Sunteți pe pagina 1din 5

TEXTO ÚNICO ORDENADO DE LA LEY DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO GENERAL

(Sistematiza la Ley N.º 27444- DECRETO SUPREMO Nº 004-2019-JUS) TÍTULO PRELIMINAR

Artículo I.- Ámbito de aplicación de la ley La presente Ley será de aplicación para todas
las entidades de la Administración Pública.

Nos orienta respecto a lo que debe ser entender por “entidad” o “entidades” de la
Administración Pública, señalando entre otras a las personas jurídicas bajo régimen privado
que ejercen función administrativa, en virtud de la autorización del Estado. Situación que
se presenta en el caso de las Notarías, teniendo en cuenta que el Estado reconoce,
supervisa y garantiza la función notarial. Delegando por ello la función pública de dar
formalidad a la voluntad de las partes, redactando instrumentos adecuados a ese fin,
confiriendo autenticidad y conservando los originales, entre otras funciones.

Artículo II.- Contenido

En efecto, el numeral 1 del artículo II comienza estableciendo, de manera general, el


parámetro unificador de la LPAG al señalar que esta contiene normas comunes para las
actuaciones de la función administrativa, alcanzando sus efectos a los procedimientos
especiales.

El numeral 2 del Artículo II del Título Preliminar de la Ley Nº 27444 señala que los
procedimientos especiales creados y regulados como tales por ley expresa, atendiendo a
la singularidad de la materia, se rigen supletoriamente por la citada ley en aquellos
aspectos no previstos y en los que no son tratados expresamente de modo distinto.

Ahora bien, el numeral 3 del artículo II de la LPAG incorpora un parámetro para que el
legislador diseñe y apruebe los procedimientos especiales, el cual está dado por la
observancia de los principios administrativos. Uno de tales principios es el referido al debido
procedimiento, el cual, al decir del Tribunal Constitucional, no solo resulta aplicable a los
procesos judiciales, sino también a los procedimientos administrativos. Precisamente, el
mismo máximo intérprete constitucional, señala que dicho principio incorpora el derecho
al plazo razonable. Por lo tanto, un procedimiento administrativo regulado con un presunto
plazo excesivo, podría ser objeto de cuestionamiento en la vía judicial, por vulnerar el
principio del debido procedimiento.

Artículo III.- Finalidad

La presente Ley tiene por finalidad establecer el régimen jurídico aplicable para que la
actuación de la Administración Pública sirva a la protección del interés general,
garantizando los derechos e intereses de los administrados y con sujeción al ordenamiento
constitucional y jurídico en general.

Artículo IV.- Principios del procedimiento administrativo

1.1. Principio de legalidad. –


En aplicación de este principio41, las facultades conferidas a las entidades de la
Administración Pública deben ejercerse en el marco de la Constitución Política del
Perú y las leyes, contando siempre para ello con una norma que les señale de
manera expresa su campo atributivo, el cual, en ningún caso, puede ser ilimitado.
Así, mientras los sujetos de derecho privado, pueden hacer todo lo que no está
prohibido, los sujetos de derecho público solo pueden hacer aquello que les está
expresamente facultado. Es decir, no basta la simple relación de no contradicción,
sino además una relación de subordinación, pues para que sea legítimo un acto de
la Administración Pública no resulta suficiente que sea ofensivo a la ley, sino que
además sea realizado sobre la base de alguna norma permisiva.
1.2. Principio del debido procedimiento. -
En ese sentido, la autoridad administrativa en un procedimiento administrativo se
encuentra obligada a brindar todas las garantías mínimas reconocidas a los
administrados y que han sido materia de desarrollo por el Tribunal Constitucional y
la Corte IDH, a la luz de la Constitución y la Convención, a efectos de que puedan
ejercer debidamente sus derechos a la defensa y al debido proceso.»
Entonces, se puede afirmar que una vulneración al contenido esencial del Derecho
de Defensa importaría que el administrado no conozca de forma oportuna y
completa los cargos que se le imputan, tampoco se le otorgue un plazo razonable
para ejercer su defensa, ni se le permita la presentación de medios probatorios al
proceso o procedimiento que se le inicio.
1.3. Principio de impulso de oficio. –
Dentro de la administración pública algunos profesionales se encuentran vinculados
mas que otros en instruir procedimientos administrativos, generar documentos o
proyectar normas legales internas, así como realizar actividades de intención al
público usuario. En síntesis, ninguna situación, por mas atípica que resulte, debe
quedarse sin resolver.
1.4. Principio de razonabilidad. –
En nuestro ordenamiento jurídico el principio de razonabilidad se encuentra
recogido en el numeral 1.4 del Artículo IV del Título Preliminar de la Ley Nº 27444, el
cual establece que cuando las decisiones de la autoridad administrativa impongan
restricciones a los administrados debe existir proporcionalidad entre los medios a
emplear y los fines que se pretende tutelar. El citado artículo contempla que para
que una disposición de gravamen impuesta por la Administración Pública cumpla
con el principio de razonabilidad.
1.5. Principio de imparcialidad. –
Este principio supone que las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase
de discriminación entre los administrados, otorgándoles tratamiento entre los
administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al
procedimiento, resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al
interés general.
1.6. Principio de informalismo. –
Consiste básicamente en excusar al administrado de exigencias fórmales no
esenciales.

1.7. Principio de presunción de veracidad. –

El principio de presunción de validez de los actos administrativos constituye otro de


los elementos característicos del Derecho Administrativo en cuya virtud los actos
dictados por una autoridad administrativa se presumen legítimos en tanto su
invalidez o disconformidad con el ordenamiento jurídico no sea expresamente
declarada por quienes están facultados legalmente para constatarlo. Dicho
principio consagra una presunción iuris tantum (admite prueba en contrario) y tiene
por fundamento la necesidad de asegurar que la administración pública pueda
realizar sus funciones en tutela del interés público.
1.7. Principio de buena fe procedimental. –
Implica que quienes participen en el procedimiento administrativo, deben realizar
sus respectivos actos procedimentales guiados por el respeto mutuo, la
colaboración y la buena fe.
1.8. Principio de celeridad. –
El tramite administrativo debe estar dotado de la máxima dinámica posible, a fin de
alcanzar una decisión en tiempo razonable, sin perjuicio del respeto al debido
procedimiento o al ordenamiento jurídico.
1.9. Principio de eficacia.
Significa que la finalidad de del acto se privilegia sobre las formalidades no
esenciales. Este principio se encuentra relacionado con el de simplicidad,
predictibilidad y uniformidad, así como con el de celeridad. El concepto elemental
de eficacia implica la consecución de un resultado, de una finalidad, de un
objetivo. En, este caso del Derecho Administrativo, dicha finalidad esencial no es
otra que la protección del interese público, garantizado paralelamente los derechos
e intereses de los administrados
1.10. Principio de verdad material. –
A tenor de este principio, la administración deberá verificar plenamente los hechos
que sirven de motivo a sus decisiones, debiendo emplear todas las medidas
probatorias necesarias autorizadas por la ley. Esté principio alude a la administración
debe buscar, no la verdad documental, la verdad que aparece en los papeles, sino,
busca la verdad material, actitud que se condice con la justicia que constituye uno
de los fines esenciales del Derecho mismo.
1.11. Principio de participación. –
De acuerdo con este principio, las entidades deben brindar todas las condiciones
necesarias para el acceso a la Información que administren, salvo aquellas que
afectan la intimidad personal, las vinculadas a la seguridad nacional, o las
expresamente excluidas por Ley.
1.12. Principio de simplicidad.
En todo trámite, los requisitos que se exijan deberán ser racionales y proporcionales
a los fines perseguidos. En relación con este principio, el procedimiento
administrativo no debe ser concebido como una carrera de obstáculos, sino como
un cauce ordenado capaz de garantizar la legalidad y el mérito del obrar
administrativo dentro del respeto y la salvaguarda de los derechos subjetivos". El
mismo autor presenta las siguientes aplicaciones prácticas de este principio, a saber:
1.13. Principio de uniformidad. –
La Administración deberá exigir requisitos similares para trámites similares. Ello resulta
coherente con el principio de igualdad, enunciado y explicado en líneas
precedentes.

1.15. Principio de predictibilidad o de confianza legítima. –


Cabe señalar, que la fuente que sustenta el interés público de la publicación de los
TUPA, conteniendo entre otros los silencios administrativos aplicables, se encuentra
en el Principio de Predictibilidad en virtud del cual: “la autoridad administrativa
deberá brindar a los administrados o sus representantes información veraz,
completa y confiable sobre cada trámite, de modo tal que a su inicio, el
administrado pueda tener una conciencia bastante certera de cuál será el
resultado final que se obtendrá”.
Sobre este punto, cierto sector de la doctrina nacional ha señalado sobre el Principio
de Predictibilidad lo siguiente: “La aplicación de este principio involucra que el
suministro de cualquier información a los ciudadanos sobre secuencias del
procedimiento, competencias administrativas, tasas o derechos de trámite, criterios
administrativos anteriores, entre otros, permitan a los ciudadanos anticiparse y
planificar sus actividades (…) Para ello, en principio, la Ley incorpora algunas reglas
que refuerzan la predictibilidad a través de la delimitación de la discrecionalidad
para calificar los procedimientos en los TUPA

1.16. Principio de privilegio de controles posteriores. –

La tramitación de los procedimientos administrativo, deberá sustentarse en la aplicación de


la fiscalización posterior. Este principio se encuentra relacionado con los principios de
presunción de veracidad, verdad material, y celeridad, ya descritos en párrafos anteriores.

1.17. Principio del ejercicio legítimo del poder. –

La autoridad administrativa ejercer competencia únicas y exclusivas, suscritas por cuanto


se delimita y evita el abuso de poder, bien sea para objetivos distintos de los establecidos
o que atenten contra el interés público.

1.18. Principio de responsabilidad. –

Indica la existencia de la responsabilidad de la autoridad administrativa a resarcir los daños


ocasionados contra los administrados como consecuencia del mal funcionamiento de la
actividad administrativa, conforme lo previsto en la presente ley, señalando la
responsabilidad que asumen los funcionarios o servidores frente al ordenamiento jurídico.

1.19. Principio de acceso permanente

La autoridad administrativa está obligada a facilitar información a los administrados que


son parte en un procedimiento administrativo tramitado ante ellas, para que en cualquier
momento del referido procedimiento puedan conocer su estado de tramitación y a
acceder y obtener copias de los documentos contenidos en dicho procedimiento, sin
perjuicio del derecho de acceso a la información que se ejerce conforme a la ley de la
materia.

Artículo V.- Fuentes del procedimiento administrativo.

La Constitución tiene una doble naturaleza: es una norma política y a la vez una norma
jurídica. Tiene un carácter político en la medida que crea el Estado, organiza a los poderes
públicos y le atribuye competencia por otro lado, tiene un carácter jurídico, siendo la norma
jurídica de mayor jerarquía.
Artículo VI.- Precedentes administrativos.

Es aquella actuación pasada de la Administración que, de algún modo, condiciona sus


actuaciones presentes exigiéndoles un contenido similar para casos similares. Ello se debe
a que el condicionamiento de su futuro accionar presente nos permite afirmar que la
Administración Pública establece una consecuencia jurídica frente a un supuesto hecho, el
cual no podrá obviar si concurren los elementos objetivos suficientes de identidad.

Artículo VII.- Función de las disposiciones generales

En conclusión, de acuerdo a lo anteriormente manifestado, se puede afirmar que las


entidades de la Administración Pública pueden emitir diversos tipos de disposiciones tales
como los instrumentos de gestión interna, circulares, instrucciones y otros análogos
(estatutos internos), a fin de organizarse internamente, mediante la inducción a su personal,
el fortalecimiento institucional, el desarrollo de algunas normas que atañen a dicho
fortalecimiento, entre otros.

En ese sentido, si bien se ha sostenido que dichas disposiciones no son actos administrativos,
ni generan obligaciones para los administrados, en la medida que establezcan lineamientos
que podrían repercutir indirectamente en su relación con ellos, estos pueden ser invocados
y aplicados. Por lo que, su inobservancia puede generar, incluso, la nulidad del acto
administrativo. Es por tal razón que esta Dirección General resalta la relevancia de su
adecuada formulación y la importancia de su observancia en el desarrollo de las
actividades de las entidades de la Administración Pública.

Articulo VIII.- Deficiencia de fuentes

Sobre el particular, convendría tomar en cuenta lo previsto en Artículo VIII del Título
Preliminar de la Ley Nº 27444 - Ley del Procedimiento Administrativo General que señala que
las autoridades administrativas no pueden dejar de resolver las cuestiones a su cargo por
deficiencia de fuentes, sino que en esos casos deben acudir a otros cuerpos normativos
que les permitan obtener una respuesta pertinente para el caso.

En atención a ello, al momento de elaborar la disposición reglamentaria mencionada


previamente, se podría tomar en cuenta el criterio por el cual, tratándose de plazos que ya
hubieran empezado, correspondería la aplicación del régimen jurídico anterior. El
razonamiento anterior permitiría reconocer un régimen de tránsito, distinto al previsto en la
normativa vigente, que permitiría concretizar la aplicación gradual y paulatina de la gestión
forestal y de fauna silvestre a la nueva normativa.»

S-ar putea să vă placă și