Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
CICLO: X
Estas facultades o atributos generan respuestas distintas desde los diversos órdenes en los que se
ha colocado la existencia de la persona. Habrá respuestas desde un orden moral, religioso o político,
y desde un orden jurídico. Desde este último ámbito, una de las respuestas ha sido el
reconocimiento como Derechos y su consecuente protección y garantía a través de una serie de
mecanismos jurídicos, de las facultades que el hombre tiene atribuidas por el sólo hecho de ser
hombre.
Entiende por Derechos Humanos: “El conjunto de facultades e instituciones que en cada momento
histórico concretan exigencias de dignidad, libertad e igualdad humana los cuales deben ser
reconocidos positivamente por el Ordenamiento Jurídico tanto en ámbito Nacional e Internacional”
y por Derechos Fundamentales, “a aquellos derechos garantizados por el ordenamiento jurídico
positivo y que en su normativa constitucional suelen gozar de una tutela reforzada”.
1. Derechos naturales
2. Derechos morales, significarían “aquellas exigencias éticas, bienes, valores, razones o principio
morales de especial importancia de las que gozan todos los seres humanos por el solo hecho de
serlo, de tal forma que pueden suponer una exigencia o demanda frente al resto de la sociedad. De
esta manera se puede afirmar que la expresión Derechos morales viene a equivaler a la expresión
Derechos naturales dentro de la concepción iusnaturalista.
Algunas teorías iusnaturalistas afirman que los derechos humanos se basan en aspectos biológicos,
tales como la conveniencia para la supervivencia de la especie, en el contexto de la selección natural,
de una conducta basada en la empatía y el altruismo. Otras los sustentan en el orden moral natural
tal y como se deriva de determinados preceptos religiosos. Consideran que la conducta moral es un
conjunto de prescripciones objetivamente válidas y apelan a textos como la Biblia o el Corán.
Uno de los teóricos de derechos humanos más relevantes e influyentes fue John Locke, que elevó la
defensa de los derechos naturales a la categoría de principio fundamental de legitimación del
gobierno y fin básico de la sociedad civil. Locke afirmó que la propiedad es un derecho natural y
que se deriva del trabajo. Además, dijo que la propiedad precede al Estado y que éste no puede
disponer de la propiedad de los sujetos arbitrariamente, negar el derecho de propiedad es negar los
derechos humanos.
Para muchos autores, entre los que se encuentra Samuel Pufendorf, el sistema de derechos
naturales del hombre se deriva de su dignidad; otros, como Hegel o Kant, afirmaron que la libertad
es fundamento de los derechos humanos y, al mismo tiempo, el principal de éstos.
La expresión Derechos públicos subjetivos fue acuñada en el lenguaje de la dogmática alemana del
derecho público de finales del siglo XIX, como una especificación del concepto más genérico de
“Derecho subjetivo”. Con la expresión Derechos públicos subjetivos se quería significar aquellos
derechos que quedaban circunscritos al complejo de relaciones que existe entre el Estado y el
ciudadano: el hombre tenía frente al Estado los derechos positivados en la ley, en primer lugar en
la de mayor rango: la Constitución. Al ser derechos que se tienen frente al Estado, son derechos de
autonomía, que resguardaban esferas de libertad individual de la persona, sobre las cuales el Estado
no tenía poder de injerencia alguna.
Con acierto se ha afirmado que “la categoría de los derechos públicos subjetivos, entendidos como
autolimitación estatal en beneficio de determinadas esferas de interés privado, pierde su sentido al
hallarse superada por la propia dinámica económico–social de nuestro tiempo, en el que el disfrute
de cualquier derecho fundamental exige una política jurídica activa (y en la mayor parte de las
ocasiones también económica) por parte de los poderes públicos”.
2. Libertades públicas
Con la expresión Libertades públicas se intentó significar una suerte de contestación a las
ambigüedades e imprecisiones que conllevaba la expresión derechos naturales. Se trata de una
terminología cuyo uso se sitúa en el pensamiento del positivismo jurídico francés de finales del siglo
XVIII e inicios del siglo XIX, para significar prácticamente lo mismo que con la expresión “derechos
públicos subjetivos” de la dogmática alemana. Así, la expresión Libertades públicas se empleó para
significar unos derechos reconocidos en un sistema jurídico positivo, y que eran eficaces según lo
dispuesto y regulado en este sistema, y según la protección judicial que podían dispensarle los
jueces.
Las tesis positivistas se oponen frontalmente a las iusnaturalistas, ya que consideran que el único
conjunto de normas que tiene carácter jurídico es el Derecho positivo. John Austin consideró que
los derechos humanos forman parte de las normas sociales que influyen en el Derecho.
La creciente aceptación del iuspositivismo a lo largo del siglo XIX produjo un arrinconamiento del
Derecho natural y motivó la plasmación de los derechos humanos, como derechos fundamentales,
en las Constituciones de los países occidentales. La teoría del garantismo jurídico, defendida por
Luigi Ferrajoli, afirma que el Estado de Derecho posee una legitimación formal y otra material. La
legitimación formal hace referencia al imperio de la ley; la material, a la vinculación de todos los
poderes del Estado a la satisfacción de los derechos fundamentales
Mientras que expresiones como Derechos públicos subjetivos o Libertades públicas, vienen ligadas
prácticamente con corrientes filosóficas de índole positivista. El empleo de cualesquiera de estas
expresiones trae como consecuencia situar el estudio o argumentación en un terreno ideológico
bastante bien definido.
Sin embargo, este no es el único grupo de términos que se suelen emplear para hacer referencia a
los derechos de la persona. Existen otras expresiones que ni a priori ni tan claramente, suponen una
alusión directa a una determinada ideología filosófica. En efecto, expresiones como Derechos
humanos, Derechos fundamentales y Derechos constitucionales, y a diferencia de las anteriormente
estudiadas expresiones, están vinculadas antes que al discurso empleado en debates filosóficos, a
la práctica jurídica y judicial.
Según un segundo plano de diferenciación, los Derechos humanos son sólo criterios morales, sin
ninguna connotación jurídica y, consecuentemente, sin la capacidad de vincular u obligar
jurídicamente. Los criterios pueden ser correctos o incorrectos, acertados o desacertados, lo que
los define es constituir una pauta de decisión, una línea de argumentación para ejecutar algo
práctico. Así, la expresión Derechos humanos se utilizaría en el ámbito de la deliberación previa a
toda decisión jurídica para significar aquellos criterios o pautas morales que fundamentan y
pretenden legitimar, por ejemplo, la aprobación de una norma o la emisión de una determinada
sentencia.
3. Derechos constitucionales
Finalmente, dentro de las expresiones que pueden emplearse para hacer referencia a los derechos
de la persona por ser persona, están los Derechos constitucionales. Con la expresión Derechos
constitucionales se puede hacer referencia a ese conjunto de facultades o atribuciones de la persona
que son recogidas y garantizadas en la norma constitucional.
Hablar de Derechos constitucionales sitúa el debate dentro de un concreto ordenamiento jurídico
constitucional. Es decir, no se está en el plano del discurso filosófico, sino estrictamente en el ámbito
del debate jurídico. En esto se asemeja con la expresión Derechos fundamentales.
En el caso español, todos los derechos fundamentales son derechos constitucionales, pero no todos
los derechos constitucionales son derechos fundamentales. Complementariamente, en estos
supuestos la Constitución prevé mecanismos de protección distintos según se trate de un derecho
fundamental o simplemente de un derecho constitucional. Depende, eso sí, de una decisión del
Constituyente colocar a los derechos en uno u otro grupo.
BIBLIOGRAFIA
•PECES–BARBA, Gregorio. Curso de derechos fundamentales. Teoría general. Universidad Carlos III
de Madrid y Boletín Oficial del Estado, Madrid, 1999, p. 26.
•PÉREZ LUÑO, Enrique. Derechos humanos, estado de derecho y Constitución,7ª edición, Tecnos,
Madrid 2001, p. 179.
•ALEXY, Robert. Sobre el desarrollo de los derechos humanos y fundamentales en Alemania.DC 11,
Tübingen, 2002, p. 13.
•http://www.robertexto.com/archivo19/ddhh_orden_jurid.htm