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El desarrollo personal del counselor o terapeuta

Estela Falicov1
Verónica Kenigstein2

Cuando obtengo las condiciones que dan por resultado una flor rara y hermosa,
experimento la misma satisfacción que he sentido al facilitar
el crecimiento de una persona o de un grupo de personas.
Carl Rogers

El desarrollo personal del counselor o terapeuta que trabaja según el enfoque centrado en
la persona (ECP), y su principal componente: el autoconocimiento, representan una condición
necesaria pero no suficiente para su desempeño profesional competente.
Este proceso, que transcurre, avanza, se diversifica y profundiza a lo largo de toda la vida
de una persona, se complementa con una capacitación profesional que le permita dominar con
fluidez los recursos y las diversas herramientas propios de su trabajo basados en una sólida
conceptualización y su puesta en práctica.
La capacitación para el desempeño de la profesión, en sus diversas instancias, comienza
formalmente con la “carrera” y va integrando, con el paso del tiempo y la experiencia, diversas
actividades de aprendizaje sobre la base de la educación continua. Consideramos que la
capacitación profesional, expresión con la que proponemos resumir esta gran diversidad de
acciones y procesos de aprendizaje, también es una condición necesaria, pero no suficiente, para
el trabajo en counseling o psicoterapia según el ECP.

1 Licenciada en Sociología, Diplomada en Salud Pública (UBA), Magíster© en Comunicación Social (Universidad Central
de Venezuela); directora de Gran Aldea Editores. efalicov@gmail.com
2 Licenciada en Comunicación Social (Universidad Central de Venezuela, Máster en Sexualidad, Género y Terapia de
Pareja (Universidad de La Laguna), Postgrado en Terapia Gestalt (Casa Gestáltica de la Salud). Directora de
www.senderosdelplacer.com.ar verónica@senderosdelplacer.com.ar

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El desarrollo personal del counselor o terapeuta y la capacitación entendida como
educación continua se proponen, según esta perspectiva, como el núcleo de condiciones
necesarias y suficientes para su desempeño profesional competente.

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El desarrollo personal del counselor o terapeuta y la capacitación entendida como educación


continua se proponen, según esta perspectiva, como el núcleo de condiciones necesarias y
suficientes para su desempeño profesional competente.
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En su libro sobre el trabajo en profundidad relacional en counseling y psicoterapia, Dave


Mearns y Mick Cooper (2011) señalan:

La tarea de desarrollo del terapeuta (…) consiste en convertirse en alguien capaz de


ofrecer la capacidad de dicho compromiso [la profundidad relacional] a cada consultante
al margen de sus diferencias individuales.

Aun cuando nuestra mirada se dirige en especial a los counselors y terapeutas que
trabajan según el ECP, consideramos que ambas condiciones son aplicables a todo profesional de
ayuda, especialmente en el ámbito de la educación y la salud.

Componentes principales del proceso de desarrollo personal


Desde el surgimiento, en las primeras décadas del siglo 20, de los enfoques humanistas en
psicología, entre los cuales ocupan un lugar preponderante los aportes de Carl Rogers y sus
discípulos, fueron difundiéndose diversas formulaciones teóricas sobre el desarrollo humano. Si
bien las diferencias entre las distintas teorías son múltiples, comparten el interés por considerar la
capacidad de los seres humanos de conocerse a sí mismos y estimular su crecimiento en la
relación consigo mismos y con los demás, aprovechando la riqueza de sus recursos, sus
experiencias vitales y sus fortalezas.
Esta nueva visión afectó muchas áreas de la práctica humana, en particular la relación
terapéutica, volviéndose el foco de atención también hacia la persona del profesional y su

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incidencia en el curso del proceso y del vínculo con el consultante o cliente (en términos de
Rogers).
Puede reconocerse en el proceso de desarrollo personal la importancia del
autoconocimiento, la valoración de sí mismo, el reconocimiento de las propias fortalezas y
debilidades, la confianza en las decisiones autónomas y la presentación auténtica ante los demás.

En la relación entre el counselor o terapeuta con su consultante, estos rasgos permiten la


puesta en práctica de las dimensiones del ECP: la congruencia, la empatía y la
consideración positiva incondicional (véanse Rogers, 191997; Mearns y Thorne, 2009).

Ámbitos para estimular el desarrollo personal del counselor o


terapeuta

Existen múltiples opciones y diferentes ámbitos para que el counselor o terapeuta


potencie sus capacidades de desarrollo personal y conocimiento de sí mismo vinculadas con su
trabajo. Algunas se plantean, en varias instituciones educativas, como requisito dentro de las
instancias de formación profesional, como la experiencia de la terapia personal o de ser
consultante en un proceso de counseling.
La experiencia de supervisión individual o grupal con un profesional de mayor experiencia
o la participación en un grupo de pares (grupos de covisión) para revisar y discutir casos y la
relación de lo acontecido en las sesiones con la resonancia personal en el counselor o terapeuta
son otras posibilidades que pueden considerarse como sinergia entre el desarrollo personal y la
educación continua del counselor o terapeuta.
En la obra de Dave Mearns y Mick Cooper (op. cit., capítulo 8), Trabajando en profundidad
relacional en counseling y psicoterapia, los autores reproducen el relato de una terapeuta, Lesley,
quien ha logrado identificar, a través de un trabajo intenso sobre sí misma, sus referentes
existenciales, un conjunto muy variado de acontecimientos y experiencias que comienzan en sus
primeros años de vida y que la ayudan, en el presente, a relacionarse con empatía, congruencia y
consideración positiva incondicional con las diferentes personas que llegan a su consulta.

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Referentes existenciales de Lesley (ejemplos)

 Uno de mis primeros recuerdos es haber estado sentada sobre las rodillas de mi
abuelo. Cada vez que nos veíamos él tenía una radiante sonrisa y me sentaba
sobre sus rodillas. Lo que obtengo de esto es enorme; es la experiencia total del
amor incondicional. Es una parte realmente segura de mí que me ayuda a
sentirme "cómoda" aun en situaciones difíciles.
 No importaba lo que hiciera, nunca podía complacer a mi padre. Esto ocurría una
y otra vez. Estaba orgullosa de mí misma por algo y él no respondía o le
encontraba defectos y lo descalificaba. Puedo sentir la frustración de la niña
incluso ahora, cuando hablo del tema. Es asombroso cuán seguido esa sensación
de frustración infantil me ayuda a obtener un "sabor" del malestar de mi
consultante. Por alguna razón, y no estoy muy segura del porqué, esta
experiencia también es una fuente de mi paciencia con los consultantes. Quizás,
de niña, tuve que ser muy paciente para seguir intentándolo con mi padre tantas
veces.

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Repercusiones del desarrollo personal del profesional sobre el proceso


de counseling o psicoterapia

El ECP se inscribe dentro de las llamadas terapias relacionales, que proponen que lo
sanador del vínculo de counseling o psicoterapia, independientemente de técnicas específicas
utilizadas, es la relación. El desarrollo personal y el autoconocimiento del profesional de ayuda
puede ejercer una influencia positiva en el desarrollo del proceso terapéutico.

Durante nuestra formación, y también en nuestro desarrollo posterior, tomaremos


conciencia de nuestras vulnerabilidades y de cómo ellas tienden a invadir nuestro trabajo

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como counselors. Esto nos permite percibirlas cuando van emergiendo, reírnos
amablemente de nosotros mismos y hacerlas a un lado por el momento. (...) Otra
habilidad es darse cuenta de estos procesos personales cuando interfieren (…) [en la
relación]. (Mearns y Thorne, 2009, pág. 183).

Desarrollo de la capacidad de amar (según Fromm) y las condiciones


básicas de Rogers

Creemos que tres de las condiciones clave que Carl Rogers (1997, 2002) propuso para el
desarrollo armónico de la personalidad, están directamente asociadas con el amor, considerado
desde una perspectiva transpersonal de las relaciones. Para resultar reparadora, una relación
requiere que las personas que se vinculan puedan expresar lo más auténtico de sí mismas,
aceptarse mutuamente y respetar la Otredad (en términos de la relación Yo-Tú planteada por
Buber, 1994) en el sentido de no identificarse y fusionarse en la experiencia del Otro.
Erich Fromm (1983) desarrolló en El arte de amar cuatro componentes básicos necesarios
para una relación amorosa de cualquier naturaleza. Habló del cuidado, como el registro y la
atención a las necesidades de la otra persona; del respeto, como la aceptación del Otro sin juicio y
sin intentar cambiarlo; del conocimiento como percepción de las características y cualidades del
ser amado que lo hacen único y distinto; y de la responsabilidad como la capacidad de elegir
conscientemente las respuestas ante determinadas situaciones, tomando en cuenta los
componentes anteriores.
Entre las bases fundamentales de su enfoque, Rogers incluye la empatía, como la
capacidad de comprender la experiencia del consultante, percibiendo sus sentimientos y
necesidades; la consideración positiva incondicional, como la actitud de aceptar la realidad de la
experiencia del otro, sin emitir juicios y sin pretender modificar la manera en que el consultante la
percibe, aun sin estar de acuerdo o coincidir con su interpretación; y la congruencia, como la
posibilidad de ser auténtico en el vínculo, expresando su experiencia con respecto a lo que sucede
en la relación, siempre al servicio del consultante.
La relación entre el autoconocimiento del counselor o terapeuta y sus efectos sobre los
resultados de la relación de counseling o psicoterapia se encuentra entre los temas relevantes de
las investigaciones sobre el ECP. Una de las hipótesis en este sentido afirma que, en la medida en

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que el profesional avanza en su proceso de desarrollo personal y conoce mejor sus propias
limitaciones y sus recursos, estará en mayor capacidad de ofrecer estas condiciones a quienes
buscan su ayuda.

La resonancia

Entre las múltiples nociones útiles para ayudarnos a explorar la relación entre el
profesional y el consultante, encontramos el concepto de resonancia propuesto por Peter Schmid
(2006).

A través del desarrollo de su autoconocimiento (…), el terapeuta toma conciencia de su


experiencia, es decir del flujo inmediato y presente de sus experiencias. (…) es resonancia
del mundo del consultante y/o del suyo propio. Resonancia significa el eco en el
terapeuta, que es disparado por la relación con el consultante. (Schmid y Mearns, 2006, p.
181)

Schmid y Mearns (op. cit., pp. 183-185) desarrollan esta noción identificando tres
modalidades:
 La autorresonancia se refiere a lo que el counselor siente en respuesta a la
expresión de su consultante, que se relaciona con su propia experiencia (no
necesariamente en el ámbito de esta relación, con esta persona en particular);
 La resonancia empática implica que el profesional recoge el sentir de su
consultante y le devuelve su reflejo. Puede ser concordante (en la cual lo reflejado
describe lo más exactamente posible la experiencia del cliente) o complementaria,
en la cual el counselor o terapeuta agrega algo más a la expresión del consultante,
que es también resultado de la empatía.
 En tercer lugar, hacen referencia a la resonancia relacional, en la cual “el
counselor incluye sus propias respuestas, como persona razonable, a la
experiencia del consultante”.

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Conclusiones

El proceso de desarrollo personal y de conocimiento de sí mismo del counselor o


terapeuta es una travesía con múltiples facetas. A lo largo de este artículo nos propusimos ofrecer
algunas ideas guía, basadas en los trabajos de diversos profesionales e investigadores; varios de
ellos eligieron como parte importante de su marco teórico y de su práctica el enfoque centrado en
la persona, con avances y desarrollos desde las formulaciones originales de Carl Rogers.
Las opciones para embarcarse y continuar en la tarea de conocernos a nosotros mismos
son muchas y dependerá de la experiencia personal y de la capacitación que mejor se adapte a
nuestras características y expectativas.
Elegimos como ejemplo inspirador –necesariamente reducido-- el trabajo de profunda
autoconciencia que realizó la terapeuta Lesley, quien pudo así identificar sus referentes
existenciales, algunos de ellos satisfactorios, varios dramáticos, incluso otros que fueron para ella
motivo de sufrimiento. Reconoce que estas experiencias le son útiles para el encuentro profundo
con sus consultantes.
Deseamos estimular a los lectores a reflexionar sobre sus propios procesos de
autoconocimiento para convertirse en personas cada vez mejores y profesionales más
competentes.

Referencias

Buber, Martín (1994), Yo y Tú, Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires.


Fromm, Erich (1983), El arte de amar: una investigación sobre la naturaleza del amor, Edit. Paidós,
Buenos Aires.
Mearns, Dave y Brian Thorne (2009), Counseling centrado en la persona en acción, Gran Aldea
Editores, Buenos Aires.
Mearns, Dave y Mick Cooper (2011), Trabajando en profundidad relacional en counseling y
psicoterapia, Gran Aldea Editores, Buenos Aires.
Rogers, Carl (1997), Psicoterapia centrada en el cliente; Editorial Paidós, Buenos Aires.

7
----- (2002), Terapia, personalidad y relaciones interpersonales, Editorial Nueva Visión, Buenos
Aires.
----- (2003), El proceso de convertirse en persona, Editorial Paidós, Buenos Aires.

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