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SUBJETIVIDAD, CIUDADANÍA Y EMANCIPACIÓN

INTRODUCCIÓN

Si la relación entre subjetividad y ciudadanía es com-


pleja, es todavía más la relación entre cualqutera de ellas
y la emancípacíón. Debido a que la constelación ideológi-
ca-cultural hegemónica dei f'í n dei stglo apunta a la
reaftrmacíón de la subjetívídad ' en detrimento de la cíu-
dadanía y a la reafirmaclón desigual de ambas en detri-
mento de la emancipación, se hace urgente someter a trn
análísts crítico las relaciones entre estas tres marcos de la
hís torta de la modernidad. Esta es una tarea particular-
mente urgente para aquellos que se identifican con lo que
en esta constelación se afirma sin que por esta, puedan
identificarse con lo que en ella está negado o descuidado.
Foucault tiene cíertamente razôn aí denunciar el exce-
so de control social producido por el poder dtscípltnarío y
por la norrnalízactón técnico- científica con que la moder-
nidad domestica los cuerpos y regula las poblacíones con
el fin de maximizar su utilidad social y de reducir aI más
bajo costo su potencial político. La denuncia de Foucau1t,

1 La reafrrmacíón de la subjetívídad atraviesa todo el espectro de la cultura,


desde la filosofia (Frank, 1985, Frank, Raulet, van Reíjen. 1988) hasta las
artes (Kuspit. 1988).

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con toda su orígmaltdad, se inserta en una tradícíón de a saldarse, resultó de desequtltbríos , tanto en el seno dei
reflexión crítica sobre la modernidad que se extiende des- pilar de la rcgulacíón. como en el de la emanclpación. Por
de la "Iey de híerro" de la racionalidad burocrática de Max un lado. en el pilar de la emanctpacíón, Ia racionalidad
Weber, hasta la "socíedad administrada" de Adorno y a la cognitivo-Instrumentai de la ctencía y de la técnica se de-
"colonizaclón del mundo de la vida" de Habermas. Ptenso, sarrolló en detrimento de las demás racionalidades y acabó
sin embargo, que Foucault -y en cterto modo también por colonizarias; un proceso con múltíples mantfestacío-
Adorno y Horkheimer, aunque con una argumentación y nes, desde la reducclón de la cíencía jurídica dogmática.
un diagnóstico muy diferentes- exagera ai inscribir ese de rtquístma tradición de reflexíón filosófica. sociológica y
exceso de regulacíón en la matriz dei proyecto de la moder-
política sobre el derecho, hasta las variadas ofíctalízacío-
nídad, a punto de hacer de él no sólo el único resultado.
sino también el único resultado posible de este proyecto. nes deI modernismo en las artes. de las cuales son ejemplos
En el cuarto capítulo Intenté mostrar que el proyecto de la sobresalientes. en la arquitectura, el estilo internacional
modernidad está caracterizado. en su matriz, por un equi- y Brasilia, reducciones burdas de las investigaciones utó-
librio entre regulación y emancípacíón, convertidos en los picas de Le Corbuster, a la democracia de masas y ai poder
dos pilares sobre los cuales se sostiene la transformación abstracto de la tecnocracia. La hipertrofia de la racionalldad
radical de la socledad premoderna. EI pilar de la regula- cogntüvo-tnstrumental acarreó la propia transformación
ción está constituido por tres principios: el principio dei de la cíencta moderna a través de la progrestva hegemonía
Estado (Hobbesj, el principio dei mercado (Locke) y el princi- de las epistemologías positivistas, una transformación que.
pio de la comunldad (Rousseau). EI pilar de la emancipación si no fue determinada por la conversión de la cíencía en
está constituido por la articulación entre tres dimensiones fuerza productiva en eI capitalismo, tuvo con ella fortísi-
de la racionalización y secularización de la vida colectíva: mas afinidades electivas. En otro lugar traté la causa de
la raclonalldad moral-práctica dei derecho moderno; la este exceso de regulación. por lo que no me detendré aqui
racionalidad cognitivo-experimentai de la cíencta y la téc- en ella (Santos. 1989; 1991 l. En este capítulo le daré es-
nica modernas y la racional estético-expresiva de las ar- pecial atenclón ai desequilibrlo que tuvo lugar en el pilar
tes y de la literatura modernas. EI equillbrlo pretendido
de la regulación.
entre la regulación y la emancipación se obtiene por el
desarrollo armoníoso de cada uno de los pilares y de las
relaciones dinámicas entre ellos. SUBJETIVIDAD Y CIUDADANIA EN LA TEORíA pOLíTICA LIBERAL
También mostré que este equthbrto. que aparece inclu-
so, como aspiración decaída, en la máxima positivista de El desequilibrio en el pilar de la regulaclón conslstió
"orden y progreso", nunca fue alcanzado. A medida que la globalmente en el desarrollo hlpertroflado dei principio dei
trayectoria de la modernidad se identificó con la trayecto- mercado en detrimento dei principio dei Estado y de am-
ria dei capitalismo. el pilar de la regulación se fortaleció a
bos en detrimento dei principio de la comunidad. Se trata
costas dei pilar de la emanclpaclón en un proceso históri-
co no lineal y contradtctorto, con oscilaciones periódicas de un proceso histórico no lineal que. en las sociedades
entre uno y otro, en los más diversos campos de la vida capitalistas avanzadas, incluye una fase inicial de hiper-
colectiva y bajo diferentes formas: entre cientiflclsmo y trofia total dei mercado, en el período dei capitalismo liberal;
utopísmo, entre liberalismo y marxismo. entre modernismo una segunda fase, de mayor equillbrlo entre el principio
y vanguardía. entre reforma y revolucíón, entre corporati- dei mercado y el principio dei Estado bajo la presión dei
vismo y lucha de clases, entre capitalismo y socialismo. principio de la cornunídad, el período dei capitalismo or-
entre fascismo y democracia partíctpattva. entre doctrina ganizado y su forma política propia (el Estado-Providencia);
social de la íglesta y teologia de la liberación. y por último, una fase de rehegemonIzaclón dei principio
Como vimos, el desequilibrio entre regulación y ernan- dei mercado y de colonízactón. por parte de éste, dei prin-
ctpacíón y el consecuente exceso de regulación en que vino cipio dei Estado y dei principio de la comunidad, de lo cuai

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el reaganomics y el thatcherismo son chocantes manífes- son ciudadanos por la stmple razón de que no pueden par-
taciones-. ticipar políticamente en la actividad dei Estado. Las socie-
La teoría política liberal es la expreslón más sofisticada dades liberales no pueden ser consideradas democráticas
de este desequilibrio. Ella representa, en el plano político, si no después de haber adaptado el sufragío universal, lo
el surgímtento de la constelación de la subjettvídad y, que no sucede sino en nuestro síglo y. en la mayoría de los
como blen lo anota Hegel, se enfrenta desde el principio casos, ya bien adelantado el sigla (sln olvidar el caso de
con la necesidad de compatibilizar dos subjetividades apa- Suíza, donde en aígunos cantones, las mujeres sólo adquí-
rentemente antagónicas: la subjetividad colectiva del rteron el derecho ai valo en 1971)3,
Estado centralizado (Ich-Kol1ektivitc'tt ) y la subjetlvidad En segundo lugar, el principio de la ciudadanía Incluye
atomizada de los ciudadanos autónomos y libres ([ch- exclusivamente a la cíudadania civil y política y su ejercí-
Individualitc'tt) . La compatibillzaclón se obtiene por el ca- cio reside exclusivamente en el voto. Cualesquiera otra
mino de la dtsttncíón entre Estado y sociedad civil y dei forma de participación política está exclulda o, por lo me-
concepto-ftccíón dei contrato social. EI Estado, siendo no nos. desestimulada. restricción ésta que se elabora con
obstante un sujeto monumental, tiene por objetivo tan sofisticación particular en la teoria schumpetertana de la
solo garantizar la segurldad de la vida (Hobbes) y de la democracia. La reduccíón de la parttcípacíón política al
propledad (Locke) de los individuas para continuar la bús- ejercícío dei derecho dei voto plantea la cuestión de la re-
queda privada de sus intereses particulares. según las presentación. La representación democrática se basa en
regias propias y naturales de la propledad y dei mercado, la distancia. en la diferenciación y aún en la opacidad en-
es decir, de la sociedad civil. Siendo los cíudadanos libres tre representante y representado. Kant, en eI Proyecto de
y autónomos, el poder dei Estado sólo se puede basar en paz Perpetua de 1795 (1970: 10 artículo definitivo), deflnló
el aceptación por parte de ellos y la obedíencía que le es mejor que nadie el carácter paradójico de la representa-
deblda sólo puede resultar de una obligaclón voluntaria- cíón democrática al afirmar que la represeritatívídad de los
mente asurnída, es decir, del contrato social. Transforma- representantes es tanto mayor cuanto menor sea su nú-
da por múltlples metamorfosls -del anarco-Iíberaltsrno de mero y cuanto mayor sea el número de los representados.
Nozick (1974) a la casi social-democracia de Rawls (1972)- Por la propia naturaleza de esta teoria de la representación
la teoria política liberal se ha venido fortaleciendo hasta y tambíén por la ínterferencía de los Intereses propios de
nuestros dias e incluso se puede decir que, en el período los representantes -como hoy lo reconoce comúnmente la
del capitalismo desorganizado en que nos encontramos, teoria política- el ínterés general no puede coincidir. cast
logra un nuevo respiro. basado en el resurgímíento del li- por definición, con el interés de todos.
beralismo económico. De ahí la importancia de descubrir Por la via deI carácter no problemático de la represen-
algunos de sus presupuestos, por 10 menos, de aquellos tación y de la obligación política en que ella se apoya, la
que me parecen más importantes para la argumentación base convencional deI contrato social termina por condu-
de este capítulo. cír a la naturalización de la política. a la conversión del
En prímer lugar, el principio de la subjetivldad es mucho mundo en una entidad donde lo natural es que haya Es-
más amplio que el principio de la cíudadanía. La teoría li- tado e individuos y es natural que ellos se relacionen se-
beral comienza por teorizar una sociedad donde muchos gún el credo liberal. La naturalizaclón dei Estado es la otra
-en principio la mayoría- de ias Individuas libres y autó- cara de la pasividad política de los cíudadanos: la natura-
Damos que defienden sus intereses en la sociedad civil no lización de los Individuas y el fundamento de la igualdad
formal de los ciudadanos, fue lo que llevo a Hegel a afir-
2 Como menctoné en el cuarto capítulo. esta pertodtctdad se refíere exclusi- mar que "lo individuai es lo general": concebido de modo
vamente al desarrollo deI capitalismo en los países centrales. 8610 en estos
países es posible hablar hoy. en contrapostcíon a un pasado recíente. dei
"capítalismo desorgantaadc". En los países periféricos el capitalismo nun- 3 Cf., a este propósito, ver, Pateman [1985]. EIl1bro fue publicado original-
ca fue organizado o, alternativamente, es hoy más organizado que nunca. mente en 1979 y en la edición de 1985 hay un importante comentarto final.

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abstracto, los individuos son fungtbles. recipientes no di- ha planteado el problema de que la formación de la volu n-
ferenciados de una categoría no universal. tad en el lugar de trabajo no se haga por media dei voto,
Este punto me conduce a la tercera característica de la como ocurre en muchas de las otras asoctactones de la
teoría liberal que pretendo realzar aquí. Esta teoría repre- sociedad civil.
senta la margtnalízactón total dei principio de la comunidad EI segundo ocultamiento reside en que, ai convertir a la
tal como lo define Rousseau. AI contrario del liberalismo socíedad civil en un dornmío privado, la teoría liberal olvtda
clásico Rousseau no ve solución para la antinomia entre el campo doméstico de las relaciones familiares. un cam-
por un lado. la libertad y la autonomía de los ciudadanos po ante el cual tanto el campo privado de la socíedad civil,
y por otro el poder de mando dei Estado y, por eso, su ver- como el campo público dei Estado, son de hecho, campos
stón dei contrato social es muy diferente de la dei contrato públicos. A pesar de su importancia fundamental en la
social liberal. Para Rousseau, la voluntad general debe ser reproducción social y. muy específicamente, en la repro-
construtda con la partícípacíón efectíva de los ctudadanos ducción de la fuerza de traba]o. el campo doméstico está
de modo autónomo y solidario, sin delegaciones que le totalmente ignorado, está relegado hacía la esfera de la
quiten transparencia a la relacíón entre "soberania" y "go- intimidad personai no susceptible de ser politizado (fuera
bierno". Por esta razón, el contrato social se basa, no en de cualquier contacto social u obltgacíón política) y las
una oblígacíón política vertical cíudadano-Estado, como desigualdades que tíenen lugar en él, además de natura-
sucede en el modelo liberal sino en una obligación política leso son irrelevantes a nivel de la relacíón axial Estado-
horizontal ctudadano-cíudadano en cuya base es postble Individuo.
fundar una asociación política participativa. Y. para eso. La sociedad liberal se caracteriza por una tensión en-
la íguaídad formal entre los ctudadanos no se constgue, es tre la subjetivtdad individuai de los agentes en la socledad
necesaria la ígualdad substantiva. lo que implica una crí- civil y la subjetividad monumental dei Estado. EI mecanis-
tica de la propledad privada como, por demás hace Rousseau mo regulador de esa tensíón es el principio de la cíudada-
en su Discurso sobre el origen de las desigualdades. nía que, por un lado, limita los poderes dei Estado y, por
La cuarta característica de la teoría liberal es que ella otro, universaliza e iguala las particularidades de los su-
concibe la sociedad civil en forma monolítica. La sociedad jetos de modo tal que se facilite el control social de sus
civil es el mundo dei asocíatívtsmo voluritarío y todas las actividades y consecuentemente, la regulación social. En
asociaciones representan, de igual modo. el ejerctcío de la el primer período de desarrollo dei capitalismo, el período
libertad, de la autonomía de los individuas y sus intereses. dei capitalismo liberal, que cubre todo el sigla XIX, ésta
Clubes, asocíacíones, empresas, son así manifestaciones tensión fue decidida a favor dei principio dei mercado-que
equivalentes de cooperacíón de parttcípacíón y de volunta- gobterna la sociedad civil- y los derechos civiles y políti-
riSIDO. Esta falta de diferenciación produce un ocultarnten- cos. que constituían en ese entonces el contenido de la cíu-
to doble, una de cuyas caras fue rápidamente denunciada dadanía, no son para nada incompatibles. con el principio
por el pensamiento socialista, mientras que la otra sólo lo del mercado.
fue en la última década, con el ahondamíento de los movi- La relacíón entre ciudadanía y subjetividad es aún más
mientos feministas cuando se reconoció su ímportancta. compleja. Más aliá de las ideas de autonomía y libertad,
Ei primer ocultamiento reside en que en el capitalismo las subjetividad lnvolucra las ideas de auto-reflecttvídad
existe una forma de asociación "especial" que sólo se puede y de auto-responsabrlídad, la materialidad de un cuerpo
concebir cínícamente como voluntarta y donde la forma- (real o ficticio, en el caso de la subjetividadjurídica de las
cíón de la voluntad se basa en la exclusión de la participa- "personas colectivas"), y las particularidades potencial-
ción de la abrumadora mayoría de los que en ella "parttcípan", mente infinitas que le imprimen un selia propio y único a
es decír. la empresa como unidad básica de la organización la personalidad. AI consistir en derechos y deberes, la cíu-
económica de la producción capitalista. Porque la empre- dadanía enriquece la subjetividad y le abre nuevos hori-
sa está por fuera de lo político, la teoría liberal nunca se zontes de autorrealización pero, por otro lado, lo hace por

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la vía de derechos y deberes generales y abstractos que doble carníno de la hegemonlzaclón de la raciona1ldad téc-
reducen la lndivldualidad a io que hay de universal en ella, nico-científica, en el segutmíento de la segunda revolución
transforma los sujetos en unidades iguales e intercambia- Industrial y de la hipertrofia dei principio dei mercado en
bles. eu el interior d; administraciones burocráticas públicas detr-tmerrto dei principio dei Estado y con el "olvido" total
yprívadas, receptaculos pasívos de estrategías de produc- deI principio de la comunidad rousseauníana. Pero lo cíer-
cion, en cuanto fuerza de trabajo, de estrategias de con- to es que tambíén es en este período cuando se forjan las
sumo, en cuanto consumidores, y de estrategías de domínio más brillantes construccíones emancípatortas de la moder-
~n cuanto ciudadanos de la democracia de masas. L~ ntdad, sean ellas los movimientos soctalístas. los movtmíentos
ígualdad de ia ciudadanía choca, así, con la diferencia de anarquistas, el mutualismo y el cooperativismo obreros o
la subjetividad, tanto más cuanto que eu eI marco de la en ftn, eI marxismo. Es pues. un período de contradicciones
regulación liberal esa ígualdad es profundamente selectiva explosivas entre regulación y emancipación; y la expresíón
y deja diferencias Intactas, sobre todo las de la propledad más autêntica de tales contradicciones es stn duda el
pera también las de la raza y deI sexo que más tarde van a marxismo, por lo que él fue en la obra y en el tlempo de
ser los objeto,s centrales de las luchas por la igualdad. Marx y por lo que hícíeron de éllos Bolchevíques y la Ter-
Esta tensíón entre una subjetividad individual e indivi- cera Internacional, hasta el colapso reciente de los regime-
dualista y una cíudadanía directa o indirectamente regula- nes deI Este europeo.
dora y estatízante. recorre toda la modernidad. Ba]o diversas Es conocida la crítica de Marx a la democracia liberal y,
formas y con diferentes consecuencias ella está, en la raíz por lo tanto, a las Ideas de subjetivldad y de cludadanía
deI movimiento socialista, deI pestmtsrno cultural, deMax que la constituyen. Porque la organización social de la produc-
Weber, de la muerte dei sujeto en Níetzsche, dei postperspec- cíón determina la organlzaclón política y cultural, la sepa-
ttvísmo, deI constructivismo ruso y de la desconstrucción ración entre la Igualdad política y la desígualdad económica
cubista y, más rccíenternente. en la raíz de las genealogías que operan en el capitalismo es poco menos que ilusoria.
de Foucault y de la reivindicación feminista de una forma Porque el ser social determina la conctencta, la autonomía
de igualda? que no Implica Identlflcaclón, compatlble Con y la libertad atríbutdas a la subjetlvldad individuai en el
la aftrmacíón de la diferencia originai de la humanldad entre capitalismo, son tlusíones necesarias para la reproducción
masculino y femeníno. Se trata pues, de una tenstón radi- de las relaciones capitalistas. AI declarar no-políticas las
cal que, a mí entender y como lo defenderé más adelante diferencias de nacimiento, clase social, educación y OCU-
sólo es susceptible de superación en eI caso de la relactón paclón, el Estado capitalista permite que ellas operen 11-
que entre la subjetlvldad y la cíudadanía ocurra en el mar- bremente en la soctedad, no tocadas por el principio de la
co de la emancipación y no, Como hasta aquí, en el marco Igualdad de la ctudadanía política que por esa razón, es
de la regulaclón.
meramente formal (Marx [18431,1975: 219). Es tambtén
sabido que la posición de Marx en relacíón con la demo-
SUBJETIVIDAD Y CIUDADANiA EN EL MARXISMO cracia es compleja, a pesar de esto, y admite la postbílídad
de la conquista dei socialismo por la vía electoral que re-
La alternayva marxista, formulada en el período deI salta la eflcacla de las luchas democráticas del proletaria-
capitalismo Iíberal, pero con una eflcacia que se prolonga do ínglés para la reduccíón dei horarlo de trabajo y que, si
pO,r todo el período dei capitalismo organizado e Incluso, tuvo algún modelo de democracia este. íue, cíertamente,
mas matlzada hasta el período dei capitalismo desorgani- eI de la democracia partrctpatíva que subyace en el princi-
zado en que nos encontramos (o se encuentran los países pio de la comunidad rousseauntana.
c~ntrales), I?erece una referencta especial. Como mencio- Sin embargo, nada de esto es muy relevante para la ar-
ne en el capitulo cuarto. el período deI capitalismo liberal gumcntactón de este capítulo. Lo que me mteresa realzar
eS,aquel en que se maniflesta en forma brutal la líqutda- es que, para criticar radicalmente la democracia liberal,
clon dei potencial emancipato rio de la modernldad por el Marx contrapone ai sujeto monumental que es el Estado

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liberal otro sujeto monumental, la clase trabajadora. La a destruir la tltularldad política Individuai de la cíudada-
clase trabajadora es una subjetividad colectíva, capaz de nía. Esta significa que la tenslón arriba referida entre sub-
autoconcíencía (la clase-para-sü, que contíene en ella las jetívídad Individuai y cludadanía fue falsamente resuelta
subjetividades Indlvlduales de los productores dlrectos. por la destrucción de ambas. En vez de superactones. su-
Tal como en Hegel la burocracia es la clase universal y la prestones: en vez de medtactones, que solo podían ser bus-
autoconcíencta deI Estado moderno, en Marx la clase tra- cadas en el principio rousseauniano de la comunídad, el
bajadora .es la clase universal y la autoconciencia de la recurso exclusivo a sujetos monumentales afines ai único
emancipación socialista. sujeto monumental históricamente ya constrtutdo, el Es-
Sucede, sin embargo, que desde el punto de vista de las tado. No sorprende, entonces, que el modelo marxísta-Ie-
r~lacione~ entre las particularidades únicas de las subje- níntsta víníera a redundar en una hipertrofia total del
tívídades índívtduales y la abatraccíón y unlversalidad de principio dei Estado. SI elliberalismo capitalista pretendió
las categorias de la sociedad política. Ia eflcacla subjetiva expurgar la subjettvtdad y la ciudadanía de su potencial
de la c1ase trabajadora es, a nivel de la emanctpacíõn, se- emancipatorio -con el consecuente exceso de regulación,
m~jante a la de la cíudadanía liberal, a nível de la regula- simbolizado en los países centrales, en la democracia de
cíón. Es decir, la subjetividad colectiva de la cIase tiende masas-, el marxismo, ai contrario procuró construir la
Igualmente a reduclr a la equtvalencía y a la Indiferencla emancípactón a costa de la subjetlvidad y de la cíudada-
las especialidades y las diferencias que fundan la perso- níay, con esto, se arriesgó a favorecer el despotismo, lo que
nalidad, la autonomia y la libertad de los sujetos índtvt- de hecho sucedió. Si es verdad que el lentntsrno no es un
duales. Marx reconoció esta pera pensó que tenia de su desvío espur ío del marxismo, no es menos verdad que el
lado la evolucíón histórica del capitalismo. EI desarrollo de marxismo dio ortgen a modelos de transformación socia-
las fuerzas productivas llevaría a la proletarízacíón de la lista que buscaban compatibilizar emanctpacíón con sub-
inrnensa mayoría de la población y a la homogeneización jetlvldad y cludadanía, desde las posiciones de Kautsky
total dei trabajo, de la vida y, por lo tanto, de la conciencla hasta la de Bernstein, desde las posiciones de los austro-
de los trabajadores. EI concepto de clase tenía por objetivo marxistas (ias grandes olvidados) hasta las de los euroco-
precisamente contraponer a la homogeneización regula- munistas, todo lo cual, finalmente, se abona en favor de
dora del capitalismo la homogeneízactón emancipadora de la complejidad de las posiciones de Marx.
la subjetlvldad colectíva de los productores dlrectos. En el segundo capítulo híce un balance general de la
Hoy sabemos que el capitalismo no proletarizó las po- propuesta de Marx. Ahora pretendo tan sólo destacar al-
blaciones en los términos previstos por Marx y que. en vez gunos de sus méritos para la discustón que sígue. En prt-
de homogeneizar globalmente los trabajadores, se alimentó mer lugar, la crítica marxista de la democracia liberal es
de las diferencias existentes o, cuando las destruyó, creó básicamente correcta, aunque la alternativa que propone
otras en su lugar. Pero la verdad es que, incluso si se hu- no lo sea. En segundo lugar, ai afirmar la primacía de las
bieran cumplido todas las previsiones de Marx, restaría relaciones sociales en la constitución de la subjetividad y
síempre la irreductlbilidad de la subjetlvldad Individuai a de la política, Marx ofrece la mejor confrontación a los pro-
la subjetividad colectíva y consecuentemente le faltarían cesos de naturalización y costftcacíón en lo social, de la
síempre a la teoría marxista las instancias de mediación que se: alimentan los excesos de regulación en que se vino
entre ambas. a traducir la modernldad en las SOCiedades capitalistas.
Con Lenin y en el segulmiento lógico de Marx, la clase En tercer lugar, Marx establece, desde la tradición Hege-
trabajadora da orígen a otro sujeto monumental. el parti- ltana, que no hay subjettvídad stn antagonismo y que el
do trabajador. Si, en los términos en que fue formulada, concepto de cIase social es el articulador nuclear del an-
la subjetívídad colectíva de la clase tendló a destruir la subje- tagonismo en las sociedades capitalistas. En este campo,
tívídad tndtvídual de sus mlembros, la tltularldad política el error de Marx fue pensar que el capitalismo, por la vía
dei partido, en los términos en que fue formulada, rendíó dei desarrollo tecnológico de las fuerzas productlvas, ha-

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ría posrble, o incluso necesaria la transícton hacia el so- múltiples tnstituctones que, en conjunto, constituyen el
cialismo. Como se víno a comprobar, entregado a sí mís- Estado-Providencia.
mo, el capitalismo no hace tránsíto hacía otra cosa, sino Uno de los prmctpales méritos dei análísts de Marshall
hacía má~ capitalismo. La ecuacíón automática entre progre- consiste en la arttculacíón que opera entre ciudadanía y
so tecnologico y progreso social desradícalíza la propuesta clase social y en las consecuencias que de eIla saca para
emancipadora de Marx y, de hecho, la vuelve perversa- caracterizar las relaciones tensíonales entre ciudadanía y
mente gemela de la regulaclón capitalista. capitalismo. Transfiriéndola al cuadro analítico que aquí
propongo esa articulación significa que en eI período dei
EL SURGIMIENTO DE LA ClUDADANIA SOCIAL capitalismo liberal, la cludadanía civil y política, como
parte integrante dei principio dei Estado no sólo no chocó
con el principio dei mercado, sino que hízo posíble su desa-
EI segundo período deI capitalismo en los países centra-
rrollo hlpertroflado. AI contrario, en el período dei capitalis-
Ies, el capitalismo organizado, se caracteriza por el paso
mo organizado, la ciudadanía social, se ancló socialmente
de la ciudadanía cívica y política hacia lo que fue denomi- en los intereses de las clases trabajadoras y les strvíó en
nado como "ciudadanía social", es decir, la conquista de gran medida a través de transferencias de pagos, razón por
significativos derechos soctales , en el campo de las rela- la cual chocó significativamente con el principio dei merca-
ciones de trabajo, de la seguridad social, de la salud, de la do; de esta manera condujo a una relación más equilibra-
educaclón y de la vívíenda por parte de las clases trabaja- da entre el principio dei Estado y ei principio dei mercado
doras de las sociedades centrales y, de un modo menos y con ella a una nueva estructura de la explotación capi-
característico e intenso, por parte de algunos sectores de talista, precisamente el capitalismo organizado.
las clases trabajadoras en algunos países periféricos y Este mayor equlilbrio entre Estado y mercado se obtu-
semlperlféricos. Nadle mejor que T.H. Marshall caracterl- vo por la prestón dei principio de comunldad como campo
zó este proceso en Citizenshlp and Social Class, publicado y lógica de las luchas soctales de clase que estuvieron en
por prtmera vez en 1950. la base de la conquista de los derechos soctales. La cornu-
Según Marshall, en la línea de la tradícíón liberal, la nidad se basa en la oblígactón política horizontal entre
ciudadanía es el contenído de la pertenencia ígualítarta a tndívíduos o grupos socíales y en la solídarídad resultante
una determinada cornurndad política y se calibra por los de ella, una solidaridad partlclpativa y concreta, es dectr,
derechos y deberes que la constituyen y por las ínstítucto- socialmente contextualizada. Ahora bien, la clase obrera
nes a las que da oportunídad para ser social y políticamente fue precisamente el motor y el contenido de ese contexto
eficiente. Por eso. la ciudadanía no es monolítica; está social y la articuladora de la oblígacíón política que se tradu-
constituida por diferentes tipos de derechos e institucio- jo en las múlttples formas organlzacionales de la solidari-
nes: es producto de historias socíales diferenciadas pro- dad obrera, de los movímíentos obreros y de los sindicatos,
tagomzadas por grupos socíales diferentes. Los derechos a las cooperativas. a los clubes obreros, a la cultura obre-
cívicos corresponden al prtmer- momento deI desarrollo de ra etc., etc.
la ctudadanía, son los más universales en los términos de Si la clase obrera no fue el sujeto monumental de la
la base social que a1canza y se apoyan en las ínstítucrones emancipaclón postcapitalista, fue sín duda el agente de las
dei derecho moderno y dei sistema social que los aplica. transformaciones progresrstas (emancipatorias en este
Los derechos políticos son más tardíos y de más difícil sentido) en el interior dei capitalismo. Aunque aún hoy sea
untversaltzacíón y se traducen institucionalmente en los discutible en qué medida la ciudadanía social es una con-
parlamentos, en los sistemas electorales y en los sistemas quista dei movlmiento obrero o una concesíón dei Estado
políticos en general. Por último, los derechos sociales solo capttalísta". no parece quedar duda de que, por lo menos,
se desarrollan en nuestro stglo y plenamente, después de
la Segunda Guerra Mundial; tienen como referencia social 4 Ver. por cjcmplo. el debate entre Turner (1 9S6). que resalta el papel de las
Iuchae soctales en la creacton de la ciudadanía social. y BarbaIet (19S8). que
las clases trabajadoras y han sido aplicados a través de da más atenc16n aI papel deI Estado.

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sin las Iuchas sociales deI movímtento obrero, tales con- subjetlvidad en un proceso de individualización y nume-
cestones no habbrían sido hechas. Todo ello stn olvidar racíón burocráticas y subordinó eI mundo de la vida
-eíguíendo a Brtan Turner-Ia contribución de otros facto- -Lebenswelt - a las extgencías de una razón tecnológica
res en la expansión y profundización de la ctudadanía so- que convirtió eI sujeto en objeto de sí mismo.
cial, como la guerra y ias mígractones.
Stn embargo, para la comprensión dei tiempo presente SUBJETIVIDAD Y CIUDADANÍA EN MARCUSE Y FOUCAULT
es importante tener en cuenta que las luchas obreras por
la ctudadarría social tuvieron lugar en el marco de la de- La relacíón entre la hipertrofia de la ciudadanía esta-
mocracia liberal y que, por eso. la obligación política hori- tizante y consumista y la decadencia de la subjetlvidad fue
zontal dei principio de la comunldad sólo fue eficiente en denunciada por primera vez por Marcuse (otro gran olvt-
la medida en que se sometió a la obligación política vertical dado). Inspirado en Heidegger y Freud; Marcuse historia-
entre cíudadano y Estado. La concesión de los derechos liza el marxismo a la luz de las realidades dei capitalismo
soctales y de las instltuciones que los han distribuido social- avanzado (Marcuse, 1964; 1966; 1969). La lntegración
mente son expresión de la expansión y de la profundiza- política social y cultural dei proletariado en la reproduc-
cíón de esa obligación política. Políticamente, este proceso ción deI capitalismo hace ínvtable cualquier proceso de
sígruftcõ la integración política de las clases trabajadoras emancípactón con base c1asista. La ernancípacíón por con-
en el Estado capitalista y por lo tanto, la profundización quistar es la dei individuo y la de su subjetivldad. La solu-
de la regulación en detrimento de la emancipación. Por ese ción propuesta por Marcuse, la de la emancipación por eI
motivo las luchas por la ciudadanía social culminaron eu Eros, es poco convincente, sobre todo porque se propone
una mayor Icgíttmacíón dei Estado capitalista. Por ese mo- sustentar una negatlvidad postsocial (y postcapitalista)
tivo, el capitalismo se ha transformado profundamente para por la vía de una regresión naturalista a lo pre-socíal. pero
-a~ "final" de su proceso de transformactón- ser más hege- su crítica al capitalismo avanzado no sesó de ganar actua-
monico que nunca. lidad desde que fue elaborada, a partir de los anos cuarenta
Ante esto, no es sorprendente que en este período se y cincuenta. En los términos de esta crítica, la razón tec-
haya agravado la tenstón entre subjetlvidad y cíudadanía. nológica que preside el desarrollo dei capitalismo condu-
Por una parte, el ensanchamiento de la ciudadanía abrió ce tnevítablemente ai sacrtftcío de la aubjettvtdad indivi-
nuevos horizontes ai desarrollo de la subjetlvidad. La se- duai en la medida en que es incapaz de satisfacer todas las
gurídad de la exístencía cotidiana, propiciada por los de- necesidades síquicas y somáticas dei individuo y desarro-
rechos socíales hizo posibles las vívencías de autonomía y llar totalmente sus capacidades emocionales. Por eso. la
ltbertad de as censo educacional y de prograrnacíon de las docilldad y la pasividad de los índtvíduos. y sobre todo de
trayectorias familiares, que hasta entonces habían sido los trabajadores, se obtienen a través de las formas repre-
vedadas a las clases trabajadoras. Pero, por otra parte, los sivas de felicidad "ofrecidas" a la inmensa mayoría de la
derechos sociales y las instituciones estatales a que díe- población a través deI consumo compulsivo de mercancía.
ron lugar fueron partes integrantes de un desarrollo SOCial A pesar de ser importante y de necesitar la reapre-
que aumentó el peso burocrático y la vígílancta controla- cíacíón de los anos noventa, la teoría crítica de Marcuse
dora sobre los índívíduos: los sometió más que nunca a las es menos consistente que la formulada más tarde por
rutinas de la producción y deI consumo; creó un espacíó Foucault, sobre todo en lo que respecta ai desarrollo
urbano desintegrador y atomízante, destructor de la solí- antlnómico de la subjetlvidad y de la ciudadanía en el ca-
dartdad de las redes sociales de ínterconoctrníento y de pitalismo. (Foucault, 1975; 1976; 1980). Nadie mejor que
ayuda mutua; promovíó una cultura medtática y una ín- Foucault analizó el proceso histórico dei desarrollo de la
dustria de tiempos libres que transformó eI ocío en un goce cíudadanía en detrimento dei de la subjetrvídad, para per-
programado, pastvo y heterónomo, muy semejante al tra- míttrnos la conclusión de que la ciudadanía sin subjetlvidad
bajo. En fino un modelo de desarrollo que transformó la conduce a la normalización, es decir, a la forma moderna

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de dominaclón cuya efícacta reside en la identificación de chos y deberes que en formas y crite rios de participación),
los sujetos con los poderes-saberes que se ejercen en ellos no liberales y no estatlzantes, en las que sea posible una
(más de lo que sobre ellos). Se trata de un proceso totalí- relacíón más equilibrada con la subjetividad. Aun así, es-
zante deI que las ciencias humanas son pieza central y que tas nuevas formas de ciudadanía no nos deben hacer olvi-
obra por múltiples fraccionamlentos de la subjetividad (en dar que el Estado ocupa una posición central (por que es
la familia, eu la escuela, en el hospital. en las profesiones, exterior) en la configuración de las relaciones sociales de
en la prisión) para Iuego, con base eu estos fracciona- producción capitalista; y que esa posición, ai contrario de
mtentos, reconstituir la unidad deI individuo, ahora iden- lo que afirma Foucault, se fortalectó con el desarrollo dei
tificado con las exígencías de la domlnación disciplinar, capitalismo. La tendencla foucaultiana de homogeneizar
las cuales por eSQ nada tienen que imponer. las diferentes formas de poder, bajo el concepto clave dei
Si bien estoy de acuerdo con mucho de lo contenido en poder díscíplínarto, para apoderarse de la tormactón de crite-
la crítica de Foucault, no comparto la radicalidad de la rios que permitan jerarquizarlos y para ver en todos los
conclusión a que élllega. Para Foucault, no hay tenslón intentos de reststencía, el surgtmíento insidioso de nuevos
entre ciudadanía y subjetívídad porque la cíudadanía, en poderes contra los cuales es necesario organizar nuevas
la medida eu que conststíó en la institucionalización de las resistencias, termina por llevamos a una concepcíón panóp-
disciplinas. creó la subjetividad a Sli imagen y semejanza. tica deI panóptíco benthamiano, es decir, a una concepción
La subjetívídad es la fase Individuai dei proceso de norma- de la opreslón donde no es posfble pensar la emancipaclón.
lizaclón y no existe por fuera de ese proceso. EI sujeto y el
cíudadano sou productos manufacturados por los pode- LA CRIS!S DE LA CIUDADANíA SOCIAL
res-saberes de las díscípltnas. Es con base en esta Idea que
Foucault se rehusa a atrtbuírle ai Estado un lugar central A finales de los anos sesenta, en los países centrales, el
en el proceso de la dominación moderna. De hecho, según proceso histórico dei desarrollo de la cludadanía social
él, el poder jurídico-político que reside en el Estado y en sufre una transformación cuya verdadera dimensión sólo
las instituciones no ha cesado de perder trnportancía a se vtno a mostrar en la década siguiente. Dos fenómenos
favor dei poder dlsclpllnar. Para Foucault, la cíudadania marcan esa transformación: la crisis del Estado-Providen-
es pues, un artefacto de este poder más que un conjunto cia y el movimiento estudlantll.
de los derechos cívicos, políticos y sociales concedidos por Este no es ellugar para tratar detalladamente nlnguno
el Estado o conquistados de él. de estos fenómenos". Basta tener presente, para lo que aquí
A mí entender, el proceso histórico de la cíudadanía y nos Interesa, que lacrisis delEstado-Providencia seJunda-
el proceso histórico de la subjetívídad son autónomos aun- menta básicamente en la crisis deI régtrnen de acumula-
que como lo he venido defendiendo, están íntimamente cíón consolidado en la postguerra, el "régimen fordtsta",
relacionados. EI capitalismo ha sabido convivir con dife- como se conoce hoy en día. Este régímen de acumuIación
rentes soluciones en cada uno de estos procesos y las so- se caracteriza por una organización taylorista de la pro-
luciones que conststteron en urra mayor amplitud para la ducción (separación total entre concepción y ejecuctón en
cíudadanía política y social. no son clertamente las peo- el proceso de trabajo) acoplada a la íntegracíón masiva de los
res para el desarrollo de la subjetividad. Una de las reívtn- trabajadores en la socíedad de consumo, a través de una
dicaciones centrales deI feminismo radical, la de que, en cíerta indicación de los aumentos de salarios con los in-
las condiciones actuales, la esfera personal es política, no crementos de la productlvldad. Esta repartlción de los In-
es susceptlble de satlsfacclón sino a través de la repolítíza- crementos de la productividad se obtienen por dos vías
clón de esa esfera, basada en estrategías de cludadanía. furrdamentales: por los aumentos de los salarios dlrectos
Hay que agregar que, desde el punto de vista de la emanei-
pactón, es postble pensar en nuevas formas de cíudadanía 5 En cuanto a la crtsts dei Estado-Providencia. ver. cf. Santos (1990: 193 y
(colectivas y no índívíduales: menos basadas en los dere- s.s.) .

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y por la creación y expansión de salarios indirectos, es decir, bajadores y a la población en general. a la obsestón y a las
los beneficios sociales en que se traduce la cíudadanía rutínas de la producción y dei consumo, que no dejó níngún
social y en última Instancia, el Estado-Providencia. espacio para el ejercícío de la autonomia y de la creatíví-
Como ya lo mencioné,la clase obrera a través de los sin- dad, con las mantfestacíones de ahí resultantes, desde el
dicatos y movimientos obreros, tuvo un papel central en ausentismo laboral basta la síquíatrtzacíón de lo cotidiano.
la conftguracíón de este compromiso, también conocido como Por otro lado, la ciudadania social y su Estado-Providen-
cornpromíso social-democrático, para para dar cuenta de cia, transformaron la solidaridad social en una prestación
que las transformactones soctalízantes del capitalismo, en abstracta de servicios burocráticos benévolamente repre-
este periodo (el "capitalismo organizado") se obtuvleron a stvos, concebidos para dar respuesta a la crecíente atomi-
costa de la transformación socialista de la socíedad, rei- zación de la vida social pero, de hecho, alimentándose de
vindicada en la íníctacíón de este segundo periodo dei ca- ella y reproduciéndola de forma ampliada. Por último. el
pitalismo como la gran meta del rnovímtento obrero. En cornprorntso social-democrático, ya de por sí. basado en
esto reside, verdaderamente, Ia integración social y políti- una concepción restringida (liberal) de lo político. termínó.
ca de la clase obrera en el capitalismo, un proceso lento de a pesar de las apariencias en sentido contrario, por redu-
desradicalización de las reivindicaciones obreras, obteni- cir aun más el campo político. La diferencia cualitativa entre
do en gran medida, a través de la reclente participación de las diferentes opciones políticas presentes. fue reducida
las organtzacíones obreras en la concertactón social, en las casi hasta la irrelevancia. La representación democrática
políticas de rendimientos y precios e incluso en la gestión perdió el contacto con los anhelos y las necesldades de la
de las empresas, un proceso cuya dimensión política se poblacíón representada y se hizo rehén de los intereses corpo-
conoce boy en día como neocorporatívtsmo. rativos poderosos. Con esto, los ciudadanos se alejaron de
La crtsts dei régtrnen fordista y de las Instltuciones so- la representación sm que, sin embargo, bubiesen desarro-
cíales y políticas en que él se tradujo se basõ, en primera llado nuevas formas de particlpación política, ejercltables
línea, en una doble crisis de naturaleza económico-política: en nuevas y más amplias áreas políticas. Las organízacío-
en la crisis de rentabilldad dei capital frente a la relación nes políticas dei proletariado, lejos de ser víctímas de este
productividad-salarios y la rclacíón salarios dírectos-aa- proceso, fueron uno de sus prtncípales artífices, por lo cual
lartos indirectos, y en la crtsts de la regulación nacional no es sorprendente entonces, que sus energias ernanct-
-que hasta entonces administraba eficazmente esas relacio- padoras hayan sido desviadas hacla la gesttón celosa dei
nes- produclda por la Internaclonalizaclón de los mercados capitalismo, por más transformado que éste haya salido de
y la trasnacionalización de la producción. Como esta re- esa gestión.
gulaclón estaba centrada en el Estado nacional, su crtsts Como sabemos, el movimiento estudiantU de los anos se-
fue tamblén la crtsís dei Estado nacional frente a la senta, fue el gran articulador de la crtsts político-cultural
globalización de la economia y las instituciones que se dei fordtsrno: y la presencia en él, bien vístble por demás,
desarrollaron con ella (las empresas multinacionales, el de la crítica marcuslana es la expreslón de la radicalidad
Fondo Monetarlo Internacional, el Banco Mundial), del enfrentamíento que protagontzaba", Son tres las prin-
Pero la crisls dei fordlsmo o dei capitalismo organizado, cipales facetas de esa confrontación. En primer lugar, opone
también tuvo una dlmensión cultural o político-cultural y, al productívtsrno y aí consumísmo una ideología antípro-
a mi manera de ver, la revaluación y la reevaluación de esta ductívtsta y postmaterialista. En segundo lugar, identifica
dimensión es de trascendental ímportancta para definir las múltiples opresiones de lo cotidiano, tanto a nivel de
las alternativas emancipadoras de los anos noventa. La la producclón (trabajo alienado) como de la reproducclón
crisls consiste en parte en la revolución de la subjetivldad social (familia burguesa, autoritarismo de la educacíón,
contra la cíudadanía, de la subjetividad personal y solidarla monotonia dei octo, dependencia burocrática) y se propo-
contra la ciudadanía atomizante y estatizante. El compro-
6 Sobre el impacto global deI movímíento estudiantil, ver, ct. Wal1ersteln
míso social-democrático amarró de tal manera a los tra- (1989: 431).

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303
ne ampliar hasta ellas el debate y la parttcipactón polítt- fueron anos de gran experimentación social, de formula-
caso En tercer lugar, declara el fln de la hegemonía obrera cíón de alternativas más o menos radicales aI modelo de
en las luchas por la emancipación social y legitima la crea- desarrollo económico y social dei capitalismo y de afirma-
ción de nuevos sujetos sociales de base transclasista. cíón política de nuevos sujetos sociales, bíen simbolizada
EI trtunfo ideológico de la subjettvidad sobre la cíuda- en los nuevos movimientos sociales, sobre todo en los países
danía obviamente tuvo SUB costos. EI afán por la búsqueda centrales, y en los movimientos populares en toda América
de nuevas formas de ciudadanía, no hostiles a la subjetí- Latina. Es discutible si estos movímtentos están hoy en
vidad, llevó a descuidar cast totalmente la única forma de una fase de expansión o en una fase de recestóri: en todo
ciudadanía históricamente constituida, la ciudadanía de caso su posible impacto social, tal como anteriormente el
origen liberal. Este descuido fue fatal para el movtmíento deI movimiento estudiantil, es todavía difícil de determinar.
estudíantíí como movimiento organizado y quízás se en- Por último, la última década fue testígo deI colapso de
cuentra en et orígen de la facilidad relativa con que fue las sociedades comunistas deI Este europeo, un proceso
desarmado. Sin embargo, dialécticamente, esc desarme cuyo desarrollo es difícil de prever. AI contrario de lo que
organizacional facilitó la expanstón capilar de la nueva pasa con los nuevos movímíentos sociales, este proceso
cultura política instituida por eI movimiento estudiantil y. significa, por lo menos en apartencía. la revalidación del
sm ésta, no es posible entender los nuevos movtmientos modelo capitalista de desarroIlo económico y social y su
socíales de los anos setenta y de los anos ochenta. ui será afirmación como el único modelo víable de la modernidad.
posible entender los de los anos noventa. Además, la he- Pero también en este caso, aun es pronto para conocer el
r~~cia no sóIo reside en la cultura política, sino que tam- tipo de forrnactones socíales que en la práctíca están por
bíén reside en las formas organizativas y en la base social surgir dolorosamente en el Este europeo y cuál será su
de éstas. A partir de ahí, los parttdos y los sindicatos tu- impacto en Europa y en el mundo. Por todas estas razo-
vieron que enfrentarse permanentemente con las formas nes parece correcto afirmar que las dos últimas décadas
organizativas de los nuevos movtrníentos sociales, tal como son décadas experimentales y que los aftos noventa darán
a partir de ahí el "complejo marshalliano" ciudadanía so- testimonio de las diferentes líneas de transformación so-
cial-clase social, no se puede reponer como anteriormente. cial seftaladas por eIlas. Me referiré brevemente a las res-
puestas deI capital y a las alternativas propuestas por los
LAS DOS ÚLTIMAS DÉCADAS: EXPERIMENTACIÓN Y
nuevos movtrntentos soctales.
CONTRADICCIÓN
LAS RESPUESTAS DEL CAPITAL: DIFUSIÓN SOCIAL DE LA
Las dos últimas décadas fueron, más que cualesquiera PRODUCCIÓN Y AISLAMIENTO pOLíTICO DEL TRABAJO
otras, décadas experimentales. Por un lado, fue un perío-
do en que el capital comenzó a definir una respuesta a los Los últimos veinte aftos fueron muy ricos en nuevas solu-
desafios de los anos sesenta. Se trata de una respuesta ciones capitalistas para responder eficazmente a los desa-
que tiene lugar a nível deI s ts terna mundial en su totalidad fíos de los aftos sesenta. Es posible agrupar esas soluciones
y que, de hecho, se basa más que nunca en la conversión en dos grandes conjuntos: la dtfustón social de la produc-
deI "sistema mundial" en espacto global de acumulación. cíón y el atslamíento político de las clases trabajadoras
EI perfil general de esta respuesta es conocido, pero su como clases productoras.
alcance está aun por definir. Por ejemplo, el Estado-Pro- La difusión social de la producción asume varias formas.
videncia sufrió y está sufriendo profundas transformaciones Es, ante todo, la descentraltzacíón de la producción a tra-
en los países centrales, pero estas no son tan profundas vés de la transnacionalización de la produccíón (1a "fábrica
como para permitirnos hablar de su próximo colapso o de difusa"), la fragmentactón geográfica y social dei proceso
su próxima substitución por otra forma política cualita- de trabajo, con la transferencia hacía la periferia deI sistema
tivamente diferente. Porotro lado, las dos últimas décadas mundial de las fases productivas con un mayor carácter

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de trabajo intensivo, dei que resultó una cíerta desindus- subrayar que entre producción y reproducción había una
trialización de los países centrales y la industrialización o conexión económíca íntima, pero que, más allá de ella, la
retndustrtalízactón de los países periféricos. Este proceso, desconexión era total. Más específicamente, la idea era que
además de permitir una ampltacíón sín precedentes deI sólo la conexión económica hacía posible la desconexión
mercado de trabajo , permitló también su segmentaclón y a todos los otros niveles. La conexión económica residía en
dualización, dando orígen a la heterogenización de la rel a - que el reparto de las ganancias de la productívídad, los sala-
ción salarial y a la competencía entre mercados de trabajo rios indlrectos y el Estado-Providencia. deberían garanti-
locales, regtonales y nacionales en lucha por las condicio- zar por sí la reproducctón social (alímentacíón, vestuario,
nes y oportunidades de inversión. La conducción de este vivienda, educación, salud, segurídad social, transportes,
proceso por parte de las empresas multinacionales -los recreación, etc. etc.). Esta conexión le permitía a los tra-
grandes agentes de ia rccstructuractóri- hizo posíble la despo- bajos planear su reproduccíón social y la de su família en
litización y hasta la naturalización de los nuevos impera- totalllbertad y segurtdad, stn ninguna sujec!ón a los ciclos
tivos de la producción. Las guerras económicas dejaron de econórntcos o a las exigencias empresariales.
tener lugar entre Estados nacionales y pasaron a tener Aunque este objetivo haya sido obtenido durante algún
lugar entre bloques o entre deudores nactonales y acree- tiempo por amplios sectores de las clases trabajadoras de
dores ínternactonales. Los Estados nacíonales, sobre todo los países centrales, fue precisamente contra él que se re-
los periféricos y semiperiféricos se fueron posicionando veló el movimiento estudiantil. Según éste movtrntento, el
para competir entre sí por las contrapartidas, cast stern- objetivo fue falsamente alcanzado, toda vez que, como ya
pre leoninas, susceptíbles de atraer la inversión de las empre- merrctorté, las gananctas en ciudadanía se convirtieron en
sas muttínactonales. La despol1tización de las opciones en pérdida de subjetividad. La conexión económica. lejos de
este campo-el único nacionalismo posible es el de la lucha crear auténtica autonomía y libertad, creó dependencia en
por las condiciones de desnacíonalízacíón de la regulacíón relación con el Estado burocrático y las rutínas deí consumo
económica y social- incluye tambíén su naturalización, es (agravadas por la generallzación deI crédito de consumo).
dectr. la ídea de que las opctones se escogen dentro de muy En estos términos, la producción y la reproducción se man-
pocas, dado que los imperativos multinacionales son ca- tuvieron materialmente diferentes, pero pasaron a ser strnbó-
tegóricos, pertenecen a la naturaleza propia de la acumu- licamente isomórficas. EI sometimiento real al capital en
lacíón en este período y ninguna ecónomía nacional puede el espacio de la producción fue secundado por el somett-
tener la veleídad de evadirse de ella y quedarse por fuera. miento formal al espacio de la reproducción formal, En conver-
La única margtnaltzacíón tolerable es la que ocurre den- gencla con esto, el movímtento feminista de las dos últimas
tro del sistema. décadas resaltó la dímensión deI trabajo (el trabajo domés-
Más aliá de la fragmentación y globallzación de la pro- tico) y por lo tanto. Ia dímenstón productiva de la repro-
ducción y de la despolíttzactón y de la naturallzación de los ducción social hasta entonces escondida en la distinción
imperativos económtcos, la difusión social de la produc- entre producción y reproducción y en la conextón mera-
ción tiene aun un tercer aspecto, más complejo pero tal vez mente económica entre ellas. Con esto la categoría dei tra-
de mayor importancia en el próximo futuro: la crecíerite bajo sobrepasó a la categoría de clase social.
confusión y la no díferencíacíón entre producción y repro- La reestructuración dei capital en este período se apro-
ducción. Este es un fenómeno complejo porque en algunas vechó, de algún modo, de ésta crítica para alterar, a su favor,
de sus vertientes corresponde, por lo menos en apartencta. la relación entre producción y reproduccíón social. Por un
a algunas de las retvtndícacíones dei movírníento estu- lado. con los recortes en el presupuesto social dei Estado-
díanttl de los anos sesenta e incluso de los nuevos movi- Providencia, la quíebra de la indexación entre productíví-
mientos soctales de los anos setenta y ochenta. dad y salarto, buscó eliminar o. por lo menos atenuar, la
Las luchas por la cíudadania social en el segundo perío- conexión económica. Por otro lado, a través de la difusión
do (capitalismo organizado) tuvieron como objetivo explícito social de la producción, buscó profundizar otras conexiones

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entre produccíón y reproduccíón. Por ejcmplo, Ia fragmen- ereto y la experlencia dei "fin de la socíedad dei trabajo"
(1988: 345),
tación de los procesos productívos hlzo postble lagenerali-
zacíón dei trabajo a domicilio (casi síernpre femenlno) y El aislamiento politico de las c/ases trabaJadoras en la
éste transformá el espacio doméstico de muchas familias producciónestá ligado obviamente a los procesos que aca-
trabajadoras en un campo de trabajo donde la producción bé de descrlbir y constituye de hecho la otra fase de la di-
y la reproducctón conviven hasta casi confundirse. Por otro fusión social de la producción. Las variadas dimensiones
lado, la generalizaclón de las formas de pluriactividad hizo de esta difusión social de la produccíón, contribuyeron,
más compleja y dificll la distinción entre tiempo vital y cada una a su modo, para la transformación de la clase
tíernpo de trabajo y lo mísrno sucedió a través de la degra- obrera en mera fuerza de trabajo , Son particularmente
dacíón de la seguridad social, que hizo más problemática importantes en este ámbito las diferentes estrategías de
la fase postproductiva de la vida. Hay que agregar que, en flexibilización, o mejor, de precarización de la relación
muchas profesiones li ocupacíones. el cuerpo (la aparien- salarial que por todas partes han venldo siendo adopta-
cía corporal, visual, vigor fístco. vestido, maqul1laje) pasó das: dismlnución de los contratos de trabajo por tiempo
a ser la segunda fuerza productiva dei Irabajador ai lado indeterminado. substituidos por contratos a término fijo
de la fuerza de trabajo proplamente dicha. y de trabajo temporal, por el trabajo falsamente mdepen-
En esas sttuacíones. parte del tiempo vital de la reproduc- diente y por la subcontratación, por el trabajo a domicilio
ción es de hecho un segundo turno de trabajo productlvo, y por la fcmíruzacíón de la fuerza de trabajo (asoclada en
ocupado enjogging. gimnasia, masajes, ftstculturtsmo, etc. general a una mayor degradación de la relacíón salarial).
Este segundo turno de trabajo tiende incluso a aumentar Todas estas formas de relaclón salarial tienen por objeto
con la disminución dei tiempo de trabajo asalariado o de ftjar los ritmos de la reproduccíón social a los ritmos de la
prímer turno. En este contexto de no diferenciación pro- producción ("hay traba]o cuando hay pedidos"), un proceso
gresiva entre producción y reproducción, se debe hacer que designado como regreso deZcapital variable, EI síndrome
una referencia a los códigos de conducta elaborados por de msegurtdad que él genera entre las familias trabajado-
las empresas (casí siempre mujunacíonales) para ser se- ras y la competencía que crea entre ellas se han revelado
guidos por sus empleados fuera del tlempo de trabajo y como poderosos instrumentos de neutralización política
donde se ímponen los lugares de esparcímíento para Ire- deI movímterito obrero.
cuentar o evitar. el tipo de relaciones personales para pre- La coexistencia de varias relaciones salariales y la seg-
ferir o rechazar, formas de comportamiento recomendables mentación de los mercados de trabajo produjo una gran
o condenables, el vestuarto a ser usado. etc. La "lealtad a fragmentactón y heterogentzactón dei proletariado lo que
la empresa durante 24 horas", es un slogan grotesco que hace más difícil la macronegociación colectíva y coloca a
llevado at extremo hace que incluso la tenue dtsttncíón las organízactones stndícales en una postcíón de debilidad
entre sumisión real y sumisión formal desaparezca. estructural, una debilidad agravada por la reducción de
La promlscuidad entre producción y reproducción le las tasas de stndícaltzacíón en casi todos los países. Para
quita razón ai argumento de Habermas (1982) y de Offe esta también han contríbutdo las transfonnaciones operadas
(1987) según el cu al las sociedades capitalistas pasaron de en el propio proceso de trabajo: técnicas de enríquecímíen-
un paradigma de trabajo hacla un paradigma de ínterac- to dei trabajo, políticas de clasiflcación y de callflcación,
cíón. Es verdad que el trabajo asalariado como unidad alteracíones en el control dei proceso de trabajo , generali-
homogênea y autónoma del tiempo vital se descaractertzó, zacíón dei trabajo a destajo y de los incentivos de produc-
pero, por otro lado, esto sólo ha sido postble en la medida tívídad. En su conjunto estas transformaciones le quitan
en que el tiempo formalmente no productívo ha adquirido sentido a la unidad de los trabajadores y promueven la
características de tíernpo de trabajo asalaríado al punto de íntegracíón individual e individualmente negociada de los
transformarse en la contínuactón de éste bajo otra forma. trabajadores en la empresa. Por todas estas vías, la inte-
Tiene pues razón Schwengel cuando afirma que la socíe- gración cada vez más intensa en la produccíón va a la par
dad contemporânea oscila entre la utopía del trabajo con-

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con la progresiva destntegractón politica dei movimiento situación muy diferente a la dei periodo dei capitalismo
obrcro. Aíslados, los trabajadores no sou clase obrera, son liberal, aunque tambíén como ella, caracterizada por el predo-
fuerza de trabajo. Tal vez esto explique en parte la poca mmío dei principio dei mercado sobre el principio dei Es-
resístencia o la poca eftcacía de la reststencía de las orga- tado. Diferente porque, en el período dei capitalismo liberal.
nízactones síndtcales frente ai proceso de degradación de no fue necesario privatizar el sector social del Estado, tan
la relación salarial. solo fue necesarío no dejar que él surgíese: diferente por-
La degradacíón general de la relación salartaí es , stn que, en el período deI capitalismo desorganizado, el predo-
embargo. sólo un aspecto dei atslamíento politico de las minio dei principio deI mercado tíene una fuerte dímenstón
clases trabaj~doras. Otro aspecto no menos importante es ideológica que ayuda a legitimar la relativa retirada del Estado
la degradacion de los salarias indirectos y consecuente- de la prestacíón de la seguridad social. al mísrno Iiempo
mente, de las prestactones y servíctos del Estado-Provi- que oculla el fortaleclmiento, aparentemente contradícto-
dencia. EI retroceso eu las políticas socíales asumió varias rio, de la mtervcncíón dei Estado ert el área econórníca: la
forma~: .recor~tes en los programas soctales, esquemas de "proteccíón" y víabtlízactón de empresas, los incentivos fís-
coparttcipactõn en los costos de los servícíos prestados por cales, el protecctonísmo, las prtvatízactones o el oculta-
parte de los usuarios; prtvattzacíón capitalista de ciertos mtento de sítuactones de quíebra técnica muchas veces
sectores de la providencia estatal en el campo de la salud engendradas por medios fraudulentos, en suma, el "Esta-
pensiones, vtvtenda, educación, transporte y subSidiOS; do-Providencia de las empresas". Por último, el predomi-
transferencia de servícíos y prestaciones hacia eI sector ruo dei principio dei mercado es ahora diferente porque, ai
privado de solidaridad social mediante convenio con el Es- contrario de lo que sucedió en el período dei capitalismo
lado; movllización de la familia y de las redes de fntercono- liberal, apela ai principio de la comunidad y a las ideas que
crmíento y de ayuda mutua -lo que en general podemos él incluye. como por ejemplo, las de partictpacíõn, solída-
designar como sociedad-providencia- para el desempeno rídad y autogoblerno, para obtener su complicldad ideo-
de funciones de segurtdad social hasta ahora desempena- lógica en la Iegtttmacíón de la transferencia de los servi-
das por el Estado. cios de la seguridad social estatal hacia el sector privado
. La difusión social de la producclón y el aislamiento polí- sin ânimo de lucro.
tíco de las clases trabajadoras en estas dos últimas décadas A pesar de todas las diferencias el regreso deI principio
han sido acompaüadas, en el plano polílico-cultural. por dei mercado en los últimos veinte afins representa la re-
una constelación ideológica en que se mezclan el renaci- validación social y política dei ideario liberal y, consecuen-
miento dei mercado y de la subjelividad como ar tículado- temente. Ia revalortzactón de la subjetívídad en detrimenlo
res nucleares de la práctíca SOCial. La idea de mercado y de la ctudadanía. También en este domtnío, la respuesta
las que gravítan en su órbita (autonomía, libertad inicia- dei capital aprovecha y dtstorstona hábilmente algunas de
tiva privada, competencia, mérito,lucro) han dese~pena­ las retvtndícacíones de los movímíentos contestatarios de los
do un papel decisivo en la desarticulaclón de la rigidez de últimos treinta anos. La aspiración de autonomía, creati-
la relacíôn salarial hcredada deI período anterior y en el vídad y reflecttvtdad se Iransmuta en prtvattsrno, des-so-
desmantelamiento relativo del Estado-Providencia. Asts- cialización y narcisismo, los cuales acoplados a la vertiente
timosa la colonización dei principio dei Estado por parte productívtsta. sirven para integrar, más que nunca, a los
dei prmcipto dei mercado, una colonización que íncluye en individuos en la compulsión consumista. Tal integración,
ocasiones la introducción de la competencta entre institu- lejos de significar una ahdtcacíón materialista, se vive como
cíones dei Estado en la prestación de servícíos a otras ms- exprestón de un nuevo idealismo, un idealismo fundado en
tituciones dei Estado como, por ejemplo, la que, según la objetos (objetístico). La naturaleza dei consumo se trans-
nueva ley inglesa dei Servícto Nacional de Salud, debe su- forma. Además de que algunos objetos de consumo no tienen
ceder entre diferenles hospítales estatales en la prestacíón síqutera una cxístencta material (las imágenes digilales.
de servícíos hospitalarios a ese servicio. Se trata de una por ejemplo), la retraccíón de la producción en masa y su

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decir con certeza que la dífustón social de la producción
substitución gradual por la ciientelización y personaliza- contrtbuyó a desenmascarar nuevas formas de opresi~~~
ción de los objetos transforma a éstos en características que el aislamiento político deI movímíento obrero factlttó
de la personalidad de quien los usa y en esa medida, los el surgimiento de nuevos sujetos sociales y de nuevas prác-
objetos transitan de la esfera dei tener hacía la esfera de tícas de movilización social.
ser". EI nuevo subjetivismo es objetístico y el culto de los La socíología de ia década de los ochenta estuvo domi-
objetos es elersatz de la intersubjetividad. Estas transfor- nada por la temática de los nuevos sujetos sociales y de los
macíones son tan profundas y arquetípicas que para pro- Nuevos Movimientos Sociales (NMSs). Aún aquellos que no
barlas es necesario proceder a transformaciones también compartleron la postcíón de Touraine (1978), para quien
profundas y arquetípicas en la teoría sociológica. En las el objeto de la socíología es el estudio de los movtmíentos
condiciones socíales de los anos noventa, el idealismo será soctales. reconocen que la última década tmpuso :sa te-
probablemente la forma más consecuente de materialismo. mática como una fuerza sm precedentes, siendo solo ob-
En esta nueva conftguracíón simbólica, la hipertrofia jeto de debate el elenco y la jerarquizaclón de las razones
del principio dei mercado sefiala un nuevo desequilibrio explicativas de ese fenômeno. Se trata pu~s de ~n tema
entre regulación y emancipación. En esta ocasíõn, el ex- sobre e1 cual se acumuló una extensa biblIografIa. tant~
ceso de regulación reside en que subjetividad sln ciudada- en los países centrales como en América Latina y que aqut
nía conduce al narcisismo y ai autismo. no es del caso revisarB. Sólo ínteresa mencionarIo brevemen-
te en la medida en que intercepta los dos ~olos estru~tura?­
Los NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES tes de este texto: la relacíón entre regulacion y ernartctpaclón
y la relación entre subjetlvidad Y ci~dadanía. .
Sostuve arriba que las dos últimas décadas fueron ex- La identificación de la interseccion de los nuevos mOVI-
pertrnentales. También fueron contradictorias. EI hecho mientos socíales en esta doble re1ación es tarea difícil, porque
de que hasta ahora no se haya estabilizado en los países es grande la diversidad de estos movimientos Y porque es
centrales un nuevo modo de regulación social en sustítu- dudoso si esa diversidad se puede reconducir a un concepto
ción dei modo fordista llevó a que las soluciones experi- o a una teoría sociológica únicos. Una deftníctón genérica
mentadas, además de empíricas (eIAdhocismo) e inestables como la que por último nos proponen Dalton y Kuechler
(el Stop andgo, no sólo en el campo económlco, sino tam- -"un sector significativo de la población que de~arrolla y
bíén en los dominios social y cultural), sean contradicto- define intereses mcompatíbles con el orden pohtlco y so-
rias. No es de extrafiar pues que el exceso de regulación cial existente y que los prosígue por vías no instituciO~~II:
que acabo de mencionar haya convivido en los últimos zadas, invocando el uso de la fuerza física o de la coerc.lO~
veinte afias con movimientos emancípatortos poderosos. (Daiton y Kuechler, 1990: 2271-abarca realidades soctolô-
testtgos dei surgímíento de nuevos protagonistas en un gicas tan diversas que a la postre, es muy poco lo que se
renovado espectro de ínnovacíón y transforrnacíón socía- dice de ellas. Si en los países centrales la enumeracIón de
les. La contradicción reside en que la hegemonía del mer- los nuevos movimientos sociales incluye típicamente los
cado y sus atributos y exígencías alcanzó un nivel tal de movímíentos ecológicos, feministas, pacifistas. antirr~aCis­
naturalización social que, aunque lo cotidiano sea ímpen- tas, de consumidores y de autoayuda. la enumeracion <;n
sable sin él, no se le debe por eso mísmo, ninguna lealtad América Latina -donde tambíén es corriente ia desígnacíón
cultural específica. Así, es socialmente postble vívír stn de movimientos populares o nuevos movímíentos popula-
duplicidad y con igual intensidad la hegemonía dei mer- res para diferenciar su base social que es caractenstica de
cado y la lucha contra ella. La concreción de esta posibill-
8 Entre la extensa bibliografia, ver cuatro importantes ltbros (tres de ellos co-
dad depende de muchos factores. Por ejemplo, se puede Iecttvos), dos centrados en los NMSs de los países capitalistas avanzados
(Scott, 1990; Dalton y Kuechler, 1990) Ydos centrados en los NMSs de Amé-
7 Más aliá de los análtsts de BaudrlIlard, consultar la retnterpretactón de la rica Latina (Scherer-Warren Y Krischke. 1987; Laranjeira, 1990).
tecnologia de la comunicactõn hecha por Raulet (1988: 283 y ss.)

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vidad-ciudadanía Ypara mostrar que esos factores no es-
los movimíentos en ,los países centrales (la "nueva clase
tán presentes dei mísrno modo en todos los NMSs en to-
medta"l- es bastante más heterogénea. Teníendo en cuenta el
caso brasílefio , Scherer-Warren y Kríschke destacan la "par- das las rcgtones del globo. .
La novedad más grande de los NMSs restde en que cons-
cela de los movímtentos socíales urbanos propiamente dí-
chos, los CEBs (Comunidades [Ec/esiales de Base] orga- títuyen tanto una crílica de la regulaCi?n social capitalis-
nizadas a partir de adeptos de la tglesia católica), el nuevo ta como una crítica de la emancipacion social socialista
sindicalismo urbano y más recientemente también rural, ta! como fue definida por el marxismo. Alidenliflcar rrue-
el movímíento feminista, el movtmíento ecológico, el mo- vas formas de oprestón que sobrepasan las relaciones de
vimlento pacifista en etapa de organización, sectores de producción, y ni siquiera son específicas, de ellas , como
movimlentos dejóvenes y otros" (Scherer-Warren y Kríschke, son la guerra, la polucíón, el machismo, el racismo o el produc-
1987: 41). La enumeración de Kãrner, para el conjunto de tívtsrno: y ai abogar por un nuevo paradigma social, me-
América Latina es aún más heterogênea e incluye "el po- nos basado en la riqueza y en el btenestar material d el que,
deroso movímtento obrero democrático y popular surgido en la cultura y en la calidad de vida, denuncian los NMSs,
en e1 Brasil, liderado por Luís Ignácio da Silva (Lula) y que con una radicalidad stn precedentes, los excesos de regu-
luego dertvó en el Partido de los Trabajadores: el Sandt- lación de la modernidad. Tales excesos alcanz:m no sólo
nismo que surgtó en Nicaragua como un gran movfmiento el modo como se trabaja y produce. sino tambíén el modo
social de carácter plurielaslsta y pluriideológico; las dife- como se descansa y vive; la pobreza y las asimetrías de las
rentes formas que asume la Iucha popular en el Perú tanto relaciones soctales son la otra fase de la alienación Y del
a nível de los barrios ("pueblos jóvenes") como a nível re- desequilibrio interior de los írrdtvtdu.os: Yfinalmente. esas
gional (Frentes Regíonales para la Defensa de los Intere- formas de opresión no alcanzan específica~ente~ una ela-
ses del Pueblo): las nuevas expertencías de "paras cívicos se social y sí a grupos soctales transclaslstas o Incluso a
nacíoriales", con la parttcípacíón de sindicatos, partidos ia soctedad en su todo.
polílicos y organizaciones populares (grupos eclesiásticos En estos términos, la denuncia de nuevas formas de opre-
de base, comités de mujeres, grupos estudiantiles culturales, sión implica la denuncia de las teorías y de los movtmten-
etc.) en Ecuador, en Colornbta y en el Perú; los movírníen- tos emancipatorios que las omítteron. que las desCUid~r?n
tos de tnvastones en São Paulo; las invasiones mastvas de cuando no fue que pactaron con ellas. Implica pues, la,cntlCa
tierras por los campesinos de México y otros países; los al marxismo y al movtmíento obrero tradicional. a~1 como
Intentos de autogestión en los tugurios de las grandes cíuda- la crítica ai llamado "socialismo real". Lo que es V1StO por
des como Caracas, Lima y São Paulo; los comités de defensa estos como factor de emancipación (el bienestar material,
de los Derechos Humanos y las Asoctacíones de Familia- el desarrollo tecnológico de las fuerzas productrvas) se
res de Presos y Desaparecidos, habíendo surgido estas dos transforma en los NMSs en factor de regulación. Por otro
últimas íntctatívas, bástcamente de los movímíentos socía- lado, porque lasnuevas formas de opresíón se revelan discursi-
les. (Kârner, 1987: 26)9. vamente en los procesos sociales donde se forja la ídentt-
Estas enumeraciones son en sí mtsrnas reveladoras de dad de las víctimas, no hay una preconstitución estructural
la identidad tan sólo parcial entre los movtmíentos socta- de los grupos Y movimientos de emancipación. por lo que
les de los países centrales y de América Latina, un tema ai el movírntento obrero y la clase obrera no tienen una pO~i­
que volveré más adelante. Por ahora, nos sírven para iden- ción privilegiada en los procesos sociales de emancipacio~.
tificar algunos de los nuevos factores que los movtrntentos Además, el hecho de que el movimiento obrero de los pai-
socíales de las dos últimas décadas introdujeron en la re- ses centrales haya estado muy ínvolucrado en la regula-
Iacíón regulación-emancipación y en la relación subjeti- ción soctal fordísta en el segundo período dei desarrollo
capitalista nende a hacer de él una tr?-ba, más que un motor
9 Hasta el inicio de los noventa los movtmtentos Indígenas son raramente men- de emancipación en este tercer período. Por últtmo. a~n­
cionados. Sin embargo. en los últimos anos. sobretodo en América Latina. que las nuevas opresiones no deben hacer perder de VIsta
han sido muy importantes e tnnovadores en la lucha social y poltttca.

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las viejas oprestones, la lucha contra aquellas no se pue- se difunda socialmente en todos los sectores de la vida
de hacer en nombre de un futuro mejor en una sociedad social y. por esa vía , se globalice. Mientras más fuerte fue
por construir. Alcontrarío, la emancípactón por la que se en el pasado la vivenda social de la dominación en las re-
lucha, tiene como objetivo transformar lo cotidiano de las laciones de produccíón. más intenso será ahora su carác-
víctimas de la opresíón aquí y ahora y no en un futuro le- ter socialmente difuso. La plusvalía puede ser sexual.
jano. La ernanctpacíón o comíenza hoy o no comienza nunca. étnica. religiosa. generaclonal. política. cultural; puede
De ahí que los NMSs. con la excepción parcial dei movi- tener lugar en el hábito (y no en el acto) de consumo; pue-
mtento ecológico. no se movllicen por responsabilidades de tener lugar en las relaciones desiguales entre grupos de
íntergeneractonales. presión, partidos o movímíentos políticos que deciden el
Las enumeraciones de los diferentes movimientos arri- armamento y el desarme. la guerra y la paz; puede ineluso
ba citadas muestran por sí mísmas que esa nueva relación tener lugar en las relaciones socíalcs de destruccíón en-
entre regulactón y emancipación bajo el impacto de los tre la sociedad y la naturaleza. o mejor entre los llamados
NMSs es tan sólo manifestación de una constelación polí- recursos "humanos" y los llamados recursos "naturales"
tico-cultural dominante, diversamente presente o ausente de la soctedad.
en los diferentes movimientos concretos. Lo que la carac- Sin querer entrar en el debate sobre la continuidad o la
teriza verdaderamente es un fenómeno aparentemente ruptura entre los víejos y los nuevos movtmíentos socta-
contradictorio de globalización-Iocalización. tanto a ntvel les!", me parece innegable que sín la expertencía histórica
de la regulacíón como a nível de la emancípacíón. La globa- de la dominación en la esfera de la producción. hoy no se-
ltzacíón a nivel de la regulación se hace posible por la cre- ria, social y culturalmente posíble. pensar la reproducción
ciente promiscuidad entre produccíón y reproducción social social en términos de relaciones de dominación. Y la ver-
sefialada atrás. Si el tiempo vital y ei tíernpo de trabajo dad es que los países con fuertes NMSs. tienden a ser paí-
productívo se confunden cada vez más, las relaciones so- ses donde fueron, y quízás todavía son fuertes los víejos
cíales de la producción se descaractertzan como campo movímíentos sociales. También es por eso, que en el cam-
privilegiado de dominación y jerarquización social; y el po de los NMSs. América Latina sobresale en forma desta-
relativo vacío simbólico así creado lo llenan las relaciones cada dei resto de los países periféricos y semiperiféricos.
sociales de reproducción social (en la famílía y en ios espa- EI proceso de globalización en el campo de la regulación
cios públicos) y por las relaciones socíales en la produc- tambíén es un proceso de localización. La razón está en
cíón (relaciones en el proceso de trabajo productivo asalaríado que. como formas de mtersubjettvídad, Ias relaciones so-
entre trabajadores, hombres y mujeres. blancos y negros. cíales de reproducción y las relaciones sociales en la pro-
jóvenes y adultos. católicos y protestantes. hindúes y rnu- ducción, son mucho más concretas e ínmedtatas que las
sulmanes, chiítas y sunttas). relaciones sociales de producción. Mientras éstas últimas
Cualquiera de estos dos últimos tipos de relaciones so- se pueden esconder yabstractizar fácilmente detrás de las
ctales ha venido adquírterido crecíente vlsibilidad social en máquinas, ritmos de producción, normas de fabricación.
los últimos vemte aüos. Pera. contradictoriamente, este reglamentos de fábrica, aquellas no son sino vivencias de
proceso de vístbtlídad social sólo es postble anelado en la relaciones entre personas, entre grupos. entre personas o
lógica (y no en la forma) y en la htstortcídad de la domina- grupos y el aíre, los rios. los bosques o los antrnales, entre
ción propia de las relaciones de produccíón. Es decír la dífu- la vida y la muerte. Es cíerto que también aqui haymedta-
stón social de la produccíón. al mísrno tiempo que conduce danes abstracttzantes, sean ellas las leyes, Ias costumbres,
ai no privilegio relativo de la forma de domtnacíón especí- la religiÓn. el discurso político. Ia publicidad o la idea de
fica de las relaciones de producción (la explotación a tra-
10 A título de ejempto.cf ver las posiciones de Gunder Frank y Fuentes (1989)
vés de la extracción de piusvalía econórnícal, hace posible Yde Brand (1990), a favor de las tesis de la continuidad entre viejos y nue-
que la lógica de ésta (la extracción de plusvalía en una re- vos movrmíentos soctales: y las posiciones de Dalton y Kuechler (1990) en
lación social que no tiene como ftn explícito tal extraccíón) favor de la tesis de la novedad de los NMSs.

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progreso, pera difícil mente excusa, ya sea la relacíón fren- SUBJETIVIDAD Y CIUDADANIA EN LOS NUEVOS MOVIMiENTOS

te a frente entre apresar y oprimido. ya sea la relación fren- SOCIALES


te a frente entre la víctima y la causa de su víctímízacíón.
De ahí que lo cotidiano -que es, por excelencía, el mundo Uno de los más encendidos debates sobre los NMSs,
de la Intersubjetlvldad-sea la dlmenslón espacto-tempo- incide en el impacto de éstos en la relación subjetivi-
ral de la vivencia de los excesos de regulación y de las opre- dad-cludadanía. Según aígunos. los NMSs representan la
síones concretas en que ellos se desdoblan. afirmación de la subjetividad frente a la ciudadanía. La
A nivel de la emanctpactón, ocurre también un fen6me- emancipación por la que luchan no es política sino ante
todo personal, social y cultural. Las luchas en que se tra-
no correspondlente de globallzaclón-Iocalizaclón. Una vez
ducen se pautan por formas organizativas (democracia
liberada de la envoitura estructural que le conferían las
parttcípatíva) diferentes de las que precedieron a las lu-
relaciones soclales de producclón -el Estado capitalista y
chas por la ciudadanía (democracia representativa). AI
eI movírníento obrero-Ta tarea de descubrir las oprestones contrario de lo que se dia con el dúo marshaUiano cíuda-
y de la lucha contra ellas, es potencialmente una tarea sln danía-clase social en el período dei capitalismo organiza-
fln, sm un sujeto social específlcamente titular de eUa y do: los protagonistas de estas luchas no son las clases
stn lógica de acumulación que permita distinguir entre sociales, son grupos soctales, a veces mayores , a veces
táctlca y estrategía. Los valores, la cuitura y la calidad de menores que las clases, con contornos más o menos defi-
vida. en nornbre de los cuales se lucha son, por sí mísmos. nidos en función de intereses colectivos, a veces muy lo-
maximalistas y globalizantes, no susceptlbles de finaliza- calizados pero potencialmente universalizables. Las formas
ción y poco inclinados hacía la negociación y el pragmatismo. de opresión y de exclusión contra las cuales luchan no pue-
Por otro lado, si en algunos movimlentos es discernible un dcn, en general. ser abolidas con la mera concesión de
interés específico de un grupo social (las mujeres, las rní- derechos, como es típico de la ciudadanía; exigen una
narías étnicas, los habitantes de las favelas. los jóve- reconversión global de los procesos de soctalízacíón y de
nes), en otros, el ínterés es colectlvo y el sujeto social que inculcación cultural y de los modelos de desarrollo, o exí-
los titula es potencialmente la humanidad en su todo (mo- gen transformaciones concretas, inmediatas y locales (por
vímíento ecológico, movímíento pacifista). Por último, la lu- ejemplo. el cierre de una central nuclear, la construcción
cha ernancípatorta, síendo maxírnalts ta, dispone de una de una guardería infantil o de una escuela, la prohibiclón
temporalidad absorbente que compromete en cada momen- de publlcidad violenta en la televlsión), exígenctas que, en
to todos los fines y todos los medias, siendo difícil la ambos casos, van más allá de la mera concestón de dere-
planeacíón y la acumulación y por lo tanto más probable, chos abstractos y uruversales. Por último, los NMSs, tie-
la discontlnuidad. Porque los momentos son "locales" de nen lugar en el marco de la sociedad civil y no en el marco
tiempo y de espacio, la fijación momentánea de la dei Estado y, en relación con el Estado mantienen una dis-
globalidad de la lucha tambíén es una fljación localizada tancia calculada. simétrica a la que mantienen con los
Y» es por eSQ que lo cotidiano deja de ser una fase menor o un partidos y con los sindicatos tradícíonalcs.
hábito descartable para pasar a ser el campo privilegiado Esta concepción, que basa la novedad de los movímien-
de la lucha por un mundo y una vida mejores. Frente a la tos sociales en la afirmación de la subjetividad sobre la
transformación de lo cotidiano en una red de síntesis mo- cíudadania. ha sido criticada ampllamente. La crítica más
mentáneas y localizadas, de deterrntnacíones globales y frontal proviene de aquellos que precisamente contestan
maxtmaltstas. el sentido común y el vulgar dei día a día, la novedad de los MNSs. Según e11os, los MNSs son, de
tanto público como privado, tanto productivo como repro- hecho, viejos (los movimientos ecológicos, feministas. pa-
ductivo, se desvulgarizan y pasan a ser oportunidades úni- cifistas dei sigla XIX y el movímtento antirracista de esa
cas de inversión y protagonísmo personal y de grupo. De época y de los aftas clncuenta y sesenta): o son portado-
ahí la nueva relación entre subjetividad y ciudadanía. res de reívtndícactonee que fueron parte integrante de los

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víejos movimientos socíales (el movímíento obrero y eI movi- contraste con lo que pasa en los países centrales, "una de
miento agrario o campesino); o, por último, corresponden las características propias de América Latina es que no hay
a ciclos de la vida social y económica y, por eso, su nove- movimientos sociales puros o claramente definidos, dadas
dad, porque aunque recurrente, tan sólo es aparente. Los la multidimensionalidad, no soIamente de las relaciones
modos de movilización de recursos organ1zativos y otros, soctales sino también de los propíos sentidos de la acción
y no la ídeología, deben ser para estas autores, el punto de colectiva. Por ejemplo, es probable que un movímíerito de
apoyo dei análisis de los NMSs. Para esta segunda concep- orientación claststa esté acompaftado de juícíos étnicos y
cíón, el impacto buscado por los MNSs es , en última íns- sexuales, que lo díferencían y lo astmtlan a otros movímíen-
tancia, político y su lógica prolonga la ciudadanía que tos de ortentacíón culturalista con contenidos clasistas.
orientó los movimientos socíales deI pasado. La distancia Así, los movimientos sociales se nutren con ínnumerables
de los NMSs con el Estado es más aparente que real, pues energias que incluyen, en su constitución. desde for~as
las reivindlcaciones globales-Iocales slempre acaban por orgánícas de acclón social por el control dei sistema polítíco
traducirse en una extgencía hecha ai Estado y en los tér- y cultural hasta modos de transformaclón y particlpaclón
minos en que eI Estado se síenta ante la contíngencía po- cotidiana de auto-reproducclón socletarla" (en Ponte, 1990:
lítica de tener que darle respuesta 11. Además, la prueba de eso 281). A mt modo de ver. en esta "impureza", reside la ver-
mismo es que no es raro que los NMSsjueguen eljuego de la dadera novedad de los NMSs en América Latina y su ex-
democracia representativa, aunque sea por ellobby!ng y tensíón a los NMSs de los países centrales es una de las
por la vía extraparlamentaria; y entran en alianzas más o condiciones de la revitalización de la energia emancipa-
menos ofíctales con sindicatos y partidos. cuando eIlos rrusmos torta de estos movímíentos en general. En la medida en que
no se transforman en partidos. esto suceda. será más verosímilla teoría unitaria. Pero aho-
En mi opinión, no es preciso rechazar la novedad de los ra, sólo es postble hablar ablertamente de tendencias y de
NMSs para criticar las ilaciones que saca de ella la prtme- opciones.
ra concepción. La novedad de los NMSs, tanto en eI cam- La novedad de los NMSs no reside en el rechazo de la
po de la ideología como en eI de las formas organtzatívas, política sino, ai contrario, en la ampliaclón de la política
me parece evidente, aunque no deba ser defendida en tér- hasta más aliá dei marco liberal de la dlstinclón entre Es-
minos absolutos. Tal como Scott (1990), dudó que los NMSs tado y socíedad civil. Los NMSs parten dei presupuesto de
puedan ser explicados en su totalidad por una teoría uni- que las coritradíccíones y las oscilaciones periódicas en-
taria. Basta tener en mente las diferencias significativas tre el principio dei Estado y el principio del mercado son
en términos de objetivos de Ideología y de base social en- más aparentes que reales, en la medida en que eI tránsito
tre los NMSs de los países centrales y los de América Latina. histórico deI capitalismo se hace de una interpenetración
Entre los valores postmaterlalistas y las necestdades bá-
siempre creciente entre los dos prmcípíos, una interpene-
sicas; entre las críticas aI consumo y las críticas a la falta
traclón que subvlerte y oculta la exterioridad formal dei
de consumo, entre el hlperdesarrollo y el sub (o anarco)
Estado y de la política frente a las relaciones socíales de
desarrollo, entre la alienación y el hambre, entre la nueva
producción. En estas condiciones, invocar eI principio del
clase media y las (poco esclarecedoras) clases populares,
entre el Estado-Providencia y el Estado autorttarto, hay Estado contra eI principio del mercado, es caer en la tram-
naturalmente diferencias importantes. No se excluye, por pa de la radlcalidad fácil que consiste en transformar lo
otro lado, que algunos de los NMSs de América Latina ten- que existe en lo que ya existe, como es proplo dei discurso
gan grandes afinidades con e1 tipo dominante de NMSs en político oficial.
los países centrales pera. en general, están correctos Fer- A pesar de estar muy colonizado por el principio del Esta-
nando Calderon y Elizabeth Jelin cuando afirman que, en do y por el principio dei mercado, el principio de la comu-
nidad rousseauniana, es el que tiene más potencialidades
11 Para el debate en el Brasil. ver por ejemplo. cf., ~uth Cardoso (I 983) Y Pe-
para fundar las nuevas energias emancipatorias. La idea
dro Jacobi (1987). de la oblígacíón política horizontal entre ciudadanos y la

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idea de la participación y de la solidaridad concretas en la en el estilo de acción política es el eslabón que une los NMSs
formulación de la voluntad general, son las únicas suscep- con los víejos movímtentos socíales. A través de esta no-
tlbles de fundar una nueva cultura polítlca y, en última vedad continúan y ahondan la lucha por la ciudadanía, no
instancia, una nueva calidad de vida personal y colecti- siendo por eso correcto justificar (con base en esta nove-
va basadas en la autonomía y en el autogobierno. en la dad) un pretendido desinterés por las cuestlones de la cíu-
descentrallzaclón y en la democracia parttctpatíva, en el dadanía en los NMSs como lo hacen Melucci (1988) Yotros.
cooperativismo y en la producción socialmente útil. La No rechazo una cierta normatividad en este análisis y,
poltttzacíón de lo social, de lo cultural, e incluso de lo per- un campo de muchas opctones , la preferencia por la op-
sonal, abre un inmenso campo para el ejercícío de la cíu- ción más opttmísta o prometedora. Son conocidas las limi-
dadanía y revela, aí mísrno tíempo, las limitaciones de la taciones de los NMSs y hoy en día ernpíeza a ser común
cíudadariia de extracción liberal, incluso de la ciudadanía afirmar que ya pasó su momento de apogeo. Es debatlble
social, circunscrita ai marco dei Estado y de lo político por si la relacíón tensa o de distancia calculada entre la demo-
él constrtutdo, Sin postergar las conquistas de la ciudada- cracia representativa y los NMSs ha sido benéfica o perju-
nía social, como en últimas pretende elliberalismo político- dícíal para éstos últimos, Según algunos, esa tensión o
económíco, es posíble pensar y organizar nuevos ejercíctos distancia es responsable por la inestabilidad, por la dts-
de ciudadanía -porque las conquistas de la ciudadanía ci- continuidad y por la incapacidad de untversalízacíón que,
vil. polítlca y social no son trreverstbles y están lejos de ser en general, han sufrido los NMSs y que a la postre son res-
plenas- y nuevas formas de ciudadanía -colectívas y no ponsables por el impacto relativamente restringido de los
meramente índtvíduales: ejerctctcs y formas basados en movimientos en la transformación política de los países
formas político-jurídicas que, aI contrario de los derechos donde han ocurrtdo, Por ejcmplo, TuBo Vigevani sefiala los
generales y abstractos, íncenttven la autonomía y comba- riesgos de asambleísmo, plebiscitarismo y mesíantsrno resul-
tan la dependencia burocrática, personalicen y localicen tantes de que no exista "ningún tipo de instltucionaliza-
las competencias interpersonales y colectivas en vez de ción", de que no exístan "los mecanismos necesarios para
sujetarlas a patrones abstractos: ejercicios y formas que la construcción de la voluntad colectlva", y lo lleva a pre-
parten las nuevas formas de exclustón social, basadas en guntarse por los "alcances cuantitativos de los movímten-
el sexo, en la raza, en la pérdida de calidad de vida, en el tos socíales" (1980: 108), Pero, por otro lado, con un éxito
consumo, en la guerra, que ahora ocultan o Iegtttman. muy diferenciado, algunos movímíentos se han "institucio-
ahora complementan y profundizan la exclusión basada nalizado" convlrtléndose en partidos y disputando la polí-
en la clase social. tica partidaria con lo que, en este caso, corren el ríesgo al
No es sorprendente que, al regresar políticamente, el adoptar la estructura organizativa del partido de movímíen-
principio de la comunidad se traduzca en estructuras to. de subvertlr la Ideologia y los objetivos dei movímíento
organizacionales y estilos de acción política diferentes de que condujo ai partido: este es un riesgo bien expresado
aquellos que fueron responsables de su eclipse, De ahí la en la forma dei fraccionallsmo entre pragmatlsmo y funda-
preferencia por estructuras descentralizadas, no jerárquí- mentalismo, propia de estos partidos.
cas y fluidas, en víolactón de la racionalldad burocrátlca Dada la gran diversidad de los NMSs, es imposible ha-
de Max Weber o de la "Iey de hierro de la oligarquía" de blar de un patrón único de relaciones entre democracia
Robert Michels. De ahí tambíén la preferencia por la ac- representativa (cuando és ta existe, debido a que en Amé-
ción política no institucional, fuera del compromiso neocor- rica Latina la lucha de los NMSs se ha dado muchas veces
poratlvista, dirigida a la opinlón pública. con vigorosa utt- por lograr dicha democracia) y democracia partlcipatlva.
lízactón de los medios de comunícacíón social. involucrando N o me parece, en sí mismo negativo el hecho de que esas
casi siempre actividades de protesta y confiando en la movi- relaciones, cualesqutera que sean, siempre se hayan ca-
lízacíón de los recursos que ellas proporcíonan, Dtaléctí- racterizado por la tenstón y por la dificil convívencía entre
camente, esta novedad en las estructuras organizativas y las dos formas de democracia, toda vez que es de esa ten-

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sión que se han liberado muchas veces las energías ernanct- minista -aunque las reívíndícacíones concretas sean dis-
patorlas necesarías para la ampllaclón y la redefinlclón dei tintas), con movímíentos propíos orientados hacía la rei-
campo político. Hay que agregar que, Incluso cuando las víridícactón de la democracia y de las necesldades bási-
formas de institucionalización son más tenues, la dtscon- cas (comunidades eclcstalcs de base, movtmíentos de los
tlnuldad de los NMSs puede ser más aparente que real, sln tíerra, movlmlentos de los habitantes de lasjavelas) .
pues, como afirma Paulo Krischke, es necesario tener en Pero tanto las semejanzas como las diferencias tíenen que
cuenta las contribuciones positivas de los movimientos ser especificadas. En Cubatão l 2 , un movtmíento ecológico
"tanto para la mernorta colectíva de la sociedad, como para no tendría nada de postmaterialista; sería la reivindica-
la reforma de las Instituclones" (1987: 287). Similarmente ción de una necesidad básica. Y, ai contrario, entre "ocu-
para Inglehart (1990: 43) y Daltony Kuechler (1990: 227): pantes salvajes", edtfíctos vacíos de Berlín y de São Paulo,
los NMSs son sefial de transformaciones gtobales en el no sólo habrá diferencias.
contexto político. social y cultural de nuestra contempo- En el África de lengua oficial portuguesa. los NMSs son
raneídad y por eso sus objetivos serán parte permanente los movtmíentos de liberación que condujeron a sus paí-
de la agenda política de los próximos anos, independlen- ses a la independencia. Son movimientos de los aüos se-
temente dei éxíto, necesariamente diverso de los diferen- senta, pasaron por varias fases y no es extrafio que hoy en
tes movimientos concretos. día estén envejeciendo. Dejando de lado las muchas dife-
rencias que hay entre ellos, se puede decir que en una prt-
Los NMSs Y EL SISTEMA MUNDIAL: BRASIL, ÁFRICA Y mera fase, hasta la mdeperidencta, fueron movimientos
PORTUGAL políticos de guerrilla, con apoyo popular de tipo plebísct-
tarto informal o de ratificación; y que en las zonas libera-
Estas transformaciones ocurren en forma desigual en das ímplantaron. algunas veces, formas de democracia
eí sistema mundial, por lo que la Identldad de los NMSs no participativa que, en las condiciones difíciles en que ocu-
puede dejar de ser parcial. Si en los países centrales com- rrteron, se pueden considerar como avanzadas; como ha
bínan democracia participativa y valores o reivindicacio- sido particularmente el caso dei PAIGC 13 en Guinea-
nes po~tmaterialtstas,en América Latina combinan, en la Bissau. En una segunda fase, entre la independencia y el
mayona de las ettuacrcnes , democracia participativa con final de los afios ochenta, esos movimientos ernpezaron
valores o reívmdicacrones de necesidades básicas. Tan por ínstttuctonaltzarse en partidos de movírníento y gra-
Importante Como el anállsls de la ldentidad parcial de los dualmente, y con diferencias entre ellos , evoluctonaron
NMSs es el análtsís de la destgualdad de su ocurrencla de hacla partidos de vanguardía de tipo lenlnlsta. La memo-
uno a otro país y la diversidad entre ellos dentro de cada ria democrática cedió entonces el paso aI autoritarismo.
país. Es~o mismo se confirma si nos detenemos un poco en Hoy están atravesando por una nueva fase de mstttu-
el espacio dei sistema mundial definido culturalmente por ctonalízacíón dolorosa, radical y promísorta: la conversión
la lengua portuguesa. en partidos democráticos en el sistema emergente de de-
~l Brasil, con una tradícíón accidentada de víejos mo- mocracia representativa. EI PAIGC de Cabo Verde y el
vímíentos sociales, conocíõ en la década de los setenta y MLSTp 14 de São Tomé y Príncipe son hoy partidos de
ochenta un notable Iloreclmlento de los NMSs o de movímten- opostctón.
tos populares de los que da fiel testimonto una abundante Portugal es un país sernípertfértco en el contexto euro-
bibliografia a la cual, por lo demás he venído recurrlendo peo, y por eso en el espaclo mundial de lengua oficiai
a lo largo de este capítulo. Probablemente, debldo ai carác-
ter semiperiférico de la sociedad brasilefia, en ella se Com- 12 N dei T: Cubatão, una ciudad del Estado de São Paulo, fue considerada. du-
bi~an movimientos semejantes a los que son típicos de los rante atgún ttempo. como la ciudad más contaminada de l mundo.
13 PAIGC: Partido Africano de Independencta de Guinea y Cabo Verde.
países centrales (movimiento ecológico, movímíerito fe- 14 MLSTP: Movtrruento de Liberaclón de São Tomé y Príncipe.

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325
portuguesa no es postble verificar el contraste, en térmi- Sin embargo, pasado este breve período, los vtejos-nue-
nos de NMSs, entre países centrales yperiféricos. Si la tradi- vos movimientos soctales conquistaron gradualmente ple-
ción de los víejos movímíentos sociales (partidos, sindicatos, na hegernonía: en contrapartida, los NMSs languldecieron,
movimientos agrarios) es accidentada en Brasil, no lo es desaparccteron y no resurgieron hasta hoy (aunque, en los
menos en Portugal; y en este ámbíto. los cuarenta y ocho últimos tiempos hayan comenzado a dar algunas sefiales
anos de dictadura salazarista fueron, incluso, un "acci- de vida, concretamente el movírntento ecológico). El aná-
dente" mortal!". De ahí que lo que caracteriza verdadera- lisis de este fenómeno está por hacerse y obviamente no se
mente a Portugal en estos últimos veinte anos es el hecho puede hacer aquí. El déficit de movimiento social en la socíe-
de que los víejos movimientos socíales sean nuevos y los dad portuguesa de hoy no es ciertamente reconducíble a
NMSs, en el sentido político corríente. sean muy débiles, un sólo factor. Entre las pistas de investigación para con-
en algunos casos, incluso inexistentes. La longevidad del tinuar. las sígutentes parecen las preferidas. La memoria
interregno salazarista no írnpídtó que subsistteran en la exaltante pero también cafarnaúnica del período revolucio-
clandestinidad el Partido Comunista y, en los últimos afios nario le otorgó a la democracia representativa, su estabili-
de la díctadura, el Partido Socialista; tampoco impidió la dad y sus rutínas, de un especial capital político y simbólico.
exístencta de un movimiento sindical clandestino, autóno- Hay que agregar que, siendo nucva. la democracia repre-
mo, en relacíón con el credo corporativo pero bajo la tute- sentativa no agotó aun su capacídad de movíltzactón, si se
la dei Partido Comunista. Sin embargo, lo cierto es que, en tiene en cuenta que, en un corto espacio de tiempo -y de
las condiciones de la clandestinidad, ni partidos ni sindi-
hecho, en cortocircuito histórico- la ciudadanía cívica y
catos podían tener un amplio impacto en la vida política y
política y la ciudadanía social se ampliaron extraordina-
social.
La revolución dei 25 de abril de 1974 permitió, final- riamente, aunque ésta última bastante limitadamente y
mente, a los viejos movtmíentos sociales de la democracia hoy en dia, incluso así, en fase de recesión. Podrá pues,
representativa, asumir una presencia ampliada y nueva admitirse, como hipótesis de trabajo, que la productividad
en la sociedad portuguesa. Por el hecho de haber surgido social y política de los viejos-nuevos movimientos socíales
en un contexto revolucionario, durante un corto período fue suficiente para prescindir deI vigoroso surgimiento de
(1974-76), aparecieron, paralelamente a los viejos-nuevos los NMSs.
movtmíentos sociales, NMSs orientados por los prmcíptos Otra pista de tnvesttgactón tiene que ver con la postblc
de la democracia participativa y con objetivos postmate- uníón, anotada arriba, entre la lógica de los víejos movi-
rtaltstas y culturales, o de satisfacción de necesidades mientos y la de los NMSs. La falta de tradlción en Portu-
básicas (movírníento pacifista contra el envío de tropas gal' de una fuerte acción clasrsta, le abre el camino para
hacia las últimas colonías, movimiento ecológico. movímíen- la acción anarco-baststa, en períodos de convulsión social,
to feminista, movtmíento de autoconstrucción, movímíento o para la acción hiperpolltizada de cúpula en períodos de
de ocupación de casas, movimiento de ocupación de tíe- estabilidad democrática. Zermefio. citado por Paulo Krischke,
rras. movímíento de guarderías infantiles y clínicas popu- menciona como una particulartdad de la historia mexica-
lares, movimiento de educación básica y de dinamización na, el hecho de que los movímíentos socíales generaron
cultural, etc., etc.). Debido a la revolucíóri, los viejos y los muy pronto su "superpolitización" (Krischke, 1987: 7991.
nuevos movimientos socíales nacreron, por así decirlo, al Curiosamente, y por cíerto por razones diferentes, Lipietz
mismo tiempo; y durante urt corto período convivieron en menciona la "tendencia específicamente francesa" de que
régímen de gran tensión y contradícctón social, en dispu- los movírníentos soctales "se politicen muy rápidamente"
ta por la forma de democracia preferida: democracia repre- con el ftn de conquistar representación política y mediática
sentativa o democracia partícípattva.
(Ltpíetz, 1988: 911. También, por razones diferentes a és-
tas, sería de proponer, como hipótesis de trabajo, que la
15 El análísts comparado de esta tradtcrõn está por hacerse y clama por que
se haga. forma de hiperpolltización en Portugal consiste en que los

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gérmenes de los NMSs se desvían fácilmente hacta lo polí- a la postre, no lo era, sino regulación bajo otra forma. La
tico. constituido incluso antes de que conduzcan a la crea- emancípacíón puede, así, regresar a los decires y haceres
ción de los movímtentos. Una ílu stracíón de esta mísmo de la intersubjetividad, de la socialización, de la inculca-
estaría en la lígacíón grotesca que ha mantenido a nível ción cultural y de la práctíca política. El impacto residió
parlamentario una fracción deI movimiento ecológico con también en un intento de buscar un nuevo equilibrio en-
eI Partido Comunista, mezclando, por conveniencia de este tre subjetlvidad y ctudadanía. SI en aparlencla algunos
último, el antiproductlvlsmo ecológico y el hlperproduc- NMSs se aftrmaron contra la ctudadania, fue en nombre
tívísmo de raíz lentnísta. de una ciudadanía de nível superior, capaz de compatibi-
Una última pista de tnvestrgacíõn, relacionada con las lizar el desarrollo personal con el colectlvo y de hacer de
la "socíedad civil" una socledad política donde el Estado
anteriores. consistiría en la avertguacíón deI impacto de la
sea un autor privilegiado pero no único. Por todas estas
falta de "agentes externos" que se dediquen a los movi-
razones, los NMSs no pueden dejar de ser una referencia
mlentos e tnvíertan en ellos el capital profestorial, Ideoló-
central cuando se trata de imaginar los camínos de la sub-
gico, cultural o político de que dtsponen. EI papel de los
jetividad, de la ciudadanía y de la emancipación en los anos
agentes externos ha sido destacado por diversos autores,
noventa.
aunque tal papel es objeto de debate, En Brasil, por ejem-
pio, se ha mencionado el papel de los profeslonales y de la
Iglesla Católica e Incluso de algunos partidos políticos en Los ANOS NOVENTA

la organlzaclón de los movtmíentos soctales (clacobí. 1987:


264), La hlpótesls de trabajo sería. en este caso: a) que en Si las dos últimas décadas fueron experimentales, es
Portugal, los partidos políticos "nacleron" en 1974 contra natural que los anos noventa traígan una profundización
de algunas de las experíenctas. a menos que la sociedad
los movlmlentos soclales; b) que la Iglesía Católica es con-
dei futuro no necestte de un modo específico y dominante
servadora y ha sabido ahogar o cooptar las veleidades de
de autorreproduclrse y haga de la inestabilidad de las nue-
mtlítancta progresísta de sacerdotes o de legos; c) que, final- vas experiencias, la única forma víablc de estabilidad.
mente. los profesionales han sido, hasta ahora, eficazmente Tambíén es posfble pensar, como quíere algún postmoder-
cooptados por los partidos con el aliclente de la partlclpa- nismo, que lo nuevo que hubo en estos últimos veinte anos
clón cilenteilsta en los beneficios dei goblerno e Incluso de no cesará de repetirse, como nuevo, en los aüos venideros,
la opostcíón. no quedándonos otra actítud sino perder el hábito de Imagi-
Esta breve referenda a los NMSs en el ámblto de la len- nar otras poslbilldades más aliá de lo que existe y celebrar
gua oficiai portuguesa dei sistema mundial, tuvo como obje- lo que existe como el conjunto de todas las poslbilldades
tivo ilustrar la extrema diversidad de sttuaciones que se ímagínables. Esta teoría, que tlene la pecuilarldad de ser
esconden por detrás de la "nueva era política" (Kuechler y indeterminista en relación con el presente y determinista
Dalton, 1990; 285) instaurada por los NMSs, Sln embar- en relación con el futuro, no nos impide stn embargo ima-
go, de lo que no queda duda, es de que los NMSs, en los ginar otras teorías postbles donde quepa la diferencia del
países donde ocurrieron con más intensidad, srgnífícaron futuro y nuestra diferencia en relación con él.
una ruptura con las formas organizativas y los estilos polí- SI fuera correcto hablar de "patologías de la modernl-
ticos hegemónlcos y su Impacto en la cultura y en la agenda dad", diríamos que eIlas consistieron hasta ahora en subsín-
política de esos países trasciende en mucho a las víctsítu- tesrs entre subjetividad, ciudadanía y emanctpactón, que
des de la trayectoria de los movimientos en sí mísmos. El resultaron en excesos de regulación, los cuales además, en
impacto residió específicamente en un intento por mver- ocasiones, se insinuaron bajo la forma de emancipaciones,
tir el tránslto de la modernldad hacla la regulacíón y ha- denunciadas posteriormente como falsas. En las seccío-
cia el exceso de regulacíón, con el olvido esencial de la eman- nes anteriores, mencionamos tales excesos en sus diferentes
formas y el síguíente cuadro lo presenta de modo stnóptíco.
ctpacíón, ai punto de hacer pasar por emancípactón lo que,

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nueva teoría de la emancipaci6n. El tratamiento de la teo-
ría de la subjetividad será realizado en otra parte.
Excesos de regulación
PARA UNA NUEVA TEORIA DE LA DEMOCRACIA
SUBSÍNTESIS EXCESO
El capitalismo no es criticable por no ser democrático,
Cludadanía sin subjetividad nt NormaUzación disciplinaria sino por no ser suficientemente democrático. Siempre que
em anctpactón. foucaulUana. el principio dei Estado y el principio dei mercado encon-
traron un modus vivendi en la democracia representativa,
Subjettvidad etn ciudadanía 01 Narcisismo: autismo des-
ésta stgntíícó una conquista de las clases trabajadoras,
em anctpacíón. soctaltzante: consumismo.
aunque presentada socialmente como concestón que les
Em anctpactón stn subjetivldad Despotismo; totalitarismo; fue dada por las clases dominantes. La democracia repre-
nt crudadan ía . reformismo au torttarto . sentativa es, pues , algo positivo y como tal debe ser apro-
piada por el campo social de la emancipación.
Emanctpactôn con ctu dadanfa Reformismo soctal- La democracia representativa constttuyó, hasta ahora.
y em aubjettvtdad. democrático. lo máximo de concíencía política postble dei capitalismo.
Emanctpacíón con eubjetívídad Este máximo no es una cantidad fíja, es una relacíón so-
Basfsmc. mestantsmo. cial. La profundización de la democracia representativa a
y stn ciudadanía.
través de otras formas más complejas de democracia. pue-
No cabe analizar aqui cada uno de ellos. Los concibo como de conducir al aumento del máximo de conotencta posible,
diferentes subsíntesis de la modernidad, es decIr conste- caso en el cuaI el capitalismo encontrará un modo de con-
laciones socio-políticas que. por una li otra vía, no lograron vivenda con la nueva configuración democrática. o puede
una síntesis entre subjetividad, cíudadania y emancipa- coriductr. frente a la rigidez de ese máximo. a una ruptura
cíón, dando de ella, una versfón truncada. desfigurada. o. rnejor, a una sucesión histórica de microrrupturas que
perversa. Frente a los fracasos de la teoría crítica moder- apunten hacía un orden social postcapitalista. No es po-
na, que está, además, por detrás de algunas de las formas stble determinar cuál será el resultado más probable. La
de falsa emancipación, la tarea de la teoría crítica postrno- transformación social ocurre sin teleología ni garantía. Es
derna consiste en apuntar de nuevo hacía los caminos de esta indeterminación lo que hace que el futuro sea futuro.
la síntests. tomando como método, por un lado, la citación La renovación de la teoría democrática se basa, ante todo.
de todo lo que existió de positivo en la expertencía históri- en la formulación de criterios democráticos de participa-
ca de nuestra contemporaneidad, por más negativa que ción política que no confinen ésta ai acto de votar. Implica
ocasionalmente haya sido y por otro lado, la dlsponibili- pues. una arttculacíón entre democracia representativa y
dad para identificar lo que de nuevo caracteriza el tIempo democracia parttcípattva. Para que tal artIculación sea
presente y hace de él verdaderamente nuestro tiempo. El posible, es necesario además que el campo de lo político
esfuerzo teórico que está por emprender debe incluir una sea redefinido y ampliado radicalmente. La teoría política
nueva teoría de la democracia que permita reconstruir el liberal transformó lo político en una dímensíón sectorial y
concepto de ciudadanía, una nueva teoría de subjetiotâaâ especializada de la práctIca social -el espacío de la ciuda-
que permita reconstruir el concepto de sujeto y una nue- dania- y lo confinó ai Estado. AI mismo tíernpo, todas las
va teoría de la emancipación que no sea más que el efecto otras dimensiones de la práctica social fueron despoliti-
teórico de las dos primeras teorías en la transformación de zadas y con eso mantenidas inrnunes al ejerctcto de la cíu-
la práctica socialllevada a cabo por el campo social de la dadanía. EI autoritarismo e incluso el despotismo de las
emancipación. En este capítulo abordaré sólo la cuestión relaciones sociales "no políticas" (económícas. soctales,
de la nueva teoría democrática y de sus corolartos para una familiares, profesionales, culturales, religiosas) ha podí-

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do así convivir sín contradíccíón con la democratízacíón de rica ambívalente. Si, por un lado, se aprovechó de él para
las relacIones sociales "políticas" y sin nínguna pérd!da de apropiarse deI trabajo no remunerado de las mujeres, lle-
legítrmactón para estas últimas. vando a éste a participar-Ia otra mano invisible para hacer
La nueva teoría democrática deberá proceder a la repolí- pareja con la del mercado- en los castos de la reproduc-
tizac!ón global de la práctica social y el campo político in- ción de la fuerza de trabajo que debían. en otras círcuns-
menso que de ahí resultará. permitirá descubrir formas tanctas, ser cubíertos íntegramente por el salarío, por otro
nuevas de opresión y de domtnactón, al mismo tiempo que lado, liberó parcialmente a la mujer de sumístones
creará nuevas oportunidades para el ejercícío de nuevas ancestrales, incluso si sólo fue para someterla a la sumi-
formas de democracia y de ciudadanía. Ese nuevo campo sión moderna dei trabajo asalariado. A pesar de ser de-
político no es, sin embargo, un campo amorfo. Politizar sig- batible es. sin embargo, altamente improbable que el máxi-
nifica identificar relaciones de poder e imaginar formas mo de concíencía postble deI capitalismo, pueda venir a
prácticas de transformarias en relaciones de autoridad integrar el fín de la díscrtmínacíôn sexual. En cualquíer caso.
compartida. Las diferencias entre las relaciones de poder la polltlzación deI espacto doméstico -y por lo tanto, el mo-
son el prmcípío de la díferencíactón y estratlfIcación de lo vtmíento feminista- es un componente fundamental de la
político. En cuanto tarea analítica. y presupuesto de ac- nueva teoría de la democracia.
cíón práctlca, es tan importante la globalización de lo po- El espacio de la producción es el espacio de las relacio-
lítico como su díferencíacíón. nes sociales de producción y la forma de poder que le es
Como menctoné en el quinto capítulo. distingo cuatro propta es la explotacíón (extracción de plusvalla). La dífu-
espacíos políticos estructurales: el espacío de la ciudada- sión social de la producción y el atslamtento político del
nía, es dectr, el espaclo político según la teoria llberal; el proletariado en la produccrón, ayudaron en los últimos
espacio doméstico; ei espacio de la producción y el espa- veinte anos, a hacer social y políticamente menos impor-
cio mundial. Todos estos espacios confrguran relaciones tante lo cotidiano deI traba]o asalartado, una evolución a
de poder, aunque sólo las que son propias de! espacto de la que. por demás, contribuyeron los científicos socíales at
la cíudadanía llberal sean consideradas como políticas y desviar su atención analítica tanto de la brutalidad de las
por lo tanto, sean susceptlbles de democratízactón políti- relaciones concretas de producción (la violencia de los rit-
ca. Cada uno de eIlos es un espacto político específico en mos de producción; la coacción física y psicológica contra
el cual se suscita una lucha democrática específica. ade- los trabajadores; la degradación de las condiciones de los
cuada para transformar las relaciones de poder propías de lugares de trabajo, concretamente de las condiciones de
ese espacto en las relaciones de autoridad compartida. seguridad y salubrtdad), como de la brutalidad de las re-
El espada doméstico continúa stendo el espacio privile- laciones en la produccíón (las rivalidades y la competencia,
giado de reproducción social y la forma de poder que do- la delación y los hurtos entre trabajadores: la degradaclón
mina en él es el patriarcado. Entre los NMSs, el movtmtento moral de las relaciones frente a frente y el aislamiento
feminista ha desempenado un papel crucial en la políttza- autístico como exígencía para sobrevivir).
ción deI espacio doméstico. es dectr, en el descubrimien- Por esta razón. el espacío de la produccíón perdió prota-
to del despotismo en que se traducen las relaciones que lo gonismo social y cultural y los sujetos sociales constituidos
constltuyen y en la formulación de las luchas adecuadas en él perdieron peso político, sobre todo el proletariado.
para democratizarIas. Obviamente. la díscrtmtnacíón sexual Pero como espacio de organización multiforme de la fuer-
no se limita aI espacío doméstico ní sternpre es el resulta- za de trabajo asalartado, el espacio de la producción es hoy
do deI ejercícío dei poder patriarcal; pero éste poder esta- más central que nunca y su hegemonia aumenta con la
blece la matriz a partir de la cual otras formas de poder son dífustén social de la produccíón, con la ideologia deI produc-
legitimadas socialmente para producir díscrírntnacíón sexual. tívísrno y deI mercado, con la compulsión deI consumo. La
EI capitalismo no inventó el patriarcado e incluso se pue- artículactón entre el aislamiento político deI proletariado
de decir que tiene en relación con él una trayectoria hístó- y la dtfustón social de la fuerza de trabajo asalariada, es

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responsable de la sítuacíón paradójica que consiste en que de la producción, la lealtad a la empresa, la dlstinción entre
la fuerza de trabajo asalariada es cada vez más crucial lo público y lo privado, la representaclón de los trabajado-
para explicar la sociedad contemporánea y el proletariado res .Ias coallclones, etc, I, Sln embargo, la evolución recíente
es cada vez menos importante y menos capaz de organi- ha tenldo lugar, en el sentido de heterogenlzar y desca-
zar la transformación no capitalista de ésta. racterizar, cada vez más, las relaciones de producción. En
Si tal transformación no se puede hacer sólo con el pro- el polo benevolente se detectan relaciones de producción
letariado, tampoco se puede hacer stn él o contra él. Para relativamente horizontalizadas, con una corivívencía en-
eso, además, es preciso alterar las estrategtas y las prác- tre capital-trabajo que más parece organizada según el
tlcas de los viejos movimientos sociales dei proletariado, principio de la comunidad que según el principio dei mer-
de los rnovímíentos obreros y de los sindicatos. EI movi- cado; son las empresas-comunidad, donde trabaja la nueva
miento obrero obtuvo notables conquistas -sobre todo en aristocracia dei proletariado, En el polo despótico, pulu-
ei segundo período, el dei capitalismo organizado y en los lan lassweatshops dei fln de siglo y la explotacíón dei tra-
países centrales- en el sentido de integrar social y políti- bajo infantil, caracterizados por relaciones de producción
camente a los trabajadores mediante una distribución más cuya víolencía las aproxima ai ptlla]c típico de la acumu-
justa de la riqueza creada por ellos. Sin embargo, tales lación primitiva; son las empresas-campos de concentra-
conquistas fueron obtenidas, entre otras cosas, a costa de ción donde trabajan los Ilotas de nuestro tiempo. Entre los
la separaclón total entre el espacío de la cludadanía y el dos polos son inmensas las gradaciones y las variaciones.
espaclo de la producclón por vía de la cual, el obrero-ctu- Esta heterogeneldad de las relaciones sociales de pro-
dadano rerruncíó a la posibllidad de Ilegar a ser un ciuda- ducción que. obviamente. siempre existtó pero que hoy es
dano-obrero. La negoclación sindical y la representación más descaracterizadora que nunca, hace la relación social
política del movímícnto obrero, que fueron tan importan- entre capital y trabajo menos específica y la relaclón eco-
tes para rnejorar las condiciones de vida de los trabajado- nómica entre ganancias y salarios menos definida. La
res, tambtén fueron decisivas para naturalizar, trivializar plusvalía econórníca es cada vez más tan sólo uno de los
y, en suma, despolitizar las relaciones de producción. En componentes de una relacíón de poder donde se mezclan,
este ámbíto. los dilemas de la actual situaclón se derívan más allá de ella, plusvalías étnicas, sexuales, culturales y
de que estamos entrando en un período en el que la nego- políticas. Si esta nueva impureza de las relaciones de pro-
cíacíón sindical y la representaclón política tradtcíonales ducción contribuye a la creciente íneftcacta y desactua-
plerden efícacía y hasta legttímídad junto a los trabajado- lización dei movimiento obrero tradicional, por otro lado,
res sm que, además, la relaciones sociales de producción crea oportunidades insospechadas para inculcar ciudada-
se desnaturalicen, se destrtvíalícen y en suma. se repoli- nía en el espacto de la producción. Mientras menos sea el
tlcen. AI contrario, la eflcacla transmitida dei rnovímíento trabajador sólo trabajador, más viable se hace el tránsito
obrero se transformó perversamente en el mayor obstáculo político y simbólico entre el trabajador-ciudadano y el cru-
para su sobrevívencía en la nuevas condiciones de acumu- dadano-trabajador.
lacíón de capital. La politizaclón dei espacio de la producción es multi-
En estas condiciones, una de las tareas centrales de la dimensional. Incluye, en primer lugar, la relacíón capital
nueva teoría democrática consiste en la polítízacíón del espa- trabajo. Independientemente de su calldad, la cantidad de
cio de la producclón. En una tradición que víene de Marx, esta relacíón continúa síendo su característica más espe-
de Karl Renner y de Michael Burawoy. sostuve en otro lu- cífica incluso a pesar de que en los últimos tiempos se haya
gar (Santos, 1985)16 que la fábrica es un mlcroestado donde Informalizado de alguna manera. De ahí que las luchas por
es posíble detectar instituciones lsomórflcas en el campo la disminución de la jornada de trabajo tengan un fuerte
político liberal, sólo que mucho más despóticas (eí derecho contenido político. Y sucede lo mlsmo con las luchas que
apuntan al aumento de la participación y de la co deter-
16 Consultar también el quinto capítulo. minación en las decisiones de la empresa. En segundo lugar,

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la politización dei espacio de la producción incluye las re- ponsabilidad liberal, basada en la reciprocldad entre de-
laciones en ia producción. Lo que distingue las plusvalías rechos y deberes. Entonces será posíble atribuir derechos
étnicas. sexuales, culturales y políticas es que ellas, aI a la naturaleza sín que en contrapartida, se tenga que exí-
contrario de la plusvalía econômica, pueden existir en las gtrle deberes. La ecología y el movimiento ecológico son,
relaciones entre trabajadores. EI "obrero de masa" o el así. partes integrantes del proceso de politización dei es-
"obrero colectívo" terminá (si alguna vez existió) y es ne- pacio de la produccíón. aunque sus objetivos se extiendan
cesaria sacar de eSQ todas las consecuencias. Las relacio- por cualquiera de los otros espacios estructurales. En las
nes de poder entre trabajadores en la producción pueden condiciones dei fin de siglo, la forma de politización más
violentar lo cotidiano deI trabajo asalariado tanto o más lograda dei espacío de la producción es el antiproductivismo.
que la relación entre capital y trabajo. EI ocultarníento de El espacio mundial es el conjunto de los impactos en
esta forma de poder en nornbre de míticas solidaridades cada formación social concreta resultantes de la postctón
constituye un acto de despolitización y de desarme político. que ella ocupa en el sistema mundial. La forma dominan-
En tercer lugar. la políttzacíón dei espacio de la produc- te de poder en el espacto mundial es el intercambio des-
ción incluye los procesos de trabajo y de producción y con- igual entendido en términos sociológicos, más amplias que
cretamente el componente tecnológico y el de las lIamadas los términos económicos en que fue desarrollada original-
mate rias primas. Vivimos en un tiempo de automatismo mente la teoría del intercambio desigual. Las relaciones de
tecnológico que lleva al paroxismo la asimetría entre ca- intercambio desigual entre países centrales, periféricos y
pacídad de acción y capacidad de previsión. Surgen de ahí semtpertfértcos , síempre tuvieron una fuerte dimensión
riesgos y danos postbles totales. insocial1zables e ínase- política, como lo atestíguan las guerras, el derecho inter-
gurables, demasiado grandes para poder responsabilizar nacional público y las organizaciones políticas ínternacío-
a los índívtduos por ellos, como consta dei paradigma li- nales. En tiempos rccíentes, esta dimensión, que siempre
berai de la responsabilidad y obviamente impunes si la convivió con otras, económicas, culturales y religiosas,
humanidad es responsabilizada en ali todo. En este cam- perdió terreno frente a las otras dimensiones, e incluso se
po, la politización dei espacío de la produccíón consiste en ha dejado interpenetrar por ellas ai punto de que es dificil
el descubrtmíerito de las relaciones sociales de poder que determinar lo que es específicamente político en las rela-
constituyen eI automatismo tecnológico -el cual, por esa ciones entre Estados. A mi entender. esta tendencia parece
vía. deja de ser automático- y en la tmagmacíón de alter- irreversible y sólo podrá ser contrariada eventualmente a
nativas tecnológicas que posibiliten el reequtltbrto entre través de la polttízacíón de las diferentes prácticas trans-
capacidad de accíón y capacidad de previsión. nactonales, entre las cuales se deben incluir las relacio-
La politización de la tecnología no es posible sin las lla- nes entre Estados.
madas materias primas; es decír. sin la politización de.la Se trata de una tarea difícil debido ai surgímíento en los
relación naturaleza sociedad en el espacío de la produc- últimos veínte anos de dos importantes factores. EI prime-
ción. La dtsttncíón naturaleza-socíedad tiene hoy poco sen- ro lo constituyen, como ya lo mencíoné, los imperativos
tido. una vez que la naturaleza es cada vez más la segunda económicos impuestos por las empresas multtnacíonales
naturaleza de la sociedad. La naturaleza es una relación en el proceso de tranenactcnaltzactón de la producción. Se
social que se oculta detrás de sí mísma y que por eso es trata de las decístones de inversión de las empresas mul-
doblemente dífíctl de politizar. Además, frente a los ries- ttnactonales, hechas a escala mundial, articuladas con
gos de la catástrofe ecológica, tal poltttzactón ya se está condiciones y exígencías localizadas impuestas a las diferen-
imponiendo y las rupturas políticas dei futuro se basarán tes economías nacionales y a sus Estados. Tales decístones
en forma crecíerite en las diferentes percepciones de estos y condiciones se revisten de tal necesidad e inevitabilidad
riesgos. La politización de la naturaleza incluye la exten- que evaden cualquíer control político nacional o interna-
stón a ésta del concepto de la ciudadania, lo que significa cional. Y, por no poderse tratar políticamente, tienden a
una transformación radical de la ética política de la res- dejar de ser consideradas políticas. EI segundo factor con-

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síste en lo que Leslte Sklair llama la "cultura-ideologia dei democracia y de nuevos criterios democráticos para eva-
consumismo" [1991: 41). Se trata de la estrategía simbó- luar las diferentes formas de parttcípacíón política. Y las
lica deI capitalismo transnacional en el sentido de integrar transformaciones se prolongan en el concepto de ciudada-
en la lógica dei consumo todas las elases sociales del sis- nía, en el sentido de eliminar los nuevos mecanismos de
tema mundial y muy especialmente a las clases populares excIusión de la ciudadanía, de combinar formas individua-
de los países periféricos y semípertférícos. Es un proceso les conforrnas colectivas de ciudadanía y finalmente, en
antíguo pera que, en los últimos afias, asumíó una calidad el sentido de ampliar ese concepto hasta más allá dei prin-
diferente con eI nuevo orden de la información mundial y cipio de la reciprocidad y simetria entre derechos y debe-
con el control global de los mercados mediáticos y de la res. Aquí empalma la necesidad de una nueva teoría de la
publicidad. Presupone una gran separación entre la prác- subjetividad que será tratada en otra ocasión.
tica deI consumismo y el consumo de productos, es decír,
entre el consurntsmo, como práctica cultural-ideológica y PARA UNA NUEVA TEORíA DE LA EMANCIPACIÓN
los productos en que. en la mayoría de los casos. él no se
puede concretar. Los dos factores están interrelacionados, La nueva teoría de la emancipación parte de la idea de
como sería de esperar. Las empresas multinacionales son que -desde el punto de vista de lo político. ampliado y pro-
los grandes vehículos de la cultura-ideología deI corrsu- furidtzado por la nueva teoría democrática-los anos sesenta
mtsrno y han desempenado un papel fundamental en el apenas han comenzado y contínuarán síendo una referen-
aumento de las expectativas consumistas que no se pue- cia central en los anos noventa. Esto porque, con todas las
den satisfacer, en un futuro prevíaíble. por la masa de la limitaciones y fracasos sefialados atrás. los movímtentos
población delllamado Tercer Mundo. socíales de los anos sesenta intentaron, por primera vez,
La politización de las prácticas transnacionales es una combatirlos excesos de regulacíón de la modernidad a tra-
coridícíón slne qua non para el descubrimiento de las re- vés de una nueva ecuación entre subjetívídad. ciudadanía
laciones de poder que se esconden detrás de las necesídades y emancipación. Es cierto que no lo lograron eficazmente.
"naturales" de producción y de consumo y de la transfor- pera probaron con su fracaso la necesidad de continuar
mación de tales relaciones de poder en relaciones de autort- ese combate.
dad compartida. En este campo. Ia práctíca transformadora EI colapso de los regímenes autorttartos dei Este euro-
se basará en la creacíón de oblígactones políticas hortzon- peo tuvo, entre muchas otras, dos consecuencias que in-
tales de ámbito transnacíonal. entre ciudadanos y grupos teresa realzar aquí. Por un lado, hizo que perdiera sentido
sociales de las diferentes regíones dei sistema mundial. Y la distinción entre industrialismo y capitalismo de la cual
no deben ser escamoteadas las díftcultades de ese inten- se alimentaron las teorías del postindustrialismo y del post-
to. pues es sabido cómo, en el pasado, el desarrollo de la capitalismo. EI sistema mundial es un sistema industrial
cíudadanía en los países centrales se obtuvo a costa de la capitalista transnacional que integra tanto sectores prein-
exelusión de las poblaciones coloniales y postcoloniales en dustriales como sectores postindustriales. Por otro lado,
las periferias y semiperiferiasdel sistema mundial. la idea del socialismo fue liberada de la caricatura deI "socia-
La nueva teoría de la democracia -que tambíén pode- lismo real" y quedó de esta manera, disponible para vol-
mos designar como teoría democrática postmoderna, para ver a ser lo que siempre fue: la utopía de una sociedad más
significar su ruptura con la teoría democrática liberal- tíe- justa y de una vida mejor.
ne pues , como objetivo ampliar y profundizar el campo Designar como socialismo el conjunto de prácttcas emanei-
político en todos los espacios estructurales de la interac- patorías. no tíene otra legtttmtdad sino la que vtene de la
cíón social. En este proceso, el propío espacío políttco-It- htstorta, una hístorta de claro-escuros que, por no tener
beral, el espacio de la ciudadanía, sufre una transformación otra, no debemos rechazar, bajo pena de quedarnos sus-
profunda. La diferenciación de las luchas democráticas pendidos sobre un montón inrnenso de basura histórica
presupone la ímagmactón social de nuevos ejercíctos de con la ilusión de no ser nosotros mtsrnos la parte vacía de

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la clepsidra donde se recogió esa basura. Porque la trans- utilizar para su beneficio- no estatal y no mercantil donde
forrnacíón emancipatoria no tiene teleología ni garantía. el es posible generar utilidad social a través dei trabajo
socialismo no es, en principio. ní más ni menos probable autovalortzado (trabajo negativo, desde el punto de vista
que cualquier otro futuro. de la extracción de la plusvalía): una socíedad-províden-
Pera, como futuro. el socialismo nunca será más que cía transfigurada que, stn dispensar ai Estado de las pres-
unacalidadausente. Es dectr. será un principio que regula taciones sociales a las que lo obliga la retvíndícactón de la
la transformación emancipatoria de lo que existe stn que ciudadanía social, sabe abrir carntnos propios de eman-
además, se transforme nunca en algo existente. Dada la cipación y no se resigna a la tarea de colmar las lagunas
acurnulacíón de riesgos ínsocíaltzables e inasegurables, dei Estado y, de ese modo, participar. en forma benévola,
desde la catástrofe nuclear hasta la catástrofe ecológica, en el ocultamiento de la oprestón y deI exceso de regula-
la transforrnacíón emancípatorta está cada vez más inves- ción. El cultivo de este inrnenso campo, que ha intentando
tida de negatividad. Sabemos mejor lo que no queremos con éxito diferenciado por los NMSs, será el producto-pro-
que lo que queremos. En estas condiciones, la emancipa- ductor de una nueva cultura. No "cultura política", porque
cíón no es más que un conjunto de Iuchas procesales. sin toda la cultura es política. Cabe recordar aquí ai más gran-
un fin definido. Lo que la distingue de otros conjuntos de de teórico africano de este siglo, Amílcar Cabral, para
luchas, es el sentido político de la procesalidad de las Iu- quien la cultura y el renacirniento cultural constituyen,
chas. Este sentido es, para el campo social de la emanei- por excelencia, la pedagogia de la emancipación.
pación, la ampltacíón y la profundización de las luchas
democráticas en todos los espacios estructurales de la REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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