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Tabla de contenidos
A. Índice
A. Índice
1. Pérdida de carga por rozamiento en tuberías
4. Cálculo de tuberías
6. Asociación de tuberías.
B. PÉRDIDA DE CARGA POR ROZAMIENTO EN TUBERÍAS
Suponemos una tubería por la que circula un líquido incompresible de peso específico γ, y
en ella el volumen comprendido entre las secciones 1 y 2, separadas una distancia L,
formando un ángulo θ respecto a la horizontal, sobre la tubería actúan las siguientes fuerzas
(figura 3.1).
Fuerzas de presión (P1·S y P2·S), que sería la fuerza que ejerce el resto del líquido
sobre las secciones 1 y 2, respectivamente.
Fuerza de rozamiento (F), en sentido contrario al movimiento y debida al
rozamiento ( ) del líquido con las paredes de la tubería.
Proyectando sobre el eje hidráulico las fuerzas que actúan sobre el cilindro considerado:
Dividiendo por S · γ:
El primer miembro de la igualdad, , es la diferencia de las alturas
piezométricas entre los puntos 1 y 2, es decir, la pérdida de carga que se produce en ese
trayecto.
Entonces, (1)
La ecuación de Darcy - Weisbach puede ponerse en función del caudal circulante, ya que el
caudal que fluye por una conducción circular a plena sección está ligado al diámetro y a la
velocidad media por la relación:
Donde
Un mismo valor de rugosidad absoluta puede ser muy importante en tubos de pequeño
diámetro y ser insignificante en un tubo de gran diámetro, es decir, la influencia de la
rugosidad absoluta depende del tamaño del tubo. Por ello, para caracterizar un tubo por su
rugosidad resulta más adecuado utilizar la rugosidad relativa ( ), que se define como el
cociente entre la rugosidad absoluta y el diámetro de la tubería.
Se define como velocidad de fricción (v*, vf) a la raíz cuadrada del cociente entre el
esfuerzo tangencial en las paredes de la tubería ( ) y la densidad del líquido (ρ).
…(2)
A su vez:
(Sección circular)
Como
luego =
En toda tubería recta que transporta un líquido a una temperatura determinada, existe una
velocidad crítica (vc) por debajo de la cual el régimen es laminar. Este valor crítico que
marca la transición entre los dos regímenes, el laminar y el turbulento, se corresponde con
un Re = 2300, aunque en la práctica, entre 2000 y 4000 la situación es bastante imprecisa.
Por lo tanto:
Como
Al ser Re = :
f = f (Re)
(4)
Como
Ecuación que indica una dependencia lineal entre el caudal y la pérdida de carga.
6. SUBCAPA LAMINAR. COMPORTAMIENTO HIDRODINÁMICO DE
TUBERÍAS.
Para el régimen turbulento, el estudio del coeficiente de fricción es más complicado. Fue
iniciado por el investigador alemán Ludwig Prandtl (1875-1953), quien expuso en 1904 su
teoría de la capa límite, teoría que revolucionó la aeronáutica.
Prandtl descubrió que existe una capa próxima al contorno, a veces muy delgada, donde
tiene lugar todo el gradiente de velocidades, ya que la velocidad debe reducirse desde su
valor inicial hasta anularse en la pared. Fuera de esta capa, el líquido se comporta como no
viscoso.
Por lo tanto, puesto que , aunque la viscosidad (μ) sea pequeña, el término ,
que representa el gradiente de velocidades, es muy grande, por lo que también lo será el
esfuerzo cortante ( ) en la pared.
El espesor de la capa límite es función del Re, y puede medir desde algunas micras a varios
centímetros, e incluso metros, según el caso.
2. Régimen turbulento:
Cuantitativamente:
Reynolds de la rugosidad y la relación , ya que son más fáciles de establecer que las
anteriores y se refieren a rugosidades absolutas irregulares, que es el caso real de las
tuberías comerciales.
Si el flujo está comprendido entre los dos valores anteriores, el flujo sería
hidráulicamente semirrugoso (zona de transición).
7. EXPERIENCIAS DE NIKURADSE. VALOR DEL COEFICIENTE DE
FRICCIÓN SEGÚN EL RÉGIMEN DE FUNCIONAMIENTO.
Variando los caudales que circulaban por estos tubos obtuvo un diagrama en el que se
relacionan los valores de K/D y Re con los hallados para f. También experimentó con tubos
lisos.
c) Re 4000, zona de régimen turbulento liso que corresponde a la recta CD, llamada recta
de Von Karman (1930), y cuya ecuación es:
Para las tuberías comerciales en esta zona se utiliza la fórmula de White-Colebrook (1938):
(Nikuradse, 1933)
La región de turbulencia completa (rugosa) limita con la de transición mediante la recta FG,
denominada curva de Moody, de expresión:
8. Diagrama de Moody
El diagrama de Moody (1944), permite determinar el valor del factor de fricción f a partir
de Re y K/D de forma directa. Como se muestra en la figura 3.9, es una representación log -
log del factor de fricción f frente al Re, tomando como parámetro K/D. Se distinguen cinco
zonas, correspondientes a los distintos regímenes hidráulicos, correspondiendo al
coeficiente de fricción f valores diferentes en cada caso.
Todos los materiales, con el paso del tiempo, disminuyen su capacidad de conducción del
caudal debido a corrosiones, incrustaciones, sedimentaciones, formación de depósitos, etc.
Experimentando con tuberías de fundición, Colebrook y White dedujeron que la rugosidad
absoluta aumenta linealmente con el tiempo según la ecuación empírica:
siendo:
Las fórmulas empíricas han sido deducidas experimentalmente para los distintos materiales
y responden a la forma general , siendo c un coeficiente de proporcionalidad
y 1.75 ≤ β ≤ 2. El coeficiente c no es adimensional, y por tanto, hay que utilizar las
unidades adecuadas.
Poiseuille para régimen laminar , ya que el flujo es inestable y se comporta unas veces
como laminar y otras como turbulento. En el caso de tuberías de plástico (PVC ó PE) puede
utilizarse la fórmula de Blasius para el régimen turbulento liso con bastante aproximación, ya que
el error cometido no supera el 2%.
Blasius
Para una temperatura del agua de 20ºC:
Válida para tubos lisos y 3000 Re 100000. Muy indicada para tuberías de plástico en
riego localizado.
Cruciani - Margaritora
Colebrook - White
Colebrook - White, formularon una expresión que representa todos los grupos del flujo
turbulento en el diagrama f - Re, combinando las leyes de la tubería lisa.
y de la tubería rugosa:
quedando:
La resolución de la ecuación anterior se facilita mediante el empleo de los diagramas de
Moody que permite determinar en la práctica fácilmente el valor de f con suficiente
exactitud.
Scimeni
Despejando:
Hazen - Williams
Los valores del coeficiente c de Hazen-Williams para los distintos materiales, clase y
estado de los tubos, está en la tabla 3.1.
Scobey
El valor del coeficiente K, que se recoge en la tabla 3.2, depende del material de la tubería.
Veronesse - Datei
Manning
Siendo n el coeficiente de rugosidad de la tubería, cuyo valor depende del tipo de material
(tablas 3.3).
Material de la tubería K
Fibrocemento. PVC. Aluminio con acoples cada 9 m y aspersores de ø 4", 5", 6" 0,32
Aluminio con acoples cada 9 m y aspersores de ø 3" 0,33
Aluminio con acoples cada 9 m y aspersores de ø 2" 0,34
Acero soldado en tubería de transporte 0,36
Aluminio con acoples en tubería de transporte 0,40
Acero galvanizado con acoples en tubería de transporte 0,42
Tabla 3.3. Valores del coeficiente n de Manning.
Material n
Plástico (PE) 0.006 - 0.007
Plástico (PVC) 0.007 - 0.009
Acero 0.008 - 0.011
Fibrocemento 0.010 - 0.012
Fundición 0.012 - 0.013
Hormigón 0.013 - 0.015
Plástico corrugado 0.016 - 0.018
En función del material de la tubería, las fórmulas más adecuadas son,(tabla 3.4):
Material Fórmula
PVC Veronesse - Datei
PE Blasius
Fibrocemento Scimeni
Aluminio Scobey
Fundición Acero Hazen - Williams
Únicamente los líquidos viscosos (aceites, fuel, etc.) presentan números de Reynolds que
requieren la utilización de la fórmula de Pouiseuille.
Utilizaremos pues:
Diagrama de Moody
Ecuación de la continuidad
Fórmula de Darcy-Weisbach
Caso I
Datos: Q, D, L, ,K
Incógnita: hr
2) Se halla Re directamente
Caso II
Datos: D, L, , K, hr
Incógnita: Q (ó v)
2) Se halla el valor:
3) Utilizamos el diagrama de Moody, entrando con y (eje abcisas en parte
superior), obtenemos f.
5) Se calcula Q
Caso III
Datos: Q, L, hr, ,K
Incógnita: D (ó v)
valor aproximado de
4) Deducimos
Además de las pérdidas de carga continuas o por rozamiento, vimos que en las
conducciones se produce otro tipo de pérdidas debido a fenómenos de turbulencia que se
originan al paso de líquidos por puntos singulares de las tuberías, como cambios de
dirección, codos, juntas, derivaciones, etc, y que se conocen como pérdidas de carga
accidentales, localizadas o singulares (hL, hs), que sumadas a las pérdidas de carga
continuas (hr) dan las pérdidas de carga totales (hT).
Normalmente, las pérdidas de carga continuas son más importantes que las singulares,
pudiendo éstas despreciarse cuando supongan menos del 5% de las totales, y en la práctica,
cuando la longitud entre singularidades sea mayor de mil veces el diámetro interior de la
tubería. Sin embargo, en tuberías cortas las pérdidas localizadas adquieren una mayor
importancia relativa y, en algunos casos, como puede suceder en algunas tuberías de
aspiración, pueden incluso ser superiores a las continuas.
Salvo casos excepcionales, las pérdidas de carga localizadas sólo se pueden determinar de
forma experimental, y puesto que son debidas a una disipación de energía motivada por las
turbulencias, pueden expresarse en función de la altura cinética corregida mediante un
coeficiente empírico K (coeficiente de resistencia en la singularidad), cuyo valor se
determina experimentalmente:
1º. Mediante la aplicación de la ecuación anterior, conocido para cada accesorio, su valor K
(5)
Siendo
En la siguiente tabla 3.5, figuran los valores de m´ para los diversos diámetros comerciales.
D (m) m´ D (m) m´
Aunque en la mayoría de los casos las pérdidas de cargas localizadas se calculan a partir de
Ya que y , entonces
Como queda
En este caso, la superficie S2 es mucho mayor que la S1, por lo que la relación entre ambas
tenderá a cero.
S2 S1 por consiguiente
Son los difusores (figura 3.13), en los que se producen, además de las pérdidas de carga por
rozamiento como en cualquier tramo de tubería, otras singulares debido a los torbellinos
que se forman por las diferencias de presión (al aumentar la sección disminuye la
velocidad, y por lo tanto el término cinético, por lo que la presión debe aumentar).
En este caso, el flujo continúa convergiendo después de la embocadura durante una cierta
distancia, a partir de la cual se produce su ensanchamiento. Por tanto, se formarán
turbulencias entre el flujo y las paredes de la tubería, y también entre éstas y la vena líquida
contraída, como se indica en la figura.
D1/D2 1,2 1,4 1,6 1,8 2,0 2,5 3,0 4,0 5,0
Puesto que el líquido aumenta su velocidad al pasar por la tobera, también disminuye su
presión. Por tanto, las condiciones no favorecen la formación de torbellinos, siendo casi la
totalidad de las pérdidas de carga que se producen debidas al rozamiento. Los valores de K
suelen oscilar entre 0.02 y 0.04, por lo que, en la práctica, estas pérdidas de carga se
desprecian.
Son importantes por lo extendido del uso de estas piezas especiales las pérdidas de carga
producidas en ramificaciones en Tés (pérdidas por bifurcación o empalme del flujo), codos
de distintos ángulos, válvulas, etc.
a) Ramificaciones en Tés.
Las ramificaciones en Tés pueden ser de dos tipos (figura 3.16): de empalme y de
bifurcación.
sustituiría en la ecuación:
b) Codos
Una curva (figura 3.17) causa una perturbación en la corriente, pues, debido a la fuerza
centrífuga, se origina un aumento de presión y correspondiente disminución de la velocidad
a lo largo de la pared externa y una disminución de presión y aumento de la velocidad en la
pared interna. Esta diferencia de presiones produce una modificación de la forma de flujo
que origina líneas de corrientes helicoidales, habiéndose demostrado experimentalmente
que la perturbación producida en el codo persiste en el codo hasta los 80-100 diámetros
aguas debajo de éste.
Figura 3.17. Curva
Entre las fórmulas experimentales que existen para la determinación de este tipo de pérdida
de carga, mencionemos la de Weisbach:
r = Radio de la tubería
0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0
K 0,131 0,138 0,158 0,206 0,294 0,440 0,661 0,977 1,408 1,979
c) Válvulas
El coeficiente K de una válvula depende del tipo de la misma (compuerta, mariposa,
hidráulica, etc.), del tamaño y del grado de apertura dentro de cada válvula. Normalmente
estos datos suelen ser facilitados por el fabricante, como es el caso de la figura 3.18.,
correspondiente a un tipo de válvula hidráulica de fundición, para distintos tamaños. En la
tabla 3.11 podemos encontrar valores aproximados de K para distintos tipos y posiciones de
las válvulas.
Un tipo especial de válvula son las válvulas de pie con alcachofa, dicho accesorio
representado en la figura 3.19, se utiliza en las aspiraciones de las bombas. El valor de K se
toma de la tabla 3.7.
Tabla 3.10. Valores de K de una válvula de pie con alcachofa en función de su diámetro D
D (mm) 40 50 65 80 100 125 150 200 250 300 350 400 450 500
Por tanto, la longitud equivalente de una singularidad puede determinarse igualando las
fórmulas para el cálculo de hs y hr:
Por ejemplo, si la suma de los coeficientes de resistencia (K) en las singularidades de una
tubería de 250 mm de diámetro y f = 0.020 es K = 10, significa que para calcular las
pérdidas de carga totales, la longitud real de la conducción deberá aumentarse en una
longitud equivalente de Le = 125 m, es decir, 500 diámetros. Esta longitud equivalente
origina la misma pérdida de carga que los puntos singulares a los que sustituye.
resultará:
(6)
Se puede observar que el valor de m no sólo depende de la rugosidad y del diámetro, sino
también del nº de Reynolds, cuando el régimen no sea totalmente turbulento.
La longitud equivalente de la conducción, Le, se obtendrá igualando las fórmulas (5) y (6):
de donde:
El nomograma de la figura 3.20, facilita los cálculos. Este nomograma consta de tres partes:
uniendo con una recta el punto de la escala izquierda correspondiente al accesorio de que se trate
con el punto de la escala derecha correspondiente al diámetro interior de la tubería, el punto de
intersección de esta recta con la escala central nos da la longitud equivalente del accesorio.
24.Ecuación general de pérdida de carga total en tuberías. Coeficiente
total de pérdidas de carga.
Si los accesorios de una conducción son numerosos y es preciso tener en cuenta las
pérdidas de energía producidas en ellos para sumar a las debidas al rozamiento, se puede
obtener la pérdida de carga total en función de la velocidad media. Efectivamente, las
pérdidas de carga continuas responden a la expresión:
En la práctica y para cálculos rápidos, que no precisen de gran exactitud, se suelen adoptar
los siguientes valores aproximados de K y de L/D (tabla 3.11):
Accesorios K L/D
a) Para válvulas, puede tomarse como equivalente la pérdida de carga por rozamiento en
una tubería recta de 10 m de longitud y de igual diámetro que el accesorio.
b) Para codos pueden tomarse como equivalente, la pérdida por rozamiento en una tubería
de igual diámetro y de 5 m de longitud.
d) Las pérdidas localizadas en general pueden despreciarse cuando, por término medio,
haya una distancia de 1000 diámetros entre dos puntos singulares.
e) Con carácter general, conviene aclarar, que las pérdidas de carga localizadas pueden
despreciarse en todos aquellos casos en que representan menos de un 5 % de las pérdidas
por rozamiento, ya que este porcentaje equivale al margen de error que se comete
aproximadamente al evaluar las pérdidas continuas.
26.Cálculo de tuberías
Para realizar el cálculo de una tubería cualquiera, se precisa conocer una serie de datos
como, caudal a transportar, velocidad de transporte, material de la tubería, desnivel
geométrico y piezométrico entre el punto inicial y final, perdida de carga, perfil de la
conducción, etc.
Ecuación que permite calcular el diámetro mínimo de una tubería conocido el caudal
aproximado que va a circular por ella.
En principio, valores adecuados de la velocidad son los comprendidos entre 0.5 y 2.5 m/s.
Estas herramientas son proporcionadas por los fabricante de las tuberías, que determina, de
forma gráfica o numérica, la perdida de carga expresada como J (%), en función del caudal
a transportar y del diámetro elegido de la tubería.
Tabla 3.12. Cálculo de tuberías de fibrocemento. Tuberías Wrighbestos, sacado de la obra "Riego
por aspersión" de Ignacio Llanos Treviño (1983).
Funcionamiento de una tubería por gravedad.
En el funcionamiento de una tubería por gravedad se pueden distinguir, en principio, seis
casos, que resumen las situaciones que pueden producirse en función de la uniformidad del
trazado y de la existencia de válvulas reguladoras al inicio o al final del recorrido.
alcanza el máximo valor de , por lo que es el que hay que tener presente a la hora de
dimensionar la tubería.
c) Válvula de final de recorrido semicerrada.
La presión en cada punto es la presión estática menos la pérdida de carga desde el origen al
punto considerado, (figura 3.35). Conforme se produce la apertura de la válvula, aumenta la
Valores máximos, en módulo, de las depresiones. Esquema válido para diferencias de nivel
entre depósitos inferiores a 10 m, (figura 3.37).
g) Recorrido sinuoso.
Figura 3.39. Recorrido sinuoso
Si la línea de carga corta el trazado de la tubería, existirán zonas de presión positiva y zonas de
presión negativa, (figura 3.39). Las depresiones se producirán en los tramos en que la línea de
alturas piezométricas quede por debajo de la tubería (intervalo 1-2 en la figura).
el punto a abastecer y más la pérdida de carga (hr) que se produzca en todo el trayecto
considerado.
La presión que opera en los diferentes puntos de una conducción se determinará con el
auxilio de un plano de perfil de la tubería. Disponiendo de dicho plano y trazando paralelas
a la línea de carga estática o a la línea piezométrica, según los casos, a unas distancias H1,
H2, H3, etc., donde H1 H2 H3 ......., equivalentes y correspondientes a las presiones
nominales de la tubería, su intersección con la trayectoria de ésta delimitará las distintas
zonas de presión (timbraje de la tubería) como puede observarse en las figuras siguientes:
Consideraciones sobre las depresiones.
Hemos visto que cuando la línea de alturas piezométricas queda por debajo de la trayectoria
de la tubería, se crea una zona de depresión, ya que la presión absoluta reinante en el
interior es menor que la presión atmosférica , por lo que puede haber peligro de
aplastamiento de la tubería y posibilidad de cavitación si la presión se iguala a la tensión de
En estas zonas de presión negativa no se deben instalar ventosas bidireccionales, ya que entraría
aire en la tubería, pero sí unidireccionales y bomba de vacío.
Vaciado y limpieza de tuberías.
Para evitar la acumulación de residuos y facilitar el vaciado y limpieza de la tubería, es conveniente
colocar en los puntos bajos de la misma purgadores u otros dispositivos que permitan efectuar
estas operaciones.
El aire de las tuberías se acumula en las partes altas de las mismas, interrumpiendo el paso
del agua y originando unas sobrepresiones que pueden ser mayores que la presión de
funcionamiento, por lo que es necesario evacuarlo a través de las ventosas.
Los principales problemas que plantean las acumulaciones de aire en las tuberías son los
siguientes:
Es uno de los problemas más importantes que puede presentar la acumulación de aire en los
puntos más elevados de la conducción, (figura 3.44). El aire acumulado en la primera bolsa
de la conducción será comprimido al abrir la válvula de entrada a B por la masa de líquido
que hay aguas arriba, y empujará al fluido confinado en el segundo tramo, que adquirirá
una velocidad menor que la existente en el primer tramo, y análogamente ocurrirá con la
segunda bolsa de aire y el tercer tramo con agua, de manera que v1 v2 v3.
2. Reducción de la sección útil de la tubería
El espacio que ocupa el aire se resta de la sección útil de la conducción, por lo que la vena
líquida reducirá su diámetro en esos puntos. En consecuencia, también circulará el agua con
mayor velocidad y se creará una pérdida de carga adicional.
- A la salida de depósitos
El caudal que se deriva por la toma 0 (acometida, hidrante) que alimenta el ramal será:
Q=n·q
Por tanto, van disminuyendo también progresivamente las pérdidas de carga por rozamiento
en cada tramo (h1, h2, h3, ..., hn), con lo cual la representación de la línea de energía es una
línea quebrada A0, A1, A2, A3, ..., An.
La pérdida de carga total por rozamiento (hr) será igual a la suma de las pérdidas en cada
tramo.
hr = h1 + h2 + h3 + ...+ hn
El cálculo de las pérdidas de carga por este procedimiento es muy laborioso, por lo que
resulta más fácil calcular la pérdida continua en una tubería de igual longitud, diámetro y
rugosidad, sin salidas intermedias, y por la que circula un caudal Q. Posteriormente se
multiplica por un coeficiente reductor para que las pérdidas en ambos casos sean
equivalentes, dicho coeficiente reductor es el factor de Christiansen (F), que a continuación
estudiaremos.
Coeficiente de Christiansen
El factor de Christiansen (F) se puede calcular mediante la expresión:
Los valores de F pueden conocerse mediante el empleo de la tabla 3.13, cuando la primera
derivación esté a una distancia del comienzo de la tubería (lo), igual a la equidistancia ( l )
entre las derivaciones, es decir, l = lo, o bien cuando la primera derivación está situada a
una distancia del comienzo del lateral igual a la mitad del espaciamiento entre derivaciones
( lo = l/2).
lo que es lo mismo .
Puesto que la distribución de caudales depende de las presiones existentes en la red, resulta
necesario asegurar unas presiones en cabeza de las tuberías terciarias y en origen de los
ramales, para que los caudales circulantes sean los requeridos por el proyecto. La
combinación de diámetros y presiones se traducirá en un coeficiente de uniformidad
adecuado.
La presión en el origen de un ramal dependerá del tipo de sistema de riego, esto es, si es por
aspersión o es por goteo.
Donde:
P0 = Presión en el origen del ramal
Pn = Presión media en el ramal, que debe coincidir con la presión de trabajo del emisor
seleccionado (Pn = H)
Asociación de tuberías.
Tuberías en serie
Nos referimos al hablar de tuberías en serie a una conducción en línea compuesta de varios
diámetros como se muestra en la figura 3.47. En ellas se cumplen las siguientes leyes:
Q1 = Q2 = Q3 = ... = Q
hr = hr 1 + hr 2 + hr 3
Figura 3.47. Conducción compuesta por tuberías en serie
Se nos pueden plantear las siguientes cuestiones a la hora de resolver un sistema asi:
Es un problema simple de cálculo de tuberías (epígrafe 2.4, caso I). Determinamos las
pérdidas de carga en cada tramo, incluidas las pérdidas localizadas si procede, y al final se
suman.
b) Dada una conducción en serie con distintos diámetros y/o rugosidades, determinar el
diámetro equivalente D de la misma.
(7)
(8)
(9)
(10)
En general, los resultados antes obtenidos utilizando la ecuación (9) podrían considerarse
definitivos; pero si queremos más exactitud, determinamos los distintos fi con la ayuda del
valor próximo de Q que ya tenemos, y terminamos de resolver el problema con la ecuación
(7) y (8). y/o con la ecuación (9).
d) El diámetro D que cumple los requisitos exigidos en una instalación no será en general
comercial. Se trata de sustituirla por otra conducción equivalente que utilice los diámetros
comerciales D1 por defecto y D2 por exceso.
Q = Q1 + Q2 + Q3 + ...
hr = hr 1 = hr 2 = hr 3 = ...
Es un problema simple de cálculo de tuberías (epígrafe 2.4, caso II). Se determina el caudal
en cada tramo (Q1, Q2, Q3, ...) y luego se suman.
b) Dada una conducción en paralelo con distintas longitudes, diámetros y/o rugosidades, se
calcula el diámetro D de una única tubería equivalente (iguales caudal Q y pérdida de carga
hr), correspondiente a una longitud L (figura 3.48).
Suponemos por lo menos en principio, que los coeficientes de fricción varían poco en un
caso concreto ( f1 = f2 = f3 = .....=f), la ecuación anterior adoptaría la forma:
c) Conocido Li, Di, Ki, υ, de la tuberías en paralelo y el caudal total Q, calcular el reparto de
caudales y la pérdida de carga.
Una forma simple de resolver el problema consiste en fijar una conducción equivalente con
un diámetro D igual o algo superior al del ramal de mayor diámetro, y mediante la ecuación
anterior calcular la longitud L correspondiente. Con estos valores equivalentes, D y L
calculamos la pérdida de carga (aproximada):
Con la hr hallada, se determina los caudales Qi (mediante la fórmula de Colebrook) que serán muy
próximos y hacemos un reparto del caudal total Q, con lo que se obtienen los Qi definitivos.