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Dentro de los géneros más cultivados en Italia se encuentra la Frottola. Este género tendría su
correspondencia con el villancico español. Entre 1470 y 1530 en los círculos cortesanos de Italia,
especialmente en el centro y norte, éste fue un género muy prolífico. Este tipo de canciones están
construidas sobre el sistema polifónico, normalmente en cuatro partes: la voz más alta es
cantada por la solista mientras que las partes más bajas son interpretadas por distintos
instrumentos o por un solo laúd. En la obra “El Cortesano”, Castegliono habla de las diversas
maneras de interpretación de la música, y de su gusto por la música para voz y laúd, de ahí que
se suponga que ésta era una de las interpretaciones más dadas en la época. Si bien la frottola en
principio era cantada a varias voces y podía tener acompañamiento instrumental o no, las
transcripciones de frottole realizadas por Franciscus Bossinensis y publicadas por Ottaviano
Petrucci sirven como ejemplo de adaptación del género a una voz solista acompañada por un
instrumento que realizaba las voces restantes. Petrucci, editor musical que inventó el sistema de
impresión musical, llegó a publicar 11 antologías de frottolas. Los compositores más destacados
que cultivaron este género son Bartolomeo Tromboncino y Marchetto Cara. En relación a los
temas sobre los que tratan, las frotollas suelen centrarse en cuestiones relacionadas con el amor,
a través de escenas humorísticas basadas en la exageración y la vulgaridad. En ocasiones
también se aborda la pasión amorosa desde una perspectiva más seria y sentimental. La forma
de la frottola es variable en función de la parte de la península itálica donde se compusiera,
llegándose a encontrar variantes como la villota en Venecia o la villanesca en Nápoles.