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ARTE SICODÉLICO, arte hippie

Cartel de Wes Wilson y Bill Graham, de 1967.

Las líneas que siguen son un resumen de un reportaje firmado por Jacques Mousseau y

publicado por la “revista vanguardista que indagaba en el futuro” Horizonte” (dirigida

por Antonio Ribera Jordá) en el número 5 del año 1969, en pleno auge del movimiento

hippie. En España la contracultura hippie y su expresión artística en forma de música,

escritura o pintura no se comenzó a conocer hasta finales de los sesenta o incluso ya


comenzada la siguiente década, periodo en el que la dictadura daba sus últimos coletazos.

En relación con la producción musical realizada en España y ligada al “movimiento” hay un

libro interesante escrito por Pepe García Lloret, durante muchos años vecino del barrio de la

Prosperidad (lo digo por si a alguien le resulta relevante el dato), que profundiza en el

asunto con bastante criterio pedagógico.

Cartel de una exposición en la Galería Moore de San Francisco, (1968).


“El Pop Art o el Op Art expresaban la adhesión al tiempo que se vivía, exaltando sus

elementos más vanguardistas. El Arte Hippy o Arte Psicodélico, paralelo a la cultura de los

alucinógenos (marihuana, mescalina y LSD), de la que hicieron símbolo de ruptura, pero no

por ello elemento imprescindible para el proceso creativo, manifiesta su oposición a los

valores establecidos. Es una producción que se nutre del Art Nouveau de 1900 y al que

también le atraen la mística y la cultura oriental. La filosofía interiorista de oriente y su

psicología que profundiza en el individuo, y las referencias a lo fantástico y sobrenatural de

la cultura occidental constituyen la savia que alimenta al movimiento. Jerónimo

Bosco influirá en estos artistas, así como algunos escritores británicos del estilo de William

Blake, precursor del movimiento Romántico en el siglo XVIII, o pintores como Aubrey

Beardsley, dibujante inglés del siglo XIX de estilo recargado, típico del momento“.
Diseño de Moscoso, 1968.

“Destacan en estas creaciones hipies los colores vivos y la armonía general. A pesar de los

contrastes acusados de elementos yuxtapuestos, formando mosaicos de motivos variados,

los collages consiguen mostrar una unidad de contenidos. El sociólogo Mac Luham afirmó que

la televisión había transformado la forma de ver el mundo, hasta entonces monopolizada por

el libro, único medio de conocer la realidad. Estos son algunos de los cinco artistas más

importantes del movimiento, autores de pinturas y collages: Wes Wilson, Victor

Moscoso, Rick Griffin, Stanley Mouse y Alton Kelly. Los cinco melenudos, barbudos y

ataviados según los cánones de Haight Ashbury (San Francisco)”.


Portada de The Oracle (1968).

“Creadores de un arte que ha alcanzado la misma cotización que la pintura tradicional y ha

conquistado a los más ricos coleccionistas americanos... Del mismo modo que en la Belle

Époque los artistas cultivaban con profusión los carteles (Manet, Bonnard, Toulouse-

Lautrec, Hucha), para esta generación de pintores su obra más importante es el poster.”

(Resumen del texto de Jacques Mousseau, Revista Horizonte, Núm. 5, Barcelona, 1969.

Págs. 98-108)
Cartel de Wes Wilson de 1968.

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