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Universidad Externado de Colombia

Historia de Colombia
Sophia G. Daza Travecedo
Antropología VIII

Cuando las realidades se tensionan: El suicidio de un religioso en el ocaso de la


sociedad neogranadina en el siglo XIX.

Adriana María Alzate, historiadora y literata de la Universidad de Antioquia (Universidad


del Rosario, s.f.) quien ha investigado a profundidad aspectos fundamentales sobre los
saberes médicos, su profesión y otros aspectos sobre la salubridad, vinculados a la historia
social del país, entre otros temas; en “Francisco Felipe del Campo y Rivas (1802) Homicidio
de sí mismo en Santafé de Bogotá” (2005) propone una microhistoria sobre el padre
Francisco Felipe del Campo y Rivas, una joven promesa académica y social en la comunidad
eclesiástica santafereña del siglo XIX quien decide cometer “homicidio de sí mismo” y que
a raíz de este acontecimiento, provoca una suerte de efervescencia y conmoción en la
sociedad capitalina de ese entonces.

El texto de la autora es interesante por varias razones: no sólo nos da pistas de lo qué significó
el suicidio1 de una autoridad eclesiástica, quien supondría ser el ejemplo moral para una
sociedad que se rige por unos códigos religiosos particulares, sino que también, logra entrever
de qué manera la sociedad está ordenada, cómo era la sociedad santafereña en aquel entonces,
y, sobre todo, quiénes concentraban el poder político y moral sobre la sociedad. Una
microhistoria, entonces, puede enfocarse en un evento particular de la historia, apenas una
pequeña parte de ella. Sin embargo, esa microhistoria contiene un contexto social, político,
y cultural; posee unos códigos culturales que además son normativos, en los que los
personajes se ven inmiscuidos y en donde la relevancia histórica radica muchas veces en las
fugas y puntos de quiebre: Es a través de hechos particulares que rodean la muerte de un
individuo, donde la autora pone de relieve la importancia de cómo mediante la descripción
de un evento micro, pueden describirse aspectos macro sobre la sociedad y en este punto, es
donde más quisiera ser enfática, en resaltar la ventaja metodológica e investigativa que nos
puede aportar este tipo de microhistorias en el análisis de la cultura, en las herencias
socioculturales de La Colonia que en últimas, nos definen como sociedad hoy en día. Por
ejemplo, aún hoy en el presente el suicidio sigue comprendiéndose como algo

1
El término es anacrónico ya que en la época a la que la autora hace referencia, este tipo de muertes eran
enunciados bajo otro tipo de conceptos acordes a la semántica de la época. Respecto a esto, la autora dice: “El
suicidio es un concepto moderno, en inglés, la palabra surgió solo alrededor de 1650 y en las lenguas francesa
o italiana no lo hizo antes del siglo XVIII. En español, hasta el siglo XVIII lo que hoy conocemos como
“suicidio” se designaba con la expresión “homicidio de (contra) sí mismo” (Alzate, 2005, p. 133).

1
desestructurante en la sociedad por las connotaciones morales y religiosas de las que el
trasegar de la historia ha mantenido vigentes.

Asimismo, otro de los otros aspectos relevantes que logra develar el texto de Alzate (2005)
tiene que ver con la personalidad literaria de la que se apodera el escrito. Dicho de otra
manera, en la medida en que el lector se adentra en la narración de la autora, se alcanza a
percibir una suerte de rumor histórico que pareciera decirnos que ese acontecimiento no
sucedió dos siglos atrás, sino que dota al relato de una tangibilidad impresionante. Por demás,
valdría la pena reflexionar sobre el arduo trabajo de archivo que, de seguro, comprendió la
investigación de la historiadora en cuanto a escudriñar en los vacíos históricos, en los relatos
colectivos (que afortunadamente estaban por escrito) sobre el suicidio del religioso y que, de
otra manera, no hubiese logrado oscilar entre lo que se sabe que históricamente pasó (gracias
al archivo) la descripción y los registros del evento como tal, y además a lo que le apuesta el
rol de la memoria en cuanto se refiere a la narración de los relatos de las personas que
presenciaron el evento.

Por otro lado, la autora desarrolla de manera juiciosa una revisión histórica y social sobre la
comprensión del suicidio a través del tiempo. Incluso, se remite a los postulados filosóficos
de grandes pensadores romanos como Séneca o Plinio El Viejo para exponer lo que se ha
dicho y pensado acerca de la negación o justificación de este tipo de actos. Ahora, se podría
decir que el meollo del texto radica en una figura dialéctica que mucho tiene que ver con el
orden y el desorden en la sociedad: El orden que aparece desde el establecimiento de una
serie de códigos normativos y estructurantes en la sociedad y el desorden, por otro lado, como
puntos de fuga y grietas que responden negativamente al establecimiento de esas reglas
sociales y también, morales. De alguna u otra manera, la sociedad debe permitirse estas dos.

Por último, es importante mencionar el poder que le asigna la historiadora a la memoria como
una forma loable de acceder a huellas y rastros que acompañan el ejercicio historiográfico.
Esto en contraposición a lo que suscitaría Enzo Traverso (2007) en la cual encuentra la
historia “un dispositivo de dominación” en donde se encuentra el pasado “como un relato
apolojético del poder” (p.26). Es decir, en las fuentes historiográficas más fiables,
seguramente la historiadora encontró las formas en como un hecho vergonzoso, bochornoso
y antimoral, puede ser limpiado2; pero en el otro lado de la moneda, son las memorias las que
alertan sobre los rasgos más profundos de la cultura y esos aspectos disidentes, vergonzosos,
innombrables, execrables que también hacen parte de la mentalidad de una época.

2
En el caso del religioso Francisco Felipe del Campo y Rivas, a pesar de que cometió suicidio y que este acto
es condenable en los códigos de la religión católica, se le concedió el perdón y fue enterrado en el panteón de
la antigua Catedral alegando que el religioso sufría de enajenación (Alzate, 2005, p.140).

2
Bibliografía
Universidad del Rosario. (s.f.). Universidad del rosario. Profesores. Recuperado el 10 de
Febrero de 2019, de Urosario.edu.co:
http://www.urosario.edu.co/Profesores/Listado-de-profesores/A/Alzate-Echeverri-
Adriana-Maria/
Alzate Echeverri, A. M. (2005). Francisco Felipe del Campo y Rivas (1802): Homicidio de
sí mismo en Santafé de Bogotá. En M. (. Hering, Microhistorias de la transgresión.
(págs. 117-155). Bogotá D.C: Universidad Nacional de Colombia; Universidad del
Rosario; Universidad Cooperativa. .
Traverso, E. (2007). El pasado, instrucciones de uso: Historia, Memoria, política. Madrid.:
Marcial Ponds.

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