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EL ORDEN DEL DISCURSO

Edisson Estiven Niño Á,


Jennifer Paola Ospina M1

Vemos con gran importancia el enfoque que busca el autor al mostrarnos como el
discurso no solo se refleja ni genera conocimiento con el lenguaje formal, sino que
también se puede obtener un gran impacto con el discurso del día a día. ¿Qué tanto
poder puede ejercer un discurso sobre un pueblo vulnerable, donde la jerga común
no tiene tanta importancia como lo tiene un discurso formal? En toda sociedad la
realización de los discurso se encuentra regida por reglas estrictas que controlan la
información y la forma de los enunciados que nos presenta cada discurso, donde se
prohíbe decirlo todo; no hay ese derecho, cambiando así la idea y pensamiento
original para ofrecerle una verdad única a un pueblo.

“No hay que tener por qué miedo de empezar; todos estamos aquí para mostrarte que
el discurso está en el orden de las leyes, que desde hace mucho tiempo se vela por su
aparición; que se le ha preparado un lugar que le honra pero que le desarma, y que, si
consigue algún poder, es de nosotros y únicamente de nosotros de quien lo obtiene”.
(p.13)

Hoy es importante medir y objetar los alcances que puede tener un discurso, llegando
claramente hacer una gran influencia de forma positiva y dándole un poder a quien lo
ejerce bien sea idóneo; de una forma correcta o incorrecta, que permita movilizar una
población. Ayudándonos a percibir ideas nuevas que tal vez ejerzan un control y poder
sobre el pueblo: y esto se hace muy evidente en los discursos que ofrecen las
diferentes religiones durante toda la historia ya sea para un bien común, para motivar,
informar, crear orden o ejercer una autoridad. El poder del conocimiento nos
condiciona a crecer y permiten a una cultura pasar los límites que nos trazan y

1 Universidad Nacional De Colombia, Sede Bogotá, Filosofía Social.


dominan nuestro posible futuro. El discurso no se da en el vacío, se relaciona con
cada uno de sus segmentos; “los discursos que en el curso de los días y de las
conversaciones, y que desaparecen en acto mismo que los ha pronunciado; y los
discursos que están en el origen de cierto número de actos nuevos de palabras que
los reanudan, los transforman o hablan de ellos”. Esto ya sea para interferir o
transformarse y generando cambios en el orden de lo discursivo y talvez nunca
articulados fuera del discurso.

Los discursos, pensamos están elaborados para ejercer poder sobre una población
susceptible que sea fácil de moldear que enmascaran una realidad alejada de su
propio autor, articulándolo en diferentes marcos conceptuales, que se burlan de las
ambigüedades de las palabras. Lo que le da la veracidad a este discurso y que
permiten ser tomados como una verdad sin errores, son las palabras y conceptos
usados en cada uno de ellos que se forman creando una realidad difícil de refutar,
con gran coherencia y empatía burlan el orden del discurso y distorsionan con gran
facilidad sus verdaderas intenciones.

“No todas las partes del discurso son igualmente accesibles e inteligibles; algunas
están claramente protegidas (diferenciadas y diferenciantes) mientras que otras
aparecen casi abiertas a todos los vientos y se ponen sin restricción previa a
disposición de cualquier sujeto que hable” (p.39)

No está por bien decir que los discursos que vienen acompañados por realidades de
la vida cotidiana o que son de la jerga del común son el centro de una única verdad,
que sean catalogados como ciertos o irrefutables, podría parecer una exageración
poner en duda todos los discursos que carecen de una formación más intelectual y
convencional, que han generado un gran impacto en la sociedad llevando talvez a un
cambio. Pero que en su trasfondo tiene un contenido vacío y limitado dicho con las
palabras adecuadas que logra movilizar y crear nuevos pensamientos a raíz de este
mismo.

Ahora bien, durante toda nuestra historia ha habido una lucha por el poder inagotable,
algunas veces dejando de lado lo que realmente es importante y lo que en un inicio
dio la realización de dichos discursos; talvez si el poder sobre las multitudes no fuese
tan importante, no se crearían falsas realidades de los discursos o talvez si como
seres pensantes no necesitáramos de estas realidades falsas para tener una
esperanza de algo que talvez nunca llegue por lo que no sabremos con seguridad lo
que queremos o de lo que en un inicio nos llevó a creer en las posibles realidades. Lo
que nos lleva a crear discursos con una gran falacia pero que hace a una sociedad
feliz en el que hay un juego absurdo entre los que ejercen el poder y los que están
sedientos por ser sometidos a fantasías de algunas realidades. La enunciación
permite a diferentes grupos de población algunos discursos que los articulen entre
ellos pero que no permitan ver a los que se encuentran fuera de este grupo algunas
realidades que son solo para ellos y que cierran una verdad. “Todo sistema de
educación es una forma política de mantener o de modificar la educación de los
discursos, con los saberes y los poderes que implican” (p.45)

¿Dónde queda la ética y los valores infundidos durante toda la historia?, que castiga
la mentira sin permitir si quiera intentar dar razón por la cual se dice o se crea. Es
seguramente un discurso que sobrepasa lo que moralmente está bien y lo convierte
en una excusa brusca para ocultar una realidad inminente, que nos ha permitido vivir
de una forma confortable, pero que nunca nos permita saber lo que se encubre y
terminar con la fantasía en la que nos han tenido durante toda la historia.

“El discurso no es apenas más que la reverberación de una verdad que nace ante sus
propios ojos; y cuando todo puede finalmente tomar la forma del discurso, cuando todo
puede decirse y cuando puede decirse el discurso a propósito de todo, es porque todas
las cosas, habiendo manifestado e intercambiado sus sentidos, pueden volverse a la
interioridad silenciosa de la conciencia de sí”. (p.49)

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