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PROGRAMA DE
FORMACIÓN GENERAL
EXPERIENCIA CURRICULAR:
E
SEMANA N° 01
S
I
Ó
N
N CAPACIDAD
CONTENIDO
CONTENIDO
PERSONA, DIGNIDAD Y
FUNDAMENTOS DE LOS
DERECHOS HUMANOS.
01
filosóficos.
CAPACIDAD
- Identifica los factores y contexto del
tránsito del pensamiento mítico al
pensamiento racional en el
desarrollo del saber humano
I. INFORMACIÓN TEÓRICA:
1. LA PERSONA HUMANA
Las primeras definiciones sobre lo que se entiende por persona filosóficamente
hablando, datan del Medioevo, especialmente de los filósofos de tendencia cristiana.
Uno de los conceptos más difundidos es el de Boecio, quién señala que la persona
humana es substancia indivisa de naturaleza racional. Las dos notas clave de la noción
de persona en esta línea de pensamiento, al que se adscribieron Santo Tomás y Occam,
son: individuación (unidad del yo personal) y relacionalidad.
En la época moderna se comenzaron a introducir en la noción de persona elementos
psicológicos y éticos. Así, Kant señala la libertad e independencia de la persona frente al
mecanicismo natural como uno de los rasgos de la personalidad. La persona es capaz de
darse leyes prácticas propias a través de su razón. Se da las leyes a sí mismo, pero no de
forma arbitraria, sino de manera que los hombres sean siempre "fin en sí mismos"; es un
rasgo esencial de la persona: no puede ser sustituida por otra. El hombre es lo único que
en el mundo es fin en sí mismo y puede ser fundamento de leyes. Su dignidad merece
respeto. Su racionalidad y su voluntad autónoma lo fundamentan. El hombre tiende
hacia lo "sensible", pero la razón es capaz de elevarlo.
En la modernidad, el término persona indica al sujeto moral puesto en el mundo,
inquietándose por él en las experiencias cotidianas o "en la existencia que se ha
encontrado en sí misma, por la libertad". Hegel es quién sintetiza la concepción de
persona humana dentro de la filosofía contemporánea al señalar "sed persona y respeta
a los otros como personas", y plantea a la vez la idea de igualdad de todos los seres
humanos, fundamento primero de los derechos humanos, puesto que estos parten de la
necesidad de considerar a todos como seres iguales. Esta afirmación Hegeliana establece
lo que jurídicamente es casi ignorado, puesto que pone en sentido iusfilosófico (filosofía
del derecho), los fundamentos de los derechos humanos, no en la positividad legal, sino
en las necesidades personales de cada sujeto como un ser moral, racional, valorativo y
creador
Para fines de la formulación de la persona cono sujeto de derechos en la sociedad actual,
y asumiendo los aportes de la filosofía, podemos definir a la persona humana como un
ente racional, dotado de razón, lenguaje, arraigado en la moral y en las relaciones
sociopolíticas.
En los derechos humanos, el concepto filosófico de la persona tiene un papel definitivo,
porque ellos son los derechos morales y políticos con gran vocación de positividad
jurídica. No otra cosa cabe deducir cuando los contenidos esenciales de los derechos
humanos han sido erigidos en normas legales: la libertad, la igualdad, la dignidad, la
seguridad, la justicia o la paz.
a. Héctor Morales señala que “son los derechos que tiene el ser humano por el hecho de
serlo y que le permiten tener una vida digna; son condiciones universales que deben
ser protegidas por el Estado y por la comunidad internacional; son los derechos
reconocidos por la Constitución y por los tratados internacionales”
que se podrá ajustar al contexto histórico, pero nunca podrá ir en contra de los
derechos humanos fundamentales.
Estamos de acuerdo con Kant cuando escribía en su Fundamentación de la metafísica
de las costumbres: “En el reino de los fines todo tiene un precio o una dignidad.
Aquello que tiene precio puede ser sustituido por algo equivalente; en cambio lo que
se halla por encima de todo precio, y por lo tanto no admite nada equivalente, eso
tiene dignidad” El ser humano tiene una dignidad, cada uno, en sí mismo. ¿Por qué?
Quizás la respuesta pueda ser tan sencilla como esta: porque es el único ser del
universo “amable por sí mismo”.
D. Fundamento iuspositivista
El iuspositivismo, también conocido como positivismo jurídico, es una corriente de
pensamiento jurídico. La principal tesis del iuspositivismo es la separación entre
moral y Derecho, que supone un rechazo a toda relación conceptual vinculante entre
ambos.
El iuspositivismo entiende que Derecho y moral son conceptos distintos no
identificables. Dado que el Derecho existe con independencia de su correspondencia
o no con una u otra concepción moral: una norma jurídica no tiene condicionada su
existencia a su moralidad; en todo caso, puede ésta afectar su eficacia o legitimidad,
mas eso es una cuestión distinta. El Derecho puede ser justo e injusto, aunque lo
deseable sea lo primero. Que una “conducta sea prescrita por el derecho no significa
que lo sea igualmente por la moral. La regla de derecho es un instrumento que sirve
para describir el derecho positivo tal como ha sido establecido por las autoridades
competentes. De aquí se desprende que el derecho positivo y la moral son dos
órdenes normativos distintos uno del otro.”
LECTURA COMPLEMENTARIA
DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA
(RAUL FERRERO)
La dignidad del hombre, o sea su grandeza esencial deriva de que existe para sí, así como de su
aptitud para realizar los valores. El derecho es la condición para que pueda realizarlos libremente.
Como quiere que el derecho es una forma de vida colectiva, debe tenerse presente que no trabaja
con las cualidades auténticas de los hombres, o sea las individualidades irreductibles, sino tan solo
con algunas formas genéricas de ellas, tales como los funcionarios, ciudadanos, particulares,
acreedores, delincuentes, tal como observa Recasens Fiches. En consecuencia, debe de tomar del
hombre aquellas categorías genéricas que dimanan de su función social y respetar la intimidad de
cada uno. Fundamentalmente, ha de garantizar la libertad, para que el hombre cumpla el destino a
que está llamado; la seguridad jurídica, o sea las reglas del juego, un orden cierto cuyo cumplimiento
permite al hombre dedicar su actividad a la consecución de su propio fin; y la justicia, que es el valor
más alto. Ella inspira el derecho y no se agota en un orden de legalidad, sino que continúa creando
normas a tono con las exigencias de la vida social.
El orden jurídico no es del todo justo, pero se dirige finalmente hacia la justicia. En efecto, el poder es
un atributo natural de la comunidad; el gobernante no manda por virtud de una facultad personal
sino por el hecho de ejercer una atribución de mando que se funda en el bien común. Solamente a
través de la ley puede ejercerse autoridad y es en ese sentido que se define el Estado de Derecho
como aquel en el que gobiernan las leyes y no los hombres. En efecto, si bien es verdad que quienes
gobiernan son hombres, o sea voluntades reales, no es menos cierto que esos hombres están
sometidos a una idea de derecho y a normas establecidas, las cuales condicionan inclusive la
creación de nuevas normas.
Así entendido, todo gobierno debe de adoptar un sistema que proteja los derechos humanos. Y por
ello es procedente siempre recordar los valores que la pasión de poder tiende a negar: Justicia,
derecho y Libertad. Tal como anota Legaz y Lacambra, la Justicia no siempre coincide con lo que
parece justo a un pueblo sino a la clase dominante o rectora, así como no debe de entenderse por
EQUIPO DE CIENCIAS SOCIALES – 2019
derecho la jurisdicidad formal ni una ideología encubridora de intereses. Tampoco la Libertad es el 3
desenfreno individualista sino la existencia de un medio social que permita la realización de las
personas.
FG
PROGRAMA DE
FORMACIÓN GENERAL
III. BIBLIOGRAFÍA