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¿Describa efectos que produce la hiperglicemia?

La falta de insulina reduce la eficacia de la utilización periférica de la glucosa y aumenta la


producción de esta, con lo que los valores plasmáticos ascienden entre 300 y 1.200 mg/100 mi.
El incremento de la glucosa plasmática tiene numerosas consecuencias en todo el organismo. El
aumento de la glucemia produce pérdida de glucosa por la orina. La elevación de la glucemia
hace que se filtre más glucosa al túbulo renal de la que puede reabsorberse; el exceso de
glucosa se elimina con la orina. Así sucede, de ordinario, cuando la glucemia asciende por
encima de 180 mg/100 ml, valor conocido como «umbral» sanguíneo para la aparición de
glucosa en la orina. Cuando la glucemia se eleva hasta 300 a 500 mg/100 ml, valores habituales
en las personas con diabetes grave no tratada, no es raro que se pierdan 100 g o más de
glucosa todos los días por la orina. El aumento de la glucemia provoca deshidratación. Las cifras
muy elevadas de glucemia (a veces llegan a ser de hasta de 8 a 10 veces superiores a sus valores
normales en los enfermos con diabetes grave no tratada) pueden provocar una deshidratación
celular grave en todo el cuerpo. Esto sucede en parte porque la glucosa no difunde con facilidad
a través de los poros de la membrana celular y, en parte, porque el incremento de la presión
osmótica del líquido extracelular provoca la salida de agua desde la célula.
Además del efecto deshidratador celular directo del exceso de glucosa, la pérdida de glucosa
por la orina induce una diuresis osmótica. Esto significa que el efecto osmótico de la glucosa en
el túbulo renal reduce mucho la reabsorción tubular de líquido. El resultado neto es una
pérdida masiva de líquidos con la orina, la deshidratación consiguiente del compartimiento
extracelular y, por último, la deshidratación compensadora del compartimiento intracelular por
los motivos que se indicaron en el capítulo 26. Los síntomas clásicos de la diabetes son, por
tanto, poliuria (eliminación excesiva de orina), deshidratación intra- y extracelularypolidipsia
(aumento de la sed).La hiperglucemia crónica provoca lesiones tisulares. Si la glucemia no se
controla bien durante períodos prolongados, losvasos sanguíneos de muchos tejidos del
organismo comenzarán a alterarse y experimentarán cambios estructurales, con el consiguiente
deterioro del aporte de sangre a los tejidos, característico de la diabetes mellitus. A su vez, todo
ello incrementa el riesgo de infarto de miocardio, ictus, insuficiencia renal terminal, retinopatía
y ceguera, así como isquemia y gangrena de las extremidades.
La hiperglucemia crónica también daña otros muchos tejidos. Por ejemplo, la neuropatía
periférica (trastorno de la función de los nervios periféricos) y las alteraciones del sistema
nervioso autónomo constituyen complicaciones frecuentes de la diabetes mellitus crónica no
controlada. Estas alteraciones causan, a su vez, trastornos reflejos cardiovasculares,
alteraciones del control vesical, disminución de la sensibilidad de los miembros y otros
síntomas de lesión de los nervios periféricos. Los mecanismos exactos que inducen las lesiones
tisulares de la diabetes no se conocen por completo, pero es probable que se deban a los
numerosos efectos que la hiperglucemia y otras anomalías metabólicas ejercen sobre las
proteínas de las células endoteliales y del músculo liso vascular, así como de otros tejidos.
Además, los enfermos con diabetes desarrollan a menudo una hipertensión secundaria a la
lesión renal y aterosclerosis, secundaria al metabolismo anómalo de los lípidos, que multiplican
el daño tisular causado por la hiperglucemia. La diabetes mellitus aumenta la utilización de las
grasas y produce acidosis metabòlica. El cambio del metabolismo de los hidratos de carbono al
de los lípidos en la diabetes favorece la liberación de cetoácidos, como el ácido acetoacético y
el ácido |3-hidroxibutírico, hacia el plasma; esta liberación es más rápida que su captación y
oxidación por las células de los tejidos. En consecuencia, el enfermo sufre una acidosis
metabólica grave por exceso de cetoácidos que, junto con la deshidratación inducida por la
excesiva diuresis, provocan una acidosis intensa. De este modo se establece enseguida el coma
diabético y sobreviene la muerte, salvo que la situación se corrija de inmediato con grandes
dosis de insulina.
En la acidosis diabética se ponen en marcha las compensaciones fisiológicas habituales de la
acidosis metabòlica, entre ellas una respiración rápida y profunda para incrementar la
eliminación de dióxido de carbono. Con ello se amortigua la acidosis, pero también se reducen
las reservas extracelulares de bicarbonato. Los riñones compensan esta pérdida reduciendo la
eliminación de bicarbonato y produciendo nuevo bicarbonato, que se añade al líquido
extracelular. Aunque la acidosis extrema sólo sucede en los casos más graves de diabetes no
controlada, cuando el pH de la sangre cae por debajo de 7, el coma acidótico y la muerte
pueden producirse en horas. La figura 78-11 ilustra los cambios generales de los electrólitos de
la sangre en una acidosis diabética intensa. La utilización excesiva de las grasas por el hígado
durante mucho tiempo hace que la sangre circulante se sature de colesterol y que este se
deposite en las paredes arteriales. Por tanto, se desarrollan una arteriosclerosis grave y otras
lesiones vasculares, como se señaló con anterioridad. La diabetes provoca la pérdida de las
proteínas del organismo. La falta de uso de glucosa con fines energéticos conlleva una mayor
utilización y un menor almacenamiento de las proteínas y de la grasa. Por tanto, la persona con
una diabetes mellitus grave no tratada experimenta un adelgazamiento rápido y astenia (falta
de energía), aunque consuma grandes cantidades de alimento (polifagia). En ausencia de
tratamiento, estas alteraciones metabólicas provocan una gran atrofia de los tejidos corporales
y la muerte a las pocas semanas.
¿Cómo se encuentra el balance de glucosa en el paciente?
La paciente presenta una glucosa plasmática en ayunas de 180 mg/dl
¿Cuál es la respuesta hormonal en esta ocasión?
La insulina es la principal hormona anabólica del organismo. Los alimentos ingeridos elevan
inicialmente la glicemia, lo que produce secreción de insulina pancreática. Lainsulina actúa
sobre receptores específicos a nivel de membrana de células blanco, sobre todo a nivel de
tejidos como hígado, adipositos, y músculo. En estos se estimula la utilización celular y el
almacenamiento de la glucosa no utilizada en forma de glucógeno, proteínas y sobre todo
tejido adiposo.
Cuando la elevación de la glicemia sérica postprandial no es capaz de estimular la secreción de
insulina, por haber lesión de las células β de los islotes de Langerhans pancráticas, se produce
un estado catabólico, que aumenta la glucogenolísis, proteolísis y en forma muy importante, la
lipólisis, que junto a la disminución en la captación celular de glucosa, produce un estado de
hipoglicemia intracelular a pesar de la hiperglicemia extracelular existente, que es responsable
del aumento en la osmolaridad plasmática.
La lipólisis exagerada, además del signo clínico de pérdida importante de peso corporal es
responsable de la producción de cuerpos cetónicos (ácido hidoxibutírico, ácido acetoacético y
acetona) lo que explica inicialmente la cetosis (presencia de cuerpos cetónicos en el plasma) y
posteriormente la cetoacidosis,
La hipoglicemia intracelular es responsable de la secreción excesiva de hormonas
contrarreguladoras las cuales tienden a elevar aun más la glicemia en el medio extracelular,
entre estas el cortisol, glucagòn, hormona de crecimiento y catecolaminas. Esta condición
empeora la hiperglicemia existente, la hiperosmolaridad y el estado de cetoacidosis.
La hiperglicemia es responsable de la diuresis osmótica, que va a producir poliuria, y pérdida de
electrolitos con sed intensa (polidipsia) y deshidratación con gran pérdida de electrolitos,
principalmente K+, Mg++, Na++, Cl- perdidos por el arrastre de la diuresis osmótica.
El grado de lipólisis y proteolísis junto a la deshidratación y acidosis explica la pérdida de peso.
Se agrava con la duración de esta situación y de no ser corregida rápidamente esta condición
metabólica lleva a la muerte del paciente.
¿Qué tipo de diabetes presenta?
La paciente presenta diabetes tipo 1, esta patología es mas común en niños y jóvenes se
diagnostican al presentar hiperglucemia sintomática y a veces cetoacidosis diabética (CAD).
Algunos presentan una fase prolongada pero transitoria, con glucemias casi normales después
del comienzo agudo de la enfermedad (fase de luna de miel), causada por la recuperación
parcial de la secreción de insulina.
¿Qué complicaciones presenta?
Neuropatía diabética: La neuropatía diabética se produce como resultado de la isquemia
nerviosa causada por la enfermedad microvascular, además de por los efectos directos de la
hiperglucemia sobre las neuronas y los cambios metabólicos intracelulares que afectan la
función de los nervios (diesmilenizacion). La neuropatía diabética incluye diversos síndromes
clínicos, entre los más frecuentes la neuropatía periférica y la neuropatía autonómica, la
paciente presenta neuropatía periférica ya que examen físico se refiere que manifiesta
hiperestesia.
Cetoacidosis:La cetoacidosis diabética (CAD) es el estado final de una deficiencia relativa o
absoluta de insulina combinado con un aumento de las concentraciones de hormonas
contrareguladoras (glucagon, catecolaminas, cortisol, hormona del crecimiento) que
generalmente ocurre en los pacientes con DM tipo 1, sin embargo puede presentarse en niños,
adolescentes y adultos con DM tipo 2. Puede ser el signo inicial de DM en 15%-25% de los
casos. Los parámetros diagnósticos comprenden glucosa plasmática > 250 mg/dL con signos y
síntomas característicos (deshidratación, shock, alteración de la conciencia. respiración
acidótica, aliento cetónico, taquicardia, respiración de Kussmaul etc.) y pH arterial < 7.30,
bicarbonato sérico < 15 mEq/L, cetonuria y/o cetonemia. De todos los parámetros diagnósticos
la hiperglucemia es el más variable y no debe utilizarse para valorar la gravedad del cuadro.
Existen condiciones en los que el paciente cursa con cetoacidosis pero su glucosa se encuentra
en valores normales (hasta en el 18% de los casos): embarazadas, personas con insuficiencia
hepática y alcohólicos.

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