueza de nuestra especificidad.
Ahora, si son muchos los que están en esta línea cabria preguntarse por qué.
Entiendo que la intervención con familias como cualquier otra tiene que ser planificada, para que trascienda el
empirismo que caracteriza el Trabajo Social.
Entender al sujeto de la intervención como actor, como sujeto de derecho. Someter nuestra intervención a la
“vigilancia epistemológica“ lo que significa poner en discusión nuestra práctica” ( Lic.S.G.)
Para llegar a la comprensión profunda de las causas de los problemas familiares se debe partir de la tesis de que
estos no son estáticos sino plenos de historicidad y que se presentan continuos cambios en diversas direcciones y
cuyo encadenamiento permite alcanzar un conocimiento más profundo y objetivo de la realidad.
Los cambios, las transformaciones que aparecen en la dinámica familiar son cambios objetivos cuya fuente es la
contradicción interna que se presenta en los procesos y no son solo resultado de fuerzas suprasensibles o de
disposiciones subjetivas (emociones, deseos, etc) de los miembros de la familia o del Trabajador Social.
El motor de los cambios se debe a la existencia de polos antagónicos que se encuentran en unidad relativa y en
lucha permanente (sumisión-dominación, deseo-apatía, solidaridad-individualismo, conservadurismo-
transformación, libertad-límite).
Superar el empirismo que ha caracterizado a nuestra intervención no se logra intentando cambiar nuestro objeto
que siempre serán demandas sociales práctico-empíricas. Se logra alejándonos de la estructura original
conservadora y mecánica de la profesión que surgió como necesidad de responder en forma inmediata a la
demanda, sin indagar críticamente sobre las “razones” de su origen. Hay que rescatar que el proceso de
transformación se opera en la familia, independientemente de nuestra intervención.
Por otro lado en relación al interrogante de la colega sobre porqué los Trabajadores Sociales se transformaron en
terapeutas familiares, consideramos que no han habido suficientes reflexiones criticas desde el Trabajo Social
para elaborar una teoría en relación a la intervención con familia y se recurrió a conceptualizaciones y marcos
referenciales analíticos de otras profesiones lo que explica en parte la tendencia.
En relación a la consideración metodológica a la que se hace referencia de que cada situación es única e
irrepetible, entendemos que los propios testimonios de las parejas entrevistadas muestran con claridad por el
contrario que son comunes en las familias las dificultades para sobrevivir y se expresan en sus problemas
atravesados por la descomposición de la cuestión social. Esto no significa que cada familia actúe o se vincule igual
a otra, existen particularidades singularidades que el Trabajador Social debe indagar.
Lo importante es afirmar que al estudiar e indagar cada familia es posible reconstruir y recuperar su trayectoria
descubriendo históricamente como han ido construyendo y resolviendo sus diferentes problemáticas. Esto explica
que si bien las situaciones de emergencia de las familias son comunes porque están atravesadas por los mismos
conflictos y no son únicas, si pueden ser consideradas singulares.