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Contrapunto y armonía[editar]
La escritura musical contrapuntística y la escritura musical armónica tienen un énfasis distinto.
El contrapunto se centra en el desarrollo horizontal o lineal de la música, mientras que la
armonía se ocupa primordialmente de los intervalos o las relaciones verticales entre las notas
musicales. Contrapunto y armonía son funcionalmente inseparables ya que ambos se
complementan mutuamente, como elementos de un mismo sistema musical. Es imposible
escribir líneas simultáneas sin que se produzca armonía y es imposible escribir armonía sin
actividad lineal. Es decir, las voces melódicas tienen dimensión horizontal, pero al sonar
simultáneamente tienen también dimensión armónica vertical.
El compositor que hace caso omiso de uno de los aspectos en favor del otro, debe enfrentarse
al hecho de que el oyente no puede simplemente desactivar la audición armónica o lineal a su
voluntad. Así pues, el compositor corre el riesgo de crear distracciones molestas de forma no
intencionada. El contrapunto de Johann Sebastian Bach, a menudo considerado como la más
profunda síntesis de las dos dimensiones jamás lograda, es extremadamente rico
armónicamente y siempre clara direccionalidad tonal, mientras que las líneas individuales
siguen siendo fascinantes.
Ambas dimensiones se organizan convenientemente según la consonancia.
Desarrollo histórico[editar]
El contrapunto forma parte esencial de la música occidental desde la Edad Media. Se
desarrolló fuertemente durante el Renacimiento, dominando la actividad compositiva durante
buena parte del barroco, clasicismo y romanticismo, si bien su importancia relativa es
decreciente a lo largo de este periodo en la práctica, a medida que se desarrollaron nuevas
técnicas de composición. En un sentido amplio, posteriormente la armonía se convirtió en el
principio predominante de organización en la composición musical.
Contrapunto renacentista
En el Renacimiento (s. XVI) puede destacarse la obra de Palestrina y de Orlando di Lasso.
Palestrina es considerado un compositor cumbre del Renacimiento y posiblemente el primer
gran maestro del contrapunto.
Contrapunto barroco
Se considera que la técnica contrapuntística alcanza su cénit a finales del barroco, siendo sus
máximos exponentes Georg Friedrich Handel y Johann Sebastian Bach (ss. XVII-XVIII). Sus
composiciones más destacadas en este ámbito son el El arte de la fuga, El clave bien
temperado y la Ofrenda musical. También en algunas de sus composiciones orquestales y
corales puede destacarse influencia contrapuntística, como la Pasión según San Mateo.
Contrapunto ilustrado
Mozart (s. XVIII) también utilizó el contrapunto en gran parte de su obra, y especialmente bajo
una influencia bachiana muy marcada durante la segunda mitad de su vida. Ejemplos de
índole claramente contrapuntístico son sus cuartetos de cuerda, destacando los cuartetos
haydianos que compuso entre 1782 y 1785. Otros compositores clásicos también utilizaron el
contrapunto como Haydn o Beethoven con sus cuartetos de cuerda y su evolucionada Grosse
Fuge, op. 133.
Contrapunto romántico
También se dice que cuando el compositor alemán Johannes Brahms se aburría, se ejercitaba
en el contrapunto. Brahms utilizó mucho la fuga, como por ejemplo en su Deutsches
Requiem.[cita requerida]
Contrapunto contemporáneo
En general, a lo largo de la Historia de la música, se suele entender el término Contrapunto
como superposición de procesos melódicos simultáneos. Sin embargo, esta idea lleva
aparejada otra de igual importancia: el control de las relaciones entre los puntos de
superposición de ambos procesos melódicos. En la música del Renacimiento, por ejemplo, se
esperaba que una relación disonante entre dos voces resolviera su tensión hacia un intervalo
consonante.4
A partir del Impresionismo musical, y en concreto de la música de Debussy influenciada por el
conocimiento de las músicas del sureste asiático a partir de la Exposición universal de 1880,
surge un nuevo tipo de Contrapunto —si es que puede ser llamado así— en el cual la relación
entre los distintos procesos melódicos es libre —no estando basada en los conceptos de
consonancia y disonancia del contrapunto anterior—. Esta es la base del denominado
«Contrapunto disonante» característico de mucha música del siglo XX.5
En la historia contemporánea (siglos XIX-XX) pueden citarse algunos ejemplos como
la Fantasía contrapuntística BV 256 de Busoni o el Opus clavicembalisticum de Sorabji. El uso
del contrapunto llega hasta nuestros días, con especial énfasis en el jazz.
Especies de contrapunto[editar]
En general, las especies de contrapunto ofrecen menos libertad para el compositor que otros
tipos de contrapunto, por lo que es conocido como contrapunto riguroso o estricto. Las
especies de contrapunto se han desarrollado como una herramienta pedagógica, en la que un
estudiante avanza a través de varias «especies» de complejidad creciente, con una parte muy
simple que no cambia conocido como el cantus firmus (en latín significa «melodía fija»). El
estudiante va adquiriendo gradualmente la capacidad de escribir contrapunto libre, que es el
contrapunto menos rigurosamente limitado, por lo general sin cantus firmus, conforme a las
reglas del momento.2
La idea data de 1532, cuando Giovanni María Lanfranco describe un concepto similar en su
obra Scintille di musica (Brescia, 1533). El teórico de la música veneciano del siglo
XVI, Zarlino desarrolló esta idea en su influyente Le institutioni harmoniche. Y fue presentada
por primera vez en forma codificada en 1619 por Ludovico Zacconi en su Prattica di Musica.
Zacconi, a diferencia de los teóricos posteriores, incluyó algunas técnicas contrapuntísticas
adicionales como especies, por ejemplo el contrapunto invertible. El pedagogo más famoso
que utilizó el término y que lo hizo famoso fue Johann Joseph Fux. En 1725 publicó Gradus ad
Parnassum (Pasos al Parnaso), una obra para ayudar en la enseñanza de la composición
mediante contrapunto a los estudiantes. En concreto, se centraba en el estilo contrapuntístico
practicado por Palestrina a finales del siglo XVI como la principal técnica. Como base de su
simplificada y a menudo excesivamente restrictiva codificación de la práctica de Palestrina (ver
«Notas generales» abajo), Fux describió cinco especies:
Primera especie[editar]
En la primera especie de contrapunto, cada nota en cada voz adicional (voces a las que nos
referiremos también como líneas o partes) suena en contra de una nota del cantus firmus. Las
notas de todas las voces suenan simultáneamente y se mueven una contra la otra al mismo
tiempo. Se dice que la especie se expande si alguna de las notas agregadas están
fragmentadas (simplemente repetidas).
Algunas normas adicionales dadas por Fux, tras el estudio del estilo de Palestrina, y que
generalmente se dan en las obras de los pedagogos del contrapunto posteriores, son las
siguientes. Algunas son vagas y, dado que el buen juicio y el gusto han sido considerados por
contrapuntistas más importantes que la estricta observancia de las reglas mecánicas, hay
muchas más precauciones que prohibiciones.
1. Comenzar y terminar en unísono, octava o quinta, a menos que la voz añadida sea
inferior, en cuyo caso se comienza y termina solamente en unísono u octava.
2. No utilizar unísono excepto al principio o al final.
3. Evitar las quintas u octavas paralelas entre dos voces cualesquiera y evitar las quintas
u octavas paralelas «ocultas». Es decir, se mueve por movimiento contrario hacia una
quinta u octava perfectas, a menos que una parte (a veces limitada a las
voces superiores) se mueva por grados conjuntos.
4. No moverse en cuartas paralelas. (En la práctica, Palestrina y otros con frecuencia se
permiten progresiones de este tipo, especialmente si no involucran a la más baja de
las voces).
5. No moverse en terceras o sextas paralelas durante mucho tiempo.
6. Tratar de mantener dos voces adyacentes dentro de una distancia de décima entre
ellas, a menos que pueda crearse una línea melódica excepcionalmente agradable
moviéndose fuera de ese rango.
7. Evitar que las dos partes se muevan en la misma dirección por el salto.
8. Tratar de introducir tanto movimiento contrario como sea posible.
9. Evitar los intervalos disonantes entre dos voces cualquiera: las segundas mayores y
menores, las séptimas menores, cualquier intervalo aumentado o disminuido así como
las cuartas perfectas (en muchos contextos).
En el siguiente ejemplo a dos voces, el cantus firmus es la parte más baja. (Este
mismo cantus firmus se utiliza también en los siguientes ejemplos, que están en modo dórico.)
Segunda especie[editar]
En la segunda especie de contrapunto, dos notas de cada una de las voces agregadas se
contraponen a cada nota más larga de la voz dada. Esta especie se dice que es expandida si
una de esas dos notas más cortas difiere de la otra en longitud. Otras consideraciones
adicionales sobre esta segunda especie, que se añaden a las consideraciones para la primera
especie, son las que se citan a continuación:
Tercera especie[editar]
En la tercera especie de contrapunto, cuatro (o tres, etc.) notas se mueven contra cada nota
más larga de la voz dada. Al igual que ocurre con la segunda especie, se llama expandida si
las notas más cortas varían en longitud entre sí.
Cuarta especie[editar]
En la cuarta especie de contrapunto, algunas notas se mantienen suspendidas en una voz
añadida mientras que otras notas se mueven contra ellas en la voz dada, creando a menudo
una disonancia en el tiempo fuerte del compás, seguida de la nota suspendida y luego cambia
(y «se pone al día») para crear una posterior consonancia con la nota de la voz dada, ya que
sigue sonando. Como anteriormente, la cuarta especie de contrapunto se dice que
es expandida cuando las notas de las voces añadidas varían en longitud entre sí. La técnica
requiere cadenas de notas sostenidas a través de los límites determinados por el pulso,
creando así síncopas.
Derivaciones contrapuntísticas[editar]
Desde el Renacimiento en la música europea, gran cantidad de música considerada
contrapuntística se ha escrito en contrapunto imitativo. En el contrapunto imitativo, dos o más
voces entran en diferentes momentos y (sobre todo al entrar) cada voz repite alguna versión
del mismo elemento melódico. La fantasía, el ricercare y más tarde el canon y la fuga —la
forma contrapuntística por excelencia— todos muestran contrapunto imitativo, que también
aparece con frecuencia en piezas corales como motetes y madrigales. El contrapunto imitativo
ha dado lugar a una serie de recursos a los que los compositores han recurrido para dar a sus
obras tanto un rigor matemático como un rango expresivo. Entre estos recursos se encuentran
los siguientes:
Formas y estructuras[editar]
Entre las formas musicales desarrolladas aplicando la técnica del contrapunto, pueden
destacarse:
La imitación libre, en la que el motivo principal es desarrollado en una voz que es imitada
por una o más voces,
La técnica canónica, en el que una o más voces imitan de forma más estricta el motivo
principal. Esta imitación estricta puede ser inversa, aumentada, retrógrada, etc. resultando
en la composición de un canon,
El contrapunto múltiple, que puede ser contrapunto doble, triple, cuádruple, etc. en el
que voces y contravoces se relacionan entre sí, normalmente a partir de la primera
aparición del motivo principal o tema, y la sucesiva aparición y desarrollo de nuevas
voces, ya sean transportadas en intervalos, apareciendo en inversión, etc., dando lugar a
composiciones de menor o mayor complejidad, como la fuga, cuyos ejemplos más
sofisticados pueden considerarse la culminación de la técnica contrapuntística.
Carl Schachter, en su libro El contrapunto en la composición: el estudio de la conducción de
las voces, incluye el estudio del Coral luterano como una de las aplicaciones del estudio del
contrapunto.7 En efecto, según este autor, las voces del coral despliegan
contrapuntísticamente acordes básicos de la tonalidad, generando multitud de acordes
resultado del movimientos de las cuatro voces melódicas.