CAPITULO IV

LOS MÉTODOS DE ENSEÑANZA

En la dirección de los niños no basta con darles órdenes, sino que debe realizarse un
estudio de la educación de estos. Debe partirse que ellos deben sujetarse de Dios, sino
se hace como Dios lo manda entonces Satanás los educará.

En tanto la madre debe buscar el consejo divino para la educación de sus pequeños
hijos, debiendo mejorar sus habilidades y facultades con la ayuda de Dios. Cuán
importante es el tener para ella modales suaves pero firmes en el cuidado de su bebé.

Estudiar los métodos no será válido sino se aplica en los niños. Es también clave que la
madre estudie las experiencias ajenas y que pruebe sus métodos y los ajenos. Se tiene
un claro ejemplo en las madres del antiguo Israel quienes educaron a sus hijos mediante
el canto, la oración y las lecciones de las Escrituras, de esta forma los niños crecían con
la imagen de Dios dentro de sí mismos.

Así también, los padres deben demostrar su autoridad. Mientras un espíritu inquieto se
inclina hacia la travesura, Satanás quera aprovechar, por ello debe instruírseles a los
niños en los caminos de Dios. Por otro lado los padres no deberían reprender ni gritar a
sus niños sino que deberían hablarles confiando en ellos razonando con ellos en corregir
sus errores.

Para la educación de los jóvenes deben variarse los métodos de instrucción, pues no
todos comprenden a la mente juvenil y cómo educar su intelecto. Las madres deben
educar a sus hijos en medio de la naturaleza, a cultivar la tierra, a inducirles a
preguntarse porque los colores de la naturaleza, cómo Dios los creó. Además de ello
las lecciones para los niños deben ser cortas con algunos ejemplos. Del mismo modo
las observaciones y lecciones para los niños deben ser dichas con sencillez y frecuencia
pues el decirlo todo en un solo momento podría agobiar a los niños y estos no podrán
el mensaje y la lección.

Los niños deberían cuestionarse a tener juicio crítico propio, a la curiosidad por la
naturaleza, debe guiárseles a desarrollar sus capacidades teniéndolos ocupados en la
actividad que desenvuelvan mejor y que sea buena. Además de ello debe también
enseñárseles a que sean activos para con sus padres en las labores de la casa, en las
actividades domésticas y no debería de halagárseles mucho sino que deben aprender
a ser abnegados y ser serviciales pensando en su prójimo y no es ni mismos.

Los niños también deben aprender a tener cuidado con las cosas a tener paciencia y
delicadeza. Inculcando en ellos el carácter de Cristo. No piensen los padres que la
educación de las escuelas lo es todo, sino que la educación básica es en el hogar donde
las actividades más humildes son importantes en la formación de los niños. El carácter
se forma por grados.

Para el caso de los niños con habilidades especiales debería de tenerse cuidado con
ellos, pues tales habilidades deben dedicarse al servicio de Dios y del prójimo, de no
hacerse ello el enemigo estará presto para convertir tales habilidades en maldición.
Debe tenerse mucho cuidado con dar mucha atención a estos niños talentosos, dejarlos
que desarrollen solos sus capacidades sin darles mucho halago será bueno para ellos,
de lo contrario serán atrevidos e impertinentes, ni tampoco debe de censurárselos.

La lectura es muy importante en la educación de los niños y más cuando se trata de la

palabra de Dios. Deben para ello, los padres, formar círculos de lectura en el hogar. La
instrucción del niño en los caminos de Cristo es importante, no basta con hacerles
conocer sino con darles el ejemplo sin descuidar de los niños.

Por último la educación del niño será integral, que desde la niñez se refleja en el joven,
tal educación será en el aspecto físico, intelectual y moral. Tal educación va más allá
de la educación basada en un libro.

Razón por la cual ellos aprenderán a tener dominio propio y podrán tomar buenas
decisiones confiando en sí mismo haciendo caso a la razón y a la conciencia y no a los
instintos. Siempre con la ayuda de Dios con el fin de que el niño forme un carácter
equilibrado y armonioso.