Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Cuando tus padres eran jóvenes, las personas podían comprar cigarrillos y fumar casi en cualquier
lugar, ¡incluso en los hospitales! Los anuncios publicitarios de cigarrillos estaban por todas partes.
Hoy en día, somos más conscientes sobre lo nocivo que es fumar para nuestra salud. Fumar está
restringido o prohibido en casi todos los lugares públicos y ya no se les permite a las compañías
de cigarrillos hacer publicidad en televisión, radio y en muchas revistas.
Casi todos saben que fumar provoca cáncer, enfisema y enfermedad cardíaca; que puede acortar
la vida en 10 años o más; y que el hábito puede costar a un fumador miles de dólares al año.
Entonces, ¿por qué las personas siguen fumando? En una palabra, la respuesta es adicción.
Fumar es un hábito difícil de dejar porque el tabaco contiene nicotina, que es altamente adictiva.
Como con la heroína y otras drogas adictivas, el cuerpo y la mente rápidamente se acostumbran a
la nicotina de los cigarrillos que la persona necesita usarla para sentirse normal.
Las personas comienzan a fumar por muchas razones diferentes. Algunos piensan que queda bien.
Otros comienzan porque sus familiares o amigos fuman. Las estadísticas muestran que
aproximadamente nueve de cada 10 consumidores de tabaco comienzan antes de los 18 años. La
mayoría de los adultos que empezaron a fumar en la adolescencia jamás se imaginaron que iban a
volverse adictos. Es por eso que las personas dicen que es mucho más fácil no comenzar a fumar
nunca.
No hay razones físicas para comenzar a fumar. El cuerpo no necesita tabaco de la manera que
necesita alimentos, agua, descanso y ejercicio. Y muchas de las sustancias químicas presentes en
los cigarrillos, como la nicotina y el cianuro, son verdaderamente venenos que pueden matar en
dosis suficientemente altas.
El cuerpo es inteligente. Se defiende cuando lo están intoxicando. Las personas que fuman por
primera vez a menudo sienten dolor o ardor en la garganta y los pulmones, y algunos tienen
náuseas o incluso vomitan las primeras veces que prueban el tabaco.
Los fumadores no sólo adquieren arrugas y dientes amarillos, sino que también pierden densidad
ósea, lo que aumenta su riesgo de osteoporosis, una afección que hace que las personas mayores
se encorven y que sus huesos se quiebren más fácilmente. Además, los fumadores tienden a ser
menos activos que los no fumadores porque este hábito afecta la capacidad pulmonar.
El hábito de fumar también puede causar problemas de fecundidad y puede afectar la salud sexual
tanto en hombres como en mujeres. Las mujeres que toman pastillas anticonceptivas o utilizan
otros métodos anticonceptivos hormonales (como el parche o el anillo) aumentan su riesgo de
problemas de salud graves, como ataques cardíacos, si fuman.
Las consecuencias de fumar pueden parecer muy lejanas, pero los problemas de salud a largo
plazo no son el único peligro de fumar. La nicotina y las demás toxinas de los cigarrillos, cigarros y
pipas pueden afectar rápidamente el cuerpo de una persona, lo que significa que los adolescentes
fumadores experimentan muchos de estos problemas:
Piel con mal aspecto. Debido a que fumar constriñe los vasos sanguíneos, puede
impedir que el oxígeno y los nutrientes lleguen a la piel; esa es la razón por la cual los
fumadores con frecuencia parecen pálidos y poco saludables. Estudios también han
asociado el hábito de fumar con un riesgo aumentado de padecer un tipo de erupción
cutánea llamada psoriasis.
Mal aliento. Los cigarrillos provocan en los fumadores un trastorno llamado halitosis, o
mal aliento persistente.
Ropa y cabello malolientes. El olor del humo añejo tiende a perdurar; no sólo en la
ropa de las personas, sino en el cabello, los muebles y los automóviles. Y, a menudo, el
olor del humo es difícil de sacar.
Rendimiento deportivo reducido. Las personas que fuman generalmente no pueden
competir con sus pares no fumadores porque los efectos físicos de fumar (como latidos
rápidos, circulación disminuida y dificultad para respirar) perjudican el rendimiento
deportivo.
Mayor riesgo de lesión y cicatrización más lenta. El hábito de fumar afecta la
capacidad del cuerpo de producir colágeno, de modo que las lesiones deportivas comunes,
como daño en los tendones y ligamentos, curan más lentamente en los fumadores que en
los no fumadores.
Mayor riesgo de enfermedad. Estudios demuestran que los fumadores padecen más
resfríos, gripe, bronquitis y neumonía que los no fumadores. Y las personas con ciertas
afecciones médicas, como asma, se enferman más si fuman (y a menudo si están
simplemente alrededor de personas que fuman). Debido a que los adolescentes que
fuman como una manera de controlar el peso frecuentemente encienden un cigarrillo en
lugar de comer, sus cuerpos carecen de los nutrientes que necesitan para crecer,
desarrollarse y combatir las enfermedades adecuadamente.
Pero observa la sustancia negra, resinosa que se acumula en una manguera de narguile. Algo de
eso ingresa a la boca y los pulmones de los fumadores. De hecho, los expertos dicen que los
narguiles no son más seguros que los cigarrillos, y como no tienen filtros y las personas
frecuentemente los usan durante períodos prolongados, los riesgos para la salud podrían ser
incluso mayores. Los narguiles habitualmente se comparten, de modo que existe el riesgo
adicional de la diseminación de gérmenes con la pipa.
Además se debe tener cuidado con los cigarrillos electrónicos, que contienen sustancias químicas
cancerígenas y otras toxinas, incluido un compuesto utilizado en los anticongelantes. Estos
dispositivos, que funcionan con pilas, utilizan cartuchos rellenos de nicotina, saborizantes y otras
sustancias químicas y las convierten en un vapor que el usuario inhala.
La Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA) no evaluó ni aprobó los cigarrillos
electrónicos, por lo que éstos no tienen la obligación de publicar las advertencias médicas que sí
tienen los productos de reemplazo de la nicotina o los cigarrillos convencionales. Pero no existe
ningún producto de nicotina seguro.
Todas las formas de tabaco (cigarrillos, pipas, cigarros, narguiles y tabaco sin humo) son
peligrosas. No ayuda sustituir con productos que parecen que son mejores para ti que los
cigarrillos comunes, como cigarrillos electrónicos o cigarrillos con filtro o con bajo contenido de
alquitrán.
Lo único que realmente ayuda a una persona a evitar los problemas asociados con el hábito de
fumar es no fumar. Esto no siempre es fácil, especialmente si todos a tu alrededor fuman y te
ofrecen cigarrillos. Puede ayudar tener preparados tus motivos para no fumar para usar en los
momentos en los que puedes sentir la presión, como "Simplemente no me gusta" o "Quiero
mantenerme en forma para jugar al fútbol" (o fútbol americano, básquet u otro deporte).
La buena noticia para las personas que no fuman o que desean dejar el hábito es que los estudios
demuestran que el número de adolescentes que fuman cayó drásticamente. En la actualidad,
aproximadamente el 20% de los estudiantes secundarios fuman, lo que significa que cuatro de
cada cinco no lo hacen.
Si fumas y deseas dejar, tienes mucha información y apoyo disponible. Distintos enfoques para
dejar el hábito funcionan para distintas personas. Para algunos, es mejor dejar de hacerlo de
repente. Otros encuentran que un enfoque más lento es la forma de hacerlo. Algunas personas
encuentran útil concurrir a un grupo de apoyo especialmente para adolescentes. Estos grupos
suelen estar patrocinados por hospitales locales u organizaciones como la Sociedad
Estadounidense del Cáncer (American Cancer Society). Internet ofrece una cantidad de buenos
recursos para ayudar a las personas a dejar de fumar.
Al dejar de fumar, puede ser útil saber que los primeros días son los más difíciles. Así que no
abandones. Algunas personas descubren que tienen algunas reincidencias antes de lograr dejar de
fumar para siempre.
Mantenerse libre de humo te dará mucho más de todo: más energía, mejor rendimiento, mejor
aspecto, más dinero en el bolsillo y, al final de cuentas, más vida que vivir.
cáncer y
enfermedades respiratorias.
La mayoría de los efectos adversos del tabaquismo son dosis dependientes, es decir que son
peores cuanto más se fuma. Sin embargo, usted debe saber que no hay un nivel de consumo
“seguro para la salud”. Es importante recordar dos cosas:
Cada año en Argentina, mueren más 40.000 personas por enfermedades relacionadas con el
tabaco. Esto representa el 16 % del total de las muertes de personas mayores de 35 años.
Haga clic en cada uno de los siguientes links para conocer los efectos del cigarrillo.
Tabaco y adicción
Tabaco y cáncer
Tabaco y piel
Tabaco y ojos
Tabaco y diabetes
Tabaco y adicción
En 1988, el Ministerio de Salud de Estados Unidos clasificó a la nicotina como una sustancia
adictiva. Los cigarrillos son sumamente eficientes para suministrar nicotina. Cada vez que
inhala, el fumador promedio consume entre 1 y 2 mg de nicotina por cigarrillo. La nicotina llega
al cerebro en unos 10 segundos lo que contribuye a su gran poder de adicción. El cigarrillo y
otros derivados del tabaco generan dependencia por un mecanismo similar al de la adicción a
drogas como la cocaína y la heroína.
La definición de adicción implica entre otros: existencia de tolerancia (se debe ir aumentando la
dosis para tener el mismo efecto); síndrome de abstinencia ante su ausencia y el consumo
compulsivo de una droga, a pesar de conocer las consecuencias negativas que tiene en la
salud.
Estudios recientes muestran que, en el 10 % de los adolescentes más susceptibles, las ganas
de fumar se registran dos días después de fumar su primer cigarrillo. La mitad de los niños que
prueba un cigarrillo se convertirá en adicto a la nicotina. Por esto es tan importante hacer
hincapié en que los jóvenes no empiecen a fumar.
Los efectos en la salud cardiovascular aparecen enseguida de empezar a fumar y son también
los primeros que se revierten al dejar de fumar. Se estima que, por cada 10 cigarrillos que
se fuman por día, el riesgo de muerte por enfermedad cardiaca aumenta un 18% en
hombres y un 31% en mujeres. Los efectos del consumo de tabaco en el sistema
cardiovascular incluyen:
Los fumadores de 15 cigarrillos por día tienen el doble de riesgo que los no fumadores de tener
un infarto y los que fuman más de 25 cigarrillos por día tienen más riesgo. Diversos estudios
muestran que fumar cigarrillos light o suaves NO modifica este riesgo. Al año de dejar de fumar
el riesgo disminuye a la mitad y a los quince años de haber dejado, el riesgo es similar al de un
no fumador.
El consumo de tabaco es el principal factor de riesgo para sufrir enfermedad vascular periférica.
La asociación es muy alta. Más del 80% de los pacientes con claudicación intermitente típica
fuman más de 2 paquetes de cigarrillos por día.
Los fumadores, en especial los hombres, tienen mayor riesgo de sufrir un aneurisma de la aorta
abdominal. El riesgo es mayor en los que más fuman.
El tabaquismo es una de las principales causas de enfermedad coronaria en las mujeres. Las
mujeres que fuman tienen más riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares que los
hombres. De hecho, los cigarrillos "light", bajos en nicotina y alquitrán, más populares entre las
mujeres, suelen producir mayores cantidades de monóxido de carbono, un importante factor de
riesgo para las enfermedades cardiovasculares. Las mujeres que fuman presentan mayor riesgo
de sufrir derrame cerebral sobre todo las mayores de 35 años que fuman y toman
anticonceptivos orales.
Tabaco y cáncer
El cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Se estima que el
número mundial de muertes por cáncer va a seguir aumentando en todo el mundo y va a
alcanzar los 9 millones en 2015 y los 11,4 millones en 2030. Los tipos de cáncer más frecuentes
en todo el mundo son (por orden de mortalidad):
El consumo de tabaco es el principal factor de riesgo para tener cáncer de pulmón. De cada
10 personas con cáncer de pulmón, nueve eran fumadoras. El riesgo de cáncer depende
de la duración del consumo (a menor edad de inicio, mayor riesgo), del número de cigarrillos
que se consumen por día, del tipo de cigarrillos que se fuman y de los años que hace que se
dejó de fumar.
Los fumadores también tienen mayor riesgo de padecer cáncer de boca, labios, lengua, laringe
y faringe, cáncer de estómago, de esófago, de páncreas, de vejiga, de riñón, de cuello de
útero, de colon y de recto, de hígado, de mama, de la cavidad nasal, de ovario y ciertas formas
de leucemia. En las mujeres, uno de cada diez tumores corresponde a un cáncer de pulmón y la
tasa de mortalidad por este cáncer se duplicó en todo el mundo en los últimos 15 años,
superando en varios países al cáncer de mama.
El consumo de cigarros, a pesar de que no se traga el humo, también se asocia con mayor
riesgo de cáncer, principalmente de pulmón, cavidad oral, laringe, esófago y páncreas.
Al dejar de fumar, el riesgo de cáncer disminuye constantemente cada año, a medida que las
células anormales son remplazadas por células normales. Si bien el riesgo disminuye, muchos
investigadores piensan que nunca vuelve a ser igual al de un no fumador.
El humo del tabaco afecta particularmente a los pulmones que es por donde ingresa el humo.
Se ven lesiones en diferentes niveles del aparato respiratorio:
Aumento de las secreciones en la tráquea y los bronquios, lo que lleva a tos crónica y
expectoración habitual, sobre todo, por las mañanas. El aumento de las secreciones se
asocia con mayor riesgo de sobreinfecciones por virus y bacterias asociado con
bronquitis cronica.
Destrucción de la superficie de los alveolos (enfisema) que produce una disminución del
paso del aire.
El consumo de tabaco daña el pulmón desde que se empieza a fumar. Los adolescentes
fumadores ya tienen obstrucción leve de las vías aéreas y una disminución del crecimiento de la
función pulmonar. Las mujeres parecen ser más susceptibles a esto que los hombres. Fumar se
asocia con un menor rendimiento deportivo ya que los pulmones tienen menor capacidad.
La EPOC es una afección pulmonar que se caracteriza por una obstrucción de las vías aéreas
progresiva y en general no reversible. El 90% de los casos se deben al tabaquismo y uno de
cada cuatro fumadores la desarrolla. Dejar de fumar disminuye el riesgo de tener EPOC. Se
estima que en la Argentina hay entre 2,5 y 3 millones de personas que sufren la enfermedad.
FUNDEPOC está integrada por pacientes con EPOC y brinda servicios a los pacientes que sufren
la enfermedad, principalmente para la defensa de sus derechos a la medicación y al oxigeno
que necesitan para vivir. (http://www.fundepoc.org/ )
Tabaco y piel
La piel sufre las consecuencias del tabaquismo, no sólo con enfermedades graves como el
cáncer, sino también con aquéllas que afectan su estética generando arrugas prematuras,
cabello reseco y piel seca. El tabaco lesiona la piel de todo el cuerpo pero esto es más
manifiesto en la cara, porque se suman los efectos de los rayos ultravioletas del sol. El
tabaquismo provoca un envejecimiento prematuro en la piel·que es más evidente en las
mujeres.
Las arrugas de los fumadores son diferentes de las de los no fumadores: son más estrechas,
profundas y con contornos bien marcados. Los fumadores de 40 a 49 años tienen una
probabilidad de arrugas idéntica a la de los no fumadores de 60 o 70.
Cáncer de piel: El tabaco es un importante factor de riesgo para diferentes cánceres. Algunos
estudios muestran una relación entre el consumo de tabaco y el carcinoma de células
escamosas y melanomas. Los fumadores con diagnóstico de melanoma tienen un peor
pronóstico que los no fumadores.
Tabaco y ojos
Las cataratas son la principal causa de ceguera en el mundo. Se ha visto que los fumadores
tienen un 60% más de riesgo de tener cataratas que los no fumadores. Se estima que el 20%
de todas las cataratas están relacionadas con el consumo de tabaco.
Tabaco y diabetes
Los jóvenes fumadores tienen mayor riesgo de sufrir fracturas y esguinces de tobillo que los no
fumadores.
Tabaco y tuberculosis
Cada año se notifican en el mundo más de 9 millones de casos nuevos de tuberculosis (12.000
en la Argentina) y cada día mueren por tuberculosis más de 5000 personas en el mundo (2 en
la Argentina). La tuberculosis es una de las principales causas de muerte en el mundo
ocasionando 2 millones de muertes por año, especialmente en países en desarrollo.El
tabaquismo ha sido asociado desde 1918 a un mayor riesgo de tuberculosis. Los fumadores
tienen el doble de riesgo de infectarse con la bacteria que causa la tuberculosis y a tener
tuberculosis recurrente. La probabilidad de enfermarse de tuberculosis aumenta con el número
de cigarrillos que se fuman por día así como con los años en los que se consume. Una de cada
cinco muertes por tuberculosis podría ser evitada si los pacientes dejaran de fumar. Evitar la
exposición al humo de tabaco ajeno también es importante para controlar la tuberculosis.
La nicotina disminuye los estrógenos que son una hormona esencial para el funcionamiento de
los ovarios. Esto lleva a:
Qué es Psicoterapeutas.com:
La felicidad y la psicología:
Trastornos psicológicos:
La terapia y los tratamientos:
Terapia de pareja:
Psicología clínica infantil:
Psicología clínica e Internet:
Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)
Curso terapéutico de Aceptación
Toma de decisiones:
Otros temas de interés:
Sección Profesional:
Vídeos terapéuticos y sobre la terapia
Ejercicios de mindfulness
Formación para psicólogos:
Consultanos gratuitamente
Si quieres que te orientemos sobre tu problema, puedes mandarnos un mail pinchando aquí o directamente a
Psicóloga
Master en Terapia Cognitivo Conductual
Especialista en Psicoterapia (EFPA)
En la práctica clínica diaria, en ocasiones nos encontramos ante un paciente al que prescribimos el
cese del hábito tabáquico, pero nos pregunta ¿cómo lo puedo hacer? En este momento nos quedamos
sorprendidos, respondemos que es tan sólo una cuestión de voluntad o como mucho recomendamos
un tratamiento con sustitutivos de nicotina, sin saber realmente cómo abordar dicho problema, ni qué
consejos dar en cada una de las sucesivas etapas de su proceso de desintoxicación y deshabituación
tabáquica. Por todo ello, hemos creado esta pequeño programa de intervención, con el objetivo de
lograr ayudar a nuestros pacientes en tan arduo recorrido.
Antes de comenzar con la presentación del mismo, sería conveniente presentar algunas nociones
sobre el tabaco.
El hábito de fumar cigarrillos ha sido el método más popular de consumo de nicotina desde comienzos
del siglo XX. En 1989, el Director General de Salud Pública de los Estados Unidos publicó un informe
en el que se determinó que los cigarrillos y otros productos de tabaco, tales como puros, tabaco para
pipa o rapé (en polvo), son adictivos y que la nicotina es la droga del tabaco causante de adicción. El
informe indicó además que el tabaquismo era una causa importante de accidentes cerebrovasculares
y ocupaba el tercer lugar entre las principales causas de defunción en los Estados Unidos. A pesar
de esa advertencia, alrededor de 62 millones (29 por ciento) de estadounidenses de 12 años o más
fuman cigarrillos en la actualidad, lo que hace de la nicotina una de las drogas adictivas de mayor uso
en los Estados Unidos.
La nicotina se absorbe con facilidad del humo del tabaco en los pulmones y no importa si éste humo
procede de cigarrillos o de puros. También se absorbe fácilmente cuando se masca el tabaco. Con el
uso regular, se acumulan concentraciones de nicotina en el cuerpo durante el día, que persisten
durante la noche. Por lo tanto, las personas que fuman cigarrillos a diario están expuestos a los efectos
de la nicotina 24 horas al día. La nicotina absorbida al fumar cigarrillos o puros tarda solo segundos
en llegar al cerebro, pero tiene un efecto directo en el cuerpo hasta por 30 minutos.
La investigación hecha ha mostrado que la tensión nerviosa y la ansiedad afectan la tolerancia a la
nicotina y la dependencia de ella. La hormona producida por la tensión nerviosa o corticosterona
reduce los efectos de la nicotina y, por lo tanto, es necesario consumir mayor cantidad de la sustancia
para lograr el mismo efecto. Esto aumenta la tolerancia a la nicotina y lleva a mayor dependencia de
ella. También se ha mostrado en estudios realizados con animales que la tensión puede ser la causa
directa de una recaída a la autoadministración de nicotina después de un período de abstinencia.
La adicción a la nicotina produce síntomas de abstinencia cuando una persona trata de dejar de fumar.
Por ejemplo, un estudio encontró que cuando se privaba de cigarrillos durante 24 horas a fumadores
habituales, aumentaba su enojo, hostilidad y agresión, y disminuía su aptitud de cooperación social.
Las personas que padecen de abstinencia también necesitan más tiempo para recobrar su equilibrio
emocional después de la tensión nerviosa. Durante los períodos de abstinencia o de ansias de
consumir nicotina, los fumadores han mostrado reducción de una gran cantidad de funciones
psicomotoras y cognoscitivas, como por ejemplo la comprensión del lenguaje.
Las mujeres embarazadas que fuman cigarrillos corren mayor riesgo de tener niños nacidos
muertos, prematuros o con bajo peso al nacer. Los hijos de mujeres que fumaron durante el
embarazo corren mayor riesgo de desarrollar trastornos de la conducta. Estudios nacionales
de madres e hijas han encontrado también que si la madre fuma durante el embarazo hay
mayor probabilidad que las hijas fumen y persistan en fumar.
Es más probable que se vuelvan fumadores de cigarrillos los adolescentes que usan rapé
que los que no lo usan. La investigación de la conducta está comenzando a explicar cómo
las influencias sociales, como observar a adultos y compañeros fumando, influyen en la
decisión del adolescente de comenzar a fumar cigarrillos o no. También ha mostrado que
los adolescentes suelen ser resistentes a muchos tipos de mensajes en contra del tabaco.
La mujer que fuma suele tener una menopausa precoz. La que fuma cigarrillos y también
toma anticonceptivos orales tienen mayor propensidad a padecer de enfermedades
cardiovasculares y cerebrovasculares que otros fumadores; ese es el caso muy en
particular para la mujer mayor de 30 años de edad.
Además de nicotina, el humo del cigarrillo consiste principalmente en una docena de gases (sobre
todo monóxido de carbono) y alquitrán. El alquitrán de un cigarrillo, que varía de unos 15 mg en un
cigarrillo regular a 7 mg en uno con poco contenido de alquitrán, expone al usuario a una alta tasa
prevista de cáncer de pulmón, enfisema y afecciones bronquiales. El monóxido de carbono del humo
aumenta la posibilidad de enfermedades cardiovasculares.
La Agencia de Protección del Medio Ambiente ha determinado que la inhalación del humo ambiental
del tabaco causa cáncer de pulmón en los adultos y aumenta mucho el riesgo de infecciones
respiratorias en los niños y de muerte infantil súbita.
¿QUÉ ES FUMAR?
Fumar no sólo es "un hábito". También es una drogadicción, ya que el hecho de fumar tabaco cumple
con todos los criterios que definen al consumo de una sustancia como tal: existencia de tolerancia,
dependencia, síndrome de abstinencia en ausencia de la misma, comportamiento compulsivo, etc.
La máxima responsable de todo esto es la nicotina, sustancia con un gran poder de adicción similar
al de otras drogas como la heroína o cocaína.
De todas maneras cuando hablamos de dependencia del tabaco hemos de hacerlo en un sentido
mucho más amplio y distinguir entre tres tipos de dependencia íntimamente relacionados entre sí:
Dejar de fumar no es un hecho puntual o aislado; dejar de fumar es un proceso. Un proceso en el que
pueden distinguirse una serie de fases o etapas sucesivas, que es conveniente saber reconocer, y así
orientarnos en la clase de ayuda que precisa el fumador para abandonar el tabaco.
A. Fase de precontemplación:
En esta primera fase el fumador no se ha planteado todavía dejar de fumar, no encuentra motivo
alguno para hacerlo. Fuma y se siente bien por ello (le da confianza, le ayuda en su trabajo, etc.) y no
nota aún ninguno de los efectos negativos derivados de fumar.
Estamos ante un fumador "consonante", ya que hay plena consonancia entre la actitud mental del
fumador hacia el consumo de tabaco y su conducta o práctica diaria.
El prototipo de fumador en esta etapa es el fumador joven (generalmente menor de 30 años) sin
enfermedad alguna asociada al tabaco. Se calcula que hasta un 45% de los fumadores están en esta
fase.
El proceso continúa, en esta fase, con una aceptación, ya no sólo de que debe dejar de fumar para
evitar riesgos para su salud, sino también para conseguir los beneficios que de ello se derivan.
El fumador que se encuentra en esta fase del cambio pasa, de ser un fumador "consonante" a ser un
fumador "disonante", puesto que ahora existe una clara disonancia entre la actitud ante el tabaco, que
ha cambiado, (se plantea dejar de fumar) ; y su conducta habitual, que sigue siendo la misma (sigue
fumando). Hasta un 35% de fumadores se hallan en esta etapa.
C. Fase de acción:
En esta fase todavía más avanzada del proceso, el fumador es un "disonante máximo"; ya no sólo se
plantea dejar de fumar, sino que pasa a la acción y decide dejar de fumar, asumiendo lo que implica.
Nos encontramos pues ante un sujeto que presenta además del cambio de actitud, un cambio en la
conducta frente al consumo de tabaco (deja de fumar).
Generalmente a lo largo de esta fase se producen varios intentos de lograr el abandono, con las
recaídas subsiguientes, todo ello antes de conseguir pasar a la siguiente y última etapa. Hasta un
20% de fumadores están en esta fase.
E. Fase de recaída:
Evidentemente esta etapa no siempre se da, aunque como en toda drogadicción es bastante
frecuente. De todos modos el fumador que recae no vuelve a la primera de las fases del proceso de
cambio ni tampoco a la de acción. Suele haber una gran pérdida de la autoestima y pasan a la fase
B, de planteamiento o de contemplación.
No debemos nunca olvidar que la única persona que deja de fumar es el propio fumador, nadie puede
hacerlo por él, y por eso debemos de tener muy en cuenta que el médico, el personal sanitario en
general, lo único que debe hacer, que no es poco, es ayudarle a avanzar en el proceso de cambio. Y
además es fundamental saber que el motor del cambio es la motivación del paciente. La palanca que
logrará que un paciente fumador pase de una etapa a otra son las ganas de lograrlo, la voluntad y
seguridad en conseguirlo, en suma la motivación que tenga. Cuántos más y mejores motivos tenga
para dejar de fumar más fácilmente logrará su objetivo
5._ "El tabaco contamina, pero más los coches y las fábricas. Un
cáncer de pulmón te puede dar por la contaminación ambiental"
Los estudios epidemiológicos señalan que el tabaco es causante del 30% de todos los cánceres
diagnosticados, frente a un 2% producido por la contaminación ambiental.
10._ "Se pasa muy mal cuando se deja, es peor el remedio que la
enfermedad"
La dependencia física de la nicotina sólo dura alrededor de una semana. Sin embargo, los beneficios
secundarios al abandono son progresivos y aparecen desde el momento en que se deja de fumar.
El síndrome de abstinencia constituye una serie de síntomas con los que su organismo responde ante
la falta de administración de una droga, en este caso, de la NICOTINA.
Puede ocurrir que note un deseo inevitable de fumar, irritabilidad, frustración o ira, ansiedad, inquietud,
insomnio, cierta dificultad de concentración, ánimo depresivo, dolor de garganta, catarro, tos, aumento
de apetito. No obstante, estos síntomas NO deben ser NUNCA una excusa para volver a fumar, dado
que son pasajeros y no suelen durar más de unas semanas desapareciendo en pocos días por sí
solos.
Cuando tratan de dejar de fumar, los fumadores pueden sentir todos o algunos de los síntomas,. Estas
sensaciones provocan las ansias por más cigarrillos. Por esta razón muchas personas tienen gran
dificultad para dejar de fumar. Luego de un tiempo el síndrome de abstinencia desaparece, y es en
este momento cuando resulta más fácil dejar de fumar o de usar otro tipo de tabaco
En ocasiones se produce un aumento de peso al dejar de fumar. Para evitar que esto suceda es
necesario tomar alimentos ricos en fibra y bajos en calorías. Así mismo, también puede ayudar a
mantener el peso habitual la práctica de ejercicio físico, utilizar menos el coche, subir y/o bajar
andando las escaleras de su domicilio, ir al trabajo a pie, practicar deporte, etc.
FUMADOR PASIVO
Actualmente hay probada evidencia de los riesgos que tienen para la salud la involuntaria exposición
al humo de los cigarrillo. Estos riesgos van desde las pequeñas molestias de todos conocidas hasta
una mayor incidencia de enfermedades respiratorias y cardíacas. Así, exposiciones agudas en
habitacioes llenas de humo han reducido la tolerancia al esfuerzo en pacientes con angina de pecho,
y exposiciones prolongadas al humo del tabaco han causado aparentemente enfermedades
respiratorias en niños pequeños y cáncer de pulmón en adultos, mientras que el paso de los
componentes del tabaco a través de la placenta lleva a las mujeres embarazadas fumadoras a tener
niños prematuros, de bajo peso al nacer, y con coninuas anormalidades de crecimiento y desarrollo,
resultado de su exposición pasiva a los componentes nocivos del trabajo.
Es muy difícil escapar de los ambientes contaminados por el humo del tabaco, ya sea en los propios
hogares, en los lugares públicos, cafeterías, transporte..., e incluso en aquellos donde se dispensa
asistencia sanitaria. Afortunadamente, parece que se empiezan a respetar los derechos de los no
fumadores y a tomar medidas legislativas y restrictivas, tales como zonas de no fumadores, e incluso
algunos lugares de prohibición total de fumar.
En el humo de los cigarrillos están presentes gran número de sustancias. Los componentes más
estudiados y que son más tóxicos para el organismo humano son la nicotina, el monóxido de carbono,
el óxido nitroso, el cianuro de hidrñógeno, acroleínas, fenoles, ácido fórmico, formaldehido y
alquitranes.
La cantidad de nicotina por cigarrillo oscila entre 0.4 y 3.0mg, aunque los comerciales no sobrepasan
los 1.5mg. En ambientes cerrados con muchos fumadores, poca ventilación, y donde la concentración
de humo alcanza cotas elevads, se han detectado concentraciones de 3.4 a 4.2mg de nicotina por
metro cúbico. Esto inidca que en estos ambientes el aire muy contaminado penetra en el aparato
pulmonar de los que fuman y de los no fumadores presentes, dando lugarl al fenómenos de los
inhaladores pasivos del humo. Se estima quen en lugares cerrados y poco ventilados, un no fumador
puede inhalar en una hora expuesto al humo de cigarrillos el equivalente a haber fumado un cigarrillo.
Otro compuesto, el monóxido de carbono, gas de elevado porder tóxico, se desprende durante la
combustión del cigarrillo. Su unión con la hemoglobina de la sangre forma la carboxihemoglobina, la
cual dificulta la buena oxigenación de los tejidos. En casos de intoxicación masiva por monóxido de
carbono se produce la muerte por anoxia grave cerebral y tisular. Por término medio , un no fumador
tiene un 2% de carboxihemoglobina en su sangre, mientras que un fumador en torno al 19%. Tras la
inhalación pasiva de humo d tabaco puede registrarse deterioro de la función psicomotora si se
alcanza una determinada concentración de carboxihemoglobina. Inicialmente se percibe sensación
de embotamiento cerebral, cefalea y alteraciones visuales.
Pero los componenetes más abundantes en la combustión del tabaco son los alquitranes. Son las
sustancia carcinogénicas y co-carcinogénicas por excelencia, debido a su participación en la génesis
de procesos tumorales en el organismo humano. El índice de alguqitranes en la composición del
tabaco es por término medio del orden de 1.8-2.0mg.
Que la madre fume origina una gran cantidad de problemas en el feto tales como prematuridad, bajo
peso al nacer, mortalidad perinatal incrementada y un deterioro del desarrollo físico y mental del hijo,
a medio y largo plazo.
Los peligros para el recién nacido pueden prolongarse y verse aumentados por la secreción de
productos en la leche materna durante la lactancia.
PROGRAMA PREVENTIVO
El desarrollo del programa se ha planteado de acuerdo al modelo PIDICE. Las fases de planificación
fueron las siguientes: Preparar, Identificar, Diseñar, Cambiar y Evaluar.
FASE 1. PREPARACIÓN
¿Por qué se va a realizar este programa?¿Por qué este y no otro? me decidí por el desarrollo de este
programa interventivo, porque considero que, hoy en día, un alto porcentaje de la población,
especialmente adolescente y juvenil, fuman, hábito que, como se ha venido demostrando desde hace
unos años, trae consigo una serie de problemas de salud a largo plazo bastante importantes.
Mi objetivo no es conseguir que la gente deje de fumar, lo cual sería considerado una utopía, ni
siquiera va a ir dirigido el programa a adolescentes y jóvenes en sí, sino que la población a la que va
a ir dirigida este programa, la población diana, serán todas aquéllas personas que, derivadas por el
médico al psicólogo, QUIEREN dejar de fumar por problemas de salud, o bien simplemente para todas
aquellas personas que acudan al psicólogo buscando ayuda para dejar de fumar.
Ya que no conocemos de antemano la población concreta (los individuos) que requerirá ayuda, resulta
útil estar preparados para recoger información, cuando venga nuestro cliente, acerca de su historial
clínico, esto es, pedirle al médico de cabecera que lo ha derivado el historial clínico del sujeto para,
de este modo, conocer mejor su situación actual.
Así mismo, a lo largo de todo el programa utilizaremos diversos autorregistros y cuestionarios que
explicaremos más adelante.
FASE 2. IDENTIFICACIÓN
Definición del problema
El consumo de tabaco supone un importante problema socio-sanitario y un reto para los profesionales
de la salud. Se da en todo el mundo y el consumo del mismo es tan elevado que se le ha llegado a
llamar la "epidemia del S.XX".
Incidencia
En España, aproximadamente el 34% de la población general adulta fuma, y el 20-28% de los
escolares (aunque varía en este grupo con la edad pudiendo llegar incluso al 50%), con una edad de
inicio de 13-14 años. Del grupo de profesionales modelos o ejemplarizantes, el 36% de los médicos
fuman y el 34% de los profesores.
Consecuencias
Muy al contrario de lo que antes se pensaba, el tabaco constituye la principal causa de enfermedad y
muerte prematura en los países desarrollados.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), el uso del tabaco ocasiona la
muerte, de forma directa e indirecta, de al menos 3 millones de personas en todo el mundo, de las
cuales unas 450.000 pertenecen a países de la Unión Europea, y de éstas unas 45.000 a España
(como curiosidad, en España el SIDA provoca aproximadamente 8.000 muertes/año y los accidentes
de tráfico unas 6.000).
En los países en los que el hábito de fumar está bien establecido, éste influye en aproximadamente
uno de cada tres de todos los cánceres especialmente los de laringe, cavidad oral, esófago, estómago,
hígado, páncreas, riñón, vejiga, cérvix y pene, así como leucemias y mielomas. Por todos es bien
conocido que el 90% de las muertes por cáncer de pulmón están producidas por el tabaco.
También es de destacar que, un 15-20% de los fumadores desarrollan bronquitis crónica, y que de
los pacientes diagnosticados de esta enfermedad el 80-90% son o han sido fumadores. Además, se
ha demostrado que el tabaco es el responsable de un 20-25% de las anginas de pecho y de una
mayor incidencia de enfermedades respiratorias, enfermedades cerebro-vasculares, úlcera péptica,
diversas complicaciones del embarazo, amputacion de extremidades, enfermedad de Berger, etc.
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer, de los Estados Unidos, el 52% de las muertes entre
hombres fumadores se deben al hábito de fumar. Entre las mujeres fumadoras, el 43% de las muertes
están relacionadas con el cigarro.
En el siguiente cuadro se expone, de manera muy esquemática, la relación del tabaco con diversas
enfermedades.
Categoría Causa de Muerte
Cáncer de pulmón Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (incluye enfisema) Enfermedad vascular
A periférica (incluye aterosclerosis) Cáncer de la laringe (garganta) Cáncer de la cavidad oral (incluye
boca y faringe) Cáncer de esófago
Derrame cerebral Enfermedad de las arterias coronarias Cáncer de la vejiga Cáncer de los riñones
B
Cáncer del páncreas Aneurismas de la aorta
Mortalidad perinatal (muerte del bebé inmediatamente antes o después del parto)
Neumonía
Alcoholismo
Suicidio
E Enfermedad de Parkinson
A = Enfermedades para las cuales se ha establecido una relación causal directa (las muertes están
directamente relacionadas con el uso de tabaco). Fumar cigarros se considera el principal factor de
riesgo relacionado con la causa de muerte por estas enfermedades.
B = Enfermedades para las cuales se ha establecido una relación causal directa. Sin embargo, el
fumar cigarros es uno de varios factores de riesgo relacionados con la causa de muerte por estas
enfermedades.
C = Enfermedades que son más frecuentes (mayor riesgo) en personas que fuman cigarros (según
estudios epidemiológicos). Sin embargo, todavía no existen suficientes estudios para determinar si el
fumar cigarros es un factor de riesgo relacionado con la causa de muerte por estas enfermedades.
D = Condiciones o enfermedades en las que se observa una mayor cantidad de muertes entre las
personas que fuman cigarros. Sin embargo, la relación entre el fumar cigarros y las muertes
producidas por estas condiciones se debe a otros factores de riesgo, conocidos como factores de
confusión.
E = Enfermedades en las que las personas que fuman tienen menor riesgo de morir.
Concluiremos este apartado argumentando que, de acuerdo con la Organización Mundial de
la Salud, existen más de 1,2 miles de millones de fumadores en todo el mundo, y cerca de cuatro
millones de muertes anuales son causadas por el uso de tabaco
Factores psicológicos: determinadas situaciones que el fumador relaciona con la conducta de fumar.
Se asocian determinadas actividades más o menos placenteras con el acto de fumar, llegando a
automatizarse el hecho de realizar dicha actividad con el consumo de tabaco (después de comer,
mientras se toma un café, beber alcohol, mientras ve el fútbol, antes de acostarse, mientras trabaja o
estudia...).
Factores sociales: estar entre fumadores, salir de copas o con sus amigos, discutir, que te ofrezcan
un cigarrillo....
FACTORES DE PROTECCIÓN
Presentar habilidades sociales, ser asertivo, hacer ejercicio físico, estar en un entorno de no
fumadores, tener una alta autoestima y un cierto control emocional, tener apoyo social, tener
información correcta acerca de las consecuencias del tabaco.
· Situaciones frustrantes (por ej. discutir con · Piensa que dará una mejor · Disminución de la
algún amigo). imagen si se fuma un cigarro. ansiedad
Etc
http://www.psicoterapeutas.com/paginaspersonales/susana/tabaco.html
Cómo afecta el tabaco al cuerpo
Más que ninguna otra enfermedad, el hábito de fumar es la mayor fuente de
fallecimientos e incapacidades hoy día a nivel mundial. Concretamente, en España se
producen 40.000 muertes al año debido al tabaquismo.
El tabaco es tan adictivo como la heroína o la cocaína, según un estudio del Royal
College of Physicians en el Reino Unido. El poder adictivo del tabaco se refleja en que
el 70% de los fumadores quiere dejar el hábito, siendo muy baja la cifra de los que lo
consiguen finalmente. Por otro lado, destaca el hecho de que, normalmente, los
fumadores que han dejado de fumar han hecho varios intentos previos.
Sirva como ejemplo "de adicción" el hecho de que la mitad de los pacientes con cáncer
de pulmón empiezan a fumar de nuevo tras ser intervenidos quirúrgicamente.
Cáncer: Está demostrado que el tabaco es una causa muy potente de los cánceres de pulmón,
laringe, faringe, esófago, vejiga, riñón y páncreas. Ciertas investigaciones inciden en que fumar
está relacionado con un mayor riesgo de leucemia y cáncer de estómago, mama, hígado y
cuello uterino.
Pulmones: La obstrucción crónica del pulmón, producida por la bronquitis y el enfisema,
produce una discapacidad respiratoria progresiva. Esta obstrucción está provocada por el
estrechamiento de los conductos de aire en los pulmones y por la destrucción de los alvéolos.
El inicio de esta enfermedad es gradual y surge la incapacidad respiratoria cuando ha sido
destruida casi la mitad de los pulmones. Una vez que la enfermedad se ha establecido es
raramente reversible. De ahí, por ejemplo, que la neumonía, una infección de los pulmones,
sea más común entre los fumadores.
Corazón: Al minuto de encender un cigarrillo, el corazón del fumador empieza a latir un 30%
más rápido. La presión arterial también aumenta, forzando al corazón a hacer un mayor
esfuerzo e incrementando el riesgo de enfermedad coronaria.
Fertilidad: La fertilidad de hombres y mujeres se ve reducida. Por otro lado, el riesgo de
impotencia masculina se ve aumentado por el consumo de tabaco.
Embarazo y parto: La probabilidad de abortos es sustancialmente mayor en mujeres
fumadoras. Además, éstas suelen tener más complicaciones durante el embarazo. Los bebés
de madres fumadoras suelen pesar una media de 200 gramos menos al nacer que los hijos de
madres no fumadoras. Esta reducción del peso se asocia a mayores riesgos de fallecimiento y
enfermedad durante la lactancia y la primera infancia. Por otro lado, los niños cuyos padres
son fumadores tienen el doble de probabilidad de sufrir infecciones respiratorias graves.
Dentadura: Los dientes se vuelven amarillos y, habitualmente, el fumador sufre de mal aliento
o halitosis.
Dedos y uñas: pueden sufrir cambios de color.
Piel: Puede tender a arrugarse y a presentar psoriasis.
A las 72 horas, respirar se hace mucho más sencillo. Los bronquios se relajan y se incrementan
los niveles de energía.
De 3 a 9 meses, la tos, los "pitidos" y los problemas de respiración mejoran, ya que la función
pulmonar se incrementa en algo más del 10%.
En 12 meses, el riesgo de paro cardíaco se reduce a la mitad con respecto al riesgo del
fumador.
En 15 años, el riesgo de paro cardíaco se reduce al que tiene una persona que jamás haya
fumado.
Redactado por Bupa Today y adaptado por sanitas.es bajo la supervisión médica del Dr.
Ignacio Orive.
https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/dejar-
fumar/san005150wr.html