Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Rubén. Era el primero de todos los hijos de Jacob. Aunque había perdido el derecho
a la bendición (véase el encabezamiento 7-28), tal vez no aceptaba la realidad de
ese hecho.
Simeón. Como era el segundo hijo de Lea y el que seguía a Rubén, pudo haber
supuesto que la primogenitura le correspondería, al perderla Rubén.
Judá. Pudo haber argumentado que no solamente Rubén había perdido el derecho,
sino que también Simeón y Leví por causa de la masacre de los siquemitas (véase
Génesis 34). La descalificación de estos hijos habría hecho de él el heredero legal.
Dan. Puesto que su madre, Bihla, era considerada propiedad de Raquel, pudo haber
argumentado que era él el primogénito de Raquel, y no José, y, por lo tanto, habría
tenido el derecho de recibir la bendición perdida por Rubén.
Gad. Era el primogénito de Zilpa y fácilmente pudo haber pensado que era él quien
debía haber recibido la bendición en lugar de Rubén.
Los sueños de José (véase Génesis 37:5-11), que claramente indicaban su futuro
llamamiento como líder, sirvieron para aumentar el resentimiento de los otros
hermanos hacia él.
(S-7) Génesis 38:5-11. ¿Por qué Tamar tuvo que casarse con los hermanos de su
esposo?
Las antiguas costumbres del Medio Oriente establecían que el hermano del esposo
difunto tenía que casarse con la viuda. Bajo la dirección de Moisés, esta costumbre
pasó a ser ley (véase Deuteronomio 25:5-10). El propósito de tal casamiento era
que hubiera un heredero varón para el fallecido y así perpetuar su nombre y
memoria. Morir sin dejar un hijo era considerado una gran calamidad, porque el
linaje del hombre no podía continuar y sus propiedades pasaban a la familia de otra
persona (por medio de las hijas, si las tenía, o por medio de otros parientes). Es
posible que Onán, quien en virtud de la muerte de su hermano mayor hubiera sido
el heredero de Judá, rehusara levantar simiente a través de Tamar, porque entonces
la herencia habría quedado en la familia del hermano fallecido y no en la suya. El
se casó con Tamar para cubrir las apariencias, pero rehusó permitir que tuviera
hijos. De este modo, cuando Judá no quiso guardar su promesa de enviarle al hijo
menor, Tamar recurrió al engaño a fin de poder concebir y obtener todo lo que por
derecho le pertenecía.
(8-9) Génesis 39:9. ¿Qué razones tuvo José para rechazar a la esposa de Potifar?
La reacción de José ante las insinuaciones de la esposa de Potifar muestra su gran
rectitud personal. El rey Benjamín dijo a los nefitas: “Cuando os halláis al servicio
de vuestros semejantes, sólo estáis en el servicio de vuestro Dios” (Mosíah 2:17).
Si ese principio fuera expresado negativamente, diría: “Cuando pecáis contra
vuestros semejantes, sólo estáis pecando contra vuestro Dios”. José entendía
perfectamente este principio, y respondió a la esposa de Potifar señalando que sería
terrible aprovecharse de su amo en esa forma. Dio el siguiente paso lógico al
expresar: “¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” (Génesis
39:9.)
(8-13) Génesis 41:8. ¿Por qué los sabios de Egipto no fueron capaces de interpretar
los sueños de Faraón?
Muchos suponen que los magos de Egipto no fueron capaces de comprender los
sueños de Faraón, y, sin embargo, hasta cierto punto, es sorprendente que estos
magos no hayan presentado alguna clase de explicación lógica usando su bien
conocido simbolismo.
(8-18) Génesis 43:32. ¿Por qué era abominación para los egipcios comer con los
hebreos?
Varias deidades egipcias eran representadas en forma de ganado, especialmente
de vacas. Puesto que los hebreos eran pastores y mataban y comían ganado,
machos o hembras, esta práctica sin duda era considerada una terrible abominación
para los egipcios. Cualquiera que fuera la razón, José respetaba la costumbre de
los egipcios, y por lo tanto, los hebreos comían por separado. (Véase Keil y
Delitzsch, Commentary, 1:1:362; Clarke, Bible Commentary, 1:245; confrontar con
Génesis 43:34.)
(8-19) Génesis 45:4-8. José: un símbolo de Jesucristo
Esta tierna escena, en la cual José finalmente se dio a conocer a sus hermanos,
demuestra la naturaleza de su carácter, tan semejante al de Cristo. Perdonó sin
amargura, amó aun cuando ese amor era inmerecido y supo reconocer la mano del
Señor en todo lo que había sucedido. Pero su semejanza con Cristo es mucho más
profunda. Tal como dijo Nefi, todas las cosas desde el principio del mundo fueron
dadas para simbolizar a Cristo (véase 2 Nefi 11:4; Moisés 6:63). Ya se ha
demostrado cómo Abraham fue un símbolo del Padre e Isaac de Jesucristo cuando
Abraham recibió el mandamiento de ofrecer a Isaac en sacrificio. Este acto fue “una
semejanza de Dios y de su Hijo Unigénito” (Jacob 4:5).
El élder Bruce R. McConkie enseña que todos los profetas son símbolos de Cristo:
“Un profeta es aquel que tiene el testimonio de Jesucristo, que sabe, por las
revelaciones del Espíritu Santo a su alma, que Jesucristo es el Hijo de Dios. Además
de este conocimiento divino, muchos de ellos vivieron en situaciones especiales o
hicieron algo en particular que los convirtió en símbolos de aquello que sucedería
en la vida de quien es nuestro Señor”. (The Promised Messiah, pág. 448.)
Del mismo modo, la vida y misión de José tipifican la vida y misión de Jesús.
Considere lo siguiente:
1. José fue el hijo predilecto de su padre; también lo fue Jesucristo del suyo (véase
Génesis 37:3; Mateo 3:17).
2. José fue rechazado por sus hermanos, los israelitas, tal como lo fue Jesucristo
(véase Génesis 37:4; Juan 1:11; Isaías 53:3; 1 Nefi 19:13-14).
3. José fue vendido por sus hermanos a manos de gentiles, igual que Cristo fue (véase
Génesis 37:25-27; Mateo 20:19).
5. José fue vendido por veinte piezas de plata, el precio de un esclavo de su edad.
Cristo fue vendido por treinta piezas de plata, que era el precio correspondiente a
un esclavo de su edad. (Véase Génesis 37:28; Mateo 27:3; Exodo 21:32; Levítico
27:5.)
9. José proporcionó pan a Israel y salvó de la muerte a ese pueblo, sin pedir nada a
cambio. Jesucristo, el Pan de Vida, hizo lo mismo por todos los hombres. (Véase
Génesis 42:35; Juan 6:48-57; 2 Nefi 9:50.)
(8-22) Génesis 48:22. ¿Cuál fue la porción qué Jacob dio más a José que a sus
hermanos?
“José, hijo de Jacob, por motivo de su fidelidad e integridad a los propósitos del
Señor, fue recompensado con la primogenitura en Israel. Era costumbre en aquellos
tiempos conferir sobre el hijo primogénito privilegios y bendiciones especiales, y se
consideraba que éstos le pertenecían por derecho de nacimiento. Rubén, el primero
de los hijos de Jacob, perdió la primogenitura por causa de transgresión, y se
confirió sobre José, el más digno de todos los hijos de Jacob (1 Cr. 5:1, 2).
“Cuando Jacob bendijo a José, le otorgó una porción o herencia doble entre sus
hermanos en Palestina, y también la bendición de la tierra de Sión, el término de los
collados eternos’. También lo bendijo con las bendiciones de los cielos de arriba,
del abismo que está abajo y de posteridad (Génesis 49:22-26). Jacob también
bendijo a los dos hijos de José con las bendiciones de su padre, las cuales ellos
heredaron, y colocó a Efraín, el menor, adelante de Manasés, el mayor, y por
inspiración del Señor confirió sobre Efraín la primogenitura en Israel.”
(Smith, Doctrina de Salvación, tomo III, pág. 236.)
(8-23) Génesis 49:1-20. ¿En qué se basó el Señor para decidir qué tribus tendrían
prominencia?
“A través del estudio detenido y de la consideración de las bendiciones del Señor
pronunciadas por medio de Jacob sobre sus doce hijos, se hace evidente que no
todos iban a recibir equitativamente de las promesas del Señor.
“Es evidente que las bendiciones dadas a Judá y a José fueron superiores a las
pronunciadas sobre sus hermanos.” (Richards, Israel! Do You Know?, págs. 9-10.)
Las actividades de cada persona en la vida premortal influenciaron en su nacimiento
bajo situaciones particulares en esta tierra. El presidente Harold B. Lee hizo esta
observación:
“ ‘Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, cuando hizo dividir a los hijos de
los hombres, estableciólos límites de los pueblos según el número de los hijos de
Israel.’ (Deuteronomio 32:8.)
“Ahora bien, esto fue lo que dijo a los hijos de Israel antes de que llegaran a la ‘tierra
prometida’:
“Parece bien claro, entonces, que los descendientes de Jacob, quien más tarde fue
llamado Israel, y su posteridad, quienes se conocen como los hijos de Israel,
nacieron del linaje más ilustre entre los que vinieron a la tierra como seres mortales.
“La gran bendición dada a Judá es que la misma contemplaba la venida de Siloh,
quien recogería para sí a su pueblo. Esta profecía concerniente a Siloh ha sido tema
de varias interpretaciones rabínicas y cristianas y objeto de considerable
controversia. La interpretación dada a este pasaje por la Iglesia Mormona está
basada en la revelación dada a profetas modernos, no en comentarios de eruditos.
Fue revelado a José Smith que Siloh es el Mesías. (”A Message to Judah from
Joseph”, Ensign, diciembre de 1976, pág. 71.)
(8-25) Génesis 49:22-26. ¿Qué importancia tiene la bendición de José?
“Hay varios puntos que debemos comprender en esta profecía. Primero, él llegaría
a ser padre de una multitud de naciones, y es fácil entender lo que esto significa.
En segundo lugar, sus vástagos se extenderían sobre el muro. ¿Qué significa eso?
El Señor tenía un significado para cada cosa, y esto significa que la tribu de José
se tornaría tan numerosa que necesitaría más espacio que el disponible en una
pequeña heredad en Canaán; que se extendería e iría a una tierra ubicada a gran
distancia…
“La bendición particular de José, la cual acabo de leeros, era que gozaría de
posesiones mayores que las de los progenitores de Jacob, hasta los extremos de
los collados eternos. Esto parece indicar una tierra muy distante de Palestina.”
(Orson Pratt, Journal of Discourses, 14:9.)
La simiente de José llegó a América cuando Lehi y su familia dejaron el
Mediterráneo y se dirigieron al continente americano. La tierra de América es
señalada específicamente por el Señor como la tierra reservada para “un resto de
la casa de José” (3 Nefi 15:12).
RESUMEN ANALITICO
(8-28) Escriba un ensayo o una composición corta acerca del tema “José en Egipto:
Un modelo de rectitud”. El propósito de esta pequeña composición no es resumir la
historia de José sino de mostrar en qué forma se puede aplicar a nuestra vida hoy
en día. ¿Cómo puede un Santo de los Ultimos Días imitar el ejemplo de José en su
vida diaria? Al preparar el ensayo, considere lo siguiente:
“José demostró categóricamente por qué era favorecido por el Señor, o, como dicen
las Escrituras, por qué ‘Jehová estaba con José, y fue varón próspero’ (Génesis 39).
Su confianza estaba puesta en el Señor, y su lealtad era para el Señor.
“Creo que ésta es la lección más grande que la juventud de Sión puede aprender:
hacer lo recto por amor al Señor. Me parece que esto es tan importante que si hacéis
algo en rectitud por otra razón que no sea por amor al Señor, está mal hecho…o
por lo menos podéis considerar que estáis en terreno inseguro, ya que llegará el
momento en que vuestras razones para actuar en justicia no serán suficientemente
fuertes para sosteneros. Daréis lugar a la conveniencia, o a la presión de los que os
rodean, o al honor, la fama, al reconocimiento del mundo, o a las circunstancias del
momento, o a alguna otra razón mundana. A menos que vuestros motivos estén
afianzados en el firme cimiento del amor al Señor, no podréis contener la avalancha
del mal.” (Hartman Rector, hijo, “Live above the Law to Be Free”, Ensign, enero de
1973, pág. 130.)
(8-29) Al reflexionar acerca de lo que acaba de leer concerniente a la bendición que
cada hijo de Jacob recibió de su padre, pregúntese cuál será el gran valor de la
bendición que recibió cada uno y de qué manera les ayudó a enfrentar los
problemas que tuvieron en su vida. Considere las consecuencias de esa bendición
sobre la posteridad de cada uno de ellos y sobre toda la humanidad. Como
descendiente de Israel, usted se enfrenta a los mismos desafíos de la vida que ellos.
¿En qué forma puede aplicar a su vida las grandes verdades que contiene la
bendición a la que tiene derecho para ayudarle a desarrollar al máximo y servir mejor
al Señor?
El élder Bruce R. McConkie ha comentado al respecto:
“Casi todos los miembros de la Iglesia son descendientes literales de Jacob, quien
dio bendiciones patriarcales a sus doce hijos, prediciendo lo que les sucedería tanto
a ellos como a su posteridad. (Génesis 49; Enseñanzas, págs. 179-80.) Como
herederos de las bendiciones de Jacob, es privilegio de sus descendientes recibir
sus propias bendiciones patriarcales y, mediante la fe, ser bendecidos de la misma
manera que los antiguos. Las bendiciones patriarcales pueden ser dadas por
los patriarcas naturales, esto es, por los padres en Israel que gozan de las
bendiciones del orden patriarcal, o pueden ser dadas por patriarcas ordenados,
hermanos especialmente seleccionados que son llamados para bendecir a los
miembros de la Iglesia que son dignos de recibirlas.
“La Primera Presidencia (David O. McKay, Stephen L. Richards, J. Reuben Clark,
hijo), en una carta dirigida a todos los presidentes de estaca, con fecha 28 de junio
de 1957, dio la siguiente definición y explicación: ‘Las bendiciones patriarcales
contienen una declaración inspirada del linaje de la persona que la recibe y también,
si así lo indica el Espíritu, una declaración inspirada y profética de la misión de la
vida del recipiente, junto con las bendiciones, advertencias y amonestaciones que
el patriarca pueda ser impulsado a darle para ayudarle en el logro de tal mis ion,
siempre aclarándose que el cumplimiento de todas las bendiciones prometidas está
condicionado con la fidelidad de la persona al evangelio de nuestro Señor, cuyo
siervo es el patriarca. Tales bendiciones son guardadas en un registro y, en general,
una sola bendición basta para la vida de cada individuo. La naturaleza sagrada de
la bendición patriarcal debe, necesariamente, impeler a todos los patriarcas a
solicitar afanosamente la guía divina en el momento de pronunciar sus
declaraciones proféticas y extrema sabiduría para dar las advertencias y
amonestaciones’.” (Mormón Doctrine, pág. 558.)
Todo el que tenga un padre que pueda bendecirlo debería pedir y recibir una
bendición de padre, siempre que la necesite. Además, toda persona digna en la
Iglesia que llene los requisitos para recibir una bendición patriarcal de manos de un
patriarca ordenado puede solicitarla. Una vez que haya sido recibida, la bendición
patriarcal debe ser leída, una y otra vez, con el propósito de comprender su
significado. De la misma manera que se dan las bendiciones por medio de la
inspiración del Señor, así también su significado será aclarado mediante el mismo
poder. El cumplimiento de las bendiciones prometidas depende del que las recibe.
El élder John A. Widtsoe escribió lo siguiente con relación a las bendiciones
patriarcales:
“Tal bendición, dada en el espíritu de amor paternal, y sellada sobre nosotros por la
autoridad del sacerdocio, se convierte en poder en nuestra vida, un consuelo para
nuestros días. Es un mensaje que, si es leído y tenido en honor, se tornará en ancla
en los días tormentosos, en nuestra fuente de ánimo en los días sin sol. El declara
nuestro destino cierto aquí y más allá, si vivimos conforme a la ley; y fortalece
nuestra fe y nos lleva hacia la verdad.” (Improvement Era, enero de 1942, “What is
the Meaning of Pa-triarchal Blessings”, pág. 33.)