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Lo anterior puede ser percibido como una tensión: la enseñanza del derecho es en buena
parte teórica, más allá de que los profesores ejemplifiquen o problematicen con casos, ya
que el conocimiento del sistema de normas que constituye a las distintas ramas del
ordenamiento jurídico parece exigir ese acercamiento abstracto. Pero, por otra parte, buena
parte de las evaluaciones (“de casos”) exigen que el estudiante no sólo conozca esas
materias, sino que pueda aplicarlas a casos concretos. La solución de esa tensión se
encuentra en el desarrollo de un método que permita mediar entre ambas cosas, esto es,
que permita que los estudiantes puedan fácilmente correlacionar el conocimiento abstracto
adquirido con la aplicación a casos exigida en las evaluaciones.
Este es el objeto del método de casos. Como las evaluaciones controlan la adquisición de
competencias de aplicación de derecho, éste pretende servir como forma de expresión por
parte del estudiante de que es capaz de aplicar correctamente el derecho y que es capaz de
proveer razones para demostrar que la solución entregada es aquella que corresponde a una
correcta aplicación del derecho, es decir, que ha adquirido las competencias exigidas por
un curso determinado o, al rendir el examen de grado, por la carrera en general. Desde el
punto de vista de la universidad, el método de casos sirve como criterio de reconocimiento
de que un estudiante tiene competencias y conocimientos adecuados, esto es, que puede
aplicar el derecho de forma correcta y argumentativamente convincente. El método de
casos estandariza, por ello, al buen estudiante de derecho en quien es capaz de aplicarlo
correcta, completa y ordenadamente.
La asunción de que el buen estudiante de derecho es aquel que puede aplicarlo correcta,
completa y ordenadamente no es una decisión obvia en el contexto de la enseñanza del
derecho en Chile. Tradicionalmente, se ha estandarizado al buen estudiante de derecho a
partir de la pura capacidad de reproducir conocimiento acerca de las normas vigentes en el
ordenamiento jurídico. Ello no necesariamente implicaba que se tratara de una labor
sencilla, ya que el derecho exige ser entendido como sistema, lo que hace que una gran
cantidad de información sea correlacionada. Pero las competencias de aplicación de ese
conocimiento no tendían a ser exigidas en los momentos que caracterizaban las
evaluaciones de la carrera de derecho: los exámenes finales y el examen de grado
típicamente se estructuraban en torno a preguntas abstractas de retransmisión de contenido.
Incorrectamente entendido, el paso del buen conocedor al buen aplicador puede ser
asumido como un mero reemplazo de una habilidad que exige dedicación y mucho estudio
por otra que es más laxa. Esto es falso. Uno puede expresar la mayor completitud que tiene
la exigencia de la adquisición de una capacidad de aplicar correcta, completa y
ordenadamente el derecho teniendo en cuenta el tipo de competencias involucradas. La
aplicación del derecho exige, en primer lugar, conocimiento completo del ámbito del
derecho respecto al cual puede recaer la aplicación. Quien no conoce las reglas ni siquiera
puede formarse un prejuicio respecto del tratamiento de un caso por parte del derecho. De
esta forma, la competencia tradicional de “conocer” también es exigida bajo el modelo del
buen aplicador del derecho; el estudio intenso de las normas del sistema jurídico
ciertamente se mantiene como una condición necesaria de éxito en la carrera.
Pero la capacidad de aplicar el derecho supone que el conocimiento sea adquirido con
consciencia del tipo de situaciones a los que las normas en cuestión pueden aplicarse. No
basta en sentido alguno, por ello, con memorizar ciertos artículos y ni siquiera con
aprenderse interpretaciones de éstos. El buen estudiante de derecho tiene que poder
reconocer rápidamente situaciones a las que se aplican las normas conocidas por éste.
Esta distinción entre tres clases de competencias (conocer, aplicar, demostrar) puede tal
vez ilustrarse haciendo referencia a las matemáticas. La solución de un problema
matemático complejo tiende a exigir conocimiento de fórmulas de razonamiento
estándares. Su aplicación es aquello que permite llegar al resultado correcto, generalmente
expresado en un simple número. El estudiante que sabe llegar al resultado correcto maneja
por lo tanto dos de las competencias requeridas: conocimiento y capacidad de aplicación.
Pero típicamente se exige, además, que se demuestre la corrección del resultado
explicitando de forma completa el razonamiento que permite llegar a él. Este es el tercer
tipo de competencia requerida.
En el caso del juez, la cuestión es más sencilla: éste debe determinar siempre cuál es la
solución jurídica correcta frente a un supuesto de hecho determinado. Su completa
imparcialidad implica que no hay favorecimiento estratégico respecto de una parte:
simplemente debe determinar qué es lo que el derecho responde a la situación que se le
plantea. La posición del juez es de esta forma la del puro aplicador de derecho.
El método de casos adapta el hecho fundamental de que la aplicación del derecho es el acto
crucial en el ejercicio profesional, y en general en la interpretación del mundo conforme a
las normas del sistema jurídico, a la enseñanza del derecho. Al hacer depender buena parte
de las evaluaciones de la correcta aplicación del derecho a partir del método de casos, éste
orienta a los estudiantes a que su estudio se concentre en poder aplicar aquello que están
aprendiendo.
Una condición necesaria de la eficacia del método es que sea idóneo a la consecución del
fin en cuestión; esto es, debe facilitar y clarificar la expresión y reconocimiento de las
competencias requeridas. Se trataría de un mal método si, por ejemplo, hiciera más difícil
la expresión de las capacidades de aplicación del derecho por parte de los estudiantes, o su
reconocimiento por parte de los profesores fuera más difícil o discrecional. Esto puede ser
mal entendido por los estudiantes al enfrentarse por primera vez al método, ya que en un
primer momento manejar el método de resolución de casos es una carga. El método
reemplaza el acercamiento no estructurado a la resolución de casos por un tratamiento más
rígido, por lo que exige de los estudiantes un esfuerzo inicial insustituible consistente en
que puedan manejarlo de forma prácticamente automática. Ese primer paso puede ser
difícil, pero una vez efectuado, el reemplazo de la falta de estructura por una estructura
determinada hace que la expresión de las capacidades de aplicación del derecho sea mucho
más sencilla y mucho más clara.
Las competencias de subsunción son ciertamente más complejas de lo que expresa este
ejemplo trivial. Pero éste permite reconocer su estructura básica. Quien puede subsumir un
hecho bajo normas jurídicas: (i) conoce la norma en cuestión; (ii) puede determinar los
presupuestos de aplicación de la norma; y (iii) es capaz de correlacionar los hechos del
caso con los presupuestos de aplicación de la norma, entendiendo que esos hechos cuentan
como realización del supuesto de hecho de ésta (“subsunción en sentido estricto”). Como
veremos más adelante, estos distintos estadios son reconocidos por el método de resolución
de casos, el que exige explicitar la operación por medio de la distinción entre (i)
reconocimiento de fuente normativa; (ii) definición de presupuestos de aplicación de la
norma; y (iii) subsunción en sentido estricto.
La operación general de subsunción puede tener lugar de dos formas: como subsunción
intuitiva y como subsunción problematizada. Subsume intuitivamente quien simplemente
se da cuenta de que una norma determinada puede ser aplicable a un caso determinado.
Subsume de forma problematizada quien asume esa subsunción intuitiva como hipótesis y
luego controla pormenorizadamente si efectivamente la norma es aplicable al caso. El
método de casos controla explícitamente el segundo tipo de habilidad, pero ésta tiene como
condición de posibilidad a la primera: la capacidad de determinar rápidamente qué norma
puede venir en consideración es necesaria para saber qué es lo que hay que controlar si
resulta aplicable. La resolución correcta de un caso necesita siempre que el estudiante se
plantee a sí mismos hipótesis de aplicabilidad, esto es, que haga subsunciones intuitivas.
Aquellas hipótesis que parezcan mínimamente plausibles deben ser planteadas y sometidas
al método de resolución de casos como control pormenorizado de la corrección de esa
hipótesis. A veces, se denomina a esta capacidad de subsunción intuitiva “criterio jurídico”,
aunque el concepto de criterio jurídico tiene una extensión mayor.
En los cursos de la carrera de derecho, estas capacidades se ponen en relación de una forma
más compleja de lo que el ejemplo trivial del contrato de compraventa de inmueble permite
reconocer. La subsunción intuitiva puede ser mucho más difícil que en el caso obvio del
tratamiento de la firma en notaría del papel en cuestión como celebración de un contrato
de compraventa sobre inmueble. Ella exige además muchos más conocimientos jurídicos
que las reglas sobre contratos de compraventa sobre inmuebles. Pero su estructura es la
misma: el estudiante debe tener buen criterio para detectar rápidamente que normas pueden
venir en consideración, juzgar cuáles son mínimamente plausibles, y someter las hipótesis
plausibles a control completo utilizando el método.
En el caso anterior, la determinación de que los hechos que dieron lugar a la celebración
de un contrato de compraventa sobre inmueble exige reconocer (a) las normas que
determinan cómo se celebra un contrato de compraventa sobre inmuebles y sus efectos; (b)
una definición detallada de las condiciones de aplicación de las normas sobre celebración
de contratos de compraventa sobre inmuebles y (c) verificar si los hechos del caso implican
realización de esas condiciones de aplicación.
(a) Las disposiciones que definen un contrato de compraventa se encuentran en los artículos
1793 y 1801 del Código Civil, los que deben ser puestos en relación con las condiciones
generales de validez de actos jurídicos, contenidas en los artículos 1445 y siguientes CC.
En el caso de la compraventa sobre inmuebles, el artículo 1801 inciso segundo CC exige
que la celebración tenga lugar por escritura pública. A su vez, el artículo 1699 CC define
la escritura pública y sus condiciones de otorgamiento.
(c) Un razonamiento formalizado completo exige demostrar que los hechos pueden ser
vistos como cumplimiento de esas condiciones antes definidas (subsunción en sentido
estricto). Por ello, incluso este ejercicio trivial tiene una estructura que presentada de forma
completa sería más bien compleja. El método de resolución de casos ordena, en cada
materia, estos razonamientos completos, de forma tal que los estudiantes puedan expresar
esa competencia sin perderse por falta de tiempo.
En muchos casos, los problemas jurídicos complejos que plantean los casos han sido
tematizados por la literatura académica o por la jurisprudencia, existiendo distintas
opiniones al respecto. Buena parte del estudio de la carrera de derecho consiste en la
comprensión de problemas interpretativos complejos de esta clase. Un buen estudiante
debe conocer las opiniones y poder entregar razones convincentes a favor de una de ellas,
de forma de poder justificar la solución al caso como la solución correcta. Eso no quiere
decir que la solución del caso asuma que sólo una de las opiniones en disputas sea
realmente correcta, sino más bien que la correcta evaluación implica conocer las distintas
opiniones y poder entregar convincentemente razones a favor de una de ellas.
Pese a que al introducir el método sea importante que los estudiantes adquieran en primer
lugar la capacidad de expresar ordenadamente el razonamiento jurídico, durante el curso
de la carrera, las competencias argumentativas son centrales: buena parte de la evaluación
se juega en ella.
3) La guía
En lo que sigue, la guía pretende familiarizar a los estudiantes con la estructura básica del
método de resolución de casos. La pretensión de la Facultad de Derecho es adaptar el
método a las distintas ramas del derecho: su forma varía significativamente, por ejemplo,
en la resolución de un caso civil y de un caso penal, e incluso al interior del derecho civil
la estructura de la resolución de casos va variando. La adquisición de la capacidad de hacer
uso de esas estructuras especiales es un problema de guías y entrenamientos especiales
correspondientes a los cursos sustantivos. Aquí sólo nos interesa la estructura básica, pero
su manejo es crucial en el éxito del estudiante durante toda la carrera de derecho.
II. EL CASO
El método de solución de casos tiene como objeto de referencia, como resuelta obvio a
partir de su nombre, a un “caso”. Aunque uno puede tener una idea más o menos vaga y
más o menos correcta de lo que es un caso jurídico, puede ser útil dar una descripción algo
más detallada de éste en el contexto de la carrera de derecho, ya que éste resulta muy
distinto de los “casos” en otras ramas de estudios.
En las evaluaciones que tienen lugar durante la carrera de derecho, la solución de estas
preguntas tiende a depender, a su vez, de problemas jurídicos. No se trata en general de
cuestiones triviales, como reconocer un contrato de compraventa sobre inmuebles en el
punto anterior. Precisamente por ello es que la subsunción intuitiva debe ser
problematizada: como siempre se está en presencia de problemas jurídicos, siempre es
necesario demostrar que la forma en que éste se soluciona corresponde a la solución
adoptada por el estudiante. Los problemas jurídicos pueden tener distintas formas: puede
tratarse de aspectos en que pese a haber una respuesta más o menos incontestable, el
volumen de normas que debe manejarse para llegar a la solución correcta amerite incluirlo
en una evaluación. Pero también puede ser (de hecho, es sumamente común), que se plantee
un tipo de situación cuyo tratamiento jurídico es complejo y discutido. Los estudiantes de
derecho deben desarrollar un buen criterio para identificar rápidamente los problemas
jurídicos contenidos en un caso, de forma tal de poder reconocer hipótesis a controlar y
dónde se deben concentrar sus esfuerzos argumentativos.
Frente a los hechos, el estudiante tiene que poder responder la pregunta, demostrando que
la solución a la que llegue es correcta. Esa demostración tiene, como veremos, varios
componentes. El mero hecho de poder dar cuenta de todos los pasos necesarios para llegar
a la solución ya es un aspecto sometido a evaluación, aunque se trate de pasos más o menos
triviales o cuya resolución sea clara.
Un último aspecto que puede ser importante clarificar antes de exponer la estructura
general del método de resolución de casos se refiere al status de los hechos. Salvo
excepciones, los hechos que aparecen en un enunciado de un caso deben ser asumidos
como verdaderos, y la “verdad” del caso debe entenderse limitada a esos hechos. El
planteamiento de hipótesis alternativas no contenidas en el enunciado debe ser descartado.
Eso no quiere decir que los casos entreguen necesariamente toda la información que pueda
ser relevante en el tratamiento de éste. Por ejemplo, muchas veces el enunciado del caso
va a decir que las partes celebraron un contrato, sin especificar que eran legalmente
capaces, o que no eran dementes, etc. Pero uno puede colegir de la expresión “celebrar un
contrato” que, en principio, era válido. Trazar la línea entre qué constituye “asumir hechos
que no están en el caso”, lo que constituye un error, y simplemente presuponer aspectos
auxiliares no especificados por el caso, puede no ser siempre claro, pero un poco de sentido
común permite hacerlo.
La asunción de que todos los hechos contenidos en el enunciado son verdaderos es también
expresiva de un aspecto central del ejercicio del derecho que, en general, es dejado de lado
por este tipo de evaluaciones: la prueba. En el mundo jurídico real, la determinación de los
hechos del caso y la justificación de que la reconstrucción del juez es la correcta es un
aspecto crucial. Buena parte de la litigación de los abogados se juega en este punto, y buena
parte del trabajo del juez consiste en valorar la prueba para determinar los hechos que debe
tomar como base para emitir su resolución. Durante la carrera de derecho, sin embargo, ese
tipo de problemas son más bien dejados de lado o son tratados en cursos de derecho
procesal y de litigación. Por ello, salvo excepciones específicas no es necesario preguntarse
si determinado hecho ha sido probado. Si aparece en el enunciado, debe ser asumido que
sí.
Como hemos visto, el método de resolución de casos tiene por pretensión central demostrar
de forma completa, convincente y ordenada que la respuesta entregada por el estudiante a
una determinada pregunta jurídica es la correcta. El tratamiento de la pregunta debe ser, de
esta forma, completo, convincente y ordenado.
Sin embargo, intentar llevar a cabo lo anterior de forma no estructurada en un tiempo
limitado puede ser sumamente difícil. ¿Cómo empiezo a responder la pregunta? ¿Qué pasos
son necesarios para que la respuesta sea completa? ¿Cómo puedo estructurar un
razonamiento lógico completo en tan poco tiempo? El método entrega una estructura
general que permite solucionar todos estos problemas de forma sencilla y, en muchos casos,
casi mecánica. Se trata de esta forma de una herramienta para lograr un objetivo que sin
éste sería mucho más difícil de conseguir.
Lo anterior no quiere decir que no existan formas alternativas de tratamiento de casos que
puedan permitir llegar a los mismos resultados. Pero como los correctores deben utilizar
criterios objetivos de evaluación, los métodos alternativos posibles son eliminados al
adoptar un método estándar. Ello implica que los estudiantes deben siempre abordar la
resolución de casos adoptando la estructura fija del método de resolución de casos. La no
utilización del método, aunque se llegue a un resultado correcto mediante un razonamiento
más bien ordenado, cuenta como una respuesta incorrecta.
La estructura de resolución del caso contiene cuatro momentos lógicos. Éstos son: (a)
planteamiento de una hipótesis de trabajo; (b) definición de las condiciones de realización
de esa hipótesis; (c) subsunción; y (d) planteamiento de una conclusión (parcial o
definitiva). Estos momentos, así como la forma en que se tematizan, serán explicados a
continuación.
a) La hipótesis de trabajo
La hipótesis de trabajo controla todo el trabajo posterior. En ella se plantea una subsunción
intuitiva a partir de una norma identificada en la hipótesis misma y las condiciones bajo las
cuales esa subsunción tendría lugar, siendo correcta la hipótesis. Uno puede denominar a
esto “condiciones de realización de la hipótesis”. Veamos el ejemplo de la sustracción de
energía por parte del colgado. Una hipótesis de trabajo tendría la siguiente estructura:
El sujeto podría ser castigado como autor del delito de hurto del artículo 432 del
Código Penal, al haber sustraído energía sin consentimiento del distribuidor.
Conforme a dicho artículo, la punibilidad por hurto requiere que el autor ‘se apropie’,
‘sin voluntad del dueño’, de una ‘cosa mueble ajena’.
A partir del ejemplo uno puede identificar varios elementos que debe contener una
hipótesis de trabajo correcta: (i) planteamiento de la hipótesis propiamente tal; (ii)
especificación de la fuente normativa de ésta; (iii) descripción general de los hechos del
caso que la realizarían; y (iv) determinación de las condiciones de realización de la
hipótesis.
La hipótesis propiamente tal es una respuesta posible a la pregunta jurídica (o a una parte
de ella, si ésta es compleja) planteada por el caso. En general, ella especifica explícita o
implícitamente una acción que podría ser aplicable respecto del supuesto y el título bajo el
cual ella sería procedente. Como se trata de una hipótesis cuya realización es asumida como
condicional, no afirmándose su corrección, el modo verbal utilizado debe ser el
condicional.
En el ejemplo entregado, la hipótesis consiste en la procedencia de una acción penal (o, lo
que es lo mismo, en la “punibilidad”) del sujeto a título de hurto. En materia penal, la
hipótesis tiende a ser más o menos similar a esto, ya que la acción es siempre la misma. La
hipótesis puede variar levemente en casos civiles o de derecho público. Su especificación
es tarea de los cursos respectivos. Uno puede decir, sin embargo, que en general en materia
civil la hipótesis requiere la especificación de la procedencia de una determinada acción de
un sujeto activo determinado respecto de otro sujeto determinado por un título normativo.
La hipótesis debe señalar de forma general qué hechos de aquellos que aparecen descritos
en un caso son aquellos que permiten la subsunción bajo el título normativo indicado. En
el ejemplo, esta descripción general es efectuada con la fórmula “al sustraer energía sin
consentimiento del distribuidor”. No es necesario ser demasiado preciso aquí; muchas
veces la subsunción no es posible por ciertos detalles no especificados en esta descripción
general, todo lo cual constituye algo a ser tematizado en la subsunción propiamente tal. El
rol de la descripción general es simplemente de orientación.
b) La definición
Una definición de este concepto complejo del derecho penal puede ser entregada de la
siguiente forma:
El concepto de cosa mueble tiene una definición legal. Se trata, por ello, de una definición
que debe ser producida en relación a la disposición en cuestión. En este caso, el artículo
567 CC define a las cosas muebles como una especie de cosas corporales, cuya definición
se encuentra a su vez en el artículo 565 CC.
iii) Ajena
Una cosa ajena es aquella que se encuentra bajo dominio de otro, esto es, se trata de un
concepto negativo que excluye las cosas que son de propiedad del autor.
c) Subsunción
En nuestro caso, una respuesta correcta debiera permitir llegar a la conclusión que no hay
hurto por no ser la energía una cosa corporal. Ello exige llevar a cabo una argumentación:
demostrar en qué sentido la energía “no tiene un ser real perceptible con los sentidos”. Se
trata de un problema interpretativo que no es de resolución obvia. Por ello, una correcta
resolución pondría su acento en ese momento, e intentaría demostrar con argumentos
lingüísticos, sistemáticos y teleológicos que la energía no puede ser considerada, en el
contexto del delito de hurto, una cosa corporal.
La etapa de subsunción puede completarse con uno de dos resultados: ésta tiene lugar (lo
que quiere decir: se cumplen las condiciones de realización de la hipótesis) o ésta no tiene
lugar (alguna de ellas no se cumple). El primer tipo de resultado exige en general el
cumplimiento de todas las condiciones, por lo que la etapa de subsunción debe ser realizada
de forma completa. El segundo tipo de resultado, en cambio, se produce en general por el
mero hecho de no cumplirse una de las condiciones. Con ello, la etapa de subsunción puede
ser interrumpida en el momento mismo que se detecta que una de las condiciones no se
cumple.
d) La conclusión (parcial)
Una conclusión final sólo puede obtenerse una vez que se ha planteado una conclusión
parcial a todas las hipótesis plausibles que admite el caso. Recién allí puede plantearse una
respuesta final, cuyo objeto de referencia dejan de ser hipótesis particulares, y pasa a ser la
pregunta misma planteada en el enunciado del caso: “El sujeto no se ha hecho punible bajo
ningún título”; “A tiene sólo una acción de cumplimiento contra B”, etc.
IV. UN EJEMPLO
La comprensión de un método puede ser difícil a partir de una pura explicación de su forma
de funcionamiento. Por ello, es útil considerar la forma que puede tener la solución de un
caso más o menos sencillo. Asumiendo que al momento de enfrentarse por primera vez al
método de resolución de casos, en el segundo semestre, el curso sustantivo que les puede
resultar más familiar es el de persona y negocio jurídico. Por ello, el ejemplo ha sido
producido en relación a ese ámbito.
1) Caso
“Roberto Guerrero vendió su BMW del año 2008 a Luis García en febrero de 2012. El
automóvil fue adquirido por Luis luego de enterarse por el diario de la venta a un precio
que le parecía conveniente: 15 millones de pesos “conversables”. Al concurrir a comprar
el automóvil, Luís le preguntó a Roberto por posibles defectos mecánicos o choques que
hubiera tenido el automóvil, a lo que Roberto respondió que sólo había tenido un problema
en la cadena que había sido reparado por expertos venidos especialmente de Alemania y
que había quedado «como nuevo». Pese a ello, advirtiendo la cara de preocupación de Luís,
Roberto accedió a bajar el precio a 13 millones de pesos.
Un automóvil de ese modelo, kilometraje y año habría tenido sin daños un precio de no
menos de 18 millones de pesos. El vehículo había sufrido, sin embargo, un problema grave
en el sistema de frenos, que Roberto había reparado con un mecánico conocido de la forma
más económica que encontró. Según el propio mecánico le dijo, la reparación era más
económica porque no tenía como reparar el sistema guiado de freno, el que sin embargo
sólo funcionaba en caso de frenos muy bruscos y espontáneos. Como el precio de una
reparación de ese tipo era muy caro, Roberto tampoco quiso revelarlo a Luís.
Sin embargo, la satisfacción de estos intereses puede tener lugar a partir de varias acciones
y títulos distintos. Esto es algo que típicamente tiene lugar en materia civil. El estudiante
debe plantearse qué acción es la más adecuada para satisfacer el interés en cuestión. En
nuestro caso, el interés en obtener la restitución del dinero puede plantearse a partir de una
acción redhibitoria conforme a los artículos 1857, 1858, 1860, 1866 y 1868 CC. Además,
uno debe preguntarse por la procedencia de una indemnización de perjuicios. Por razones
de orden, es preferible analizar ambas cuestiones por separado y, por ello, iniciar el análisis
intentando verificar la procedencia de la acción redhibitoria.
En lo que sigue, nos interesa revisar cómo se desarrollaría de forma completa la solución
al caso planteado. Para que los estudiantes puedan seguir las razones por las que ella es
planteada de una forma determinada, la guía comenta paso a paso la forma en que ello va
teniendo lugar. Es posible diferenciar fácilmente aquellos aspectos que son constitutivos
de la solución al caso y aquellos aspectos que son comentarios a partir del estilo en que son
expuestos: cuando aparecen con una fuente más pequeña y márgenes más estrechos, se
trata del planteamiento de la solución. Cuando la fuente es la misma que la de este párrafo
y tiene márgenes normales, se trata de un comentario.
Luís podría solicitar la rescisión del contrato de compraventa y la restitución de las
cosas por parte de Roberto de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 1857, al haber
adquirido un automóvil sin conocimiento del defecto importante que tenía en los
frenos. Para ello, Luís y Roberto tienen que (i) haber celebrado un contrato de
compraventa de conformidad con el artículo 1793 CC, (ii) el automóvil debe tener
vicios redhibitorios de acuerdo al artículo 1858, y (iii) tienen que cumplirse las
condiciones de procedencia de la acción dispuestas en los artículos 1860 y 1866 CC.
Como puede verse, la primera hipótesis de trabajo especifica el sujeto activo de la acción
(Luís), la acción en consideración (rescisión como parte de la acción redhibitoria), el sujeto
pasivo (Roberto), y la fuente norma de la acción (artículos que regulan la acción
redhibitoria). Asimismo, la hipótesis de trabajo específica de forma general los hechos por
los cuales la acción es procedente. Por último, se definen mediante tres numerales las
condiciones generales de realización de la hipótesis. El estudiante tiene que pasar, por ello,
al analizado pormenorizada de cada una de estas condiciones.
En primer lugar, los vicios reclamados tienen que haber existido al tiempo de la
venta. Ello se cumple de forma no problemática en el caso.
A diferencia del primer requisito, cuya subsunción uno puede simplemente anunciar que
se da, este segundo requisito no es claro que se dé en el caso. Se trata aquí de un primer
problema que requiere consideración pormenorizada en su subsunción. El estudiante debe
revisar si se cumple o no la condición por medio de argumentación.
El artículo 1858 N°2 CC considera, sin embargo, una segunda hipótesis de vicio
redhibitorio: también le atribuye esta calidad a aquellos vicios que causen que la cosa
sirva sólo imperfectamente para su uso natural. Este es evidentemente el caso: los
defectos de freno no sólo implican mayores riesgos, sino que uno puede asumir
además que un usuario lo manejará sólo a velocidades medios para evitar que se
gatillen los problemas de freno.
Sin embargo, para atribuir el carácter vicio redhibitorio en esta segunda hipótesis, el
artículo 1858 N°2 CC exige realizar un test adicional, a saber, determinar si uno
puede presumir que de conocer el vicio, el comprador lo habría comprado a un precio
mucho menor.
En este punto, la revisión deviene no sólo problemática, sino que discutible. El correcto
debe considerar que aquí es plausible llegar a cualquiera de las dos conclusiones. Del
estudiante sólo se exige que dé cuenta del problema y que entregue una respuesta
internamente consistente sobre el cumplimiento de este requisito. De demostrar
convincentemente que no se cumple el requisito en cuestión, el estudiante debe dar por
terminado el chequeo y plantear una conclusión parcial que excluya la hipótesis de trabajo
en cuestión. De demostrar, en cambio, que se cumple la condición en cuestión, el estudiante
debe seguir posteriormente con la revisión del cumplimiento de los requisitos. En nuestro
caso, vamos a seguir con esa opción.
Por último, de acuerdo al artículo 1857 y 1858 N° 3 CC, los vicios deben haber sido
ocultos y no manifestados por el vendedor al comprador. Que sean vicios ocultos
quiere decir que no hayan sido reconocibles por parte del comprador, esto es, haya
podido ignorarlos sin grave negligencia de su parte. Ello se cumple de forma no
problemática en el caso.
En el caso, un problema jurídico crucial que debe ser advertido por el estudiante se
relaciona con la procedencia de la acción redhibitoria dada la exclusión de obligaciones de
garantía pactada en el contrato. Este tipo de problemas deben ser advertidos para obtener
una evaluación destacada o incluso suficiente, pero puede ser fácil pasar por alto porque
no se trata del tipo de condiciones de procedencia explicitados en el Código Civil. Por ello,
es importante conservar las subsunciones intuitivas que uno haga al acercarse al caso. Un
buen estudiante inmediatamente asociaría la cláusula en cuestión a un problema jurídico.
Su tratamiento debe ser introducido en una instancia adecuada, pero precisamente ese
espacio de tiempo entre reconocimiento de un problema y oportunidad de plantearlo en el
esquema de solución de casos hace que sea crucial tener un mapa general previo de cómo
va a estructurarse la respuesta que incluya todos los problemas advertidos inicialmente.
Esta conclusión que se obtiene a partir de la aplicación forma de las reglas del sistema
puede ser problematizada: ¿se cuenta el plazo desde la entrega de la cosa si los vicios
permanecen ocultos y no se manifiestan hasta un tiempo después? Una buena respuesta
debiera hacerse cargo de un problema de esta clase, aunque termine por desecharlo.
Es posible pensar, sin embargo, que una interpretación adecuada del artículo 1866
CC exige considerar que el criterio de la entrega real se aplica sólo si los vicios se
han manifestado en el tiempo en cuestión. De otra forma, es muy probable que el
comprador simplemente no pueda ejercer las acciones por desconocimiento de su
procedencia. Pese a ello, el carácter estricto de una acción de nulidad impide llegar
a esa conclusión. La existencia de plazos tan cortos de prescripción y el hecho de
que por definición los vicios redhibitorias deban ser ocultos, muestran que el sistema
anticipa que se puede dar la situación de imposibilidad fáctica de solicitar la nulidad,
y pese a ello asume un criterio de inicio del cómputo estricto. Por ello, uno debe
concluir que la acción está prescrita.
Por ello, Luís no tiene acción redhibitoria para exigir la rescisión del contrato y la
restitución de la cosa.
Con esto todavía no ha terminado el ejercicio que exige el tratamiento del caso. Luís exigió
además indemnización de perjuicios y el sistema de obligaciones de garantía por vicios
redhibitorios también se extiende a esta consecuencia. Para estructura de forma adecuada
el trabajo, es útil anunciar de inmediato que la consecuencia parcial negativa no afecta ese
punto, pasando a una nueva hipótesis de trabajo. La conclusión parcial completa debiera
tener, por ello, la siguiente estructura.
Por ello, Luís no tiene acción redhibitoria para exigir la rescisión del contrato y la
restitución de la cosa. Sin embargo, de acuerdo al artículo 1867 CC, la acción de
rebaja del precio e indemnización de perjuicios subsiste pese a la prescripción de
acuerdo al artículo 1866 CC.
Este anuncio permite pasar a formular una nueva hipótesis de trabajo, referida ahora a la
indemnización de perjuicios.
Luís podría tener acción de rebaja del precio e indemnización de perjuicios en contra
de Roberto de conformidad con el artículo 1861 CC, al haber comprado un automóvil
que tenía defectos relevantes desconocidos. Para ello, debe (i) haber un contrato de
compraventa entre las partes de conformidad al artículo 1793 CC, (ii) la cosa vendida
debe tener vicios redhibitorios de conformidad al artículo 1857 y 1858 CC, (iii)
deben cumplirse las condiciones de procedencia especial de la acción de
indemnización de perjuicios del artículo 1861 CC, y (iv) deben cumplirse las demás
condiciones de procedencia establecidas en los artículos 1869 CC.
(iii) De conformidad con el artículo 1861 CC, los vicios deben haber sido conocidos
por el vendedor o deben tener una entidad tal que el vendedor haya debido conocerlos
para que sea procedente la acción de indemnización de perjuicios. En el caso esto se
cumple de forma no problemática: el vendedor conocía los defectos del automóvil.
(iv) Por último, la acción de rebaja del precio e indemnización de perjuicios debe ser
ejercida antes de que ésta prescriba. De conformidad con el artículo 1869 CC, la
acción de rebaja del precio prescribe en el plazo de un año tratándose de cosas
muebles. No hay indicación expresa, en cambio, respecto del plazo de prescripción
de la acción de indemnización de perjuicios.
En el caso, podría plantearse el problema de que la acción de rebaja del precio haya
prescrito: ha transcurrido más de un año desde la celebración del contrato y entrega
de la cosa. De aplicarse el criterio de cómputo del artículo 1866 frase final CC,
debiera considerarse que la acción prescribió.
En este punto, la solución vuelve a ser conflictiva. Como el Código Civil no establece un
criterio de cómputo del plazo de la acción de rebaja del precio, es necesario determinar
interpretativamente desde cuándo se cuenta el plazo. Una posibilidad es considerar que se
trata del mismo criterio que en la acción redhibitoria, es decir, desde la entrega de la cosa.
Pero otra opción es considerar que el criterio es distinto. El estudiante debe nuevamente
mostrar conciencia del problema y entregar una solución argumentada.
Sin embargo, el artículo 1869 CC no establece un criterio explícito de inicio del
cómputo del plazo. La determinación de ese criterio debe hacerse por vía
interpretativa. Sistemáticamente, al tratarse de una hipótesis alternativa de la acción
redhibitoria, uno debe considerar que el criterio es el mismo. Con ello, la acción de
rebaja del precio se encuentra prescrita.
Sería un error concluir a partir de esto, sin embargo, que Luís no tiene acción alguna. La
acción de indemnización de perjuicios no se encuentra regulada en su plazo de prescripción
en este título, por lo que se plantea la duda sobre su tratamiento. Mostrar conciencia y un
buen tratamiento de este problema sistemático es crucial en un caso como éste.
Una respuesta completa determinaría, por último, cuáles son los perjuicios indemnizables.
Tras ello, es importante tener en cuenta la necesidad de responder la pregunta del caso y
plantear una respuesta general:
VI. GLOSARIO
La guía introductoria del método de casos utiliza conceptos establecidos por ella misma
como técnicos. Para ayudar a su seguimiento y estudio, a continuación se presenta un
glosario con estos conceptos. Todos estos conceptos deben ser conocidos perfectamente
por los estudiantes para manejar adecuadamente el método.
Caso: Enunciado de hecho respecto del cual se plantea una pregunta jurídica que exige
resolución conforme al método de resolución de casos.
Capacidad de subsunción: Parte de las competencias de razonamiento jurídico exigidas a
los estudiantes de la carrera de derecho. Ella consiste en la capacidad de poder vincular
hechos con normas, en el sentido de que los hechos realizan el supuesto de hecho de una
norma y por ello ésta debe ser aplicada a ellos.
Conclusión parcial: Momento lógico del método de resolución de casos en el que se afirma
la realización de una hipótesis de trabajo o se niega su procedencia.
Hipótesis alternativa: Hipótesis de trabajo que puede tener lugar al negarse la procedencia
de una hipótesis anterior. Ejemplo: la punibilidad por imprudencia es alternativa y
subsidiaria a la punibilidad a título de dolo.
Problema jurídico: Aspectos del razonamiento jurídico que no pueden ser solucionados
con mera lógica formal. Es a su respecto que se plantean las competencias de
argumentación.
Reformulación: Paso de una hipótesis a otra cuando una de ellas es alternativa o subsidiaria.