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Hora Santa
¿Es posible que no hayan podido quedarse despiertos conmigo, ni siquiera una hora? (Mateo
26:40)
Si hay una práctica necesaria hoy más que nunca, es la adoración del Santísimo Sacramento,
en especial la Hora Santa hecha diariamente durante 40 días seguidos.
Inicio
Vamos a pedir al Espíritu Santo que nos prepare con santas aspiraciones y deseos, para hacer
dignamente esta Hora de Adoración; donde visitamos al gran Rey.
Ahora, abre tu corazón y, en silencio, pide por tus necesidades o de las ajenas que vas a
presentar.
(todos)
En el nombre del Padre,
Del Hijo,
Y del Espíritu Santo,
Amén.
Oración Preparatoria
(guía) Ven, Espíritu Santo, llena el corazón de tus fieles; enciende en ellos la llama de tu
Amor. Envía tu Espíritu y serán creados.
(guía) Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo:
haznos dóciles a tu Espíritu, para gustar siempre el bien, y gozar de su consuelo. Por Jesucristo
nuestro Señor.
(todos) Amén.
(todos) Creemos, Señor, que estás aquí presente. Aunque nuestros ojos no te vean, te siente
nuestra fe. Aparta de nosotros los pensamientos extraños.
Haz que comprendamos las verdades que en esta hora santa quieres enseñarnos.
Que nos decidamos a practicarlas.
Saludo
(todos) Bendito sea el santísimo sacramento del altar. Sea por siempre bendito y alabado.
Entrega
(todos) Padre Amado, me entrego a Ti hoy con todo mi corazón y toda mi alma. Por favor,
entra en mi corazón de una manera más profunda. Yo te digo que “Sí” a Ti hoy. Abro todos
los lugares secretos de mi corazón y te digo “Entra”, Jesús. Tú eres el Señor de toda vida. Yo
creo en Ti, y Te recibo como mi Señor y mi Salvador. No me quedo con nada.
Acto de Adoración
(todos) Oh dulcísimo Salvador, postrado aquí ante vuestra divina Majestad, humillado por el
sentimiento de mi indignidad, pero lleno de confianza en vuestro amor, os presento mis más
profundas adoraciones. Os adoro con toda mi alma y con todo mi corazón. Recibidme en esta
hora; abridme los brazos de vuestra misericordia y unid esta débil e insuficiente adoración a
las adoraciones que os tributa el Corazón inmaculado de vuestra Santísima Madre y a las que
os adoran dignamente en el cielo y en la tierra. Hacedme participe ¡oh Dios mío! De sus
méritos y de los actos purísimos con que ellos complacen a vuestra infinita majestad.
Permanece ahora un corto rato en meditación y adoración interior, llenando tu espíritu y tu
corazón de estos sentimientos.
Luego considerarás los innumerables pecados de tu vida y la paciencia con que Jesucristo te
ha esperado, las repetidas veces que te ha perdonado sin echar en cara tu ingratitud, y en
momentos en que otras almas eran arrojadas al infierno por un número menor de pecados que
los que tú has cometido.
Mira por una parte el abismo que ha estado siempre pronto para tragarte, y por la otra la mano
misericordiosa de tu Salvador, aplazando el golpe fatal para darte tiempo de arrepentirte.
Duélete de tantos extravíos, presenta a Jesucristo un corazón contrito y humillado, y con la
misma lentitud con que has debido decir la oración anterior, di las siguientes:
(guía) Padrenuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu
reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
(todos) Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
(guía) Dios te Salve María llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
(todos) Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de
nuestra muerte. Amén.
(todos) Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Acto de Adoración
(todos) Señor, yo te presento en el altar de tu misericordia todos mis pecados y delitos, cuantos
he cometido en tu presencia y de tus santos ángeles desde el día en que comencé a pecar hasta
hoy, para que Tú los abraces todos juntos y los quemes en el fuego de tu caridad, quites todas
las manchas de ellos, limpies mi consciencia de todo delito y me vuelvas a tu gracia que perdí
por el pecado, perdónamelos todos eternamente en el ósculo de tu paz y amistad. ¿Qué puedo
yo hacer por mis pecados sino confesarlos humildemente, llorando e implorando tu
misericordia sin cesar? Yo la imploro, pues, en tu divino acatamiento, óyeme propicio, Dios
mío. Aborrezco mucho todos mis pecados y no quiero cometerlos ya más; antes, arrepentido
y pesaroso de ellos mientras viviere, estoy dispuesto a hacer penitencia y satisfacer según mis
fuerzas. Perdona ¡oh Dios! Perdona mis pecados por tu santo Nombre. Salva mi alma que
redimiste con tu preciosa sangre. Veme aquí que me encomiendo a tu misericordia, me entrego
en tus manos. Haz conmigo según tu bondad y no según mi malicia e iniquidad.
Piensa ahora en las faltas que más te afligen, en la pasión que más te domina, y con las palabras
que te dicte tu propia necesidad pide a Jesucristo la gracia y el remedio, y forma al mismo
tiempo el propósito de seguir trabajando para vencerte, de prevenir o de huir las ocasiones,
aunque te sean muy queridas y de no desmayar en el trabajo de la vida espiritual. Invoca a la
Santísima Virgen y a los santos patronos en este momento, que es uno de los más importantes
de la adoración.
Meditación
(todos) Jesucristo ha sido para ti en este Sacramento como el centinela amoroso que ha velado
por tu vida y por tu salvación. Tú pecabas, tú te perdías en los caminos del mundo, te ibas
lejos, muy lejos, como el hijo pródigo, y Él te seguía con la mirada de ese tabernáculo en que
tú lo dejabas abandonado… y te seguía con la mirada y te esperaba… preparaba los amorosos
lazos con los cuales te ha atraído a esta adoración. ¡Cuánta bondad, cuánta ternura la de ese
Corazón que tú has herido tantas veces, y cuán poco has merecido que Él te tratara tan noble
y generosamente! Medita por un tiempo estos pensamientos.
Piensa en las aflicciones de tu vida, en los desengaños que Dios te ha enviado tantas veces, en
los afectos de que te ha privado, en las humillaciones a que te ha sometido… Tú no querías
comprender nada de eso, tus penas no te sirvieron sino para ofenderle más… Y, sin embargo,
todo eso no eran sino golpes amorosos con que Él quería preparar tu conversión… ¿Quieres
reparar ese pasado triste que te debe atormentar? Ten presente que la cruz no te faltará mientras
vivas, que será preciso padecer hasta la muerte, y proponte santificar en adelante esos
padecimientos, sufriéndolo todo con resignación y con amor, de modo de cuando vuelvas
adorarle aquí no sea la más pequeña de tus ofrendas la de los sufrimientos que haya soportado
cristianamente en unión de Él.
Medita y verás que esos deseos no han sido tan puros, verás que cuando esos servicios han
sido sometidos a la prueba de la contradicción, se ha manifestado lo que realmente había en
tu alma, no amor de Jesucristo sino amor de ti mismo.
Pedirás después al Señor aumente la luz de tu alma y no permita que te engañe una falsa
piedad. Luego invocarás a la Santísima Virgen:
(guía) Padrenuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu
reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
(todos) Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
(guía) Dios te Salve María llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
(todos) Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de
nuestra muerte. Amén.
(todos) Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
(todos) Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Padre, Creador y Redentor mío, por
ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos
ofendido, y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las malas
ocasione, confesarme, y cumplir la penitencia que se me fuere impuesta. Os ofrezco Señor mi
vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y confío en vuestra bondad, y
misericordia infinita me los perdonaréis, y me daréis gracia para enmendarme, y para
perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.
Santo Rosario
Si deseas rezar el Santo Rosario de hoy acompañado, haz clic en el botón abajo, y luego al
terminar, continúa con las Letanías de la Virgen María.
(todos) Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Padre, Creador y Redentor mío, por
ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos
ofendido, y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las malas
ocasione, confesarme, y cumplir la penitencia que se me fuere impuesta. Os ofrezco Señor mi
vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y confío en vuestra bondad, y
misericordia infinita me los perdonaréis, y me daréis gracia para enmendarme, y para
perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.
Primer Misterio
(todos)
Luminosos jueves
El bautismo en el Jordán
(guía) Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu
reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
(todos) Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra
muerte. Amén.
(todos) Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
(guía) Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo
a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amén.
Segundo Misterio
(todos)
Luminosos jueves
(guía) Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu
reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
(todos) Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra
muerte. Amén.
(todos) Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
(guía) Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo
a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amén.
Tercer Misterio
(todos)
Gozosos
lunes y sábados
Dolorosos
martes y viernes
La Coronación de Espinas
Gloriosos
miércoles y domingos
Luminosos
jueves
(guía)
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
(todos)
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra
muerte. Amén.
(guía)
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
(todos)
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
(guía)
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas
las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amén.
Cuarto Misterio
(todos)
Gozosos
lunes y sábados
Dolorosos
martes y viernes
Gloriosos
miércoles y domingos
Luminosos
jueves
La transfiguración
(guía)
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
(todos)
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra
muerte. Amén.
(guía)
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
(todos)
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
(guía)
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas
las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amén.
Quinto Misterio
(todos)
Gozosos
lunes y sábados
Dolorosos
martes y viernes
Gloriosos
miércoles y domingos
La Coronación de María Santísima como Reina y Señora de todo lo creado
Luminosos
jueves
La Institución de la Eucaristía
(guía)
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
(todos)
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra
muerte. Amén.
(todos) Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
(guía) Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo
a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Amén.
(guía) Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios; no desprecies las súplicas que te
hacemos de nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todos los peligros, Oh! Virgen llena
de gloria y bendición.
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar y gozar las
promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
El Credo
Recemos un Credo, para que nos libre Dios de una mala hora, de las tentaciones, de las
desgracias, y del pecado mortal.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue
crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los
muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde
allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los
pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
La Salve
Recemos una Salve a la Virgen María, por la conversión de los pecadores y las benditas
almas del purgatorio, en especial las más necesitadas.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle
de lágrimas. Ea pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Votos de Confianza
(guía) Postrad@ a vuestros pies humildemente, vengo a pediros dulce Jesús mío; poderos
repetir constantemente:
(todos) ¡Sagrado Corazón de Jesús en Vos confío!
(guía) Si la confianza es prueba de ternura. Esta prueba de amor daros ansío, aun cuando esté
sumido en la amargura:
(guía) En las horas más tristes de la vida, cuando todos me dejen, ¡oh Dios mío! Y el alma
esté por penas combatida:
(guía) Aunque sienta venir la desconfianza, y os obligue a mirarme con desvío. No será
confundida mi esperanza:
(guía) Si el Bautismo que hermoseara mi alma: Yo os prometí ser vuestro y Vos ser mío.
Clamaré siempre en tempestad o en calma:
(guía) Y yo sienta una confianza de tal suerte, que sin ningún temor ¡oh Dueño mío! Espero
repetir hasta la muerte:
Meditación
¡Oh Jesús!, mi dueño, Hijo de Dios y de la Virgen María, creo que estás ahí real y
verdaderamente presente. Vuestra presencia real embarga mi ser, y, aunque te ocultes a mi
alma como te ocultas a mis ojos, creo en Vos y en Vos creeré siempre y por siempre, porque
has dicho que estás en el sacramento y Vos sois mi Dios. Os adoro y ante Vos me postro con
el más profundo acatamiento.
Clic aquí si deseas rezar acompañado la Coronilla de la Divina Misericordia, o si deseas, rezar
el Trisagio de la Santísima Trinidad. Al terminar de rezar la Coronilla o el Trisagio, haz clic
aquí para continuar con la Oración por el Papa.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra
muerte. Amén.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue
crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los
muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde
allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los
pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Oración
Falleciste Jesús pero el manantial de la vida brotó para las almas y se abrió el océano de tu
infinita misericordia para el mundo entero, o fuente de vida insondable misericordia de Dios
envuelve el mundo entero y viértete sobre nosotros.
Primer Misterio
Repetir 10 veces
(todos) Por Su dolorosa Pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Segundo Misterio
Repetir 10 veces
(todos) Por Su dolorosa Pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Tercer Misterio
(guía) Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo
Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
Repetir 10 veces
(todos) Por Su dolorosa Pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Cuarto Misterio
Repetir 10 veces
(todos) Por Su dolorosa Pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Quinto Misterio
Repetir 10 veces
(todos) Por Su dolorosa Pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Oración Final
(guía) Dios eterno cuya misericordia es infinita y en quien los tesoros de la compasión son
inagotables, míranos bondadosamente y auméntanos tu misericordia. En fin de que en los
momentos difíciles ni desesperemos, ni nos desalentemos, Sino que con la máxima confianza
nos sometamos a tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia misma. Amén.
(todos) Oh Dios, que para suceder al Apóstol Pedro elegiste a tu siervo «Francisco» como
pastor de tu grey; escucha la plegaria de tu pueblo, y haz que nuestro Santo Padre, Vicario de
Cristo en la tierra, confirme en la fe a los hermanos, y que toda la Iglesia se mantenga en
comunión con él, por el vínculo de la unidad, del amor y de la paz, para que todos encuentren
en Ti, Pastor de los Pastores, la verdad y la vida eterna. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
(todos) Oh Dios, eterno Pastores de los fieles, que dirigen y gobiernan a tu Iglesia con
providencia y amor: Te rogamos concedas a tus Obispos a quienes pusistes al frente de tu
pueblo, la gracia de presidir, en nombre de Cristo, las grey que pastorean, y sean maestros
fieles de la verdad, sacerdotes de los sagrados misterios, y ministros del santo servicio. Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
(todos) Señor Dios nuestro, que pusiste como fermento en el mundo la fuerza del Evangelio:
concede a cuantos has llamado a vivir en medio de los afanes temporales, que, encendidos de
espíritu cristiano, se entreguen de tal modo a su tarea en el mundo, que con ella construyan y
proclamen tu Reino. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
(todos) Infunde en nosotros, Señor, el espíritu de inteligencia, de verdad y de paz, para que
conozcamos lo que a Ti te agrada, y, una vez conocido, lo realicemos con un mismo sentir y
querer. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
(todos) Dios, Padre nuestro, que con admirable providencia gobiernas el mundo: atiende
nuestros ruegos por la Patria, para que la sabiduría de sus autoridades y la honestidad de sus
ciudadanos robustezcan la concordia y la justicia, y podamos vivir en la paz y progreso
constante. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
(todos) Señor, Dios, Creador de todas las cosas, que mandaste a los hombres cumplir los
deberes del trabajo: haz que, por tu misericordia, sirvan nuestras tareas para el progreso
humano y para la extensión del Reino de Cristo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
(todos) Tú quisiste, Señor, que tu Hijo Unigénito soportara nuestras debilidades, para poner
de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te
dirigimos por nuestros hermanos enfermos. Y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor,
la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha
llamado dichosos, y de saberse unidos a la Pasión de Cristo para la redención del mundo. Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
(todos) Señor, Dios nuestro que, por la gracia del Espíritu Santo, has infundido los dones de
la caridad en el corazón de tus fieles; concede a nuestros familiares y amigos, por quienes Te
rogamos, la salud del cuerpo y del alma, para que te amen con todas sus fuerzas, y realicen,
con generoso corazón, todo lo que es agradable a tus ojos. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
(todos)
SEÑOR, ¡haz de nosotros instrumentos de tu paz!
Que en donde haya odio pongamos amor.
Que en donde haya ofensa pongamos perdón.
Que en donde haya discordia pongamos unión.
Que en donde haya error pongamos verdad.
Que en donde haya duda pongamos fe.
Que en donde haya desesperación pongamos esperanza.
Que en donde haya tinieblas pongamos tu luz.
Que en donde haya tristeza pongamos alegría.
¡OH MAESTRO!
PORQUE
Dando, recibiremos.
Olvidándonos de nosotros mismos, encontraremos.
Perdonando, seremos perdonados.
Muriendo, resucitaremos a la vida eterna. Amén.
Oración de Agradecimiento
(todos)
¡Gracias, Señor, por todo lo que en este año me diste!
¡Gracias por los días de sol y los nublados tristes!
¡Gracias por las noches tranquilas y por las inquietas horas oscuras!
¡Gracias por la salud y la enfermedad!
¡Por las penas y las alegrías!
¡Gracias por todo lo que me prestaste y después me pediste!
¡Gracias, Señor, por la sonrisa amorosa y la mano amiga, por el amor de todo lo hermoso y
dulce… por las flores y las estrellas y la existencia de los niños y de las almas buenas!
¡Gracias, por la soledad, por el trabajo, por las dificultades y las lágrimas, por todo lo que me
acercó a Tí más íntimamente!
¡Gracias por tu presencia en el Sagrario y la gracia de tus sacramentos!
¡Gracias por haberme dejado vivir!
¡Amén!
Comunión Espiritual
(todos) Dios mío, yo creo firmemente que estás realmente presente en el sacramento adorable
de tu amor; te adoro y te amo sobre todas las cosas y te deseo con todo el ardor de mi alma.
Si no puedo recibirte corporalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón; a Ti me uno,
no permitas que me aparte nunca de Ti.
Jesús, todo mi amor, Jesús, mi sola alegría, abraza todo mi corazón con Tu fuego celestial.
(todos)
Quédate conmigo, Señor, porque es necesario tenerte presente para no olvidarte. Tú sabes con
cuánta facilidad te abandono…
Quédate conmigo, Señor, porque soy débil y tengo necesidad de tu fortaleza para no caer
tantas veces…
Quédate conmigo, Señor, porque Tú eres mi vida y sin Ti disminuye mi fervor. Quédate
conmigo, Señor, porque Tú eres mi luz y sin Ti estoy en tinieblas…
Quédate conmigo, Señor, para mostrarme tu voluntad. Quédate, Señor, conmigo, porque
deseo amarte mucho y estar en tu compañía…
Quédate conmigo, Señor, si quieres que te sea fiel. Quédate conmigo, Señor, porque aunque
mi alma sea tan pobre, desea ser para Ti un lugar de descanso, un nido de amor…
Quédate, Jesús conmigo, porque se hace tarde y el día declina… Esto es pasa la vida…, se
acerca la muerte, el juicio, la eternidad… Me es necesario redoblar mis fuerzas a fin de no
desfallecer en el camino, y para esto tengo necesidad de Ti. ¡Se hace tarde y viene la muerte!
Me inquietan las tinieblas, las tentaciones, las arideces, las cruces, las penas… ¡Oh! ¡Cuánta
necesidad tengo de Ti!
¡Haz que te conozca, como Tus discípulos, al partir el pan! Esto es: que la unión Eucarística
sea la luz que disipe las tinieblas, la fuerza que me sostenga y la única alegría de mi corazón…
Quédate, Señor, conmigo, porque cuando llegue la muerte quiero estar unido a Ti, si no
realmente por la Santa Comunión, al menos por la gracia y el amor.
Quiero un amor ferviente y profundo. Quiero amarte con todo mi corazón, aquí en la tierra,
para seguir amándote con perfección por toda la eternidad. Así sea.
Oración de Despedida
(todos)
¡Dios de mi vida, ha llegado la hora de partir!
¡Qué placer tan grande sentiría mi alma si no tuviera que alejarme obligado por el término de
esta hora!
Sí, mi dulce Jesús, con gusto pasaría la noche entera al pie de este altar, orando y conversando
íntimamente contigo, sabiendo sólo Tú y yo lo que pasa en un corazón enternecido por todas
tus bondades.
En estos momentos deliciosos del alma en que puedo valorar lo que es amarte, las penas son,
en vez de amargas, dulces; la cruz completamente ligera porque la vida, mi Dios, ¡eres Tú!
Pero ya que no es posible permanecer aquí, no consientas que, al salir, distraíd@ con el
bullicio del mundo, olvide esta hora que he hecho con tanto placer y permite que conserve con
gran cuidado el fruto que he sacado de ella.
Dame por caridad el amor que sintió la Magdalena, sed ardiente de agua que purifica el alma
y da la vida: y tu santa bendición que recibo con amor y respeto.
(Todos)
En el nombre del Padre
y del Hijo
y del Espíritu Santo.
Amén.
«El tiempo que pasas con Jesús en el Santísimo Sacramento es el mejor momento que vas a pasar en
la tierra. Cada momento que pasas con Jesús vas a profundizar tú unión con Él y haces que tu alma
sea eternamente más gloriosa y hermosa en el cielo …» (Madre Teresa)