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traducción

ANA LUCÍA LUNA EN EL NOMBRE DE DIÓNYSOS


NIETZSCHE EL NIHILISTA ANTINIHILISTA
capítulo 1
EDDA WEBELS
por

HERBERT FREY

))(()
siglo
veintiuno
editores

MÉXICO
ARGENTINA
'-Y/1 grupo editorial
~ siglo veintiuno
siglo xxi editores, méxico siglo xxi editores, argentina
CERRO DEL AGUA 248, ROMERO DE TERREROS GUATEMALA 4824, C 1425 BUP, .
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AJ.M<\GRO 38, 2801 O, ALMAGRO 38, 28010, DlfUTACIÓN 266, BAJOS Dedi co este trabajo a la comunidad del Instituto de
MADRID, ESFAÑA MADRID. ESPAÑA BARCELONA, 08007 ESPAÑA
Investigacion es Sociales de la UNAM, hogar de mis trabajos Y
espacio de libertad del pensamiento.

B3317 A los alumnos ele posgrado en Filosofía de la Facultad ele


F74
2013 Filosofía y Letras de la UNAM que emiquecieron las discusiones ·
Frey, Herbert
En el nombre de Diónysos: Nietzsche el nihilista antinihilista / en los seminarios sobre Nietzsche y mis pensamientos.
por Herbert Frey. - México : Siglo XXI Editores, 2013.
301 p. - (Filosofía)

isbn 978-607-03-0457-6

Nietzsche, Friedrich Wilhelm - 1844-1900 - Crítica e inter-


pretación. I. t. II. Ser.

primera edición, 2013


© siglo xxi editores, s. a de c. v.

isbn 978-607-03-0457-6

prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio.

impreso en litográfica ingramex, s. a. de c. v.


centeno 162-1, col. granjas esmeralda, 09810, iztapalapa, df, méxico.
URÍA DE NIETZSCHE 127
~BID
4. LA SABIDURÍA DE NIETZSCHE, EL ESPÍRITU LIBRE etación de Ernst Bertram, pasando por el Círculo-George
interpr
EN BUSCA DE UN NUEVO ARTE DE VIVIR
~:a revolución conservadora, hasta Alfred Baeumler, el intérprete
Nietzsche al servicio del nacionalsocialismo. Según este último,
. tzsche habría luchado durante toda su vida contra dos mundos
Nie
. 'ricos· "contra e 1 sacerd ota1-romant1co
, . y contra e 1 rac10na
. 1-
b1sto ·
. inista" (Baeumler, 1940: 69). Esta caracterización hecha por
1 ' d e manera tota1mente acntlca
, . por
Baeumler, fue retomadd
¡UJTl
a espues
Yo vivo en mi propia casa Georg Lukács en su escrito El asalto a la .razó~, en .el que Nietz~che
Nunca he imitado a 1ladit s estigmatizado como representante del 1rrac10nahsmo del penodo
Y aun me he reido de cada maestro, ~mperialista de Alemania. Por decenios, Lukács imprimió esta imagen
Que no se rió de sí mislllO. de Nietzsche en la izquierda dogmática e, incluso, también en una
Sobre la entrada de mi casa. arte de sus representantes no dogmáticos.
La gaya ciencia, lema de la edición de 1887 (KSA 3: 3 ) P La noción de que esta estigmatización de Nietzsche como irracio-
43
nalista constituía una simplificación, siempre estuvo presente en la
Espíritu libre, un concepto relativo: se denomina espíritu lil»!, interpretación francesa de Nietzsche, desde Bataille hasta Foucault,
a aquél que en función de su origen, su entorno, su posición y cargo, y fue sometida a una acuciosa revisión por parte de Horkheimer y
o en función de las ideas dominantes en su época, Piensa Adorno en La dialéctica de la Ilustración.
en forma diferente de lo que se espera de él. Es la excepcwn, "Desde el trabajo de estos dos autores, se demostró que aun en
los espíritus sujetos son la regla (KSA 2, M . A. 225: 189). los puntos en que la filosofía de Nietzsche criticaba la Ilustración,
seguía siendo una filosofía que había pasado por ella. No es una
¡Recuperar la antigua visión del mundo! ¡Efectivamente la Moira anti-Ilustración la que en Nietzsche combate a la Ilustración. Es
por encima de todo, los dioses representantes de fuerzas verdaderas! más bien la propia Ilustración, la que con él se transforma en su
Volverse antiguo (KSA 8, primavera-verano 1878, 28[40]: 507). contraparte" (Ottmann, 1985: 9). La razón, que no reconoce lo
que le es extraño, se torna ella misma particular e irracional. El
El filósofo, casi siempre, es "alguien que se encarga de lo correcto"; el tema de "Nietzsche y la Ilustración" es entonces, ciertamente, mu-
escéptico, empero, no se juega el todo por el todo, no sólo porque no cho más complejo de lo que podría parecer a primera vista. Y si
sabe lo que es el todo, sino, también, porque no le interna. se observa el concepto de Ilustración en Nietzsche de manera más
No pretende ser ni Dios ni tampoco el vengador de los desposeídos. detenida, entonces también queda inmediatamente claro que no
Llega a simpatizar, quizá incluso ocasionalmente se solidarizará con visualizó en primera instancia a la Ilustración francesa como tal,
ellos, simplemente porque en ellos reconoce seres como él mismo, sino que descubrió ya anteriormente una fase de la Ilustración en
y porque para él todas las ideologías de la desigualdad y de la la Antigüedad, vinculada con los estoicos y el nombre de Epicuro.
opresión son solamente mentiras interesadas. Sólo le da asco Desde la perspectiva biográfica, hay que constatar que, entre 1876 y
la autovictimización ideológica. Indudablemente es capaz de la 1882 -es decir la fase de su vida en que se entendía a sí mismo como
indignación personal, pero no la procura y, a través de eUa, se "espíritu libre"- Nietzsche quería ser iluminista y sólo iluminista.
convierte en profeta (R. Burger, Überfi.ille (Asaltos), 1993: 127). Es verdad que Nietzsche también se convirtió después en crítico y
dialéctico de la Ilustración; pero se convirtió en un crítico que en
Desde inicios del siglo xx, la filosofía de Nietzsche hizo carrera los años ochenta hablaba de una "nueva Ilustración", que inició a
como mitología de la anti-Ilustración. Sus escritos, como testimonios partir de su propia filosofía.
antirracionalistas y antioccidentales, pueden encontrarse desde la

[ 126]
SABIDURÍA DE NIETZSCfit SABIDURÍA DE NIETZSC H E 1 29

A mediados de los años setenta Nietzsche da un giro. Los escritos de conduce al "origen" , rebate teon cam en te lo que n ace de él, tanto
aquellos años, Humano, demasiado humano ( 1878-1879), El caminante y corno lo libera en fo rma p ráctica. "Con la compren sión del origen,
su sombra ( 1880), Aurora ( 1881) y La gaya ciencia ( 188 2), documentan aumenta la insignificancia del origen" ( KSA 3, M 44: 52 ).
una crisis y son testimonio de una transición. Se desprende de los Con su estilización com o espíritu libre, Nietzsche se colocó dentro
ideales de su juventud, de Schopenhauer y de Wagner, y arriesga un de la tradición fran cesa d e la Ilustración, particularmente en la de
nuevo inicio. Ya desde principios de los años ochenta anticipa motivos Voltaire; al mism o tiem po, empero, en esta h erencia estaban inclui-
de su posterior filosofía, de la voluntad de poder y del eterno retorno, dos los moralistas fra nceses, a cuyos respresentanes - Montaigne,
que le permiten retornar a la filosofía trágica de sus años iniciales. Vauvenargues, Chamfort, La Bruyere y La Rochefoucauld- siempre
La conciencia toma el lugar del mito, la razón el lugar del instinto. se aproximó con respeto . Así, el au toden ominarse como espíritu libre
Nietzsche se vuelve iluminista y se alinea con la historia de la Ilustra- tenía como sentido asumir la lucha con la religión y la autoridad
ción, desde Sócrates y los sofistas, pasando por los estoicos y Epicuro de la Iglesia, y profesar el sapere aude, así com o cierta relajación y
hasta los enciclopedistas franceses y, no por último, con Voltaire, a libertinaje de la moral. Tradicionalmen te , los espíritus libres tenían
quien está dedicado Humano, demasiado humano. Nietzsche sustituyó reputación de una dudosa moral; y a la interrogante sobre su moral,
la gravedad del mito trágico por una heroica refinada, la imagen que ya no debía ser la cristiana, con frec u en cia respondían con el
del filósofo risueño. La melancolía germano-griega cede el paso a la recurso de la Antigüedad, particularmen te la epicú rea. También en
alegría y ligereza mediterráneas. A partir de entonces, se entiende la autodenominación de Nie tzsche se escucha esta resonancia: la
a sí mismo como espíritu libre y espera una nueva aurora de la Ilus- agudización del re lajamiento m oral en "inmo ralismo" , la apuesta
tración, un nuevo siecle de lumiere (siglo de las luces). Cuando en esa del recomo a la Ilustración antigua, a la Escuela Estoica y a Epicuro,
época Nietzsche se concibió a sí mismo como espíritu libre, esa au- contra el cristianismo.
tocaracterización recordó entonces tanto a la lucha de la Ilustración Sin traicionar su predilección por los presocráticos, Nietzsche
con la religión, como al escepticismo a la Montaigne, al exhorto a se había orientado ahora también hacia las grandes escuelas de la
la tolerancia, al igual que a la moral estoica o epicúreo-hedonista de antigüedad tardía: a la Escuela Estoica, de la cual le atraía particu-
los espíritus libres. larmente Epicteto; a Epicuro, cuya revaloración por Nietzsche e n
Nietzsche se volvió iluminista cuando sus iniciales esperanzas de la historia de la filosofía alcanzó una cúspide. Estoicos y epicúreos
un renacimiento del mito trágico de los griegos se vinieron abajo. La constituían modelos que podían represe ntar, al mismo tiempo, tan to
adopción del concepto de espíritu libre describía los procesos de una la teoría crítica como la liberación práctica. Como p ara tantos otros
liberación general: liberación de la religión y la metafísica cristianas; espíritus libres modernos, de Gassendi hasta Montaigne, pasando por
liberación de la moral y la política dominantes; incluso del arte, en Bayle, también para Nietzsche el consuelo de la religión cristiana es
tanto que éste constituía una sola cosa junto con la metafísica y la sustituido por el consuelo y la promesa de dicha de Epicu ro , como
religión. El arte, que para el joven Nietzsche del escrito de la tragedia tranquilizante anímico para la duda, que al mirar hacia la antigüe-
debía ''.justificar" la existencia, ahora para el espíritu libre ya sólo dad se cercioraba de que en algún momento era posible u na vida
debía hacerla más soportable (KSA 3, FW 107: 464). Las esperani.as independiente de la política y la sociedad de la época, de la religión
ya no se orientan hacia el mito o la metafísica de los artistas. Su lugar y la moral dominantes.
lo toma la esperanza en el conocimiento y la ciencia. En Nietzsche, Lo que impresionaba particularmente a Nie tzsche de la filosofía
la crítica iluminista es una especie de "teoría crítica", con pretensio- antigua, era que colocaba la pregunta de cómo puedo conducir mejor mi
nes tanto teóricas como prácticas. vida en el centro de sus reflexiones. El arte de vivir de la antigüedad
Los "errores" de la metafísica, de la religión y de la moral son griega, la transformación de la propia vida en una obra de arte , el
remitidos a su origen "humano, demasiado humano", a las pasiones, cuidado del propio yo, tales eran los momentos centrales de una fi-
los miedos y sentimientos de culpa; y la crítica, que en esta medida losofía que no se disociaba de la vida, sino que intentaba descifrarla
130 SABIDURÍA DE NlETz RÍA DE NIETZSCHE
sel!! 9ABIDU
en forma reflexiva. Porque cuando muy tarde, a partir de Sóc "do a esta causa la relación de la amistad, junto con el "amor a
una de las principales expectativas de la ética antigua era prac:tca deb1 ismo", ocupa un espaoo
·
tan amp1·10 en 1a et1ea.
, ·
una forma de vida apegada a la razón. Especialmente en las escue: unoE mesta época agita
· d a son d"1sena · otros mo d e 1os que
- d os vanos
de filosofía romano-helenísticas de los estoicos, epicúreos, cínic :ancada vez con mayor énfasis en el centro a la autarquía (au-
1
escépticos esta pregunta se colocaba en el centro de la reflexió: ¡ ~ia) y que, con ayuda de la práctica (áskesis) , también intentan
losófica (Zimmer, 1999: 17) . Sócrates prescindió deliberadamente d !izarla. En el arte de vivir de los cínicos, se vuelve característico
la pretensión de establecer una teoría filosófica. Interpretaba a ~ re:ceptualizar la autarquía menos en forma teórica y más de mane-
filosofía como un reflejo de la práctica de vida. Su técnica de inte,. co existencial, y ejercitarse de tal modo en la autosuficiencia, que la
rrogación y conversación era expresión de una postura crítica y an. ra ¡ total ausencia de necesidades garantice una independencia lo
ticonformista, que finalmente se acreditaba en su_confrontación con ~ amplia posible de circunstancias externas y fuerzas heterogéneas
la muerte. La postura predeterminada por Sócrates y la ética peripa. 7Schmid, 1994~. Para Diógenes,_ a fi~ de cue~tas, _"vivir de la m~nera
tética fijada en la temática, se convirtieron dentro de las escuelas de ás bella" sigmfica llevar una vida hbre, autarqmca; y, la ensenanza
filosofía romano-helenísticas en la pretensión más importante no sólo :e ello, la ve como una tarea de la filosofía.
de la ética, sino de la filosofía en general. En la ética helenística, el Epicuro ve igualmente en la autarquía un "gran bien", cuyo mayor
tema de la postura ante la vida fue formulado como una filosofía de fruto es la libertad; su realización debe ser p osible en aquel jardín
la existencia individual. que se convirtió en el símbolo del arte epicúreo de vivir. Sin ~uda se
La necesidad de un modo de vida consciente provenía, evidente- trata de un jardín de los placeres, porque en este caso una vida pla-
mente, de las incertidumbres de cada época, sin importar cuáles centera es el objetivo de una forma de vida basada en la reflexión.
fueran los acontecimientos históricos. En la época helenística, la polis Esto sin embargo no significa un desenfrenado consumo de placer,
ya no era capaz de satisfacer la necesidad de seguridad del individuo, sino un uso selectivo de los placeres (Epicuro, Carta a Meneceo, 1982:
dado que había perdido su cohesión interna. Pero, lo que por un 12 g) , así como una minimización de las necesidades para maximizar
lado podía ser una pérdida dolorosa, por otro significaba una nueva el placer en su consumación y extraer de los motivos más pequeños
y hasta entonces desconocida libertad: ya no tener que vivir la vida la máxima alegría de vivir. En el círculo de influencia de este jardín,
delineada por la familia y la sociedad; ya no estar sujeto a una estre- también se convierten en individuos autárquicos aquellos que, de lo
cha red de control social, sino poder desarrollar conceptos propios contrario, eran menospreciados en la sociedad antigua: las mujeres
de vida (Schmid, 1998: 29). Se trata de obtener una fuerza individual, y los esclavos. Y las relaciones de amistad que se cultivan en el jardín,
propia, para no estar a merced de fuerzas extrañas. El contexto hi&- impiden que cada cual ya sólo se ocupe de sí mismo.
tórico de profunda incertidumbre hace surgir la necesidad del cui- La antigua filosofía del arte de vivir encuentra su cúspide en la
dado propio, que Sócrates recoge, cultiva metódicamente y convierte Escuela Estoica, en lo que concierne al concepto mismo del arte de
en un concepto con repercusiones de largo alcance en la historia de vivir (gr. peri bíon téchne, lat. ars vivendi), lo detallado de su elaboración
Occidente. El amor a la sabiduría, que es precisamente la filosofía, y la concentración de la actividad filosófica. El arte de vivir estoico
se esfuerza por la comprensión de la esencia de las cosas, de tal ma- consistía en rehuir las actividades absorbentes y dirigirse hacia uno
nera que la vida pueda ser conducida de manera bella y correcta. La mismo para practicar la autoapropiación: "Vindica te tibi" (aprópiate
ética, entonces, definitivamente ya no es la costumbre heredada, sino de ti mismo), es el lema de Séneca (Séneca, Cartas a Lucila sobre la
se fundamenta en la postura del individuo, en su ethos; surge de la ética; Veyne, 1993). Fortificado de esta manera, el Yo debería estar
elección (prohaíresis) que el individuo hace sobre la base de la inteli- en condiciones de aceptar hechos adversos, soportar carencias con
gencia (phrónesis), para alcanzar su objetivo de excelencia y dicha. La resignación y, en caso necesario, rebelarse ante el destino. Tal como
soberanía de sí mismo es el resultado de la afirmación del yo en las la madera y el bronce, en otras artes, así la vida de cada uno se con-
relaciones desarrolladas y elegidas con otros; no en último término, vierte en el material de un arte de vivir, cuyo manual escribe Epicte-
132 SABIDURÍA DE NIETzsclft 133
RÍA DE NIETZSCHE
5ABID U
to. Todo su esfuerzo lo concentra sólo en aquellas cosas que está , La libertad de perturbaciones era alcanzable, dado que en
tarquia. , . .
bajo su dominio; lo demás lo asume con indiferen cia en un estad: au necesario los pensadore~ pod1a~ replegarse a ~~a vida escond1-
O
"libre de inquietud" (ataraxia). Lo q ue pueda acarrear beneficio cas La rescindencia que Ep1curo hizo de la metaf1S1ca y de la gno-
0
~
perjuicio, sólo lo espera de sí mismo, no de influencias externas. · ,p se convirtió para Nietzsche en un m . dº1c10 . seguro d e su
5eolog1a,
Finalmente también corresponde a la autarquía reconocer, y aceptar, odern1'dad . "Epicuro fue uno de los pocos capaces
, de dar respues-
.
lo que no está bajo e l dominio del Yo. lll la pregunta sobre la utilidad de la filosofia y la esencia de la
El concepto de espíritu libre de Nietzsche retom ó las tradiciones ta ªra1· 'La filosofía com o un arte de vivir, no como un arte para
de la Ilustración antigua tal y como fueron desarrolladas por Epicuro JllO b. ·r la verdad"' ( 12 [1] KSA 13: 197), puede leerse todavía en
descu n . ,
y Epicteto, con el objeto de hacerlas fecundas para una nueva Ilus- . mento de principios de 1888. Y ello, porque Ep1curo se habia
~~ f .
tración. El intelectualismo que Nietzsche ensayó d urante su época 'do a profundidad en la vida y la naturaleza. Sus pensamientos
surnerg1 ., . d
como espíritu libre, fue un experimento que med iante nuevas vías ·eron en el espacio vacío de la especulacion, smo e una
no sur gl
intentaba hacer realidad viejos objetivos: e l renacimiento de Grecia cepción directa d e la vida (Bornmann, 1984: 179). Lo que a
la salvación de la cultura amenazada, la lucha contra el cristiani; ~::rzsche le interesaba de la ética antigua y, particularmente, de la
mo. En adhesión a las antiguas doctrinas filosóficas, exhorta a una ética epicúrea, era que la Antigüedad colocaba ~l hombre actuante
autoliberación y autoformación, que son asunto exclusivo de cada en el centro de su visión, en tanto que los fil~sofos mo~ernos se
uno. Y la imagen de individuo sobre la que se asie nta Nietzsche, se conc entraban en la valoración mo ral de determinadas acc10nes. , . De ,,
encuentra permeada por un "individualismo aristocrático", por el sta manera, la é tica antigua procedía en forma "actor-centnca ,
e " . .. .. . ,,
ideal de los pocos y los mejores, delimitado de la moral y los ideales · ntras que la moderna lo hace en forma acc10n-centnca .
!Ille d.
del "rebaño". Lo que se acentuó en Nietzsche durante los años de En la Antigüedad existía un interés central en explorar las con 1-
la nueva filosofía de la Ilustración, fue la propensión a un repliegue ciones para el tránsito del filósofo principiante, el "necio", al filósofo
de la sociedad, la inclinación hacia una posición apolítica. "Para como tal, el "sabio" (H orn, 1998: 192).
empezar, más que nunca debe estar permitido a algunos abstenerse En sus esfuerzos por alcanzar la objetividad y la normalidad, los
de la política y hacerse un poco de lado: a ello los impulsa el gusto modernos propiamente formulaban su ética también desde una pers-
por la autodeterminación, y también es probable que con ello esté pectiva de Dios, con lo cual revelaban con facilidad que igualmente
relacionado un pequeño orgullo, el de callar cuando demasiados ha- eran herederos de los preceptos de la moral judeo-cristiana, que se
blan o, en general, cuando hablan muchos" (MA I, 438, KSA 2, 286). reivindicaba como universal. La ética antigua, por el contrario, de-
El ideal del individuo apolítico tenía, por una parte, sus raíces en las terminaba la conducta buena o valiosa en tanto que lanzaba la pre-
mejores tradiciones del filosofar antiguo y, por otra, en el privatismo gunta de lo que era bueno o valioso para alguien: c~n ello examina-
del espíritu libre moderno. Nietzsche se había vuelto un prosélito ba lo que alguien debía hacer, desde la perspectiva de que una
del "late biosas" (la vida escondida) y la dicha de la vida teórica, de la actuación correcta se vinculaba con un beneficio para el propio actor.
sabiduría estoica y el kepos de Epicuro, del "cultiver son jardin" del Indiscutiblemente, Epicuro pertenece a las grandes experiencias
Candide voltairiano. formativas de Nietzsche. En el Viaje por el Hades ( 1878), Epicuro Y
También de fuentes estoicas y epicúreas se nutrió el intento de Montaigne, junto con Goethe y Spinoza, Platón y Rousseau, Pascal y
desprender al espíritu libre de las amarras de la política. Epicuro Schopenhauer, son dos de las muy pocas sombras que no rehúyen al
partió de la imagen del hombre vulnerable y necesitado, interpretó nuevo Odiseo en el mundo subterráneo. Y, justamente, son estos
la asociación de los seres humanos por razones de utilidad y la fun- cuatro pares de la historia de la filosofía con los que Nietzsche desea
damentó en el acuerdo de "no dañarse ni permitir que se dañen unos entrar en conversación (MA 1, 408, KSA 2, 533). Tan sólo esta selec-
a otros". En el trasfondo, para los sabios quedó la posibilidad del ción, y su agrupamiento, son ya indicativos de los valores que Nietzs-
repliegue al pequeño círculo de los amigos, suficiente en sí para la che reexperimenta en Epicuro.
1
34 SABIDURÍA DE NIETzs URÍA DE NIETZSCHE 135
Clft 51,BI D
La comprensión social que Nietzsche tenía de la filosofía d describió a Epicuro como un filósofo de la opulencia: "El filósofo
· ·· d a d tar d'1a, estaba marcada por la emancipación epicúreae la
An ague
/,rala opulencia. Un pequeño jardín, higos, unos quesitos y, agregado
la pobreza y la riqueza, de la posición y la clase. Que Nietzsche d de adeello, tres o cuatro buenos amigos,
· ta1 era 1a opu1encia
. d e E picuro
. "
estimara las diferencias sociales, era una continuación en línea es-
(WS 192, KSA 2: 638J. . . ,
de la liberalidad de la Antigüedad tardía. El kepos de los epi·c :ecta El Nietzsche epicureo, entonces, descnbe al preten dido h er01sm o
. ure~
era_ 1gual~ente as~quible ~ los esclavos que a los hombres ~ibres. El roo uno de carácter "refinado" o incluso "idílico"; co mo una mez-
sab10 estoICo daba igual validez a todos los papeles sociales. El qu , cola de ascetismo y bucolismo, que recuerd a tanto a 'T' ' '
.1eocnto como a
.b · . . ena
ser l1 re, sm importar s1 era un esclavo como Epicteto o un empe . ~ icuro, a los paisajes ideales de Poussin o de Claude Lorrain. En
dor c~mo Marco Aurelio. "Epicteto era un esclavo: su hombre id:¡ e!e caso, "idílico" tiene el significado habitual desde el siglo xvm,
se ubica fuera de cualquier posición social y es posible en todos los que corresponde a la contemplación sosegada y tranquila de u na
estamento~" (M, 546, KSA 3: 316). Si alguien quiere y puede ser libre naturaleza que pasa como buena, porque carece de razón . De la
no e~ asunto ni de la política ni del origen, como tampoco de 1~ misma manera debe ser entendida la conocida imagen de Epicuro
propiedades y el rango. Así lo reivindica el espíritu libre de Nietzsche en La gaya ciencia.
de la misma forma como, más tarde, en el Zaratustra se dirigirá ·~
todos y a nadie". Si el tercer mandamiento del espíritu libre rezaba Sí, estoy orgulloso de disfrutar del carácter de Epicuro, quizá como alguie n
"no deberás ser rico ni pordiosero" ( oct.-dic. de 1876, 19 [ 77 J, KSA cualquiera, y en todo lo que escucho y leo de él, la dicha del atardece r de
8: 348), entonces esto indicaba que el autoiluminista debía liberar la Antigüedad: veo mirar sus ojos hacia un extenso mar blanquecino, por
su vida de las condiciones de origen social, posición o propiedad. A encima de orillas rocosas sobre las que se tiende el Sol, mientras animales
partir de ello, el veredicto de Nietzsche desestimó una simple redis- grandes y pequeños juegan bajo su luz, tan tranquilos y seguros como esa
tribución de la riqueza, porque quien modifica estas condiciones, aún misma luz y aquellos mismos ojos. Tal dicha sólo pudo experimentarla al-
no modifica mucho. Antes de modificar cualquier otra cosa, los guien que sufre permanentemente; la dicha de unos ojos ante los cuales el
hombres deben primero modificarse a sí mismos; fijarse objetivos mar de la existencia se ha calmado y que, ahora, ya no se sacian de ver su
metaeconómicos que ennoblezcan la vida. Los espíritus libres cons- superficie y esa colorida, delicada y trémula piel marina: nunca antes la vo-
tituyen una Internacional de la emancipación sociológicamente ina- luptuosidad tuvo semejante modestia (Fw 45, KSA 3: 411).
sible, que se anticipa a las formas de liberación postburguesas y
postsocialistas. Nietzsche vio a Epicuro como lo que era: el maestro de un hedo-
También la forma en que los espíritus libres debían vivir y la pre- nismo que entendía a la felicidad como el resultado de un profundo
gunta sobre su moral, son preponderantemente respondidas a través padecimiento del mundo, que diferenciaba, absolutamente, entre
de Epicuro. El concepto inicial que Nietzsche tenía de la Ilustración los deseos físicos y los placeres superiores, y en el que el ascetismo
sugiere una moral epicúrea, entre "heroica" e "idílica". En El cami- siempre estaba implícito. El epicúreo, que siempre tiene presente
nante y su sombra, se puede encontrar la siguiente observación de la necesidad del ascetismo, alcanza una especie de dichosa pobreza
Nietzsche: "Epicuro: el descubridor de una forma de filosofar heroi- y sereno desprendimiento, que nunca es renuente a las pequeñas
co-idílica" (ws 295, KSA 2, 687). Si bien el joven Nietzsche había alegrías cotidianas. A diferencia de la dura ataraxia de los estoicos,
loado la heroica dureza del pesimismo schopenhaueriano y de los el ascetismo de los seguidores de Epicuro conduce a una dicha ab-
héroes trágicos, ahora alababa un epicureísmo que toma de Epicuro solutamente disfrutable, vivible en una discreta abundancia y con
ambas cosas: el alto aprecio por las pequeñas alegrías y las cosas la alegría ni tan pequeña de una vida moderada (FW, 306, KSA 3:
cercanas, y también la conciencia de la necesidad de un determinado 544) . En la modestia de sus necesidades, el blando asceta alcanza
ascetismo y un logismo del placer. Todo esto era lo que Nietzsche la dicha de la benevolencia hacia el mundo. "Paz a mi alrededor y
tenía en mente, cuando en el Aforismo 192 de El caminante y su som- buena voluntad hacia todas las cosas cercanas" (ws 350, KSA 2: 702),
RÍ A DE NIETZSCHE
137
SABIDURÍA DE NIETz
.scio; .48ID U

Nietzsche describe así su solución dorada, haciendo alusión al " iente· y por otra una reflexiva-hedonista. Tenía la convic-
utocon Sc , ' ' . . . ,
mediocritas" de Horacio quien, como él, había sido "un cerdito :u1la ª. , de que el principal obstáculo para la felicidad humana consistia
c1on , reocupac10n · es mnecesanas
· · que e 1 h om b re se ec h a b a encima
·
piara de Epicuro". e la
en 1as p . d r 1· .d d
Finalmente, Epicuro y Epicte to explican lo que se den omina co [argo de su vida. Para hace r plausible su concepto e 1e ici a ,
el inmoralismo de Nietzsche; la tesis de la "no responsabilidad e _mo ~~~e clarificarse el rechazo que E~ic~ro tenía hacia las falsas_ formas
cencia. " d e cada uno (MA I , 107, KSA 2: 103). Este inmoralismo Ino-e d preocupación. Se trataba, prmcipalmente, de cuatro tipos de
. h a s1.d o interpreta
f recue ncia . d o como amoralismo. Pero la reflex·,on e cupacion es a las que, por sus consecuencias a largo plazo, Epi-
.,. ~ preo consideraba como mermativas del gozo: i] El mie · d o a apancio-
· ·
h 1stonca demuestra, que el inmoralismo de Nietzsche pretendía se curo , . ,
una renovación de determinadas forma de moral. El inmoralism~ en el cielo (expresado en forma mas moderna: el miedo a feno-
5
como promesa de una liberación de la culpa , es genuinamente epicú. :eenos naturales alarmantes); ii] El miedo a la mue~te; iii] El miedo
reo y estoico. El antiguo sabio ya e ncontraba que "nadie era culpable" a la condición insaciable y desasosegada de los prop10s des_eos; iv] El
(MA II, 386, KSA 2: 528), ni él ni los demás. Sabía del destino y, como iedo a dolores desmedidamente fuertes. Para la terapia de este
Epicteto, reconocía "lo inevitablem ente natural" ( MA 1, 141, KSA 2 : :nero de inquietudes, Epicuro desarrolló u na especie de disciplina
136). Fue ape nas la religión cristiana la que lo cargó de culpa. La !ientífica, que debía transmitir conocimientos concluyentes y confia-
Ilustración de Nietzsche, inspirada e n la An tigüedad, lo libera de ella bles sobre la posición del ser humano en el mundo. A esta terapia le
y lo que intenta, no es una irresponsabilidad, sino una intensificación dio el nombre de canónica. En sentido ilustrado, ésta se orientaba
de la responsabilidad. contra aquello que Epicuro calificaba como "mitología" .
La Ilustración con tono antiguo y la Ilustración anticristiana de De esta manera, el pensador d e Samos desechó todas las inter-
Nie tzsche estaban hermanadas. La crítica a la religión cristiana siem- pretaciones antinaturales, dram~tica_s, y exaltadas de l~ naturaleza,
pre estaba implícita. A través de ella, Nietzsche intentó también una en beneficio de modelos de exphcacion naturales, sencillos y apega-
liberación de la conciencia de culpa y d e pecado; y la tarea de la dos a las leyes. Su interpretación de las apariciones celestes y otros
Ilustración orientada hacia la Antigüedad, es la de sobrepasar todo fenómenos naturales apunta a una sobria objetividad que, compara·
augurio de paz cristiano y todos los "no juzgues" del Nuevo Testa- tivamente, sólo volvió a ser alcanzada e n las ciencias naturales de la
mento. Dado que tanto para los epicúreos como para los estoicos la época moderna. De esta manera, las apariciones en el cielo no tienen
felicidad suprema era el bien mayor del hombre ( Carta a Menece<r. ninguna relación con castigos divinos. "Para Epicuro, el rechazo a las
128), en estas filosofías de lo que se trataba era de excluir todos los representaciones supersticiosas del mundo era tan importante, que
elementos que pudieran obstaculizar esta meta. Epicuro otorgaba un le encontraba sentido a su propia filosofía por el solo hecho de, en
gran valor a la comprobación de que la dicha podía ser alcanzada en bien de su propia felicidad, no dejarse irritar más por ellas" (H orn,
la transcurso de la vida humana y con medios humanos. La razón 1998: 93).
corrige la conducción de vida mediante la revelación de los bienes También según la concepción estoica, el cosmos no era algo repu·
verdaderos y el rechazo de las metas falsas y, de esta manera, condu- diable o ajeno a la razón; pero, a diferencia de los estoicos, Epicuro
ce hacia la eudaimonia, la felicidad (Horn, 1998: 91; Hossenfelder, prescindió de la contextualización metafísica de la armonía del cos·
1998: 103). De lo que se trata, tanto para Epicuro como para los mos, y rechazó suposiciones especulativas de este tipo.
estoicos, es de restar valor a todo lo que no es indispensable. Dicho Con ello, sin embargo, también estaba vinculado otro punto de di-
en pocas palabras, el ideal de felicidad epicúrea se apoyaba en dos ferenciación frente a los estoicos. Epicuro rechazaba vehementemente
elementos: en la idea de un manejo soberano del mundo , así como el concepto estoico del destino , la heimarmené. Para él, el ser humano
en una capacidad de gozo reflexiva. Ambas debían alcanzarse me- no es un actor dentro de una obra de teatro puesta en escena por
diante el conocimiento filosófico y una práctica dirigida. Por lo fuerzas superiores; el curso del mundo no está determinado por la di-
tanto, Epicuro defendía, por una parte, una forma de vida ilustrada- vinidad. En consecuencia, la dicha no se alcanza por la vía de la adap-
SABIDURÍA DE NIETzs SABIDURÍA DE NIETZS CH E 139
Clft

tación del ser humano a la razón y el orden cósmicos, sino únicamente 0


por ejemplo el sentimiento de gratitud hacia los dioses o el
mediante su propio esfuerzo para salir de su persistente adolescencia. corn r a los castigos en e l más allá. En este sentido, el blanco de la
Y la intención era, que el filósofo d e influencia epicúrea alcanzara un terno . 1 . . 1" . .
'cica de Epicuro no es propiamente e pagamsmo, smo e cnst1a-
soberanía tal, por lo menos en lo referente a las cuestiones central~ :~rno preexistente" (16 [15] KSA 1 3: 486 ) , que habría de despojar
de la vida: "Sólo en las cosas sin importancia se le atraviesa al sabio a la Antigüedad de sus frutos.
la casualidad; las grandes e importantes, en cambio, las ha normado
la reflexión juiciosa, las norma ininterrumpidamente a lo largo de la Hay que leer a Lucrecio para comprender lo que en realidad combatió Epi-
vida y habrá de normarlas siempre" (Carta a Meneceo, 123). curo; no el paganismo, sino el "cristianismo", es decir, la depravación de las
Adicionalmente, Epicuro y Lucrecio remiten la religión al temor a]mas por la idea de la culpa, por el concepto del castigo y la inmortalidad
y el miedo, y éstos son curados mediante la medicina epicúrea. La (AC 58, KSA 6: 246) ,
idea de que los dioses son los que conceden la dicha o la desdicha a
los hombres es rechazada. La concepción que Epicuro tiene de los El cuádruple remedio de Epicuro había augurado la liberación del
dioses se aprecia como una construcción casi racionalista: los dioses miedo a los dioses y a la muerte, del temor ante la condición inal-
no son responsables ni de la disposición ni del curso del mundo, y canzable del bien y lo insoportable del sufrimiento. Al tornarse indi-
no se ocupan de los asuntos humanos (Lucrecio, De rerum naturae ll/: ferentes los dioses, tanto en Epicuro como en Nietzsche se neutraliza
15-24). Para Epicuro, los dioses son seres inmortales de inequívoca el miedo a la muerte. "El mal más atroz, es de cir la muerte, no nos
serenidad e impasible sosiego. De esta manera, para todo aquel que atañe, porque en tanto existimos, la muerte no está ahí; y cuando
siguiera a Epicuro se desvanecía el miedo hacia los dioses o hacia su está ahí, nosotros ya no existimos. Por lo tanto, no le atañe n i a los
castigo. Uno de los consuelos de la filosofía de Epicuro radicaba en vivos ni a los muertos, porque entre los primeros no está, y los segun-
que permitía excluir interrogantes últimas, y mostrarlas como insig- dos ya no existen" ( Carta a Meneceo: 124). Esto fue lo que dij o Epicu-
nificantes para la práctica. Y Nietzsche, el iluminista y espíritu libre ro, lo que en Nietzsche se transformó en "lo que hay 'después de la
que deseaba ser heredero de la Ilustración antigua, se adhiere en sus muerte' ya no nos incumbe" (M 72, KSA 2: 71).
observaciones de este periodo a los conocimientos de Epicuro. En el Después, toda la promesa de dicha y tranquilidad aním ica del
Aforismo 7 de El caminante y su sombra dice: "Epicuro, el apaciguador espíritu libre se dejó sintetizar en la siguiente frase: se viviría, a fin
de almas de la Antigüedad, tenía aquella maravillosa comprensión, de cuentas, "entre los hombres y consigo mismo como en la natura-
tan difícil de encontrar hoy todavía, de que para tranquilizar el es- leza, sin alabanza, reproche ni alteración, deleitándose como e n una
píritu no era en ningún modo necesaria la resolución de las últimas obra de teatro con muchas cosas que hasta entonces sólo habían
y extremas interrogantes teóricas. Así que, para él, bastaba decir a causado temor" (MA I 39, KSA 2: 54).
aquellos a quienes torturaba el 'miedo divino': 'Si hay dioses, éstos Temporalmente Nietzsche creyó - quería creer- en la neutraliza-
no se ocupan de nosotros' en lugar de discutir infructuosamente, ción del sufrimiento y en la posibilidad de una discreta dicha. La
desde la distancia, la pregunta última de si existen dioses o no" (ws Ilustración antigua liberaba del miedo y redimía de la culpa. Y en su
7, KSA 2: 543). fase de espíritu libre, Nietzsche hizo propia la doctrina central de la
Sin embargo, a la vez, Nietzsche reconocía que la lucha de Epicu- filosofía helenística sobre lo que está en nuestras manos y lo que no
ro en realidad no le atañía a los dioses del paganismo. Él sabía, con nos incumbe. En lo que no se puede influir, se vuelve indiferente; al
su desarrollada sensibilidad, que un filosofo de la Antigüedad que destino se le da lo que es del destino. Para Nietzsche, de otra forma,
rechazaba y ridiculizaba la tradición heredada, en realidad se refería sobre el hombre no debía regir ningún destino inevitable. También
a aquella forma de religión a la que Nietzsche, con un dejo de des- el hombre individual debía ser fatum; con su voluntad y decisión
precio social, calificaba como la religión de las clases no aristócrataS. igualmente parte del destino, corresponsable, aunque no en el sen-
Y él justamente las combatía en sus formas de expresión indignas, tido de un pecado original o una culpa existencial.
URÍA DE NIETZSCHE 14 1
SABIDURÍA DE NIE 5"Blll
Tzscltt
Con ello, evidentem ente lo antiguo se vincula con ¡0 dot ( 1 999, 2002), de que las filosofías antiguas se sustentaron
, d I .
1a l1.b erac1.on . modern
e miedo de los antiguos y la antigua teatral· . , o; ~carnente en la idea de una conducción del alma y de una preo-
¡ · . . 1zac1on ,L
báS ación por uno mismo. En el prólogo de su libro Philosophie als
a VIda, con la creencia en el desuno de Spinoza y la neutr 1. .\IC
, . a 1zació
etICa de las cosas. H echa a un lado quedaba toda doctrina d I n :nsjomi. Antike u~d moderne E~erzit~ der Weisheit (L a filosofía como
. . I e pecad0 fi ilf/, de vida. E;erczczos de sabzduna antiguos y modernos, 2002 ), llega a
ongm a y de la culpa. La esperanza de liberación del cris,.;
. b uano era :Siguiente conclusión sobre la filosofía de la antigüedad griega: "Me
canJea le por la vía del con suelo anímico de los an tiguos.
Y es precisamente en este punto donde convergen el anti he percatado de que la filosofía no es sólo una forma de ver el mun-
. . y 1a renovacwn
d e VIVIr . , d e I a et1ca
, · de Nietzsche,
· guo ªrte
en la metáf; do, sino una forma de vivir; y de que , en comparación con la vida
, . 1·b ora del filosófica concreta.y vivida, todos los discursos teóricos no son nada"
espmtu I re. Porque en Nietzsche, tal como lo planteó Ja fil
h elenística, el arte de vivir sólo significa convertir la propia .ºdsofia (fiardot, 2002: 9).
. d , . . VI a en
o b~eto e un genero de conoCim1ento y de arte. Según Hardot, a diferencia de lo que suele ocurrir en la Moder-
"Nietzsche conoce los dos elementos en los qu e, consecU"entemen- nidad, en la Antigüedad el saber filosófico siempre está d irigido a la
te, se basa una filosofía del arte de vivir: la filosofía como c0 persona de aquellos que buscan conocimiento u orientación. Está
. .. ~~.
vida y arte de VIVIr llevado a la práctica; y la filosofía como reflexi 0· orientado hacia sus destinatarios específicos. Como disciplina y sabi-
de esta filosofía práctica, es decir el punto de convergencia de ~ duría profesional transmitida, la filosofía se guía por la capacidad de
samiento y e~i~tencia" (Schmid, 1992 : 50) . Con Nietzsche, Ja filo:; comprensión, la disposición de carácter, el nivel de co no cimiento y
del arte de VIVIr asume la tarea de la formación del sujeto que se li- la necesidad de saber de cada uno de los discípulos. En opinió n de
ber~ _de 1~ moral y, con ello, se vincula íntimamente con la figura del Hardot, el sentido de esta orientación radica en el cultivo racional
e_spmtu hbre. _Porque ahí dond e las normas habitualmente obligato- de una persona, en su autoformación, en la corrección de fallidas
nas son cuestionadas, el ser humano depende de sí mismo y debe posturas de vida o en un cambio sustancial de actitud. Conforme a
formular una nueva é tica o sucumbir. una metáfora particularmente socorrida por los estoicos, la filosofía
Sin embargo hay que distinguir la moral de la ética, que conforme fungía como un medio de curación. Al igual que la medicina curaba
al concepto aristotélico del ethos se remite al individuo. Una ética en el cuerpo humano, la tarea de la filosofía debía ser curar el alma
el sentido del arte de vivir y de una praxis de la libertad, sustituye las humana y, por cierto, en el sentido de una activación de sus propias
~~rmas rebasadas, que se han vuelto obsoletas. Como en la antigua fuerzas (comparar con Horn, 1998: 16).
e_u~a, en este arte de vivir se trata d e la capacidad de formarse y di- Ya en el verano de 1874, cuando todavía estaba ocupado con la
ngirse .ª uno mismo, y en no delegar en otros la preocupación por Tercera Consideración Intempestiva: Schopenhauer como educador, Nietzs-
uno mismo. En la tradición de la antigua Ilustración, para Nietzsche che había anticipado su viraje hacia la filosofía como un arte de vivir.
se trata de "el hombre de la prolongada e independiente voluntad En los escritos póstumos de aquella época se puede leer: "El produc-
propia" (KSA 5, GM II, 2: 293), que establece sus propios valores y to más inherente a un filósofo es su propia vida, es su obra de arte
que, además, está en condiciones de hacerlo. Este individuo sobera- y, como tal, está dirigido tanto al mismo que lo creó como a las otras
no se caracteriza por el dominio sobre sí mismo, y la medida de su personas" (KSA , 7, primavera-verano de 1874, 34 [37]: 804) .
autodominio se encuentra en proporción directa con su capacidad En una carta fechada el 15 de julio de 1878 y dirigida a Mathilde
de ser responsable. Con su ética del espíritu libre, Nietzsche retornó Meier, Nietzsche remite el viraje hacia la filosofía h elen ística, en
a 1~ _filosofía de la época helenística, que se caracterizó por su orien- comparación con la anterior recepción de los presocráticos, a la
tacwn hacia una práctica de vida. Durante ella, la filosofía se enten- nueva preocupación por una autoformación cotidiana. Este tema,
dió como una disciplina orientadora, esclarecedora y normativa. En que ya había sido significativo e n Schopenhauer como educador, se acen-
esta fase de una nueva Ilustración, Nietzsche anticipa la tesis que túa decisivamente en la época de Humano, demasiado humano. En el
posteriormente consolidó el filósofo de la historia francés Pierre primer escrito del periodo del espíritu libre, son revaluadas aquellas
'
SABIDURÍA DE NIET [)RÍA DE NIETZSCHE 143
2SC1ft 5ABID
escuelas filosóficas que se desarrollaron entre los griegos al tér . artir de estos p lante amien tos, Nietzsch e sacó las sigu ien tes
de la "época trágica". Y es su ética, p articularmente la de los est:ino p
A Jusiones: en pn·m er 1ugar, 1a m
. dºiieren
C . ante 1as cosas p nme
cia . ras
y la de los epicúreos, la que atrae el interés de Nie tzsche. coa '°~~mas; ante el conocimiento prescindible e imposible en relación
La carta de julio de 1878 constituye un testimonio de este n Yu ºias interrogantes de la é tica, la religión y la metafísica. En segun-
. uevo conlugar, la urgente n eces1·d a d d e prestar una n ueva atenc10n· , a 1as
entusiasmo:
do s cercanas. Precisamente
. "l as contmuas
. transgres10nes a 1as 1eyes
.
Puede usted percibir conmigo en qué aire puro de montaña, en qué dulc co~ simples del cuerpo y del espíritu llevan al ser humano a una
disposición de ánimo paso mi vida ahora, en contraste con las personas e mas onzosa fal ta de libertad y depen dencia" ; y, por cierto, "a la bási-
todavía viven en la bruma de los valles; más decidido que nunca a tod:~: vergente innecesan·a d epen d encia · d e me'd"1cos, maestros y cm"d a d ores
bueno y diestro, cien pasos más cerca de los griegos que antes: cómo ahora : Imas" (KSA 2, ws 5: 541) . Esta n egligencia es la "princip al causa"
vivo afanándome yo mismo, hasta en el m ás mínimo detalle, en busca de lasa- de la "fragilidad terrenal" (KSA 2, ws 6: 54 2).
biduría, en tanto que antes sólo veneraba y admiraba a los sabios, en síntesis En este periodo de su creación, Epicu ro era para Nietzsche el
si usted puede percibir conmigo esta crisis y este cambio, ¡oh! entonces us~ modelo de la indiferencia ante las cosas p rimeras y últimas; pero
debería tener el deseo de experimen tar algo semejante (KSB 5, 734: 338). también Sócrates fue o tra vez revalo rado y, en este caso, como crítico
de las cosas cercanas.
El interés de Nietzsche por la ética helenística en esa época no fue Sin apegarse a ninguna figura ni escu ela, Nietzsche se apropia en
casual. Era la época en que sus condiciones de salud se habían em- esta época de técnicas, estilos de vida y prescripcion es éticas indivi-
peorado dramáticamente, y su atención a la dietética médica de la duales. "Requiero de los pomos de ungüento y frascos medicinales
filosofía antigua tiene efectivamente que ver con este estado de salud de todas las filosofías antiguas" (KSA 8, 28 [41]: 509). En esta n ueva
sumamente precario. El 11 de julio de 1879, Nietzsche refirió así a "dietética". no sólo deben estar reunidas todas las diferentes escuelas
su amigo y colega Overbeck sus esfuerzos, por lo demás no muy antiguas; se trata de la síntesis múltiple de técnicas antiguas y moder-
exitosos, para regular su forma de vida: "Ningún sabio de la Antigüe- nas. "Los métodos de consuelo del Cristianismo muy p ronto habrán
dad necesitaría avergonzarse de cómo distribuyo mi día, mi régimen de convertirse en una antigualla, en un óleo que se ha vuelto rancio.
de vida y mi alimentación: todo de manera muy sencilla y, a pesar de Entonces resurgen los medios de consuelo de las filosofías antiguas,
ello, un sistema de 50 consideraciones frecuentemente muy delica- con un nuevo brillo y se agrega nuestra nueva variedad de consuelo,
das" (KSB 5, 864: 425) . la histórica" (KSA 8, 41 [32 ]: 588).
En El caminante y su sombra del año 1880, la recepción que Nietzs. Con el cambio de perspectiva que se gestó entre la fase de El na-
che hace de Epicuro se manifiesta de forma muy clara, cuando coloca cimiento de la tragedia y los escritos del periodo del espíritu libre y el
la atención hacia las "cosas próximas" en el centro de su filosofía. iluminista, también se modificó la posición de Nietzsche hacia Sócra-
"Placidez en torno mío y agrado en las cosas próximas" (KSA 2 , ws, tes. Si en el escrito de la Tragedia todavía había sido infamado como
350: 702), es la divisa del último aforismo. "Debemos volver a ser destructor del mito y frío representante del lagos, ahora aparecía
vecinos de las cosas próximas" (KSA 2, ws, 16: 551); la sombra en como paradigma de una conducción de vida filosófica. De cualquier
el diálogo final resalta una vez más este "augurio". Nietzsche critica modo, Nietzsche se remitió a una determinada transmisión de la fi-
que "las cosas inmediatas como por ejemplo comer, habitar, vestirse, gura de Sócrates, que no necesariamente coincidía con la interpre-
desplazarse no sean objeto de la reflexión y de la transformación" tación platónica. Alrededor de 1879, los Recuerdos de Sócrates de Jeno-
(KSA 2, WS 5: 541). fonte son la fuente privilegiada de su perspectiva del ateniense. En
Si Schopenhauer había distinguido estrictamente la "ética" de la una anotación de julio de 1879, que aparece en sus escritos póstumos,
"dietética", para Nietzsche la dietética simplemente debía relevar a se puede leer: "El libro más atrayente de la literatura griega: Memo-
la ética. rabilia socratis" (KSA 8, 41 [2]: 584).
14 5
144 SABIDURÍA DE NIET
zsc111
'A Dl' NI ETZS C HE
¡pORI '
- y cotid iano de talle y n o sólo se desarrollaba en e l
N ietzsche coloca los Memorabilia d e Jenofonte e n la cima d • pequeno ' .
,.
manua1es eticos, · n d e a M onta1gne
y entie · y Horacio sólo co eloa
el Jllas_ . Ya e n la terce ra de sus con sideraciones intempestivas,
o interior. , . . . ., d
d, . rno un p1an mo educador. N ie tzsch e h abia ant1C1p ado esta v1s10n e
p~ope eutlco para su lectura. Al r especto, e n El caminante y su so ~enhauer co_ ,
N ie tzsche escribe : mbra lOS f¡Jósofos gne gos:

Sócrates. Si todo va bien, llegará el momento en que para auxiliarse , im orta un filósofo en la medida en que es capaz de dar un ejem-
. . ran~ "• me Pero
1111 P el ej emplo debe darse mediante la v1·d a v1·s1·b1e y no so·1 o a
desde el punto de VISta moral como rac10nal se recurrirá mejor a los M
rabilia de Sócrates que a la Biblia; y en que Montaigne y Horacio sean
zados como antecedentes y guías para la comprensión de las extremad
u: lo [... ]
P ,

bl
f' d G . ,
lºb os· es decir, tal como lo enseñaba la fil oso 1a e recia, a traves
uaves de i r ' ,
te la postura el vestido, el alimento y la costumbre, mas que e
l
. . amen. del selll an ' .' .
te senollas e imperecederas formas de intermediación de Sócrates . Ha~cl· . incluso el escnbir (KSA 1, SE 3: 350 ).
. habl ar O, ,
remiten las vías de las más diversas formas de vida filosóficas, que son bás¡.
camente las formas de vida de los más variados temperamentos; todas fijadas La caracterizació n qu e Sócrates hizo como esclavos que !e vendían
por la razón y la costumbre, y apuntando hacia la alegría de vivir y hacia el . · os d e aque llos que pedían dinero por sus ensenanzas, en-
a 51 m1sm , ., .
propio yo, de lo que uno podría concluir que, lo más característico de Só- • na incondicional a probac10n por par te de Nietzsche , cuyo
contro u .
crates, era una participación de todos los temperamentos. Como venra·a or ideal era la p rop ia indep e n dencia.
s°.bre el fundador del Cristianismo, Sócrates tiene un tipo de seriedad reg~ ma: ro en su fase de espíritu libre e iluminista, para N ietzsche no se
CJJada, y esa sabiduría llena de picardía que conforma el mejor estado aní- tra:ba simple m e nte d e adop tar un m odelo tran ~mi~~o , sino q~e su
mico del hombre. Aparte, también tenía una mayor inteligencia (KSA 2, ws ósito co nsistía e n conformar una nueva d1etet1ca a partlf de
prop . 1· . L
§ 86: 591-592). modelos antiguos y modernos. E n su s trabaj o s_ p re 1mmares a a gay~
ciencia, Nietzsche visualizó el p roye cto de fus10n~r el~m entos de di-
Así, Nietzsche distinguió a Sócrates como un fenómeno de excep- versas escuelas de la antigüe dad en una nueva smtes1s, como parte
ción entre los filósofos griegos, dado que, para el resto, una ética medular de su filosofía experimental.
filosófica sólo resultaba paradigmática e imitable en función de un
determinado temperamento. Además, al mismo tiempo, la revalora- En lo que concierne a la práctica, contemplo a cada una de las escuelas
ción que Nietzsche hacía del libro de Jenofonte sobre Sócrates signi- morales como sitios de experimentación, en los que un sinnúmero de recur-
ficaba una cierta crítica indirecta hacia el círculo filológico , que sos artísticos de la inteligencia vital son practicados y reflexionados a fondo:
sustentaba una posición más bien despectiva hacia ese texto. los resultados de todas estas escuelas, y todas sus experiencias, nos pertene-
Que, en su fase de espíritu libre, Nietzsche favorecía más el modo cen; no aceptamos con menor gusto un recurso artístico estoico, porque ya
de vida filosófico que la obra producida, se expresa con claridad en nos hayamos apropiado de uno epicúreo. Esta unilateralidad de las escuelas
una carta dirigida a su amigo y compañero de estudios Carl von era muy útil; es más, era indispensable para la comprobación de estos expe-
Gersdorf, el 26 de mayo de 1876: rimentos. El estoicismo, por ejemplo, demostró que el hombre podía darse
arbitrariamente una piel más gruesa y, del mismo modo, una especie de
Los filósofos griegos aparecen cada vez más ante mis ojos como modelo de urticaria: de él aprendí a decir en medio de la necesidad y de la tormenta:
la forma de vida a alcanzar: leo los Memorabilia con el más profundo in terés "¿qué importancia tiene?", "¿qué me importa a mí?" . Del epicureísmo tomé
personal. Los filólogos los encuentran mortalmente aburridos; ahí puedes la disposición para disfrutar y la visión para saber dónde la naturaleza nos
darte cuenta cuán poco filólogo soy (KSB, 529: 163-164). ha puesto la mesa (KSA 9, 15 [59], otoño 1881: 654-655).

Para Nietzsche, por lo tanto, el carácter paradigmático de la filo- No es casual que, tanto en su variante estoica como epicú rea, la
sofía griega radicaba en que su vida era visible y filosófica hasta en figura del sabio antiguo aparezca como imagen de contraste con la
SABIDURÍA DE NIETzs URÍA DE NIET ZS CHE 1 47
Clft SAB ID
existencia cristiana, a la que Nie tzsche interpreta como éxtasis de fi derrota. Al mismo tiempo, sin embargo , es también una oportuni-
es decir, como fenómeno psicopatológico. En este aspecto, la doc ~· ~ad de recuperar la inmediatez de este mundo y de la Tierra.
na de Epicuro no es expuesta en el sentido habitual de una doctrjtri-
de la felicidad, sino más bien interpre tada como expresión de u:ª En efecto, con la noticia de que el "viejo Dios ha muerto", nosotros los filó-
sabiduría que, harta del carácter abismático de las cosas, espera e~ sofos y "espíritus libres" nos sentimos como iluminados por una nueva au ro-
contrar asidero en la parte visible del mundo. En la figura del sab~ ra.
Con ello nuestro corazón rebosa de agradecimiento, asombro, presenti-
antiguo, el espíritu libre de Nietzsch e únicamente encuentra u~ miento y esperanza, finalmente vuelve a despejarse el horizo nte par a
punto de sostén para, después de la supresión de los valores tenidos noson-os; finalm ente nuestras naves pueden volver a zarpar, navegar hacia
hasta entonces como máximos, poder crear su vida como una obra cualquier peligro. Toda osadía está nuevamente permitida para el descubri-
de arte. Nietzsche deja ver, que la medida suprema para el hombre dor. El mar, nuestro mar, está ahí abierto otra vez; tal vez nunca haya existi-
es la plenitud de la creación: "Sólo como creadores podemos destruir. do otro mar tan abierto" (KSA 3, FW § 343: 574).
Pero tampoco olvidemos esto: basta crear nuevos nombres y valora.
ciones para, a la larga, crear nuevas cosas" (KSA 3, FWS 58: 422). Los triunfos imaginarios de Nietzsch e sobre los colapsos físicos y
La parábola del hombre loco en el párrafo 125 de La gaya ciencia, psíquicos de su vida, llevaron a su incorporación y transfo rmación en
en la que se proclama la muerte de Dios, enuncia que tras la muerte un proceso literario de autocreación y creación. Con ello Nietzsche
del máximo sujeto de la historia le toca ahora al hombre, en su ra- se convirtió en un prototipo del autor moderno , que en el acto de
dical soledad y autodeterminación, crearse a sí mismo de nuevo ante escribir se supera y se crea permanentemente a sí mismo.
el riesgo del ocaso. Si prácticamente para la totalidad de la tradición La autocreación estética de sí mismo es el antiesquema de una
europea el ámbito espiritual interno había sido la sede de las certezas existencia sujeta a la norma o a la moral, y marca también u n nuevo
metafisicas y morales, entonces, en los escritos del periodo medio de concepto de arte , que consiste en darse forma a uno mismo.
Nietzsche se consuma el drama intelectual de perder al sujeto como La creación de una forma individual de existencia es la tarea de
el piso trágico que sustenta la construcción filosófica. Si las normas una filosofía del arte de vivir. El lugar de la moral, que es impu esta
morales que descansaban sobre los mandamientos de Dios eran las al individuo por una instancia heterogénea, llámese Iglesia o Estad o,
que determinaban la actuación de los hombres, con la desaparición lo toman la ética de un modo de vida y la práctica de la libertad. Si
de esa instancia superior éstas perdieron su razón de ser. En los casos bien la visión que tiene Nietzsche de una nueva ética lleva implícito
en que no rige una tradición, no existe una moralidad. el concepto de responsabilidad, y se entiende como una forma de
"El hombre libre es inmoral, porque en todo quiere depender de vida experimental, excluye el axioma central de la moral cristiana, es
sí mismo y no de la tradición: en todas las condiciones iniciales de decir el concepto de culpa. El Yo se ubica en el centro de esta ética,
la humanidad, 'malo' significa tanto como individual, libre, arbitra- así como la transformación de sí mismo.
rio, inhabitual, imprevisible, incalculable" (KSA 3, M § g: 21). E ilus- De esta manera, Nietzsche descubre al sujeto de la autopráctica, la
trando esta misma problemática desde otra perspectiva, en su obra autocreación del individuo. El individuo se esfuerza por darse a sí
Aurora dice: "y ésta es la moral última [ ... ] que no queremos regresar mismo una dirección (KSA 3, M 178: 157) . En el lugar del Yo mismo,
a aquello que para nosotros está rebasado y podrido, a algo 'invero- se ubica ahora el trabajo sobre el Yo mismo, que no se da a priori. Esto
símil', llámese esto Dios, virtud , verdad,justicia, amor al prójimo[ ... ] lo comprueba una cita del contexto de Aurora: "Es simple mitología
en nosotros se consuma -partiendo de que queráis una fórmula- la creer que habremos de encontrar nuestro auténtico Yo después de
autosupresión de la moral" (KSA 3, M, 4: 16). haber abandonado u olvidado esto o aquello. Así sólo perdemos tiem-
La irrupción de esta nueva situación significa simultáneamente po remontándonos hasta el infinito: ¡Nuestra tarea es la de hacernos
para el hombre quitarse una carga y ponerse otra encima, y queda a nosotros mismos, crear una forma con todos los elementos! ¡Es
en manos de cada individuo transformar esta experiencia en triunfo siempre la tarea de un escultor! ¡De un hombre productivo! ¡No es a
148 SABIDURÍA DE NIET URÍA DE NIETZSCHE 149
zscllt ~BID

través del conocimiento, sino a través de la práctica, y un modelo 'sa debería ser la tarea de toda formación y educación para, final-
nos volvemos nosotros mismos! El conocimiento, en el mejor d' qUe Y:nte, alcanzar "una verdadera facultad, una nueva capacidad". El
·
casos, tiene e 1va1or d e un me d.10 " (KSA 9 , fines de 1880, 7 [2 13 ]: e las IJI ·or de los conocimientos no podría sustituir a la práctica "que
eon 1a autocreac10n, 6 JJleJ
. , que siempre
. es puesta en duda por la 3 •l · debe ir por delante para que cualquier cosa pueda transformarse de
· · d expe..
n encra el otro, finalmente de .lo que se trata es de formarse y trans,. 'dea en acción. ¡Primero y antes que nada las obras! ¡Y esto significa
formarse. El concepto del Yo mismo no es un concepto idéntico . :·ercicio, ejercicio, ej ercicio!" ( KSA 3, M § 22: 34 ).
, sino
tran~~ormador. La fo~~ sólida ~ebe ser fracturada por la transfor. ~ Sin embargo, el redescubrimiento que Nietzsche hace del ascetis-
macron; la figura defimtrva del SUJeto debe aflorar mediante la co mo es totalmente opuesto al ascetismo moralmente motivado, que
tante experiencia, que siemp re incluye la experiencia del otro. ~s- aborda en el tercer ensayo de L a genealogía de la moral. Su intención
esta manera se constituye un sujeto que se d istingue por su capaci~ es más bien "devolverle al ascetismo su condición natural" ( KSA 12 ,
de transformación, un Yo mismo multifacé tico y no, en consecuencia, otoño de 1887, 9 [93 ]: 387). Entendido en este sentido, el ascetismo
un sujeto de identidad. es la práctica de la libertad; libertad no sólo entendida como un
Pero no por ello, todavía, es éste el fin del sujeto; porque cuando derecho, sino más bien como una facultad .
el sujeto. de identidad sucumb:, entonces se abre el espacio para Baj o el aspecto del trabajo en torno del Yo m ismo y la ética del
aq.uel SUJeto que apenas habra de conformarse artísticamente, el arte de vivir, es entonces L a gaya ciencia la que se recorre hacia el
SUJeto de la experiencia y de la experimentación. Se trata de la ela- centro del análisis. Ésta no p u ede entenderse entonces más que bajo
bora~ión del Yo mismo como una obra de arte. El Yo mismo que se la óptica de un nuevo arte de vivir; es el libro del arte de la vida de
concrbe como una obra de arte, ya no quiere descubrirse "a sí mismo• NietzSche. En él, Nietzsche recuerda·aquella escuela de filósofos de
en toda su pureza y verdad, sino que quiere inventarse y labrarse a la Antigüedad "en la que un sinnúmero de recursos artísticos de la
sí mismo (Schmid, 1998; 1992: 50-62). inteligencia vital eran practicados a fondo y reflexionados hasta el
La crítica de Nietzsche a una sabiduría que sólo existe en función fin" (KSA 9, otoño de 1881, 15 [59]: 654-655), y cuyos resultados y
de sí misma, ya había sido sometida a veredicto en su texto de la experiencias deberían ser retomados. El antiguo arte de vivir servía
Segunda intempestiva. El conocimiento se convierte en vida verdadera para conducir bien la propia vida, llevar su tragicidad a la conciencia
no en una "interioridad" cualquiera, sino en la exterioridad de la y dominarla filosóficamente.
forma; y, transmitir esto, es la tarea de la filosofía. Lo que pretende Tal era la ocupación de Nietzsche con las filosofías del helenismo,
finalmente el exhorto de Nietzsche es que el hombre "aprenda ante que lo condujeron a reapropiarse los tópicos del arte de vivir. En el
todo a vivir"; y lo que le interesa es que se entienda la forma de llevar prólogo a la segunda edición de La gaya ciencia de 1887, que tam bién
la vida como un oficio y se subraye la necesidad de una incesante habrá de retomar en el epílogo de "Nietzsche contra Wagn er" de
práctica. "Vaya, como si la vida misma no fuera un oficio que debe 1888, vuelve a reforzar este aspecto y recuerda a los griegos:
ser aprendido permanentemente desde la base y practicado sin nin-
guna protección" (KSA 1, HL 10: 327) . ¡Ay, estos griegos! Ellos sí sabían cómo vivir: ¡para ello se requiere mantener-
El trabajo en torno del Yo mismo se realiza con ayuda de ejercicios, se valientemente en la superficie, en el pliegue, en la piel; adorar la aparien-
y el oficio de la vida es una cuestión de práctica. De ahí también el cia, creer en las formas, los sonidos, las palabras, en todo ese Olimpo apa-
vínculo con la palabra griega askesis. La palabra ascetismo viene del rente! ¡Estos griegos eran superficiales, desde lo profundo! Y nosotros los
griego y sólo puede interpretarse en este contexto, dado que en su temerarios de espíritu, los que hemos escalado la más alta y peligrosa cima
sentido original se refiere a la práctica y al ejercicio; al cuidado y al del pensamiento actual, y desde ahí hemos visto alrededor y hacia abajo, ¿no
esmero con el que debe trabajarse la vida. En su fase de "espíritu hemos regresado precisamente a ello? ¿No somos en ello también griegos?
libre", para Nietzsche de lo que se trata es de aprender algo del "as- ¿Adoradores de la forma, del sonido, de la palabra? ¿Justamente, por ello,
cetismo práctico" que fue característico de todos los filósofos griegos; artistas? (KSA 3, FW Prólogo: 352).
SABIDURÍA DE NIET z URÍA DE NIET ZS CH E 1 51
SC1ft s.4BID
El que la tarea de indagar las cosas no llegue a su meta , no s1gn¡.
· distinguía a la é tica, como Unum necessarium, de la sabiondez
cos se
fica que no deba ser emprendida; p ero muestra de manera tod . • ¡nguna utilidad.
11

dado que su figura no se deriva de causas últimas, y tampoco


sujeta a una de terminación definitiva. Bajo este aspecto, Nietzschtá
:ª:
más decidida la necesidad de configurar la existencia, de darle fo/VJa sinEl "uno necesario

de urnado. Apunta h
· " preten d e suscn'b ir

' l a este'tica
ac1a
' la neces1'd a d d e la e~ormac1on
uno mismo, en lugar de pensar en el Yo mismo como un h ech o
' de l a existencia,
·
· •

· n o en e 1 sent1·-
consde una teoría de la be 11 eza, smo . e n e 1 d e una "cofüormac10n
e .. "
también le da a Epicuro preferencia sobre Aristóteles: si la filosoft
aristotélica es "el arte de descubrir la verdad", la filosofía epicúr/
representa "un arte de la vida" (KSA 12, otoño de 1887, 9 [5 7]: 6 t
:ta conformación no significa ya per se su logro, sino puede incluir
davía su fracaso.
.

3 3
Para aquel que ya no cree en la verdad, se plantea la tarea de ser u to En La gaya ciencia, Nietzsche habla de la conformación de uno
. n
artista, un adorador de las formas. ismo en un fenómeno estético y d e recurrir al arte para un arte de
La gaya ciencia se dedica a este proyecto. Es tanto un libro de 1 ":1.r· "Como fenómeno estético, la existencia todavía n os resulta so-
. a VJVI .
mquebrantable voluntad de saber, como también el libro de un nue- rtable y, a través del arte, se nos ha dado el oj o, la man o y, sobre
vo arte de vivir. Esto es importante en la medida en que ambos as- !:io, la buena conciencia para hacer de nosotros mism os un fenó-
pectos, la inquebrantable voluntad de saber y la cuestión práctica del meno de esta naturaleza" (KSA 3, FW § 107: 464).
arte de vivir, deben confluir en una filosofía del arte de la vida. Como antiproyecto a la existencia determinada por la n orma, la
Nietzsche concibe a la vida del hombre, al hombre mismo, como una moral y el deber, Nietzsche entiende aprender algo de las form as de
obra de arte en la que la reflexión y la práctica, el ascetismo y la procedimiento y los puntos de vista subjetivos de los ar tistas, para
estilística juegan todos un papel de igual importancia. rrasladarlos a la vida "pero, lo que queremos nosotros es ser los poe-
El aforismo 290 de La gaya ciencia constituye de manera explícita taS de nuestra propia vida y, en primer término, de lo más pequeño
la divisa para ello. y cotidiano" (KSA 3, FW § 299: 538) . La óptica del artista acarrea
"El uno necesario. 'Darle estilo' al propio carácter ¡un gran e in- consigo no manejar esta actividad con descuido, sino aspirar a con-
frecuente arte! Lo ejerce aquél que tiene una visión completa de las vertirse en un maestro de su oficio, "con respeto para cada tipo de
fuerzas y debilidades que ofrece su propia naturaleza, y luego las maestría y aptitud" (KSA 3, § 366: 615).
integra en un proyecto artístico hasta que cada una se manifiesta Para Nietzsche, la existencia no debe entenderse con las categorías
como arte y razón y, aun la debilidad, es capaz de deleitar la vista" de la moral, sino concebirse, en sí, como una especie de obra de arte.
(KSA 3, FW § 290: 530). En esta cita puede distinguirse claramente Los mayores esfuerzos deben realizarse "en torno de ella misma como
en qué consiste el ideal de Nietzsche, que es el de una individualidad obra" (KSA 3, M 548: 319). También la estética del creador contribuye
estilizada. a la formación de la propia vida como obra de arte. Invariablemente,
En última instancia, la necesidad de formarse uno mismo tiene Nietzsche practica la máxima de la existencia como obra de arte sobre
como fundamento eludir el resentimiento, en todo caso, en este sí mismo y la remite a su propio existir. Para él, el arte de vivir es el
sentido la fórmula del "uno necesario" reaparece inopinadamente en modo en que puede llevarse a la realización el agradecimiento por
La genealogía de la moral como contraconcepto del resentimiento. la vida. Sobre su propio arte de vivir, Nietzsche se explaya particular-
Sin embargo, esta fórmula del "uno necesario" ya puede encon- mente en sus cartas (KSB 5, 11 de julio de 1879: 425) y, por supuesto,
trarse en los fragmentos del verano de 1875 (KSA 8, verano de 1875, en el Ecce Hamo. Con cuánto detenimiento planea la estética de su
6 [4]: 98). Se localiza en el contexto en que Nietzsche intenta dife- existencia, se manifiesta en la forma en que habla sobre "El programa
renciar a la sabiduría del afán por la ciencia. La sabiduría se mani- de mi vida" (KSA 8, 17 de septiembre de 1887: 158), en una carta
fiesta "en la absoluta importancia que uno le confiere a su alma. Uno enviada a su amigo Franz Overbeck, en septiembre de 1887.
es necesario". La reflexión se remite al periodo de la filosofía antigua. La filosofía de Nietzsche en la fase del espíritu libre está totalmen-
Efectivamente, tanto en las escuelas de los cínicos como de los estoi- te dedicada a la problemática del arte de vivir, que él refleja y prac-
15 2 SABIDURÍA DE NiETzscai SABIDURÍA DE NIETZSCHE 153

tica. La tematización gen eral del arte de vivir es complementada c (ernente la perspectiva; y ésta no es sólo una cuestión de la estética,
la precisa cuestión del cómo. Éste maneja el problema de la conº? ~ 0
también de la ética y de la moral. La posibilidad de cambiar la
tución del suj eto, la relación consigo mismo y con los otros, la funci:: si;rspectiva, encuen tr~ su significado en q_ue la fijación s~bre un
de la práctica constante, la posibilidad del diseño de la vida individual P
pun
to de vista determmado puede ser dernbada, y el espano de lo
y el cultivo de la muerte, sin la cual la existen cia naturalmente no ensable puede ser alumbrado.
tiene ningún valor. La escritura filosófica se convierte en una herra. P Naturalmente esto también tiene consecuencias para el tipo d e
mienta de trabajo del Yo mismo sobre sí mismo, que ya en sí implica autoconformación del sujeto. Y, aquí, se trata del problema de las
una cierta autoestilización. De esta manera, al mismo tiempo, los osibles transfor maciones, que puedan disgregar la uniformidad d el
escritos de Nietzsche son siempre fragmentos de una autobiografía. p . 1
sujeto convenc10na .
No por nada esta filosofía del arte de vivir se con densa en máximas En un fragm ento correspondiente a la primavera-otoño de 1881,
y sentencias, tal como ha sido habitual desde la Antigüedad. Se trata se dice: "La incesan te transformación, en un corto espacio de tiem po,
de la condensación de una experiencia, de un análisis, de una decla- tú tienes que pasar por muchos ind ividuos. El medio es la lucha in-
ración en una sentencia que, una de dos, o la crea uno mismo, 0 la cesante" (KSA g, primavera-otoño 188 1, 11 [97] : 520).
descubre y la usa. Este fragmento es de gran interés, en la medida en que represen-
Nietzsche introduce la categoría del filósofo-artista, vinculada con ta expresamente el "proyecto de un nuevo tipo de vida" ( KS A 9: 5 19 ),
un nuevo concepto del arte: el filósofo artista es "aquel que se traza al que después se agrega el plan de los cuatro libros del Zaratustra.
a sí mismo" (KSA 12, otoño 1885-otoño 1886, 2 [66]: 89). En Ja figura de Zaratustra se cristaliza este proyecto de u n a nueva
En Aurora se habla del artista en que se ha convertido el pensador. forma de vida. Lo sustancial de su doctrina es la idea del eterno re-
El artista es alguien que entiende la pieza artística de la sabiduría de torno, que ha tomado como insignia la incesante transformación de
la vida. En ello, finalmente, consiste la respuesta a la pregunta de Jo Ja vida y del Yo mismo. Zaratustra es el primer individuo artístico
q ue es vivir filosóficamente: significa llevar una existencia experimen- producido por un nuevo arte de vivir; el máximo estado d e afi rm a-
tal. El filósofo es aquel que registra "la carga y el deber de cientos de ción de la existencia, cuyo criterio es el deseo de volver a vivir todo
pruebas y tentaciones de la vida", (él) invierte toda su vida en este otra vez y un número infinito de veces más.
experimento, "se arriesga constantemente" (KSA 5, § 205: 133) ; es el El eterno retorno es el concepto básico que orienta este nuevo
descubridor de las diversas posibilidades de vida. Sin duda, la prueba, arte de vivir, que es comparable con una obra de arte. "Siempre de-
el experimento son los rasgos esenciales de una ética que se ha ubi- seamos volver a vivir una obra de arte. ¡Uno debe trazar su propia
cado decisivamente más allá del bien y del mal. Según creía Nietzs.. vida de tal manera, que frente a cada una de sus piezas sienta el
che, los filósofos del futuro serían los sujetos de la tentación que mismo deseo! Ésta es la idea principal" (KSA 9, primavera-otoño 1881,
pondrían en duda los convencionalismos. Pero a Nietzsche no sólo 11 [165]: 505).
le interesaba la existencia de los filósofos, sino más bien la constitu- Quizá no esté tan desviado concebir a la doctrina del eterno re-
ción del individuo libre; un individuo que se liberara de la moral, torno antes del horizonte de un nuevo arte de vivir. Entonces ya no
para llevar una existencia cínica, caracterizada por el autodominio, se le ve tanto como un verdadero enunciado sobre el ser, sino como
que se puede orientar contra los convencionalismos e instituciones, experimento de la existencia. "Vivir de tal manera, que debas desear
y también contra las propias pasiones personales. volver a vivir" (KSA 9, primavera-verano 1881, 11 [163]: 505).
Desde la óptica de una ética que se manifiesta como un arte de Un recurso artístico de la inteligencia vital. Entre las artes de la
vivir, también puede repensarse la verdad perspectivista delineada existencia, hay que contar con este mismo pensamiento; es un expe-
por Nietzsche. Si el perspectivismo es la condición esencial de la vida, rimento, un acto del pensamiento y de la existencia. Este pensamien-
ya no se trata de quedar satisfecho con el ángulo visual de una pers- to es capaz de modificar la forma de ser del hombre. Y probablemen-
pectiva determinada y casual. Más bien se trata de cambiar invaria· te éste también sea el motivo por el que esta doctrina deba ser
SABIDURÍA DE NlETzsc1-1E

pensada junto con la doctrina del superhombre. La doctrina de) EL ESPÍRITU LIBRE DE NIETZSCHE.
5.
Zaratustra, la idea del eterno retorno, plantea una figura diferente TRAS LAS HUELLAS DE MONTAI GNE
del hombre, ampliando sus posibilidades, haciendo referencia a una
forma de infinitud, que ya no es un más allá. El superhombre es I
fórmula para que el hombre se trascienda a sí mismo. Ya no com:
un sujeto en sentido sustancial, sino como un trabajo en torno de)
Yo mismo, un nuevo inicio, ser alguien diferente y pensar diferente·
porque el hombre, como dice Nietzsche, "todavía permanece inag~ La relación de Nietzsche con la tradición filosófica europea fue des-
tado ante las posibilidades más grandes" (KSA 5,JGB 203: 127). de el principio ambivalente y sólo unos cuantos filósofos se salva ron
El eterno retorno es la idea con mayor carga específica que de ser considerados por él como teólogos encubiertos. Esto era p ar-
pueda pesar sobre la actuación del hombre; un principio críti- ticularmente aplicable a la filosofía del idealismo ale mán, q u e él
co que puede asumir la función orientadora para la estética de la desechaba en tanto que ideología de un cristianismo filosóficamente
existencia. Para Nietzsche, éste era el pensamiento más poderoso, el justificado.
pensamiento que podía más, y para el que no es sustancial si traduce
en expresión una realidad o tan sólo una posibilidad. Si, actualmente Entre los alemanes se me entiende enseguida, cuando digo que la filosofía
se trata de pensar en las posibilidades de cimentar una ética, u n art~ está contaminada por la sangre de los teólogos. El pastor protestante es el
de vivir dentro de una cultura ecológica, este modelo puede ser de abuelo de la filosofía alemana y el propio protestantismo su peccatum origina-
gran interés. lt. Definición de protestantismo: es la parálisis parcial (hemiplejia) del cris-
úanismo y de la razón [ ... ] Tan sólo hay que pronunciar las palabras "Tü-
binger Stift", para comprender lo que en el fondo es la filosofía alemana:
una teología disimulada (KSA, 6, AC §10: 176).

Este pasaje tomado de El Anticristo, que representa uno d e los


deslin des más tajantes con el cristianismo dentro de la tradición oc-
cidental, se aplicaba también a la filosofía del idealismo alemán, a la
que Nietzsche sólo veía como el clímax de una apología del protes-
tantismo hostil a los sentidos. Toda la obra de Nietzsche se debe
enten der como una crítica a esta tradición, que había devaluado la
vida, sometiéndola al progreso de la historia.

A este instinto de teólogo yo le hago la guerra: he encontrado su huella por


todas partes. El que lleva sangre de teólogo en las venas, tiene, desde el
principio, una posición equivocada y falsa frente a todas las cosas. El pathos
resultante de ello se autonombra fe: cerrar de una vez por todas los ojos ante
uno mismo, para no sufrir por la perspectiva de una falsedad irremediable.
Desde esta óptica equivocada hacia todas las cosas, uno se construye una
moral, una virtud, una santidad; se liga la buena conciencia con la visión
falsa, se exige que ninguna otra óptica pueda tener validez, luego de que
uno ha hecho sacrosanta la propia con los términos "Dios", "redención" y

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