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No obstante, los trabajadores que deciden usar su propia dotación, con ocasión del
estado malogrado de los implementos suministrados por el contratante o
empleador, pueden solicitar al juez el pago de los mismos, ya que el aumento en el
riesgo estimulado por el empleador no puede interpretarse como un rechazo
voluntario del trabajador frente a la dotación.
En este evento, por el contrario, se entiende como una denegación forzosa que
condujo al trabajador a la necesidad de cubrir los gastos de su propia protección.
En todo caso, se debe valorar el caso concreto y examinar si los implementos son
aptos para el desarrollo de las funciones encomendadas.
ARTÍCULO 9.El artículo 230 del Código Sustantivo del Trabajo, quedará así:
Artículo 230. Suministro de calzado.Todo patrono que habitualmente ocupe uno (1) o más
trabajadores permanentes, debe suministrar cada seis (6) meses, los días treinta (30) de junio y
veinte (20) de diciembre, en forma gratuita, un (1) par de zapatos de cuero o caucho, a todo
trabajador cuya remuneración sea inferior a ciento veintiún pesos ($121.00) mensuales.
Tienen derecho a esta prestación el trabajador que en cada periodo semestral haya cumplido más
de tres meses al servicio del patrono.
El Ministerio del Trabajo señaló que la dotación consistente en un par de zapatos y
un vestido de labor, la cual debe ser entregada por el empleador tres veces al año
(abril 30, agosto 31 y diciembre 20), a quien haya cumplido más de tres meses a su
servicio y que devengue hasta dos salarios mínimos mensuales, debe ser acorde a
las necesidades y al ambiente en que se desarrolle el trabajador. (Lea: Para efectos
contables, la dotación se considera como un beneficio a los empleados)
En efecto, el alto tribunal explicó que mientras este último esté vigente el pago de la
dotación no se puede efectuar en dinero y en el evento en el que el empleador no la
haya suministrado y se produzca el retiro del servicio del empleado debe reconocer,
en su lugar, una indemnización.
La Ley 70 de 1988, en el artículo 115, estableció el derecho al suministro de la
dotación de calzado y de vestido de labor para los empleados públicos del orden
nacional al servicio de los ministerios, departamentos administrativos,
superintendencias, establecimientos públicos, unidades administrativas especiales,
empresas industriales y comerciales de tipo oficial y sociedades de economía mixta
del nivel nacional, siempre que su remuneración mensual fuera inferior a dos veces
el SMMLV y cumpliera más de tres meses al servicio de la entidad.
Luego, el Decreto 1978 de 1989, en el artículo 116, amplió este beneficio para los
empleados públicos y trabajadores oficiales de las entidades territoriales, aunque
en su artículo 2º determinó que no constituye salario ni factor salarial y su entrega
debe realizarse los días 30 de abril, 30 de agosto y 30 de diciembre de cada año.
(Lea: Dotación de vestido y calzado de labor no debe confundirse con elementos de
protección personal)
Finalmente, el Decreto 1919 del 2002, en su artículo 118, otorgó este derecho a
partir de la fecha de su expedición, es decir, desde el 27 de agosto del 2002, a los
empleados pertenecientes a las entidades del sector central y descentralizado de la
rama Ejecutiva de los niveles departamental, distrital y municipal (C. P. Gabriel
Valbuena).