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Un bebé recién nacido desde el primer día distingue sonidos y responde a los mismos,
además discrimina las intensidades.
c) Un bebé voltea hacia el lugar de donde proviene el sonido; sin embargo, si éste
cambia muy rápido de lugar, el bebé tendrá dificultad para adaptarse a estos cambios y
percibir el lugar de dónde viene.
Existe todo un proceso por el que pasa esa vibración sonora en el aire para ser
traducida como un determinado sonido, involucrando a las diferentes partes que
componen el sistema auditivo. Se distinguen lo sonidos por experiencias previas que
están grabadas en la memoria. Ahora brevemente se explica cómo es que se distingue
la variación en la altura tonal y el volumen de un sonido.
Para poder recibir la percepción visual es necesaria que haya una cantidad mínima
de luz, la cual reflejada en los objetos que están a su alrededor permite una imagen
visual comenzando así la percepción. Este proceso se da con los ojos abiertos, para
mirar a la derecha, izquierda, abajo o arriba. Los ojos que tienen movimientos que
pueden tener una fijación visual de esos objetos de interés en la fóvea (área central de
la retina que permite ver con nitidez) y son estos mismos movimientos oculares que
permiten mantener la mirada fija en algo, aunque esté el objeto u observador en
movimiento.
Para que la percepción visual pueda tener lugar. En primer lugar, lógicamente, es
preciso que en nuestro entorno existan elementos que puedan ser percibidos (estímulo
distal). Sin embargo, además, tiene que haber una cantidad mínima de luz en el
ambiente.
Es importante destacar que la percepción visual puede ser engañada de forma fácil.
Hay otros errores en la percepción visual, mejor llamados déficits, de los cuales
podemos mencionar las anomalías en la percepción del color, en las cuales el individuo
no es capaz de detectar las diferencias entre los colores. También está la ataxia óptica,
en la cual se pierde la capacidad visual para guiar el movimiento. La agnosia visual, en
la cual se pueden apreciar los objetos pero carentes de significado. La prosopagnosia,
en la cual el individuo pierde la capacidad de reconocer los rostros humanos.
Es importante destacar que sin las funciones correctas de estos sentidos nuestro
cuerpo sufre daños tanto físicos como psicológicos. Gracias a estas percepciones
podemos tener un mejor equilibrio para poder desarrollarnos a lo largo de nuestras
vidas.