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La amilasa es una enzima que es producida principalmente por el páncreas y las glándulas
salivales, y en mucha menor medida, aportan con su producción, el hígado y las trompas de
Falopio. Tiene un pH de 7. Cuando una de estas glándulas se inflama aumenta la producción de
amilasa y aparece elevado su nivel en sangre.
La amilasa es eliminada por medio de la orina, razón por la cuál, las personas en condiciones
normales, tienen concentraciones habituales, dentro de ciertos rangos, tanto en la sangre
como en la orina.
La amilasa, o más propiamente dicho, las amilasas, por que existe más de una isoforma, son
enzimas hidrolasas, que catalizan la hidrólisis de ciertos polisacaridos, concretamente
aminopectina, amilosa, glucógeno y sus productos parcialmente hidrolizados.
Una de las causas principales para que se puedan encontrar valores aumentados de amilasa en
sangre, y en consecuencia en la orina, es la inflamación del páncreas, (una pancreatitis, o
también, una inflamación de una glándula salival). Se puede identificar en laboratorio el orígen
exacto de la amilasa que ha aumentado, ya que se trata de isoenzimas, es decir, amilasas
estrechamente relacionadas pero diferentes, sin embargo, esto no es rutina en un laboratorio
clínico, ya que la sintomatología (la semiología clínica suele ser concluyente), y junto con un
examen de laboratorio de amilasa, se puede establecer perfectamente el orígen del aumento
de la amilasa.
En el caso de las pancreatitis agudas, los niveles de amilasa se elevan ya dentro de las 8 a 12
horas, alcanzando picos, es decir, elevaciones máximas a las 24 a 36 horas, volviendo a valores
normales unos dos o tres días después. En estos casos, los valores que se alcanzan en la
sangre, fácilmente pueden ser diez veces o más de lo normal.
Otras causas son una úlcera gástrica o duodenal perforadas, o en el infarto mesentérico.
Los niveles elevados de amilasa pueden ocurrir debido a:
• Pancreatitis aguda
• Colecistitis
• Gastroenteritis (grave)
• Oclusión intestinal
• Macroamilasemia
• Úlcera perforada
• Cáncer pancreático
• Daño al páncreas
• Nefropatía
El médico indica un análisis de amilasa cuando sospecha que puede haber un problema en el
páncreas, como una pancreatitis (inflamación del páncreas), cálculos o una obstrucción en el
conducto que transporta la amilasa y otras sustancias del páncreas al intestino delgado. Los
síntomas relacionados con una afección pancreática suelen ser dolor abdominal, fiebre,
pérdida del apetito o náuseas.
El análisis de amilasa también puede utilizarse para controlar a los pacientes con fibrosis
quística (una afección genética en la cual una mucosidad espesa obstruye las vías pulmonares
y los conductos del sistema digestivo, lo que causa infecciones en los pulmones y problemas
para absorber nutrientes. En la fibrosis quística, los niveles de amilasa en la sangre pueden
aumentar cuando la mucosidad obstruye los conductos pancreáticos que transportan las
enzimas que el intestino delgado necesita para digerir la comida correctamente.